• Contacto y otras páginas web
  • Política de privacidad
  • Ponencias y entrevistas
  • Proyectos
  • Servicios
  • Sobre la autora

En la luna de Babel

~ Blog sobre lenguas y traducción

En la luna de Babel

Publicaciones de la categoría: Productividad

16 tareas útiles en momentos de sequía que agradecerás en un futuro

16 martes Feb 2021

Posted by enlalunadebabel in Cuestiones laborales, Productividad, Traducción, Vida traductoril

≈ 3 comentarios

Etiquetas

actualizar el CV, buscar trabajo, cómo buscar trabajo de traducción, materiales de promoción, productividad, traducción

La actualidad nos impide hacer muchos planes y, no sé vosotros, pero yo vivo al día. Me centro en las traducciones que tengo entre manos, mi familia… y ya, porque me queda poco margen para más. Aun así, siempre hay momentos de menos trabajo o tareas que no podemos descuidar porque, a la larga, pasan factura.

Por ejemplo, hace un tiempo os hablaba de estas cosas que podemos aprovechar para hacer en los momentos de menos trabajo en el artículo 5 cosas que un traductor puede hacer en agosto. Pues bien, hace unas semanas, la traductora Beth Smith subió a la cuenta de @translationtalk una lista de tareas que me pareció bastante completa y que os traigo aquí adaptada con consejos de mi cosecha para que apliquéis las que os parezcan más oportunas, porque ¿cuándo fue la última vez que actualizasteis el CV o llamasteis a las puertas de clientes nuevos?

Pues ya tenéis deberes para un ratito.

¡Todos al teclado!

1.      Haz una lista de las agencias/clientes con los que quieras ponerte en contacto. Que sea completita. Incluye todos los datos pertinentes y apúntate cuándo les das el toque para repetir pasado un tiempo.

2.      Ponte en contacto con un (potencial) cliente directo. ¡Puedes hacerlo hoy mismo!

3.      Ponte en contacto con una agencia nueva.

4.      Dale un toque a un cliente para el que hayas trabajado en el pasado para recordarle que existes y sigues disponible.

5.      Actualiza tu página web o créate una si no la tienes (échale un vistazo a wordpress y sitios plantilla).

6.      Actualiza el perfil de LinkedIn o hazte uno si no tienes (se puede recibir mucha visibilidad escribiendo textos sobre la profesión).

7.      Actualiza tu presencia virtual en otros lares (perfil en Proz, base de datos de tu asociación de traductores, directorios varios).

8.      Actualiza o pule el CV. ¿Cuándo fue la última vez que le diste un buen repaso y retocaste cosillas? En cuanto al aspecto gráfico, en Canva tienes modelos muy bonitos.

9.      Escribe o retoca las cartas/mensajes de presentación. Yo tengo varios tipos preparados según el destinatario (agencia, editorial, estudio, cliente directo).

10.  No descuides los materiales de marketing. ¿Has pensado en hacerte un logo? ¿Tienes tarjetas de visita o algo especial para cuando hay que mandar documentación física? Tal vez te interese. Cuando los tengas, siempre puedes hacer ronda de envíos a los (actuales y posibles) clientes.

11.  Traduce (o encarga la traducción) de tu web, tu CV y cualquier otro texto que necesites a tu lengua B para promocionarte también en este idioma.

12.  Escucha pódcast de traducción y de los temas de tus especialidades. ¡Se aprende muchísimo!

13.  Busca algún podcast o blog de marketing y ponte como objetivo aplicar alguna idea que te resulte interesante.

14.  Créate un porfolio con tus trabajos de traducción. Yo tengo un PDF con todos los libros traducidos publicados, por ejemplo, y también constan en mi web.

15.  Haz algún cursillo sobre alguna herramienta que te parezca útil o para ahondar en algún tema que te interese.

16.  Asiste a ferias y congresos (aunque sean virtuales, ¡dichosa pandemia!).

¿Qué os han parecido? ¿Añadiríais algo más?

Saludos y hasta la próxima.

Traduce como puedas. Balance de 2020

28 lunes Dic 2020

Posted by enlalunadebabel in Cuestiones laborales, Productividad, Vida traductoril

≈ 3 comentarios

Etiquetas

autónoma, balance anual, balance del año, blog de traducción, traducción y pandemia, traducir en cuarentena

Llega el final del año y toca hacer balance. 2020 ha sido un auténtico viajecito, ¿qué os voy a contar? Reconozco, no sin cierto pudor, que fui de las que al principio de todo pensaban que la covid-19 era una gripe más y que la gente exageraba. Qué equivocada estaba y cuánto dolor hemos vivido.

En la familia hemos tenido la suerte, de momento, de no contagiarnos y de no haber perdido (mucho) trabajo. Mi madre estuvo en ERTE un tiempo, pero por suerte se jubila dentro de dos semanitas y mi pareja, perito autónomo, se pasó unos meses sin trabajar, cosa que por otro lado no fue una hecatombe en casa porque se ocupó del peque mientras yo trabajaba. De hecho, recuerdo que a finales de 2019, como propósitos para el año nuevo, pensé en relajarme un poco, priorizar, aprender a decir que no y no trabajar tanto, pero… terminé aceptando todo lo posible para no notar de forma tan acusada los efectos de la pandemia durante la cuarentena. Lo único que he podido cumplir durante este tiempo es no trabajar en fin de semana (más de lo necesario, vaya, porque si me seguís en Instagram sabréis que las últimas semanas ha tocado pringar).

Os mentiría si os dijera que se acabó y que me he relajado. La verdad es que este último trimestre ha sido una locura y he estado muy al borde de la saturación, de otra crisis de ansiedad y, en general, de acabar quemada con el trabajo. He llegado a compaginar cuatro libros a la vez, además de otros encargos varios, y ahora que solo estoy con uno solo me noto falta de energía. Y es que algo que creo que nos cuesta como autónomos (sin ánimo de generalizar, hablo de lo que veo en mi círculo) es desconectar y decir más que no. ¿Cuántas veces estos meses habré oído/leído lo de «Voy a tope, pero me han ofrecido X y he dicho que sí PORQUE…»? Ese porqué puede ser muy variado: «porque no sé si me va a entrar trabajo después», «porque no llego a final de mes», «porque si digo que no puede que pierda al cliente». Y así, entre porqués, acabamos perdiendo el sueño y hasta las ganas, porque no descansar bien y estar siempre con el chip del trabajo acaba pasando factura.

Aun así, también reconozco que estar ocupada y haber podido trabajar me ha ayudado a no perder los ánimos. Desde el inicio de la pandemia he traducido doce libros —entre novelas, cómics, libros infantiles y algún pequeño ensayo— y tampoco han faltado los trabajos de agencia, aunque es cierto que algunos clientes eran del sector terciario y, evidentemente, han bajado los encargos por esta parte.

Con todo, soy consciente de que he tenido suerte porque por aquí estamos todos bien de salud y, en general, la situación no ha hecho demasiada mella en mi salud mental. Sé que muchos compañeros han visto reducidos sus ingresos —sobre todo en el campo de la interpretación—, que la frustración ha sido demasiada y que la soledad ha sido un duro escollo para muchas personas. Deseo de corazón que, si me leéis y estáis en esta situación ahora mismo, mejore todo pronto.

A pesar de la falacia de «de esta saldremos mejores», que yo también quise creer los primeros días, sí pienso que nos hemos dado cuenta del valor que tienen la amistad, la buena compañía y hasta un simple abrazo. Las pequeñas cosas, los pequeños gestos, tienen más importancia de la que creemos. Y esto lo he visto en muchas de las iniciativas de compañeros para hacer más llevadera esta situación desde casa, como vídeos, pódcast y demás. De hecho, hasta yo misma me he atrevido a dejar a un lado la vergüenza y hacer un par de sesiones de preguntas y respuestas sobre traducción.

Por si no los habéis visto y estáis empezando, los encontraréis aquí debajo. Y los descargables con toda esta información los podéis bajar desde aquí y aquí.

View this post on Instagram

A post shared by Scheherezade Surià (@sherrysur)

View this post on Instagram

A post shared by Scheherezade Surià (@sherrysur)

El pobre que ha quedado relegado durante todo este año ha sido el blog, que apenas he podido actualizar. Centré todas las energías en la familia y el trabajo y, aunque el blog rozaría esto último, no me daba la vida para escribir artículos con enjundia o que de verdad valieran la pena, al menos desde mi punto de vista, ojo. En este sentido, en 2020 terminamos la serie de «Acabo de terminar el grado. ¿Y ahora qué?» con la entrega número diecinueve de las aventuras y desventuras de recién egresados; os conté de qué va y cómo es el curso de traducción romántica y erótica que imparto en AulaSIC; compartí algunas iniciativas de traductores durante la pandemia y, por último, os hablé de cómo encontrar el primer encargo de traducción y no desfallecer en el intento. Dista mucho del artículo por mes que escribía hace años, pero cuando no se puede, no se puede. Supongo que, de algún modo, lo he ido supliendo un poco en Instagram, con publicaciones más breves e inmediatas.

En definitiva, ha sido un año raro y muy random, como dice ahora la juventud, y tengo ganas de recuperar la normalidad, sea como sea esta, de que remita esta pandemia y el año que entra nos trate un poquito mejor a todos. Por mi parte y para empezar, trataré de aplicarme un poco más el cuento del descanso, porque una ya no rinde como antes. Y aunque no hayamos salido mejores, hemos aprendido que la unión hace la fuerza y, como ya sabéis (y, si no, os lo recuerdo), sigo por aquí para escucharos y echaros una mano si hace falta. Son tiempos difíciles pero no imposibles.

Feliz entrada de año a todos; mucha salud, felicidad y trabajo.

Un traductor en agosto (y en los periodos de menos trabajo)

06 martes Ago 2019

Posted by enlalunadebabel in Productividad, Recursos, Vida traductoril

≈ 37 comentarios

Etiquetas

periodos estivales en traducción, qué hacer cuando hay poco trabajo, traducir en agosto, traductor en agosto

Llega agosto y, con él, el descanso del blog, lo que significa que retomaremos los testimonios a partir de septiembre. (Breve inciso para decir que estoy muy contenta con la acogida que ha tenido esta iniciativa y os doy las gracias a todos los que habéis querido participar.) Pero no puedo marcharme sin una entrada para aprovechar estas semanas estivales.

Para algunos, agosto es un mes muy tranquilo; otros, sin embargo, van a tope. Ya sabéis que esto va como va. Aun así, este mes, igual que los momentos de poco trabajo, suele darnos la oportunidad de parar un poco, ver cómo va todo y actualizarnos.

Empecemos por descansar. Si llevas semanas a destajo, lo primero que puedes hacer es invertir un poco en ti y darte un descansito. La máquina funciona mejor cuando todas las piezas están en buen estado. Otra cosilla que también va bien en momentos de tranquilidad es organizar el escritorio. Sí, has leído bien. No sé si te pasa a ti, pero con el fragor de la batalla voy acumulando cosas sin darme cuenta y luego no hay quien encuentre nada entre el montón de libros o papeles. Poner un poco de orden en tu vida te hará sentir mejor.

Después de descansar y ordenar un poco, y ya pensando en la productividad, podemos hacer varias cosas más.

1. Actualizar currículum y perfiles varios. Seguro que lo has ido dejando. Pues ahora es una buena ocasión de retocar tu currículum si has hecho un nuevo curso, tienes otra experiencia para apuntar, usas un programa de traducción que antes no manejabas, etc. También puedes aprovechar y traducirlo a tus otros idiomas. En LinkedIn o Proz.com, tres cuartos de lo mismo. Aunque sean una forma pasiva de encontrar trabajo, no está de más darles un poco de amor. Y de chapa y pintura.

También puedes preparar cartas/correos de presentación —que luego puedas personalizar según el cliente— para tenerlo todo listo cuando haya alguna oferta interesante.

2. Hacer balance de tu empresa y tus clientes. ¿Quién te envía más trabajo ahora y quién te envía menos o ha dejado de hacerlo? Tal vez quieras darles un toque ahora o dejarlo apuntado para escribirles en septiembre cuando vuelva a reactivarse todo un poco más.

Aquí entran también los objetivos. ¿Estás satisfecho/a con lo que has conseguido? ¿Quieres acceder a otra rama de traducción? Valora en qué momento estás y traza tu plan de acción: ¿Necesitas más clientes para los ingresos que quieres conseguir? ¿Deberías hacer algún cursillo? ¿Podrías subir la tarifa para ese servicio o tipo de traducción?

3. Buscar clientes nuevos. Es verdad que todo se ralentiza en verano, pero sacar a pasear el CV que has actualizado es muy buena idea. Busca nuevos clientes y lleva un buen registro de todos estos contactos. Nunca es mal momento para lanzarse a la caza.

4. Ponerte al día con lecturas recomendadas. Tal vez tengas artículos de traducción por leer, de esos que marcas como favoritos y luego quedan relegados a un segundo o tercer plano. O ha salido un libro nuevo sobre lingüística o traducción que pinta muy bien y no has tenido tiempo ni de comprarlo o leerlo siquiera si ya te lo compraste. Yo acabo de recibir los últimos números de Archiletras, por ejemplo, así que tengo lectura para rato.

Para más ideas, aquí encontraréis las que queráis:

  • Lecturas para el traductor: https://enlalunadebabel.com/2012/09/10/lecturas-para-el-traductor/
  • Más lecturas para el traductor: https://enlalunadebabel.com/2014/08/11/mas-lecturas-para-el-traductor/
  • Seguimos con las lecturas para traductores: https://enlalunadebabel.com/2017/04/10/seguimos-con-las-lecturas-para-traductores/
  • Especial principiantes: https://enlalunadebabel.com/2017/11/27/lecturas-para-el-traductor-especial-principiantes-iv/
  • Clásicos básicos: https://enlalunadebabel.com/2019/02/13/lecturas-para-traductores-clasicos-basicos-con-sorpresa-v/
  • Especial Día del Libro: https://enlalunadebabel.com/2019/04/23/lecturas-para-traductores-especial-dia-del-libro/

5. Planificar las salidas de la traducueva. Octubre y noviembre suelen ser meses fértiles en jornadas y conferencias. Podemos aprovechar los momentos de menos trabajo, y aquí entraría también agosto, para ver qué se organiza y dónde y empezar a hacer los preparativos del viaje (comprar billetes, planificar los días de parón si tenemos encargos a largo plazo, etc.).

6. Aprender a usar o perfeccionar una herramienta. Si hace tiempo que querías trastear el Aegisub para subtitular, te apetece probar MemoQ o entrenar a fondo tu dragón, ahora es un momento ideal. Podrás echarles un buen vistazo sin interrupciones o sin la presión de tener que acabar otros encargos más urgentes.

¿Y tú? ¿Qué haces en estos momentos de menos trabajo? Si me dejas un comentario con tus trucos entrarás en el sorteo* de 5 lotes con cositas de traducción (libreta, pósits, pegatinas…). [SORTEO CERRADO]

***

*Para entrar en el sorteo solo es necesario dejar un comentario sobre el tema de hoy. Podéis participar hasta el domingo 11 de agosto de 2019 a las 23:59. El sorteo se hará el lunes 12 y los artículos se enviarán a toda Europa.

Traductora autómama en prácticas

17 miércoles Oct 2018

Posted by enlalunadebabel in Productividad, Vida traductoril

≈ 8 comentarios

Etiquetas

madre autónoma, mamá freelance, maternidad, padre autónomo, paternidad freelance, productividad, trabajar en casa con un bebé

Un año. Bueno, casi un año llevo ya en esto de «conciliar», si es que existe el concepto como tal. Doce meses de descubrir facetas que no conocía de mí misma y de tratar de encajar las piezas de un día a día que ya era ajetreado de por sí. Pero al final el amor de una madre se declina en muchas formas y, sí, de todo se sale. Doce meses de combinar un buen ritmo de trabajo con un «creo que pide teta» (la lactancia a demanda es lo que tiene); de hacer una videoconferencia con el moisés al lado y que justo en el momento más interesante empiece a llorar; de tener al técnico de una editorial al teléfono mientras te instala de forma remota un programa informático —y tú con el peque encima— y tener que cortar porque le empezaba a asomar una mancha marrón muy sospechosa por la espalda. En realidad creo que llegué a decirle: «Perdona, pero llámame dentro de 15 minutos porque se me ha cagado el niño».

En fin, han pasado doce meses y la vida ha cambiado. Y como sé que hay futuros papás traductores que me leen, os cuento cómo ha ido este primer año, los trámites, lo bueno y lo malo, y unos consejillos que me han ayudado durante estos meses.

 

TRÁMITES

Cuando me quedé embarazada aún combinaba los dos trabajos, así que pedí la baja médica —que no resta de la baja maternal como hace años— en la semana 32 puesto que ya no podía conducir para ir a las empresas a impartir clases de inglés ni podía estar de pie mucho rato (de hecho, la baja me la dieron por la bipedestación y no por el riesgo que podría conllevar el conducir). En este caso fui a mi médico de cabecera, que me fue dando los partes para llevarlos a la oficina de la Seguridad Social. No tuve que llevar muchos, porque el peque tenía prisa por salir y se adelantó un mes. Eso sí, ese tiempo, igual que en la baja maternal, cobré por partida doble, por mi trabajo como asalariada y por los autónomos.

Con el nacimiento del bebé llegaron los trámites del registro y similares, papeles que —no me preguntéis por qué— me daban mucho reparo. Supongo que tenía miedo de meter la pata con algo y que el niño acabara sin papeles. De hecho no sería la primera vez que la administración se equivoca. Yo estuve inscrita en defunciones y no en nacimientos durante unos días porque el funcionario se equivocó con mis papeles allá por el año… esto… hace unos años.

Al caso, también me ayudó bastante reunirme con el gestor para ver qué papeles podía mover y qué ventajas tenemos. Por ejemplo, hay una ayuda de 100 euros mensuales hasta que el niño cumpla 3 años y puedes pedir que te la abonen mes a mes o todo junto para la declaración de la renta. Y también se pagan solo 50 € de autónomos mensuales en lugar de los casi 300 € durante el primer año.

 

EL BALANCE HASTA AHORA

Lo positivo

Me lancé por fin y dejé las clases. Me gustaba mucho la enseñanza y su factor social, sobre todo en el caso de grupos de adolescentes y adultos, pero prefería la traducción mil veces más. Llevaba años con miedo a dejar el (buen) sueldo fijo de las clases, a pesar de que luego tenía que traducir a horas intempestivas y había hipotecado casi todos mis fines de semana. Saber que iba a ser madre, y el trabajo que eso conlleva, me empujó a dar el paso por fin y no me arrepiento nada de nada.

He aprendido mucho vocabulario. Si eres traductor médico quizá ya te sepas la lección, yo no. Por suerte, no sentí el dolor de las contracciones Braxton Hicks (las previas) ni las otras (cosas buenas de tener un umbral del dolor muy alto), pero si lo pasé algo peor con los entuertos (contracciones de posparto o puerperio, como los retortijones más chungos de la regla). No tuve que sufrir una episiotomía (pequeña incisión que se realiza… ya sabes, ahí, para evitar desgarros en el parto), pero sí una mastitis (cuando al dar de mamar se tapona un conducto en el pecho; se ve porque sale una perla de leche). En cuanto al peque, descubrí muy pronto la consistencia del meconio (o chapapote; sus primeras cacas, vaya), pero no la costra láctea (una costra de aspecto bastante desagradable en la cabeza). Por suerte, tampoco salió con mucho lanugo —y mejor, porque con la cantidad de pelo que tengo yo, en la cabeza, temía que me saliera apantojado—; por cierto, descubrí que dicho vello también sale en personas anoréxicas, puesto que es una forma que tiene el cuerpo de no perder calor. ¿Cómo os quedáis?

Ha aumentado mi productividad. Parece mentira, pero es así. Ahora que sé que el tiempo que dispongo es más limitado, lo aprovecho mucho mejor. ¿En qué perdía tanto el tiempo antes de ser madre? Ahora bien, esta productividad no llega sola. Me ha ido muy bien reorganizarme, apuntármelo todo y definir tanto horarios como espacios. Me mudé en agosto del año pasado y disponer ahora de una habitación  solo para trabajar, con las paredes forradas de libros, dos mesas grandes para que quepa bien el sobremesa, la impresora, el portátil, etc. y una pizarra para apuntar las cosas… ayuda. Mucho.

Puedo disfrutar más de mi hijo. Obvio. Aunque vengan los abuelos a echar una mano por la tarde, lo tengo cerca. A veces, hasta se escapa del salón y viene a verme al despacho. A sacar los libros del estante inferior. A tirar la papelera. A revolver entre los papeles. Es tan mooono.

Lo negativo

Aislamiento. Sobre todo al principio. Nadie te cuenta lo duro que es el posparto. Si tienes un embarazo bueno como el mío, son unos nueve meses de fábula y, en mi caso, hasta fueron la mar de productivos. Pero, ay, en cuanto sale el vástago… todo cambia y tú cambias con él. Y de repente te ves con una personita a la que no entiendes  y todo se te hace un mundo. A mí me costó la vida salir de casa aunque fuera a dar un paseo. Quería tenerlo todo preparado y planificado y requetemirado antes de salir a la calle y me encerré un poco en mí misma.

El cansancio. Otra obviedad. No todos los niños son iguales y dicen que algunos duermen bien. Dicen, porque el mío ha salido muy activo y poco dormilón. Ponerse a teclear por la mañana después de despertarte unas 3, 4 y hasta 5 veces cuesta.

El sentimiento de culpa. Ahora que va a la guardería, soy incapaz de tomarme una mañana libre o de ir al gimnasio que pago religiosamente cada mes o ir a esas clases de yoga que se me antojaron el otro día. Es un sentimiento de culpa del tipo «¿Estás pagando para que te “guarden” al niño (no es cierto, hacen actividades y lo estimulan de una forma que yo no podría hacer) y tú te vas al gimnasio o de compras? No, no, chata, tú a trabajar en tu despacho». Y así acabo trabajando un poco más de la cuenta.

Menos tiempo disponible. No es ninguna sorpresa. Habréis visto que mi ritmo de publicación en el blog ha bajado, por ejemplo. También porque no soy de las que escribe dos párrafos y ya, solo por amor al SEO. El niño necesita un tiempo que, evidentemente, resto a cosas quizá no menos importantes (que también) pero sí accesorias. Por otro lado, reconozco que vivo más feliz sin estar tan tan atenta a las redes (dejarlas del todo me es imposible) y me resbalan cosas que antes me habrían afectado un poco más.

El miedo a perder clientes. Y a perderme a mí. Os soy sincera, solo estuve unas tres semanas sin trabajar. Primero, porque no me sé estar quietecita; segundo, porque lo necesitaba. Necesitaba seguir siendo yo. Y, evidentemente, también tenía miedo de que los clientes se olvidaran de mí, aunque los hubiera avisado a todos previamente. Aun así, cuidado con esto porque hay cosas que no puedes controlar y yo casi me pillo los dedos con la entrega de un  libro porque, como decía, el heredero decidió nacer antes de tiempo.

Sin embargo, que este miedo no os empuje nunca a aceptar lo que sea y con las condiciones que sea. Os cuento. A los siete meses y poco de embarazo me escribió una chica que había escrito un libro de cuentos para que se lo tradujera al castellano y al catalán. Tenía incluso a un agente, un chico que me hizo la prueba de traducción. El plazo era generoso y el texto no era muy complicado, así que acepté el encargo, pero por si acaso derivé la traducción al catalán  una compañera (ella firmaría su contrato correspondiente y aparecería en los créditos de esa versión y yo haría de traductora al castellano y de gestora a la vez). Les conté mi situación, pero les aseguré que estaba todo controlado porque así era. Al poco de tenerlo ya todo firmado y empezado, quisieron que quedáramos para conocernos y hablar del libro, de cómo querían la traducción, etc. Quedamos el domingo 5 de noviembre para almorzar. Roc decidió la madrugada del 4 al 5 que ya había esperado suficiente y, aunque no nacería hasta las 17, ya me veis por la mañana, en la cama del hospital escribiendo para decir que no iba a poder quedar, que el bollo iba a salir del horno. En teoría lo entendieron. En teoría.

Durante los días siguientes estuvieron escribiendo sin parar poniendo en duda la viabilidad del proyecto, que si no iba a poder lo dejábamos y rescindían el contrato, etc. La traducción al castellano estaba ya medio hecha y tenía a mi compañera ocupada con la otra versión. Total, que me pasé los tres días de ingreso correo arriba, correo abajo. ¿Compensó? Pues no. Y como no podía ser de otra forma —y esto imagino que lo veréis en algún momento si no lo habéis hecho ya—, los clientes que son tan tiquismiquis, que cambian de opinión o el texto a última hora y que ponen muchas pegas suelen ser malos pagadores. Tuve que estar insistiendo varias semanas hasta que pagaron.

MIS CONSEJOS

  • Conócete y conócele. Si alguna vez ya hablamos de los ritmos circadianos, ahora más que nunca conviene pensar un poco en los horarios: ¿eres de horario panadero u horario lechuza? Hay traductores que prefieren levantarse muy temprano porque rinden más por la mañana y así se dejan la tarde libre para disfrutar de sus hijos; otros prefieren el horario lechuza y aprovechan cuando sus hijos se acuestan. Como todo, no hay una única solución y cada uno hace lo que puede. Yo aprovecho cuando está en la guardería y luego las horas por la tarde cuando vienen los abuelos, pero no trabajo después de cenar porque necesito también mi ratito de descanso y Netflix.
  • Planifícate. Si la planificación es importante sin descendencia, imagínate cuando la tienes. En el despacho tengo una pizarra en la que me apunto las entregas y cómo las llevo, semana a semana (sobre todo en el caso de las traducciones editoriales cuyo plazo es mayor) y me apunto en una agenda todo lo que hay que hacer cada día y lo que queda pendiente. Además es muy satisfactorio ir tachando lo que ya he hecho.
  • Adelanta lo que puedas. Otro esencial. Nunca sabes si se va a poner enfermo o va a haber cualquier otro tipo de contratiempo. Si me entra alguna traducción cortita, aunque sea para dentro de dos días, intento ponerme con ella de inmediato y dejarla lista. Por si acaso.

  • Reconoce tus límites. Descubrirás que no puedes con todo. Las camisetas de mamá es superwoman son muy bonicas, pero intentar abarcar más solo trae insatisfacciones; te lo digo con conocimiento de causa.
  • Acepta la ayuda de los demás. Esto va relacionado con lo anterior. Aceptar ayuda no es fracasar. Ya sea la suegra, tu madre, tu cuñada, tu hermano… En la crianza se oye decir mucho que hace falta tribu y es cierto. Laboralmente, aprende a delegar, subcontrata o pasa trabajo directamente. Así puedes seguir manteniendo al cliente porque le solucionas la papeleta.

Por mi parte, sigo aprendiendo, aún llevo la L de novata, y me toca improvisar muchas veces, pero para esto no hay manuales que valgan, otra cosa que he aprendido a la fuerza durante estos meses. Si vais a ser padres, felicidades y que sea una hora corta (no tenía ni idea de qué quería decir eso antes de quedarme embarazada) y si ya lo sois y queréis compartir vuestros trucos y consejos, adelante, este blog es todo vuestro.

***

Imágenes usadas con el consentimiento expreso de Kara Western (@karacandraw).

Más información sobre bonificaciones y ayudas aquí: http://bit.ly/2QWiMHx.

Recursos web interesantes para traductores jurados

26 lunes Mar 2018

Posted by enlalunadebabel in Productividad, Recursos, Traducción

≈ 1 comentario

Etiquetas

APTIJ, diccionarios, diccionarios jurídicos, Okodia, recursos, recursos para traducir, sellar traducciones juradas, traducción jurada

La traducción jurada llega al blog. Como no es un tema muy habitual por estos lares, los amigos de Okodia-Grupo traductor nos dan una pincelada, acompañada de unos recursos la mar de apañados, para desempeñar esta labor. Como siempre, no dudéis en opinar o dejar vuestros recursos de cabecera en los comentarios.

imagen blog

Un traductor jurado –que no jurídico– es un profesional muy preparado, pero eso no quita que necesite consultar distintas fuentes y echar mano de varios recursos interesantes como cualquier traductor hijo de vecino. ¿Cuáles son esos recursos web que pueden interesar a un traductor jurado para firmar y sellar traducciones juradas de auténtica calidad? Esa es la gran pregunta que nos hemos planteado y que intentamos responder brevemente en el artículo de hoy. A ver qué os parece nuestra selección.

Recursos web para traductores jurados: las asociaciones

Da igual que estés especializado en hacer traducciones juradas en Barcelona, en Madrid o en La Pola de Gordón. Un traductor jurado realmente profesional siempre necesitará estar al día de las novedades de su actividad profesional, de las nuevas publicaciones, de las herramientas online, de las publicaciones digitales, de lo que opinan sus colegas de profesión… Un excelente atajo para estar al día es pertenecer a una o varias asociaciones de traductores jurados. Algunos buenos ejemplos:

  • EULITA: European Legal Interpreters and Translators Association. http://eulita.eu/
  • APTIJ: Asociación Profesional de Traductores e Intérpretes Judiciales y Jurados. http://www.aptij.es
  • ATIJC: Associació de Traductors i Intèrprets Jurats de Catalunya. http://www.atijc.com/

Recursos web para traductores jurados: los diccionarios jurídicos

Como bien sabéis, la mayoría de las traducciones oficiales manejan un vocabulario o argot profesional bastante complejo, un vocabulario que no cambia mucho… pero cambia. Así, un traductor jurado que se precie debe conocer aquellos diccionarios jurídicos que le ayuden a bordar sus proyectos. Algunos ejemplos de estas clásicas herramientas para el traductor llamadas diccionarios y que año tras año siguen siendo perfectas para revisar nuestras traducciones juradas:

  • Diccionario del Español Jurídico de la RAE. http://dej.rae.es
  • Diccionario Jurídico de la UNED. https://www.uned-derecho.com/diccionario/
  • Diccionario Jurídico Online. https://diccionariojuridico.online/

Recursos web para traductores jurados: las revistas especializadas

Una excelente forma de mantener entrenada la mente y la destreza de un traductor jurado es practicar el vocabulario leyendo artículos y noticias de derecho. Antes, el traductor tenía que reservar algún día al mes para ir a la biblioteca, pero como los tiempos han cambiado, ahora se puede acceder a cientos de revistas especializadas online sin moverse del sillón. Algunos buenos ejemplos:

  • Colección de revistas jurídicas de la Universidad de Salamanca. https://fundacion.usal.es/ced/egresados/recursos-juridicos-iberoamericanos/revistas-juridicas
  • REDALYC. http://www.redalyc.org/revista.oa?id=851
  • DIALNET. Revista Española de Derecho Constitucional. https://dialnet.unirioja.es/servlet/revista?codigo=1219

Asociaciones, diccionarios jurídicos y revistas especializadas son tres grandes grupos de recursos web interesantes para un traductor jurado que quiera seguir firmando traducciones juradas de calidad. ¿Quieres añadir algún recurso más? ¡Hazlo!

 

 

5 cosas que un traductor puede hacer en agosto

07 lunes Ago 2017

Posted by enlalunadebabel in Congresos, Cuestiones laborales, Productividad, Traducción, Vida traductoril

≈ 4 comentarios

Etiquetas

agosto, traducción en agosto, traducir en bañador, traducir en verano, traductores en bikini, verano

La primera podría ser tomarte unos días libres. Las vacaciones son necesarias siempre, aunque impliquen unos pocos días alejado del escritorio. Sin embargo, como ser autónomo te permite coger las vacaciones cuando te apetezca, tal vez este mes no sea tu mes de descanso.

El verano es una época curiosa en traducción. Hay poco trabajo en algunas ramas y mucho en otras. En agencias hay trabajillo para los que no se van de vacaciones y en editorial se prepara la rentrée literaria, con lo que muchos traductores editoriales trabajamos a destajo en estas fechas.

Para mí, agosto es una especie de fin de año, supongo que por la influencia del curso escolar. Septiembre marca el inicio de un nuevo curso y es también un punto de inflexión. Si, como yo, combinas unos días de vacaciones con trabajo en casa, ¿qué puedes hacer en verano?

  1. Ponerte al día con lo último sobre la profesión

El día a día deja poco tiempo para muchas cosas, como seguir la pista a nuevos libros sobre traducción e interpretación o leer los artículos de algunos blogs que nos han llamado la atención y dejamos aparcados para leer más tarde, etc. Agosto es buena época para descubrirlos y ver qué se cuece en el mundillo.

Algunas lecturas recomendables, como las que os apunto de vez en cuando en forma de artículo o después de cada entrada:

  • Lecturas para el traductor
  • Más lecturas para el traductor
  • Seguimos con las lecturas para traductores

Entrevistas refrescantes:

  • Hangouts de Trágora: https://www.tragoraformacion.com/hangoutstragora/
  • El café de la tarde de Alejandra Durán: https://www.youtube.com/channel/UC4y8-iURJT8gLdyxqdyEB9Q 
  1. Actualizarte

¿No te pasa que quieres responder a alguna oferta de trabajo y justo te das cuenta de que no has actualizado en CV en años? Estos días van muy bien para actualizar la información del currículum, de la página web, de los perfiles que tienes en redes (LinkedIn, por ejemplo)… De esta manera lo tendrás todo nuevecito y a mano cuando te apuntes o respondas a alguna oferta a la vuelta de las vacaciones.

En este mismo sentido y si no lo has hecho ya, crea una carpeta en tu ordenador con todo este material: CV en español, CV en otros idiomas, cartas/mails de presentación, listado de libros traducidos, etc.

  1. Invertir en formación o hacer algún curso que tengas aparcado

Confiesa: tienes algún cursillo a medias. O bien has pagado por él y ni lo has empezado (esa soy yo con los de Random House. ¿Los conocías?). Quizá le habías echado el ojo a alguno y aún no te habías lanzado. Si hay convocatorias de verano en las escuelas en línea, ahora es un buen momento para hacer estos cursos de descubrimiento o reciclaje.

  1. Revisar los balances del año y examinar tu estrategia profesional

Aunque sea una tarea que debe hacerse regularmente, aprovechemos también para ver qué facturas están por cobrar y qué balance hacemos de los últimos meses. Eso implica dar un repasito a los clientes que tenemos y ver a qué futuros clientes podemos dar un toque. Y, por supuesto, pensemos ya a qué nuevas puertas llamar y llevemos un registro de todos estos contactos. Nunca es mal momento para lanzarse a la caza de clientes.

  1. Planificar las jornadas de TeI que se ofrecen en otoño

En otoño empiezan a brotar las jornadas de TeI como setas. Si quieres hacer contactos y ponerte al día —como comentaba en el primer punto—, asistir a estos eventos es una grandísima idea. Aprovecha estos días para ver fechas e ir planificando el viaje.

Algunas jornadas que se avecinan:

  • Congreso Trabalengua. 21 y 22 de octubre en Logroño.
  • ENC2, Segundo Encuentro Nacional de Correctores. 28 de octubre en Barcelona.
  • Congreso SELM. 23 y 24 de noviembre en Sevilla.

Yo no me las perdería —de hecho, me habían invitado a las dos primeras—, pero el bollito que llevo en el horno me dice que me lo tome con calma en esas fechas. ¡Otra vez será! Pero tú que puedes, ni lo dudes.

Si te has quedado con ganas de más, aquí va el bonus track: si tienes blog, también es un buen momento para planificar futuras entradas y si eres de los que echas de menos los cuadernos de Vacaciones Santillana, los de Blackie Books te encantarán para mover esas neuronas aplatanadas por el calor. Para mí son una adicción.

Y hasta aquí la entrada de hoy. ¿Apuntarías algo más? ¿Qué haces en verano que te resulta la mar de útil? Ya sabes que puedes dejar todos los comentarios que quieras y ¡seguimos hablando!

Diez trucos típicos de un buen traductor audiovisual

18 miércoles Ene 2017

Posted by enlalunadebabel in Aprendizaje, Cine, Congresos, Cuestiones laborales, Doblaje, Documentación, Productividad, Subtitulación, Traducción, Traducción audiovisual

≈ 15 comentarios

Etiquetas

calcos, calcos en doblaje, Congreso SELM, consejos de traducción, dubbese, emprender, Patrick Zabalbeascoa, productividad en traducción, subtitulación, TAV, traductor audiovisual, traductor autónomo, traductor principiante, translator, trucos de traducción, Xosé Castro

Ni uno, ni dos, ni tres. Diez son los trucos que Xosé Castro compartió con los asistentes al Congreso SELM en la ponencia de clausura de esta edición. Como me parecieron la mar de útiles, le pedí si podía reproducirlos en el blog con algunos comentarios marca de la casa… y aquí los tenéis.

Si os interesa la traducción audiovisual y queréis ser aún más profesionales, ¡seguid leyendo!

csx-xcqxeaag0vx

1. DE CABO A RABO

Es imprescindible revisar el archivo y cerciorarse de que el material corresponde con el proyecto que nos han asignado. Un consejo que nos da Xosé Castro es comprobar que estén los créditos, porque será señal de que la película, episodio o documental está entero. Con el guion debemos hacer tres cuartos de lo mismo.

Aceptar el proyecto sin realizar estas comprobaciones y darse cuenta después de que la película no se corresponde con el guion o no está entera no solo nos hace quedar poco serios como traductores, sino que nos retrasará enormemente. Aunque no vayamos a traducir al momento, procuremos tener el material correcto y en condiciones.

Y esto es aplicable a muchas otras ramas de la traducción. Pienso, por ejemplo, en los proyectos en Excel. Fíjate bien en todo lo que hay que traducir, no solo de la primera hoja, sino de las otras que pueda haber con texto. Y digo Excel porque a mí me han pasado trabajo audiovisual en este formato para películas y series.

2. PROCESO DE PRODUCCIÓN EFICIENTE

Es importante conocer bien el teclado que usamos y estar familiarizados con los atajos de teclado. Como ha dicho Castro en alguna ocasión: «Cada vez que usas un ratón, muere un gatito».

Aquí van algunos enlaces:

  • Atajos de teclado para traductores: http://algomasquetraducir.com/atajos-de-teclado-para-traductores/
  • Atajos de teclado en Mac (para traductores y no traductores): http://dgimirizaldu.blogspot.com.es/2013/04/atajos-de-teclado-en-mac-para.html
  • Los atajos de teclado: https://traduciresdescubrir.wordpress.com/2012/02/11/los-atajos-del-teclado/
  • Los atajos de teclado más importantes (también en herramientas varias): http://www.henter.co/los-atajos-teclado-mas-importantes-traductores/

En cuanto al proyecto en sí, también seremos más eficientes si vemos todo el vídeo antes y repasamos el guion. De esta manera sabremos qué esperar antes de traducir: ¿observamos alguna dificultad? ¿Debemos documentarnos sobre algún tema en concreto? Como sabemos que para que una traducción funcione debe causar el mismo efecto en el espectador meta, hay que conocer bien el proyecto en sí y detectar las dudas que luego nos permitan agilizar el trabajo.

Está claro: si prevemos lo problemático antes de empezar, podemos tratar de solventarlo antes de ponernos manos a la obra. Una vez más, algo que nos puede servir en otras ramas. En literaria, por ejemplo, hojear el libro y leer algunos capítulos antes (o el volumen entero) nos ayudará a ver no solo de qué trata y ponernos en contexto, sino también a fijarnos en cuestiones problemáticas (diferencias de tratamiento, argot, vocabulario especializado, etc.).

3. DOMINIO DE LA HERRAMIENTA

Es importante conocer la herramienta de trabajo que vamos a usar. Por ejemplo, en mi caso uso un programa de subtitulación propio del cliente. Antes de empezar, imprimí y encuaderné los manuales. Los tengo siempre a mano para consultar fácilmente los atajos o si se dan problemas técnicos.

Si trabajamos con Word (guion en pdf y película por separado), no está de más crearnos una macro que pueda acelerar las tareas rutinarias de modificaciones y formato; combinar varios comandos (por ejemplo, para insertar una tabla con un tamaño y bordes específicos, y con un número determinado de filas y columnas); hacer que una opción de un cuadro de diálogo sea más accesible o bien automatizar series de tareas complejas.

He aquí un ejemplo de macro para Word, https://www.youtube.com/watch?v=HI-T1gDy3Q4, aunque podemos encontrar muchos más tutoriales.

Y como no solo de macros vive el hombre, conozcamos también los diferentes formatos de archivo en que puede estar nuestro proyecto y qué conversores podemos usar. Por ejemplo, aquí va uno que convierte a otros formatos de archivo sin instalar programas:  http://computerhoy.com/paso-a-paso/internet/convertir-otros-formatos-archivo-instalar-programas-17507.

4. DUDA Y PREGUNTA (MUCHO)

Parece ser que, en ocasiones, cuanto más novato se es, menos se pregunta por miedo a parecer inexperto. Para empezar hay que tener en cuenta algo esencial: debemos saber hasta dónde llegan nuestras limitaciones. ¿Podemos encargarnos de este proyecto? ¿Nos va grande? Si es la primera vez que trabajamos para un cliente, quizá conviene que les pidamos qué convenciones utiliza y cómo quiere que le entreguemos el guion. Tal vez podemos pedir incluso uno de muestra.

Si aparece alguna dificultad, hay que preguntarlo antes y durante, no al entregar. Enviar al cliente una lista de problemas el día de la entrega le servirá de muy poco si necesita el texto ya para adaptar, locutar o lo que sea. Otra cosa distinta son los informes en los que documentas posibles cuestiones de traducción. Yo lo hago al entregar una novela, por ejemplo, por si eso pudiera ayudar al corrector.

Si nos aparece algo técnico o muy especializado, busquemos algún experto que pueda revisar nuestro texto o asesorarnos de algún modo. Me pasó con una serie en la que se hablaba de baloncesto, de lo que no tengo ni idea, pero me salvó el pellejo una conocida, que es entrenadora y gran conocedora del mundo del baloncesto en los Estados Unidos. Me revisó el texto y me comentó qué soluciones eran más naturales teniendo en cuenta el contexto. En definitiva, lo que decimos siempre: no tienes por qué saberlo todo, pero sí dónde buscarlo y a quién acudir.

5. LA IMAGEN ES LA BIBLIA

Hacer caso omiso de la imagen es uno de los errores clásicos en los fansubs, los subtítulos de aficionados, que suelen fiarse a pie juntillas de la versión en inglés sin apenas mirar la pantalla. Pero la imagen va a misa. Por eso, hay que cerciorarse de que el guion coincida y sea correcto, porque lo que predomina es lo que se ve y se escucha.

Por ejemplo, you no siempre es «tú», apunta Castro, también puede ser «vosotros», «usted» y «ustedes». Es cierto que muchas veces en inglés se marca la pluralidad con un you two, pero no siempre. Y en cuanto al tratamiento de usted, hay que prestar especial atención a todo: guion, imagen y, sobre todo, contexto.

También hay que andarse con ojo con los deícticos que nos marcan lugares y objetos, para traducir al género y número que proceda o adaptarlos del modo más conveniente. Y ojito con el vocabulario que puede parecer simple en primera instancia, como shrimp, apunta Castro, que no solo puede referirse a una gamba, sino que también puede ser un camarón o un langostino. Imagina la importancia de traducirlo bien en un programa de cocina.

No nos olvidamos de los ad libs (conversaciones de fondo), que habrá que traducir también, aunque nos parezca que se entiende todo.

Y si tenemos un elemento paralingüístico en pantalla, más motivo aún para dar importancia a la imagen. Pienso en el «Don’t be a…» de Pulp Fiction, del que ya hablé en este artículo sobre adaptaciones de cine.

En este caso, como comenta Patrick Zabalbeascoa en su artículo La traducción del humor en textos audiovisuales, se da un chiste paralingüístico, que depende de una combinación de elementos verbales y no verbales. Es decir, lo que se diga va a estar supeditado a lo que se vea (un gesto, una caída, una aparición, el sonido de un disparo etc.).

rectangle

En este momento de la película, Vincent Vega, personaje interpretado por John Travolta, le pide a Mia Wallace, Thurman, que lo lleve a otro restaurante para cenar, a lo que ella le responde «You can get a steak here, Daddio. Don’t be a…» y dibuja en el aire un rectángulo (aunque más bien debería ser un cuadrado porque la expresión en inglés es don’t be square).

Explica Zabalbeascoa que el sentido en inglés de «no seas antiguo» dista mucho de una traducción literal de «no seas» y luego ver el cuadrado en la pantalla, que encima va reforzado por unas líneas de puntos. Una solución puramente verbal, dice, «sería buscar una expresión en castellano que acabara con “cuadrado” y encajara en el contexto (tipo “no seas un cabeza… cuadrada” o quizás “no seas tan… cuadrado”, aunque las dos son mejorables).

Y como esto seguro que se os ocurren muchos ejemplos más. Ahora mismo pienso también en un gag del primer episodio de Modern Family en el que tras comentar el personaje Phil (Ty Burrell) el bonito vestido que lleva Gloria (Sofía Vergara), ella pronuncia su nombre de tal manera que parece que le diga feel, «tócalo», que es lo que hace él para asombro de los allí presentes. Chiste, pronunciación y gesto en pantalla: una combinación explosiva.

6. NO LO HE OÍDO, NO LO CONOZCO, NADIE LO USA

Que no lo hayamos oído no significa que no se diga y no se use en muchas otras partes. Cuidado con la influencia de zona geográfica al traducir y procuremos no caer en laísmos o en localismos que luego sean difíciles de entender.

Castro usó el ejemplo de alguien que en una película, si no recuerdo mal, pedía su hamburguesa «con todos sus avíos». Al parecer, eso significa el conjunto de extras: mayonesa, ketchup, etc. en algunas zonas del país. En esta receta aparece, por ejemplo, pero ¿se entendería en otros lares?

7. DOCUMENTACIÓN

Con el fácil y rápido alcance a las fuentes de información que tenemos gracias a Internet, a veces pensamos que con eso basta. Hay mucho mundo fuera de las redes. No vayamos a lo de siempre (Wikipedia, Wordreference, IATE), busquemos recursos offline e incluso orales. Es mejor recurrir a un experto en una materia determinada que fiarse de un glosario de Internet cuyas fuentes desconocemos.

Y si buscamos en las redes, acudamos a foros especializados antes que a uno de traductores. Los miembros de esos foros sabrán asesorarnos mejor porque son especialistas en el tema y seguramente se alegrarán de que les consultemos. Castro comentó en su ponencia que suelen agradecer las consultas porque lo interpretan como un interés hacia su trabajo. Doy fe. Tengo amigos mecánicos e ingenieros que se echan las manos a la cabeza cuando oyen alguna «burrada» en un doblaje o en unas voces superpuestas: «¿Que tiene 130 “hache pe”? Eso viene de horse power. Tendría que haber dicho «130 caballos»». Verídico.

Y sin desmerecer las bibliotecas, no olvidemos los libros en Google Libros o Google Académico, con textos de mayor fiabilidad que cualquier recurso sacado de un blog.

8. EVITA EL ESPAÑOL DE DOBLAJE

Lo malo es que está tan arraigado que oímos estas expresiones del dubbese y nos quedamos tan anchos. Para empezar, cuidado con los posesivos para las partes del cuerpo. Si uno le tiende la mano al otro para salvarle la vida, diremos «¡Agárrame la mano!» o incluso «¡Agárrate!» porque en pantalla se verá todo seguramente, pero no «Agárrame mi mano» porque ya queda claro, es redundante y es un calco del inglés. Sí, sé que hay que tener en cuenta la sincronía labial en doblaje, pero en algunos casos no cuela.

Hablando de calcos, ojo también con vocablos calcados y falsos amigos, algo que, evidentemente, hay que tener en cuenta en toda traducción. ¿Errores típicos? El detective cuando hablamos de un agente de la policía, que no es «detective» sino «inspector». O el caso de «alcaide» para warden que aquí es el director de la cárcel. Y por supuesto no es ningún nombre propio: «Soy Warden Grant, el responsable de la prisión» quedó para la posteridad en una película.

¿Y qué decir de los tacos? Como ya sabéis, en este blog he hablado bastante del tema y no me canso de repetirlo: el español es muy fértil en cuanto a tacos y expresiones soeces, ¡aprovechémoslo!

Evitemos este tipo de traducciones:

banshee-1x10-but-u-seem-so-god-damn-it-excited-emocionado-y-jodidamnt-2x1-oiga
banshee-1x10-what-the-fuck-of-stupid-question-is-that-ej-pa-diapo-d-q-se-abusa-de-puta
banshee-3x08-kick-your-ass
banshee-3x09-jesuschrist-jesucristo-lo-tipico-cuando-te-peleas-y-en-la-sig-frase-dice-fucking-joder

9. SÉ UN JEDI DE LA FRASEOLOGÍA

Traducir bien tiene mucho que ver con el conocimiento de la lengua meta, e incluso más, ya que nuestra traducción tiene que parecer como si se hubiera escrito originariamente en castellano. Para esto no hay nada mejor que leer mucho, fijarse bien en las colocaciones y tratar de fijar bien el vocabulario.

Desconfiemos de lo que no tenga sentido en español y traduzcamos con la expresión adecuada. Frases verídicas como «Le habían robado el trueno» o «Le había cortado el corazón» no se entienden mucho, ¿verdad? Pero, ay, si acudimos al original en inglés, vemos que el texto original sí se entiende: Finding his thunder stolen es «adelantarse a uno, robarle a uno una idea» y To cut at his heart es «herir en lo más vivo».

Y ya que hablamos de vocabulario, adaptémoslo bien según la época de la película o serie en cuestión. Una persona del siglo XVI no va a hablar como una del XXI. Oímos mucho «bizarro» o «evento» (sí, influencia del inglés), pero por mucho que se usen ahora, no podemos usarlos en un texto más antiguo, por ejemplo.

No tengamos miedo a los diminutivos o aumentativos. Por influencia del inglés, muchas veces se traduce literalmente un little o un big, pero en nuestro idioma tenemos una forma muy natural de traducirlos con los diminutivos y los aumentativos, que —según comentó Castro— apenas se oyen en los doblajes. Por ejemplo, en una frase del tipo I have a little problem, ¿por qué no decir «tengo un problemilla»?

10. SÉ MEMORABLE

Que se acuerden de nosotros. Eso se consigue de muchas formas: facilitando las cosas, siendo comunicativos y sinceros, dando seguridad («No te preocupes, yo me ocupo»). Se acordarán de nosotros si les consultamos dudas, si les facilitamos el trabajo («Mira, voy un poco liado, pero te hago un hueco ahora mismo») y porque vamos mucho más allá de entregar un texto de calidad. Podemos suplir siempre la falta de experiencia ofreciendo profesionalidad.

Demostramos esta profesionalidad, como veíamos antes, cuando aceptamos el proyecto solo si es un tema que dominamos o sabemos que podemos pedir el comodín de la revisión a otro profesional. También demostramos ser buenos profesionales si no lo aceptamos, pero le buscamos a un compañero que pueda encargarse del proyecto. En definitiva: hagámosle la vida fácil al cliente, solucionémosle los problemas (siempre que se pueda, claro).

Aunque la receta del éxito en traducción no existe, me parece que estos consejos son unos buenos apuntes para empezar, ¿no os parece? ¡Nos leemos en la próxima!

*Y por supuesto, gracias, Xosé, por darme carta blanca para hablar de tu charla.

El encargo de traducción: ¿qué preguntar antes de aceptar?

07 miércoles Dic 2016

Posted by enlalunadebabel in Cuestiones laborales, Productividad, Vida traductoril

≈ 12 comentarios

Etiquetas

agencias de traducción, cómo buscar trabajo de traducción, cómo empezar a traducir, clientes directos, contratos, presupuestar, presupuesto

Últimamente he trabajado con varios clientes nuevos (empresas, agencias y particulares) y buscando en la red cómo enfocaban este asunto otros compañeros, di con un listado de Tomedes, que reproduzco aquí con su permiso y amplio con algunos apuntes de mi cosecha:

PREGUNTAS PARA EL CLIENTE

Empecemos por lo básico: las preguntas que debes hacer al cliente que necesita la traducción.

  1. ¿Cuántas palabras tiene el documento?
  2. ¿Cuál es el plazo?
  3. ¿Cuál es el tema? ¿Es muy especializado o técnico?
  4. ¿Es documento escrito o es un archivo de audio? En este último caso, ¿se nos pide también transcripción?
  5. ¿En qué formato está? ¿Es un Word, un PDF, un fax escaneado (sí, aún existen)?

Esta información es impepinable, si queremos verlo así. Es importante saber qué vamos a traducir y por cuánto. Y en cuanto a las palabras, cuando nos envíen el documento para traducir (o para verlo solo si estamos en proceso de elaboración de presupuesto), cerciorémonos de que la cantidad de palabras es correcta. A todos se nos puede pasar, incluso al gestor de proyectos o al cliente directo, así que es importante comprobar que todo esté bien desde un principio.

Tampoco está de más preguntar:

6. En el caso de una traducción de marketing o una web: ¿requieren localización o solamente traducción? Si es un texto publicitario, ¿necesitan transcreación?

7. ¿El proyecto va a necesitar una edición o maquetación posterior (desktop publishing  o dtp)?

Cuanto más sepamos del encargo desde un principio, mejor informados estaremos del trabajo que nos espera y lo que vamos a tardar en hacerlo. El tiempo es dinero. No es lo mismo un texto plano sin más, que tener que controlar aspectos de diseño que van a requerir más tiempo una vez terminada la traducción.

question-mark

ASPECTOS ECONÓMICOS

Hay que ser muy claros con los elementos económicos del proyecto también antes de empezar. Se debe acordar un honorario o tarifa, además del método de pago y el plazo de cobro. En cuanto al honorario, que quede claro si es por texto origen o texto meta. También podemos plantearnos lo siguiente:

  1. ¿Es un trabajo urgente?
  2. ¿Es una traducción jurada o va a requerir un certificado de algún tipo?

En ambos casos hay que cobrar algo más, sobre todo por las horas extras en el caso de los encargos urgentes. Por eso la comunicación es esencial y todo debe quedar atado antes de ponerse a traducir. Hay que explicarle al cliente si va a haber cargos extra para que este dé el visto bueno antes de empezar.

calculation

 NUESTRO PAN, NUESTRO HORARIO

Como no somos maquinitas sino personas, no está de más plantearse lo siguiente:

  1. ¿La tarifa es aceptable para nosotros? Tal vez este cliente “imponga” un precio. De ser así, preguntémonos si de verdad es justo para nosotros. Recalco para nosotros, porque aunque hay que ser conscientes de los precios de mercado para no perjudicar al sector y a nosotros mismos, cada uno tiene sus circunstancias. Hay quien considera que 0,05 para un folleto general es poco y no baja nunca de 0,07, pero para otro puede ser una tarifa más que aceptable por el trabajo que va a conllevar.
  2. ¿Podemos cumplir el plazo y aun así tener tiempo para comer, dormir y tener vida social?
  3. ¿Con este encargo podemos conseguir más trabajo de este cliente?

Esto último puede ser importante. Tal vez por necesidades del cliente, este proyecto nos haga trabajar hasta tarde un par o tres de días, pero si a la larga puede darnos más trabajo, encargos regulares, tal vez el sacrificio valga la pena. O no. Quizá pensemos que ceder a ciertos plazos poco realistas puede sentar un precedente peligroso y decidamos explicárselo al cliente (de lo que hablamos cuando hablamos de “educar”) o bien no aceptar el trabajo. Una vez más, debemos ser claros con nosotros mismos para ver si podemos encajar este encargo en nuestra planificación y poder equilibrarlo con lo demás, ya sean otros proyectos o, sobre todo, con nuestra vida.

puj-e-1601x-3-video_still12042015-318x210

OTRAS CONSIDERACIONES

Hay más cosas que debemos tener en cuenta, dependiendo de la carga de trabajo… y el estado de nuestras cuentas.

¿Me interesa el tema de la traducción o me voy a aburrir como una ostra? Aunque nos aburra, tal vez nos interese aceptar el encargo porque vamos descargados de trabajo, porque nos interesa mantener al cliente o porque lo necesitamos económicamente. Pero en ese caso, seamos conscientes de lo que nos va a suponer.

Cuando se puede escoger –y ahora hablo a título personal–, prefiero una novela a unos presupuestos anuales o un manual técnico. Si por lo que sea, necesito el encargo, me armo de valor y me lo tomo con filosofía. Por desgracia no siempre podemos escoger, pero sí es un factor que debemos plantearnos. ¿Acaso no trabajamos más motivados cuando algo nos gusta?

También hay que pensar en quién es el cliente y si está recomendado. Puede que esto no tenga tanto peso a la hora de aceptar el encargo, pero contribuye al nivel de confianza y seguridad al trabajar.

En este tema que nos ocupa hoy, vale la pena también prestar especial atención a estos diez consejos de Tess Whitty:

  1. No aceptes un proyecto que sepas que no vas a poder hacer. No tengas miedo a rechazar algo que sabes objetivamente que no puedes cumplir o que no puedes hacer sin que se resienta la calidad. Si aún quieres aceptarlo, puedes buscar a algún compañero que te lo revise o puedes encontrarle un sustituto al cliente y facilitarle así la gestión. Seguro que te lo agradecerá.
  2. No aceptes trabajos con plazos imposibles. No lo dudes y negocia. A veces con un recargo por urgencia se descubre que la traducción no era tan urgente. Como con todo, la comunicación es clave.
  3. No dudes en preguntar. Seamos sinceros, no lo sabemos todo. Pregunta al cliente cualquier cosa que no tengas clara o pídele textos paralelos o antiguas traducciones (si el cliente es una agencia, por ejemplo). Preguntar no es demostrar ignorancia sino profesionalidad. No dejes las dudas para el final o para el mismo correo de entrega, cuando no haya margen para solventarlas.
  4. No aceptes un trabajo sin haber visto el texto antes. Puede que no siempre sea posible (me ha pasado con alguna novela), pero lo mejor es ver el documento antes de aceptar para calcular mejor el tiempo, para comprobar que es de una temática que controlamos y, en definitiva, para ver si es factible.
  5. No aceptes un trabajo sin saber quién es el cliente. En el caso de clientes directos es más difícil (que no imposible), pero si es una agencia que no conoces, lo mejor es buscar su página web o mirar en algunos foros (BlueBoard de ProZ, algunos grupos de facebook). Y aunque el correo sirve como confirmación de un trabajo de traducción, es aconsejable tener siempre una orden de compra o PO (purchase order) en la que consten las tres P básicas del proyecto: palabras, precio y plazo.
  6. No empieces a trabajar hasta que no hayas acordado un precio. A nadie le gustan las sorpresas en la factura, así que sé muy claro con lo que vas a cobrar, haya extras o no. Y trata de barrer para casa, claro. Para este proyecto tan pequeño, ¿no es mejor aplicar una tarifa mínima? Para esta revisión, ¿por qué no cobras por hora?
  7. Piensa en lo que escribes antes de enviarlo al ciberespacio. Hay muchos foros y páginas ahora en las que un traductor puede desahogarse, pero seamos sensatos. Un mensaje airado en las redes sociales puede terminar en manos del cliente. Piensa bien antes de escribir, deja pasar un rato y verás que, en frío, no es todo tan grave como parecía. Y lo mismo al hablar directamente con los clientes: respiremos y luego escribamos… más tranquilos. Con amabilidad se va a todos lados. En serio.
  8. Véndete bien. No te centres en lo que no sabes o en la poca experiencia que tienes. Céntrate en tus puntos fuertes, en lo que has traducido ya, en lo bueno que puedes aportar. Y eso también se aplica a la tarifa. Cobra lo justo. Un precio bajo también significa menor rentabilidad para ti.
  9. Guarda toda la información y correspondencia. Es importante guardar los correos, contratos y otros documentos de cada cliente, sobre todo para tenerlos de referencia. Para esto va muy bien un disco duro externo que pueda almacenar esa información que no usamos en el día a día.
  10. Lee todas las cláusulas antes de firmar un contrato. Básico para no llevarnos sorpresas luego. A veces son contratos estándar cuyas disposiciones no se aplican, pero, una vez más, en caso de duda, consúltalo con el cliente.

Hasta aquí los consejillos de hoy. ¿Hay algo que consideréis esencial al aceptar un encargo? Estaré encantada de leeros.

How to build a professional translation career

08 jueves Sep 2016

Posted by enlalunadebabel in Cuestiones laborales, Productividad, Traducción

≈ 3 comentarios

Etiquetas

career in translation, cartera de clientes, education, emmpezar como traductor, translation business, translation gigs, translation jobs, translator

Working in the translation industry can be a profitable and enjoyable way to build a career around a love of languages. So if you want to be a professional translator, where do you start? How do you turn that flair for learning languages into a paying career? Simple – just follow the five steps to building a professional translation career that our colleague at Tomedes, Louise Taylor, and myself bring you today.

books

  1. Routes into translation

There are several routes into the translation industry. The obvious prerequisite is the ability to speak two or more languages fluently. To build a serious career as a translator, you need to be able to do far more than just ‘get by’ in the languages that you translate to and from. You need to speak them almost as well as your native tongue if your translations are to provide the level of accuracy required for a successful, lifelong career.

This doesn’t mean that you have to be raised bilingual or else miss out. Studying a language from scratch in order to become a professional translator is a great way to build your career, for those with an aptitude for languages. This was precisely the approach taken by Deborah Smith, the translator of Han Kang’s ‘The Vegetarian,’ which won the 2016 Man Booker International Prize for Fiction. Smith began learning Korean as she wanted to become a translator and noticed that very few people in the UK spoke that language. Just six years later, she took home half of the $72,000 Man Booker prize pot thanks to the quality of her translation.

Don’t forget a proper University course, where you’ll learn the basics, or the translation courses that companies such as AulaSIC, Cálamo & Cran or Trágora offer, which are bit more specialized. Further or continuing education is very important for us, translators, and our insatiable thirst for knowledge.

coffee

  1. Build your experience

As with any career, gaining qualifications is one thing and gaining experience another. You can take on small translation jobs while you’re still learning a language – just be careful not to tackle anything too lengthy or with too complex a subject matter until you are ready (you can find more tips in this series of articles [in Spanish]). These small jobs will help you be build up your experience and can be the source of positive client testimonials, which you can include on your website as and when you’re ready to start marketing your translation services.

You can also gain experience by giving your time to charitable organisations that require translation and by contributing to crowd-sourced translation on sites like Wikipedia.

todo

  1. Tackle marketing head on

Creating a marketing plan is also a key part of building a professional translation career. You need to consider how you are going to reach out to potential clients and any promotions you might offer in order to gain their business. Identifying who is likely to need your services and how you’re going to get in touch with them at an early stage will make building your client base easier once you are ready to launch your career.

With all marketing activity, remember to analyse what worked and what didn’t – this will help to make your next round of marketing more focused and effective.

captacion

  1. Build a loyal client base

One of the key factors behind the success of many professional translators is repeat business. If your clients keep coming back to you with more work then you have to expend less energy on marketing activity, so you have more time to translate. This means more money at the end of each month! Repeat business from known clients also cuts down on the risk of working with new clients who may not be reliable or timely payers – with loyal clients you know what to expect.

Producing accurate, timely translations for agreed prices is the cornerstone of gaining repeat business. Your clients need to know that they can rely on you, that you will communicate swiftly and clearly with them and that the translation work you undertake will allow them to achieve their goals on time and with minimal hassle. Laying out what clients can expect from you is a great way to focus on this and to ensure that everyone is clear on what you can (and can’t) commit to. Consider not only what clients can expect in terms of service (e.g. specialist translations such as medical or legal documents) but also the hours you are prepared to work, timeframes for responding to enquiries and so forth.

computer

  1. Remember those complementary skills

There’s more to succeeding as a professional translator than being able to speak two or more languages, as we’ve said before. In order to build your career, seek to excel at complementary skills. Learning to type faster, or to touch-type, for example, can significantly increase the speed at which you can complete translations.

Familiarize yourself with translation tools as well. Some translators swear by them while others feel they can translate faster without them. It’s worth experimenting to find what suits your individual workflow best.

Remember too that support is never far away. Join Facebook pages or groups that relate to the languages you translate and you’ll find that there are always other professionals on hand to assist with those irritating queries, like when to use ‘lift’ versus ‘pick up.’

There are many advantages to working as a professional translator, so if language is your passion, why not take the first steps to building your translation career today?

***

Guest author bio

Louise Taylor is a freelance writer who writes for the Tomedes Translators’ Hub and blog, as well as a range of online and print media.

Trucos y herramientas para la revisión de traducciones

11 lunes Ene 2016

Posted by enlalunadebabel in Productividad, Recursos, Traducción, Vida traductoril

≈ 34 comentarios

Etiquetas

corrección, corrección de estilo, errores ortográficos, fundéu, herramientas, Manuel Seco, Martínez de Sousa, MyStilus, revisión de traducciones, Softcatalà, Titivillus, traducción, trucos, UniCo

Que hay que releer la traducción cuando la terminamos es vital. Que hay que tener el corrector activado o pasarlo después, también. Que cuatro ojos ven más que dos es de sobra conocido. Sin embargo, siempre se nos escapa un gazapo o acabamos en las garras de Titivillus.

titivillus

Por si no lo conocéis, Titivillus era un demonio que trabajaba bajo las órdenes de Lucifer y se le atribuían los errores en el trabajo de los escribas: ortográficos, gramaticales, de redacción, etc.

¿La solución para que Titivillus no nos la dé con queso? Releer, releer y releer antes de enviar el texto. Como ya he dicho en alguna ocasión, hay que dudar de todo por principio: de la colocación correcta de una coma, de lo que puedas creer que es un anglicismo, de la posición adecuada de las palabras dentro de una frase, etc.

Si no tenemos la opción del comodín del compañero, va bien imprimir el texto (no sé en el caso de los nativos digitales, pero yo reviso mejor los textos impresos) y tener claros los posibles errores que podemos cometer (sé en qué cosas fallo normalmente). No caigamos en la soberbia del traductor como conocedor absoluto de la lengua. Es mejor dudar de todo por sistema y revisar. Si no dudamos de nosotros mismos podemos meter la pata… hasta el corvejón.

Para esto es útil tener una lista de elementos esenciales (para antes de empezar) y de sospechosos habituales (para revisar a posteriori), como ya comenté en el primer artículo de consejos para traductores. Preparar bien el texto asegura un trabajo más fácil y una mejor revisión posterior.

Algunos trucos antes de empezar o mientras se trabaja:

  • Escribid siempre con la función «Mostrar todo» habilitada, te permitirá evitar la mayoría de errores de formato. Se activa pulsando el calderón (¶).
  • Memorizad los atajos de teclado más útiles. Podéis incluso configurar el teclado para asignar números sencillos a ciertos símbolos frecuentes.
  • Automatizad las palabras que siempre (o casi siempre) escribimos mal. Me pasa con «tambine» o «entocnes», por ejemplo. Si sabéis con qué palabras falláis más, utilizad el autocorrector para memorizar estas formas erróneas y que las cambie automáticamente por la forma correcta.
  • Controlad el uso de las comillas. La secuencia es la siguiente: «…“…‘…’…”…».

También, aunque parezca una obviedad, aseguraos de tener controlado todo lo que hay que traducir: ¿La presentación en Powerpoint lleva notas? ¿Te has fijado en todas las pestañas del Excel y las columnas escondidas? ¿El Word lleva notas al pie?

Trucos para después:

  • Buscad y reemplazad los dobles espacios por uno solo.
  • Aseguraos de haber escrito bien las cifras y los espacios antes de símbolos como el %.
  • En traducción editorial, sed coherentes con los nombres de los personajes y que el autocorrector no haga de las suyas. Para eso va bien guardarlos en el diccionario de Word.
  • Comprobad que el uso de la raya en los diálogos sea correcto.

También relacionado con la revisión, va muy bien leer en voz alta lo que traducimos. Como no trabajamos con palabras sin contexto, cada texto tiene su ritmo y su música, y la mejor manera de comprobarlo es leerlo en voz alta. De este modo nos daremos cuenta de las expresiones cacofónicas y las repeticiones que tanto empobrecen el texto.

En cuanto a la repetición de vocabulario, gracias a Merche, de TraducirCo, descubrí hace nada Repetition Detector. Esta herramienta, disponible en varios idiomas, nos permite cazar las palabras que se repiten a lo largo del texto, ya sean formas totalmente coincidentes o bien de la misma familia léxica. Sin duda, todo un hallazgo.

RD2a_en

ALGUNAS HERRAMIENTAS ÚTILES

Aunque parezca obvio, por lo que observo con algunos alumnos que he tenido en prácticas, es que falla algo tan básico como no pasar el corrector o fiarse a pie juntillas del que tenemos en Word. Una buena revisión necesita algo más.

Por supuesto, la mejor revisión y corrección es la que puede hacer otro profesional, pero en nuestro día a día no solemos tener esta opción, a menos que trabajemos en equipo o dispongamos de alguien que pueda revisar algún proyecto en especial. Después de traducir, y aunque haya alguien que corrija nuestro texto posteriormente, la relectura y primera revisión es cosa nuestra y parte de nuestro trabajo.

¿Qué recursos tenemos a nuestro alcance? Una de mis páginas preferidas es la de UniCo (La Unión de Correctores), no solo por su base de datos de profesionales, que también, sino por su página de recursos.

Como comentaba antes, además de pasar el corrector que viene por defecto en el procesador de texto, es bueno echar mano de otras herramientas. A mí me gusta mucho MyStilus porque es muy completa y nos permite seleccionar múltiples variables para repasar.

mystylus

Con MyStilus puedes revisar tu texto de forma interactiva directamente desde su página o bien descargar el programa que funciona como un complemento o como macro en Word, de modo que puedes tenerlo completamente integrado en el procesador de textos.

Para mí, lo mejor de esta herramienta es que no se limita a la corrección ortográfica y gramatical, sino que se puede corregir también el estilo e incluye las recomendaciones de la RAE y la Fundéu. Aquí tenéis un ejemplo de revisión de estilo con esta herramienta como complemento para Microsoft Word:

correccion estilo

Podéis encontrar más información sobre cómo funciona en este documento. Como complemento simpático, añado que en su web también hay un presupuestador para calcular el precio de un texto, amén de otras aplicaciones útiles como un diccionario inverso, un analizador morfosintáctico y un conjugador verbal.

Otras páginas interesantes son las que podemos encontrar en el sitio web de Lenguaje.com, sobre todo el corrector ortográfico y el de voseo.

voseo

También tenemos Language Tool, una herramienta de código abierto que permite verificar la gramática, ortografía y el estilo de un texto. Se puede utilizar desde la misma página o bien descargarla gratuitamente. Además de castellano, permite revisar textos escritos en más de 20 idiomas.

Para resolver dudas puntuales:

Si en el momento de traducir, y no solo de revisar, nos asalta alguna duda, podemos consultar las direcciones siguientes:

  • Fundéu (Fundación del español urgente): http://www.fundeu.es/Consultas.aspx?frmOpcion=LISTA_CONSULTAS&frmFontSize=2
  • Libro de estilo de El País (pdf):http://blogs.elpais.com/files/manual-de-estilo-de-el-pa%C3%ADs.pdf
  • Libro de estilo interinstitucional de la Unión Europea: http://publications.europa.eu/code/es/es-000100.htm
  • Vademécum del español urgente: http://www.fundeu.es/esurgente/lenguaes/

Recursos en otros idiomas:

Por si alguna vez necesitáis revisar en algún otro idioma, os dejo estos enlaces.

  • Softcatalà (catalán): https://www.softcatala.org/corrector
  • Recursos en línea de la Universidad de Vigo (gallego): http://webs.uvigo.es/sli/recursos.html
  • Reverso (inglés y francés): http://www.reverso.net/ortografia/corrector-ingles
  • Corrector ortográfico en varios idiomas: http://www.correctorortografico.com/

Por último, pero no menos importante, recordad que hay vida más allá de los recursos online para resolver dudas y revisar traducciones. Como alguna vez he comentado, especialmente en los dos artículos sobre lecturas para el traductor —primera y segunda parte (de momento)—, hay muchas obras no digitalizadas que son de consulta obligada, como por ejemplo:

  • Manual de estilo de la lengua española (MELE), de José Martínez de Sousa [Reseña en Panacea].
  • Diccionario de usos y dudas del español actual, de José Martínez de Sousa.
  • Ortografía y ortotipografía del español actual (OOTEA), de José Martínez de Sousa.
  • Nuevo diccionario de dudas y dificultades de la lengua española, de Manuel Seco.

¿Y vosotros cómo revisáis? ¿Tenéis algún truco o recurso infalible? No dudéis en dejarlo en los comentarios.

Hasta la próxima 🙂

← Entradas anteriores

Entradas recientes

  • Cómo plantear una subida de tarifas
  • End of the year… when you’re a freelancer
  • Lo que dio de sí el #CongresoASATI
  • Ecos del X Curso de Traducción Médica
  • ¡Extra! ¡Extra! ¿Cómo se traduce un cómic?

Archivos

Tweets

  • @lauratraduccion Tengo la escena en bucle. Qué maravilla. 😂 1 hour ago
  • Por favor, ved esto. 😂😂😂 twitter.com/mutsuda/status… 2 hours ago
  • @MarinaBorras Cero dudas. 2 hours ago
  • @LPerdiguero Correos arriba y abajo, tareas tediosas e interminables, plazos imposibles, llevo sentada desde las 9… twitter.com/i/web/status/1… 17 hours ago
  • @LPerdiguero No te lo creerás, pero venía a tuitear algo parecido. 17 hours ago
Follow @Scheherezade_SL

Traducción

  • Algo más que traducir
  • De traducciones y otras rarezas
  • El arte de traducir
  • El blog de Mar Traducciones
  • El taller del traductor
  • El traductor en la sombra
  • La paradoja de Chomsky
  • Localización y testeo con Curri
  • No disparen al traductor
  • Nobody is perfect
  • Traducirco
  • TraducThor, la fuerza de las palabras

Categorías

Meta

  • Registro
  • Acceder
  • Feed de entradas
  • Feed de comentarios
  • WordPress.com

Temas y conceptos

calcos castellano cómic cómo ser traductor autónomo diccionarios doblaje empezar a traducir emprender errores inglés lengua literatura productividad recursos subtitulación TAV traducción traducción audiovisual traducción editorial traducción erótica traducción literaria traductor traductor autónomo traductor novel traductor principiante

Enter your email address to follow this blog and receive notifications of new posts by email.

Únete a otros 122.732 suscriptores
Follow En la luna de Babel on WordPress.com

Estadísticas

  • 2.020.332 lunáticos

Las 1001 traducciones

Las 1001 traducciones
Top 25 Language Professional Blogs 2016
Top 25 Language Facebook Pages 2016
Top 25 Language Twitterers 2016

Entradas y Páginas Populares

  • Sexo oral y escrito: argot, eufemismos y etimología
  • ¿Tradu... qué? ¿Qué es traducir?
  • Traducción editorial (I). La relación traductor-editor y cómo empezar en traducción editorial
  • La puntuación inglesa y española. Similitudes y diferencias
  • Maquillaje lingüístico: los eufemismos
  • La caja de herramientas del traductor: recursos lexicográficos
  • Sobre la autora
  • Cómo plantear una subida de tarifas
  • El traductor insolente: traducir el lenguaje soez
  • 10 claves para mejorar como traductor

Blog de WordPress.com.

  • Seguir Siguiendo
    • En la luna de Babel
    • Únete a 1.909 seguidores más
    • ¿Ya tienes una cuenta de WordPress.com? Accede ahora.
    • En la luna de Babel
    • Personalizar
    • Seguir Siguiendo
    • Regístrate
    • Acceder
    • Denunciar este contenido
    • Ver sitio web en el Lector
    • Gestionar las suscripciones
    • Contraer esta barra
 

Cargando comentarios...