Hace algún tiempo, estaba viendo una película de miedo, pero lo que más me aterrorizó fue la mala calidad de los subtítulos en español.
Faltaban comas vocativas, había errores de coherencia, brotaban como setas las mayúsculas en mitad de las frases, dos personajes hablaban en un mismo subtítulo sin diferenciación alguna (imagen 1) y había calcos y frases superliterales… Una de las señales reveladoras de la traducción automática, por ejemplo, es que el género por defecto era el masculino (imagen 2), de modo que supongo que nadie los revisó o se los leyó siquiera. Otra es la imposibilidad de discernir el tiempo verbal correcto en frases sin mucho contexto, como suele ocurrir en algunos subtítulos (imagen 3, donde lo adecuado sería «¡Corre!»).
Va subtítulo de propina, a ver qué te parece: «You see the evil look in her eyes?» «Yeah.» «You do?»
Tema miedos, sustos o gracietas aparte, la cosa tiene su aquel. ¿Acabas de hacer una película, documental, serie, etc. y quieres llegar a más espectadores? Contrata a traductores de verdad. Te has pasado meses (¡o años!) creando una obra, escribiendo el guion, pensando en las localizaciones, buscando al reparto adecuado, ideando el vestuario, cuidando todos los detalles, vaya, pero ¿luego escatimas en traducción? Sí, lo entiendo, te puede parecer lo más barato, pero ya sabemos que lo barato sale caro: piensa en tu reputación y la de tu producción.
No utilices la traducción automática por defecto. Para muchos espectadores, entre los que me incluyo, es una falta de respeto. Si alguien no se ha molestado en ofrecerme un producto de calidad, ¿por qué debería molestarme yo en verlo o leerlo? Ofrecer una buena traducción es respetar el producto que tanto ha costado crear, y respetar tanto a lectores como espectadores.
Hay muchas razones por las que la traducción humana es preferible a la traducción automática y aquí van solo algunas:
La traducción automática puede dar lugar a traducciones inexactas. ¡Imagina en casos más sensibles como los ámbitos técnicos o médicos!
La traducción automática no tiene en cuenta los matices del lenguaje, con lo que puedes acabar con una traducción sin sentido, normalmente por una literalidad excesiva.
La traducción automática no entiende el contexto cultural de un texto, lo que puede dar lugar a traducciones directamente erróneas. Tampoco relaciona texto con imagen, de ahí que no vaya a ser eficaz en traducción audiovisual (doblaje, subtitulación), editorial (pensemos en cómics, tebeos, novelas gráficas, álbumes infantiles, etc.), ni en muchas otras ramas.
Los traductores (humanos) ajustan las traducciones para que sean precisas, tengan sentido en la lengua de destino… y también alma, que es importantísimo en muchos textos.
Los traductores te ofrecen traducciones culturalmente sensibles y adaptadas a las necesidades específicas de los clientes.
Con un traductor de piel y hueso tendrás una traducción de calidad, revisada, fiel pero también creativa. Alguien que estará luego a tu disposición en caso de dudas y te ofrecerá asesoramiento.
Un traductor automático te hace la traducción al instante, sí, pero un buen trabajo requiere un tiempo… y no siempre es una eternidad. Los traductores (humanos) también pueden entregarte una traducción a tiempo, de forma rápida y eficaz. Confía en nosotros cuando te demos una estimación.
La traducción automática no siempre está al día de las últimas tendencias y cambios lingüísticos, porque la lengua evoluciona sin cesar. Los traductores te vamos a agasajar con una traducción cuidada y actualizada.
En fin, un traductor (humano) te va a solventar el trámite (papeleta o marrón, si lo prefieres) de localizar tu producto en otro idioma y durante el tiempo que trabaje en tu obra, no tengas duda de que será lo más importante que haga. Déjate asesorar y contrata a un profesional.
Esta semana nos esperan dos testimonios muy completos. Preparaos un cafelito o un té o un zumo y acompañad a Karla Toledo e Iván Fraile en sus primeros pasos en el mundo de la traducción.
Estudié Traducción e Interpretación en la Universidad de Salamanca (USAL). Cuando yo entré en la carrera, aún era una licenciatura, o sea, duraba cuatro años, pero, en mi caso, se convirtieron en cinco por una razón muy sencilla: en cuarto me fui de intercambio a Japón con una beca; a la vuelta me quedaban todavía asignaturas troncales y optativas por cursar. En aquella época, la USAL no tenía aún japonés en la combinación lingüística de TeI. Aproveché los créditos de libre elección para matricularme en las asignaturas de lengua japonesa que ofrecían en la Facultad de Filología, con la idea de aprender un idioma «exótico» que pudiera ser un as en la manga el día de mañana. Además, nuestros estudios no existen en Japón, de ahí que mi año de intercambio lo pudiera convalidar únicamente por libre elección.
Recuerdo
que, en aquel entonces, ya había profesores que recitaban el famoso discurso de
que es difícil vivir únicamente de la traducción o la interpretación, por no
decir imposible. Lamentablemente, quienes estudiáis TeI ahora sabéis
perfectamente de lo que hablo, pero también podéis ver, gracias a este blog y
las redes sociales (entre otros medios), que eso no es del todo cierto ;).
En 2008, cuando terminé la carrera, tenía muy claro cuál sería mi siguiente paso: volver a Japón. Llevaba cinco años estudiando japonés, pero, después de haber estado de intercambio en Tokio, sabía que aún me quedaba mucho camino por recorrer si realmente quería trabajar con el japonés, y no solo con el inglés y el francés, mis lenguas B y C en la licenciatura, respectivamente. Aprovecho para comentar que yo había decidido estudiar TeI porque quería ser intérprete de conferencias, principalmente (en la USAL tenían un itinerario específico de interpretación); sin embargo, el japonés cambió completamente mis planes. Con esto lo que quiero decir es, básicamente, que podéis cambiar de opinión, tanto durante la carrera como después. No todo el mundo tiene por qué seguir el mismo camino, ya sea por cuestiones personales o profesionales. Yo iba para intérprete, pero ahora trabajo como traductora de artículos divulgativos sobre Japón; de manga y de novela; de audiovisual… De vez en cuando, interpreto, pero en cabina inglés-español-inglés (es una combinación con poca demanda en Japón, pero suele haber trabajo varias veces al año). Además, hago cosas que no están tan relacionadas con la traducción, como locutar en radio y hacer narraciones para libros de texto, por ejemplo.
El caso es que volví a Japón, donde compaginé mis estudios de lengua y cultura japonesas con la enseñanza del español durante cuatro años. En ese tiempo, también pude trabajar como traductora y revisora de inglés a español, y como correctora de traducciones del japonés al español hechas por traductores no nativos (japoneses). En 2011, un amigo me recomendó para una empresa con la que él colaboraba, así que decidí lanzarme a la piscina y hacer la prueba de japonés-español; la pasé. De hecho, sigo trabajando con esa empresa a día de hoy. Un año más tarde, hice el examen para ser traductora y locutora en la sección de español del servicio internacional de la radiotelevisión japonesa, un trabajo que, dicho sea de paso, me llegó gracias a otro contacto. Y esto me lleva a otra de las cosas que me gustaría contaros: los contactos son muy importantes. Eso que se dice en nuestro gremio de que hay que hacerle saber a todo el mundo a qué os dedicáis es totalmente cierto. A lo largo de estos años, el 80 % del trabajo me ha llegado por mediación de otros traductores e intérpretes (¡GRACIAS!), e incluso de personas que no tienen nada que ver con la profesión pero que se han acordado de mí cuando alguien buscaba traductor. Por eso, siempre que me ofrecen algún encargo que yo no puedo coger, por el motivo que sea, procuro pasárselo a alguien; también les envío ofertas de trabajo a compañeros cuyo perfil considero que se puede adecuar a lo que una determinada empresa o particular esté buscando.
Por último, me gustaría comentaros que ahora mismo estoy redactando el TFM de mi primer —y puede que último— máster, el de Traducción Audiovisual de la Universidad Autónoma de Barcelona. Como veis, no todo el mundo cursa uno nada más terminar la carrera. Yo, por ejemplo, lo empecé en 2017, casi diez años después de licenciarme. Tenía tiempo y dinero para permitírmelo, algo que, modestia aparte, me llena de orgullo (y satisfacción). En su momento, decidí especializarme en una combinación lingüística «rara»; creo que fue una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida… y de las más aleatorias (con 17 años, realmente no tenía ni idea de a dónde me llevaría todo esto). Si hay alguien al que le interese orientar su carrera de esta forma, estaré encantada de darle más detalles y consejos.
Karla os atenderá por Twitter y por LinkedIn, si os apetece.
Mi historia se remonta a hace relativamente poco. En 2015 finalicé mis estudios del grado en Estudios Ingleses. Al contrario que gran parte de profesionales, mi formación universitaria fue de Filología inglesa, y no de Traducción e interpretación, y aprovecho para recalcar que sí: cualquiera que se gradúe en alguna filología puede acabar dedicándose a la traducción, siempre y cuando siga formándose y especializándose, por supuesto. Así que mi caso en concreto tal vez pueda servir de cierta ayuda y guía a aquellos graduados o universitarios que estén cursando un grado diferente al de Traducción e interpretación. O, como mínimo, puedan sentirse más identificados.
Terminé el grado con ilusión, todo lo contrario de lo que había sido en años anteriores, puesto que había ocasiones en las que se me hizo muy cuesta arriba en lo que a motivación se refería; en ocasiones sentía que no avanzaba, que no aprendía mucho, e incluso llegaba a dudar de si hice bien en escoger esta carrera, pese a que hubo bastantes asignaturas que disfruté mucho. Por ello, tardé más de la cuenta en finalizar el grado, pero todo ocurre por una razón y no todos debemos llevar el mismo ritmo, claro está. Sin embargo, al final la cosa fue a mejor; sobre todo en el último año, cada vez tenía más ganas de comerme el mundo, de meterme en el mundo de la traducción de lleno, ya que mi único contacto con la traducción hasta 2015, quitando mi práctica personal por mi cuenta, solo había sido una asignatura del grado, de traducción y lingüística contrastiva, y el TFG, en el que investigué y analicé varias traducciones audiovisuales.
Sin embargo, tardé un poco en decidir qué hacer a continuación. Y esto no es malo; es importante saber qué se quiere hacer, y más si se opta por posgrados o un máster. Estuve un año sin estudiar, pero, además de no dejar de lado la práctica de traducción para estar aún más preparado para mi siguiente paso académico, hice una investigación a fondo de lo que tenía a mi disposición y, frente a cualquier duda, escribí a varios traductores profesionales en busca de cierta orientación y consejo. Busqué, busqué y busqué, hasta que encontré muchas opciones diferentes: varios másteres en traducción audiovisual, dos a distancia y uno presencial, muchos cursos sobre traducción, especializados en diferentes modalidades, algún que otro máster en traducción editorial, literaria… Barajé las opciones que tenía, todo esto durante meses, y finalmente me decidí por el máster en traducción audiovisual de ISTRAD. ¿Cómo lo decidí? Leyendo los programas de cada máster y curso y barajando lo que yo consideraba que me convenía más. El resto, cuestión de preguntar, nuevamente, qué opinión había sobre los másteres que más dudaba. Personalmente, recurrí a este porque su programa me gustaba ligeramente más que el de otros. Y no podría estar más contento con el resultado a día de hoy. ¡Ah! Y no dudéis de la eficacia de unos estudios a distancia; son igual de eficaces. A veces incluso más.
Finalicé el máster hace casi dos años y fue el año que más disfruté de toda mi formación académica. Su formación me pareció muy completa, aprendí muchísimo y su amplia oferta de prácticas con empresas resulta de lo más útil e inspirador a la hora de entrar en contacto con el mundo profesional. Durante el máster, realicé dos periodos de prácticas; uno, en una agencia de subtitulado, durante tres meses, en plantilla; otro, con una agencia de traducción audiovisual a distancia durante un mes. Ambas experiencias fueron diferentes y muy enriquecedoras; nuevamente, aprendí aún más. No cabe duda de que las prácticas son un paso esencial en la formación de un profesional de la traducción, ya que es con trabajo real con lo que más se aprende al fin y al cabo, y puede ser la clave para empezar a trabajar, ya sea como autónomo o en plantilla.
Incluso antes de finalizar el máster, empecé a recibir encargos de una de estas agencias y comenzó oficialmente mi etapa profesional como traductor autónomo y desde entonces no he parado de traducir, revisar y pautar subtítulos de películas, series, programas y documentales para diferentes ciclos de cine de Madrid, televisión y plataformas VOD (Netflix y Amazon Prime Video, principalmente). Como anécdota curiosa que puede motivar a los demás en cierto modo, justo en mi primer mes de autónomo recibí un encargo de traducción de una parte de mi serie de anime favorita; por supuesto, es el típico caso de llegar al lugar adecuado en el momento oportuno, pero para que veáis las vueltas que puede dar la vida. Con esta misma agencia tuve también la suerte de trabajar durante varios meses en plantilla como gestor de proyectos, subtitulador y revisor, etapa durante la que también aprendí muchísimo de mis compañeros, todos un encanto, y de todo el proceso que hay detrás de las traducciones. Volviendo al trabajo de traductor desde casa, afortunadamente, con sus más y sus menos, ningún mes he dejado de recibir trabajo, aunque es inevitable que haya meses de menos actividad, sobre todo al principio. Pero con ganas, perseverancia, mimo y pasión, se puede con todo. Y por supuesto, se nota. Al principio recibía menos encargos; no había hecho más que empezar, pero conforme pasaban los meses, cada vez recibía más trabajo, hasta que llegó un punto en el que tenía un flujo de trabajo de no parar semana tras semana. Se acaba formando un vínculo de confianza mutua entre traductor y agencia. Aun así, sigue habiendo meses que, inevitablemente, hay menos trabajo. Esto a veces puede generar bastante preocupación si a finales de mes notamos una disminución destacable de ingresos, pero al final, siempre acaban llegando meses de más curro.
Y claro, ojo. No todo es coser y cantar en cuanto uno se da de alta de autónomo y recibe encargos de algún cliente. Es una profesión que consiste en no parar de moverse. Hay que estar en una constante búsqueda de clientes, de agencias con las que colaborar. Dentro de un mes hago dos años como traductor autónomo y esto, para mí, sigue siendo así; he pasado de recibir trabajo de un solo cliente a recibirlo de dos. Pero, de nuevo, no hay que desistir. La búsqueda de clientes es dura y frustrante; no es fácil. La mayoría de veces no recibimos respuesta a ese correo electrónico que tan bien hemos redactado y en el que tan bien nos hemos vendido; otras veces, aunque obtengamos respuesta, la cosa no da más de sí y no volvemos a saber más; y a veces, incluso tenemos la suerte de que la agencia en cuestión acepta colaborar con nosotros y nos introduce en su base de datos, pero de ahí a que podamos recibir algún encargo puede pasar mucho tiempo. En este sentido, de la mano de la perseverancia, hace falta mucha paciencia, puesto que es un proceso largo mediante el que no se ven resultados inmediatos, pero poco a poco, todo trabajo da sus frutos, y el de la búsqueda de clientes no es menos. Por desgracia, no hay ninguna fórmula mágica para conseguir más clientes una vez que se está metido en el mundillo, más allá de insistir, insistir e insistir, además de presentarse debidamente y destacar los puntos en los que podrías llamar la atención de las agencias para que se interesen en ti, así que os animo a todos a no rendiros nunca en vuestra búsqueda de clientes. Y es que, a pesar de sus dificultades, una cosa está clara: es una profesión preciosa.
En lo de moverse también entra la formación: el saber no ocupa lugar. Siempre podemos aprender más, siempre podemos especializarnos aún más en algo, por mucho que hayamos hecho un grado, un máster y varios cursos, siempre quedará algo en lo que podamos meternos de lleno para, en algún momento, recibir más trabajo, que de esto va todo al final. En lo personal, hace poco he comenzado un curso de Trágora, el de traducción para plataformas VOD, impartido por la tutora Alba Mas, con el que aspiro a profundizar en mis conocimientos ya asentados de la traducción audiovisual y practicar la traducción para doblaje y voz superpuesta, especializándome también en estas modalidades, ya que, hasta ahora, mi experiencia profesional en estos años se ha centrado sobre todo en el subtitulado.
Otro aspecto que considero importante son los contactos y moverse por círculos de traductores. En mi caso, desde que lo hago mediante redes sociales y correo electrónico, no me he sentido tan solo profesionalmente hablando. He podido hablar con compañeros de profesión de dudas, inquietudes, opiniones, experiencias… e incluso leer artículos o ver vídeos muy interesantes e instructivos. También va de la mano unirse a asociaciones, como ATRAE, de la que soy socio, en la que se intensifica aún más ese contacto interprofesional, así como asistir a charlas, reuniones, etc. Además, matas dos pájaros de un tiro: conoces a gente de tu misma profesión de quienes puedes aprender mucho y te abres frente al mundo; porque, oye, quién sabe dónde puedes encontrar a tu próximo cliente. Por lo tanto, otro punto importante en esta profesión es socializar.
En definitiva, nada es fácil, y esto se oye en nuestra profesión y en cualquiera, pero la clave está en seguir adelante, en no rendirse. ¿Que antes necesitas dedicarte a otra cosa por cualquier motivo? ¡Adelante! No te cierres puertas a nada. Si tu pasión y tu sueño es dedicarte a la traducción, ese día llegará si no te rindes y no lo dejas de lado, incluso aunque antes tengas que pasar por otras etapas. Es importante, además, no tener prisa, ya que cada uno avanza a su propio ritmo, y evitar las comparaciones con los demás, que pueden dar lugar a ligeras desmotivaciones: no, no y no. No sois menos que nadie por tardar más en formaros o en empezar como traductor ni en encontrar los suficientes clientes como para poder ser totalmente independientes. Así que, de verdad, os animo a todos a luchar por lo que queréis y a anteponeros ante cualquier situación. Tanto para los que sigáis formándoos o hayáis acabado el grado como para los que ya han puesto un pie en la traducción profesional: no perdáis nunca la esperanza y curráoslo siempre al máximo, porque todo llega y, al final, el resultado hará que todo por lo que pasamos previamente merezca la pena, ¡y con creces!
Además de Twitter, podéis encontrar a Iván por correo.
Menudos dos perfiles, ¿verdad? Son un ejemplo buenísimo de lo que se consigue con mucho trabajo y tesón… y con unos ritmos personales, un camino que no tiene que ser el que recorre todo el mundo. Me siento muy identificada con Karla en cuanto al máster. Siempre digo que aproveché bastante más mi máster de TAV tras unos años trabajando en esto; la experiencia que te dan los años hace que lo absorbas de otro modo. Con esto no quiero decir que no sirva de nada si se hace al terminar al grado, ¿eh?, pero que unos años de parón estudiantil no os impidan disfrutar de una formación reglada más adelante. Se aprovecha muchísimo.
En cuanto a Iván, ¿qué puedo añadir que no haya dicho ya? Sus reflexiones me parecen acertadísimas y son cosas que tanto desde este blog como en charlas y en foros varios se insiste mucho: formarse es importante, así como no tirar la toalla cuando no recibimos respuesta, asistir a jornadas de traducción, etc. Paso a paso y con buena letra se llega lejos.
Hasta aquí los testimonios de hoy, pues. Espero que os hayan gustado y os animen a seguir adelante. ¡Gracias, como siempre, a todos los que participáis y los que nos leéis!
*N. de la T.: Si estáis en Madrid este domingo día 16 de junio y os queréis pasar por la Feria del Libro, estaré en la caseta de ASETRAD, la número 15, de 12:00 a 14:00. ¡Pasad a saludar y hablamos un ratito de traducción!
Estaba nublado y soplaba un viento desagradable, un viento que me recordaba que la primavera aún estaba lejos. Me dirigí al sótano del Campus y entendí que no era la única en haber recibido aquella extraña llamada. La puerta estaba entreabierta y, encima de una mesa que había en la entrada, observé unos pequeños folletos con una inscripción en código binario que interpreté como AETI. No cogí ninguno porque me dio miedo alterar el espacio-tiempo, así que avancé dos pasos para dejarlos atrás. Respiré hondo. Nadie estaba aguantando el portón, pero permanecía abierto por una extraña fuerza. “¿Qué es lo que me ATRAE?”, me pregunté. Conté hasta diez, di un paso más largo que los anteriores y, de pronto, estaba allí. Aterrorizada, me di cuenta de algo verdaderamente insólito. Unos centímetros más abajo de los rostros de todos los humanos que allí se encontraban, aparecían una especie de caracteres en apariencia indescifrables. Entonces lo comprendí: ¡estaban subtitulados!
Así empieza la original reseña de Anna Varela Griñena para la AETI de la conferencia sobre traducción audiovisual organizada por Guillermo Parra en la Universitat Pompeu Fabra. Guillermo, profesor y subtitulador profesional, invitó a Begoña Ballester-Olmos (de BBO Subtitulado) y a servidora para que habláramos de los entresijos (y tejemanejes) de la subtitulación y el doblaje.
Tuvimos la suerte de que la conferencia, que tuvo lugar el 28 de febrero de 2017, pudiera grabarse, así que aquí la tenéis para todos aquellos que os la perdisteis. Además, disfrutamos de la participación estelar de Quico Rovira-Beleta, traductor de Star Wars, entre muchísimos otros, y Paula Mariani, profesora de traducción, expresidenta de ATRAE, vocal de DAMA y traductora de Modern Family, también entre muchos otros.
El objetivo era dar una pincelada a los aspectos profesionales de ambas modalidades de traducción audiovisual. En el caso de la subtitulación, ¿cómo se trabaja? ¿Qué se cobra? ¿Dónde están los clientes? En el caso del doblaje, Begoña nos contó de qué tipos de materiales dispone, nos enseñó algunos fragmentos de películas traducidas en su empresa y nos habló de algunas dificultades específicas. Todo la mar de instructivo (y no lo digo porque yo participara, ¿eh?).
También hubo un buen coloquio posterior a raíz de las preguntas de los asistentes. No os perdáis tampoco esta parte. Aquí os la dejo:
Por si queréis echarle un vistazo a mi presentación, os la dejo también mediante enlace para que podáis ir siguiendo mi intervención o, simplemente, la tengáis de referencia.
INICIARSE Y AHONDAR EN TAV
No quiero terminar sin dejar algunos consejos y recursos para traducción audiovisual. Sois muchos los que preguntáis cómo iniciarse y moverse en este mundillo, así que aquí van algunos enlaces útiles.
La página de eldoblaje.com para consultar quién traduce qué o tener información sobre cursos varios.
Además de todos los profesionales mencionados en este artículo, también recomiendo seguir a aquellos especialistas en TAV que comparten sus vivencias y experiencias laborales (dificultades, gestión de trabajo, juegos de palabras, etc.) y de los que siempre se puede aprender: Javier Pérez, Alberto Fernández, Álvaro Méndez, Sara Hernández, Fernando Castillo, Ale Durán, Marta Baonza y tantos otros que sería imposible recopilar en una sola entrada.
Y ya para terminar, un breve apunte: acordémonos más de las buenas soluciones en traducción (audiovisual o no). Tendemos a criticar traducciones por las redes, pero tampoco cuesta nada elogiar aquellas soluciones que nos llamen la atención por lo creativas e ingeniosas que son, ¿verdad?
…y no solo por el paso del tiempo en sí —el mismo que nos marchita la frente y platea nuestra sien—, sino por el contenido mismo.
En general las obras originales no suelen modificarse al reeditarse, a no ser que se le añada un nuevo prólogo o unas notas al pie o se haga una edición comentada, pero los retoques sí suceden de forma más habitual con las traducciones.
La retraducción
Hay muchas obras, clásicas y no tan clásicas, que han tenido varias traducciones con el paso del tiempo. ¿A qué se debe? Dice David Paradela en un artículo en el Centro Virtual Cervantes: «Retraducimos por los motivos siguientes: por capricho; por rifirrafes de derechos; por haberse realizado por lengua interpuesta la versión anterior; porque la traducción existente ha envejecido. […] Pero el caso típico, más comentado y más proclive a la repetición de lugares comunes es el cuarto, el de las traducciones viejas. Pero ¿qué es una traducción vieja? Hoy en día, hasta la pescadera repite que las traducciones deben repetirse cada equis años, porque «la lengua de la traducción envejece mientras que la del original no», cosa que, a priori, no acabo de entender (¿la lengua del Guzmán de Alfarache no ha envejecido?)».
Y me parece una reflexión muy acertada. Coincido con David en que la traducción es fruto de su tiempo, en general el mismo que la obra original, y que no por ser vieja deja de ser válida. También coincido en la necesidad de realizar una nueva traducción cuando la primera tiene deficiencias, como comenta él mismo en el caso de retraducir a Malaparte, «cuyos traductores de los años cuarenta y cincuenta tienen lagunas de bulto en italiano, porque planchan metáforas decisivas y domestican una sintaxis a veces caprichosa, porque no identifican ciertos referentes (no saben lo que es un basso napolitano) ni algunos deslices ortográficos del autor (el palacio presidencial de Helsinki está edificado a la manera de Engel, no de Engels), porque sufrieron la censura franquista (el capítulo de la virgen de Nápoles en La piel es el más flagrante: podado resulta simple y llanamente incomprensible), porque aplicaron criterios que ya no compartimos (como llamar Santa Teresita de los Españoles a la napolitana vía de Santa Teresella degli Spagnoli), pero no porque su lengua estuviera vieja, enmohecida o dificultara el disfrute del texto».
Sin embargo, otras voces defienden la retraducción por cuestiones de lengua y estilo, como Juan Manuel Ortiz en Retraducir, una nueva mirada: «Retraducir es en suma una necesidad engendrada por el hecho de que la traducción perfecta es inaccesible, por lo que esta se convierte entonces en una utopía en pos de la cual el mundo de la cultura no deja de progresar y de buscar nuevos caminos de expresión. […] Cada época tiene un gusto y una manera de concebir la lengua y la literatura, desde luego, pero a mi modo de ver es la exigencia de los lectores avezados lo que ofrece el impulso para continuar adelante en el establecimiento definitivo de sus clásicos procedentes de otras lenguas».
Modernizando que es gerundio
Algo que me ha sorprendido últimamente en la traducción de una colección de libros infantiles, cuyos volúmenes he traducido al catalán, es no ya la retraducción en sí, que sospecho tiene que ver con motivos puramente económicos —es una editorial distinta a la que publicó los libros veinte años atrás—, sino el afán de querer modernizarlos.
Estos libros, publicados en los años ochenta y noventa, solían tener referencias tecnológicas de la época como los cartuchos primero, los disquetes después o las cintas de VHS. Pues bien, me llevé una sorpresa al ver que en la nueva traducción al castellano habían modernizado estos conceptos, por lo que los niños compraban los videojuegos en DVD o se los bajaban de Internet. Lo pregunté a uno de los traductores al castellano y él no había recibido consigna alguna de cambiar estos términos, con lo que supongo que es una decisión que tomaría la editorial de forma unilateral.
No pregunté al editor, pero imagino que debe de ser para que quede más «fresco» para el chaval de ahora. No obstante, me parece mejor conservar estos elementos porque, al fin y al cabo, el icono de «guardar» de Word viene de algo y si no se sabe qué es un floppy o un discman, pues se busca y ese conocimiento que uno se lleva, ¿no?
Llevo dándole vueltas a esto desde hace un mes, que he estado trabajando en la traducción de otra novela juvenil repleta de juegos de palabras y referencias culturales. En ella se habla de programas recientes como Jersey Shore y The Voice, así como de libros y videojuegos en formatos muy específicos. Si tan ancladas están las referencias a los últimos años, ¿por qué cambiarlas? Toda obra se enmarca en una zona y una época determinada y cambiar elementos solo por hacerle un lifting es traicionar aún más el libro, novela, película, etc.
Modificar estas cosas se ve más y de forma más surrealista cuando se piensa en una película. Pongamos Se7en, que tuve el placer de comentar este pasado sábado en los cines Phenomena con dos grandes de los podcasts de cine (Carne de Videoclub y Sin Audiencia). Descubren a John Doe, el asesino, por los libros que sacaba de la biblioteca (porque el FBI tenía control sobre algunos volúmenes en particular). No sé, pero ahora me lo imagino bajándoselos en formato eBook en alguna plataforma o incluso descargándoselos ilegalmente… y la película sería muy distinta. A lo mejor ni lo descubrían, vaya, y la película al garete.
Con las películas veo más justificado un nuevo doblaje que deshiciera el desaguisado que la censura provocó en muchos largometrajes, algo que ya comenté en la entrada Sexo oral y escrito II. (Auto)censura.
Cuando el original evoluciona
El tema cambia cuando hablamos de una obra didáctica. Entiendo que en muchos casos hay que adaptarse a los nuevos tiempos si, por ejemplo, se quieren eliminar ciertas referencias y abarcar más opciones, ya sean religiosas, sexuales o de género.
Un buen caso es el de Richard Scarry, autor e ilustrador de unos 250 libros infantiles que traspasaron fronteras y se tradujeron a varios idiomas. Algunas de sus obras, puros clásicos, han ido cambiando con el paso del tiempo, pero hay un libro en cuestión donde los cambios son más apreciables: Best Word Book Ever.
Veamos algunas de estas modificaciones:
Resumen en la cubierta
Toda una declaración de intenciones y buen resumen de lo que encontraremos en el interior: los hombres también entran en la cocina (y no solo para picotear), también hay mujeres policía y las mujeres no son las únicas encargadas del cuidado de los niños, por ejemplo.
La belleza como personaje
Los auxiliares de vuelo pueden ser tanto hombres como mujeres —de un tiempo a esta parte observo un menor uso de «azafata» en documentaciones y contextos específicos— y, al igual que los pilotos, no es necesario que sean atractivos.
Lo mismo en la escena del incendio. Los mininos del montón también tienen derecho a ser rescatados.
Sensibilidad religiosa
La Navidad no es lo único que se celebra en invierno y en futuras ediciones incluyeron la menorá para aquellos que celebran Janucá (a mí no me miréis, lo dice la Fundéu).
Repartirse las tareas
Ya lo veíamos en la cubierta, pero en el interior hay muchos más casos, como este. Un cambio sutil que refleja bastante. No necesariamente es la madre quien prepara el desayuno, aunque sí sea algo habitual. Ya sabéis, lo típico de madre cuando te llama y dices «¡Voy!» y te responde con sorna «Voy, voy, pero quieto me estoy».
También vemos al padre con la sartén en la mano y en plena faena, que para algo hay dos fogones también.
Profesiones inclusivas
Ya hace bastante tiempo que todas las profesiones terminadas en -man/-woman (policeman, policewoman) del inglés cambiaron la forma para abarcar los dos géneros sin discriminar (police officer). En las nuevas ediciones no solo lo tuvieron en cuenta, sino que añadieron otras profesiones, también ilustradas con mujeres, como scientist.
Respeto a los nativos americanos
En su lucha contra los estereotipos, las nuevas ediciones omiten al indio americano ataviado con las plumas típicas. Así pues, dejan solamente una ilustración para la «i» de ice cream.
¿Y vosotros qué pensáis? ¿Creéis que hay que ir retraduciendo los clásicos porque la traducción envejece? ¿Sois partidarios de modernizar las obras originales?
…en este blog. Pasa un año más y va bien hacer balance de lo que han dejado estos doce meses. En 2014 hablé de lo que había representado para mí profesionalmente y este año he creído conveniente hacer un repaso de todos los artículos publicados desde enero.
A veces escribo tras darle muchas vueltas a un tema, otras veces ocurre de forma casi espontánea por algo que sucede o que encuentro por ahí (una imagen, una noticia…), pero siempre acabo dejándome mucho tiempo en ellas y, bueno, por si os perdisteis alguna, aquí las rescato por temas:
EJERCICIO PROFESIONAL
Empezamos el año con tres entradas completas sobre el ejercicio profesional. Enlaces, trucos y consejos sobre cuestiones tan diversas como fiscalidad, ergonomía, trato con clientes, etc.
Cada maestrillo… Consejos para el traductor autónomo I:Ser traductor en muchas de sus facetas como la especialización, saber abordar una traducción (tipos de texto, léxico, formato, revisión) y lo positivo de trabajar con otros compañeros.
Como último artículo sobre el ejercicio profesional, pero en clave de (más) humor esta vez, encontramos Life as a translator, con un compendio de viñetas de estilo retro que ilustran las vivencias del traductor en su día a día.
Un día cualquiera en la vida de una traductora
TRADUCCIÓN EDITORIAL Y LITERATURA
Este año he publicado en el blog artículos muy variopintos dentro de la traducción editorial, la literatura y las letras en general.
Ana Frank y la «pornografía»: La noticia de una madre estadounidense que se llevó las manos a la cabeza por los fragmentos supuestamente pornográficos del Diario de Ana Frank me inspiró para escribir esta entrada sobre la censura en la literatura y en la traducción de este tipo de pasajes. Al investigar un poco y tras un chivatazo de otro compañero traductor, Javi Mallo, vi que hay mucha más tela que cortar en cuanto a la traducción del diario, pero esto será tema de otro artículo.
Pasión prehistórica: Siguiendo con el tono erótico del artículo anterior, hablé de las novelas eróticas con dinosaurios que triunfan en Internet y traduje algunos fragmentos para el ¿deleite? de los lectores.
La relación entre lector y traductor:¿Alguna vez habéis hablado con los lectores de vuestras traducciones? Tuve el placer de hacerlo en noviembre al participar en una mesa redonda sobre traducción con motivo de las Jornadas Ándalus Románticas. En este artículo incluyo más de una hora de audio de la mesa redonda y una entrevista con escritores y lectores de novelas románticas que nos dan su punto de vista sobre el mundo de la traducción.
El traductor creativo: Aunque no hace falta ser Lord Byron para traducir, sí hay que saber escribir y expresarse bien por escrito, de modo que en este artículo expliqué las bondades de los ejercicios de escritura para traductores con el fin también de cultivar la creatividad. No os perdáis los juegos, pasatiempos y un buen puñado de recursos para traducir.
TRADUCCIÓN AUDIOVISUAL
Aprovechando la exposición de Pixar en el CaixaForum de Barcelona, escribí Traducir películas de animaciónen la que hablo de este tipo de largometrajes de forma exhaustiva, desde su proceso de creación (guion, storyboard, colorscript, etc.) a cómo he traducido algunas de ellas. Encontrareis ejemplos de guías de estilo y materiales de referencia, así como del proceso de traducción y las características y dificultades que presenta el lenguaje en este tipo de películas.
Brócoli, pimientos y otras adaptaciones de cine: Con motivo del estreno de Del revés (Inside out, 2015) y del fenómeno de la adaptación, hablamos de cómo solventar algunos escollos culturales en varias películas.
Por último, aunque no es una cuestión puramente audiovisual, encontramos Traduciendo insultos por ahí, que incluye la charla que di en el ENETI 2015 sobre la traducción del lenguaje soez, con muchos ejemplos del mundo del cine, ya fuera en doblaje y subtitulación.
IDIOMAS
Este año pensé en tratar temas más generales en el blog, cuestiones que fueran más allá del mundo de la traducción y de ahí:
Aprender idiomas leyendo: artículo sobre los beneficios de la lectura para aprender un idioma y algunos consejos útiles para no aburrirse en el intento.
1001 recursos para aprender idiomas: como su nombre indica… bueno, tal vez no eran 1001, pero sí fueron un buen montón de enlaces los que recopilé para esta entrada con recursos para aprender y mejorar muchos idiomas: inglés, alemán, francés, italiano, portugués, noruego y un largo etcétera.
ETIMOLOGÍA
Echando la vista atrás, me doy cuenta que otros años he hablado más de etimología. Este año solo ha habido un artículo en el blog sobre este tema: Leyendas lingüísticas y falsas etimologías. En él, traté los orígenes falsos de algunos términos, esas etimologías que con el paso del tiempo o simplemente porque quedan bien se han dado como válidas. Repasamos algunos de los casos más sonados tanto en inglés como en castellano.
Sea como sea, espero que os gustaran en su momento o las disfrutéis ahora. Gracias por estar ahí y por vuestros comentarios. Como novedad para 2016, si queréis sugerir temas o incluso participar en el blog, no tenéis más que escribirme. Estaré encantada de leeros.
El estreno de la película de Pixar Del revés (Inside Out, 2015), además de la polémica con los personajes (Tristeza es rellenita y poco agraciada —dicen— y Alegría es delgada y atractiva) ha sacado a la luz un aspecto curioso, que no nuevo, del cine: las adaptaciones culturales.
Si la intención primordial de un producto audiovisual es que llegue al espectador y que este lo reciba con naturalidad y no le cause extrañeza, hay que tener en cuenta muchos factores y no solo lo que se oye, sino también lo que se ve. Y aunque muchos lo llamen «localización», es en realidad un ejemplo de adaptación cultural.
En esta película se dan dos buenos ejemplos. El primero, y del que se ha hablado más, es el cambio del brócoli por el pimiento verde para la versión japonesa. ¿El motivo? Parece ser que lo que más asquea a los niños japoneses es el pimiento verde (como quizá muchos recuerden por Shin Chan) y con una modificación de este tipo los espectadores se sienten mejor identificados, la situación les resulta más cercana.
No es el único cambio ni hay que irse a países tan lejanos como Japón. Hay otro momento de la película en el que somos testigos de un cambio de imagen. En la versión original los sentimientos ven un partido de hockey y en otros países (como Gran Bretaña, que comparte idioma con los Estados Unidos pero no cultura), un partido de fútbol.
Y es que traducir una película con el fin de proyectarla en otros países va mucho más allá del trasvase del guion de un idioma a otro. Barriendo para casa, como explica Adela Martínez en su artículo para La traducción para el doblaje y la subtitulación (Miguel Duro, Ediciones Cátedra, 2001): «En la actualidad está muy extendida la idea de considerar la traducción como un acto de comunicación intercultural y de que el texto fílmico comparte con otros textos la finalidad de comunicar algo a otro. La traducción tiene la finalidad de comunicarse con el espectador. Pero, a diferencia de otros textos susceptibles de traducción, el texto fílmico cuenta con varios canales de información: la imagen, el sonido, el ruido y el lenguaje hablado».
Pues sí, como si traducir no fuera ya lo bastante complejo, abordar la traducción de una película lo es más por todos estos factores a los que hay que prestar atención porque, como comenta Martínez: «El guion hablado de una película se coordina con los otros canales informativos con los que cuenta el lenguaje cinematográfico. Desde esta perspectiva, resulta lógico sostener que la traducción —el doblaje o la subtitulación— de ese guion hablado se considere subordinada a la imagen, al sonido, a los gestos de los actores, e incluso a la coincidencia del mayor número posible de consonantes labiales, etc.».
Pero, como vemos, hay mucho más y la cultura pesa mucho. Para hablar de casos concretos, un ejemplo famoso es el de Regreso al futuro del que ya hablé en un artículo anterior sobre adaptaciones culturales. En una de las entregas de la trilogía, la madre de Marty McFly se dirigía a él como Calvin porque en sus calzoncillos tenía escrito Calvin Klein. En España, dado que por entonces no había llegado aún esa marca, se cambió a Levi Strauss. Es un caso de referencia cultural adaptada que respeta también el idioma de partida, es decir, se opta por usar una marca americana que encaja en las dos lenguas y no provoca extrañeza en la versión española.
Podemos encontrar más ejemplos de adaptaciones y cambios por diferencias entre culturas (y no solo idiomas) en muchas más películas, sobre todo en las dirigidas a un público más joven. Por ejemplo, en Monstruos University (Monsters University, 2013) las notas cambian según el país, los textos en pantalla se traducen todos y se producen modificaciones curiosas como la siguiente.
En un momento del largometraje, Randall, el monstruo que más tarde sería el villano de Monstruos S.A., quería que los demás compañeros le aceptaran y preparaba unas magdalenas con el texto «Be my pal» (seamos amigos). Pues bien, en otras versiones, como la española y la británica, estas magdalenas perdieron las letras y pasaron a estar decoradas con caritas sonrientes.
¿El problema? Se perdía la gracia cuando en plena persecución de la mascota de la universidad rival, Sully y Mike le tiraban la bandeja y Randall terminaba con un «lame» (soso, bobo, tontaina) en la cara porque las letras se habían desordenado.
Y ya que estamos con textos…
Textos en pantalla
En el caso de la película de Pixar, el quid estaba en las imágenes en movimiento, pero pueden darse cambios también en los textos que aparecen en pantalla. La mayoría de las veces lo que se lee, sea un texto escrito, una carta, un cartel, etc., se ve en un subtítulo. Es la solución más rápida y barata porque no implica cambiar la imagen.
Sin embargo, por cuestiones culturales puede que este texto cambie también en la imagen. Un buen ejemplo lo encontramos en Capitán América: El soldado de invierno (2014). El protagonista elabora una lista de cosas que se ha perdido al estar congelado y que debe repasar para estar al corriente de todo. Lo curioso es que la lista cambia según el país. Solo se mantienen la comida tailandesa, Star Wars, Star Trek, Nirvana, Rocky y la canción de Marvin Gaye; lo demás va variando.
Versión original
En la versión española, por ejemplo, añaden a Rafa Nadal, Héroes del Silencio, Camino José Cela, la Constitución de 1978 y el Chupa Chups. Claro, de todos es sabido que el caramelo marcaría un antes y un después en nuestras vidas.
Versión española
En Francia, por ejemplo, Daft Punk toma el relevo de Héroes del Silencio (a ver si son los mismos bajo ese casco…).
Versión francesa
En el Reino Unido no podían faltar los Beatles.
Versión inglesa
Y en México… ahí está Shakira, aunque sea colombiana.
Versión mexicana
Mucho más que palabras
Los dos ejemplos que veíamos al principio del artículo llaman mucho la atención porque son cambios completos de imagen, pero en una película pueden darse muchos momentos complejos para la traducción que no tengan que ver con elementos verbales. Un ejemplo de esto sería el gesto de Uma Thurman en Pulp Fiction (1994):
En este caso, como comenta Patrick Zabalbeascoa en su artículo La traducción del humor en textos audiovisuales (recogido en el libro anteriormente mencionado), se da un chiste paralingüístico, aquel que depende de una combinación de elementos verbales y no verbales. Es decir, lo que se diga va a estar supeditado a lo que se vea (un gesto, una caída, una aparición, el sonido de un disparo etc.).
En este momento de la película, Vincent Vega, personaje interpretado por John Travolta, le pide a Mia Wallace, Thurman, que lo lleve a otro restaurante para cenar, a lo que ella le responde «You can get a steak here, Daddio. Don’t be a…» y dibuja en el aire un rectángulo (aunque más bien debería ser un cuadrado porque la expresión en inglés es don’t be square).
Explica Zabalbeascoa que el sentido en inglés de «no seas antiguo» dista mucho de una traducción literal de «no seas» y luego ver el cuadrado en la pantalla, que encima va reforzado por unas líneas de puntos. Una solución puramente verbal, dice, «sería buscar una expresión en castellano que acabara con «cuadrado» y encajara en el contexto (tipo «no seas un cabeza… cuadrada» o quizás «no seas tan… cuadrado», aunque las dos son mejorables). Una solución más tecnológica consistiría en borrar la línea de puntos de la imagen para dar cabida a versiones menos literales («abre tu mente», «rompe tus esquemas» que dieran otra interpretación al gesto de la actriz)».
¡Arguméntame esta!
Ahora bien, como adaptaciones que se llevan la palma, porque más que adaptaciones son cambios de argumento y de guion integrales, están los ejemplos de los que se hacía eco la agencia EFE esta misma semana.
Esto va más allá de cuestiones lingüísticas y se aparta de la traducción, que es lo que nos ocupa en este blog, pero según filtraciones de Wikileaks, los productores de la película Píxels (2015) «cambiaron el guion para evitar que en él hubiera menciones a China, con el fin de no herir sensibilidades en ese país y que la cinta pudiera ser estrenada en sus cines».
Dan más ejemplos, como el deWorld War Z, en la que se cambió ligeramente el argumento y se quitó la sugerencia de que el virus que volvía zombi a los seres humanos se había originado en China. O de Skyfall, de la que retiraron escenas en las que un soldado chino era asesinado, así como referencias a que el villano de la película parte de su maldad al hecho de haber sido torturado en una prisión asiática.
Según el artículo, «estos y muchos otros cambios de guion se justifican en un momento en el que el mercado chino, aún con mucho potencial de crecimiento, se está convirtiendo en el más importante de Hollywood en el exterior, y en ocasiones en tabla de salvación de grandes superproducciones que fracasan en Occidente pero no en Oriente».
Y, sin llegar a estos extremos, cambiar el contenido de los tráileres es algo bastante común. Seguramente os habréis dado cuenta de que, en ocasiones, lo que habíais visto en el avance no aparece en la película. Pues bien, dependiendo del país, se hace hincapié en ciertos contenidos para hacer que la película resulte más atractiva y llame la atención de los espectadores. Algunos ejemplos de esto lo encontramos en Los Vengadores, Lincoln, ¡Rompe Ralph!, Prometheus o Godzilla.
En definitiva, ya sea por motivos económicos, políticos, lingüísticos o culturales, muchas películas pueden sufrir cambios sustanciales y no siempre son cosa del traductor, que os veo venir. Aunque pueda haber consultas (me ha pasado en subtitulación), nos compete lo lingüístico. El lenguaje es la base de la cultura y deben verse las estrategias que se utilizan en el texto fílmico para determinar el entorno cultural. El texto es parte de la cultura y la unidad de traducción es la cultura misma, pero nosotros no decidimos estos cambios tan grandes de imagen.
¿A vosotros qué os parece? ¿Todas las modificaciones son aceptables? ¿Debería respetarse más el original en lugar de adaptarlo tanto al espectador meta? El debate —¿o la polémica?— está servido.
Buen ambiente, público atento, grandes profesionales y una organización de lujo. Si me pidieran resumir el ENETI (Encuentro Nacional de Estudiantes de Traducción e Interpretación) de este año, lo haría con estas palabras.
Después de acudir a la edición anterior en Soria, donde hablé de traducción erótica, y ver lo que allí se cocía y vivía, no pude resistirme esta vez. Y menos aún conociendo el emplazamiento de este año y los organizadores, unas auténticas bestias pardas: Jairo Lara, Carlota Lifante y Vicent Torres.
Organizadores, ayudantes e intérpretes del ENETI 2015
Gracias a estas jornadas, los estudiantes tienen la oportunidad de ver diferentes aspectos profesionales de la traducción y la interpretación, echarle un vistazo a la realidad del oficio y, cómo no, relacionarse con alumnos de otras universidades. Para los profesionales es igualmente beneficioso pues permite el intercambio de pareceres y opiniones, aprender de otros ámbitos de la traducción y, evidentemente, salir de la traducueva un par de días.
ENETI 2015
Este año ha habido de todo un poco, como podéis ver en el programa: traducción biosanitaria, con el gran Fernando Navarro; traducción de videojuegos, con traductores de la talla de Curri Barceló, Ramón Méndez, Alba C. Porrúa, Belén Agulló y Francisco Molina; traducción del manga con Marc Bernabé, que recogió un premio a su carrera (¡grande!), etc. Más allá del oficio de traducir, Marta Stelmaszak y Valeria Aliperta abordaron cuestiones económicas y de marca.
También hubo mesas redondas prácticas y amenas como la de Carla Botella, Marián Morón y Beatriz Benítez sobre salidas profesionales molonas, y la de traducción de franquicias (#frikicias) con Josep Llurba, Quico Rovira-Beleta, Javier P. Alarcon y Fran Molina. Y no me olvido de la mesa sobre interpretación con María Abad, Aida González, Maider Armentia y Alessandra Vita, que hablaron de todo un poco y dieron consejos muy útiles, sobre todo porque me descubrieron datos que ignoraba al no conocer bien este sector.
Si queréis verlas todas, cosa que recomiendo, podéis acceder desde aquí:
Como ya anunciaba en el título, en esta edición hablé de los insultos y las expresiones malsonantes, los rasgos principales que tienen en nuestro idioma y cómo se pueden traducir. Todo con un único fin: demostrar que el castellano es tremendamente fértil y podemos realizar traducciones la mar de naturales sin caer en los jodidos y putos de siempre. Ahora bien, sin pasarse, porque un inspector del Bronx no va a hablar como un señor de Murcia, por decir algo. Como decimos siempre, el contexto es básico, así como conocer el tono del texto original, el personaje en sí y lo que nos pide el cliente, claro.
Para encarrilar la charla usé como base algunas ideas de El traductor insolente, que complementé con un breve marco teórico y ejemplos variados tanto de traducción editorial como audiovisual, principalmente fansubs.
Foto de Isabel Ramón para la entrevista en el periódico Información
Como no os quiero aburrir con más detalles, podéis acceder al vídeo aquí: http://vertice.cpd.ua.es/142806 (a partir de 4:10:35) y ver la presentación íntegra.
Si lo hacéis, vale la pena fijarse en la buenísima labor que realizaron los intérpretes de lengua de signos, que no lo tuvieron nada fácil al interpretar algunos momentos de la charla, sobre todo por la complejidad de los sinónimos y algunos de los términos. De paso, quiero agradecer también el trabajo de los intérpretes en cabina, que seguramente se vieron apurados al principio con mi velocidad. ¡Perdonad, chicos!
Si también queréis echarle un vistazo a la presentación en sí, podéis encontrarla a continuación y en la misma plataforma de Scribd. Disculpad la calidad de la presentación, pero al subirla ha cambiado el tipo y el tamaño de la fuente.
Paralelamente, me hicieron una entrevista para el periódico Información acerca de esta ponencia. Si bien hay algunas cuestiones que no son del todo exactas (hablé de cunt como ejemplo de insulto realmente fuerte en inglés, pero no dije que no se pudiera traducir, entre otros), es un resumen de la charla en sí y de cómo va la traducción de lo soez. Se lee bastante bien al hacer clic en la imagen.
Termino este apunte con algunos tuits sobre la presentación. Los demás pueden seguirse con el hashtag #TraduSoez y #Eneti2015.
PD: Gracias de nuevo a la organización, ayudantes, intérpretes, ponentes y asistentes. Entre todos habéis conseguido algo muy grande. ¡Ah! Y felicidades a Manu Crespo y Fernando Carrero, que organizarán el ENETI 2016 en la Universidad de Valencia.
Este fin de semana he conseguido visitar (¡por fin!) una exposición a la que tenía muchas ganas: Pixar. 25 años de animación (CaixaForum, Barcelona, hasta el 3 de mayo). Todo un lujazo para los interesados en la animación, ya sea por las historias o el virtuosismo técnico de las películas.
Al salir de la exposición caí en la cuenta de que no había hablado todavía de la traducción de este tipo de películas, al menos las que yo he traducido de DreamWorks, puesto que sí hablé del doblaje y la subtitulación de Ice Age hará un tiempo.
Como han pasado ya unos años y estas películas están más que estrenadas en cine, televisión y DVD, que es el formato para el que realicé los subtítulos al catalán, supongo que puedo hablar de ellas sin problemas (ya sabéis cómo va esto de los NDA o contratos de confidencialidad). Así pues, os contaré el proceso, las dificultades y algunos detalles más.
Algunas de las películas de animación que he subtitulado
1. LAS PELÍCULAS DE ANIMACIÓN: El proceso de creación
Lo primero es lo primero: la película de animación en sí. No entraré en detalles porque sabéis de sobra de qué se trata, aunque si queréis conocer los distintos tipos que existen, echadle un vistazo a esta página de la Universidad de Huelva: El cine de animación.
¿Por qué es importante conocer el proceso? Bueno, por curiosidad traductora y para conocer el producto, lo primero. Pero, sobre todo, porque cuando encargan una película suelen venir después otros encargos más pequeños: los comentarios del director y los actores, el tráiler (o avance, para evitar el anglicismo), el anuncio del videojuego o el juguete, las tomas falsas y el making of (el cómo se hizo, vaya), y hay que estar preparado para traducir de todo.
A continuación veremos el ejemplo de Pixar, pero las demás empresas de animación suelen trabajar de una forma muy parecida. Encontrareis más detalles sobre cómo trabaja Pixar aquí.
a. La propuesta
Un creativo prepara una idea y la presenta al equipo de desarrollo y animación, donde su mayor reto es lograr que el equipo se interese y vea las posibilidades de llevar adelante el proyecto.
b. El guion
Todo empieza con el guion. Las ideas se plasman en el papel de una forma concreta: qué sucede, cuándo sucede y a quién. Suele ser muy completo y consta de descripciones detalladas del ambiente y de las emociones de los personajes. En eso no se diferencia mucho de un guion para una película no animada.
c. El storyboard
El guion pasa a la secuencia visual gracias a unos dibujantes encargados de crear el storyboard o guion ilustrado, que se compone de bocetos basados en el diálogo y las acciones que se detallan en el guion. Estos dibujos se cuelgan en un tablero y se organizan para formar las escenas y mostrar cómo se suceden las acciones.
Guion ilustrado de Toy Story
d. El storyboard digital
Los dibujantes que se han encargado del guion ilustrado entregan sus dibujos a los editores, que los pasan a un formato de vídeo llamado reel o animática. En este punto prestan atención al ritmo dramático y añaden diálogos, efectos sonoros y música provisionales para que la historia se vea en un formato más parecido al de una película.
Como traductor, es posible que traduzcas escenas no incluidas en la película como material adicional de la misma. Estas escenas suelen estar hechas de esta manera, con un storyboard digital y voces superpuestas.
e. El colorscript
El colorscript, o paleta de colores, es un mapa de la evolución emocional de la película, a diferencia del storyboard, que se centra en la acción. En este paso se representa la historia con grandes pinceladas y sin tanto detalle como en el guion ilustrado, en el que, además, los dibujos están en blanco y negro. Se presta atención a la gama, los tonos y la saturación para captar la atmósfera y las emociones que quieren transmitirse en cada secuencia.
Por ejemplo, aunque lo siguiente no es un colorscript, sí da una idea de cómo el color ayuda a transmitir emociones. La alegría y la felicidad se representan con tonos cálidos; los colores fríos se emplean para el miedo y la tristeza.
Para plasmar los personajes y los decorados, el director trabaja con el diseñador y con un equipo de ilustradores que dibujan muchas versiones de los personajes y sus entornos; exploran distintas ideas de diseño y se fijan en todos los detalles. El diseño definitivo se decide entre las propuestas que reflejan el entorno más verosímil en el que pueden habitar esos personajes.
g. Los estudios de modelo
Cuando el director aprueba el modelo, el artista crea blueprints o guías que los técnicos deben seguir para construir el modelo digital. Los estudios de modelo convierten los detalles del diseño del personaje en pautas de construcción específicas para formas tridimensionales más complejas.
h. Las maquetas
Los escultores se basan en los dibujos de desarrollo para crear maquetas, una escultura de arcilla muy útil porque permite ver al personaje desde cualquier ángulo. Los modeladores en 3D usan estas maquetas como referencia para ver cómo funcionan los distintos elementos del cuerpo de un personaje.
Un modelo de Sully, de Monstruos S.A., en la exposición de Pixar
i. La grabación de los diálogos
Antes de que los animadores puedan empezar a trabajar en la película hay que grabar los diálogos definitivos. El equipo editorial graba las voces de los actores de doblaje en un estudio y, después, los animadores trabajan a partir de las palabras y el tono de los intérpretes para sincronizar los movimientos y las emociones.
j. La modelización y el rigging
Los modeladores en 3D construyen los personajes y los escenarios por ordenador a partir de dibujos, estudios de modelo y maquetas. Los modeladores digitales deciden entonces cómo y por dónde se dobla y mueve un personaje, su flexibilidad, etc. En un proceso llamado rigging se incorporan al modelo miles de controles llamados avars (variables de animación). El rigging es el proceso de preparación previo a la animación de objetos o personajes y consiste en trabajar un esqueleto que permita articular los movimientos que se van a animar.
El layout. Este departamento se ocupa de la colocación de la cámara y la ubicación de los personajes.
La animación: el blocking o bloqueo. Se trabaja en los primeros movimientos. Se escuchan los diálogos y se buscan los gestos y las posturas adecuadas.
La animación: el polish o pulido. En este punto se añaden los detalles: respiración, movimiento de pies y la complicada expresión facial que debe corresponder al diálogo.
El shading y la texturización. Se aplica color, textura, sombras, etc. a las superficies.
El pelo. Un apartado aparte para conseguir que el pelo parezca natural tanto en reposo como, sobre todo, en movimiento.
La iluminación. Para que sea verosímil, se añaden unos focos virtuales que iluminen todo lo que hay en el escenario digital. Luego se van añadiendo otros toques de luz para dirigir la mirada del espectador a lo importante.
k. La renderización
Es el proceso informático mediante el cual se comprimen las imágenes en unas bidimensionales que puedan pasarse a la película o exhibirse con un proyector digital. La matriz informática que lo realiza se llama «granja de render».
En cuanto a números, en una película hay 24 fotogramas por segundo y como hay 60 segundos en un minuto y la cinta suele durar 90 minutos, se necesitan 129 600 fotogramas o imágenes individuales para completarla.
Para terminar, se compone la música y se añade la banda sonora que acompañará algunas de las escenas. Y, bueno, el resto es historia.
2.EL ENCARGO: Cuestiones laborales y material de referencia
Estas películas, de una hora y media de duración, suelen tener unos 1 000 subtítulos. El tiempo para realizar la traducción es de unos tres o cuatro días. Si bien es más holgado que en el caso de las series de dibujos —que hay que traducir de un día para otro—, siempre es poco tiempo para pensar en todas las soluciones.
Por suerte, el material que el cliente da es abundante y va muy bien para trabajar el texto. En mi caso, suelo disponer de la guía de estilo de la empresa o del cliente, Paramount, DreamWorks, etc. Suelen variar de unos a otros porque no todos aplican las mismas convenciones.
Aquí va una tabla con algunas de las cuestiones que recogen estas guías, por lo menos las que he recibido de mis clientes. Evidentemente puede variar.
Además de esta guía, hay documentos con los nombres oficiales de los personajes (sobre todo cuando estos tienen un significado) y la traducción de sus coletillas. Esto es especialmente útil cuando toca trabajar en una segunda o tercera parte (estoy pensando en Shrek, de las que hice la segunda y cuarta entrega) o cuando no has visto la película.
A veces, incluso, puede que dispongas del archivo de audio con el doblaje. Por ejemplo, cuando traduje Cómo entrenar a tu dragón al catalán, tuve acceso al audio del doblaje en castellano. Desde luego, no vale el «escucha y pega», pero puede ir bien cuando te atascas en algún juego de palabras.
Contexto e información de apoyo para Kung Fu Panda
Frases y coletillas de los personajes de El gato con botas
3. EL PROCESO DE TRADUCCIÓN
Cuando llega el proyecto, el cliente te da acceso a un FTP con todo lo que necesitas: película, plantilla de subtítulos en inglés y material de referencia. La película puede ser en color o en blanco y negro y suele llevar siempre una marca de agua o una franja con el nombre del traductor para evitar filtraciones.
La plantilla de subtítulos es un documento RTF y, por suerte, el pautado (también llamado spotting, el marcado del tiempo de inicio y salida del subtítulo) ya está hecho. Es una suerte porque así puedes centrarte en la traducción en sí. Para este cliente no trabajo con ningún programa específico. Por ejemplo, puedo trabajar con los dos documentos en paralelo y el vídeo a un lado.
Otra opción, que encuentro más cómoda, es trabajar con Trados, puesto que así me aseguro de no tocar los códigos de tiempo. Una vez lo tengo listo, vuelco la traducción y lo repaso todo de nuevo en el RTF, asegurándome también de no haberme excedido de caracteres. Eso es lo malo de no trabajar con programas de subtitulación, que suelen marcar al momento si te excedes de caracteres.
Documento abierto en Trados para no tocar los tiempos
4. EL LENGUAJE: Características y dificultades
Como comentaba en el artículo comparativo de las versiones de Ice Age, la animación suele ir dirigida a un público más joven, de modo lo que el humor es un ingrediente básico con todo lo que ello supone para el lenguaje: chistes, juegos de palabras, exageraciones, comparaciones jocosas, etc.
Además de acústico, este humor es muy visual e intenta imitar las características propias de la oralidad, es decir, naturalidad, espontaneidad, frases inacabadas, interjecciones, onomatopeyas…
Un ejemplo de gag. Po, el panda, descubre que su padre oca no es el biológico
El lenguaje es bastante sencillo en general: las estructuras sintácticas son simples, las frases son relativamente cortas y el tono es distendido, aunque eso no significa que las películas de animación sean más fáciles de traducir. No es infrecuente encontrar frases en el original que son ligeramente formales y que hay que adaptar en la traducción.
Por ejemplo, Kung Fu Panda 2 empieza con una especie de relato en plan fábula o leyenda y había que darle un toque más formal, en este caso con los tiempos verbales:
Además, estamos hablando de subtitulación, de modo que lo más frecuente es tener que acortar frases. Esto dificulta y hasta imposibilita recoger completamente todos los significados de la frase original. En este caso debemos seleccionar los significados prioritarios, los que garantizan que el espectador no pierda el hilo. En este sentido, prescindimos de repeticiones, interjecciones y elementos que ya se vean en pantalla, por ejemplo. Por suerte, en mi caso siempre trabajo con los subtítulos en inglés, por lo que gran parte de esa reducción ya está hecha.
Otra característica de este tipo de películas son los referentes culturales, que muchas veces son guiños a los adultos, que al fin y al cabo son los que acompañan a los niños a ver las películas. Se pueden encontrar referencias a películas, series, canciones, etc.
El club de la lucha en El gato con botas
También podemos encontrarnos otros idiomas en el original, que hay que ver cómo trasvasar. Por ejemplo, cuando traduje El gato con botas (Puss in Boots) al catalán, en el original había muchas palabras en castellano como guiño al personaje en sí, de origen latinoamericano y doblado por Antonio Banderas en la versión americana. En mi caso fue fácil dejarlas en castellano en mi versión al catalán, pero ese rasgo no pudo conservarse en los subtítulos al castellano.
Los extranjerismos en Puss in Boots (El gat amb botes)
Las canciones son otro elemento recurrente en estas películas. En general, si una canción aparece como adorno no hay necesidad de traducirla. Sin embargo, si la misma canción cumple una función narrativa porque las letras están directamente relacionadas con el argumento, sí hay que traducirla. En este caso hay que emplearse a fondo y traducir letras, ritmos y rimas. Es lo que suele pasar con las películas de la factoría Disney y también con algunas de Pixar y DreamWorks.
En subtitulación, los clientes suelen partir de la misma base: si es pertinente para la trama, se traduce. Recuerdo algunas cancioncillas de Madagascar y de Shrek en las que tuve que emplearme a fondo para que sonaran bien, aunque fueran para leerse. Contar las sílabas es esencial, así como conservar la rima (aunque hay quien defiende que da igual porque no se oye) y, evidentemente, el sentido. Todo un reto.
Por último, otra de las dificultades en este tipo de películas la encontramos al traducir los comentarios del director y el cómo se hizo, ya que abundan los conceptos técnicos. Si bien muchas veces se dejan en inglés, hay que asegurarse de entender bien el proceso (de ahí la importancia de saber cómo se hace una película de animación) y traducirlos correctamente.
Para este vocabulario más técnico y especializado, aquí van algunos enlaces útiles:
Seguro que me dejo algo en el tintero, pero con suerte tendréis una buena idea de cómo van estos proyectos de subtitulación, al menos por lo que yo he visto, traducido y revisado.
Por supuesto, hay muchas variables en este proceso: el cliente, que puede que tenga programa propio o pida al traductor que trabaje con el suyo, además de exigir ciertos requisitos; el tiempo, porque no es lo mismo subtitular para el cine o la televisión que para el DVD; el tipo de encargo, porque si piden traducción y pautado, esto último requiere más tiempo y, por consiguiente, cobrarlo extra; y muchos elementos más.
Espero que os haya gustado y nos vemos muy pronto.
Que los traductores somos algo tiquismiquis y tenemos un radar especial para los calcos y las frases que rechinan en los doblajes no es algo nuevo. De vez en cuando, de hecho, cuelgo en twitter las que me parecen más graciosas o sangrantes. Para muestra, dos botones, ya sea en doblaje (o voces superpuestas):
o bien los calcos en prensa:
Sin embargo, hoy me centraré en los calcos presentes en las traducciones audiovisuales tomando como base el excelente artículo «Eres patético: el español traducido del cine y la televisión» de Miguel Duro en La traducción para el doblaje y la subtitulación (Cátedra, 2001) y los documentos de la Comissió de Normalització Lingüística, Versió doblada, que se publicaron entre el año 1997 y el 2002.
El calco como virus
Duro explica con mucho atino que el agente infeccioso más grave de todos los que campan en las malas traducciones de las películas y las series de televisión es el calco, en cualquiera de sus modalidades (fonético, léxico, semántico…). Aclara que en sí, como procedimiento de traducción, no es rechazable porque muchas veces enriquece la lengua, pero supone un problema cuando se usa mal.
Entonces, ¿el calco puede ser bueno? Puede ajustarse bien en una traducción cuando existe una laguna lingüística en la lengua receptora, pero hay que llevar cuidado porque muchas veces (en la mayoría, quizá) es un error. Como en los siguientes casos:
Calco léxico o paronímico: falsos cognados, como traducir actually por «actualmente» cuando es «en realidad»; o library por «librería» cuando es «biblioteca».
Calcos tipográficos: el uso de mayúsculas en los gentilicios en castellano, por ejemplo (no aparece en un doblaje, evidentemente, pero sí puede darse en subtitulación).
Calcos sintácticos: cuando se traduce literalmente la estructura de la lengua de partida y se obtiene como resultado una estructura que no es natural en la lengua de llegada.
En su artículo, Duro nos deja algunos ejemplos de calcos reales oídos en Titanic, Corrupción en Miami y El piano. He aquí algunos de Titanic (los comentarios entre paréntesis son míos y que conste que no tengo en cuenta el factor de ajuste labial):
Tiene toda mi atención — You have all my attention (¿No sería mejor: «Soy todo oídos», por ejemplo?)
¿Bromeas? — Are you kidding? (¿Dónde está nuestro «¿Me tomas el pelo?»? Y ya no digo «¿Estás de coña?» porque no quedaría bien en el contexto de la película)
Eres maravillosa — You are wonderful (Hombre, yo no sé si le diría eso a mi pareja, quizá utilizaría otro adjetivo)
Me temo que así es, mi querido amigo — I’m afraid that’s the way it is, my dear friend (en español cada vez tememos más)
No hay ninguna evidencia de que — There’s no evidence that… (Un calco bastante común también en las series policíacas. Aquí, mejor «prueba” o incluso «indicio»)
Como sigue diciendo Duro, «la gente repite lo que escucha y lee —por imitación— o lo que oye, por absorción subliminal. Si día tras día recibe el impacto continuo de un español al que se le ven las costuras del inglés, acaba por parecerle normal ese español y éste termina corrompiéndose».
Aquí es donde aparece el dubbese, el lenguaje propio de las traducciones audiovisuales, esas soluciones faltas de naturalidad que acaban impregnando nuestro idioma y llegan hasta los guiones de producciones nacionales. El compañero Alberto Fernández nos lo explica muy bien en esta entrada de blog.
Orígenes del calco
Miguel Duro comenta que puede haber dos causas que expliquen por qué traductores y adaptadores/ajustadores se aferran al calco: una técnica y otra conjetural. La técnica alude a las limitaciones o restricciones inherentes a la traducción para doblaje o subtitulación, en la que la palabra está subordinada a la imagen:
Doblaje: hay que adaptarse al sincronismo de caracterización, de contenido y fonético (labial).
Subtitulación: hay que adaptarse al tiempo y espacio disponibles.
La segunda causa, la conjetural, se refiere a las condiciones en las que el traductor realiza su trabajo: escasez de tiempo, falta de recursos, malas condiciones económicas, ausencia de revisores, comodidad, negligencia profesional o inconsciencia de la responsabilidad respecto de idioma y del público.
Tal vez añadiría la dejadez que hay a veces hacia la lengua materna. Parece que nos preocupemos más del dominio de nuestra lengua B que de la materna. Hay que leer más en castellano y preocuparse más por la ortografía y las normas generales de nuestro idioma.
¡Una solución quiero!
¿Hay cura para este mal? No es pan comido (que no trozo de pastel), pero puede hacerse. Para empezar se puede avisar a las distribuidoras o cadenas de televisión de los errores que se descubran en series y películas (igual que muchos lectores avisan a las editoriales de gazapos en libros).
Otra solución sería conseguir que los profesionales del doblaje y la subtitulación (no solo traductores) se concienciaran de la responsabilidad que tienen con la lengua, la cultura y con el público al que están destinadas las obras audiovisuales. Aunque, bueno, esto último es más difícil de ponerlo en práctica por su abstracción.
¿A vosotros se os ocurre algo más?
Casos y cosas
Veamos algunos calcos que pueden no ser tan obvios como parece. Empezaremos con la interpelación y los vocativos, y remataremos con una colección de calcos recurrentes.
Calcos en la interpelación
En inglés la interpelación a una persona se hace a menudo aludiendo a la función de la interpelación: agente, doctor, landlord,boss… En castellano no solemos identificar la interpelación salvo en casos muy determinados (como camarero, maestro, doctor), sino que se utiliza una expresión genérica como un «eh» o un «oiga».
No sé vosotros, pero la última vez que me pararon en un control no usé ni un «Bona nit, mosso» ni un «¿Algún problema, agente?». ¿Es grave, doctor?
Y no solo al saludar sino en otras interacciones también, donde podemos prescindir de la persona directamente (y más aún si ya se ve en pantalla). En lugar de «Perdone, agente o «Tenga, señor» nos basta con un «Perdone» o un «Tenga», sencillamente. Fácil de hacer en subtitulación y en doblaje dependerá de cómo quede en boca.
También hay que señalar la generalización en los inicios de las frases interpelativas de muchos doblajes un «di» absolutamente artificioso que ha surgido como recurso fácil de ajuste para alargar las frases. Sin embargo, una vez más, no hay que olvidar que nos debemos a la imagen y a los labios, de modo que a veces es necesario.
Algo parecido pasa con la apelación nominal. Es frecuente en inglés apelar un personaje con nombre y apellidos para enfatizar un reproche o una orden. Esto da lugar a frases como «Peter McDonald, siempre serás un animal» que resultarían más adecuadas usando verbos de atención como «¿Oyes, McDonald? Siempre serás un animal» o «Mira, McDonald, siempre serás un animal», por poner un ejemplo.
Traducir con el culo
A traducir se va aprendiendo con el tiempo y todos mejoramos con cada texto, pero es fácil traducir con el culo si no se va con cuidado. Así que ojito con el ass, que a veces nos nubla:
• And you want us to stick our ass out to protect him? traducido literalmente «¿Y quieres que nos juguemos el culo por protegerlo?» en lugar de la forma más genuina «¿Quieres que nos juguemos la piel para protegerlo?».
• Get your ass out of here traducido por «Quitar el culo de aquí», en vez de «Lárgate de aquí».
No hay que olvidar que ass puede traducirse muchas otras veces por cosas muy distintas:
Don’t be an ass! = No seas imbécil.
What an ass I am! = ¡Qué burro soy!
To make an ass out of somebody = Quedar en ridículo, hacer el panoli, etc.
She’s a piece of ass = Es un bombón.
«¡Maldición, Mike!». Los insultos e imprecaciones: bastardo, maldito, jodido…
Hace un tiempo ya hablé de esto en una entrada. Me maravilla que, con la riqueza léxica que tenemos en castellano para estos menesteres, aún se oigan expresiones del tipo «jodido cabrón» cuando tenemos «cabronazo», entre muchas otras lindezas.
Muchas veces parece que tengamos miedo a adaptar el texto demasiado libremente, pero es lo que requiere para que funcione y resulte veraz. Hay que atreverse a cambiar.
En este sentido os recomiendo los monólogos de Goyo Jiménez (al final del artículo) para que veáis el partido que le saca él a estas situaciones. Risas garantizadas.
¿Dónde está el calco, aquí o aquí?
El castellano no utiliza tan a menudo este adverbio de lugar como el inglés. Es un caso parecido a please y por esto no siempre es necesario traducirlo. Veamos dos ejemplos rápidos:
Un hombre invita a cenar a una chica que hace días que no sale de casa (¿será traductora?) y comienza con la frase You feel like getting out of here?, que se puede traducir por «¿Te apetecería salir?» sin necesidad de decir «¿Te gustaría salir de aquí?».
En una situación de catástrofe, un protagonista exclama Let ‘s get out of here! Si no se trata de un espacio específicamente cerrado, la traducción sería «¡Huyamos!» y no necesariamente «¡Huyamos de aquí!».
Hay que añadir que otra frase habitual en situaciones de pánico es Someone get me out of here!, cuya traducción literal «¡Que alguien me saque de aquí!» queda forzada y conviene recordar que la equivalente suele ser «¡Sacadme de aquí!». Además, en momentos de apuro, ¿no economizaríamos más con el lenguaje?
¿Cómo están ustedeeeees? (Is everything okay?/¿Todo va bien? – Are you alright?/¿Estás bien?)
Hay que adaptar siempre la traducción al contexto, eso es esencial. La primera expresión se puede traducir a menudo por «¿Cómo vamos?» o «¿Cómo va eso?» y la segunda por «¿Cómo te encuentras?», «¿Te has hecho daño?» (o «¿Te han hecho daño?», según contexto) o bien «¿Te encuentras mal?».
La traducción literal «¿Todo va bien?», por ejemplo, choca a veces con la información dada por las imágenes.
Por último, veamos algunas palabras y expresiones susceptibles de terminar calcadas:
Adultery / adulterio
En inglés, adultery, además de significar «adulterio» en el sentido de infidelidad conyugal, también puede significar «infidelidad religiosa» o «herejía»», como es el caso de la frase: Sodomy, blasphemy and adultery were the accusations made against the Templar order.
All you have to… / Todo lo que tienes que…
All inicia muchas expresiones verbales que, traducidas literalmente por «todo lo que», resultan recargadas. Quedan mejor resueltas con «solo» o «lo único»:
You said all I had to do was to try it = Has dicho que sólo tenía que probar y basta; Has dicho que sólo era cuestión de probarlo.
All I want is for Willy to be with his father = Solo quiero que Willy esté con su padre; Lo único que quiero es que…
As simple as that / tan sencillo como esto
Hay todo un repertorio en castellano para traducir la expresión It’s as simple as that: «en pocas palabras», «es muy sencillo» o, incluso, «en resumen».
To belong / pertenecer
En frases como That s where I belong / I belong to India, que designan el lugar donde uno se encuentra cómodo o considera su hogar, en vez de la traducción literal «Es donde pertenezco» o «Pertenezco a la India», debería decirse «Allí está mi casa», «La India es mi hogar» o expresiones similares.
Gimme a break / Dame un respiro
Sí, podría ser peor. Se podría traducir más literalmente aún, pero es una de esas frases muy de doblaje, muy dubbese. Más que hablar de respiros, lo que más decimos en estos casos es «No me agobies» o «No me atosigues», ¿no os parece? Incluso quedaría bien un «déjame en paz», depende del contexto.
Business / negocio
Este término en inglés también tiene el sentido genérico de «asunto», «cuestión» o «tema». Hay que fijarse en el contexto para saber si se habla de negocios estrictamente o no. En este sentido genérico, una frase como It ‘s a tricky business se traduciría por «Es un asunto complejo», y The man still had unfinished business para «El hombre aún tenía cuestiones pendientes».
Caucasian / caucásico
El inglés Caucasian nos aparece a menudo como identificación étnica utilizada por la policía. Se trata de un término de clasificación antropológica que designa el grupo humano leucodermo, también llamado «raza blanca».
En castellano, algunos diccionarios reservan «caucásico» para este concepto y «caucasiano» para el individuo de la región geográfica del Cáucaso, pero se tiende a considerarlos sinónimos. El problema es que, en doblaje, cuando un policía estadounidense dice que busca un hombre de aspecto caucásico o caucasiano, el espectador podría entender que hablamos de alguien del Cáucaso. Sería mejor, pues, traducir por «un hombre de raza blanca» o «un hombre blanco».
Este criterio no sirve, sin embargo, cuando este término se opone a otras identificaciones étnicas que, para un europeo, son también de piel blanca. Es el caso de hispano o latino, por ejemplo. Cuando en una película salen juntas estas identificaciones, se deberá mantener la traducción literal «caucásico» o «caucasiano».
Condescending / condescendiente
Es condescendiente quien se digna consentir algo alguien. No obstante, el inglés condescending alude a alguien que es altivo o desdeñoso. Y, en consecuencia, condescended debe traducirse por «despreciado».
Decent / decente
Según el contexto hay muchas más soluciones que la traducción literal. Veamos algunas:
Are you decent yet? = ¿Estás vestido? ¿Estás visible?
Decent chap= Un chico formal / Un buen tío
He was very decent to me= Fue muy amable conmigo
A decent sum= Una suma considerable
El antónimo indecent también puede tener alguna solución alejada del calco:
Indecent assault = Abusos deshonestos, agresión sexual
Detective / detective
Tiende a traducirse por «detective» cuando la mayoría de las veces sería mejor usar «inspector» o «comisario». En castellano, «detective» nos remite al privado.
detective constable(n)(Britain) agente (m) (de policía)
detective inspector(n)(Britain) inspector, inspectora (m)(f) (de policía)
detective sergeant(n)(Britain) oficial (m) de policía
detective story(n) novela (f) policíaca
detective superintendent(n)(Britain) comisario, comisaria (m)(f) (de policía); comisaria
detective work(n) trabajo (m) detectivesco; trabajo (m) de investigación
Devotion / devoción
Hay contextos, sobre todo los no religiosos, en el que el vínculo personal expresado por devotion se puede traducir mejor por «lealtad» o «afecto».
Dozen of / docenas de
En inglés dozen of tiene el valor de abundancia y es mejor traducirlo por: «bastante», «mucho», «un montón de», etc.
Escort / escolta – To escort / escoltar
En inglés to escort también tiene el significado acompañar, sobre todo en el sentido de cortesía. Así tenemos que escort agency debe traducirse por «agencia de azafatas» (sí, ya, a veces son algo más que azafatas) y no por «empresa de seguridad».
Eventually / eventualmente
Quizá uno de los calcos más odiosos. Con lo bonitos que son «al final», «finalmente», «a la larga»…
Subtítulo de un episodio de True Blood
Exciting / excitante
Este adjetivo tiene en general el sentido de emocionante, apasionante o estimulante. Y lo mismo ocurre con excite y excited, que corresponden a menudo a «emocionar» y «entusiasmar», en un caso, y «emocionado» o «ilusionado», en el otro.
You are a fraud! / eres un fraude
En inglés, fraud se aplica tanto a cosas como personas. En castellano no termina de funcionar con personas. Debe traducirse por «farsante», «impostor» o «tramposo». El sustantivo fraud también se puede traducir por «estafa», «trampa» o «engaño».
Funeral / funeral
En inglés, funeral designa genéricamente cualquier ceremonia de enterramiento, mientras que en castellano se refiere a la ceremonia religiosa, generalmente en un recinto cerrado. Por lo tanto, resulta más adecuado traducir el inglés funeral sólo por «entierro» en los casos que no haya rito religioso o bien cuando éste se hace en el cementerio mismo.
To get in one’s way / interponerse en el camino
El verbo interponerse corresponde a un registro formal que no se ajusta al registro coloquial habitual los diálogos de las películas. Si la expresión That’s the second time you got in my way today se traduce literalmente por «Hoy es la segunda vez que te interpones en mi camino», el resultado queda afectado por la connotación formal. La expresión equivalente sería «Hoy es la segunda vez que te me metes por medio» o también «Ya la segunda vez que…».
Long life / larga vida
En las aclamaciones del tipo Long life to the Queen la traducción más genuina es «Viva la reina» y no «Larga vida a la reina».
Macho / machista
En inglés este término designa comportamientos «de macho» que no siempre corresponden al concepto de «machista», a la relación de poder del sexo masculino sobre el femenino.
Por ejemplo, en una conversación entre dos agentes forestales en el que uno pretende resolver por su cuenta un problema grave y el otro le dice What are you telling me, more macho bullshit!, el sentido de la frase es «No te quieras hacer el duro», sin connotación machista propiamente dicha.
Make yourself comfortable / ponte cómodo
Hay contextos en los que la traducción «Ponte cómodo» no es la más adecuada. Cuando llegamos a casa y «nos ponemos cómodos» la frase tiene una implicación física, es decir, puede significar que nos cambiamos de ropa y de zapatos, lo que nos hace sentir cómodos de verdad. En cambio, a la gente que se invita a casa, las expresiones de acogida que se le dedican en castellano, y que son equivalentes a Make yourself confortable, son del tipo «no te cortes» o «como si estuvieras en tu casa».
Monument / monumento
En inglés monument puede hacer referencia a un paisaje singular (montaña, cañón) o área de interés histórico o científico (campo de batalla, yacimientos fósiles) de propiedad pública. En este caso, una traducción más adecuada que monumento sería «espacio protegido».
Officer / oficial
Calco en el ámbito policial que también se da en otros, como el militar o el educativo. En el ámbito militar el calco más frecuente es traducir mecánicamente officer por «oficial», cuando en realidad officer solo, sin ningún complemento, es un genérico que designa cualquier militar con mando, de sargento en general.
Así, officer’s uniform es más adecuado traducirlo por «uniforme militar» y no por «uniforme de oficial». Recordemos que el equivalente inglés de «oficial» es commissioned officer.
Plastic / plástico
En inglés tenemos el término plastic money referido al pago en tarjetas de crédito o débito. Una abreviación de plastic money muy usada es «plástico», que evidentemente no traduciremos por plástico, sino por «tarjeta».
Positive / positivo
Cuando un personaje ha de expresar una opinión en una reunión tensa, la traducción más adecuada de I’ll be positive es «Seré categórico o claro».
Proud / orgulloso
Este adjetivo tiene en inglés el sentido de orgulloso cuando se refiere a persona. Pero cuando se refiere a objetos inanimados o conceptos abstractos tiene el sentido de espléndido o glorioso. Así, la traducción adecuada de Our country has an old and proud history es «Nuestro país tiene una vieja y gloriosa historia».
Rank / rango
Este calco también es muy frecuente en películas bélicas. Normalmente rank se traduce por «graduación», o también, según el caso, por los símbolos que le indican, como «galones» o «estrellas». Así, high rank se traducirá por «alta graduación» y no por «alto rango».
Relax / relájese
La traducción literal del imperativo relax para «relájese» olvida un amplio repertorio de expresiones genuinas equivalentes: «tranquilícese», «tranquilo», «estése tranquilo» o «no sufra».
Room / habitación
Este término tiene también un sentido genérico de espacio, lugar o cabida. There ‘s no room for you puede significar «No hay sitio para ti». Hay que fijarse en la imagen porque una frase como Get out of the room se puede pronunciar en un despacho o un comedor y, en vez de la traducción literal «Sal de la habitación», habría que decir «Sal del despacho» o también «Sal de ahí/aquí».
Pasa lo mismo con frases como She’s in the next room cuando la imagen muestra claramente que la estancia del lado no es precisamente una habitación. Según el contexto, la traducción sería «Está en el otro despacho» o «justo al lado».
Scalpel / escalpelo
Este término inglés corresponde a dos términos diferentes en castellano: escalpelo y bisturí. El primero es un cuchillo pequeño usado para disecar y esculpir, mientras que el segundo es el instrumento usado en las incisiones quirúrgicas. Hay que fijarse en el contexto para elegir la traducción adecuada.
Sect / secta
En inglés, sect también tiene el significado de colectivo de creyentes de una religión sin connotaciones minoritarias o exclusivistas. Por lo tanto, a veces, en vez de traducirlo por «secta» es mejor traducirlo por «confesión», «religión», «credo». En inglés, una secta es cult.
Sexy / sexy
En inglés americano, este adjetivo se aplica a personas, cosas y situaciones (aparte del sentido puramente sexual, que es el único que tiene en castellano) en el sentido de interesante, agradable, goloso (atractivo en general) y también moderno, a la última moda, como se puede ver en los siguientes ejemplos: a sexy project, a sexy new car, a sexy party, a sexy book. Se deben evitar traducciones literales como «Buscamos empresas competitivas y sexys».
Single / soltero
Single referido a persona designa a alguien que vive solo y no necesariamente soltero. Según el contexto puede tratarse de una persona separada, como es el caso de I’m a single dad, que no se puede traducir literalmente por «Soy un padre soltero».
Special delivery / entrega especial
Mejor dicho se trata de una entrega urgente. Eso es lo que tiene de especial.
Verdict / veredicto
En situaciones que no correspondan al ámbito jurídico, verdict significa simplemente «opinión» o «dictamen».
Vigilantes
Este término inglés designa los grupos de ciudadanos que realizan funciones parapoliciales en EE. UU. Debe traducirse por «patrullas» o «justicieros», según el contexto.
Subtítulo de la película Gangster Squad
We’re history / Somos historia
La expresión To be history tiene varias traducciones según el contexto:
We’re history en boca de alguien que expresa una acción que se acaba de ejecutar se traduciría por «Hemos terminado».
That’s history para opinar sobre un hecho se podría traducir literalmente por Esto ya es historia y también para «Esto ya es agua pasada».
We did it! / ¡Lo hemos hecho!
Calco que también se da en la traducción literal «Lo haremos» de We’ll make it. Las traducciones adecuadas serían «Lo hemos conseguido», «lo conseguiremos» o «saldremos adelante», incluso.
To be welcome / Ser bienvenido
Esta expresión pide varias traducciones según el contexto. You’re not welcome es una expresión de rechazo muy frecuente que se puede decir de muchas maneras: «No te queremos aquí» o «¿Qué se te ha perdido?».
En las frases siguientes observamos otras traducciones más adecuadas que la literal «No eres bienvenido».
You’re not going to be welcome in this neighborhood se puede traducir por «No te recibirán bien en este vecindario».
A gunfighter’s not very welcome in most plazas se puede traducir por «A un pistolero no lo quieren en ninguna parte», por ejemplo.
We’ll make him welcome se traduce mejor con «Le daremos una buena acogida/un buen recibimiento» que por «Haremos que se sienta bienvenido».
Hasta aquí la entrada de hoy sobre calcos. ¿Se os ocurre algo más? ¿Hay alguno que os dé rabia?
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¿Qué dicen del calco y del dubbese en otros artículos?
Nos os perdáis este monólogo de Goyo Jiménez en los que reflexiona sobre el mundo audiovisual español y estadounidense, y su forma de hablar. Momento lingüístico en el 05:50, sobre los insultos.
Otro monólogo en cuanto a disparidades culturales. En el 14:30, cómo se liga en el instituto; en el 17:00, cómo se habla en el ámbito médico y en el 19:00, el policial.
Hoy en día los textos audiovisuales que se traducen son en su gran mayoría en inglés, así que es este idioma precisamente el que provoca las interferencias más importantes. El doblaje exige una modalidad de lenguaje oral escrito para ser dicho, con lo cual hay que fingir espontaneidad. No obstante, se suelen utilizar recursos para dar naturalidad al lenguaje audiovisual que llaman la atención porque los hablantes no los utilizamos.
El agente infeccioso más grave de todos los que campan en las malas traducciones de las películas y las series de televisión es el calco, en cualquiera de sus modalidades (fonético, léxico, semántico…). En sí, como procedimiento de traducción no es rechazable porque muchas veces enriquece la lengua, pero supone un problema cuando se usa mal.
Los calcos que más se repiten suelen ser los relativos al uso abusivo de la pasiva y de los posesivos (sobre todo al referirse a partes del cuerpo en estructuras reflexivas) que en español no son tan habituales. En el tráiler de Titanic, por ejemplo, hay una de estas expresiones calcadas que no tiene desperdicio: “No te sueltes de mi mano”. ¿No sería mejor un «no te sueltes» o «no me sueltes la mano»?
En el artículo de Miguel Duro, «Eres patético: el español traducido del cine y la televisión», se recogen otros ejemplos de esta misma película:
Tiene toda mi atención — You have all my attention (¿No sería mejor: «Soy todo oídos», por ejemplo?)
¿Bromeas? — Are you kidding? (¿Dónde está nuestro “¿Me tomas el pelo?”? Y ya no digo “¿Estás de coña?” porque no quedaría bien en el contexto de la película)
Eres maravillosa — You are wonderful (Hombre, yo no sé si le diría eso a mi pareja, quizá utilizaría otro adjetivo)
Me temo que así es, mi querido amigo — I’m afraid that’s the way it is, my dear friend (en español cada vez tememos más)
No hay ninguna evidencia de que — There’s no evidence that… (un calco bastante común también en las series policíacas. Aquí, mejor “prueba” o incluso “indicio”)
Como sigue diciendo Duro, «la gente repite lo que escucha y lee —por imitación— o lo que oye, por absorción subliminal. Si día tras día recibe el impacto continuo de un español al que se le ven las costuras del inglés, acaba por parecerle normal ese español y éste termina corrompiéndose».
En este sentido, me rechinan los dientes cuando oigo “todo lo que necesitas” (“all you need”) cuando debería ser “lo único que”. Lo más curioso es que he llegado a oírlo en series o películas españolas, no doblajes, una muestra más de la influencia que tienen los calcos en nuestro idioma.
Otros calcos comunes que seguro habréis oído: “We act as if we didn’t” que se dobla por “actuamos como si no”, cuando en realidad no es “actuar” sino “fingir”. También sucede muy a menudo con el verbo “admit”. ¿Por qué traducirlo siempre con “admitir”? ¿No es más natural usar “reconocer”?
¿Y qué decir de los «jodidos» (por «fucking») y «malditos» (por «damned») que salpimientan los doblajes? Cada vez que oigo este último me acuerdo de los doblajes latinoamericanos y de ese «malditos roedores» de los dibujos. ¿Acaso no tenemos un buen abanico de insultos en la lengua española?
Para terminar, y como bien comenta Nieves Muñoz en su artículo: «Negarse a aceptar nuevas realidades cuyo origen se sitúa fuera de nuestro país demuestra una postura retrógrada y empobrecedora. Ahora bien, lo que no podemos permitir es que (1) las formas neológicas desplacen a los equivalentes más castizos ni que (2) a través de la pantalla lleguen a nuestro cerebro multitud de formas lingüísticas incorrectas que, con un mínimo esfuerzo, pasan a formar parte de la «norma» del castellano. En resumen, el español importado de Hollywood siempre será bienvenido en tanto en cuanto no deteriore la salud lingüística de la denominada lengua de Cervantes». Totalmente de acuerdo.
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Si os interesa el tema de los calcos y los anglicismos, vale la pena consultar los siguientes artículos: