…en este blog. Pasa un año más y va bien hacer balance de lo que han dejado estos doce meses. En 2014 hablé de lo que había representado para mí profesionalmente y este año he creído conveniente hacer un repaso de todos los artículos publicados desde enero.
A veces escribo tras darle muchas vueltas a un tema, otras veces ocurre de forma casi espontánea por algo que sucede o que encuentro por ahí (una imagen, una noticia…), pero siempre acabo dejándome mucho tiempo en ellas y, bueno, por si os perdisteis alguna, aquí las rescato por temas:
EJERCICIO PROFESIONAL
Empezamos el año con tres entradas completas sobre el ejercicio profesional. Enlaces, trucos y consejos sobre cuestiones tan diversas como fiscalidad, ergonomía, trato con clientes, etc.
Cada maestrillo… Consejos para el traductor autónomo I:Ser traductor en muchas de sus facetas como la especialización, saber abordar una traducción (tipos de texto, léxico, formato, revisión) y lo positivo de trabajar con otros compañeros.
Como último artículo sobre el ejercicio profesional, pero en clave de (más) humor esta vez, encontramos Life as a translator, con un compendio de viñetas de estilo retro que ilustran las vivencias del traductor en su día a día.
Un día cualquiera en la vida de una traductora
TRADUCCIÓN EDITORIAL Y LITERATURA
Este año he publicado en el blog artículos muy variopintos dentro de la traducción editorial, la literatura y las letras en general.
Ana Frank y la «pornografía»: La noticia de una madre estadounidense que se llevó las manos a la cabeza por los fragmentos supuestamente pornográficos del Diario de Ana Frank me inspiró para escribir esta entrada sobre la censura en la literatura y en la traducción de este tipo de pasajes. Al investigar un poco y tras un chivatazo de otro compañero traductor, Javi Mallo, vi que hay mucha más tela que cortar en cuanto a la traducción del diario, pero esto será tema de otro artículo.
Pasión prehistórica: Siguiendo con el tono erótico del artículo anterior, hablé de las novelas eróticas con dinosaurios que triunfan en Internet y traduje algunos fragmentos para el ¿deleite? de los lectores.
La relación entre lector y traductor:¿Alguna vez habéis hablado con los lectores de vuestras traducciones? Tuve el placer de hacerlo en noviembre al participar en una mesa redonda sobre traducción con motivo de las Jornadas Ándalus Románticas. En este artículo incluyo más de una hora de audio de la mesa redonda y una entrevista con escritores y lectores de novelas románticas que nos dan su punto de vista sobre el mundo de la traducción.
El traductor creativo: Aunque no hace falta ser Lord Byron para traducir, sí hay que saber escribir y expresarse bien por escrito, de modo que en este artículo expliqué las bondades de los ejercicios de escritura para traductores con el fin también de cultivar la creatividad. No os perdáis los juegos, pasatiempos y un buen puñado de recursos para traducir.
TRADUCCIÓN AUDIOVISUAL
Aprovechando la exposición de Pixar en el CaixaForum de Barcelona, escribí Traducir películas de animaciónen la que hablo de este tipo de largometrajes de forma exhaustiva, desde su proceso de creación (guion, storyboard, colorscript, etc.) a cómo he traducido algunas de ellas. Encontrareis ejemplos de guías de estilo y materiales de referencia, así como del proceso de traducción y las características y dificultades que presenta el lenguaje en este tipo de películas.
Brócoli, pimientos y otras adaptaciones de cine: Con motivo del estreno de Del revés (Inside out, 2015) y del fenómeno de la adaptación, hablamos de cómo solventar algunos escollos culturales en varias películas.
Por último, aunque no es una cuestión puramente audiovisual, encontramos Traduciendo insultos por ahí, que incluye la charla que di en el ENETI 2015 sobre la traducción del lenguaje soez, con muchos ejemplos del mundo del cine, ya fuera en doblaje y subtitulación.
IDIOMAS
Este año pensé en tratar temas más generales en el blog, cuestiones que fueran más allá del mundo de la traducción y de ahí:
Aprender idiomas leyendo: artículo sobre los beneficios de la lectura para aprender un idioma y algunos consejos útiles para no aburrirse en el intento.
1001 recursos para aprender idiomas: como su nombre indica… bueno, tal vez no eran 1001, pero sí fueron un buen montón de enlaces los que recopilé para esta entrada con recursos para aprender y mejorar muchos idiomas: inglés, alemán, francés, italiano, portugués, noruego y un largo etcétera.
ETIMOLOGÍA
Echando la vista atrás, me doy cuenta que otros años he hablado más de etimología. Este año solo ha habido un artículo en el blog sobre este tema: Leyendas lingüísticas y falsas etimologías. En él, traté los orígenes falsos de algunos términos, esas etimologías que con el paso del tiempo o simplemente porque quedan bien se han dado como válidas. Repasamos algunos de los casos más sonados tanto en inglés como en castellano.
Sea como sea, espero que os gustaran en su momento o las disfrutéis ahora. Gracias por estar ahí y por vuestros comentarios. Como novedad para 2016, si queréis sugerir temas o incluso participar en el blog, no tenéis más que escribirme. Estaré encantada de leeros.
¿Mama, qué será lo que tiene el dino? Bueno, depende de a quién se le pregunte. El público general dirá que los dinosaurios fascinan por su gran tamaño, por su desaparición repentina —que durante mucho tiempo careció de explicación—, y porque interesarse por ellos ayuda a adquirir también conocimientos muy variados (evolución, cadenas alimentarias, biodiversidad, geología, fosilización). Sin embargo, las mentes más calenturientas se centrarán muy seguramente en sus miembros, más grandes de lo normal, claro.
Y esto es de lo que hablaremos hoy: las novelas eróticas con dinosaurios. Como ya sabéis, no es la primera vez que hablamos de erotismo en este blog —novelas románticas, eróticas, sexo, censura, etc.—, pero hoy le daremos una vuelta de tuerca.
Los dinosaurios en la cultura popular
Aunque esta ¿corriente literaria? es nueva, la fascinación por los dinosaurios no es de ahora. La cultura popular se ha nutrido de estos referentes y esta temática, de la que se vivió un boom indiscutible en los años 90. Como hija de los 80 que vivió la infancia y adolescencia en los 90, recuerdo que los dinosaurios estaban por doquier.
Había muchas series de dibujos animados con estos reptiles, pero seguro que muchos recordareis con cariño Dinosaurios (1991-1994). En esta serie creada por Jim Henson se seguía la vida de una familia de dinosaurios representados con características humanas, los Sinclair. De hecho, siempre me pareció una versión prehistórica de Cosas de casa.
Siguiendo esta línea de humor, los dinosaurios estaban presentes hasta en series como Friends, ya que uno de sus personajes, Ross Geller, era todo un experto.
Y no solo hablamos de la combinación dinosaurios y humor. Jurassic Park también se estrenó en esa década, concretamente en 1993, tres años después de la publicación de la novela de Michael Crichton. Más tarde se estrenaría The Lost World: Jurassic Park (1997), y ya en este siglo, Jurassic Park III (2001) y Jurassic World (2015). Un fenómeno en sí mismo del que se han hecho cómics y también videojuegos.
Erotismo animal
Pero ¿en qué momento pasaron a ser objeto de deseo? Imagino que en parte puede deberse al fenómeno fanfic. La etiqueta fan fiction engloba aquellos relatos de ficción escritos por fans de una película, novela, programa de televisión o cualquier otro trabajo literario o dramático en los que se utilizan los personajes, situaciones y ambientes descritos en la historia original y se desarrollan nuevos papeles para estos personajes.
Aunque es cierto que no es lo mismo que un fanfic de Harry Potter (historias con gran carga erótica) o Crepúsculo (obra que, dicho sea de paso, fue el germen de Cincuenta sombras de Grey), podría ser una derivación de esta corriente, junto con la pasión por las novelas románticas y lo diferente. ¿Mezclar monstruo y erotismo? ¿Por qué no?
No obstante, una vez más, mezclar lo animal y lo humano tampoco es nuevo ni da como resultado aberraciones y un buen ejemplo de esto es la novela Oso, de Marian Engel. Publicada por primera vez en 1976 en Canadá, en su momento causó gran revuelo. ¿Por qué? Basta con leer la sinopsis: «La joven e introvertida Lou abandona su trabajo como bibliotecaria cuando se le encarga catalogar la biblioteca de una mansión victoriana situada en una remota isla canadiense, propiedad de un enigmático coronel. Ansiosa por reconstruir la curiosa historia de la casa, pronto descubre que la isla tiene otro habitante: un oso. Cuando se da cuenta de que este es el único que puede proporcionarle algo de compañía, surgirá entre ellos una extraña relación. Una relación íntima. Inquietante. Nada ambigua. Gradualmente, Lou se va convenciendo de que el oso es el compañero perfecto, y emprende un camino de autodescubrimiento. En todos los sentidos».
Original y traducción de Magdalena Palmer para Impedimenta
El sexo es siempre un tema tabú y más aún cuando se relatan relaciones consideradas «desviadas» (bestialismo, necrofilia, incesto, etc.), pero esta novela es un canto a la naturaleza y está escrita con tanta belleza (tanto en su versión original y como en su traducción), que la narración fluye con elegancia hasta tal punto que la relación de la protagonista con el oso convence y ni siquiera nos provoca extrañeza.
Cuestión de (sub)género
Como fenómeno, estas historias con animales (sobre todo prehistóricos) se enmarcan en un género denominado monster erotica, que engloba seres como yetis, grifos, minotauros y hasta extraterrestres en novelas que llevan títulos tan sugerentes como Cum For Bigfoot, Frankenstein’s Bitch, Milked by the Aliens o Taken by the T-Rex.
En general, los escritores de este género defienden que el sexo con monstruos difiere del sexo con animales en que los monstruos suelen ser seres inteligentes que controlan el encuentro sexual. Sin embargo, no es infrecuente que haya escenas de sexo no consensuado, algo que Amazon penalizó en 2013 retirando muchas obras de este tipo.
Y es que la mayoría de estas obras son autopublicadas, en principio porque es mucho más fácil llegar al lector y porque no hay mucho interés por parte de las editoriales. Sí se publican novelas románticas o eróticas con personajes fantásticos —yo misma he traducido libros de la serie Fever de Karen Marie Moning, en la que aparecen hadas y seres monstruosos—, pero estos se engloban en la romántica paranormal, que no llega a las excentricidades de algunos libros del género erótico monstruoso.
Después, claro está, tenemos el subgénero que nos ocupa, el dinosaur erotica, centrado únicamente en los escarceos amorosos y eróticos entre humanos y dinosaurios de todas las orientaciones sexuales. Algunas obras son Ravished by the Triceratops, Mating with the Raptor o A Billionaire Dinosaur Forced Me Gay.
Las obras eróticas con dinosaurios, también autopublicadas y de extensión corta, se ambientan en una época prehistórica en la que coinciden dinosaurios y humanos en la Tierra. El personaje principal suele ser una intrépida cazadora que salva a su tribu del dinosaurio malote de turno mediante el sexo. [SPOILER] Diría «acostarse», pero en realidad no funciona así la cosa y la muchacha debe hacerle un apaño ante la imposibilidad de acoger semejante miembro.
Aunque hay varios autores que escriben historias de este subgénero, como Pippa Pout, Chuck Tingle, Hunter Fox, las que se llevan la palma son Christie Sims y Alara Branwen (todo pseudónimos). Entre estas últimas habrán escrito ya unas sesenta historias con dinosaurios calenturientos y son las pioneras del género sin lugar a dudas.
Pero ¿cómo se le ocurre a alguien escribir algo así? Branwen cuenta que cuando trabajaba de cajera en un supermercado, una compañera le comentó que mucha gente publicaba sus historias de ficción en Internet y la animó a escribir algo erótico. Después de investigar un poco decidió probar suerte con el género de la erótica con monstruos y escribió Doing the Dragon, historia en la que una muchacha acaba enrollada con un… dragón, claro. Tuvo tanto éxito con esta obra que dejó el trabajo y siguió escribiendo a cuatro manos con Christie Sims.
En una entrevista, estas autoras cuentan que un día, pensando en Jurassic Park, imaginaron el sexo entre humanos y dinosaurios, les hizo muchísima gracia y cayeron en la cuenta de que no se había escrito algo así. Y el resto es historia… con erótico resultado.
Sexo con dinosaurios
Pero ¿esto cómo se come? (no pun intended) Digo, que cómo se hace, cómo se plantea una relación sexual entre humanos y dinosaurios. Teniendo en cuenta el tamaño de estos seres, no hay muchas posturas factibles. En realidad, no todos los dinosaurios eran gigantes, pero los que suelen aparecer en estas obras sí lo son. Si se hace, se hace bien, ya puestos.
Por lo tanto, el sexo es distinto al que tendrían los dinosaurios para reproducirse y los movimientos son algo limitados. Las muchachas acaban dándole más placer al animal que a la inversa. Pensad en el Tyrannosaurus rex y sus patitas.
Con esos bracitos, imposible.
Como en cualquier otra historia, la ambientación y las sensaciones son muy importantes, así que se juega mucha más con eso que con el acto sexual en sí. Hay que pensar, además, que estas obras son muy breves, no suelen exceder las veinte páginas y no hay lugar para mucha floritura tampoco: la aldea está amenazada, la muchacha se ofrece (o la ofrecen) como tributo, va al encuentro del dino, tontean, se produce el acto en sí y al final este le perdona la vida y la del pueblo. Este es el resumen de In the Velociraptor’s Nest (como el de otras historias) y aquí os ofrezco un fragmento:
Azog stood, back to the wall, clad only in damp buckskins, waiting for the beast to slash at her torso until she lay helpless and bleeding on the damp cave floor. She wondered if it would kill her first, or if her limbs would be sliced from her body as the beast gorged on her.
Instead, it reached out with a classed hand to snatch at her damp animal hide as it clung to one shoulder. Azog felt the kiss of sharp claws against her skin as the hide slid from her shoulder and exposed on naked, heaving breast. The raptor paused, curious, sniffing at her as she pressed desperately against the wall.
A reptilian tongue, stiff and hot, dashed out to lick at the tender, naked flesh so suddenly exposed. Azog gasped at the touch, then gradually relaxed as her body warmed to the intoxicating sensation of the beast’s flesh against her own.
She wasn’t sure if her sudden arousal was because of her earlier thwarted climax in the cool stream, or if she was just desperate for one last pleasant sensation before being torn limb from limb by the great, scaly beast. Either way, Azog relished the rasp of its tongue, hot and rough, on her sensitive skin.
Y aquí la propuesta de traducción:
Con la espalda pegada a la pared y vestida tan solo con unas pieles mojadas, Azog esperaba que la bestia le rasgara el torso y la dejara desangrándose en el húmedo suelo de la cueva. Se preguntaba si la mataría primero o si le arrancaría las extremidades para empezar a atiborrarse de ella después.
Pero no. Alargó la pata y le cortó el tirante de cuero animal que le colgaba de un hombro. Azog notó el roce de sus afiladas garras en la piel al tiempo que el cuero le caía por el brazo y dejaba sus pechos al descubierto. El raptor se quedó quieto, curioso, y empezó a olisquearla; ella se pegó a la pared cuanto pudo.
Con su lengua de reptil, dura y mojada, le lamió la piel tierna y desnuda. Ella jadeó al notarla, pero se fue tranquilizando poco a poco, dejándose llevar por la sensación embriagadora de la piel de la bestia contra la suya.
No estaba segura de si esa excitación repentina se debía al clímax de antes en el riachuelo, o si simplemente ansiaba una última sensación placentera antes de que el enorme dinosaurio la desmembrara. Fuese como fuese, le encantaba la aspereza de su lengua, tan dura y caliente, en contacto con su piel sensible.
Ya veis que no hay intento de humanizar al dinosaurio ni hay especies nuevas como el Indominus rex de Jurassic World (2015). No son reptiles especiales, nada de triceracock, pterodicktyl o penisaur. No, no son rabosaurios ni pterotáctiles, pero al parecer tienen rex appeal.
Como explicaba al principio, el tamaño es fundamental en estas historias y se pueden encontrar frases tan sensuales, ejem, como estas:
I couldn’t believe this was happening… I had a ten-ton monster licking my ass! (Ravished by the Triceratops) Imagino que finuras las justas.
I decided that I probably could get all this meat in me. (Ravished by the Triceratops) Hablar de carne así me transporta siempre a una carnicería.
She had never touched a man before, and she had been taught to hate and fear the Orcs. Her tangle of emotions warred as Kierna stroked him carefully through his trousers. (Fragmento de The Orc Chief’s Virgin Tribute) ¿Soy la única que piensa en un uruk-hai?
Ilustración de Ryan Klemek
Supongo que si habéis llegado hasta aquí es porque queréis saber algo más de cómo consuman. Si sois aprensivos, no sigáis leyendo. Veamos cómo se desarrolla, fragmento a fragmento. Este es un resumen de Taken by the T-Rex:
1. El dinosaurio ha pasado por la pequeña aldea y ha dejado un rastro de muerte y destrucción:
Drin screamed her anguish as her eyes fell upon the smashed body of her mother. Her legs had been savagely bitten off and eaten, allowing blood to splash across the crushed walls of her home.
2. Un grupo parte en su búsqueda para acabar con él. Drin, la protagonista, descubre pronto que el dino tiene algo…
The big lizard gave a thunderous, roaring scream as the springy branch full of pointed sticks connected sharply with the tip of the T-Rex’s nose. Although it did little actual damage, it served to make the animal jump and lose its temper even more. Drin’s stomach muscles clenched in delicious pleasure as she heard the beast roar. This was what excited Drin.
3. El animal la persigue, pero ella siente algo más que miedo.
Springing along the trail, suddenly as horny as hell, Drin had to fight the urge to touch herself between the legs as she ran and the big lizard gave chase.
4. El dinosaurio la acorrala al final. El olor que desprende ella también le llama la atención y saca la artillería pesada:
Below her feet was an object which she was unable to identify, two feet in length at least, it was as thick as her arm at the elbow, except for the end which tapered down to a blunt point, dark red and solid.
5. Empiezan las maniobras, pero él no consigue penetrarla. No obstante, ese roce es placentero para ella.
Once again, the big lizard tried to push itself inside her and was unable to, merely grinding her dampening cunt hard against its stiff cock.
6. En un intento de aplacar a la bestia, Drin debe tomar medidas.
Reaching down as the big lizard smashed forward once more, she caught the girth of its fat cock in her hands and drew it towards her body, increasing the area of nerve endings which were being stimulated. The T-Rex seemed to appreciate the gesture; it growled out a moan of pleasure and started to pound away at her flesh, the tapered tip of his penis sliding between her swollen breasts.
7. La anatomía del saurio la tiene embelesada. Como sucede con muchos otros relatos eróticos, llegar a la hilaridad no es difícil. Aquí, con lo del agujero y los ojos, es fácil echarse unas risas.
She stared at the tip, mesmerized, there was a hole in it from which a clear liquid was oozing, coating her torso and thighs with an odd smelling lubricant. Drin understood that this would be the hole from which the creature would come and looked away, suddenly worried that it would spray its fluid into her eyes.
8. Pero ambos alcanzan el clímax y el bicho se marcha satisfecho. Esto sí es un final feliz.
Unbelievably, Drin started to feel herself building up toward another intense climax. As she came, she clutched tightly onto the big lizard’s dick, her arms and legs tightening on the throbbing, red-hot member. The Tyrannosaurus Rex yelled loudly as pints of white fluid shot from the tip of its fat cock to splash onto the rocks below them. Once, twice, and then a third time, the big lizard rammed its shaft against her naked body, each time more of its semen ejaculated across the canyon, wetting the rocks below.
¿Y esto vende?
Sí, y mucho. Como las pioneras de este subgénero han dicho en algunas entrevistas, «entre las dos ganamos más dinero que un amigo mutuo que trabaja de ingeniero en Boeing». Ahí es nada.
¿Tienen calidad literaria? Pues no mucha, son relatos de entre quince y veinte páginas escritos a cuatro manos, con poca chicha y tirando de clichés. ¿Y qué interés pueden tener entonces? Pues, no sé, a mí no me gustan especialmente, pero entiendo que son algo distinto y que llama la curiosidad. Cada uno tiene sus gustos y son la mar de respetables.
¿Qué os parece a vosotros? ¿Os gustan este tipo de historias? ¿Os gustaría traducirlas? En el fondo, pensad que de todo se aprende, hasta de la anatomía de los dinosaurios y quién sabe cuándo nos puede hacer falta…
Tomo prestada la idea del abecedario del crimen de Sue Grafton para hablaros de la edición de este año del ENETI en Soria (1 y 2 de mayo), del tema que expuse en mi ponencia y del supuesto estigma del género erótico. Hoy, un tres en uno, señores, ¡me lo quitan de las manos!
E de «ENETI
El ENETI es el Encuentro Nacional de Estudiantes de Traducción e Interpretación que reúne a estudiantes y profesionales del sector. Detrás está la AETI (Asociación Española Universitaria de Traductores e Intérpretes en Formación), creada en el ENETI de 2012, que vela para que dicho encuentro siga celebrándose año tras año (entre muchas otras funciones). En resumen, un ENETI son unas jornadas que benefician a profesionales y a estudiantes por igual. El contacto con otros compañeros siempre es enriquecedor y aún más los conocimientos que allí se adquieren (ramas de la traducción menos conocidas, cuestiones traductológicas novedosas, mesas redondas con los aspectos más candentes, etc.).
Me faltaría un abecedario entero para abarcar todo lo que significa el ENETI —además de que ya se han publicado algunos artículos con las crónicas y las sensaciones de este año en Soria, como el de Sandra Gallart o los de ponentes como Ismael Pardo y Rafael López Sánchez—, así que me quedo con los aspectos principales tomados del artículo de Eva María Martínez y sus 10 razones para asistir al ENETI:
Se conoce a muchísima gente nueva y se pueden entablar relaciones con los que podrían ser futuros colegas de profesión.
En las ponencias se aprenden cosas que nadie suele contar en clase.
Los debates que se organizan o que surgen enriquecen increíblemente a nivel personal.
Este año en particular ha habido de todo un poco: una charla sobre productividad, tres ponencias sobre tipos distintos de interpretación, una sobre cómo doblar series de televisión, etc. Todo muy variadito. De hecho, para no extenderme, podéis echarle un vistazo a los vídeos del canal de youtube de Gabriel Cabrera y al programa de esta edición.
Con algunos ponentes y asistentes al ENETI (y nótese el cafelito, el mejor amigo del traductor)
Por último, no me olvido del valor añadido de las jornadas y es que las organizan los mismos estudiantes por amor al arte. ¡Gracias por vuestro trabajo, chicos!
E de «erotismo»
¿Y de qué hablé yo? Jugueteando con el encasillamiento (me consta que hay quien cree que solo traduzco novela rosa) hablé de traducción erótica. Como comenté en la ponencia, muchas veces la especialidad te elige y eso fue lo que me ocurrió a mí. A parte de las típicas traducciones por agencia, mis primeros pinitos en traducción editorial fueron con Planeta y sus sellos Deusto y Gestión 2000, para los que traduje manuales y libros sobre economía. Más adelante empecé a colaborar con tres editoriales más traduciendo novela juvenil, negra y romántica. Evidentemente, a raíz del éxito de las Cincuenta sombras, mis últimos encargos han sido todos de erótica.
Traducir para editoriales
No quería empezar la charla directamente con el lenguaje sexual (a veces hay que hacerse de rogar un poquito), así que a modo de introducción di algunos consejos que me han ayudado a conseguir trabajo en editoriales. Comenté qué formas hay de buscar trabajo y qué materiales usar.
Al mismo tiempo expliqué cómo suele ser una prueba de traducción y qué pasos seguir para superarla con éxito, como por ejemplo fijarse en la tipología textual, tener claro el tratamiento entre personajes, revisarla con profundidad, etc. Elementos básicos, pero no por eso menos importantes.
La novela rosa, erótica y pornográfica
Para entender mejor el proceso de traducción y las dificultades de este tipo de novelas, expliqué las diferencias que existen entre los diferentes tipos de novela. No es lo mismo traducir una romántica histórica en la que debemos usar un lenguaje más formal y las relaciones interpersonales son más rígidas, que una actual en la que el lenguaje es mucho más natural e incluso soez.
Como con cualquier otro tipo de traducciones, es importante conocer el contexto literario y saber en que corriente se enmarcan para poder prever las dificultades de la novela en cuestión. Si sé que se trata de una novela erótica con tintes de bondage y sadomasoquismo, tendré que empaparme del vocabulario básico y conocer aunque sea mínimamente de qué va (el concepto de dominante y sumiso, las palabras de seguridad, etc.).
En plena ponencia sobre traducción erótica
Vocabulario básico
Seguidamente comenté el vocabulario más instrumental de este tipo de novelas: mueble, ropa y juguetes. ¿Por qué en las historias más actuales los protagonistas viven en pisazos con camas enormes de cuatro postes y dosel? ¿Acaso no pone un minipiso? Y olvidaos de usar bragas de algodón y sostenes de deporte; en estas novelas se llevan los tanguitas de encaje. ¡Las bragafajas están terminantemente prohibidas!
En cuanto a los juguetes e instrumentos de BDSM, hay vida más allá de los consoladores. Hay que familiarizarse (al menos textualmente) con bolas chinas, correas, arneses, látigos, fustas y palmetas, entre muchos otros. ¿Y cómo es un club de BDSM por dentro? En estos libros también hay lugar para pistas de baile, reservados, mazmorras y todo tipo de mobiliario especializado.
El lenguaje del sexo
He aquí el momento mas esperado: el sexo sin tapujos, al menos de forma oral (en una ponencia, malpensados). Por la duración de la charla no hubo tiempo para tratar el tema con toda la profundidad que merece. No me refiero únicamente a saber cuándo usar «pene» o «polla», «vagina» o «chocho», sino a comentar los prejuicios que aún hay en la lengua o explicar por qué hay que echar mano de tantos eufemismos, por ejemplo.
En la ponencia abordé las diferencias entre expresiones como «hacer el amor», «follar» y «fornicar», y sus implicaciones, así como los diferentes nombres de los genitales. No es tan fácil como pueda parecer a simple vista.
Retos de la traducción erótica
Por supuesto, no todo son revolcones en el pajar o entre sábanas de seda negra. Traducir romántica o erótica presenta ciertas dificultades. La mayor es conseguir un texto fluido, que suene natural y que huya de los dos extremos: lo cursi y lo chabacano. Es cierto que a veces el texto así lo exige y que hay que respetar al autor, pero es muy fácil caer en lo soez o en lo demasiado poético en la traducción si no nos andamos con ojo.
Además de dichos desafíos, también expliqué algunos de los rasgos típicos de estos textos, como la sinonimia (shiver, shudder, shake) y su polo opuesto, la repetición (wave of pleasure, wave of feelings, last waves of climax).
Recalcando por último la naturalidad que debe conseguirse, espero haber transmitido correctamente el mensaje de que, al final, como en toda traducción, hay que conseguir que el lector se sienta en su elemento, no distraerlo con expresiones poco acertadas que le saquen del texto y hacerle creer que lo que lee es como si se hubiera escrito en su idioma. A pesar del vocabulario y las cuestiones éticas, traducir una romántica, erótica o pornográfica tampoco dista tanto de una novela de otro género.
Si después de este resumen queréis profundizar más, aquí os dejo el vídeo:
Como suele pasar, una parte muy interesante de las jornadas son los debates que suceden antes o después de la charla. Tuve la suerte de poder hablar con varios profesionales con miles de horas de traducción a sus espaldas; entre ellos, un traductor que se ha dedicado muchos años a la romántico-erótica. No hubo mucho tiempo para un café de esos de los que arreglan el mundo, pero sacamos conclusiones bastante parecidas.
Al parecer traducir novela rosa o erótica sigue siendo un estigma. Muchos profesionales lo ocultan; me consta que hay quien no lo pone en su currículum o en su listado de obras traducidas. ¿Por qué? Hay quien dice que el sexo es un tema delicado y que puede que haya quien después no le dé trabajo. Incluso me cuentan que hay empresas que no quieren que se las relacione con esta temática.
No obstante, también se afirma que es porque la novela rosa y la erótica son un género menor, de poca calidad literaria. He aquí donde puede darse un largo debate. A mi entender, obras muy buenas, buenas, mediocres y malas las hay en todo tipo de géneros, ¿o es que todas las novelas negras, juveniles, fantásticas e históricas son brillantes? No todas las novelas de este tipo las escribe un ama de casa aburrida, ¡faltaría más! ¿Que la mayoría no son un marqués de Sade, un Choderlos de Laclos o un D. H. Lawrence? Pues no, no nos engañemos, pero la historia de la literatura erótica es casi tan antigua como la escritura misma por mucho que ahora esté de moda. No todo son las dichosas Cincuenta sombras de Grey. Si hay que reconocerle algo a E. L. James es que ha popularizado algo más el género y por popularizar me refiero a que la gente tiene menos reparos en reconocer que lee estas novelas; amén de conseguir que se reediten los clásicos.
En cuanto al mundo de la traducción, al final uno oye de todo y casi da la impresión de que existen castas de traductores. Como si no fuera igual de «digno» traducir una novela rosa que una negra; un manual que un contrato; una aplicación informática que un videojuego. En serio, ¿qué más da? En mi caso, no voy a negar que me encantaría traducir alguna vez a uno de los grandes o enfrentarme a textos que requieran mucha más pericia, hacer acrobacias con novelas que así lo requieran. Seguir aprendiendo, reciclarse y hacer cosas distintas son el mejor aliciente para un traductor.
¿Cómo os resumo lo que pienso? Pues que no permitáis (ni como estudiantes ni como profesionales ni como persona) que nadie os diga nunca qué tenéis que leer o qué género da más o menos prestigio traducir. Trabajad con profesionalidad, ganaos la vida con el sudor de vuestra frente y estad orgullosos siempre de vuestro trabajo.
Por mi parte, es lo que pienso hacer. Aunque puedo pecar de «bonitismo» (sí, me gusta compartir imágenes y frases sobre la profesión), el trabajo no me define. También soy una traductora mercenaria como escribe Carlos Fortea en El Trujamán:
Gente que cree en lo que hace. Que cree que por los puentes igual transitan los pobres que los ricos, los tontos que los listos, los maestros igual que los aprendices.
Gente que pone su capacidad creciente (lo normal es que uno sepa más cada día si se lo toma en serio) al servicio de todos los demás. Mercenarios.
El proceso como tal y los problemas que pueden surgir no son en principio muy distintos de cualquier otro género o novela. Hay que tener en cuenta sobre todo la época y el contexto en que se sitúan. Normalmente las eróticas de nuevo cuño se ambientan en la actualidad y en ciudades grandes, con lo que no hay mucha dificultad terminológica, a diferencia de las históricas para las que es necesario conocer los estamentos sociales, las prendas de ropa de antaño, los tipos de carruajes, etc.
Como vimos en la entrada anterior, en una novela erótica actual encontramos mucho vocabulario sexual (juguetes, prendas) pero no me parece que sea lo más difícil de traducir. Al fin y al cabo está todo (o casi) en Internet. Lo malo es ponerte a investigar, entrar en páginas subidas de tono y que te sorprendan con las manos en la masa. Dices que es para la novela que traduces pero ya no te creen. Tal vez no haya siempre un término exacto pero puedes encontrar equivalencias o explicarlo un poco. Como toda traducción, el matiz que pierdes por un lado puedes compensarlo en otro.
Además, el tratamiento entre personajes es muy directo, de tú a tú, con lo que no hay problemas a la hora de decidir cuándo unos personajes dejan de hablarse de usted para tutearse y el lenguaje es actual, con lo que puedes inspirarte en lo que te rodea.
No obstante, algo esencial al traducir estas novelas es sentir respeto por el género y tener una especial sensibilidad para el tratamiento de ciertas emociones y situaciones, y no hablo solamente de las escenas más subidas de tono. Hay que respetar la historia de amor, placer o deseo y estar dispuesto a trasladar fielmente los sentimientos de un idioma a otro. Sé que es algo de cajón, pero tiene que gustarte lo que haces. Como decía una profesora de la universidad cuyo nombre no recuerdo (y tampoco recuerdo a santo de qué venía la frasecita): “para el sexo hay que estar enamorado aunque sea solo durante esos quince, veinte o treinta minutos”, y es totalmente cierto. Aunque no seas un gran seguidor de este tipo de libros, al menos tiene que gustarte en ese momento.
Siguiendo con el proceso de traducción, reconozco que no siempre me es posible leerme el libro antes pero sí que me leo el capítulo en cuestión, al menos, para ver con qué me voy a encontrar y con esto me refiero a si los personajes van a estar “intimando” en todo momento, algo que pasa con frecuencia y que es bastante pesado. También suelo hacerme un esquema con los personajes y las relaciones que se entretejen, así como de las palabras que pueden repetirse a lo largo de la novela y que son relevantes en el argumento: motes cariñosos (quizá él use un “cielo” y ella un “cariño”, por ejemplo).
Otra manía que tengo es que, por mucho que disponga del libro físico, o bien lo fotocopio o me imprimo la versión electrónica (pdf básicamente). Me gusta poder escribir y marcarlo y eso no lo haría nunca con un volumen real. Y a partir de aquí, a enfrentarse a la hoja en blanco, claro.
Bueno, veamos ahora algunas de las dificultades:
1. Repetición
Sin duda, una de las cuestiones más peliagudas. ¿Conservo o cambio? He observado que este tipo de novelas son bastante repetitivas.
Aquí lo ilustro con el término waves pero ocurre con muchos otros. Evidentemente no se puede cambiar todo porque ese es el estilo de la autora al fin y al cabo. En este caso concreto opté por conservarlo en varias ocasiones y añadir de vez en cuando algo distinto. Al final tenía “ola”, “oleada” y alguna “ráfaga” que, aunque no es exactamente la misma imagen, según el contexto quedaba bastante bien.
En algunos casos esta repetición de la que hablamos no solo se da en páginas distintas sino en una sola, como la palabra cock aquí:
Soy partidaria de llamar a las cosas por su nombre y si en el texto pone cock lo instintivo es poner “polla” pero, en este caso, para evitar el atragantamiento con tanto miembro (pun intended) varié con “polla”, “pene”, “miembro” y en algún punto de las novelas, también “verga”. Aquí la palabra se repetía demasiado en tan poco tiempo y espacio.
Y ya que hablamos de genitales, me resultó curioso, por otro lado, que para los femeninos hubiera dos referencias y fueran tan distintas entre sí: sex y pussy.
En la traducción encontraréis “sexo”, “coño” y “vagina”. Este último, sobre todo, en los fragmentos con descripciones más asépticas, más puramente físicas y nada pasionales.
“Sexo” (sex) se emplea mucho en las descripciones que el personaje femenino hace cuando se masturba, por ejemplo, y “coño” (pussy, que no el fortísimo cunt) cuando habla o piensa el personaje masculino o bien cuando ambos personajes interactúan, especialmente en las escenas de sexo.
2. Sinonimia
Si antes hablábamos de las repeticiones como un punto difícil, también lo es lo contrario, la multitud de sinónimos para casi todo. Después de estas traducciones soy experta en estremecimientos en inglés: tremble, shudder, shiver, shake, quiver, frisson. Pero, ¿y en castellano? Nos estremecemos, temblamos, tiritamos si tenemos frío, notamos el vello de punta o se nos pone la carne de gallina, pero no todos son siempre aplicables.
En este breve fragmento, por ejemplo, hay tres. En este caso opté por “…yacía entre temblores, como pequeños escalofríos de placer”.
3. Naturalidad en el erotismo
La naturalidad es un rasgo que debe conseguirse en toda traducción, lo sé, pero lo remarco aquí para destacar algo que me ha llamado siempre la atención y es que muchas veces los diálogos no suenan como deberían. Para mí es el punto donde convergen la traducción literaria y la audiovisual.
Al empezar con el género me chocó sobre todo el uso de Christ, God y Jesus en los momentos álgidos. Supongo que, como a muchos, no me gusta mezclar sexo y religión, y es algo que he cambiado por completo en estas novelas. Es inevitable ponerte en la piel de los personajes cuando traduces, inspirarte también un poco en tu sexualidad y ver que las referencias cambian totalmente en estos momentos.
Depende del momento, pero he cambiado a “joder” u “hostia”, en momentos muy puntuales. El español tiene muchos recursos en este campo. No sé a vosotros pero, a mí, un “Jesucristo” en pleno éxtasis me bajaría la libido al instante, ¿y lo de “Oh, Dios” no os suena mucho a calco?
Y hablando de “Oh, Dios” se me ocurre también que las onomatopeyas pueden ser un apartado dificultoso, aunque a decir verdad siempre son las mismas, onomatopeya arriba, onomatopeya abajo: “ah”, “oh”, “mmm”. La cuestión es leerlo en voz alta y ver si funciona, lo que nos lleva al último punto.
4. Tono
Encontrar el tono adecuado es una de las mayores dificultades. Puede que tengas un fragmento muy descriptivo sobre el ambiente con matices poéticos y, acto seguido, un diálogo más soez. Es decir, hay que ir con cuidado y evitar los dos extremos: la cursilería y la chabacanería. Sin embargo, el texto original es como es. Tampoco podemos cambiarlo por completo.
Algo que me funciona es leer en voz alta algunos fragmentos para ver cómo suenan:
Quien me oiga pensará que hablo sola pero a mí me funciona. Todavía más cuando se trata de diálogos, que procuro que queden lo más naturales posible. En estos casos me aseguro antes de que las ventanas estén bien cerradas.
Y poco más puedo añadir. Para cerrar la temática erótico-festiva, solo comentar que generalmente se encarga la traducción de las obras de una escritora a un mismo traductor, sobre todo en caso de sagas. Estas últimas novelas eróticas de cuyos casos os he hablado pertenecían a una trilogía, por ejemplo. Es la mejor manera de mantener el tono de la serie. Además, conociendo de antemano a los personajes y la historia se trabaja mucho mejor, ¿no creéis?