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En la luna de Babel

~ Blog sobre lenguas y traducción

En la luna de Babel

Publicaciones de la categoría: Traducción audiovisual

Acabo de terminar el grado. ¿Y ahora qué? (XVIII) Sara Castro, Brandon Queen y Carla Meli

09 lunes Dic 2019

Posted by enlalunadebabel in Testimonios, Traducción, Traducción audiovisual, Vida traductoril

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cómo buscar trabajo de traducción, cómo ser traductor autónomo, empezar a traducir, traducción profesional, traductora novel

SARA CASTRO

Cuarto de carrera es el año de las dudas en todas las facultades de TeI. Así estaba yo, empezando el último año y sin saber muy bien qué hacer después de una experiencia agridulce con algunas asignaturas y las expectativas deprimentes del sector que nos pintaba algún docente cenizo.

Una de las profesoras que sí estaba al pie del cañón invitó a una exalumna a hablarnos de las salidas después de terminar la ardua época en la que nos encontrábamos. Os destripo el final: esa exalumna ahora es mi jefa y una de las personas de las que más he aprendido a lo largo de mi trayectoria.

Unos meses después de esa charla, ahí estaba yo, delante de un ordenador en una oficina del centro de Madrid, acompañada por tres profesionales del sector y tecleando mi primera traducción fuera de las aulas. Mi primer día de prácticas también fue mi primer día en el mundo de la traducción. Empecé a gestionar proyectos, a hacer presupuestos, a buscar clientes, a traducir textos diferentes a diario (algunos resueltos mejor que otros) y, lo más importante, descubrí mi especialidad: la traducción audiovisual.

Ahora, dos años después y terminando el Máster de Traducción Audiovisual de la UAB, hago encaje de bolillos para compaginar el trabajo en plantilla con otras prácticas profesionales, esta vez en localización de videojuegos, con otra gran maestra del sector.

Como dice mi madre, a nosotros no nos regalan nada, así que no hay que quedarse de brazos cruzados y, sobre todo, no debemos conformarnos con lo que nos dan masticado en las aulas. En mi facultad, la TAV era la gran ausente —¿qué es eso, se come?— y las prácticas tenías que buscártelas por tu cuenta, así que, si no hubiera tenido la iniciativa de buscar fuera, no habría llegado hasta aquí.

¡Sed inconformistas y luchad por lo que os apasiona, pequeños traductores!

*Podéis encontrar a Sara en Twitter y en LinkedIn.

BRANDON QUEEN
Tras una licenciatura en historia del arte y francés y algunos años trabajando como mercadotécnico, cursé un año de posgrado en traducción en una universidad puertorriqueña —un programa que no me satisfacía— para luego seguir en un posgrado de filología con cursos de lingüística y comunicación. Por cuestiones económicas e institucionales, no completé ningún grado a pesar de pasar tres años estudiando. 

Durante el primer año en traducción, pude trabajar en el departamento como traductor, más o menos como aprendiz haciendo prácticas. Durante mi segundo año de estudios, trabaje como instructor de inglés en un centro Berlitz.

Después de todo eso, volví a trabajar como oficinista en Estados Unidos y al mismo tiempo fui voluntario durante unos meses, impartiendo clases de inglés a inmigrantes en una biblioteca pública. Esto duró hasta el año pasado, cuando me dieron de baja de mi trabajo. Alrededor de 6 meses después de esto, hacía traducciones (como voluntario) para un medio ciudadano de Venezuela (Aporrea Internacional). 

En otoño del año pasado, hice un curso de TEFL en un centro gestionado por el gobierno de Australia, ubicado en Vietnam, y ahora vivo en Corea del Sur, donde soy instructor de inglés en un centro de idiomas para adultos. 

Lo de no completar la carrera no me despistó tanto, pero no pude hacer todo lo necesario para lanzarme como traductor profesional después de dejar la universidad. Aprender todo lo relacionado con el mercadeo en línea, buscar clientes, obtener las credenciales necesarias y los gastos implicados en todo lo anterior mientras trabajaba y vivía en Los Ángeles (de California, n.b.) me impidió avanzar en el gran proyecto de ser un traductor profesional. Simple y sencillamente, no tuve los cojones para luchar 🙂 

Mi historia no es una exitosa que se puede compartir para dar ánimo a otros traductores aspirantes, pero no me doy por vencido. Sigo con ganas de ejercer esta profesión en el futuro, aunque ya acepto que no es para mañana, ni siquiera para los próximos años, sino que tiene que ser una meta de largo plazo. No sé si todo esto te sirve, pero te agradezco por la oportunidad de contar mi historia.

CARLA MELI

Mi nombre es Carla, soy de Mendoza, Argentina, y me recibí de Traductora Pública en el año 2013. Realmente no fue nada fácil el comienzo, considero que tiene que ver con que mi generación busca el éxito rápido, fácil y de manera simple. Al ser buena estudiante y simplemente estudiar y obtener buenas calificaciones, pensé que todo funcionada así. Pues no, mi experiencia comenzó con algunas traducciones legales de conocidos y luego el boca en boca fue ayudando a que ese tipo de trabajos (ya sean contratos, títulos, analíticos, etc.) fuesen en aumento. Hoy, esas traducciones particulares forman parte de mis ahorros.

Por otro lado, decidí incursionar como PM en una agencia y siento que he aprendido y sigo aprendiendo mucho día a día. Algunas horas soy PM y otras trabajo como QM. A pesar de ser roles muy distintos, ambos de cierta manera ayudan a formarme y debo decir que al traducir y editar sigo aprendiendo todos los días (ya sea del tema o del idioma en cuestión). Lo que me gusta de nuestra profesión es que aprendes todos los días y considero que para ser bueno, debemos capacitarnos siempre. Si encuentras un área que disfrutes, pues es genial destacarse, perfeccionarse, aprender, siempre aprender…

En mi opinión, tenemos una profesión donde hay que ir a buscar al cliente, ofrecernos, vendernos, destacarnos. El cliente rara vez vendrá a nosotros (solo esos clientes del boca en boca que necesitan una traducción porque viajan). Para tener clientes rentables y fijos creo que debemos empezar por dedicar horas y horas de búsqueda y paciencia. Vivimos en un mundo globalizado y si nos sentamos frente a una computadora a buscar, algo encontraremos.

Vuelvo al punto de partida: no esperemos que el primer cliente sea el mejor, aprovechemos para aprender, alimentemos nuestras ideas con nuestros colegas, estemos atentos a lo que pasa alrededor. Ese es mi consejo. Soy una persona bastante conservadora y hoy me siento bien trabajando contratada. No descarto en un futuro sumergirme a pleno en la vida autónoma y disfrutar de nuestra profesión desde otra perspectiva, donde seguramente deba enfrentar desafíos, pero a fin de cuentas, estamos capacitados y debemos explotar nuestras habilidades de resolución de problemas.

*Podéis poneros en contacto con Carla por Skype y en LinkedIn.

***

Abrirse camino no es fácil, como hemos ido viendo todas estas semanas. También hemos visto que no hay una única manera de llegar. Hay quien se busca las castañas nada más terminar el grado; otros empiezan con un máster o un posgrado. Otros ven la luz gracias a las prácticas profesionales.

Sea como sea, cada historia es personal e intransferible. Brandon, en este caso, sigue buscando su camino (de hecho, hasta se fue de Twitter hace un tiempo) impartiendo clases en varios países; Sara quizá no hubiera llegado donde está sin esa charla en su universidad; Carla empezó a traducir para su círculo más cercano y acabó en plantilla. Traducir es aprender, es esforzarse, es especializarse, pero sobre todo es buscar, porque no todas las oportunidades vienen solas.

¡Hasta la próxima!

No dispare(mos) al traductor

04 lunes Feb 2019

Posted by enlalunadebabel in Traducción, Traducción audiovisual, traducción literaria, Vida traductoril

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dedo acusador, errores en traducciones, invisibilidad del traductor, reflexión

Reconócelo. Tú también lo has hecho alguna vez. Yo lo he hecho varias veces y en público.

No, no me refiero a eso. Hablo de criticar una traducción. Sea por demostrar el estupor ante algo que creemos obvio o porque pensamos que se puede sacar una enseñanza, el caso es que terminamos criticando la traducción de un compañero. Pensamos más en el error y no en la persona —al menos esa ha sido la intención que he tenido yo siempre cuando he hablado de alguna traducción— y el objetivo en teoría no es ridiculizar al traductor ni proclamar que tú o yo lo haríamos mejor. Pero lo que termina pasando es que sí ponemos el dedo en la llaga del traductor sin conocer el contexto en que se ha producido dicho error.

Os preguntaréis a qué viene esta entrada ahora. Bueno, es algo que llevo pensando desde este verano y, sobre todo, al ver lo que ha pasado con la polémica de Roma (Alfonso Cuarón, 2018). En este último caso, he visto a compañeros cebarse con algunas elecciones léxicas de la traductora, yendo mucho más allá de la crítica por el hecho de subtitular la película a nuestro español y que, en cualquier caso, es algo que no la incumbía a ella.

Este verano compartí una foto que había colgado un compañero en un foro de traducción de Facebook. En esa foto había un error muy llamativo, habían bautizado Nueva Suéter a Nueva Jersey. Es un error de los que llaman poderosamente la atención y que muchos supusieron que había sido cosa de la traductora. A mí me pareció curioso y lo compartí en mis redes sin ir más allá, sin pensar en la autora de esa traducción y en cómo se podría sentir al ver cómo degeneraban muchos de esos comentarios. Evidentemente, el gazapo estaba ahí y muy seguramente habían sido los duendes de la edición.

Resulta que esa novela se había vendido en Latinoamérica y al querer acercarla más a los lectores de allí, habían hecho un buscar y reemplazar sin cerciorarse bien de los cambios. Y así se distribuyó, sin que la traductora lo supiera. ¿Cómo lo sé? Pues porque la propia traductora lo comentó en la publicación original en Facebook, aportando incluso pruebas del texto que había entregado a la editorial. Por mi parte, me sentí fatal, eliminé esa publicación de todas las redes donde la había colgado, hablé públicamente de eso en Twitter y me disculpé personalmente con la traductora. Algunos pensaron que no pasaba nada, que tampoco había que hacer una montaña de un grano de arena, pero me puse en su piel y supe que me dolería si pasara algo así.

Muchas otras traducciones se han vilipendiado en foros y perfiles diversos sin pensar, creo, en que incluso es una manera de tirarnos piedras contra nuestro propio tejado (algo así como poner en tu web la imagen del teclado con la tecla de traducir, como si fuera algo tan fácil). Sin querer, muchas veces nosotros mismos contribuimos a esa parte del oficio que tan poco nos gusta ver: la visibilidad para mal, el fracaso de la traducción como tal. Y yendo más allá de la traducción como disciplina: todos nos equivocamos y a todos nos pueden pillar en un renuncio. Dudo mucho que nos gustara vernos en esa situación.

Y, aun así, esto mismo sigue siendo la tónica habitual en muchos trabajos universitarios, en los que, al final, el análisis de una obra se acaba convirtiendo en una crítica a la traducción de un libro, una serie o una película sin conocer los detalles que ha habido en su producción y sin tener en cuenta a los demás eslabones de la cadena. También sucede en los trabajos comparativos entre las versiones doblada y subtitulada de un mismo producto, como comenta Stavroula Sokoli en este hilo. Si no lo ha traducido la misma persona es normal que haya inconsistencias, por ejemplo, y como seguramente no tengamos acceso al traductor, no conoceremos el contexto: si el traductor disponía del guion final, si tuvo que sacar cosas de oído, si tuvo mucho o poco tiempo para documentarse habida cuenta del plazo de entrega y muchos otros factores. Ojo, no hablo de limitar la libertad de expresión, cada uno es libre de quejarse de lo que quiera, pero hay formas y formas.

Por suerte, empiezo a ver en redes cada vez más elogios a las traducciones y eso es lo que deberíamos fomentar: el intercambio de buenas soluciones. Porque de los errores se aprende, sí, pero alabar una buena traducción y aplaudir lo bueno que encontremos en ella es mucho más saludable y productivo para todos. Por mi parte ya he empezado a aplicarme el cuento.

Y tú, ¿qué opinas?

Doblaje, idiomas y acentos. La que has liado, Mérida

16 jueves Ago 2018

Posted by enlalunadebabel in Doblaje, Traducción, Traducción audiovisual

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Brave, doblaje, Mérida, Rompe Ralph, traducción de acentos

Se ha vuelto a liar por un doblaje. Si no habéis estado muy atentos a las redes porque estáis de vacaciones y tenéis mejores cosas que hacer —os entiendo, la verdad—, os lo resumo por aquí. Hace unos días salió el tráiler de la película de Rompe Ralph 2 (2018) en el que vemos a todas las princesas Disney en una habitación y Mérida (Brave, Indomable, 2012) habla un escocés cerrado, rápido y vocalizando poco. El chiste es que las princesas no la entienden y una zanja: «Es que es del otro estudio» (Pixar).

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En las redes empezaron a especular con el doblaje al castellano y por vete a saber tú qué mecanismos, muchos fantasearon con un doblaje murciano o gallego. Los defensores del primero porque supuestamente se entiende poco y los del segundo también por sus raíces gaélicas (sic).

Sea como fuere, el avance en español salió hace un par de días y no, no han usado ni gallego ni murciano. Han optado por hacerla hablar rápido y de forma ininteligible, sin vocalizar. Y claro, se ha liado. Que si se pierde la magia, que si se ha traicionado el original, etc.

Veamos las dos versiones:

https://www.youtube.com/watch?v=mS7hjGnftDA&feature=youtu.be

Va, me mojo. A mí me parece que han hecho bien. ¿Que quizá la podrían haber hecho vocalizar menos o de otra forma? Puede. Pero hacer hablar a este personaje con un acento o dialecto del español, no. Primero, hablemos de credibilidad. El cine tiene un pacto sagrado con el espectador: tienes que creerte lo que sucede en pantalla. Aunque sea animación, ¿es creíble que un personaje hable con un acento español muy marcado? Tengamos en cuenta que este personaje viene de una película ambientada en Escocia y no en la Manga del Mar Menor. Traicionar esa credibilidad tiene consecuencias y, si se hace a propósito, se crea otro tipo de versión, no es una mera traducción sino adaptación. Los ejemplos clásicos de esto son los doblajes de las sitcoms de los 90 y, más recientemente, películas como Ted (2012), de la que ya hablamos en este blog.

Por otro lado tenemos la coherencia. En Brave, Mérida se dobló al castellano y se la entendía perfectamente. Si en su película hablaba un español estándar (no hablo de neutro para evitar equívocos), ¿por qué debería cambiar aquí de forma de hablar? ¿Qué sucede en la versión original de la película? ¿El acento escocés era tan fuerte como en este avance? No. En Brave no estaba tan marcado el acento aunque la actriz fuera la misma. Se ha marcado ahora para hacer la gracia en Rompe Ralph 2. Creedme, si hubiera habido alguna discrepancia, la gente se hubiera quejado igual. ¿Recordáis la que se montó cuando en el avance de Buscando a Dory, la voz de Dory no era la de Anabel Alonso? Pues eso, la coherencia es esencial.

Y otro factor importante, al menos a mi entender, es la sensibilidad. En un momento en el que tenemos  los sentimientos lingüísticos y territoriales a flor de piel, no me extrañaría que alguien se quejara por asociar al gallego o al murciano estas características del sketch: que no se entiende, que habla con una patata en la boca, que…

 

Los otros en traducción

En traducción a veces se gana y otras se pierde. Intentamos que se pierda lo menos posible, pero no hay una única solución para todo ni que contente a todos. Es así. Y puede haber problemas hasta cuando se hace referencia al propio idioma, el típico «Do you speak English?» en una película norteamericana que se suele salvar con «¿Hablas mi idioma?» o «¿Me entiendes?».

Otro problema habitual es cuando traducimos al español algo que ya está en español. Por ejemplo, recuerdo una novela erótica de hace unos años en la que los protagonistas, estadounidenses, se iban de escapada a México. La chica andaba algo perdida porque no entendía español y el chico le hacía de intérprete. El problema era que ese español se entendía perfectamente y en la traducción iba a quedar descafeinadísimo. Mi solución fue usar mexicanismos y rasgos más dialectales para que a la protagonista le costara entender. Traducir es decidir qué o a quién traicionar para que el destinatario de la traducción reciba y disfrute el producto como lo haría el destinatario de la versión original.

Sin duda, la mayor dificultad es al traducir un acento determinado, claro. Por suerte ahora disponemos de muchos ejemplos, algunos más recientes que otros, de cómo se han solucionado estos casos en el cine y la televisión y eso siempre es una ayuda. Aquí tenéis algunos ilustrados por +Babbel:

tronos
snatch
malditos
gato
fair

 

No quiero extenderme mucho más, porque un blog tiene sus limitaciones, pero os dejo este fragmento de un artículo de Gloria Uclés, para que veáis la complejidad del asunto y lo muy estudiada que está esta problemática:

«En el terreno práctico, a la hora de proponer maneras de actuar con respecto a la presencia de la variación diatópica en el texto origen, existen fundamentalmente dos posturas: una de tendencia no intervencionista y otra que propone sustituir las variedades del original por otras funcionalmente equivalentes. En el primer grupo se sitúa Rabadán (1991: 97), quien considera inaceptable que se utilicen equivalentes funcionales para traducir la variedad diatópica y afirma que se suele resolver este problema mediante el uso de la forma estándar de la lengua meta, o bien traduciendo a las formas estándar y explicitando que el enunciado se ha expresado en dialecto. Centrándose exclusivamente en la TAV, Agost (1999: 129) señala la dificultad que representa en TAV la presencia de los dialectos y afirma que en las versiones dobladas es común oír a los indios hablar con infinitivos, que los negros del Harlem utilicen el pasota o cheli, o incluso que los dialectos del inglés se traduzcan al catalán otorgándole a cada personaje una variante geográfica de esta lengua (Agost, 1999: 63). Sin embargo, a continuación, en la línea de Rabadán (1991), añade que adoptar estas soluciones suele considerarse desaconsejable: “Muchos profesionales de la traducción consideran que esta no es la mejor solución y son partidarios de dar unas pinceladas para caracterizar a cada personaje, con lo cual el espectador ya puede saber que hay una diferencia respecto de otros personajes.” (Agost, 1999: 63).

Frente a esta postura, otros autores proponen como solución a la presencia de variedades dialectales la sustitución del dialecto de la lengua origen por otro dialecto equivalente en la lengua meta. La noción de equivalencia se debe considerar no como una correspondencia geográfica (imposible, al tratarse de dos lenguas distintas), sino en términos de equifuncionalidad: que el dialecto de la lengua meta cumpla las mismas funciones que tenía el original (Catford, 1965: 87). En esta importancia de la función del dialecto incide también Pym (2000), quien considera fundamental identificar, en primer lugar, cuál es exactamente la función que la variación diatópica cumple dentro de un texto y, una vez analizada, Pym concluye que los traductores se deben centrar en reproducir en el texto meta el efecto que el dialecto producía en el texto original.

Escasos son los ejemplos en los que se adopta esta postura para la traducción de la variación en TAV. Uno de ellos, con la combinación de lenguas de italiano y alemán, es el de Heiss y Sofritti (2009) que, partiendo de Pym (2000), analizan cuál es la función de los fenómenos dialectales concretos escogidos y cómo se traslada dicha función a la lengua meta, y proponen una lista de soluciones para compensar la pérdida de los rasgos dialectales de las producciones originales.

En la misma línea se sitúa Alemán (2005), donde encontramos una propuesta de doblaje de la película británica Billy Elliot diferente a la usada en un doblaje oficial. En el metraje original, la variedad diatópica geordie de los personajes se solapa con su condición social de clase obrera; sin embargo, en el doblaje para el cine y la distribución comercial de la película al español de España, el acento se neutraliza, lo cual genera una pérdida que Alemán (2005) propone paliar. Para el autor, los personajes de clase trabajadora se deberían distinguir por el uso de un castellano vulgar que, si bien no los enmarcaría en la variedad diatópica, sí daría cuenta de la diferencia social. El peligro de esta solución es que el espectador meta tenga la impresión de que los personajes emplean un registro más bajo que en la versión inglesa, ya que el contexto social y lingüístico del original se pierde y puede que no se llegue a entender el uso de un castellano vulgar en las circunstancias en las que se da la película».

Como veis, no es un tema nada baladí y hay que pensárselo muy mucho antes de sustituir un acento o dialecto por otro. Pero si nada de esto os convence, pensad en la figura del lektor en la televisión polaca: nada de acentos, poca entonación y una misma voz para todos los personajes.

Y a vosotros, ¿qué opinión os merece la solución del avance? ¿Os convence? Como siempre, agradeceré los comentarios que queráis dejar. ¡Hasta la próxima!

***

Otros apuntes:

Traducción y doblaje. Sobre los acentos. http://traduccionydoblaje.blogspot.com/2007/05/sobre-los-acentos.html

El reto de «traducir» acentos. https://translinked.net/2016/11/24/el-reto-de-traducir-acentos/

¿Versión original o subtitulada? Los acentos y los dialectos en el cine. https://es.babbel.com/es/magazine/acentos-y-dialectos-en-el-cine/

Los acentos extranjeros en los doblajes. http://doblajeenargentina.blogspot.com/2013/12/los-acentos-extranjeros-en-los-doblajes.html?m=1 

Los artículos de 2017 en el blog

29 viernes Dic 2017

Posted by enlalunadebabel in corrección, Cuestiones laborales, Subtitulación, Traducción, Traducción audiovisual

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blog de traducción, corrección, repaso anual, TAV, traducción

El tiempo pasa volando y, a la que quieres darte cuenta, volvemos a la casilla de salida. En este artículo hacemos un repaso de lo que ha dado de sí este año en el blog y repasamos todas las entradas publicadas por si te has perdido alguna. ¡Empecemos!

Diez trucos típicos de un buen traductor audiovisual

Empezamos el año con los trucos que presentó Xosé Castro en la edición de 2016 del congreso SELM. Unos ingredientes de éxito para cualquier traductor que se precie. Entre los consejos destacan el hecho de llevar un proceso de producción eficiente, cerciorarse de que recibimos los materiales completos y que dominamos nuestras herramientas de trabajo, entre otros.

 

Lo que siempre quisiste saber sobre corrección editorial

Recibimos febrero con una entrevista a varios correctores editoriales que nos hablaron de su trabajo. Para entender mejor su labor, cómo trabajan y qué suelen corregir, no te pierdas esta entrada. Utilísima para aspirantes a correctores y también para traductores que deseen saber quién y cómo corrige sus textos.

Carta abierta al traductor principiante

Los inicios nunca son fáciles y en esta entrada os hablé de mi experiencia: los miedos, los aciertos y también los fracasos que puede conllevar este trabajo. De lo mas personal que he escrito en el blog. Si quieres saber qué meteduras de pata he tenido durante mi carrera y cómo he conseguido hacerme un hueco en esto, este es vuestro artículo.

 

3 consejos para que un traductor sea más productivo

Marzo llegó con unos consejillos para ser más productivo. Cada maestrillo tiene su librillo, pero creo que son aplicables a cualquiera, tenga la especialidad que tenga. Así podremos ser más eficientes y sacar más provecho de nuestras horas de trabajo.

 

Traducir para Netflix es fácil: ¡pregúntame cómo!

Al hilo de la plataforma Hermes para trabajar para Netflix y cómo se vendió en prensa, en esta entrada con clickbait expongo mi opinión y hablo de la concepción (errónea) que tiene la gente sobre la traducción, ya sea audiovisual o de otro tipo. Seguro que encuentras algunos de los típicos tópicos que has oído alguna vez. También se recogen las tarifas de Netflix, entre otra información.

Seguimos con las lecturas para traductores (III)

En abril recogimos algunas lecturas más para el traductor, obras útiles para nuestro oficio. Se incluyen libros de consulta sobre falsos amigos y frases hechas, libros para una mejor redacción en español, un estudio sobra la traducción para niños y muchos otros.

 

El universo en una palabra (y cómo traducirlo)

Con una anécdota de la película La llegada (Arrival) empezamos un artículo sobre las palabras intraducibles, pero no nos limitamos a la simple colección de expresiones, sino que tratamos las distintas maneras de abordarlas para traducirlas. Así pues, exploramos las estrategias típicas de traducción como el préstamo, el calco, la transposición y la compensación, entre otros.

 

Errores en traducción editorial y cómo erradicarlos

En mayo llega la entrada más completa del año. ¿Qué errores más frecuentes he observado en los alumnos que he tenido en prácticas y a lo largo de toda mi carrera? En este artículo vemos las distintas categorías de error con ejemplos prácticos y vemos cómo solucionarlos. Ideal para principiantes… y no tanto.

 

Translator Things: un vistazo a la subtitulación y al doblaje profesionales

Un artículo con las dos presentaciones que tuvieron lugar en febrero de este año en la universidad Pompeu Fabra con Begoña Ballester Olmos, de BBO, que habló de doblaje y servidora, sobre subtitulación. Si quieres saber qué temas tratamos, vernos en directo y descubrir mi presentación, aquí lo encontrarás todo.

 

Entrevista a Carlos Fortea sobre el Informe del valor económico de la traducción editorial

En julio Carlos Fortea fue entrevistado en la radio para hablar del Informe del valor económico de la traducción editorial y nos hicimos eco de su entrevista, que transcribimos en su totalidad. Condiciones, tarifas y contratos tipo fueron algunas de las cuestiones que se trataron.

 

5 cosas que un traductor puede hacer en agosto

Agosto suele ser un mes flojillo, pero eso no quiere decir que sea necesariamente menos productivo. En esta entrada hablamos de las cosas que podemos hacer durante este mes y también en los periodos de menos trabajo.

Traducción automática y TAV: poseditar subtítulos

Aprovechando varios encargos de posedición de subtítulos, en este artículo de septiembre se abordan los problemas habituales que nos encontramos al revisar (y a veces retraducir) el texto de un traductor automático. Además, se ilustra con ejemplos reales de estos encargos y se añaden las versiones más correctas.

 

¿Un mundo sin traducción?

En 2016 tuve la oportunidad de hablar sobre la importancia de la traducción en una jornada sobre comunicación social en San Sebastián. En este artículo recojo la presentación en vídeo y en PDF para que descubráis las múltiples facetas de la traducción y su importancia en el día a día.

 

Lecturas para el traductor. Especial principiantes (IV)

La última entrada del año, aprovechando que llegan las fiestas navideñas y los regalos, va sobre tres libros útiles, sobre todo, para los traductores que empiezan su andadura profesional. Los mejores regalos para un traductor e intérprete.

***

¿Qué nos depara 2018? Hablaremos de los trabajos de fin de grado, de los juegos de palabras, seguiremos tratando cuestiones de corrección, abordaremos otros aspectos de la traducción editorial y muchas cosas más. ¿Te gustaría leer sobre algo en particular? Déjalo en comentarios y podemos incluirlo este año.

Como siempre, ¡gracias por leer y feliz entrada de año!

¿Un mundo sin traducción?

30 sábado Sep 2017

Posted by enlalunadebabel in Congresos, Traducción, Traducción audiovisual, traducción literaria, Vida traductoril

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congreso, Día Internacional de la Traducción, Euskarabildua, ponencia, traducción, traductores, Un mundo sin traducción

Los traductores te acompañamos desde que te acuestas con ese libro tan jugoso hasta que te levantas. Estamos contigo en tu día a día: en las etiquetas de tu champú, en los ingredientes que llevan las galletas del desayuno o el manual de instrucciones de esa máquina que solo lees cuando te da problemas. Estamos en la sombra detrás de las series que consumes compulsivamente, los documentales de la 2 y los peliculones de sábado tarde en Antena 3. Estamos ahí aunque no se nos vea.

En días como hoy, 30 de septiembre y Día Internacional de la Traducción, salimos todos a pedir no solo que se nos vea más, sino tener unas mejores condiciones, unas tarifas más dignas y el reconocimiento de nuestro trabajo (y no solo cuando erramos, que nos conocemos).

Sin embargo, con esta pasión por nuestro trabajo, a veces nos dejamos llevar por opiniones encendidas y por un ensalzamiento casi exacerbado de nuestra profesión. Por eso, en noviembre pasado y con motivo de mi invitación al Euskarabildua en San Sebastián, decidí abordar esta cuestión: ¿Es posible un mundo sin traducción?

Aquí tenéis el vídeo de la ponencia (empieza en el minuto 1:00) y la presentación. ¡Espero que os guste y, por supuesto, que paséis un día estupendo!

Os podéis descargar la presentación aquí: Un mundo sin traducción.

***

  • Vídeo en youtube
  • ¿Por qué la traducción importa?
  • Celebrando con citas célebres
  • El último caballero andante de la literatura

Por cierto, por si aún hay algún despistado, sorteamos 3 bolsas traductoriles la mar de majas. Solo hay que seguir este enlace.

Y para acabar de tirar la casa por la ventana, que hoy es un día de fiesta, los cinco primeros que dejen un comentario en esta entrada, se llevan unas pegatinas de las traductoras pin up.

 

 

 

Traducción automática y TAV: poseditar subtítulos

04 lunes Sep 2017

Posted by enlalunadebabel in Subtitulación, Traducción, Traducción audiovisual

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DeepL, Linguee, MT, traducción automática, traducción automática neuronal

Estas semanas ha vuelto a salir el tema en redes de si las máquinas nos van a quitar el trabajo. Es la historia interminable, sí. Al parecer hay dos corrientes de pensamiento entre traductores: los que se niegan en rotundo a pensar que algo así pueda suceder y los que opinan que es una realidad a medio/largo plazo que hay que empezar a asumir. Y por asumir me refiero a que debemos mejorar nuestras habilidades en posedición porque puede que ahí esté parte de nuestro sustento.

Hace unos años, con ese afán juvenil y amor traductoril, me hubiera decantado por la primera, pero ahora me incluyo en el segundo grupo. Avanzo ya que con matices, claro. Se están desarrollando muy buenas herramientas de traducción automática (hay que dejar de pensar únicamente en Google translate y sus meteduras de pata habituales) que pueden ser incluso ventajosas para nosotros, pero no sirven para todo tipo de textos.

La revolución de las redes neuronales artificiales

En twitter hablamos del tema algunos compañeros a raíz de una serie de artículos (me atrevería a decir publicitarios) de DeepL que han aparecido en prensa, como este. Frases como «Los traductores profesionales conservarán sus trabajos durante, al menos, 20 años más» hicieron arquear las cejas a más de uno y no es para menos. Detrás de esta herramienta está la misma empresa que desarrolla Linguee, que supongo que muchos conocéis, con sus luces y sombras.

Estas nuevas herramientas están basadas en redes neuronales, según cuenta Gereon Frahling, director general de DeepL y exempleado de Google: «El servicio, al igual que sucede con otras tecnologías similares, encuentran su motor de crecimiento en el “machine learning” o “aprendizaje automático” basadas en redes neuronales artificiales. Es, pues, una de las revoluciones más recientes y que aplicadas en el campo de la robótica está logrando, junto a los modelos de “deep learning” o “aprendizaje profundo” que la Inteligencia Artificial sea capaz de mejorar rápidamente y “aprender” en función de los supuestos introducidos».

Sin embargo, está por ver que el traductor automático supere la calidad de una traducción humana. Esto dice Frahling: «Esperamos que suceda en unos años, pero no podemos apoyarnos en ninguna base sólida. A veces, ni siquiera el contexto basta: los traductores profesionales traducen según el cliente, el público al que va destinada la traducción, el ámbito de especialidad, el objetivo de la traducción o un producto, el registro deseado, la edad del destinatario, etc. Todos estos son datos que una red neuronal no tiene».

Algunos compañeros que lo han probado en textos periodísticos y generalistas, como Jota o Jordi Balcells, se muestran sorprendidos con la calidad de la traducción, que, en efecto, es mejor que el resultado que ofrece el traductor de Google.

Otros, como Traducción jurídica siguen recelando dada la sinonimia y tecnicidad de los textos jurídicos, como mostraban en esta imagen: 

Quise probar con un texto literario y el resultado era de esperar. Como bien dijo Jordi, estas máquinas no están pensadas para la ficción escrita y menos todavía para la audiovisual. Juzgad vosotros mismos:

Y observad la poca diferencia con Google Translate en este caso:

Como vemos, ni tiene el formato de diálogo adecuado ni el contenido acaba de fluir, por decirlo suavemente.

La posedición en TAV

Acabamos de comentar que este tipo de programas no acaban de funcionar bien con ficción y, sin embargo, precisamente esta semana me ha tocado participar en una especie de experimento para un cliente para ver si se puede aplicar la posedición en subtitulación. Para eso, el traductor debía controlar el tiempo con una aplicación como Toggl en dos etapas distintas: la primera, la traducción de un capítulo de una hora de una serie; la segunda, la posedición de la traducción automática de otro capítulo de la misma serie y con la misma duración. En ningún momento se nos ha dicho qué programa o herramienta han usado para traducir automáticamente el texto. Sí nos avisaron que podía haber discrepancias con el tiempo de entrada y salida de los subtítulos y con la segmentación. ¡Y vaya si las había!

En cualquier caso, la consigna era —en posedición— que tratáramos de tocar lo mínimo necesario y evitáramos retraducir siempre que se pudiera. ¿Se consiguió? Solo en parte. He querido recopilar aquí los resultados de esta tarea y algunos ejemplos de lo más llamativo.

Empecemos con los números y la ortotipografía. Por ejemplo, en la traducción automática se dan bastantes errores en medidas y cantidades. En un subtítulo en el que un personaje hablaba de cavar un agujero 5 feet deep, era de 5 metros en la traducción y no de metro y medio. Y en cuanto a ortotipografía, algo parecido: la traducción automática copiaba directamente el formato. En todos los casos de precios, la TA conservaba el orden anglosajón: $80 y no 80$ (no le he puesto el espacio entre número y símbolo porque no suele usarse en subtitulación: se perdería un espacio precioso).

Otros fallos recurrentes se observan en el tratamiento «tú» y «usted», que se pierde completamente, al igual que en número. Sin tener en cuenta la imagen, ese you puede ser tú o vosotros, usted o ustedes. Como sabéis, la imagen manda en TAV y es imprescindible fijarse en la imagen.

Un dato curioso más —que ignoro a qué es debido— es que muchos nombres propios, sobre todo topónimos, se escriben en minúscula. Por ejemplo, sucedía con la ciudad de Boulder, que pasaba a boulder en varios subtítulos. Afortunadamente no lo tradujo como «roca» o «peñasco» en ningún caso. Tampoco me hubiera extrañado.

Ya que hablamos de nombres propios, a veces se traducen literalmente. Barb aparece traducido como «diente» y «barbilla» en varias ocasiones. Un personaje llamado Salty pasaba a ser «salado» en tantas otras.

Al contrario de lo que se pueda pensar, sí se cometen errores ortográficos; por ejemplo, escribe aún así cuando debe ser «aun así» No distingue entre como y cómo y, curiosamente, no tildó casi ningún pronombre interrogativo. Y también lo observé en algunos pronombres personales: He loves me. ☛ El me ama.

También se observó arbitrariedad en los signos ortográficos: a veces usaba correctamente los dos y en otras, desaparecía el de apertura.

Por último, también bailaron algunas preposiciones: I want to see Albert. ☛ Quiero ver Albert. ☛ Quiero ver a Albert.

Sección especial merecen algunas frases y expresiones que sufrieron cambios bastante significativos. Veámoslas:

Original Traducción automática Traducción propuesta
Are we done? Casa patas arriba. ¿Hemos acabado?
As if I didn’t feed you. Como si no te metiera Como si no os hubiera dado de comer.
Don’t see him much anymore No lo veo mucho más. Ya no lo veo tanto.
Don’t you dare tell another soul No te atrevas a otra alma No te atrevas a decir ni mu / a abrir la boca / Como le digas a alguien…
He’s good. Es bueno. Está bien.
No. No hay. No.
Power-hungry husband Marido traga-energía Ávido de poder
Should there be? ¿Si se realiza? ¿Debería?
So help me if… Entonces ayúdame Juro que…
There’s a Little buzz going up here… Hay un ligero zumbido por ahí arriba… Se rumorea / Hay ciertos rumores…
This is just so incredibly effed up Esto está tan fuera lastimado La cosa está muy jodida
…trying to ask me… …tratando de invitarme… …quería pedirme…
What’s the hurry? ¿No puedo controlar mis deseos? ¿Qué prisa tienes?

Ahora os preguntaréis si hace algo bien. ¿Qué se traduce correctamente? Pues sobre todo las frases más sencillas sin juegos de palabras:

And I… I said I wasn’t sure. Y yo… dije que no estaba segura.
Don’t you want a life like mine? ¿No quieres una vida como la mía?
Go sit. Where’d your mom go? Ve a sentarte. ¿Dónde ha ido tu madre?
I changed my mind. I’m sorry. Cambié de opinión. Lo siento.
I have told you all this. Ya te he contado todo esto.
It’s about Marge. I need you to talk to her. Se trata de Marge.

Necesito que hables con ella.

It’s cold. Hace frío.
Just hold tight. Aguanta.
Listen to me. Escúchame.
They’re cowards. You know that. Son cobardes. Tú lo sabes.
This isn’t North Korea. Esto no es Corea del Norte.

Con las frases subordinadas se pierde un poco más:

I didn’t hear Lee say

he thought it was preposterous.

Lee no oí decir que le pareciera

absurdo.

Pero a veces sorprende con algún referente que otro:

You’d better hide the Drano, Bill,

‘cause I might drink it.

Ya puedes esconder la lejía, Bill,

‘ porque puede que me la beba.

En total, un capítulo anterior de la misma duración —1 hora, recordemos— se tradujo partiendo de cero en 9 horas 43 minutos, incluyendo las diversas revisiones que requiere este cliente. La posedición supuso 7 horas 6 minutos. Nos hemos ahorrado alrededor de 2 horas 30 minutos. ¿Vale la pena? Pues por dos horas yo creo que no, sinceramente (el cliente, ya no sé).  Hay que estar mucho más pendiente que si fuera una revisión normal. Piden que no se toque en exceso y que se evite retraducir, pero muchas veces no queda otra.

En general, sí me parece que hay que ser algo recelosos con el desarrollo y perfeccionamiento de estos programas, pero de momento no debe quitarnos el sueño. Por lo que sí deberíamos luchar ahora es por unas tarifas de posedición dignas (repetimos: no son simples revisiones) y pensar que nada es la panacea.

De algún modo pienso que un sistema de TA es como un(a) Roomba. No puedes encenderla sin más y esperar que te lo deje todo completamente limpio. Primero debes procurar que no haya nada que obstaculice su paso, recoger un poco y luego seguramente veas que ha quedado un rinconcito por aspirar. ¿Que por qué os hablo de esto? Pues porque para que un sistema de traducción automática funcione realmente bien tiene que haber un buen trabajo previo en el texto: hay que escribir para la máquina, de algún modo, y se debe comprobar que el texto esté bien escrito, que no haya errores, etc. Me pregunto si añadiendo todo esto en la ecuación (primera revisión completa del texto + traducción automática + posedición) nos ahorramos tiempo realmente, pero eso ya es otro debate.

Para resumir un poco todo esto, me quedo con las palabras de Ben Screen en este artículo: «Today, machine translation can create rough drafts of relatively simple language, and research shows that correcting this draft is usually more efficient than translation from scratch by a human. But machines do not now – and it is questionable whether they ever will be able to – replace a translator’s brain. No matter how complex the code behind it, an automated system would struggle to get the same sense of the words».

Y a vosotros, ¿qué os parece todo esto?

***

Algunos artículos más para reflexionar:

  • ¿Es Google Translator el Aníbal Lecter de los traductores? por Xosé Castro
  • ¿Es la traducción automática una amenaza para el traductor profesional? por Enrique Torrejón.
  • Poseditores: ¿Por qué la traducción automática en crudo necesita posedición? En Pangeanic.

Translator Things: un vistazo a la subtitulación y al doblaje profesionales

12 lunes Jun 2017

Posted by enlalunadebabel in Congresos, Doblaje, Subtitulación, Traducción audiovisual

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BBO Subtitulado, doblaje, subtitulación, TAV, traducción audiovisual, traducir profesionalmente, Translator Things

Estaba nublado y soplaba un viento desagradable, un viento que me recordaba que la primavera aún estaba lejos. Me dirigí al sótano del Campus y entendí que no era la única en haber recibido aquella extraña llamada. La puerta estaba entreabierta y, encima de una mesa que había en la entrada, observé unos pequeños folletos con una inscripción en código binario que interpreté como AETI. No cogí ninguno porque me dio miedo alterar el espacio-tiempo, así que avancé dos pasos para dejarlos atrás. Respiré hondo. Nadie estaba aguantando el portón, pero permanecía abierto por una extraña fuerza. “¿Qué es lo que me ATRAE?”, me pregunté. Conté hasta diez, di un paso más largo que los anteriores y, de pronto, estaba allí. Aterrorizada, me di cuenta de algo verdaderamente insólito. Unos centímetros más abajo de los rostros de todos los humanos que allí se encontraban, aparecían una especie de caracteres en apariencia indescifrables. Entonces lo comprendí: ¡estaban subtitulados!

Así empieza la original reseña de Anna Varela Griñena para la AETI de la conferencia sobre traducción audiovisual organizada por Guillermo Parra en la Universitat Pompeu Fabra. Guillermo, profesor y subtitulador profesional, invitó a Begoña Ballester-Olmos (de BBO Subtitulado) y a servidora para que habláramos de los entresijos (y tejemanejes) de la subtitulación y el doblaje.

Tuvimos la suerte de que la conferencia, que tuvo lugar el 28 de febrero de 2017, pudiera grabarse, así que aquí la tenéis para todos aquellos que os la perdisteis. Además, disfrutamos de la participación estelar de Quico Rovira-Beleta, traductor de Star Wars, entre muchísimos otros, y Paula Mariani, profesora de traducción, expresidenta de ATRAE, vocal de DAMA y traductora de Modern Family, también entre muchos otros.

El objetivo era dar una pincelada a los aspectos profesionales de ambas modalidades de traducción audiovisual. En el caso de la subtitulación, ¿cómo se trabaja? ¿Qué se cobra? ¿Dónde están los clientes? En el caso del doblaje, Begoña nos contó de qué tipos de materiales dispone, nos enseñó algunos fragmentos de películas traducidas en su empresa y nos habló de algunas dificultades específicas. Todo la mar de instructivo (y no lo digo porque yo participara, ¿eh?).

También hubo un buen coloquio posterior a raíz de las preguntas de los asistentes. No os perdáis tampoco esta parte. Aquí os la dejo:

 

Por si queréis echarle un vistazo a mi presentación, os la dejo también mediante enlace para que podáis ir siguiendo mi intervención o, simplemente, la tengáis de referencia.

INICIARSE Y AHONDAR EN TAV

No quiero terminar sin dejar algunos consejos y recursos para traducción audiovisual. Sois muchos los que preguntáis cómo iniciarse y moverse en este mundillo, así que aquí van algunos enlaces útiles.

Másteres y cursos especializados en TAV

  • Máster en Traducción Audiovisual de ISTRAD.
  • Máster en Traducción Audiovisual (Metav) en la UAB.
  • El curso de subtitulado de Eugenia Arrés para AulaSIC.

Libros interesantes

  • Traducción para el doblaje y la subtitulación, Miguel Duro Moreno (ed.). Cátedra, 2001.
  • La traducción audiovisual: el subtitulado, Jorge Díaz Cintas. Almar, 2002.
  • El doblaje, Alejandro Ávila. Cátedra, 2005.
  • Introducción a la traducción audiovisual, Juan José Martínez Sierra. Universidad de Murcia, 2012.
  • Audiovisual Translation: Dubbing. Volume 1, Frederic Chaume. Routledge, 2012.
  • Audiovisual Translation: Subtitling. Volume 2,Jorge Díaz-Cintas y Aline Remael. Routledge, 2007.
  • Revista académica MonTI. El último volumen contiene artículos de Patrick Zabalbeascoa y… muy interesantes.

Artículos

  • Traducir películas de animación, en este blog.
  • Diez trucos de un buen traductor audiovisual, en este mismo blog (y, en general, buscando las etiquetas en el blog: TAV, doblaje, sutbitulación, audiovisual, etc.)
  • ¿Se puede vivir (bien) de la traducción audiovisual?, de Rafael López y, de hecho, todo su blog. No os perdáis los artículos en los que analiza los distintos programas de subtitulación.
  • ¿Cómo se subtitula profesionalmente?, de Eugenia Arrés. Y su segunda parte.
  • La traducción del humor en textos audiovisuales de Patrick Zabalbeascoa.

Varios

  • El canal The Translation Show de Rafael López y Damián Santilli. ¡Imperdible!
  • Grupo Traducción audiovisual (TRAG) en facebook.
  • La página de eldoblaje.com para consultar quién traduce qué o tener información sobre cursos varios.

Además de todos los profesionales mencionados en este artículo, también recomiendo seguir a aquellos especialistas en TAV que comparten sus vivencias y experiencias laborales (dificultades, gestión de trabajo, juegos de palabras, etc.) y de los que siempre se puede aprender: Javier Pérez, Alberto Fernández, Herminia Páez, Álvaro Méndez, Sara Hernández, Fernando Castillo, Ale Durán, Marta Baonza y tantos otros que sería imposible recopilar en una sola entrada.

Y ya para terminar, un breve apunte: acordémonos más de las buenas soluciones en traducción (audiovisual o no). Tendemos a criticar traducciones por las redes, pero tampoco cuesta nada elogiar aquellas soluciones que nos llamen la atención por lo creativas e ingeniosas que son, ¿verdad?

¡Hasta la próxima!

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Traducir para Netflix es fácil: ¡pregúntame cómo!

23 jueves Mar 2017

Posted by enlalunadebabel in Cuestiones laborales, Doblaje, Medios de comunicación, Subtitulación, Traducción, Traducción audiovisual

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Netflix, plataforma Hermes, subtitlegate, subtitulación, traducir para Netflix

Si no habéis leído u oído hablar sobre la prueba para trabajar para Netflix, no sé dónde habéis estado todos estos días. Dicen que hay traductores que hasta tienen pesadillas con el número Hermes.

Sin embargo, sucede que, a pesar de lo bueno de la iniciativa, la forma con que se ha abordado esta prueba —sobre todo en los medios— deja bastante que desear. Parece que trabajar para Netflix y, en definitiva, traducir sea lo más fácil del mundo, que baste con tener nociones de inglés. Para muestra, este botón:

Imagino que cuando la empresa tuvo esta idea sabía lo que se le venía encima, ¿no? O eso espero, porque la avalancha de solicitudes los va a dejar sepultados… si no los ha sepultado ya. Para empezar, me parece bien que sea una oferta abierta a todo el público, que quieran dar la oportunidad a cuantos más profesionales posibles, mejor. Yo misma trabajo ya para Netflix, pero a través de intermediarias, con lo que, de conseguir el trabajo, me ahorraría ese paso y seguramente cobraría más (estas son sus tarifas directas) y ganaría también con un trato más directo. Y hablo con conocimiento de causa, tras diez años trabajando para estas empresas intermediarias (Deluxe, Technicolor) con unas tarifas más bajas que trabajando con la productora directamente. Para más información sobre condiciones laborales y tarifas, podéis echarle un vistazo a esta presentación.

También hay muchos traductores profesionales que prueban suerte ahora para iniciarse en otra especialidad, ¡fantástico! Pero ¿todos los que soliciten el trabajo y realicen la prueba serán profesionales? Y aquí vale la pena detenerse un momento a hablar de intrusismo. Para empezar, os diré que, para mí, un intruso no es ni un estudiante de TeI que aún no se ha graduado ni un filólogo, por poner un par de ejemplos. Al fin y al cabo, la carrera de Traducción e Interpretación es relativamente nueva. Hay grandes profesionales que han acabado como traductores por casualidad y no porque lo hubieran estudiado. Sin embargo, trabajan bien, han hecho algún curso que otro, conocen las tarifas y no van a reventar mercado.

Para mí, el intruso es aquel que pertenece a un ámbito completamente distinto y que escudándose en que sabe inglés, se ofrece a traducir por dos duros y sin facturar, así, a lo loco. Como si fuera un pasatiempo. Y no: traducir es una profesión, no un hobby. De nuevo, no lo digo por decir: hace un tiempo, me escribió un graduado de económicas que se ofrecía a traducir (sin facturar porque tampoco era autónomo) textos técnicos por 0,03 porque tenía un buen nivel de inglés (First Certificate) y solía traducir de forma amateur. Bravo.

La prueba de marras

A lo que iba, ¿que qué me parece la idea de una prueba de este tipo? Me parece bien que ofrezcan una forma sencilla de demostrar lo que sabes hacer. Tampoco me importa que no sea remunerada; hablo por mí, repito, pero dedicarle una hora de mi tiempo no me saca de pobre y si luego consigo el trabajo, pues mejor, además de que el resultado de ese trabajo no lo van a poder aprovechar más que para evaluar al candidato. Aun así, reconozco que debería haber algún paso previo más, que pidieran alguna referencia o prueba fehaciente de que se es traductor.

Según defiende la empresa, el principal objetivo de esta nueva plataforma es localizar e identificar a buenos traductores para su contenido. Si el candidato obtiene 80 puntos sobre 100, contemplarán su candidatura para formar parte de su plantilla de traductores. También comentan que la herramienta ha sido creada con la ayuda de expertos en lingüística que han tenido en cuenta muchos factores.

Las primeras pruebas se centran más en la fraseología tanto en inglés como en la lengua a la que vayas a traducir. Si bien me parece un buen punto en el que centrarse —se dan muchos errores por no detectar una expresión o frase hecha—, esta primera parte puede hacerse consultando rápidamente cualquier página web, con lo que no le acabo de ver el qué. Hay otra parte en la que el candidato debe aguzar el oído y detectar los problemas en varios subtítulos, sección que me parece bastante más interesante porque hay que saber de subtitulado. En la última parte de la prueba, el candidato debe traducir dos clips con textos que, si bien no son dificilísimos, sí tienen alguna particularidad, como referencias culturales o juegos de palabras (me permitiréis que no dé detalles, por motivos obvios).

Entonces, ¿dónde está el problema?

Dejando a un lado que se presente quien quiera, al fin y al cabo están en su derecho y no seré yo quien les pregunte si se ven capacitados (eso debería preguntárselo cada uno y responderlo también con toda sinceridad), entiendo que traducir películas y series tiene un atractivo innegable y es un trabajo agradecido. Es normal que le salgan tantas novias.

El problema, para mí, es que se subestime y desprestigie nuestro trabajo. Así de simple y, sí, soy consciente de que con este artículo estoy abriendo un buen melón. No hace falta ir muy lejos para ver todo lo que genera un anuncio de este tipo, la esencia misma de Internet: hablar de lo que se desconoce sin ningún pudor y criticar a diestro y siniestro el trabajo de los demás.

Me refiero a las opiniones que veréis a continuación. Aprovecho para decir que me centro en lo que se dice (que muchas veces es opinión generalizada) y no en quién. No aporto estos pantallazos para hacer escarnio de nadie, por eso no aparece ningún nombre.

  1. No, no traducimos con Google translate. Un traductor profesional no lo usa como herramienta de trabajo habitual; revisar una traducción automática es un trabajo distinto, recibe otro nombre y, en cualquier caso, no es lo que hace un traductor audiovisual. ¿Puede haber algún error? Pues es posible, igual que aparecen las erratas en los libros, a pesar de que haya habido una revisión posterior. Porque sí, se revisa. Últimamente he revisado mucho para Netflix. ¿Que se nos escapa algo? Pues puede ocurrir, como ese VÍ con tilde, ¿no?

2. No vamos todos en el mismo saco ni es tan fiero el león como lo pintan. Esto me ha desalineado los chakras y eso que ayer fui a yoga: «Pues voy a pedir trabajo, que todos los traductores son malísimos y yo lo voy a hacer mucho mejor». Oye, pues a lo mejor esta prueba descubrirá grandes talentos ocultos, ¡ojalá! También estaría bien que las quejas se hicieran con conocimiento de causa y llegaran al departamento que tengan que llegar para que al final se valore el trabajo bien hecho y, con eso, la labor del traductor y lo importante de una buena remuneración.

3. No basta con conocer el idioma extranjero y ya. Hay que saber expresarse bien en el materno también y sin faltas de ortografía.

En serio, no es la cantidad: hablamos de calidad. 

4. El debate de siempre. Siempre que se habla de traducción audiovisual, se acaba llegando a la supuesta guerra entre doblaje y subtitulación… y lo malos que somos por doblar cosas. Es como un reductio ad Hitlerum (reducción a Hitler, falacia ad hominem) aplicado a la TAV.

Hay tanto que analizar aquí. Para empezar, porque me ha dejado patitiesa: los traductores no metemos las risas enlatadas. De nada. Y, por favor, pensemos que el doblaje y la subtitulación dan como resultado productos distintos, cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes.

Por suerte, ahora es mucho más fácil ver una película o una serie de la forma que queramos, gracias a la televisión a la carta y todas las plataformas. Ah, y relacionado con esto último, una cosita más: las pelis y series no están pensadas para que aprendamos idiomas. ¿Que verlo todo en original ayuda? Claro, pero seguro que ni el guionista ni el director tienen en mente a los estudiantes del idioma X para hacer su serie, película, etc. No mezclemos conceptos.

5. Traducir es una profesión, no una afición. Lo repetiré las veces que haga falta. Llamadme cansina si queréis.

Si fuera una afición, no llevaría varios proyectos a la vez tratando de llegar a fin de mes; compaginar una novela que me lleva tres meses de trabajo y los episodios de una serie que deben traducirse en fin de semana para su estreno en jueves (y que me suponen 90 euros por dedicarles día y medio). Que no, que yo me lo tomo muy en serio porque es mi trabajo y no entiendo que se trate con tanta ligereza.

En definitiva, Netflix: bien por la plataforma, pero espero que valoréis el trabajo de un buen traductor. Y en cuanto a los demás comentarios, sé que es una batalla perdida, pero si poco a poco nos vamos dando cuenta de que traducir no es tan fácil, que no, no puede hacerlo todo el mundo y que no es un pasatiempo para ganarse dos perras, acabaremos disfrutando mucho más del entretenimiento, sea doblado o subtitulado.

Y por mi parte, nada más. No me preguntéis cómo traducir para Netflix, solo quería probar esto del clickbait como los artículos que se llevan ahora, a ver qué tal se me da. Ahora en serio, yo lo dejo aquí, pero ardo en deseos de leer vuestros comentarios. ¡Hasta la próxima!

Diez trucos típicos de un buen traductor audiovisual

18 miércoles Ene 2017

Posted by enlalunadebabel in Aprendizaje, Cine, Congresos, Cuestiones laborales, Doblaje, Documentación, Productividad, Subtitulación, Traducción, Traducción audiovisual

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calcos, calcos en doblaje, Congreso SELM, consejos de traducción, dubbese, emprender, Patrick Zabalbeascoa, productividad en traducción, subtitulación, TAV, traductor audiovisual, traductor autónomo, traductor principiante, translator, trucos de traducción, Xosé Castro

Ni uno, ni dos, ni tres. Diez son los trucos que Xosé Castro compartió con los asistentes al Congreso SELM en la ponencia de clausura de esta edición. Como me parecieron la mar de útiles, le pedí si podía reproducirlos en el blog con algunos comentarios marca de la casa… y aquí los tenéis.

Si os interesa la traducción audiovisual y queréis ser aún más profesionales, ¡seguid leyendo!

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1. DE CABO A RABO

Es imprescindible revisar el archivo y cerciorarse de que el material corresponde con el proyecto que nos han asignado. Un consejo que nos da Xosé Castro es comprobar que estén los créditos, porque será señal de que la película, episodio o documental está entero. Con el guion debemos hacer tres cuartos de lo mismo.

Aceptar el proyecto sin realizar estas comprobaciones y darse cuenta después de que la película no se corresponde con el guion o no está entera no solo nos hace quedar poco serios como traductores, sino que nos retrasará enormemente. Aunque no vayamos a traducir al momento, procuremos tener el material correcto y en condiciones.

Y esto es aplicable a muchas otras ramas de la traducción. Pienso, por ejemplo, en los proyectos en Excel. Fíjate bien en todo lo que hay que traducir, no solo de la primera hoja, sino de las otras que pueda haber con texto. Y digo Excel porque a mí me han pasado trabajo audiovisual en este formato para películas y series.

2. PROCESO DE PRODUCCIÓN EFICIENTE

Es importante conocer bien el teclado que usamos y estar familiarizados con los atajos de teclado. Como ha dicho Castro en alguna ocasión: «Cada vez que usas un ratón, muere un gatito».

Aquí van algunos enlaces:

  • Atajos de teclado para traductores: http://algomasquetraducir.com/atajos-de-teclado-para-traductores/
  • Atajos de teclado en Mac (para traductores y no traductores): http://dgimirizaldu.blogspot.com.es/2013/04/atajos-de-teclado-en-mac-para.html
  • Los atajos de teclado: https://traduciresdescubrir.wordpress.com/2012/02/11/los-atajos-del-teclado/
  • Los atajos de teclado más importantes (también en herramientas varias): http://www.henter.co/los-atajos-teclado-mas-importantes-traductores/

En cuanto al proyecto en sí, también seremos más eficientes si vemos todo el vídeo antes y repasamos el guion. De esta manera sabremos qué esperar antes de traducir: ¿observamos alguna dificultad? ¿Debemos documentarnos sobre algún tema en concreto? Como sabemos que para que una traducción funcione debe causar el mismo efecto en el espectador meta, hay que conocer bien el proyecto en sí y detectar las dudas que luego nos permitan agilizar el trabajo.

Está claro: si prevemos lo problemático antes de empezar, podemos tratar de solventarlo antes de ponernos manos a la obra. Una vez más, algo que nos puede servir en otras ramas. En literaria, por ejemplo, hojear el libro y leer algunos capítulos antes (o el volumen entero) nos ayudará a ver no solo de qué trata y ponernos en contexto, sino también a fijarnos en cuestiones problemáticas (diferencias de tratamiento, argot, vocabulario especializado, etc.).

3. DOMINIO DE LA HERRAMIENTA

Es importante conocer la herramienta de trabajo que vamos a usar. Por ejemplo, en mi caso uso un programa de subtitulación propio del cliente. Antes de empezar, imprimí y encuaderné los manuales. Los tengo siempre a mano para consultar fácilmente los atajos o si se dan problemas técnicos.

Si trabajamos con Word (guion en pdf y película por separado), no está de más crearnos una macro que pueda acelerar las tareas rutinarias de modificaciones y formato; combinar varios comandos (por ejemplo, para insertar una tabla con un tamaño y bordes específicos, y con un número determinado de filas y columnas); hacer que una opción de un cuadro de diálogo sea más accesible o bien automatizar series de tareas complejas.

He aquí un ejemplo de macro para Word, https://www.youtube.com/watch?v=HI-T1gDy3Q4, aunque podemos encontrar muchos más tutoriales.

Y como no solo de macros vive el hombre, conozcamos también los diferentes formatos de archivo en que puede estar nuestro proyecto y qué conversores podemos usar. Por ejemplo, aquí va uno que convierte a otros formatos de archivo sin instalar programas:  http://computerhoy.com/paso-a-paso/internet/convertir-otros-formatos-archivo-instalar-programas-17507.

4. DUDA Y PREGUNTA (MUCHO)

Parece ser que, en ocasiones, cuanto más novato se es, menos se pregunta por miedo a parecer inexperto. Para empezar hay que tener en cuenta algo esencial: debemos saber hasta dónde llegan nuestras limitaciones. ¿Podemos encargarnos de este proyecto? ¿Nos va grande? Si es la primera vez que trabajamos para un cliente, quizá conviene que les pidamos qué convenciones utiliza y cómo quiere que le entreguemos el guion. Tal vez podemos pedir incluso uno de muestra.

Si aparece alguna dificultad, hay que preguntarlo antes y durante, no al entregar. Enviar al cliente una lista de problemas el día de la entrega le servirá de muy poco si necesita el texto ya para adaptar, locutar o lo que sea. Otra cosa distinta son los informes en los que documentas posibles cuestiones de traducción. Yo lo hago al entregar una novela, por ejemplo, por si eso pudiera ayudar al corrector.

Si nos aparece algo técnico o muy especializado, busquemos algún experto que pueda revisar nuestro texto o asesorarnos de algún modo. Me pasó con una serie en la que se hablaba de baloncesto, de lo que no tengo ni idea, pero me salvó el pellejo una conocida, que es entrenadora y gran conocedora del mundo del baloncesto en los Estados Unidos. Me revisó el texto y me comentó qué soluciones eran más naturales teniendo en cuenta el contexto. En definitiva, lo que decimos siempre: no tienes por qué saberlo todo, pero sí dónde buscarlo y a quién acudir.

5. LA IMAGEN ES LA BIBLIA

Hacer caso omiso de la imagen es uno de los errores clásicos en los fansubs, los subtítulos de aficionados, que suelen fiarse a pie juntillas de la versión en inglés sin apenas mirar la pantalla. Pero la imagen va a misa. Por eso, hay que cerciorarse de que el guion coincida y sea correcto, porque lo que predomina es lo que se ve y se escucha.

Por ejemplo, you no siempre es «tú», apunta Castro, también puede ser «vosotros», «usted» y «ustedes». Es cierto que muchas veces en inglés se marca la pluralidad con un you two, pero no siempre. Y en cuanto al tratamiento de usted, hay que prestar especial atención a todo: guion, imagen y, sobre todo, contexto.

También hay que andarse con ojo con los deícticos que nos marcan lugares y objetos, para traducir al género y número que proceda o adaptarlos del modo más conveniente. Y ojito con el vocabulario que puede parecer simple en primera instancia, como shrimp, apunta Castro, que no solo puede referirse a una gamba, sino que también puede ser un camarón o un langostino. Imagina la importancia de traducirlo bien en un programa de cocina.

No nos olvidamos de los ad libs (conversaciones de fondo), que habrá que traducir también, aunque nos parezca que se entiende todo.

Y si tenemos un elemento paralingüístico en pantalla, más motivo aún para dar importancia a la imagen. Pienso en el «Don’t be a…» de Pulp Fiction, del que ya hablé en este artículo sobre adaptaciones de cine.

En este caso, como comenta Patrick Zabalbeascoa en su artículo La traducción del humor en textos audiovisuales, se da un chiste paralingüístico, que depende de una combinación de elementos verbales y no verbales. Es decir, lo que se diga va a estar supeditado a lo que se vea (un gesto, una caída, una aparición, el sonido de un disparo etc.).

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En este momento de la película, Vincent Vega, personaje interpretado por John Travolta, le pide a Mia Wallace, Thurman, que lo lleve a otro restaurante para cenar, a lo que ella le responde «You can get a steak here, Daddio. Don’t be a…» y dibuja en el aire un rectángulo (aunque más bien debería ser un cuadrado porque la expresión en inglés es don’t be square).

Explica Zabalbeascoa que el sentido en inglés de «no seas antiguo» dista mucho de una traducción literal de «no seas» y luego ver el cuadrado en la pantalla, que encima va reforzado por unas líneas de puntos. Una solución puramente verbal, dice, «sería buscar una expresión en castellano que acabara con “cuadrado” y encajara en el contexto (tipo “no seas un cabeza… cuadrada” o quizás “no seas tan… cuadrado”, aunque las dos son mejorables).

Y como esto seguro que se os ocurren muchos ejemplos más. Ahora mismo pienso también en un gag del primer episodio de Modern Family en el que tras comentar el personaje Phil (Ty Burrell) el bonito vestido que lleva Gloria (Sofía Vergara), ella pronuncia su nombre de tal manera que parece que le diga feel, «tócalo», que es lo que hace él para asombro de los allí presentes. Chiste, pronunciación y gesto en pantalla: una combinación explosiva.

6. NO LO HE OÍDO, NO LO CONOZCO, NADIE LO USA

Que no lo hayamos oído no significa que no se diga y no se use en muchas otras partes. Cuidado con la influencia de zona geográfica al traducir y procuremos no caer en laísmos o en localismos que luego sean difíciles de entender.

Castro usó el ejemplo de alguien que en una película, si no recuerdo mal, pedía su hamburguesa «con todos sus avíos». Al parecer, eso significa el conjunto de extras: mayonesa, ketchup, etc. en algunas zonas del país. En esta receta aparece, por ejemplo, pero ¿se entendería en otros lares?

7. DOCUMENTACIÓN

Con el fácil y rápido alcance a las fuentes de información que tenemos gracias a Internet, a veces pensamos que con eso basta. Hay mucho mundo fuera de las redes. No vayamos a lo de siempre (Wikipedia, Wordreference, IATE), busquemos recursos offline e incluso orales. Es mejor recurrir a un experto en una materia determinada que fiarse de un glosario de Internet cuyas fuentes desconocemos.

Y si buscamos en las redes, acudamos a foros especializados antes que a uno de traductores. Los miembros de esos foros sabrán asesorarnos mejor porque son especialistas en el tema y seguramente se alegrarán de que les consultemos. Castro comentó en su ponencia que suelen agradecer las consultas porque lo interpretan como un interés hacia su trabajo. Doy fe. Tengo amigos mecánicos e ingenieros que se echan las manos a la cabeza cuando oyen alguna «burrada» en un doblaje o en unas voces superpuestas: «¿Que tiene 130 “hache pe”? Eso viene de horse power. Tendría que haber dicho «130 caballos»». Verídico.

Y sin desmerecer las bibliotecas, no olvidemos los libros en Google Libros o Google Académico, con textos de mayor fiabilidad que cualquier recurso sacado de un blog.

8. EVITA EL ESPAÑOL DE DOBLAJE

Lo malo es que está tan arraigado que oímos estas expresiones del dubbese y nos quedamos tan anchos. Para empezar, cuidado con los posesivos para las partes del cuerpo. Si uno le tiende la mano al otro para salvarle la vida, diremos «¡Agárrame la mano!» o incluso «¡Agárrate!» porque en pantalla se verá todo seguramente, pero no «Agárrame mi mano» porque ya queda claro, es redundante y es un calco del inglés. Sí, sé que hay que tener en cuenta la sincronía labial en doblaje, pero en algunos casos no cuela.

Hablando de calcos, ojo también con vocablos calcados y falsos amigos, algo que, evidentemente, hay que tener en cuenta en toda traducción. ¿Errores típicos? El detective cuando hablamos de un agente de la policía, que no es «detective» sino «inspector». O el caso de «alcaide» para warden que aquí es el director de la cárcel. Y por supuesto no es ningún nombre propio: «Soy Warden Grant, el responsable de la prisión» quedó para la posteridad en una película.

¿Y qué decir de los tacos? Como ya sabéis, en este blog he hablado bastante del tema y no me canso de repetirlo: el español es muy fértil en cuanto a tacos y expresiones soeces, ¡aprovechémoslo!

Evitemos este tipo de traducciones:

banshee-1x10-but-u-seem-so-god-damn-it-excited-emocionado-y-jodidamnt-2x1-oiga
banshee-1x10-what-the-fuck-of-stupid-question-is-that-ej-pa-diapo-d-q-se-abusa-de-puta
banshee-3x08-kick-your-ass
banshee-3x09-jesuschrist-jesucristo-lo-tipico-cuando-te-peleas-y-en-la-sig-frase-dice-fucking-joder

9. SÉ UN JEDI DE LA FRASEOLOGÍA

Traducir bien tiene mucho que ver con el conocimiento de la lengua meta, e incluso más, ya que nuestra traducción tiene que parecer como si se hubiera escrito originariamente en castellano. Para esto no hay nada mejor que leer mucho, fijarse bien en las colocaciones y tratar de fijar bien el vocabulario.

Desconfiemos de lo que no tenga sentido en español y traduzcamos con la expresión adecuada. Frases verídicas como «Le habían robado el trueno» o «Le había cortado el corazón» no se entienden mucho, ¿verdad? Pero, ay, si acudimos al original en inglés, vemos que el texto original sí se entiende: Finding his thunder stolen es «adelantarse a uno, robarle a uno una idea» y To cut at his heart es «herir en lo más vivo».

Y ya que hablamos de vocabulario, adaptémoslo bien según la época de la película o serie en cuestión. Una persona del siglo XVI no va a hablar como una del XXI. Oímos mucho «bizarro» o «evento» (sí, influencia del inglés), pero por mucho que se usen ahora, no podemos usarlos en un texto más antiguo, por ejemplo.

No tengamos miedo a los diminutivos o aumentativos. Por influencia del inglés, muchas veces se traduce literalmente un little o un big, pero en nuestro idioma tenemos una forma muy natural de traducirlos con los diminutivos y los aumentativos, que —según comentó Castro— apenas se oyen en los doblajes. Por ejemplo, en una frase del tipo I have a little problem, ¿por qué no decir «tengo un problemilla»?

10. SÉ MEMORABLE

Que se acuerden de nosotros. Eso se consigue de muchas formas: facilitando las cosas, siendo comunicativos y sinceros, dando seguridad («No te preocupes, yo me ocupo»). Se acordarán de nosotros si les consultamos dudas, si les facilitamos el trabajo («Mira, voy un poco liado, pero te hago un hueco ahora mismo») y porque vamos mucho más allá de entregar un texto de calidad. Podemos suplir siempre la falta de experiencia ofreciendo profesionalidad.

Demostramos esta profesionalidad, como veíamos antes, cuando aceptamos el proyecto solo si es un tema que dominamos o sabemos que podemos pedir el comodín de la revisión a otro profesional. También demostramos ser buenos profesionales si no lo aceptamos, pero le buscamos a un compañero que pueda encargarse del proyecto. En definitiva: hagámosle la vida fácil al cliente, solucionémosle los problemas (siempre que se pueda, claro).

Aunque la receta del éxito en traducción no existe, me parece que estos consejos son unos buenos apuntes para empezar, ¿no os parece? ¡Nos leemos en la próxima!

*Y por supuesto, gracias, Xosé, por darme carta blanca para hablar de tu charla.

¿Envejecen los libros y las películas?

04 lunes Jul 2016

Posted by enlalunadebabel in Censura, Cine, Traducción, Traducción audiovisual, traducción literaria

≈ 2 comentarios

Etiquetas

censura, doblaje, modernización, obras clásicas, retraducción, Se7en, traducción audiovisual, traducción literaria

…y no solo por el paso del tiempo en sí —el mismo que nos marchita la frente y platea nuestra sien—, sino por el contenido mismo.

En general las obras originales no suelen modificarse al reeditarse, a no ser que se le añada un nuevo prólogo o unas notas al pie o se haga una edición comentada, pero los retoques sí suceden de forma más habitual con las traducciones.

La retraducción

Hay muchas obras, clásicas y no tan clásicas, que han tenido varias traducciones con el paso del tiempo. ¿A qué se debe? Dice David Paradela en un artículo en el Centro Virtual Cervantes: «Retraducimos por los motivos siguientes: por capricho; por rifirrafes de derechos; por haberse realizado por lengua interpuesta la versión anterior; porque la traducción existente ha envejecido. […] Pero el caso típico, más comentado y más proclive a la repetición de lugares comunes es el cuarto, el de las traducciones viejas. Pero ¿qué es una traducción vieja? Hoy en día, hasta la pescadera repite que las traducciones deben repetirse cada equis años, porque «la lengua de la traducción envejece mientras que la del original no», cosa que, a priori, no acabo de entender (¿la lengua del Guzmán de Alfarache no ha envejecido?)».

Y me parece una reflexión muy acertada. Coincido con David en que la traducción es fruto de su tiempo, en general el mismo que la obra original, y que no por ser vieja deja de ser válida. También coincido en la necesidad de realizar una nueva traducción cuando la primera tiene deficiencias, como comenta él mismo en el caso de retraducir a Malaparte, «cuyos traductores de los años cuarenta y cincuenta tienen lagunas de bulto en italiano, porque planchan metáforas decisivas y domestican una sintaxis a veces caprichosa, porque no identifican ciertos referentes (no saben lo que es un basso napolitano) ni algunos deslices ortográficos del autor (el palacio presidencial de Helsinki está edificado a la manera de Engel, no de Engels), porque sufrieron la censura franquista (el capítulo de la virgen de Nápoles en La piel es el más flagrante: podado resulta simple y llanamente incomprensible), porque aplicaron criterios que ya no compartimos (como llamar Santa Teresita de los Españoles a la napolitana vía de Santa Teresella degli Spagnoli), pero no porque su lengua estuviera vieja, enmohecida o dificultara el disfrute del texto».

Sin embargo, otras voces defienden la retraducción por cuestiones de lengua y estilo, como Juan Manuel Ortiz en Retraducir, una nueva mirada: «Retraducir es en suma una necesidad engendrada por el hecho de que la traducción perfecta es inaccesible, por lo que esta se convierte entonces en una utopía en pos de la cual el mundo de la cultura no deja de progresar y de buscar nuevos caminos de expresión. […] Cada época tiene un gusto y una manera de concebir la lengua y la literatura, desde luego, pero a mi modo de ver es la exigencia de los lectores avezados lo que ofrece el impulso para continuar adelante en el establecimiento definitivo de sus clásicos procedentes de otras lenguas».

Modernizando que es gerundio

Algo que me ha sorprendido últimamente en la traducción de una colección de libros infantiles, cuyos volúmenes he traducido al catalán, es no ya la retraducción en sí, que sospecho tiene que ver con motivos puramente económicos —es una editorial distinta a la que publicó los libros veinte años atrás—, sino el afán de querer modernizarlos.

Estos libros, publicados en los años ochenta y noventa, solían tener referencias tecnológicas de la época como los cartuchos primero, los disquetes después o las cintas de VHS. Pues bien, me llevé una sorpresa al ver que en la nueva traducción al castellano habían modernizado estos conceptos, por lo que los niños compraban los videojuegos en DVD o se los bajaban de Internet. Lo pregunté a uno de los traductores al castellano y él no había recibido consigna alguna de cambiar estos términos, con lo que supongo que es una decisión que tomaría la editorial de forma unilateral.

No pregunté al editor, pero imagino que debe de ser para que quede más «fresco» para el chaval de ahora. No obstante, me parece mejor conservar estos elementos porque, al fin y al cabo, el icono de «guardar» de Word viene de algo y si no se sabe qué es un floppy o un discman, pues se busca y ese conocimiento que uno se lleva, ¿no?

Llevo dándole vueltas a esto desde hace un mes, que he estado trabajando en la traducción de otra novela juvenil repleta de juegos de palabras y referencias culturales. En ella se habla de programas recientes como Jersey Shore y The Voice, así como de libros y videojuegos en formatos muy específicos. Si tan ancladas están las referencias a los últimos años, ¿por qué cambiarlas? Toda obra se enmarca en una zona y una época determinada y cambiar elementos solo por hacerle un lifting es traicionar aún más el libro, novela, película, etc.  

Modificar estas cosas se ve más y de forma más surrealista cuando se piensa en una película. Pongamos Se7en, que tuve el placer de comentar este pasado sábado en los cines Phenomena con dos grandes de los podcasts de cine (Carne de Videoclub y Sin Audiencia). Descubren a John Doe, el asesino, por los libros que sacaba de la biblioteca (porque el FBI tenía control sobre algunos volúmenes en particular). No sé, pero ahora me lo imagino bajándoselos en formato eBook en alguna plataforma o incluso descargándoselos ilegalmente… y la película sería muy distinta. A lo mejor ni lo descubrían, vaya, y la película al garete.

Con las películas veo más justificado un nuevo doblaje que deshiciera el desaguisado que la censura provocó en muchos largometrajes, algo que ya comenté en la entrada Sexo oral y escrito II. (Auto)censura.

Cuando el original evoluciona

El tema cambia cuando hablamos de una obra didáctica. Entiendo que en muchos casos hay que adaptarse a los nuevos tiempos si, por ejemplo, se quieren eliminar ciertas referencias y abarcar más opciones, ya sean religiosas, sexuales o de género.

Un buen caso es el de Richard Scarry, autor e ilustrador de unos 250 libros infantiles que traspasaron fronteras y se tradujeron a varios idiomas. Algunas de sus obras, puros clásicos, han ido cambiando con el paso del tiempo, pero hay un libro en cuestión donde los cambios son más apreciables: Best Word Book Ever.

Veamos algunas de estas modificaciones:

  1. Resumen en la cubierta

Toda una declaración de intenciones y buen resumen de lo que encontraremos en el interior: los hombres también entran en la cocina (y no solo para picotear), también hay mujeres policía y las mujeres no son las únicas encargadas del cuidado de los niños, por ejemplo.

1_scarry_portada

 

  1. La belleza como personaje

Los auxiliares de vuelo pueden ser tanto hombres como mujeres —de un tiempo a esta parte observo un menor uso de «azafata» en documentaciones y contextos específicos— y, al igual que los pilotos, no es necesario que sean atractivos.

2_scarry_pilot

Lo mismo en la escena del incendio. Los mininos del montón también tienen derecho a ser rescatados.

7_scarry_fire

  1. Sensibilidad religiosa

La Navidad no es lo único que se celebra en invierno y en futuras ediciones incluyeron la menorá para aquellos que celebran Janucá (a mí no me miréis, lo dice la Fundéu).

3_scarry_xmas

  1. Repartirse las tareas

Ya lo veíamos en la cubierta, pero en el interior hay muchos más casos, como este. Un cambio sutil que refleja bastante. No necesariamente es la madre quien prepara el desayuno, aunque sí sea algo habitual. Ya sabéis, lo típico de madre cuando te llama y dices «¡Voy!» y te responde con sorna «Voy, voy, pero quieto me estoy».

4_scarry_breakfast

También vemos al padre con la sartén en la mano y en plena faena, que para algo hay dos fogones también.

5_scarry_cocina

  1. Profesiones inclusivas

Ya hace bastante tiempo que todas las profesiones terminadas en -man/-woman (policeman, policewoman) del inglés cambiaron la forma para abarcar los dos géneros sin discriminar (police officer). En las nuevas ediciones no solo lo tuvieron en cuenta, sino que añadieron otras profesiones, también ilustradas con mujeres, como scientist.

6_scarry_jobs

  1. Respeto a los nativos americanos

En su lucha contra los estereotipos, las nuevas ediciones omiten al indio americano ataviado con las plumas típicas. Así pues, dejan solamente una ilustración para la «i» de ice cream.

8_scarry_indian

 

¿Y vosotros qué pensáis? ¿Creéis que hay que ir retraduciendo los clásicos porque la traducción envejece? ¿Sois partidarios de modernizar las obras originales?

***

  • Retraducir, de David Paradela: http://cvc.cervantes.es/trujaman/anteriores/marzo_12/06032012.htm):
  • Traducción y retraducción, de Juan Manuel Ortiz: http://enedelate.blogspot.com/2009/10/traduccion-y-retraduccion.html
  • Retraducir, una nueva mirada, de Juan Jesús Zaro y Francisco Ruiz Noguera (Ítaca, 2007): https://books.google.es/books?id=MVgYzYTAbIwC&pg=PA35&lpg=PA35&dq=necesidad+retraducir&source=bl&ots=PVATCVUe_v&sig=GanZ8L0YI89jaWAn_HEh9IbF41U&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwiIm6bsgNfNAhXJ1RQKHTKUBEoQ6AEIJzAC#v=onepage&q=necesidad%20retraducir&f=false
  • 8 changes that were made to a classic Scarry book to keep up with the times: http://www.upworthy.com/8-changes-that-were-made-to-a-classic-richard-scarry-book-to-keep-up-with-the-times-progress  
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