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En la luna de Babel

~ Blog sobre lenguas y traducción

En la luna de Babel

Publicaciones de la categoría: Aprendizaje

Volvemos con más lecturas para traductores

15 lunes Nov 2021

Posted by enlalunadebabel in Aprendizaje, Documentación, Recursos, Traducción

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biblioteca del traductor, diccionario práctico, diccionarios, ensayo, libros de referencia, libros de traducción, libros para traductores, obras de consulta, recursos traducción, recursos traducir

Y con esta van ya siete publicaciones con lecturas útiles para traductores. La última fue para el Día del Libro de 2019 y parece que fue ayer, pero desde entonces han llovido libros muy interesantes sobre la profesión. Echémosles un vistazo.

Libros para aprender el oficio

1. Mujeres en la traducción audiovisual. Perspectivas desde el mundo académico y el profesional. Carla Botella y Belén Agulló (eds). Editorial Sindéresis, 2021.

Un compendio de artículos de grandísimas profesionales del sector que abarcan los distintos ámbitos de la especialidad: doblaje, subtitulación, accesibilidad, videojuegos, voces superpuestas. Muchos tienen un enfoque práctico y profesionalizador ideal para las personas que empiezan… y las que llevan ya un tiempito en esto. Mención especial al capítulo-charla de María José Aguirre de Cárcer y Raquel G. Rojas porque me encanta leer batallitas del sector.

2. Luces, cámara y… traducción audiovisual. Guía para futuros traductores audiovisuales. Eugenia Arrés, Fernando Castillo, Javier Rebollo y Juan Yborra. Pie de página, 2020.

Los autores, fundadores de Ampersound, se han marcado una guía la mar de útil para adentrarse en el mundo profesional. Abarcan cuestiones como los errores más frecuentes en doblaje, las tarifas en traducción audiovisual, las pruebas de traducción, los programas más usados del mercado y muchas cosas más. Además, incluye las pildoritas de traducción que Fernando Castillo publica en Twitter y hasta hago un cameo sin saberlo (¡gracias por mencionar mi artículo sobre la traducción soez!).

En definitiva, si acabas de salir del cascarón y te interesa la TAV, no lo dudes: es práctico e informativo a partes iguales.

3. Atrapados por la lengua. Sheila Queralt. Larousse, 2020.

Si os llama la atención la lingüística forense tanto como a mí, este libro os gustará este libro de Sheila Queralt que, como perito judicial, ha seleccionado 50 casos en que el análisis lingüístico ha sido crucial para determinar el grado de participación de los presuntos delincuentes. Desde el experto en fonética que supo encontrar la pista en los secuestradores de Anabel Segura o del supuesto narco de Barcelona que pasó 626 días en una cárcel italiana, hasta el lingüista forense que analiza denuncias por amenazas o casos de suplantación de identidad.

Queralt no se olvida de la traducción y también habla de ejemplos en los que la traducción o interpretación ha tenido un papel central para la resolución o el enfoque de un caso determinado. Porque el cómo decimos las cosas importa, en este caso, tanto como el qué decimos.

4. Cómo vivir (muy bien) de la traducción. Ruth Gámez y Fernando Cuñado. Autoeditado, 2021.

Tras más de veinte años de experiencia en traducción, Ruth Gámez y Fernando Cuñado, el dúo dinámico detrás de Traducción Jurídica, se lanzan a recopilar consejos para los traductores noveles y para aquellas personas sin formación en traducción que quieren aprender el oficio. Incluye una sección muy interesante en la que desmontan los mitos: no se puede vivir de esto, hay mucho intrusismo, la traducción automática nos quitará el trabajo, etc. Quizá no es un manual tan práctico como informativo, pero vale la pena si partes de cero.

Ensayos deliciosos sobre traducción

5. Simpatía por el traidor, Mark Polizzotti. Trama editorial, 2020. Con traducción de Íñigo García Ureta. (Cortesía de la editorial)

«Me preocupa la aparición de un mundo donde la traducción ya no sea realmente necesaria, no porque todos podamos hablar la misma lengua, sino porque las distintas lenguas del mundo ya no expresen las diferencias psicológicas y culturales que las hacían especiales e interesantes.»

Mark Polizzotti lleva casi medio siglo traduciendo y se plantea aquí qué es una traducción, para qué sirve, cómo leerla. Para conseguirlo, nos cuenta la historia de cómo llegamos a usar las distintas lenguas en nuestro beneficio, y qué sucede cuando no es así. ¿Cuál es el objetivo final de una traducción? ¿Qué significa tildar una traducción de «fiel» o «infiel»? Y, ya puestos, ¿resultan útiles estos criterios? ¿Qué responsabilidad ética tiene el traductor para con el lector y el texto de origen? ¿Es inevitable «perder» algo en la traducción, o también se puede ganar algo? ¿Puede y debe una traducción mejorar el original? ¿Qué hace que algunas versiones canten y otras chirríen? Y en última instancia, ¿importa la traducción? Y de ser así, ¿por qué importa?

No os perdáis la reseña de Carlos Fortea porque, como bien indica, «no hace falta estar iniciado en los secretos del oficio para disfrutarlo, y sin duda será una lectura de cabecera para muchos estudiantes de traducción que no saben por dónde dar el primer mordisco a la bibliografía».

6 y 7. This litte art, Kate Briggs. Fitzcarraldo Editions, 2020. // Este pequeño arte, Kate Briggs. Jekyll & Jill, 2020. Con traducción de Rubén Martín Giráldez.

Recomendación al cuadrado porque este ensayo (más bien un diario novelado) bien lo vale. Al menos, yo no pude resistirme a tenerlo en inglés y traducido. Para explicaros de qué va, os dejo mejor un fragmento de la completísima reseña de Ricardo Menéndez Salmón en La Nueva España:

«Kate Briggs, traductora al inglés de Roland Barthes, lanza en Este pequeño arte una singularísima mirada a las aventuras de la traducción, a propósito de sus límites y certezas, en torno a sus expedientes satisfechos y sus cuitas inagotables. Lo hace valiéndose de herramientas características del espíritu barthesiano (elogio de la delicadeza, cuestionamiento de la autoridad, desviación y reformulación del canon) para urdir un bellísimo libro que, sin dejar de ser un ensayo, se lee con la emoción de una autobiografía y con el hechizo de una novela. La clave de tan feliz centauro, su encanto y fascinación, radica en la capacidad de Briggs para explorar con inteligencia, pero también con pasión, las estancias de su tarea. Libro cerebral y al tiempo casi romántico, nacido de las miles de horas de trabajo de la traductora y a la vez de la devoción de una lectora que emprende sus excursiones textuales sin buscar otra recompensa que el propio viaje, Este pequeño arte es un homenaje a la literatura y a tres de sus provincias mayores, la lectura, la escritura y la traducción, inextricables en ocasiones, estancas otras veces, de pronto inefables, puntualmente iluminadoras, opacas a menudo incluso para quienes más y mejor las cortejan».

Tiene frases lapidarias y reflexiones que, si os apasiona la traducción como tal, os encantarán.

Obras de consulta

Las siguientes obras no son nuevas, pero sí incorporaciones relativamente recientes a mi biblioteca que ojalá hubiera tenido antes.

8. Diccionario combinatorio práctico del español contemporáneo (o Práctico para los amigos), Ignacio Bosque (dir.), Ediciones SM, 2011.

«En español sembramos trigo, pero también esperanzas, dudas y sospechas; clavamos una chincheta, pero también una respuesta; y se nos hiela el cuerpo por frío, pero también la sonrisa o la sangre por el miedo». A esto nos ayuda exactamente el Práctico, a ver cómo se combinan las palabras. Es un gran manual para traductores para dar con ese verbo que va con tal sustantivo y rehuir así de la posible influencia del inglés (o de cualquier otra lengua autonómica; que me lo digan a mí con todos los fer del catalán…). Muy muy recomendable.

9. Diccionario de ideas afines, Fernando Corripio. Editorial Herder, 2020 (2.ª edición).

La afinidad entre palabras que encontraremos en este diccionario puede surgir por tratarse de palabras sinónimas, antónimas o de mera relación ideológica. Es decir, no es un simple tesauro aunque pueda parecerlo a primera vista. A veces se incluyen voces que no son del todo equivalentes (fraile, sacerdote, órdenes religiosas) por la notoria afinidad de ideas o conceptos que están muy interrelacionados y constituyen una unidad ideológica homogénea (educación, enseñanza, alumno, profesor, escuela y estudio).

Os dejo varias fotografías para que veáis algunos ejemplos.

¿Os han gustado estas propuestas? ¿Tenéis ya alguno de estos libros o queréis dejar vuestras recomendaciones? Os espero, como siempre, en los comentarios.

Para más lecturas, os emplazo a artículos anteriores:

  1. https://enlalunadebabel.com/2012/09/10/lecturas-para-el-traductor/
  2. https://enlalunadebabel.com/2014/08/11/mas-lecturas-para-el-traductor/
  3. https://enlalunadebabel.com/2017/04/10/seguimos-con-las-lecturas-para-traductores/
  4. https://enlalunadebabel.com/2017/11/27/lecturas-para-el-traductor-especial-principiantes-iv/
  5. https://enlalunadebabel.com/2019/02/13/lecturas-para-traductores-clasicos-basicos-con-sorpresa-v/
  6. https://enlalunadebabel.com/2019/04/23/lecturas-para-traductores-especial-dia-del-libro/

Vídeos y pódcast de traducción para aprender y divertirte durante la cuarentena

18 lunes May 2020

Posted by enlalunadebabel in Aprendizaje, Humor, Testimonios, Traducción, Vida traductoril

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canales de YouTube de traducción, entrevistas a traductores, pódcast de traducción, traductores en YouTube, vídeos sobre traducción

Seguimos a medio gas por la crisis de la COVID-19. Parece que está todo en el aire: algunas semanas entra mucho trabajo; otras, nada. Algunos compañeros van desbordados y otros no reciben encargos desde hace días. Algunos pagos se demoran y la incertidumbre se palpa en el ambiente.

En momentos así no sabes si empezar a buscar trabajo o aprovechar esta etapa tan rara para retocar el currículo y seguir formándote. Cualquier opción es buena. Decidas lo que decidas estará bien. Lo más importante —en mi humilde opinión— es no sobrecargarte con obligaciones, sobre todo las que te impones tú mismo. ¿Te apetece hacer un curso de traducción mientras andas mano sobre mano? Perfecto. ¿Quieres empezar ya a buscar clientes porque este momento de parón es ideal para hacer pruebas de traducción? Perfecto también. Que no te abrume y te pese no haber leído ya cinco libros al mes, haber hecho las 25 sentadillas al día o haber horneado ya los diez panes y cuatro bizcochos de rigor. Take it easy!

Pero en esta situación tan distópica que vivimos sí hay cosillas que podemos hacer para seguir formándonos como traductores y disfrutar al mismo tiempo y es que cada vez son más los compañeros que usan las redes para echar un cable a los demás y que suben vídeos y podcasts con pildoritas, entrevistas o debates acerca de la traducción. Así pues, de esto vamos a hablar hoy, aunque estoy convencida de que ya conocerás a la mayoría.

1. ATRAE

Aunque no va en ningún orden específico, empiezo con el canal de la asociación ATRAE, porque la iniciativa (de Mario Pérez, si no me equivoco) de reunir a varios compañeros y especialistas en varias cuestiones de la traducción audiovisual me parece fantástica.

Aquí tenéis el primer vídeo de la serie «Las quedadas de ATRAE» centrado en la traducción del humor, pero en su canal encontraréis muchas más entregas.

2. En Pantuflas

Marina y Paola llevan ya 105 episodios de su podcast En Pantuflas, en los que abarcan todo tipo de temas, pero siempre desde el humor y el salero que las caracteriza. Como ellas mismas describen en su página: «En Pantuflas es un podcast que buscar dar voz y valor a la profesión del traductor. En cada episodio, las conductoras Paola y Marina los llevarán a recorrer un camino diferente, reflexionar sobre cuestiones de la traducción, debatir sobre noticias de la industria y entrevistar a profesionales que son exitosos en lo que hacen y que tienen muchos consejos interesantes para compartir con traductores e intérpretes. Pero, además de informar, En Pantuflas busca entretener y permitirles a los traductores divertirse un rato y reírse de lo que hacemos que, muchas veces, nadie entiende como otro colega que está en la misma».

Tuve el placer de que me entrevistaran en el episodio 57 y me lo pasé fenomenal; hablamos de humor, redes y muchas cosas más.

Ah, ¡y no os perdáis sus karaokes!

3. Traducción jurídica

Los compañeros de Traducción jurídica, Ruth y Fernando, son de sobra conocidos en esta rama de la traducción y en su canal de YouTube suben vídeos sobre su especialidad, aunque también hay cabida para consejos sobre tarifas o sobre cómo empezar en traducción, como este:

Por cierto, el 28 y 29 de mayo organizan un taller sin coste: Cómo orientar tu carrera para vivir de la traducción (en el mundo post COVID-19) al que os podéis apuntar aquí: http://bit.ly/2WcOCCI.

4. The Translation Show

The Translation Show es un espacio de noticias, entrevistas, recursos y mucho más sobre traducción e interpretación conducido por Rafael López Sánchez y Damián Santilli. En el blog de Rafael, Jugando a traducir, encontrarás la declaración de intenciones del canal.

Barriendo para casa, os dejo como muestra la entrevista que me hicieron hace ya un tiempo.

5. Trágora Formación

Las compañeras de Trágora tienen canal propio en YouTube y en su serie #HangoutsTrágora podréis encontrar multitud de entrevistas a profesionales del sector. Gabriel Cabrera, su ínclito presentador, maneja con destreza todos los temas y entrevistados. En una ocasión hablé con Gabriel sobre traducción editorial, pero para no saturarte, te dejo con este vídeo en el que Xosé Castro habla de cómo aumentar nuestra cartera de clientes, algo que siempre viene bien.

También tienen otro tipo de vídeos: la serie #Asociatrad, sobre las distintas asociaciones de traductores, y #TFTRAD, en la que los recién egresados cuentan los entresijos de sus TFG. ¡Hay para todos los gustos!

6. Traduversia

Traduversia son Pablo Muñoz y Rafael López y ofrecen cursos de traducción desde su web, pero también tienen un canal en YouTube en el que podemos encontrar, sobre todo, vídeos prácticos sobre software de traducción. Además tienen un pódcast en el que tratan otras cuestiones, como este episodio en el que hablan de sus inicios en el mundo de la traducción, de por qué estudiaron Traducción e Interpretación y cómo encontraron su primera experiencia laboral.

7. El idioma del cine

Judit Jiménez Cuenca es El idioma del cine tanto en Twitter como en YouTube y sube periódicamente vídeos sobre películas, series y lanzamientos varios, pero también tiene vídeos relacionados con la profesión que podéis encontrar aquí.

En esta entrega, por ejemplo, varios compañeros hablan de cómo fue su primer encargo:

8. Laura Traducción

Por último, pero no por eso menos importante, está Laura López, que tiene un blog desde hace un tiempo y recientemente se ha lanzado a los vídeos en directo en su cuenta de Instagram, que luego sube a YouTube. Ahora mismo podéis encontrar entrevistas a Quico Rovira-Beleta y Pilar Ramírez Tello.

***

¿Qué os han parecido estos canales? ¿Ya los conocíais? ¿Me dejáis en comentarios otros que os gusten? ¡Hasta la próxima!

Pinceladas del curso de traducción romántica y erótica

11 lunes May 2020

Posted by enlalunadebabel in Aprendizaje, Recursos, Traducción, traducción literaria

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aprender a traducir, cursos para traductores, el mercado de la traducción, traducción erótica, traducción romántica

Hoy empieza la tercera edición oficial del curso de traducción romántica y erótica con AulaSIC y me acabo de dar cuenta de que no había hablado de él por aquí. A veces parece que me cuesta vender(me). ¿También te pasa?

Bueno, pues voy a ponerle remedio. En la entrada de hoy te cuento qué incluye el curso y cómo funciona. Para empezar, el objetivo del curso es dar a conocer y practicar la traducción romántica y erótica en la combinación EN-ES. Pero no solo eso, además de descubrir la terminología, el tono y las demás cuestiones propias del género, también es una forma amena de conocer la traducción editorial. En el curso hacemos hincapié en el mercado específico de este tipo de traducciones y en las oportunidades para introducirse en él.

Veamos los módulos y materiales que integran el curso:

Módulo 1. Introducción a la traducción romántico-erótica. Los clásicos 

En este módulo comentamos algunas de las obras clásicas más relevantes del género erótico-romántico. También vemos aspectos prácticos de la traducción editorial como las técnicas de traducción aplicadas al formato de los diálogos o los errores más comunes en este género para empezar a traducir desde cero con solidez.

Material de soporte: 

  • Dosier con el temario
  • Apuntes sobre el formato de los diálogos
  • Apuntes sobre diferencias léxicas, morfológicas y de puntuación entre inglés y español
  • Compendio de errores comunes en traducción editorial
  • Muestra de traducción

Práctica: Traducción de dos textos clásicos.

Módulo 2. La novela romántica en la actualidad: histórica y moderna 

En este apartado profundizamos en los distintos géneros de la romántica, haciendo hincapié en los subgéneros más actuales, y vemos las estructuras, tópicos y líneas narrativas más habituales que nos ayudan a entender mejor el contexto de cada historia.

Material de soporte: 

  • Dosier con géneros y subgéneros
  • Comparativa de traducciones
  • Glosario

Prácticas: Traducción de dos textos de novela romántica (histórico y actual).

Módulo 3. La novela erótica y coqueteos con el BDSM

En este módulo descubrimos los entresijos de la novela erótica y vemos la gama de instrumental que podemos esperar en aquellas historias con BDSM. Además, vemos una pincelada de la traducción homoerótica con un fragmento actual.

Material de soporte: 

  • Dosier con teoría sobre las novela eróticas
  • Glosario con jerga sexual
  • Vocabulario erótico
  • Ejemplo de narrativa erótica en español

Prácticas: Traducción de tres fragmentos de novelas eróticas. 

Módulo 4. El mercado de la traducción romántico-erótica 

En este módulo hablamos de editoriales que publican el género, abarcando números y ventas. Vemos también cómo acceder a esta rama de la traducción y cómo se hace una propuesta editorial con su correspondiente informe de lectura.

Material de soporte: 

  • Capítulo completo e información de contexto para la práctica final
  • Modelos de informes de lectura

Sesión online conmigo para hablar del mercado editorial y responder a cualquier duda.

Práctica final: Traducción.

Aunque normalmente en los cursos de AulaSIC las prácticas son autocorregibles tras haber rellenado un cuestionario por módulo (que es parte de la nota final), en este curso reviso y comento todos y cada uno de los textos traducidos para que el alumno aprenda de las correcciones.

¿Qué más ofrece el curso? Hay un foro llamado tutoría en el que, además de cuestiones organizativas, también hablamos de temas relacionados con la traducción y luego hay un foro por módulo para debatir sobre los ejercicios o plantear dudas sobre el tema en cuestión. Evidentemente, tienes línea directa conmigo y, además de usar los foros, puedes preguntarme lo que necesites por privado.

¿Cuál es el perfil del alumno? Hasta ahora ha habido de todo, desde estudiantes de último curso de TeI, recién egresados y traductores de otras ramas y géneros. La única condición indispensable es saber usar bien los dos idiomas, el inglés y el castellano.

¿Cuánto tiempo dura? Normalmente se dispone de un mes para presentar todo. En la edición normal del curso, cada semana se abre un módulo para ir paso a paso, aunque no es necesario haber entregado las prácticas del módulo 1 para acceder al 2, por ejemplo. En la edición especial que aún está en curso durante este confinamiento por la COVID-19 (con ediciones que empiezan cada miércoles), tienes los cuatro módulos abiertos desde el principio y puedes organizarte como prefieras. Y lo mejor es que, en caso de ir con el tiempo justo, siempre puedes pedir una extensión, aunque normalmente hay margen suficiente.

Y eso sería más o menos todo. Si tienes alguna duda, puedes preguntarme a mí o acudir a AulaSIC, que a fin de cuentas es quien lo gestiona todo y se ocupa de precios, promociones y demás.

Si no nos vemos por el curso, ya sabes, ¡nos seguimos por las redes! Cuídate mucho. #StaySafe

Acabo de terminar el grado. ¿Y ahora qué? (XIX)

20 lunes Ene 2020

Posted by enlalunadebabel in Aprendizaje, Testimonios, Traducción, Vida traductoril

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abrirse camino, cómo empiezo a traducir, cómo ser traductor autónomo, después de graduarme, después de TEI, encontrar trabajo, traductor novel, traductor principiante

Con esta primera entrada de 2020 despedimos la serie de artículos de recién graduados o, por lo menos, su publicación regular. Como sabéis, el blog siempre está abierto a colaboraciones si queréis hablar de vuestra experiencia o dar vuestras opiniones.

En esta ocasión, Enya Fernández y Celia M. Duro nos cuentan brevemente su vida después del grado.

ENYA FERNÁNDEZ

He de decir que cuento con muy poca experiencia porque me gradué en 2018. A pesar de esto, cuando terminé tercero de carrera, hice unas prácticas extracurriculares de traducción técnica en una compañía danesa dedicada a la fabricación, venta, instalación y mantenimiento de aerogeneradores. Cuando terminé las prácticas, decidieron contratarme y estuve durante un año y medio aproximadamente trabajando con ellos como traductora en plantilla. Esta experiencia me sirvió, además de para conocer los entresijos de la traducción técnica, para darme cuenta de que no quiero trabajar en plantilla, ya no solo por el tema de las tarifas sino por la poca independencia que tienes: estás ceñida a horarios, tienes que desplazarte, etc. Por esto, he decidido hacerme autónoma.

Actualmente me encuentro lidiando con los «problemas» del principiante: encontrar clientes, pasar pruebas de traducción, conseguir encargos en agencias, etc. En definitiva, estoy intentando hacerme un hueco en el mercado.

*Podéis escribirle un correo. Y si queréis conocerla un poco más, participó en una charla #TFTRAD con Trágora: https://www.tragoraformacion.com/traduccion-agroalimentaria/.

CELIA M. DURO

Cuando terminé la carrera y tuve que plantearme qué hacer, el máster ya no era una opción porque me había quedado una asignatura para septiembre y no iba a conseguir entrar en el que quería. Tampoco me veía preparada para empezar a buscar clientes y darme de alta como autónoma, así que me quedaba la opción de trabajar por cuenta ajena.

Ni siquiera había presentado el TFG cuando, por casualidades de la vida, encontré una beca para una agencia de comunicación en la que pedían redactar un post. Me animé pensando que no iba a llegar a ninguna parte y porque siempre me ha gustado escribir.

Era una especie de concurso en el que el premio era un contrato de 6 meses y así fue cómo empecé a trabajar en el mundo de la comunicación. Estos primeros meses, seguidos de un contrato de otros 6 más, me ayudaron a ampliar mis servicios y a especializarme casi sin quererlo. Aprendí a redactar contenido web y el famoso copywriting, a saber qué es el SEO, a programar y a gestionar redes sociales y, por supuesto, a traducir y localizar páginas web. Después de esa experiencia pude empezar otras prácticas en una agencia de traducción que se especializa en marketing y localización web y creo que, gracias a la casualidad de aquel concurso, he ido definiendo mi carrera poco a poco.

Mi consejo a los que acaban de terminar la carrera es que no se cierren ninguna puerta, que el mundo de la traducción es mucho más amplio que traducir siendo autónomo o en una agencia de traducción y que nunca se sabe cómo te puede ayudar una experiencia distinta en el futuro. También les diría que no pasa nada por no empezar traduciendo desde el principio. Poco a poco, con paciencia, llegará.

*Su perfil de LinkedIn es este: https://www.linkedin.com/in/celia-martinez-duro/.

***

Como sabéis, a lo largo de toda esta serie he querido dar mi opinión o comentar algo sobre los testimonios que me parecía importante. Hoy me voy a detener en esta frase de Celia: «No pasa nada por no empezar traduciendo desde el principio». No digo que sea un caso generalizado porque, por lo que veo en los estudiantes que he tenido en prácticas, los recién graduados trabajan en varias cosas: desde hacer de canguro a poner copas pasando por impartir clases particulares.

Por favor, que esto se os quede grabado a fuego: no es ninguna derrota no empezar a traducir al acabar el grado. En serio. Cualquier cosa que hagáis os dará experiencia y será un colchoncito para ir buscando clientes con relativa tranquilidad. Que no os dé miedo aceptar un trabajo a media jornada con contrato, por ejemplo, porque se puede compatibilizar con la traducción autónoma. Yo empecé a impartir clases de inglés poco antes de terminar la carrera (con contrato) y las traducciones llegaron un poco después (como autónoma también). Ambas actividades pueden hacerse de forma legal y no son incompatibles. Eso sí, tienes menos tiempo para traducir, pero poco a poco. Calma. Es normal querer ver los frutos del grado después de esos años de inversión, pero todo llega; que no os dé apuro ir haciendo otra cosa hasta que empezáis a traducir.

No avanzo gran cosa porque estoy preparando un artículo sobre el tema, pero no os lancéis a hacer lo que hace todo el mundo porque es «lo que toca». No os sintáis mal si no habéis hecho un Erasmus como fulanito; no tenéis por qué hacer un máster como menganita si no os apetece; no os comparéis con nadie, por favor. Cada uno se labra su camino como puede según sus circunstancias. En un momento importante de cambio como es el paso de la Universidad al mundo laboral, sentaos, pensad qué queréis hacer e id a por ello. Hay trabajo y muchos caminos para conseguirlo, pero no tengáis prisa. Tiempo al tiempo.

Y hasta aquí la serie y la entrada de hoy. Encontraréis todas las demás entradas tecleando «testimonios» en el buscador del blog. Como siempre, tenéis los comentarios y mi correo para lo que necesitéis. ¡Feliz semana!

Un puñado de primeras veces

13 miércoles Nov 2019

Posted by enlalunadebabel in Aprendizaje, català, Cuestiones laborales, interpretación, Traducción, traducción literaria, Vida traductoril

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cómo preparar una interpretación, conocer a una autora, intérprete por un día, salir de la zona de confort, traducció al català, traducir libros

Una de las cosas que más me gusta de esta profesión es que siempre aprendes cosas nuevas y, normalmente, salen encargos y proyectos que te empujan a salir de tu zona de confort.

Cada traducción es distinta a la anterior; un mismo día puedes estar traduciendo sobre un niño y su amigo imaginario, sobre medidas contra el acoso escolar y sobre una empresa de alquiler de coches. No digo que no haya trabajos más rutinarios o más aburridos, hay de todo, pero en la variedad está el gusto y en este oficio suele darse en abundancia.

Sin embargo, estos últimos días he salido de la burbuja a lo grande. Para poneros en situación, empecé a colaborar con la editorial Mai Més hace unos meses con la traducción al catalán de Trail of Lightning, El rastre del llamp, de Rebecca Roanhorse, una novela distópica con protagonista femenina muy cañera y trasfondo navajo muy interesante. ¡Y ganadora del premio Locus, por si fuera poco!

Para mí, esta fue mi primera incursión en el género fantástico, por el que siempre he tenido bastante respeto. Los lectores son muy exigentes (como debe ser, por otro lado), no había tocado ciencia ficción desde mi adolescencia y no había leído a grandes como Sanderson o Pratchett (shame on me!). Aun así, me informé sobre el libro, me gustó y vi que no pertenecía a ninguna saga ya empezada. Recalco esto porque llegar a una saga a medias es complicado; debes empaparte bien del mundo creado en el libro, el estilo y la terminología propia.

Disfruté mucho con esta historia (os la recomiendo si sabéis catalán y, si no, creo que se han adquirido ya los derechos para traducirla al castellano), el libro quedó de diez y también por primera vez mi nombre apareció en una cubierta.

Pero lo que me empujó a salir de la burbuja de mi despacho fue hacer de intérprete para la autora en su visita a Barcelona. Los editores de Mai Més, más majos que las pesetas, me pidieron si podía echarles una mano aunque no fuera intérprete. Necesitaban interpretación para la presentación de la autora a varios periodistas y blogueras y, posteriormente, para el encuentro con lectores en la librería Gigamesh, templo friqui por excelencia.

Presentación de Rebecca a la prensa en la librería Gigamesh
este pasado viernes.

No sabéis los nervios que me entraron. Si me leéis por redes, sabéis que siempre he alabado el trabajo de los intérpretes, lo respeto muchísimo y me parece realmente encomiable. Solo había hecho un par de interpretaciones para empresas y de eso hacía muchos años. Además, siempre digo que tengo poca memoria y, claro, no dejaba de imaginarme ahí delante de la gente boquiabierta y con la mente en blanco.

Así pues, me preparé la tarea como si fuera un examen, de algún modo lo era. Lo mejor fue que gran parte de esa documentación ya estaba hecha. Cuando traduzco un libro suelo apuntar las directrices que sigo para que puedan ayudar después a la correctora y la editora. Apunto las dificultades o las curiosidades terminológicas y algunas cuestiones más para entender mejor el contexto. En este caso, me había hecho también un glosario porque en la novela aparecen muchos términos en navajo.

Fragmento de los apuntes que me fueron de perlas también para interpretar.

Llegó el viernes, la prueba de fuego después de tanto tiempo sin desempolvar mis herramientas de interpretación, y la experiencia fue muy grata. Además, por primera vez (¡otra primera vez!) conocía a una autora a la que había traducido y me hizo mucha ilusión. Debo decir que en este caso, muchos asistentes sabían inglés, lo que supuso una ventaja.

Ayer volvimos a reunirnos para que los lectores conocieran a Roanhorse y pudieran preguntarle lo que quisieran. En este caso me encargaba no solo de la interpretación, sino también de hacerle las preguntas y de servir de enlace con los asistentes. Esta vez iba bastante más tranquila porque ya había tenido contacto con la tarea la semana anterior, había practicado la toma de notas, conocía a la autora y, sobre todo, su acento y su forma de hablar. También me había leído entrevistas anteriores, con lo que tenía una idea aproximada de los temas que podían salir.

Encuentro de Rebecca Roanhorse con los lectores en la librería Gigamesh.

Me sentí muy cómoda y creo que eso al final se nota. No soy intérprete profesional (siempre he separado bastante traducción de interpretación), pero creo que al final conseguí transmitir bien su mensaje. Y, por supuesto, me alegro de haberme atrevido a salir de mi zona de confort.

En definitiva, con preparación y sin subestimar ningún encargo, si nos vemos capacitados va bien de vez en cuando salir de nuestra burbujita y lanzarnos a probar más primeras veces. Puede que nos guste tanto que no se quede en esa primera vez.

***

Reseñas:

  • Reseña del libro en El Biblionauta
  • Reseña en Café de Tinta
  • Reseña en A través de otro espejo
  • Reseña en El Kraken
  • Reseñas y mitología en Miss Spoiler

Fuentes de información sobre la cultura de los navajo:

  • Navajo Word of the Day
  • Navajo Times
  • Historia y glosario de los navajo

Acabo de terminar el grado. ¿Y ahora qué? (XIV) Brice Fajardo

07 lunes Oct 2019

Posted by enlalunadebabel in Aprendizaje, localización, Testimonios, Traducción, Traducción de videojuegos, Vida traductoril

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El principio de mi carrera profesional como traductor especializado en videojuegos estuvo marcado principalmente por dos características: métodos que algunos podrían calificar como poco ortodoxos y suerte… mucha suerte.

Para empezar, se me podría considerar un intruso de la profesión ya que mi formación universitaria fue de psicología y no de traducción e interpretación, pero las circunstancias me llevaron hasta donde me encuentro actualmente. Y el elemento desencadenante fue la traducción como fan de un videojuego llamado Subnautica.

Al tiempo que realizaba mis estudios universitarios y, posteriormente, de máster, estuve dedicado a su traducción durante su desarrollo como el miembro más activo de la comunidad española y su administrador. Poco después de su lanzamiento, vi la luz del mismo modo que House tiene la revelación sobre el auténtico problema de sus pacientes y vi un futuro profesional donde antes no había nada.

Así comencé a formarme e informarme sobre la profesión especializada en el ámbito de los videojuegos. Las casualidades me llevaron a un curso online que me llevaría después hasta un curso presencial impartido por grandes profesionales de todos los ámbitos del sector. Eso por un lado.

Por el otro, dedicaba varias horas por semana para estudiar y analizar posibles fuentes de trabajo, estuviesen o no en mi especialidad. Grupos de Facebook, páginas web, foros, redes sociales… Todos los recursos valían para métodos de búsqueda activa (buscar activamente ofertas y oportunidades de traducción) y pasiva (establecer un sistema de notificaciones donde fuera posible para ver nuevas ofertas disponibles).

No voy a negar una realidad, más de una vez encontraba una pared en cada esquina. ¿Frustrante? Quizás. Alguna vez sentía que mis esfuerzos eran en vano, pero era algo que duraba apenas veinte minutos. Después reanudaba mi búsqueda. Otras (concretamente la primera), preguntabas de pasada y la siguiente pregunta que recibías era «¿Cuáles son tus tarifas?». Ay… la tarifa. Esa gran desconocida. No voy a extenderme en este asunto porque daría para una historia larga, así que me limitaré a decir que el desconocimiento me llevó a empezar con una tarifa baja… MUY baja. Puede que fuera un error, pero investigando y PREGUNTANDO fui aprendiendo y la tarifa fue aumentando y ajustándose a las necesidades de cada proyecto.

Además, dice el dicho que «quien la sigue, la consigue», y doy fe de ello. El esfuerzo y la perseverancia, por poco que parezcan funcionar, terminan dando sus frutos. La búsqueda pasiva dio como resultado la prueba para un proyecto de traducción, fuera de mi especialidad, para la que requerían marketing (de lo que tampoco tenía ni tengo formación) y de la que salí seleccionado. Fueron más de 90K palabras y fue uno de mis primeros proyectos.

La búsqueda activa, a la par que la más frustrante, es la que después resultaba más gratificante cuando daba resultados. Pero ¿a qué me refiero con búsqueda activa? Para describirlo de forma genérica, hay que buscar posibles clientes que estén desarrollando su producto y que pueda tener posibilidades de localización. Pero no solo eso. Hay que estudiar la viabilidad del producto, la propia empresa, buscar los métodos de contacto disponibles y sopesar cuál es el mejor acercamiento para cada situación, de modo que nos escuchen.

Sin embargo, puede que este método poco ortodoxo no pueda ser generalizado. No siempre sabemos qué producto o proyecto puede estar formándose entre las sombras porque no hay forma de verlo. En el campo de los videojuegos, esto resulta bastante transparente, pero en otros quizás no tanto.

Por eso no hay que tener miedo y hay que preguntar a otros profesionales que ya lleven tiempo asentados. Pero no me refiero a «¿Me podrías dar trabajo?» o «¿Qué tengo que hacer?». A veces puede ser tan sencillo como preguntar por sus comienzos para conseguir referencias. Ellos han pasado también por la casilla de salida y pueden ver en nosotros la dedicación que tenemos. No nos darán el trabajo ni nos allanarán el camino solo por nuestra cara bonita, pero pueden enseñarnos una POSIBLE dirección. El resto dependerá de nosotros.

Y por frustrante que pueda ser que el 90 % de las veces no contesten a nuestros mensajes y que el 9,9 % restante sean callejones sin salida, siempre queda un 0,1 % que llegará buen puerto. Yo me he estrellado, he podido no conseguir nada tras horas o días luchando, pero al final, siempre surge la oportunidad.

Y nunca hay que dejar de aprender, sea por nuestra cuenta o de los demás profesionales, porque, aunque parezca que no, están muy dispuestos a tendernos la mano para orientarnos.

Estudia el campo en el que quieres especializarte (si es que hay uno), identifica a los profesionales adecuados para aprender de ellos (pero sin ahogarles), no dejes de aprender y formarte por tu cuenta, acepta los fracasos y aprende de ellos, celebra tus éxitos, enfréntate a pruebas de traducción tantas veces como haga falta y, lo más importante, no te ahogues en un vaso de agua, usa ese tiempo para seguir avanzando o preparando el terreno por el que quieres pisar.

Sinceramente, creo que me he dispersado un poco, así que si queréis hacerme alguna pregunta en particular, no dudéis en contactarme.

*Encontraréis a Brice en Twitter y en LinkedIn.

***

Poco puedo añadir a este testimonio. Brice nos demuestra que es posible reorientar tu futuro profesional para hacer algo que realmente te llene. Que con formación, tesón y llamando a las puertas adecuadas, es muy factible.

Remarca la importancia de relacionarse y de pedir ayuda a los más experimentados, pero sin pedir trabajo directamente, sino orientación; esa mano amiga que nos pueda echar un cable. No subestimemos nunca el factor humano, porque, por suerte, somos un gremio muy solidario en general.

Acabo de terminar el grado. ¿Y ahora qué? (IX) Carmen María González

15 lunes Jul 2019

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empezar en traducción, mentorías en traducción, traductor principiante, traductora novel

Esta semana contamos con el testimonio de Carmen María González Morales, egresada de la Universidad de Córdoba, que ha hecho de todo un poco y tiene muchas ideas que darnos. Le cedemos la palabra.

Me llamo Carmen María, tengo casi 25 años y, aunque actualmente vivo en Salamanca, soy cordobesa de los pies a la «cabesa». Mi pasión por los idiomas, la comunicación y las relaciones interculturales, desde que tenía 12 años, me condujo directamente al mundo de la traducción. Así fue como en 2012 entré en el Grado de Traducción e Interpretación de la Universidad de Córdoba y, cuatro años después, me embarqué en un Máster de Traducción y Mediación Intercultural en la Universidad de Salamanca.

En este máster, tuve la oportunidad de realizar unas prácticas como gestora de proyectos para la revista de la universidad y, a pesar de todo el agobio y problemas que tuve que solventar, descubrí que me apasionaba el trabajo. Las tareas de organización, la negociación con los clientes, la resolución de problemas en el equipo, la gestión de terminología y los plazos de entrega ajustados me hacían sentir muy realizada, a la par que me obligaban a aprender constantemente. Fue entonces cuando decidí especializarme en Gestión de Proyectos con un curso a distancia en Cálamo y Cran.

Antes de terminar la universidad, empecé a buscar trabajo a la misma vez que estudiaba, ya que para mí era muy importante tener una primera toma de contacto con el mundo real antes de salir al mercado laboral. Me postulé a todas las ofertas que encontraba interesantes y realicé varias entrevistas fructíferas, pero las condiciones que me ofrecían no se adaptaban a mis necesidades. Siempre recibía la misma respuesta: «Nos gusta tu perfil, pero no tienes experiencia. Podemos ofrecerte un contrato de prácticas». ¿Estaba dispuesta a trabajar 8 h al día durante 6 meses o 1 año sin poder llegar a fin de mes? En ese punto de mi vida, necesitaba un trabajo y conseguir experiencia, pero también ser independiente y, aunque eran ofertas tentadoras, decidí no aferrarme a opciones que no me llenaban.

Tras mes y medio recibiendo respuestas desalentadoras, me di cuenta de que me había estancado y que tenía que replantearme la situación. Fue entonces cuando surgió en mi cabeza la idea de ser autónoma. Si había conseguido que varias empresas se fijaran en mi CV, ¿por qué no lo iban a hacer también mis potenciales clientes? Así fue como dos semanas después de terminar la universidad, conseguí mi primer proyecto. Ya han transcurrido casi dos años desde aquel momento y, a día de hoy, sigo trabajando como traductora y gestora de proyectos autónoma. Aún me queda mucho camino por recorrer y muchos sueños por cumplir, pero, a pesar de todos los momentos malos que han venido y que vendrán, ahora tengo una seguridad en mí misma que nunca antes había tenido.

Basándome en mi breve, pero intensa experiencia, me gustaría dejaros los consejos que más habría valorado cuando empecé:

Lo más importante desde mi punto de vista es que tengáis claro a qué queréis dedicaros. Aunque parezca una tontería, conozco a muchas personas que no consiguen encontrar un trabajo en el que se sientan realizadas y valoradas. Si no lo tenéis claro, no pasa nada, a veces hay que probar diferentes opciones hasta encontrar la adecuada. Yo misma trabajé en una academia tres meses, a la misma vez que traducía, y me sirvió para darme cuenta de que la formación no era lo mío. La pregunta es: ¿dónde os gustaría estar dentro de 5 o 10 años?

Me gustaría hacer hincapié en algo a lo que, quizás, no se le da tanta importancia: el diseño de un currículum original. Vivimos en un mundo lleno de posibilidades, pero también de muchísima competencia. Por tanto, tenemos que esforzarnos lo máximo posible para diferenciarnos de los demás. Como gestora de proyectos autónoma, recibo varios currículums al día y he visto muy pocos que me hayan llamado la atención. Yo dediqué muchas horas de trabajo a la creación de mi propio CV. Busqué miles de ideas y, cuando tuve en mente lo que quería, me puse manos a la obra. Tengo que decir que más de una vez me han felicitado por él y, por esta razón, os recomiendo invertir dinero en un especialista si vosotros no podéis o sabéis hacerlo. Se trata de una inversión de futuro.

Buscad prácticas en empresas en plantilla o en remoto, haced voluntariados como traductores o traducid libros por pasión. Adquirid experiencia antes de terminar los estudios y os aseguro que os dará muchísimas más posibilidades y seguridad en vosotros mismos. En mi caso, opté por realizar una mentoría con una profesional fabulosa, Marián Amigueti, que ahora se ha convertido en una increíble amiga en la que sé que siempre puedo confiar. Ha sido una de las personas que más seguridad me ha aportado, ya que, desde el principio, estuvo encantada con mi forma de trabajar. Fue el empujón que necesitaba para darme cuenta de que este era mi futuro.

Intentad formaos todo lo que podáis, durante la universidad y cuando estéis trabajando. El saber no ocupa lugar. La traducción es una profesión que no solo se aprende con la experiencia, sino que requiere una formación constante. Tampoco está de más que os mantengáis informados de las nuevas tecnologías y de la evolución de nuestro sector.

Si podéis, aprended marketing, sobre todo, si queréis ser autónomos. Saber vender nuestros servicios o a nosotros mismos es fundamental hoy en día para conseguir clientes, para encontrar trabajo en cualquier empresa o incluso en nuestra vida personal. Entender cómo funcionan otras marcas puede ayudarnos a adaptar nuestro negocio y diferenciarnos de la competencia.

Por último, pero no menos importante, creo que el principal consejo que os puedo dar es que creáis en vosotros mismos y que nadie os diga que es imposible o que no podréis hacerlo. Los sueños también se cumplen y os animo a que luchéis por ellos. Mucha suerte a todos y no dudéis en poneros en contacto conmigo en mi correo electrónico o LinkedIn si creéis que puedo ayudaros en algo más.

Gracias, Carmen, por el testimonio tan completo. Como ya sabéis, los comentarios y mi correo están abiertos para vuestras consultas y testimonios. ¡Hasta la próxima!

Acabo de terminar el grado. ¿Y ahora qué? (VIII) Cristina Zuil y Rosana Esquinas

01 lunes Jul 2019

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empezar a traducir, testimonios traducción, traducción editorial, traductor novel, traductor principiante

Tras el parón de San Juan, volvemos a la carga este lunes con dos testimonios más. ¡Y ya van ocho entregas! Hoy nos acompañan Cristina Zuil y Rosana Esquinas. ¿Qué nos contarán? Preparad papel y lápiz y vamos allá, porque el verano es el momento ideal para parar un poco, tomar aire y coger ideas.

CRISTINA ZUIL

Soy Cristina Zuil, graduada en Lenguas Modernas y Traducción y estudiante del último año de la simultaneidad con Estudios Ingleses que oferta la Universidad de Alcalá. Además, llevo un año trabajando en el ámbito de la traducción; estoy especializada en literaria y audiovisual (páginas web). Voy a intentar daros una serie de recomendaciones desde mi experiencia.

Mi primer consejo para alguien que esté terminando la carrera de Traducción es que se ponga las pilas en las prácticas. No solo lo digo yo, lo he escuchado muchas veces. En algunas ocasiones, pensamos que son un mero trámite para terminar el grado, pero conozco un montón de estudiantes que ha seguido trabajando para la empresa una vez finalizadas. En mi caso, las hice con la autora de este blog y a día de hoy sigo colaborando con ella en algunos proyectos. Supongo que no las hice tan mal, después de todo.

Mi segundo consejo es que hay que moverse. Ir a congresos, charlas, conferencias… De esta manera, conoces a una gran variedad de profesionales del gremio que te pueden ayudar directa o indirectamente. Por ejemplo, yo he tomado prestados algunos truquitos para mejorar mi manera de trabajar al escuchar cómo lo hacían los demás. Además, lo mejor de estos encuentros es entrar en contacto con opiniones que suelen ser positivas con respecto a la profesión, contradiciendo muchas veces a las de nuestro entorno. Eso, y hablar de cosas frikis sin necesidad de contenerse, como el amor por la lengua o la rabia que da ver carteles sin revisión.

Por otra parte, hay que seguir formándose. Aunque salgamos de la carrera pensando que ya tenemos todos los conocimientos necesarios, hay que seguir curioseando y leyendo sobre la especialización que os guste. De esta manera, estaréis en constante contacto con el mercado y hará que os deis cuenta de si realmente es tan genial como parece o si deberíais buscar otro campo.

Por último, aunque no menos importante, hay que saber promocionarse. Como María Galán ha comentado en alguna charla, todo vuestro entorno tiene que saber que sois traductores, incluso el pescadero o el vecino del 4.º. Así he conseguido yo uno de los clientes con los que trabajo, a través de contactos. Además, debéis tener en cuenta que, muchas veces, no conseguir un trabajo no depende de vuestra valía, sino de haber llegado tarde. Con esto quiero decir que, aunque no os cojan para un proyecto, no hay que perder la autoestima porque a lo mejor no tiene nada que ver con vuestra manera de traducir. Por otro lado, hay veces que os seleccionan y, según vais colaborando con el cliente, os vais percatando de que no merece la pena porque prácticamente estáis pagando por trabajar. En ese caso, es mejor darse la vuelta y seguir buscando.

Espero que nos vaya a todos bien en este mundillo. Como última puntualización, si tenéis ganas, no perdáis nunca la esperanza.

Podéis hablar con Cristina por Twitter y por correo o encontrarla también en LinkedIn.

ROSANA ESQUINAS

Cuando nos enfrentamos a una etapa nueva es inevitable sentir una mezcla de emoción y miedo, pero creo que cuando tienes claro a qué te quieres dedicar, siempre es fácil encontrar la motivación. En mi caso, mi interés por la lectura me llevó al grado de Traducción e Interpretación, pero una vez allí descubrí todas las posibilidades laborales que te ofrece esta profesión. En esto me gustaría hacer hincapié, puede que tengamos un objetivo claro, pero, ¿por qué no disfrutar del resto de posibilidades? Cuando se acercaba el final, solo pensaba en lo difícil que es acceder al mundo editorial, está claro que todos queremos especializarnos, y estoy segura de que con el tiempo sucederá; pero no podemos cerrarnos a trabajar con textos de otros campos.

Después del grado, me matriculé en el Máster de Traducción Editorial de la Universidad de Murcia, donde pude conocer los entresijos del mundo editorial, pero pasó algo que no me esperaba: me interesé por el mundo de la investigación y por esto, este año he comenzado mis estudios de doctorado que combino con la traducción, posedición y transcripción y trabajando como examinadora de español para extranjeros. Durante este primer año de novedades, trabajé como profesora de inglés para tener un buen colchón de ahorros y poder lanzarme al mundo autónomo.

Siguiendo los consejos de la clase de marketing que impartió Xosé Castro en el máster, mandé mi currículum no solo a agencias de traducción, sino a todas las empresas que tenían banderitas en su página web. ¡Si la web está en varios idiomas, quiere decir que podrían necesitarnos! Y así fue, mi primer encargo fue un proyecto de traducción y transcripción de inglés y alemán enmarcado en el mundo de LaLiga. No me creía que estuviera traduciendo entrevistas de tantos futbolistas que había visto en televisión, sin tener yo el más mínimo interés por otro deporte que no fuera el yoga o el pilates. Después de ese, fueron surgiendo más proyectos.

Al principio, me puse una regla: si es la primera vez que me escriben, intentaré sacar el tiempo de donde sea para aceptar el encargo. Y funcionó, después del primer encargo, la mayoría de veces vuelven a contar contigo si están contentos con tu trabajo y es una buena forma de fidelizar clientes. A raíz de esos encargos, he descubierto que puedo traducir textos sobre marketing y software, que la posedición puede ser tu amiga y que las transcripciones también existen.

En definitiva, áreas que no me habría planteado nunca y en lo que me interesa seguir trabajando y formándome, razón por la que este año empecé a cursar el máster de Traducción Audiovisual del ISTRAD, pero a distancia y a tiempo parcial. En cuanto a iniciarse en el mundo editorial, mi consejo es que no mandéis solamente vuestro currículum, reciben cientos y será más efectivo si les enviáis un informe de lectura donde hacéis una propuesta editorial que encaje en su catálogo y lo acompañáis de una muestra de traducción. Por eso es importante que os estudiéis bien el catálogo de la editorial que os interesa, ¿encaja vuestra propuesta en esa editorial? Otro aspecto positivo a incluir en el informe de lectura es que investiguéis si el país de origen de esa publicación ofrece subvenciones para traducir su literatura. Esta información es muy golosa para las editoriales, países como Alemania ofrecen subvenciones para promover la traducción de obras en lengua origen alemán. Así fue como conseguí mi primer encargo editorial.

Como veis, todo es posible con esfuerzo y una pizca de suerte. Si bien es cierto que a veces el proceso de enviar currículums es desesperante, aunque no nos contesten y decaiga el ánimo, ya saben que existimos y no es la primera vez que de un currículum que mandé en agosto, me encargaron una traducción muchos meses después. Si tuviera que hablar de algún aspecto negativo, subrayo el tema de los plazos de pago, aunque te sorprenda, hay agencias que pagan a los 60 días de emitir la factura, algo que, según me han dicho, no es del todo legal. En esta profesión hay que batallar mucho por hacernos valer y pelear por nuestros derechos, queda mucho por hacer, pero con constancia todo se consigue.

 Así que mi consejo sería que no os desaniméis, tenemos una formación buenísima, muchísimas opciones de seguir especializándonos, un montón de asociaciones y un ambiente de buen rollo y compañerismo en redes y congresos con los que cargar pilas y seguir aprendiendo. Hay vida después de la carrera, ¡te lo aseguro!

Rosana está en Twitter, pero podéis escribirle también por correo y darle un toque por LinkedIn.

«Hay vida después de la carrera», dice Rosana, y así es aunque en un principio lo veamos más negro que rosa. Lo que pasa que, como todo en esta vida, la fama cuesta y aquí es donde vais a empezar a pagar hay que trabajar, ser constante y, además, tener una pizquita de suerte.

Las dos compañeras hablan del factor humano —estar en contacto con otros traductores, de tejer una buena red de contactos y asociarse—, pero también de seguir formándose. Ambos son esenciales. Aunque nos parezca un trabajo solitario (al fin y al cabo traducimos solos en casa, en la biblioteca o tal vez en el coworking), necesitamos relacionarnos con otros compañeros no solo por si nos cae trabajo, sino para aprender cosas y enriquecernos mutuamente.

Y, por otro lado, la importancia de la formación continua se explica sola. No podemos dar la espalda a los nuevos cambios ortográficos, a los nuevos programas de traducción asistida o demás aplicaciones que nos pueden facilitar un poquito más la labor. Traducir de un modo eficiente es utilísimo; el tiempo es oro, ya sabéis.

Y para no robaros más tiempo, lo dejamos por hoy. La próxima semana, más. Si queréis dejar vuestro testimonio, ya sabéis que tenéis la sección de comentarios abajo o podéis escribir a: info@las1001traducciones.com.

Mientras, podéis deleitaros con los que ya hemos ido publicando:

  • Primera entrega: Carla Bataller y Javier Rebollo
  • Segunda entrega: Iago Álvarez y María Cárcamo
  • Tercera entrega: Cristian Marcote y Laura López
  • Cuarta entrega: Manuel Crespo, Cristina Esteban y Paula Barbero
  • Quinta entrega: Arturo Pérez, Marta Llopis y Sara Castro
  • Sexta entrega: Karla Toledo e Iván Fraile
  • Séptima entrega: Estíbaliz Montero, Juan Rivera y Elisa Manzanal

¡Hasta la próxima y gracias por leer!

Acabo de terminar el grado. ¿Y ahora qué? (VI) Karla Toledo e Iván Fraile

10 lunes Jun 2019

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ASETRAD, ATRAE, empezar a traducir, encontrar trabajo de traductor, traducción audiovisual, traductor principiante, Trágora

Esta semana nos esperan dos testimonios muy completos. Preparaos un cafelito o un té o un zumo y acompañad a Karla Toledo e Iván Fraile en sus primeros pasos en el mundo de la traducción.

KARLA TOLEDO

Estudié Traducción e Interpretación en la Universidad de Salamanca (USAL). Cuando yo entré en la carrera, aún era una licenciatura, o sea, duraba cuatro años, pero, en mi caso, se convirtieron en cinco por una razón muy sencilla: en cuarto me fui de intercambio a Japón con una beca; a la vuelta me quedaban todavía asignaturas troncales y optativas por cursar. En aquella época, la USAL no tenía aún japonés en la combinación lingüística de TeI. Aproveché los créditos de libre elección para matricularme en las asignaturas de lengua japonesa que ofrecían en la Facultad de Filología, con la idea de aprender un idioma «exótico» que pudiera ser un as en la manga el día de mañana. Además, nuestros estudios no existen en Japón, de ahí que mi año de intercambio lo pudiera convalidar únicamente por libre elección.

Recuerdo que, en aquel entonces, ya había profesores que recitaban el famoso discurso de que es difícil vivir únicamente de la traducción o la interpretación, por no decir imposible. Lamentablemente, quienes estudiáis TeI ahora sabéis perfectamente de lo que hablo, pero también podéis ver, gracias a este blog y las redes sociales (entre otros medios), que eso no es del todo cierto ;).

En 2008, cuando terminé la carrera, tenía muy claro cuál sería mi siguiente paso: volver a Japón. Llevaba cinco años estudiando japonés, pero, después de haber estado de intercambio en Tokio, sabía que aún me quedaba mucho camino por recorrer si realmente quería trabajar con el japonés, y no solo con el inglés y el francés, mis lenguas B y C en la licenciatura, respectivamente. Aprovecho para comentar que yo había decidido estudiar TeI porque quería ser intérprete de conferencias, principalmente (en la USAL tenían un itinerario específico de interpretación); sin embargo, el japonés cambió completamente mis planes. Con esto lo que quiero decir es, básicamente, que podéis cambiar de opinión, tanto durante la carrera como después. No todo el mundo tiene por qué seguir el mismo camino, ya sea por cuestiones personales o profesionales. Yo iba para intérprete, pero ahora trabajo como traductora de artículos divulgativos sobre Japón; de manga y de novela; de audiovisual… De vez en cuando, interpreto, pero en cabina inglés-español-inglés (es una combinación con poca demanda en Japón, pero suele haber trabajo varias veces al año). Además, hago cosas que no están tan relacionadas con la traducción, como locutar en radio y hacer narraciones para libros de texto, por ejemplo.

El caso es que volví a Japón, donde compaginé mis estudios de lengua y cultura japonesas con la enseñanza del español durante cuatro años. En ese tiempo, también pude trabajar como traductora y revisora de inglés a español, y como correctora de traducciones del japonés al español hechas por traductores no nativos (japoneses). En 2011, un amigo me recomendó para una empresa con la que él colaboraba, así que decidí lanzarme a la piscina y hacer la prueba de japonés-español; la pasé. De hecho, sigo trabajando con esa empresa a día de hoy. Un año más tarde, hice el examen para ser traductora y locutora en la sección de español del servicio internacional de la radiotelevisión japonesa, un trabajo que, dicho sea de paso, me llegó gracias a otro contacto. Y esto me lleva a otra de las cosas que me gustaría contaros: los contactos son muy importantes. Eso que se dice en nuestro gremio de que hay que hacerle saber a todo el mundo a qué os dedicáis es totalmente cierto. A lo largo de estos años, el 80 % del trabajo me ha llegado por mediación de otros traductores e intérpretes (¡GRACIAS!), e incluso de personas que no tienen nada que ver con la profesión pero que se han acordado de mí cuando alguien buscaba traductor. Por eso, siempre que me ofrecen algún encargo que yo no puedo coger, por el motivo que sea, procuro pasárselo a alguien; también les envío ofertas de trabajo a compañeros cuyo perfil considero que se puede adecuar a lo que una determinada empresa o particular esté buscando.

Por último, me gustaría comentaros que ahora mismo estoy redactando el TFM de mi primer —y puede que último— máster, el de Traducción Audiovisual de la Universidad Autónoma de Barcelona. Como veis, no todo el mundo cursa uno nada más terminar la carrera. Yo, por ejemplo, lo empecé en 2017, casi diez años después de licenciarme. Tenía tiempo y dinero para permitírmelo, algo que, modestia aparte, me llena de orgullo (y satisfacción). En su momento, decidí especializarme en una combinación lingüística «rara»; creo que fue una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida… y de las más aleatorias (con 17 años, realmente no tenía ni idea de a dónde me llevaría todo esto). Si hay alguien al que le interese orientar su carrera de esta forma, estaré encantada de darle más detalles y consejos.

Karla os atenderá por Twitter y por LinkedIn, si os apetece.

IVÁN FRAILE

¡Hola a todos!

Mi historia se remonta a hace relativamente poco. En 2015 finalicé mis estudios del grado en Estudios Ingleses. Al contrario que gran parte de profesionales, mi formación universitaria fue de Filología inglesa, y no de Traducción e interpretación, y aprovecho para recalcar que sí: cualquiera que se gradúe en alguna filología puede acabar dedicándose a la traducción, siempre y cuando siga formándose y especializándose, por supuesto. Así que mi caso en concreto tal vez pueda servir de cierta ayuda y guía a aquellos graduados o universitarios que estén cursando un grado diferente al de Traducción e interpretación. O, como mínimo, puedan sentirse más identificados.

Terminé el grado con ilusión, todo lo contrario de lo que había sido en años anteriores, puesto que había ocasiones en las que se me hizo muy cuesta arriba en lo que a motivación se refería; en ocasiones sentía que no avanzaba, que no aprendía mucho, e incluso llegaba a dudar de si hice bien en escoger esta carrera, pese a que hubo bastantes asignaturas que disfruté mucho. Por ello, tardé más de la cuenta en finalizar el grado, pero todo ocurre por una razón y no todos debemos llevar el mismo ritmo, claro está. Sin embargo, al final la cosa fue a mejor; sobre todo en el último año, cada vez tenía más ganas de comerme el mundo, de meterme en el mundo de la traducción de lleno, ya que mi único contacto con la traducción hasta 2015, quitando mi práctica personal por mi cuenta, solo había sido una asignatura del grado, de traducción y lingüística contrastiva, y el TFG, en el que investigué y analicé varias traducciones audiovisuales.

Sin embargo, tardé un poco en decidir qué hacer a continuación. Y esto no es malo; es importante saber qué se quiere hacer, y más si se opta por posgrados o un máster. Estuve un año sin estudiar, pero, además de no dejar de lado la práctica de traducción para estar aún más preparado para mi siguiente paso académico, hice una investigación a fondo de lo que tenía a mi disposición y, frente a cualquier duda, escribí a varios traductores profesionales en busca de cierta orientación y consejo. Busqué, busqué y busqué, hasta que encontré muchas opciones diferentes: varios másteres en traducción audiovisual, dos a distancia y uno presencial, muchos cursos sobre traducción, especializados en diferentes modalidades, algún que otro máster en traducción editorial, literaria… Barajé las opciones que tenía, todo esto durante meses, y finalmente me decidí por el máster en traducción audiovisual de ISTRAD. ¿Cómo lo decidí? Leyendo los programas de cada máster y curso y barajando lo que yo consideraba que me convenía más. El resto, cuestión de preguntar, nuevamente, qué opinión había sobre los másteres que más dudaba. Personalmente, recurrí a este porque su programa me gustaba ligeramente más que el de otros. Y no podría estar más contento con el resultado a día de hoy. ¡Ah! Y no dudéis de la eficacia de unos estudios a distancia; son igual de eficaces. A veces incluso más.

Finalicé el máster hace casi dos años y fue el año que más disfruté de toda mi formación académica. Su formación me pareció muy completa, aprendí muchísimo y su amplia oferta de prácticas con empresas resulta de lo más útil e inspirador a la hora de entrar en contacto con el mundo profesional. Durante el máster, realicé dos periodos de prácticas; uno, en una agencia de subtitulado, durante tres meses, en plantilla; otro, con una agencia de traducción audiovisual a distancia durante un mes. Ambas experiencias fueron diferentes y muy enriquecedoras; nuevamente, aprendí aún más. No cabe duda de que las prácticas son un paso esencial en la formación de un profesional de la traducción, ya que es con trabajo real con lo que más se aprende al fin y al cabo, y puede ser la clave para empezar a trabajar, ya sea como autónomo o en plantilla.

Incluso antes de finalizar el máster, empecé a recibir encargos de una de estas agencias y comenzó oficialmente mi etapa profesional como traductor autónomo y desde entonces no he parado de traducir, revisar y pautar subtítulos de películas, series, programas y documentales para diferentes ciclos de cine de Madrid, televisión y plataformas VOD (Netflix y Amazon Prime Video, principalmente). Como anécdota curiosa que puede motivar a los demás en cierto modo, justo en mi primer mes de autónomo recibí un encargo de traducción de una parte de mi serie de anime favorita; por supuesto, es el típico caso de llegar al lugar adecuado en el momento oportuno, pero para que veáis las vueltas que puede dar la vida. Con esta misma agencia tuve también la suerte de trabajar durante varios meses en plantilla como gestor de proyectos, subtitulador y revisor, etapa durante la que también aprendí muchísimo de mis compañeros, todos un encanto, y de todo el proceso que hay detrás de las traducciones. Volviendo al trabajo de traductor desde casa, afortunadamente, con sus más y sus menos, ningún mes he dejado de recibir trabajo, aunque es inevitable que haya meses de menos actividad, sobre todo al principio. Pero con ganas, perseverancia, mimo y pasión, se puede con todo. Y por supuesto, se nota. Al principio recibía menos encargos; no había hecho más que empezar, pero conforme pasaban los meses, cada vez recibía más trabajo, hasta que llegó un punto en el que tenía un flujo de trabajo de no parar semana tras semana. Se acaba formando un vínculo de confianza mutua entre traductor y agencia. Aun así, sigue habiendo meses que, inevitablemente, hay menos trabajo. Esto a veces puede generar bastante preocupación si a finales de mes notamos una disminución destacable de ingresos, pero al final, siempre acaban llegando meses de más curro.

Y claro, ojo. No todo es coser y cantar en cuanto uno se da de alta de autónomo y recibe encargos de algún cliente. Es una profesión que consiste en no parar de moverse. Hay que estar en una constante búsqueda de clientes, de agencias con las que colaborar. Dentro de un mes hago dos años como traductor autónomo y esto, para mí, sigue siendo así; he pasado de recibir trabajo de un solo cliente a recibirlo de dos. Pero, de nuevo, no hay que desistir. La búsqueda de clientes es dura y frustrante; no es fácil. La mayoría de veces no recibimos respuesta a ese correo electrónico que tan bien hemos redactado y en el que tan bien nos hemos vendido; otras veces, aunque obtengamos respuesta, la cosa no da más de sí y no volvemos a saber más; y a veces, incluso tenemos la suerte de que la agencia en cuestión acepta colaborar con nosotros y nos introduce en su base de datos, pero de ahí a que podamos recibir algún encargo puede pasar mucho tiempo. En este sentido, de la mano de la perseverancia, hace falta mucha paciencia, puesto que es un proceso largo mediante el que no se ven resultados inmediatos, pero poco a poco, todo trabajo da sus frutos, y el de la búsqueda de clientes no es menos. Por desgracia, no hay ninguna fórmula mágica para conseguir más clientes una vez que se está metido en el mundillo, más allá de insistir, insistir e insistir, además de presentarse debidamente y destacar los puntos en los que podrías llamar la atención de las agencias para que se interesen en ti, así que os animo a todos a no rendiros nunca en vuestra búsqueda de clientes. Y es que, a pesar de sus dificultades, una cosa está clara: es una profesión preciosa.

En lo de moverse también entra la formación: el saber no ocupa lugar. Siempre podemos aprender más, siempre podemos especializarnos aún más en algo, por mucho que hayamos hecho un grado, un máster y varios cursos, siempre quedará algo en lo que podamos meternos de lleno para, en algún momento, recibir más trabajo, que de esto va todo al final. En lo personal, hace poco he comenzado un curso de Trágora, el de traducción para plataformas VOD, impartido por la tutora Alba Mas, con el que aspiro a profundizar en mis conocimientos ya asentados de la traducción audiovisual y practicar la traducción para doblaje y voz superpuesta, especializándome también en estas modalidades, ya que, hasta ahora, mi experiencia profesional en estos años se ha centrado sobre todo en el subtitulado.

Otro aspecto que considero importante son los contactos y moverse por círculos de traductores. En mi caso, desde que lo hago mediante redes sociales y correo electrónico, no me he sentido tan solo profesionalmente hablando. He podido hablar con compañeros de profesión de dudas, inquietudes, opiniones, experiencias… e incluso leer artículos o ver vídeos muy interesantes e instructivos. También va de la mano unirse a asociaciones, como ATRAE, de la que soy socio, en la que se intensifica aún más ese contacto interprofesional, así como asistir a charlas, reuniones, etc. Además, matas dos pájaros de un tiro: conoces a gente de tu misma profesión de quienes puedes aprender mucho y te abres frente al mundo; porque, oye, quién sabe dónde puedes encontrar a tu próximo cliente. Por lo tanto, otro punto importante en esta profesión es socializar.

En definitiva, nada es fácil, y esto se oye en nuestra profesión y en cualquiera, pero la clave está en seguir adelante, en no rendirse. ¿Que antes necesitas dedicarte a otra cosa por cualquier motivo? ¡Adelante! No te cierres puertas a nada. Si tu pasión y tu sueño es dedicarte a la traducción, ese día llegará si no te rindes y no lo dejas de lado, incluso aunque antes tengas que pasar por otras etapas. Es importante, además, no tener prisa, ya que cada uno avanza a su propio ritmo, y evitar las comparaciones con los demás, que pueden dar lugar a ligeras desmotivaciones: no, no y no. No sois menos que nadie por tardar más en formaros o en empezar como traductor ni en encontrar los suficientes clientes como para poder ser totalmente independientes. Así que, de verdad, os animo a todos a luchar por lo que queréis y a anteponeros ante cualquier situación. Tanto para los que sigáis formándoos o hayáis acabado el grado como para los que ya han puesto un pie en la traducción profesional: no perdáis nunca la esperanza y curráoslo siempre al máximo, porque todo llega y, al final, el resultado hará que todo por lo que pasamos previamente merezca la pena, ¡y con creces!

Además de Twitter, podéis encontrar a Iván por correo.

Menudos dos perfiles, ¿verdad? Son un ejemplo buenísimo de lo que se consigue con mucho trabajo y tesón… y con unos ritmos personales, un camino que no tiene que ser el que recorre todo el mundo. Me siento muy identificada con Karla en cuanto al máster. Siempre digo que aproveché bastante más mi máster de TAV tras unos años trabajando en esto; la experiencia que te dan los años hace que lo absorbas de otro modo. Con esto no quiero decir que no sirva de nada si se hace al terminar al grado, ¿eh?, pero que unos años de parón estudiantil no os impidan disfrutar de una formación reglada más adelante. Se aprovecha muchísimo.

En cuanto a Iván, ¿qué puedo añadir que no haya dicho ya? Sus reflexiones me parecen acertadísimas y son cosas que tanto desde este blog como en charlas y en foros varios se insiste mucho: formarse es importante, así como no tirar la toalla cuando no recibimos respuesta, asistir a jornadas de traducción, etc. Paso a paso y con buena letra se llega lejos.

Hasta aquí los testimonios de hoy, pues. Espero que os hayan gustado y os animen a seguir adelante. ¡Gracias, como siempre, a todos los que participáis y los que nos leéis!

¿Nos vemos en la Feria del Libro?*

*N. de la T.: Si estáis en Madrid este domingo día 16 de junio y os queréis pasar por la Feria del Libro, estaré en la caseta de ASETRAD, la número 15, de 12:00 a 14:00. ¡Pasad a saludar y hablamos un ratito de traducción!

Ojalá me hubieran contado que… (II)

27 miércoles Mar 2019

Posted by enlalunadebabel in Aprendizaje, Cuestiones laborales, Vida traductoril

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Etiquetas

cómo ser traductor autónomo, dudas del traductor principiante, empezar a traducir, quiero ser traductor, traducir y no morir en el intento, traductor novato, traductor principiante

En el artículo anterior vimos algunas opiniones y hoy volvemos a la carga. Treinta compañeros más nos hablan de lo que les hubiera gustado que les contaran antes de lanzarse a la piscina. ¿Nos acompañas?

26. «Que hay que moverse, seguir formándote, aprender a manejar todo lo bien que puedas tu ordenador y programas del día a día, tener contacto con compañeros y con el mundo en general… y también saber decir que no». Autónoma, más de 20 años

27. «Que hay que ser autónomo sí o sí y por tanto buscarse los clientes uno mismo. Que por mucho que escribamos a agencias de traducción y demás clientes potenciales, los encargos te los pasarán los compañeros porque las agencias ni contestan. También me gustaría que alguien me hubiera explicado cómo conseguir que un compañero más experimentado (uno de la carrera no, porque está igual que yo) me pase trabajo: por mucho que yo siga a Scheherezade Surià o a Xosé Castro por Twitter, o hable media hora con Blanca Rodríguez durante un congreso de traducción, no van a pensar en mí cuando les llegue un encargo que tengan que pasar». Autónomo, 1-5 años

28. «Me gustaría que me hubieran contado un poco sobre el mundo laboral puesto que en la universidad uno no tiene nada de contacto con el mundo real de la traducción: agencias, particulares, cómo abrirte camino… Además, me gustaría que me hubieran contado algo más sobre la vida del traductor autónomo y sobre la necesidad de apoyarse en otros traductores en determinadas ocasiones para poder sacar el trabajo adelante: revisores, traductores subcontratados. Por último, otra cosa que eché en falta y que he aprendido con el trabajo diario es que me hubieran instruido un poco más sobre las distintas herramientas de TAO que existen y qué diferencias hay entre ellas (cuáles suelen exigir las empresas…)». Autónoma, 1-5 años

29. «Que se tardan muchos años en conseguir una clientela estable y que no se puede olvidar que un cliente se pierde en un abrir y cerrar de ojos». Autónoma, 11-15 años

30. «La falta de respeto generalizada hacia nuestra profesión, tanto por parte de los clientes directos como (especialmente) por parte de las agencias, que muchas veces nos toman por el pito del sereno. 😛 Como resultado de lo anterior, lo duro que es a veces conseguir clientes que no nos tomen el pelo. Pero ojo: no la cambiaría por nada. ;-)». Autónoma, más de 20 años

31. «Que era importante especializarse y que para ser autónomo hay que luchar a diario y no dar nada por sentado pues las cosas cambian constantemente. Hoy puedes tener el mejor cliente y mañana ese cliente desaparece por diversas circunstancias que están fuera de tu control. No debes aferrarte, debes ser flexible y no dejar nunca de buscar clientes y de mejorar en todos los aspectos de tu negocio. ¡Hubiera estado bien que me enseñaran a ser una verdadera empresaria!». Autónoma, 11-15 años

32. «Quiero contar cosas útiles y positivas que creo que también deben saber los nuevos traductores. Son unas cuantas…

A modo de resumen, me hubiera gustado saber antes que debes aspirar a dominar el idioma de destino; que tienes que seguir formándote siempre; que adaptarse no es rendirse; que siempre queda capacidad de mejora tanto en la práctica de tu oficio como en tus condiciones de trabajo y en tus tarifas; que se trabaja mucho, pero también es un esfuerzo apasionante y nunca dejas de aprender y desaprender. Y por último, pero no menos importante (yo lo descubrí muy tarde): es muy importante y beneficioso asociarse, colaborar con tus compañeros y aprender de ellos». Autónoma, 16-20 años

33. «Que no era necesario estudiar traducción por 5 años para poder traducir. Aprendí mucho de lo que sé fuera de la Universidad. Me gustaría que en las conferencias y talleres no solo cuenten casos de éxito sino también el tiempo que toma establecerse para vivir de esto. Me hubiese gustado estudiar otra carrera y luego haberme especializado en traducción (como maestría). Al menos en mi país no hay cursos especializados de traducción, siempre enseñan lo mismo. Me da bronca ver cuántos se gradúan y no trabajan en la carrera por las pocas oportunidades que hay. Hay traductores exitosos sí, explotando otros traductores o asociados corruptamente con el estado… Los que conocemos el campo sabemos quiénes son, pero nadie hace nada para pararlo. Ahora me va muy bien, tengo mucha carga de trabajo aunque me encantaría poder cobrar más para poder tener más tiempo». Autónoma, 1-5 años

34. «Soy autónoma actualmente, pero he trabajado en plantilla (la temporada más larga, durante 14 años como traductora, revisora y responsable de control de calidad). Llevo más de 30 años traduciendo.

La verdad es que dudo que nadie (sin una bola de cristal) me hubiera podido contar todo lo que pasaría en el mundo de la traducción cuando en 1987 empecé a traducir para editoriales. Estudiaba filología inglesa pero no quería dar clases. Traducíamos con máquina de escribir y la editorial te daba las hojas de papel pautadas con el número de líneas y caracteres por página.
Más adelante (ya a principios de los noventa), cuando trabajé en empresas satélite que traducían para IBM, el traductor se desplazaba a EE.UU., con todos los gastos a cargo del cliente, para el testing de los programas traducidos (así pasé dos meses en un hotel en Boca Ratón, Florida, para un trabajo que ahora se hace remotamente). Tengo una foto de 1994, yo embarazadísima de mi hijo y traduciendo con un ordenador Macintosh Classic, como autónoma entonces.

A finales de los noventa, en la empresa de traducciones donde estaba entonces, nos conectábamos a la base de datos de lo que eran los inicios de IATE una vez al día, para consultar de golpe toda la lista de términos que no habíamos encontrado en los diccionarios de papel. Eran los inicios del módem. Las traducciones de los freelance nos llegaban en un disquete (ellos mismos las traían o se enviaban por mensajero).

Después de 14 años seguidos en plantilla en otra empresa de traducción me harté finalmente y volví al mundo autónomo. Ahora trabajo para varias empresas de traducción y editoriales y para algún cliente directo. Recibo mensajes desde una punta del mundo a las 6 de la mañana para enviar la traducción el mismo día a última hora a la punta opuesta del mundo. Trabajo con herramientas TAO, memorias de traducción e incluso ofrezco MTPE. Para mí, la cuestión no es lo que sepas antes de empezar, sino cómo te adaptas a los cambios que van surgiendo». Autónoma, más de 20 años

35. «- Que las empresas no siempre buscan al que lo haga mejor, sino al que lo haga más rápido o más barato, pero que eso no quiere decir que tengas que cambiar tus tarifas o tu forma de trabajar.
– Que es bueno preguntar y reconocer las dudas. Mejor, de hecho, que equivocarse por no preguntar.
– Que es mejor hablar de tarifas con una empresa antes de perder el tiempo haciendo pruebas que a lo mejor no llevan a nada.
– Que si te das de alta como autónomo, aunque solo sea para facturar un mes, y luego te das de baja, pierdes el derecho a la cuota reducida de 50 €.
– Que nadie quiere trabajar con alguien que pone problemas a todo. Si algo es importante y crees que debes decirlo, hazlo siempre de buenas maneras. Si no es importante, es mejor dejarlo correr.
– Que hay que trabajar mucho, y a menudo, durante los fines de semana.
– Que está bien aceptar proyectos ligeramente por encima de nuestras capacidades, para ponernos retos y crecer profesionalmente. El «ligeramente» es importante, porque si aceptas un encargo que te desborde, el resultado puede ser contraproducente.
– Que nunca deberías hacer una traducción inversa, por mucho que te insista un cliente, a menos que cuentes con un revisor nativo. Si lo haces y el resultado no es bueno, te perjudicará.
– Que en la traducción también existe el karma, y la crítica negativa siempre vuelve. Es mucho mejor hacer crítica positiva y constructiva». Autónomo, 1-5 años

36. «Me encantaría que me hubieran explicado correctamente los aspectos administrativos (hacer facturas, declaraciones trimestrales, ejemplo de mail a posible cliente…) durante la carrera, aunque fuera en un sencillo taller, porque, al menos en la mía, nunca se mencionó. También habría estado bien que nos hubieran hablado de las páginas o portales de empleo específicos de traducción (ProZ, Aquarius, Translators Cafe…) no son nada difíciles de encontrar, pero que te suenen antes de terminar es un paso más.

También me gustaría haber sabido cómo las agencias asignan traducciones que puedes perder en cuestión de segundos, si tardas un minuto más en responder que otro traductor, porque a ellos les es indiferente. En general, aspectos prácticos sobre el mundo laboral, porque todos pasamos por ello, pero en mi Universidad, al menos, ni se mencionó. Y ni hablemos de tarifas, sé que es ilegal establecerlas pero decir un simple rango o que un profesor comente lo que él/ella cobra como orientación (algo que sí hicieron —unos pocos— en mi Máster de TAV, y menos mal), creo que es muy útil. Principalmente, conocimientos prácticos del mundo laboral de esta profesión». Autónoma, 1-5 años

37. «Que es un oficio que está evolucionando muy rápido hacia la traducción automática, lo que probablemente hará redundantes muchos puestos de trabajo. La evolución se deja entrever ya, con Google translate y otras máquinas en desarrollo, la traducción neural, etc. Quizá en lo sucesivo lo más importante, además de un buen dominio de la lengua materna y las lenguas de traducción, serán el control y la gestión de las memorias de traducción. Pudiera dejar al traductor relegado a una tarea de corrección de los errores de la máquina, que seguiría «aprendiendo» con lo que podría llegar a ser perfecta.

Nada de esto vale en cambio para la traducción literaria, que es otro mundo. Lo mismo se aplica a combinaciones rarísimas, para las que la máquina no se haya desarrollado tanto». En plantilla, más de 20 años

38. «Me gustaría que me hubieran contado cómo escribir esos correos que tienes que enviar a las posibles agencias o clientes. Nunca encuentro la manera justa de dar con la frase correcta. No sé si ser demasiado formal, si mostrar las tarifas desde el principio o qué hacer. Vaya, siempre te dicen que hay que buscar clientes por correo pero nunca cómo dirigirnos a ellos». Autónoma, 1-5 años

39. «Me hubiese gustado saber que al principio convenía esforzarme por averiguar y entender cómo funcionan las agencias de traducción y cómo se debe establecer un precio justo por el servicio. Lamentablemente, límites en la divulgación de este tema en foros profesionales, sumado a la falta de instrucción acerca de este tema en escuelas de traducción, generalmente lleva a los jóvenes traductores a convertirse en presa de agencias depredadoras que no valoran el trabajo de los profesionales. También me hubiese gustado descubrir un poquito antes lo valioso que es especializarse, en lugar de aceptar todo tipo de traducciones». Autónoma, 16-20 años

40. «Me habría encantado que me contasen que tengo que empezar a moverme desde que estoy en la carrera con presencia en redes, haciendo contactos profesionales o siendo miembro de asociaciones profesionales. Que alguien me hubiera hablado de opciones de voluntariado como Translators Without Borders o los voluntariados en línea de la ONU. Considero que están muy bien para empezar, ser capaz de acostumbrarte a fechas de entrega, volúmenes altos de palabras, varios proyectos a la vez, etc. También me hubiera gustado no tener profesores que me dijeran que NO se puede vivir de la traducción y muchísimo menos de la interpretación, que no íbamos a llegar nunca a ser intérpretes o cosas así. Tampoco me hubiera gustado encontrarme con docentes que me dijeran que cobrar una económica a 11 céntimos la palabra era de locos, que había puesto un precio excesivamente caro y que nadie me iba a pagar eso. Me hubiera gustado haber tenido acceso a más charlas y talleres por parte de profesionales, con precios razonables para estudiantes (que en muchos casos no tenemos ningún ingreso salvo con lo que nos ayudan nuestros padres) y que nos acercasen la realidad de la traducción y la interpretación de la mano de personas que están trabajando en el sector, viven la realidad del día a día y conocen bien cómo funciona». Autónomo, 1-5 años

41. «Lo que más, lo que más, lo que más… Que alguien me hubiera abierto los ojos mucho antes para decirme que se trabaja y vive mucho mejor como autónoma que como asalariada. En fin, supongo que las cosas suceden cuando tienen que suceder, pero me da cierta rabia haber tardado tantos años en establecerme por mi cuenta y haber perdido (en parte) el tiempo sacando adelante el negocio de otro a cambio de una remuneración muy discutible y unas posibilidades de promoción casi nulas. De todo se aprende, no obstante, y entiendo que aquel arduo camino por cuenta ajena fue el que me trajo hasta aquí… ¡y aquí me quedo!». Autónomo, 11-15 años

42. «Lo importante que es hablar con el cliente sobre el texto: qué es, para qué lo quiere, pues eso será determinante en el proceso de traducción. Y junto con eso, que el cliente esté dispuesto a profundizar en su explicación, y a responder otras preguntas que puedan surgir mientras se hace la traducción». Autónoma, más de 20 años

43. «Que ser traductor autónomo es el mejor trabajo del mundo. Tienes tus propios horarios, puedes decir que no a las traducciones que no te gustan, tú eres tu propio jefe. Anteriormente he trabajado como traductor en plantilla y la diferencia es impresionante. También he trabajado en otros sectores y sé de lo que hablo». Autónomo, más de 20 años

44. «Las tarifas mínimas para que sea una profesión rentable y que las tarifas tienen que permitirte tener un plan de pensiones, ahorro, previsión, buena cobertura social, etc.». autónomo, 11-15 años

45. «Me gustaría que me hubieran contado, por ejemplo, el abismo que existe entre la calidad de recién licenciada (a pesar de las matrículas de honor) a lo que se pide en el mercado. Me habría sido más fácil. Saber que ese aprendizaje era normal y necesario. Además, esto de no parar nunca de aprender es estupendo». Autónoma, 11-15 años

46. «No meter tanto miedo con ser autónomo, pero habernos explicado nociones básicas de las obligaciones que tenemos con Hacienda. También recalcar la importancia del gestor». Autónoma, 1- 5 años

47. «La longitud “máxima” que puede tener una prueba de traducción, cuándo empieza a ser sospechosa una prueba demasiado larga…». Autónoma, 1- 5 años

48. «Cómo defender y argumentar decisiones de traducción y a aceptar críticas también. Hacer correcciones para ver cómo se puede aprender de ellas. Y, sobre todo, que nadie te dice la parte comercial que hay que hacer, nadie te forma, ni te da recursos. Y eso es fundamental». Autónomo, 6-10 años

49. «Que está prohibido hacer descuentos, pues se malacostumbran los clientes. Aunque se tratara de uno de los primeros encargos de nuestra vida, todas esas horas de esfuerzo deben ser recompensadas plenamente. La única excepción es que fuera un encargo para una ONG, allí sí podría considerar incluso no cobrar». Autónomo, 1-5 años

50. «Que esta es la profesión más bonita del mundo, así habría comenzado antes». Autónomo, 11-15 años

51. «Que no me bajara los pantalones. Me explico: hay que practicar tarifas altas lo más pronto posible. ¡Desde que he subido mis tarifas, tengo más clientes! Tiene su lógica: ofrecer precios atractivos también deja pensar que uno tiene poco trabajo y no es tan bueno como los demás…». Autónomo, 6-10 años

52. «Me habría gustado que no me hubieran hecho creer que podría trabajar desde donde quisiera y con el horario que quisiera. En la práctica, y a menos que tengas la suerte de trabajar siempre con encargos muy grandes y plazos generosos, te toca «sincronizarte» en cierto modo con el horario de tus clientes». Autónoma, 6-10 años

53. «Que no son imprescindibles las redes sociales, que cada vez que una empresa cambia de Project Manager cabe la posibilidad de que tarden un tiempo en volver a mandarte trabajo». Autónoma, 1-5 años

54. «Que hay que comenzar a formarse en una especialidad incluso antes de terminar la carrera, porque esas especialidades son las que te salvan la vida y te ayudan a conseguir un buen trabajo (por lo menos, ese es mi caso a día de hoy). Además, también me habría gustado que me dijeran que, aunque te contraten para una rama de la traducción específica, muchas veces acabas traduciendo otro tipo de documentos que no tienen nada que ver con ella… Y que tener un tercer idioma, por mucho que insistan con que es imprescindible, muchas veces no se pone en práctica tanto como para compensar el esfuerzo realizado en aprenderlo para tener «más salidas»». Autónoma, 1-5 años

55. «Que sí hay trabajo, pero que tienes que ser constante y perseverante. Tener mucha paciencia y saber que es un trabajo de fondo y que parte de tu trabajo es buscar trabajo». Autónomo, 1-5 años

¿Qué te han parecido? ¿Ejerces de traductor y quieres matizar algo o aportar tu opinión? ¿Eres estudiante y tienes alguna duda? ¡Te espero en los comentarios!

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