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En la luna de Babel

~ Blog sobre lenguas y traducción

En la luna de Babel

Archivos de etiqueta: emprender

Diez trucos típicos de un buen traductor audiovisual

18 miércoles Ene 2017

Posted by enlalunadebabel in Aprendizaje, Cine, Congresos, Cuestiones laborales, Doblaje, Documentación, Productividad, Subtitulación, Traducción, Traducción audiovisual

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calcos, calcos en doblaje, Congreso SELM, consejos de traducción, dubbese, emprender, Patrick Zabalbeascoa, productividad en traducción, subtitulación, TAV, traductor audiovisual, traductor autónomo, traductor principiante, translator, trucos de traducción, Xosé Castro

Ni uno, ni dos, ni tres. Diez son los trucos que Xosé Castro compartió con los asistentes al Congreso SELM en la ponencia de clausura de esta edición. Como me parecieron la mar de útiles, le pedí si podía reproducirlos en el blog con algunos comentarios marca de la casa… y aquí los tenéis.

Si os interesa la traducción audiovisual y queréis ser aún más profesionales, ¡seguid leyendo!

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1. DE CABO A RABO

Es imprescindible revisar el archivo y cerciorarse de que el material corresponde con el proyecto que nos han asignado. Un consejo que nos da Xosé Castro es comprobar que estén los créditos, porque será señal de que la película, episodio o documental está entero. Con el guion debemos hacer tres cuartos de lo mismo.

Aceptar el proyecto sin realizar estas comprobaciones y darse cuenta después de que la película no se corresponde con el guion o no está entera no solo nos hace quedar poco serios como traductores, sino que nos retrasará enormemente. Aunque no vayamos a traducir al momento, procuremos tener el material correcto y en condiciones.

Y esto es aplicable a muchas otras ramas de la traducción. Pienso, por ejemplo, en los proyectos en Excel. Fíjate bien en todo lo que hay que traducir, no solo de la primera hoja, sino de las otras que pueda haber con texto. Y digo Excel porque a mí me han pasado trabajo audiovisual en este formato para películas y series.

2. PROCESO DE PRODUCCIÓN EFICIENTE

Es importante conocer bien el teclado que usamos y estar familiarizados con los atajos de teclado. Como ha dicho Castro en alguna ocasión: «Cada vez que usas un ratón, muere un gatito».

Aquí van algunos enlaces:

  • Atajos de teclado para traductores: http://algomasquetraducir.com/atajos-de-teclado-para-traductores/
  • Atajos de teclado en Mac (para traductores y no traductores): http://dgimirizaldu.blogspot.com.es/2013/04/atajos-de-teclado-en-mac-para.html
  • Los atajos de teclado: https://traduciresdescubrir.wordpress.com/2012/02/11/los-atajos-del-teclado/
  • Los atajos de teclado más importantes (también en herramientas varias): http://www.henter.co/los-atajos-teclado-mas-importantes-traductores/

En cuanto al proyecto en sí, también seremos más eficientes si vemos todo el vídeo antes y repasamos el guion. De esta manera sabremos qué esperar antes de traducir: ¿observamos alguna dificultad? ¿Debemos documentarnos sobre algún tema en concreto? Como sabemos que para que una traducción funcione debe causar el mismo efecto en el espectador meta, hay que conocer bien el proyecto en sí y detectar las dudas que luego nos permitan agilizar el trabajo.

Está claro: si prevemos lo problemático antes de empezar, podemos tratar de solventarlo antes de ponernos manos a la obra. Una vez más, algo que nos puede servir en otras ramas. En literaria, por ejemplo, hojear el libro y leer algunos capítulos antes (o el volumen entero) nos ayudará a ver no solo de qué trata y ponernos en contexto, sino también a fijarnos en cuestiones problemáticas (diferencias de tratamiento, argot, vocabulario especializado, etc.).

3. DOMINIO DE LA HERRAMIENTA

Es importante conocer la herramienta de trabajo que vamos a usar. Por ejemplo, en mi caso uso un programa de subtitulación propio del cliente. Antes de empezar, imprimí y encuaderné los manuales. Los tengo siempre a mano para consultar fácilmente los atajos o si se dan problemas técnicos.

Si trabajamos con Word (guion en pdf y película por separado), no está de más crearnos una macro que pueda acelerar las tareas rutinarias de modificaciones y formato; combinar varios comandos (por ejemplo, para insertar una tabla con un tamaño y bordes específicos, y con un número determinado de filas y columnas); hacer que una opción de un cuadro de diálogo sea más accesible o bien automatizar series de tareas complejas.

He aquí un ejemplo de macro para Word, https://www.youtube.com/watch?v=HI-T1gDy3Q4, aunque podemos encontrar muchos más tutoriales.

Y como no solo de macros vive el hombre, conozcamos también los diferentes formatos de archivo en que puede estar nuestro proyecto y qué conversores podemos usar. Por ejemplo, aquí va uno que convierte a otros formatos de archivo sin instalar programas:  http://computerhoy.com/paso-a-paso/internet/convertir-otros-formatos-archivo-instalar-programas-17507.

4. DUDA Y PREGUNTA (MUCHO)

Parece ser que, en ocasiones, cuanto más novato se es, menos se pregunta por miedo a parecer inexperto. Para empezar hay que tener en cuenta algo esencial: debemos saber hasta dónde llegan nuestras limitaciones. ¿Podemos encargarnos de este proyecto? ¿Nos va grande? Si es la primera vez que trabajamos para un cliente, quizá conviene que les pidamos qué convenciones utiliza y cómo quiere que le entreguemos el guion. Tal vez podemos pedir incluso uno de muestra.

Si aparece alguna dificultad, hay que preguntarlo antes y durante, no al entregar. Enviar al cliente una lista de problemas el día de la entrega le servirá de muy poco si necesita el texto ya para adaptar, locutar o lo que sea. Otra cosa distinta son los informes en los que documentas posibles cuestiones de traducción. Yo lo hago al entregar una novela, por ejemplo, por si eso pudiera ayudar al corrector.

Si nos aparece algo técnico o muy especializado, busquemos algún experto que pueda revisar nuestro texto o asesorarnos de algún modo. Me pasó con una serie en la que se hablaba de baloncesto, de lo que no tengo ni idea, pero me salvó el pellejo una conocida, que es entrenadora y gran conocedora del mundo del baloncesto en los Estados Unidos. Me revisó el texto y me comentó qué soluciones eran más naturales teniendo en cuenta el contexto. En definitiva, lo que decimos siempre: no tienes por qué saberlo todo, pero sí dónde buscarlo y a quién acudir.

5. LA IMAGEN ES LA BIBLIA

Hacer caso omiso de la imagen es uno de los errores clásicos en los fansubs, los subtítulos de aficionados, que suelen fiarse a pie juntillas de la versión en inglés sin apenas mirar la pantalla. Pero la imagen va a misa. Por eso, hay que cerciorarse de que el guion coincida y sea correcto, porque lo que predomina es lo que se ve y se escucha.

Por ejemplo, you no siempre es «tú», apunta Castro, también puede ser «vosotros», «usted» y «ustedes». Es cierto que muchas veces en inglés se marca la pluralidad con un you two, pero no siempre. Y en cuanto al tratamiento de usted, hay que prestar especial atención a todo: guion, imagen y, sobre todo, contexto.

También hay que andarse con ojo con los deícticos que nos marcan lugares y objetos, para traducir al género y número que proceda o adaptarlos del modo más conveniente. Y ojito con el vocabulario que puede parecer simple en primera instancia, como shrimp, apunta Castro, que no solo puede referirse a una gamba, sino que también puede ser un camarón o un langostino. Imagina la importancia de traducirlo bien en un programa de cocina.

No nos olvidamos de los ad libs (conversaciones de fondo), que habrá que traducir también, aunque nos parezca que se entiende todo.

Y si tenemos un elemento paralingüístico en pantalla, más motivo aún para dar importancia a la imagen. Pienso en el «Don’t be a…» de Pulp Fiction, del que ya hablé en este artículo sobre adaptaciones de cine.

En este caso, como comenta Patrick Zabalbeascoa en su artículo La traducción del humor en textos audiovisuales, se da un chiste paralingüístico, que depende de una combinación de elementos verbales y no verbales. Es decir, lo que se diga va a estar supeditado a lo que se vea (un gesto, una caída, una aparición, el sonido de un disparo etc.).

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En este momento de la película, Vincent Vega, personaje interpretado por John Travolta, le pide a Mia Wallace, Thurman, que lo lleve a otro restaurante para cenar, a lo que ella le responde «You can get a steak here, Daddio. Don’t be a…» y dibuja en el aire un rectángulo (aunque más bien debería ser un cuadrado porque la expresión en inglés es don’t be square).

Explica Zabalbeascoa que el sentido en inglés de «no seas antiguo» dista mucho de una traducción literal de «no seas» y luego ver el cuadrado en la pantalla, que encima va reforzado por unas líneas de puntos. Una solución puramente verbal, dice, «sería buscar una expresión en castellano que acabara con “cuadrado” y encajara en el contexto (tipo “no seas un cabeza… cuadrada” o quizás “no seas tan… cuadrado”, aunque las dos son mejorables).

Y como esto seguro que se os ocurren muchos ejemplos más. Ahora mismo pienso también en un gag del primer episodio de Modern Family en el que tras comentar el personaje Phil (Ty Burrell) el bonito vestido que lleva Gloria (Sofía Vergara), ella pronuncia su nombre de tal manera que parece que le diga feel, «tócalo», que es lo que hace él para asombro de los allí presentes. Chiste, pronunciación y gesto en pantalla: una combinación explosiva.

6. NO LO HE OÍDO, NO LO CONOZCO, NADIE LO USA

Que no lo hayamos oído no significa que no se diga y no se use en muchas otras partes. Cuidado con la influencia de zona geográfica al traducir y procuremos no caer en laísmos o en localismos que luego sean difíciles de entender.

Castro usó el ejemplo de alguien que en una película, si no recuerdo mal, pedía su hamburguesa «con todos sus avíos». Al parecer, eso significa el conjunto de extras: mayonesa, ketchup, etc. en algunas zonas del país. En esta receta aparece, por ejemplo, pero ¿se entendería en otros lares?

7. DOCUMENTACIÓN

Con el fácil y rápido alcance a las fuentes de información que tenemos gracias a Internet, a veces pensamos que con eso basta. Hay mucho mundo fuera de las redes. No vayamos a lo de siempre (Wikipedia, Wordreference, IATE), busquemos recursos offline e incluso orales. Es mejor recurrir a un experto en una materia determinada que fiarse de un glosario de Internet cuyas fuentes desconocemos.

Y si buscamos en las redes, acudamos a foros especializados antes que a uno de traductores. Los miembros de esos foros sabrán asesorarnos mejor porque son especialistas en el tema y seguramente se alegrarán de que les consultemos. Castro comentó en su ponencia que suelen agradecer las consultas porque lo interpretan como un interés hacia su trabajo. Doy fe. Tengo amigos mecánicos e ingenieros que se echan las manos a la cabeza cuando oyen alguna «burrada» en un doblaje o en unas voces superpuestas: «¿Que tiene 130 “hache pe”? Eso viene de horse power. Tendría que haber dicho «130 caballos»». Verídico.

Y sin desmerecer las bibliotecas, no olvidemos los libros en Google Libros o Google Académico, con textos de mayor fiabilidad que cualquier recurso sacado de un blog.

8. EVITA EL ESPAÑOL DE DOBLAJE

Lo malo es que está tan arraigado que oímos estas expresiones del dubbese y nos quedamos tan anchos. Para empezar, cuidado con los posesivos para las partes del cuerpo. Si uno le tiende la mano al otro para salvarle la vida, diremos «¡Agárrame la mano!» o incluso «¡Agárrate!» porque en pantalla se verá todo seguramente, pero no «Agárrame mi mano» porque ya queda claro, es redundante y es un calco del inglés. Sí, sé que hay que tener en cuenta la sincronía labial en doblaje, pero en algunos casos no cuela.

Hablando de calcos, ojo también con vocablos calcados y falsos amigos, algo que, evidentemente, hay que tener en cuenta en toda traducción. ¿Errores típicos? El detective cuando hablamos de un agente de la policía, que no es «detective» sino «inspector». O el caso de «alcaide» para warden que aquí es el director de la cárcel. Y por supuesto no es ningún nombre propio: «Soy Warden Grant, el responsable de la prisión» quedó para la posteridad en una película.

¿Y qué decir de los tacos? Como ya sabéis, en este blog he hablado bastante del tema y no me canso de repetirlo: el español es muy fértil en cuanto a tacos y expresiones soeces, ¡aprovechémoslo!

Evitemos este tipo de traducciones:

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9. SÉ UN JEDI DE LA FRASEOLOGÍA

Traducir bien tiene mucho que ver con el conocimiento de la lengua meta, e incluso más, ya que nuestra traducción tiene que parecer como si se hubiera escrito originariamente en castellano. Para esto no hay nada mejor que leer mucho, fijarse bien en las colocaciones y tratar de fijar bien el vocabulario.

Desconfiemos de lo que no tenga sentido en español y traduzcamos con la expresión adecuada. Frases verídicas como «Le habían robado el trueno» o «Le había cortado el corazón» no se entienden mucho, ¿verdad? Pero, ay, si acudimos al original en inglés, vemos que el texto original sí se entiende: Finding his thunder stolen es «adelantarse a uno, robarle a uno una idea» y To cut at his heart es «herir en lo más vivo».

Y ya que hablamos de vocabulario, adaptémoslo bien según la época de la película o serie en cuestión. Una persona del siglo XVI no va a hablar como una del XXI. Oímos mucho «bizarro» o «evento» (sí, influencia del inglés), pero por mucho que se usen ahora, no podemos usarlos en un texto más antiguo, por ejemplo.

No tengamos miedo a los diminutivos o aumentativos. Por influencia del inglés, muchas veces se traduce literalmente un little o un big, pero en nuestro idioma tenemos una forma muy natural de traducirlos con los diminutivos y los aumentativos, que —según comentó Castro— apenas se oyen en los doblajes. Por ejemplo, en una frase del tipo I have a little problem, ¿por qué no decir «tengo un problemilla»?

10. SÉ MEMORABLE

Que se acuerden de nosotros. Eso se consigue de muchas formas: facilitando las cosas, siendo comunicativos y sinceros, dando seguridad («No te preocupes, yo me ocupo»). Se acordarán de nosotros si les consultamos dudas, si les facilitamos el trabajo («Mira, voy un poco liado, pero te hago un hueco ahora mismo») y porque vamos mucho más allá de entregar un texto de calidad. Podemos suplir siempre la falta de experiencia ofreciendo profesionalidad.

Demostramos esta profesionalidad, como veíamos antes, cuando aceptamos el proyecto solo si es un tema que dominamos o sabemos que podemos pedir el comodín de la revisión a otro profesional. También demostramos ser buenos profesionales si no lo aceptamos, pero le buscamos a un compañero que pueda encargarse del proyecto. En definitiva: hagámosle la vida fácil al cliente, solucionémosle los problemas (siempre que se pueda, claro).

Aunque la receta del éxito en traducción no existe, me parece que estos consejos son unos buenos apuntes para empezar, ¿no os parece? ¡Nos leemos en la próxima!

*Y por supuesto, gracias, Xosé, por darme carta blanca para hablar de tu charla.

Los 15 artículos sobre traducción de 2015

28 lunes Dic 2015

Posted by enlalunadebabel in Cuestiones laborales, Etimología, Idiomas, Literatura, Traducción, Traducción audiovisual, Vida traductoril

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blog, emprender, erotismo, español, lecturas, lengua, literatura, recursos, traducción, traducción audiovisual, traducción erótica, traducción literaria, traductor autónomo, traductor principiante, vida traductoril

…en este blog. Pasa un año más y va bien hacer balance de lo que han dejado estos doce meses. En 2014 hablé de lo que había representado para mí profesionalmente y este año he creído conveniente hacer un repaso de todos los artículos publicados desde enero.

A veces escribo tras darle muchas vueltas a un tema, otras veces ocurre de forma casi espontánea por algo que sucede o que encuentro por ahí (una imagen, una noticia…), pero siempre acabo dejándome mucho tiempo en ellas y, bueno, por si os perdisteis alguna, aquí las rescato por temas:

EJERCICIO PROFESIONAL

Empezamos el año con tres entradas completas sobre el ejercicio profesional. Enlaces, trucos y consejos sobre cuestiones tan diversas como fiscalidad, ergonomía, trato con clientes, etc.

  • Cada maestrillo… Consejos para el traductor autónomo I: Ser traductor en muchas de sus facetas como la especialización, saber abordar una traducción (tipos de texto, léxico, formato, revisión) y lo positivo de trabajar con otros compañeros.
  • Cada maestrillo… Consejos para el traductor autónomo II: Vimos cuestiones de aprendizaje, organización el trabajo, fiscalidad, precios y tarifas, e incluso algo de psicología.
  • Cada maestrillo… Consejos para el traductor autónomo III: Por último, hablamos de cómo tratar con los clientes, fueran directos o agencias, cómo encontrar trabajo y cómo gestionar las reclamaciones en nuestro trabajo.

Con el tiempo te das cuenta de que necesitas buenos amigos a tu lado, así que en 4 consejos para trabajar con tus amigos… y no morir en el intento se abordaron algunos trucos para aprovechar este win-win que se establece con otros compañeros.

Como último artículo sobre el ejercicio profesional, pero en clave de (más) humor esta vez, encontramos Life as a translator, con un compendio de viñetas de estilo retro que ilustran las vivencias del traductor en su día a día.

Un día cualquiera en la vida de una traductora

Un día cualquiera en la vida de una traductora

TRADUCCIÓN EDITORIAL Y LITERATURA

Este año he publicado en el blog artículos muy variopintos dentro de la traducción editorial, la literatura y las letras en general.

Ana Frank y la «pornografía»: La noticia de una madre estadounidense que se llevó las manos a la cabeza por los fragmentos supuestamente pornográficos del Diario de Ana Frank me inspiró para escribir esta entrada sobre la censura en la literatura y en la traducción de este tipo de pasajes. Al investigar un poco y tras un chivatazo de otro compañero traductor, Javi Mallo, vi que hay mucha más tela que cortar en cuanto a la traducción del diario, pero esto será tema de otro artículo.

Pasión prehistórica: Siguiendo con el tono erótico del artículo anterior, hablé de las novelas eróticas con dinosaurios que triunfan en Internet y traduje algunos fragmentos para el ¿deleite? de los lectores.

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La relación entre lector y traductor: ¿Alguna vez habéis hablado con los lectores de vuestras traducciones? Tuve el placer de hacerlo en noviembre al participar en una mesa redonda sobre traducción con motivo de las Jornadas Ándalus Románticas. En este artículo incluyo más de una hora de audio de la mesa redonda y una entrevista con escritores y lectores de novelas románticas que nos dan su punto de vista sobre el mundo de la traducción.

El traductor creativo: Aunque no hace falta ser Lord Byron para traducir, sí hay que saber escribir y expresarse bien por escrito, de modo que en este artículo expliqué las bondades de los ejercicios de escritura para traductores con el fin también de cultivar la creatividad. No os perdáis los juegos, pasatiempos y un buen puñado de recursos para traducir.

TRADUCCIÓN AUDIOVISUAL

Aprovechando la exposición de Pixar en el CaixaForum de Barcelona, escribí Traducir películas de animación en la que hablo de este tipo de largometrajes de forma exhaustiva, desde su proceso de creación (guion, storyboard, colorscript, etc.) a cómo he traducido algunas de ellas. Encontrareis ejemplos de guías de estilo y materiales de referencia, así como del proceso de traducción y las características y dificultades que presenta el lenguaje en este tipo de películas.

Brócoli, pimientos y otras adaptaciones de cine: Con motivo del estreno de Del revés (Inside out, 2015) y del fenómeno de la adaptación, hablamos de cómo solventar algunos escollos culturales en varias películas.

Por último, aunque no es una cuestión puramente audiovisual, encontramos Traduciendo insultos por ahí, que incluye la charla que di en el ENETI 2015 sobre la traducción del lenguaje soez, con muchos ejemplos del mundo del cine, ya fuera en doblaje y subtitulación.

IDIOMAS

Este año pensé en tratar temas más generales en el blog, cuestiones que fueran más allá del mundo de la traducción y de ahí:

Aprender idiomas leyendo: artículo sobre los beneficios de la lectura para aprender un idioma y algunos consejos útiles para no aburrirse en el intento.

1001 recursos para aprender idiomas: como su nombre indica… bueno, tal vez no eran 1001, pero sí fueron un buen montón de enlaces los que recopilé para esta entrada con recursos para aprender y mejorar muchos idiomas: inglés, alemán, francés, italiano, portugués, noruego y un largo etcétera.

ETIMOLOGÍA

Echando la vista atrás, me doy cuenta que otros años he hablado más de etimología. Este año solo ha habido un artículo en el blog sobre este tema: Leyendas lingüísticas y falsas etimologías. En él, traté los orígenes falsos de algunos términos, esas etimologías que con el paso del tiempo o simplemente porque quedan bien se han dado como válidas. Repasamos algunos de los casos más sonados tanto en inglés como en castellano.

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Sea como sea, espero que os gustaran en su momento o las disfrutéis ahora. Gracias por estar ahí y por vuestros comentarios. Como novedad para 2016, si queréis sugerir temas o incluso participar en el blog, no tenéis más que escribirme. Estaré encantada de leeros.

Cada maestrillo… Consejos para el traductor autónomo (III)

02 lunes Mar 2015

Posted by enlalunadebabel in Productividad, Recursos, Traducción, Vida traductoril

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consejos, emprender, productividad, recursos, traductor autónomo, traductor principiante

Tras la primera entrega de consejos en la que hablamos de los textos y el oficio en sí y la segunda, con aspectos burocráticos y de aprendizaje, en esta tercera entrega nos centramos en el trato con los clientes, ya sean agencias de traducción o clientes directos. Veremos cómo nos dirigimos a ellos para ofrecer nuestros servicios, cómo trabajar para facilitarles (y facilitarnos) el trabajo y, por último, qué podemos hacer en el caso de recibir alguna queja.

TRATO CON LOS CLIENTES: DIRECTOS Y AGENCIAS

Como suele pasar, lo mejor es hacerle caso al sentido común, pero por si se nos distrae, aquí van algunas cosas que vale la pena tener en cuenta. Para más información sobre cómo trabajar con agencias, encontrareis buen material en el libro de NYA Communications Working with agencies demystified y en este artículo de la agencia TradOnline: ¿Cómo tratar un encargo de traducción?.

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Unir culturas está muy bien, pero hay que conseguir que las piezas encajen correctamente.

✏ Santo Currículum (y demás material de promoción). Hay que adaptarlo siempre al cliente. El currículum tiene que contener toda la información necesaria para el trabajo/agencia en cuestión y la información básica (combinaciones lingüísticas, especialización, etc.) tiene que quedar clara.

La carta de presentación (o cuerpo del correo electrónico en su defecto) tiene que ser coherente con lo que ofertamos y con lo que se nos pide. Nada de andarse por las ramas y ofrecer el oro y el moro. Vayamos al grano. Y, por su puesto, nada de faltas de ortografía.

¿Cómo encontrar trabajo? No existe una receta para el éxito (igual que no la hay para nada), pero aquí tenéis algunos enlaces de interés en los que algunos traductores hablamos de cómo fueron nuestras primeras veces y qué nos ha funcionado:

  • A puerta fría. Encontrar trabajo con la que está cayendo (de este blog)
  • Cómo conseguir un trabajo de traducción: da confianza (de Pablo Muñoz)
  • Encontrar trabajo como traductor (de TransSpanish)
  • ¿Cómo obtener mi primer trabajo de traducción? (de Juan Pablo Sans)

✏ La comunicación es esencial y más cuando hay tanta competencia. Sí, hay clientes que esperarán a que tú les hagas la traducción si ya han trabajado contigo antes y disponen de un buen margen. Otros, sin embargo, necesitan rapidez. Ten el correo configurado en el teléfono y sé rápido al contestar una posible oferta o resolver dudas del cliente.

Sin embargo, si recibes un posible encargo, no te aceleres demasiado. Asegúrate de leerlo bien y de que eres capaz de hacer lo que se te pide. No aceptes sin más sin cerciorarte de que podrás cumplir el plazo, que el archivo (si te lo envían en ese primer correo de tanteo) se puede abrir y que sabes bien qué hay que traducir de él y cómo lo quiere el cliente.

✏ Sé profesional cuando envíes tu oferta al cliente o tu presupuesto y no empieces hasta que recibas confirmación por escrito por parte del cliente. De esta forma te evitas disgustos. En cuanto al presupuesto, lo ideal sería que incluyera una descripción del trabajo que harás, de la cantidad de palabras, el plazo previsto, el precio y la forma de pago. Cuanto más completo sea todo, más claro será y más profesional queda.

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✏ Preguntas y respuestas. Decíamos en otras entradas de esta serie que entender el texto es esencial, así como tener claro a quién va dirigido. No hay que tener miedo a preguntar o a transmitirle nuestras dudas a la agencia o al cliente, pero hay que hacerlo con tiempo. De nada sirve entregar el texto con todo un listado de dudas porque ya no habrá margen y si hay que cambiar algo puede que sea demasiado tarde. El momento de hacer las preguntas es al principio o bien mientras se trabaja, pero con antelación.

Puede pasar que tengamos otros proyectos en danza y dejemos un texto para otro día porque en un principio no le vemos la dificultad y luego… ¡sorpresa! Hay que intentar anticiparse y no ser una molestia para el cliente después. Ahora bien, intentemos acumular todas estas dudas en un mismo correo; el cliente lo agradecerá.

✏ Sé puntual con las entregas. Si no puedes ser puntual, envía el documento antes. De nada vale que entregues una traducción perfecta si llega tarde. Por ejemplo, si por la mañana sé que no voy a estar en el despacho, prefiero enviar por la noche, aunque sea ya tarde, porque así sé que podrán disponer de ella a primera hora.

De este modo también hay más margen de acción si, por lo que sea, falta darle un repaso o hay que cambiar algo.

✏ Decir «no». Cuesta mucho, muchísimo, pero es mejor ser sinceros con el cliente cuando lo que nos proponen está fuera de nuestro alcance en cuanto a capacidad o el plazo es tan ajustado que la calidad se vería comprometida. Los clientes aprecian esta sinceridad y, si son buenos clientes, no hay motivo para que no sigan enviando trabajo después.

Pero, ojo, ese «no» va con matices. Si tú no puedes hacerlo, ¿puedes pasárselo a alguien? ¿Le puedes facilitar un contacto al cliente? Así le ayudas un poco y te lo agradecerá.

✏ El cliente directo. Devadip Rivero, de TraducThor, nos da algunos consejos para tratar al cliente directo, esa persona o empresa que actúa en su nombre y no como agencia de traducción:

1. Recuerda que el cliente directo, muchas veces, no sabe en qué consiste el proceso de traducción. Algunos piensan que estás esperando sin más a que te envíen 4 000 palabras y que tienes una varita para pasarlas de un idioma a otro en 10 minutos. Por eso, tu presupuesto puede resultar caro. Intenta ser muy explicativo. Sin vergüenza, pero con educación, se puede aclarar el proceso y el cliente, normalmente, acaba valorando tu trabajo. Ofrece calidad y soluciones para que el cliente te valore.

2. Sé solucionador. Si no puedes ofrecer el servicio, deriva a un compañero. ¡Pero del que estés muy seguro que va a cumplir! No suele convenir decir un no rotundo al cliente sin ofrecer otras posibilidades: contacto con alguna agencia de confianza para que busque otro traductor, pregunta qué urgencia tiene realmente, intenta explicar por qué no puedes atender el encargo, si se trata de un encargo grande, di que repartirlo puede crear problemas de terminología e incongruencias, etc.

Si ya has trabajado en proyectos similares al que te ha encargado un cliente nuevo, piensa en los errores del pasado e intenta adelantarte. Advierte al cliente de posibles problemas, pregunta si tiene glosarios, bases terminológicas: ofrece tu saber hacer, tu experiencia. En fin, no seas un mero aceptador de encargos de traducción, pues debes ayudar a los clientes más allá de pasar palabras de un idioma a otro.

3. Ten un buen trato con el cliente. Ofrecer descuento si ves que te envía gran volumen de trabajo puede ser una buena opción (valorada previamente, claro), así como enviar tarjetas por Navidad, pagar el servicio de Correos si el importe de la traducción es grande o decir que el primer envío de traducción jurada es gratuito, avisar con antelación de que te vas de vacaciones (o estarás ausente porque vas a un congreso de traducción; si dices esto, verá que quieres seguir formándote, que te mueves, etc.).

Si un cliente contacta contigo a menudo para trabajos de muchas palabras, y una vez durante esa colaboración te envía un texto pequeño (unas pocas líneas), dile que no se lo cobras (o no cobres tu mínimo, sino incluye el importe real de 23 palabras, pongamos, en la siguiente factura).

André Höchemer, de Diario de un alemol, también ofrece algunos consejos en su blog, entre los que destaco el de romper el anonimato. André comenta que cuando conoces en persona al cliente, cuando os habéis visto cara a cara, es mucho más fácil negociar mejores precios y plazos de entrega. Para eso es recomendable también explotar nuestras habilidades de comunicación y las tecnologías y nos recuerda que: «Un correo electrónico está bien, una llamada es mejor, y una videoconferencias es óptima».

En cuanto a la facturación (tema que ya abordamos en el artículo anterior), quiero destacar también la entrada de André sobre la política de pago de los clientes (¡y la nuestra!). Muchas veces nos limitamos a enviar la factura sin más, sin establecer nuestras condiciones antes.

Esta es su forma de proceder, y me parece muy correcta: «En mi caso son 30 días, tal como señalo en mis facturas y recuerdo a los clientes que, por despiste, por descuido o intencionadamente, lo incumplen. A los pocos días de vencer una factura, envío un mensaje al cliente indicando el presunto despiste y recordándole el número, la fecha y el importe de la factura vencida».

¿Queréis más información sobre agencias, gestores de proyectos y clientes directos? No os perdáis estas entradas:

  • Lo que valora un gestor de proyectos de un traductor (de Elena Fernández)
  • Buenos clientes, malos clientes (de André Höchemer)
  • La gestión de proyectos (de Pablo Muñoz)
  • Cómo detectar a un cliente directo (de Devadip Rivero). En clave de humor, pero vale la pena echarle un vistazo.

Para terminar, trataremos un tema espinoso donde los haya. Todos trabajamos lo mejor que podemos y sabemos, pero a veces surgen complicaciones. Veamos, pues, qué hacer en el caso de una queja del cliente.

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CÓMO GESTIONAR LAS RECLAMACIONES

Sí, todos somos extraordinarios profesionales y estas cosas no nos pasan, o preferimos no hablar de ellas, pero en el fondo sabemos que errar es humano (y herrar también) y que alguna vez vamos a meter la pata.

Regla número 1 al recibir una no conformidad: que no cunda el pánico. Este es uno de los casos en los que el cliente no siempre tiene razón, aunque en ocasiones sí la tendrá. ¿Qué podemos hacer? ¿Abandonar la traducción y flagelarnos con Gran Hermano VIP en modo bucle en el televisor?

Carmen Fernández Gauchi (http://www.carmenfernandez.es/) nos da algunos consejos útiles. En su época de gestora de proyectos en una agencia de traducción aprendió a seguir los siguientes pasos:

1. Escuchar BIEN la reclamación exacta del cliente. No metamos más el dedo en la llaga respondiendo en caliente a un mensaje airado. Aplaquemos los nervios iniciales y veamos cuál es la queja para poder solucionarla. ¿No se ha respetado el plazo de entrega? ¿No se ha utilizado el glosario del proyecto? ¿Hemos traducido erróneamente porque no hemos comprendido el texto?

2. Analizar la situación para comprobar hasta qué punto es cierto. ¿Tenemos su mensaje de encargo y realmente hemos entregado más tarde? ¿O se equivocó al indicar la fecha en el pedido? ¿De verdad nos adjuntó el glosario y nos hemos despistado? ¿O este nunca llegó a nuestras manos? (Por eso es tan importante revisar bien lo que nos envían) ¿Cree que sabe español y nos está modificando expresiones que son correctas? (No es infrecuente que alguien que no hable castellano tenga dudas acerca del estilo, por surrealista que parezca) ¿O bien la hemos cag… hemos cometido errores serios?

3. Actuar en consecuencia

Si el cliente no tiene razón: habrá que demostrárselo, reenviarle el mensaje que recibimos sin el glosario adjunto, o pasarle enlaces a diccionarios especializados donde vea que nuestras traducciones son acertadas. OJO: Algunas quejas pueden proceder de clientes cuyo revisor cree que añadir más rojo es sinónimo de trabajar mejor y habrá introducido cambios por cuestión de gusto y no para reparar verdaderos errores.

Bajo ningún concepto conviene enzarzarse en un cuerpo a cuerpo con el revisor. Puede que goce de la total confianza del cliente y enfrentarle nos deje en peor posición. Bastará con confirmar que la opción del revisor es buena, pero que la nuestra también lo era y que el cambio ha sido cuestión de preferencia.

Si tiene razón: le puede pasar a cualquiera, no somos máquinas, pero eso puede haber causado algún perjuicio al cliente. Por eso lo primero es disculparse sinceramente por las molestias. Quizá no ha podido colgar en su web una noticia que debía salir hoy, o no ha llegado a imprenta un folleto que debería estar mañana en una feria. Lo mínimo que podemos hacer es aceptar nuestra responsabilidad.

Lo siguiente será buscar el modo de compensarle. Si aún estamos a tiempo, podemos modificar el vocabulario de acuerdo con ese glosario que habíamos olvidado. Volver a revisar nuestro texto si lo tradujimos con prisas, o incluso pasarlo a un compañero si vemos que no dimos la talla para el grado de especialización que requería. Por supuesto sin coste para el cliente. Si ya es tarde  para enmiendas, dependiendo del alcance del error y del tamaño del proyecto, podemos buscar algún tipo de compensación.

Asumir las responsabilidades buscando una solución al problema es un buen ejercicio que nos sirve para tomar conciencia de nuestro error y, a la vez, demuestra al cliente un trato profesional. Si el problema causado ha sido realmente grave, habrá que recurrir al seguro de responsabilidad civil.

conciliacion

4. Tomar medidas para que no vuelva a suceder. Será útil analizar por qué ha pasado y cómo evitarlo la próxima vez: ¿Aceptamos el encargo sin mirar bien la agenda, se nos solaparon los proyectos y hubo que traducirlos muy rápido? ¿Nos encontramos ante un texto demasiado especializado porque no lo leímos antes de aceptarlo? Puede que esta vez ya sea demasiado tarde y hayamos perdido al cliente, pero ya sabemos qué NO hacer en el futuro.

¿Y vosotros? ¿Habéis sufrido alguna queja de un cliente? ¿Supisteis reaccionar y salir bien parados? Y en cuanto al trato con el cliente, ¿añadiríais algún consejo más? ¿Qué os suele funcionar?

¡Gracias por leer y hasta la próxima!

Cada maestrillo… Consejos para el traductor autónomo (II)

09 lunes Feb 2015

Posted by enlalunadebabel in Lengua española, Productividad, Recursos, Traducción, Vida traductoril

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consejos, emprender, productividad, recursos, traductor autónomo, traductor principiante

Después de hablar del traductor y del material con el que están hechos l̶o̶s̶ ̶s̶u̶e̶ñ̶o̶s̶ los textos en la entrada anterior, esta vez nos centramos en las herramientas de traducción asistida, la burocracia y la organización, entre otros.

Aprendizaje, especialización, planificación, ergonomía, tarifas y algo de fiscalidad nos esperan también en el artículo de hoy, en el que podéis descargaros un ejemplo de factura, una base de datos muy sencillita para estar al día de las empresas con las que contactáis y hasta un libro de ingresos y gastos.

APRENDIZAJE Y ESPECIALIZACIÓN

✏ El aprendizaje en nuestra profesión tiene que ser continuo. No podemos quedarnos atrás con las herramientas TAO. Tal vez no te las pidan ahora, pero aprovecha para aprender cómo van porque tal vez llegue algún cliente que las requiera. Y no solo eso, aunque el cliente o la agencia no te las pida, puedas echar mano de ellas para agilizar el trabajo y ser más eficiente.

Algunos enlaces:

  • SDL Trados Studio: http://www.translationzone.com/trados.html
  • Memo Q: https://www.memoq.com/translation-products/get-memoq
  • Omega T: http://www.omegat.org/
  • Wordfast: http://www.wordfast.net/

A cada traductor le llega su TAO y hay quien tiene sus preferencias. Yo suelo usar Trados, pero por si queréis más información os recomiendo el blog de Jordi Balcells, Méteteme, y estas entradas:

  • Software para traductores: herramientas TAO (de Rafael Sánchez)
  • Comparación de herramientas TAO o CAT (de Sara Bueno)
  • MemoQ, SDL Trados y Wordfast (de Carla Manrique)
Al principio las herramientas TAO intimidan, pero vale la pena saber usarlas

Al principio las herramientas TAO intimidan, pero vale la pena saber usarlas

✏ No subestimes tu idioma. Dominar inglés, alemán o francés es indispensable (si son tus lenguas de trabajo), pero de nada vale si no sabes comunicarte bien en tu idioma. Como dicen en 101 things: «As a translator, you are a writer. And your written skills must be better than 98 per cent of the general population (including university graduates)».

✏ Aprovecha toda la oferta formativa que tenemos ahora: carreras, posgrados y másteres universitarios, cursos, webinarios, charlas, etc. Encontrarás cursos de todo tipo para mejorar como traductor. Para escoger bien, sobre todo, fíjate en quién imparte el curso y qué se va a tratar para ver si se ajusta a lo que necesitas.

Algunas propuestas para traductores:

  • Cálamo y Cran: http://www.calamoycran.com/
  • Trágora Formación: http://www.tragoraformacion.com/
  • Aulasic: http://www.aulasic.org/
  • Con trazo firme: http://www.contrazofirme.es/
  • Zot Formación: http://www.zotformacion.com/
  • Estudio Sempere: http://www.sampere.edu.es/index.php/cursos-a-distancia
  • Traduversia: http://traduversia.com

Y no olvidemos los cursos que ofrecen las asociaciones de traducción de todo el país: Asetrad, Aptic, Xarxa, etc.

✏ Seguramente en tu vida como traductor traducirás de todo un poco, pero es buena idea especializarse para destacar y desmarcarse de la competencia. Si en nuestro currículum ponemos una larga retahíla de sectores y ramas, resultará poco creíble. Ya se sabe, quien mucho abarca…

Una buena forma de buscar la especialización es empezar con nuestras aficiones. Si nos apasiona la astronomía, conoceremos la terminología y tendremos unos conocimientos impagables con los que podremos traducir sin (muchos) problemas. Además, teniendo claro estos temas, podremos dirigirnos a unos clientes o a otros y no limitarnos exclusivamente a agencias, por ejemplo.

DESPACHO Y ERGONOMÍA

✏ Bromeamos mucho con lo de trabajar en pijama, pero a veces se trabaja mejor si separas bien tu zona de trabajo de la de vida. Muchos compañeros prefieren vestirse y «aparentar» de algún modo que salen a trabajar. Cada maestrillo tiene su librillo, pero sí creo que trabajar toda la semana pegado a la silla en pijama no es bueno a la larga.

✏ ¿Que lo bueno de los traductores es que podemos trabajar en cualquier lugar? Sí, pero necesitamos un espacio destinado a tal fin. Traducir en el sofá con el portátil está bien un rato, pero no es bueno para tu espalda. Llevarte el Mac al Starbucks es muy moderno, pero la concentración no va a ser la misma. Al final lo clásico es lo mejor: una mesa relativamente grande y despejada, con una pantalla a la altura de los ojos, una silla cómoda y ergonómica y un reposapiés. Otra tarea pendiente también para mí, que siempre termino sentada cual faquir en un lecho de clavos (y así tengo las cervicales).

✏ Es importante tener un horario definido para que el trabajo no nos coma parte de tiempo de ocio. Si conoces a tus clientes (agencias, sobre todo) sabes sus horarios y es recomendable que estéis a la par. También pasa con empresas y otros clientes directos. Al final siempre le echarás alguna hora más o tendrás que echar mano de un fin de semana, pero lo mejor sería tener el trabajo acotado a sus horas. Tarea pendiente para mí, os confieso.

ergonomia

ORGANIZACIÓN

Ser organizado en esta profesión en la que, como traductores, somos hombres y mujeres orquesta es esencial. Elena Fernández, de Trágora, nos da algunas claves en su blog.

✏ Hacer números da mucha pereza, pero lo mejor para no agobiarse a última hora es llevarlos al día. Actualmente existen varias herramientas de gestión, como 4visions manager, que pueden ayudarte a organizarte mejor. Si no, para empezar, siempre puedes tener un Excel a modo de base de datos. En cuestión de ingresos y gastos, en Infoautónomos nos regalan una plantilla bastante útil.

Por ejemplo, yo me preparo un dossier a principios de cada año para apuntar los encargos de cada día, el plazo, el precio y si se ha cobrado o no. Es todo muy manual, como una especie de libro de cuentas, pero es lo que mejor me va. Así, de un vistazo sé cuándo entrego qué y cuándo lo he cobrado.

De este modo se tienen también las armas para gestionar mejor los impagos. «El día YY de ZZ os envié la factura número XXX que debería estar abonada puesto que han pasado X días y…». Tenerlo todo controlado va en nuestro beneficio.

✏ Ten bien fichados a los clientes. Hazte una base de datos con su información (dirección, CIF, persona de contacto, etc.) y las tarifas que tienes con ellos, porque tal vez no sean las mismas para todos. Del mismo modo, apúntate bien con quién te pones en contacto, cuándo y cómo (correo, formulario) y realiza el seguimiento si no responden. Aquí tenéis una propuesta muy sencilla de base de datos para estos menesteres.

Estar pendiente de todo puede parecer complicado al principio, pero es cuestión de coger el ritmo. Somos nuestra empresa y si no estamos nosotros al tanto, nadie lo estará.

✏ En cuanto a la organización de tiempo, cada uno tiene sus truquillos también. Como además de traducir imparto clases en escuelas y empresas, suelo dividirme el trabajo según las horas de que dispongo cada día. También suelo trabajar con listas según prioridades y fechas de entrega.

Lo mismo sucede con la presencia en Internet, que ahora es más fácil que nunca con aplicaciones como Hootsuite, IFTTT o con las herramientas de programación de publicaciones de facebook, por ejemplo. Que publique mucho no quiere decir que esté ociosa (hablo por mí, ¿eh?).

Podéis sacar algunas ideas más de los numerosos blogs que tratan de la organización de tiempo (en general, no sobre traducción):

  • Técnicas de organización: http://www.tecnicasdeorganizacion.com/
  • Cómo me organizo: http://www.comomeorganizo.com/
  • El canasto: http://canasto.es/

Algunos programas y aplicaciones útiles:

  • Pomodoro: http://pomodorotechnique.com/
  • Focus booster: https://www.focusboosterapp.com/
  • Keep focused: http://keepfocused.codeplex.com/
  • Moosti: http://www.moosti.com/

Técnica-Pomodoro

FISCALIDAD

Normalmente, al salir de la carrera no sabes cómo darte de alta y ser autónomo. De hecho, ni sabemos hacer una factura (impuestos que poner, formato, datos que debe llevar, etc.). Puedes descargar modelos de Internet y adaptarlos o bien pedir ayuda a algún compañero traductor. Aquí tenéis una propuesta de factura descargable (con el cálculo del IRPF sin reducción e IVA actual).

✏ Antes de lanzarte, calcula los ingresos que tendrás, estudia todas las ayudas (% de IRPF que se aplica a los nuevos autónomos, ¿me ayudan por ser mujer menor de 30 años?, etc.), lee páginas especializadas (Infoautónomos), blogs de traductores que hablen sobre ello, pregunta a traductores que ya sean autónomos: en definitIVA, infórmate antes de acudir a la Agencia Tributaria o una gestoría. Tal vez recibas directrices erróneas o diferentes; si conoces tus derechos de antemano, gestionarás mejor esta tarea.

Para temas de fiscalidad, la traductora Herminia Páez tiene una serie de entradas muy útiles:

  • Papeleo del demonio (I): El secreto del IAE
  • Papeleo del demonio (II): Viaje a la Seguridad Social
  • Papeleo del demonio (III): Fiscalidad básica: ROI e IVA
  • Papeleo del demonio (IV): Cabalgando el IRPF (con estilo)

PRECIO Y TARIFAS

Tema delicado donde los haya. No se pueden «recomendar» tarifas y algunas asociaciones han sido multadas por ello, pero por otro lado los traductores que empiezan no saben bien por dónde tirar. ¿Qué hacemos? Muchas veces pueden consultarse encuestas con los rangos de precios o bien preguntar a traductores con los que se tiene cierta confianza. Como siempre, es mejor hacerlo con tacto.

Saber qué cobrar no es fácil, pero se puede echar mano de herramientas como CalPro, desarrollada por los socios de Asetrad. En sus palabras, es una «herramienta concebida para ayudar a los traductores a evaluar sus gastos, ingresos y rendimiento profesional y está dirigida tanto a traductores noveles como a los que llevan años en la profesión». Podéis encontrarla aquí: http://www.asetrad.org/pdfs/CalPro_v1.3.xls.

Y con los clientes, bueno, habrá que pulir las destrezas de negociación para proponer tarifas y realizar presupuestos. Todo se aprende, creedme.

Para más información:

  • 5 razones para no bajar tus tarifas, de Ricard Sierra, Kobalt Languages.
  • A las tarifas de traducción también hay que echarles huevos, de Pablo Muñoz.
  • El traductor autónomo (documento de la Universidad Pompeu Fabra).
No está muy fino, pero en esto tiene toda la razón

No está muy fino, pero en esto tiene toda la razón

PSICOLOGÍA

No voy a soltaros ningún rollo aquí, no soy una psicóloga experta ni me va la autoayuda, pero creo que en algún momento podemos sentirnos identificados con algunas de estas sensaciones.

✏ Los inicios son difíciles e incluso cuando tienes años experiencia habrá temporadas de sequía. Intenta tomártelo con filosofía y no venirte abajo. Aunque es preferible buscar clientes cuando uno tiene la barriga llena, aprovecha estos periodos para retocar el currículum, pulir destrezas y buscar nuevas oportunidades.

✏ En el paraíso también hay nubarrones. Meterás la pata, es inevitable. Cuando recibas una crítica negativa, asúmelo y no te pongas a la defensiva. Escucha al cliente, explícale tu punto de vista y arguméntaselo bien si crees que no lleva razón (no te enzarces en discusiones) y si la tiene, acéptalo, sé sincero y asume la responsabilidad. Ofrécele alguna opción o compensación si es necesario. No somos infalibles, pero tratamos con personas y siempre hay una solución.

De todos modos, sobre este último tema hablaremos más en la próxima entrada, en la que abordaremos el trato con el cliente directo y las agencias. Algunos compañeros nos ofrecerán su visión de este asunto, así que yo no me lo perdería. ¿Qué voy a decir, no?

¡Hasta la próxima!

Cada maestrillo… Algunos consejos para el traductor (I)

26 lunes Ene 2015

Posted by enlalunadebabel in Errores, Lengua española, Productividad, Recursos, Traducción, Vida traductoril

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consejos, emprender, errores, productividad, recursos, revisión, traductor autónomo, traductor principiante

Podría llamarlo «15 consejos para el traductor», pero estos títulos están ya muy manidos y, además, soy de letras. ¿Cuela? En fin, en estos días de propósitos y buenos deseos, me gustaría revisar los puntos más útiles de la profesión que se adquieren con el paso del tiempo y, cómo no, también por ensayo y error.

Este artículo será el primero en una serie de entradas en las que se expondrán algunos consejos o trucos para traducir, tratar a los clientes, ser más eficientes, etc. Como suele pasar con los consejos, no son verdades universales ni tienen por qué funcionar siempre a todo el mundo. Solo son algunas observaciones que pueden ayudar al traductor novel (y no tan novel) en su quehacer.

A continuación, los primeros apuntes sobre la tarea del traductor, los textos en sí, la revisión, etc. La mayoría son personales, pero los hay de otras fuentes, como 101 things a translator needs to know de WLF Think Tank, A practical guide for translators de Geoffrey Samuelsson-Brown y How to succeed as a freelance translator de Corinne McKay y, por supuesto, de la experiencia de otros compañeros con los que de tanto en tanto hablo de estos temas.

Consejos

Llamémosle sentido común, gustos o preferencias. No se pretende sentar cátedra.

Si tenéis alguna sugerencia más, no dudéis en dejarla en los comentarios.

SER TRADUCTOR

Empezamos por el principio, por el traductor mismo, y damos una pincelada al modo de trabajo, a las tipologías textuales que abordamos y la calidad del trabajo.

✏ Es fundamental saber cómo es la rutina de un traductor. No todo es ser traductor de algún organismo como la ONU. Al contrario, cabe la posibilidad de que trabajes desde casa. Quizás convenga concienciarse antes de afrontar esta actividad laboral. Puede resultar poco comunicativa con el exterior, puede que tengas que trabajar en horarios que no te gusten (fines de semana, días 1 de enero, etc.).

Como supongo que sucede en otros trabajos, conviene amar la traducción si te vas a dedicar a ello. Muchas veces, será tu pareja, tu confidente, tu vía de escape; otras ocasiones, tu frustración, tu «Déjame en paz, necesito salir a tomar el aire». Además, puede que en algún momento te sientas infravalorado, te enfade que regateen tus tarifas o te sientas explotado, etc. La vida real, en definitiva. Paciencia.

✏ Aunque curses un máster que te especialice y, aparte de eso, seas un gran entendido en la materia, suele ser complicado poder pagar las facturas solo con una especialización. Normalmente, tendrás que traducir varios textos que sean aburridos y que nada tengan que ver con lo que te gusta. Tranquilidad, después de un texto que da sueño, vendrá otro que te haga soñar. Cheesy, but true.

✏ Has hecho una carrera especializada en lenguas, puede que seas (casi) bilingüe, lector incondicional desde que tienes tres años o que te hayas leído El Quijote al revés… ¡vas a cometer errores! No solo debes evitar contrasentidos en tu trabajo, también hay que ser humilde. El mejor escribano echa un borrón.

Duda de todo. De la colocación correcta de una coma, de lo que puedas creer que es un anglicismo, de la colocación correcta de las palabras dentro de una frase. Y, sobre todo, no ames el idioma extranjero más que al tuyo. El castellano merece todo tu amor, tu trato con delicadeza. ¡Duda, pregunta y revisa!

TEXTOS. EL QUID DE LA CUESTIÓN 

Como la palabra es nuestra divisa, seguimos con algunos consejos sobre los textos y los encargos en sí.

✏ Acepta un encargo siempre que esté dentro de tus posibilidades. Si es muy técnico, ¿disponemos de las herramientas necesarias y de la ayuda suficiente por parte del cliente? ¿Nos proporcionarán su glosario o unas directrices claras? Si piden una herramienta determinada, ¿sabemos usarla bien? ¿Es la versión que piden? Las comprobaciones son esenciales antes de empezar.

✏ Asegúrate de que entiendes bien lo que vas a traducir, de que eres consciente del ámbito en el que se va a usar y el destinatario que va a recibir el texto, sobre todo el lector, porque quien te pide la traducción no siempre es el destinatario final. Ante la duda, lo mejor es consultar siempre al cliente. Más vale pecar de preguntón.

✏ Hay que tener en cuenta también la idiosincrasia de cada idioma y del texto en cuestión: longitud de frases, ritmo, tono… Recordemos que no trabajamos con palabras sueltas. Como dicen en 101 things: «Translation is about conveying ideas and emotions, preserving the logic and development of an argument. But it is also about reflecting pace, tone, flavour —idiosyncrasies even— in order to achieve a comparable effect on the reader of the translated text».

Traducir implica un proceso mental más complicado de lo que parece (foto de http://www.msktc.org/Knowledge-Translation)

Traducir implica un proceso mental más complicado de lo que parece
(foto de http://www.msktc.org/Knowledge-Translation)

✏ En cuanto al léxico, piensa que muchas veces hasta las palabras más simples puede que no tengan los mismos significados y connotaciones en otros idiomas. Esto sucede con mayor frecuencia en los textos técnicos, en los que una misma palabra en inglés puede tener varias en español dependiendo del ámbito específico.

Recuerdo traducir manuales técnicos para la empresa en la que trabajaba mi padre en los que los términos de diccionario no eran aplicables. Y recuerdo lo que me decía él siempre cuando me revisaba: «Sí, es un X, pero nosotros le llamamos Z y es lo que espera leer el instalador». Como la terminología puede cambiar de una empresa a otra, es muy importante tener claro el ámbito y disponer de glosarios fiables.

Suele ser buena idea avisar previamente al cliente, incluso. Decirle que como ya has traducido proyectos similares anteriormente, te gustaría saber si desea alguna nomenclatura en concreto y para quién va dirigido, etc.

✏ ¿Invisibilidad? Siempre reivindicamos la visibilidad del traductor, pero no en los textos. La traducción tiene que sonar como si se hubiera escrito originalmente en nuestra lengua materna: natural, sin costuras, sin dobleces; que no solo el contenido, sino el registro y el ritmo sean adecuados. Cuidado con los giros locales o expresiones que llaman mucho la atención (por un argot muy ligado a una zona, por ejemplo) y que van a «sacar» al lector del texto.

En este sentido, no olvidemos la importancia del registro. En textos literarios y en la traducción para subtitulación y doblaje, sobre todo, hay que pensar si la persona que traducimos hablaría así. ¿Queda creíble?

Y muy importante: evitemos la ampulosidad. No queramos demostrar que somos mejores que el autor. El texto es como es y mejorarlo no suele ser buena idea. Lo que dice es lo que es.

✏ El formato también es una parte importante del texto. Un cliente directo, sobre todo, espera que su texto traducido tenga el mismo aspecto que el original (normalmente). En este caso, llevaremos cuidado para reproducirlo todo con esmero y para eso las herramientas TAO son de gran ayuda.

En literaria, no obstante, el formato deberá ser lo más sencillo posible para facilitar el trabajo del maquetador. Cada editorial tiene sus preferencias, pero lo más habitual es esto: fuente Times New Roman 12, interlineado doble y sangría de 1 cm (salvo en la primera línea de capítulo y tras un cambio de sección/contexto). En este último caso, cambió de sección, de escena, etc., muchas editoriales prefieren que se marque con *** entre párrafo de sección anterior y párrafo de sección nueva. El TO suele marcarlo con un triple espacio.

De todos modos, pregunta siempre al cliente qué formato desea o si tiene alguna preferencia.

La revisión es esencial (foto de http://venderenlared.com/puntos-a-revisar-de-nuestro-comercio-electronico/)

La revisión es esencial (foto de http://venderenlared.com/puntos-a-revisar-de-nuestro-comercio-electronico/)

✏ Ay, la revisión. Somos humanos y por muy bien que escribamos, algún gazapo se nos escapa. ¿La solución? Releer, releer y releer antes de enviar el texto. Si no tenemos la opción del comodín del compañero, imprimir el texto (no sé en el caso de los nativos digitales, pero yo reviso mejor los textos impresos) y tener claros los posibles errores que podemos cometer (sé en qué cosillas fallo siempre).

No caigamos en la soberbia del traductor como conocedor absoluto de la lengua. Es mejor dudar de todo por sistema y revisar. Si no dudamos de nosotros mismos podemos meter la pata… hasta el corvejón.

Para esto va muy bien tener una lista de elementos esenciales (para antes de empezar) y de sospechosos habituales (para revisar a posteriori).

Algunos trucos antes de empezar o mientras se trabaja:

  • Escribe siempre con la función «Mostrar todo» habilitada, te permitirá evitar la mayoría de errores de formato. Se activa pulsando el calderón (¶).
  • Memoriza los atajos de teclado más útiles. Puedes incluso configurar tu teclado para asignar números sencillos a ciertos símbolos frecuentes.
  • Automatiza las palabras que siempre (o casi siempre) escribimos mal. Me pasa con «tambine» o «entocnes», por ejemplo. Si sabes con qué palabras fallas más, utiliza el autocorrector para memorizar estas formas erróneas y que te las cambie automáticamente por la forma correcta.
  • Controla el uso de las comillas. La secuencia es la siguiente:  «…“…‘…’…”…».
  • Asegúrate de que tienes controlado todo lo que hay que traducir: ¿La presentación en Powerpoint lleva notas? ¿Te has fijado en todas las pestañas del Excel y las columnas escondidas? ¿El Word lleva notas al pie?
Más sobre comillas: http://www.factoriadeautores.com/uso-de-comillas-y-cursivas/

Más sobre comillas: http://www.factoriadeautores.com/uso-de-comillas-y-cursivas/

Trucos para después:

  • Busca y reemplaza los dobles espacios por uno solo.
  • Asegúrate de haber escrito bien las cifras y los espacios antes de símbolos como el %.
  • Sé coherente con los nombres de los personajes y que el autocorrector no haga de las suyas. Para eso va bien guardarlos en el diccionario del Word (para literaria).
  • Comprueba que el uso de la raya en los diálogos sea correcto (para literaria).

✏ También relacionado con la revisión, va muy bien leer en voz alta lo que traducimos. Como no trabajamos con palabras sin contexto, cada texto tiene su ritmo y su música, y la mejor manera de comprobarlo es leerlo en voz alta.

Por eso he visto que me va tan bien trabajar con Dragon. Mientras dicto me hago una idea de cómo suena y como siempre hay cierto retraso al dictar, mientras no se escribe lo último le puedo echar un vistazo a lo anterior. De todos modos, se tenga o no se tenga un software de dictado, releer el texto es esencial.

Por último, sobre esto de revisar os recomiendo el artículo de Tenesor Rodríguez-Perdomo, Sobre el difícil arte de revisar traducciones, y el de Isabel G. Cutillas, La revisión: el yang de la traducción.

✏ Anglicismos, el gran escollo. Con toda la información que tenemos a nuestro alcance se diría que sabemos cómo protegernos de ellos, pero precisamente por la influencia del inglés sucede todo lo contrario. Aquí van algunos artículos útiles sobre el tema:

  • La traducción y sus trampas (Sousa): https://www.dropbox.com/s/b405rpk89745hng/%28de%20Sousa%29%20La%20Traducci%C3%B3n%20y%20sus%20Trampas.pdf?dl=0
  • Los anglicismos ortotipográficos (Sousa): https://www.dropbox.com/s/a0yiwsdekzwtdb3/%28De%20Sousa%29%20Los%20Anglicismos%20Ortotipogr%C3%A1ficos.pdf?dl=0
  • El gerundio: https://www.dropbox.com/s/k0upc1jb7ejyihl/Tradu%201%20-%20Gu%C3%ADa%206%20-%20Gerundio%20%281%29.pdf?dl=0
  • Resumen de anglicismos de estructura: https://www.dropbox.com/s/h169czv562n8qk8/Anglicismos%20Resumen.pdf?dl=0
  • Anglicismos de frecuencia: https://www.dropbox.com/s/h169czv562n8qk8/Anglicismos%20Resumen.pdf?dl=0

COMPAÑEROS. ¡BENDITO TESORO!

Sí, también son competencia, pero podemos aprender muchísimo de nuestros colegas de profesión.

✏ Tener un título de traductor es como tener el carnet de conducir. Me encanta esta metáfora de 101 things: «Like a driving licence, [your degree] means you can now move out into the world and start gaining experience. It doesn’t mean your technique is flawless […]. But it does allow you to embark on the lifelong task of perfecting your skills». Lo que encuentras luego en tu camino es puro aprendizaje y habrá tanto paseos agradables como pequeños baches. Pincharás alguna rueda que otra, así que tendrás que estar preparado.

La unión siempre hace la fuerza (foto de http://teaching.monster.com/)

La unión siempre hace la fuerza (foto de http://teaching.monster.com/)

En este proceso, trabajar con otros compañeros, llevar a un copiloto experto al lado, es de gran utilidad. Puedes ofrecerte a algún compañero para revisar su trabajo; traducir tú tus textos y que sea otro compañero quien te revise al principio (y no tan al principio). Es una experiencia enriquecedora para ambos y sobre todo para el que empieza. Si no tienes suficiente confianza con alguien, siempre puedes recurrir a las asociaciones, que a veces tienen programas de mentoring o prácticas también.

✏ Llevarse bien con los compañeros es esencial. Parece de cajón, ¿no? No ganamos nada con malos rollos, ni en el trabajo ni en la vida. Conocer a gente en conferencias, charlas y eventos varios es una buena forma de combatir la soledad del traductor, pero no solo. Establecer buenos lazos con los compañeros te permitirá tener a un «suplente» cuando estés de vacaciones, alguien que pueda coger tus encargos si no estás y conservar así al cliente, o bien saber que tienes compañeros que pueden pasarte trabajo cuando van desbordados.

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Lo dejamos aquí por hoy. En la próxima entrada veremos algo de fiscalidad, trato con los clientes, ergonomía y tarifas, entre otros. Y, ya sabéis, si queréis dejar vuestro granito de arena en los comentarios, ¡aquí os espero!

***

Algunos artículos relacionados:

  • La traducción e interpretación como negocio de David Polo.
  • La revisión: el yang de la traducción de Isabel G. Cutillas.
  • Errores y vicios más comunes del español de Mónica Matínez.
  • Manual de revisión de la Dirección General de Traducción de la Comisión Europea.

 

Emprender en tiempos de guerra

31 sábado Mar 2012

Posted by enlalunadebabel in Productividad, Traducción

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crisis, emprendedor, emprender, inventar, originalidad

Con la que está cayendo cada vez está más claro que hay que buscarse la vida por uno mismo. Como traductor, ahora más que nunca, hay que buscar la novedad e intentar encontrar todos los clientes que se pueda y fidelizarlos, claro está. Sin embargo, se ha escrito tanto sobre este tema que me ha parecido muy interesante el artículo que dedica la revista Emprendedores del mes de enero de 2012 a los mitos sobre los emprendedores y las nuevas empresas.

“Hay muchas ideas equivocadas acerca de los creadores de empresas”, declara Luck Johnson, en su libro Adiós al jefe (Conecta), con el que intenta desmontar algunos de los mitos erróneos que no ayudan nada a fomentar el espíritu emprendedor. Son fantasías que desalientan a algunos posibles emprendedores a seguir adelante e incluso ejercen influencia sobre los responsables de la formulación de políticas”, afirma Johnson. Algunos de estos mitos son los siguientes:

  • Lo que importa es la idea. De hecho, la ejecución lo es todo. Casi todos tenemos ideas brillantes, pero hacer que funcionen es lo que realmente cuenta.
  • Los emprendedores nacen, no se hacen. Las investigaciones demuestran que los dueños de las empresas con más éxito adquirieron experiencia trabajando para otros y aprendieron a dirigir una empresa antes de aventurarse a crear una propia.
  • Las empresas de nuevo cuño son organismos unipersonales. La mayoría de las que salen adelante tiene al frente a equipos cualificados más que a personas individuales.
  • Los emprendedores son genios de la inventiva. Son muy pocos los auténticos inventores que consiguen triunfar como empresarios. Antes bien, es el individuo dotado para los negocios que reproduce un producto original y lo abarata, o lo vende mejor, el que acaba triunfando.
  • Los emprendedores son personas solitarias. Sacar adelante una empresa exige emplearse a fondo y la mayoría de los empresarios son personas extrovertidas que disfrutan con la compañía de los demás.
  • Los emprendedores son jugadores. Efectivamente, asumen riesgos, pero casi todos tienen capacidad para evaluar las situaciones de riesgo y son cautelosos.

Y tú, ¿eres emprendedor?

*Artículo adaptado de «Emprendedores», edición de enero.

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