Estaba nublado y soplaba un viento desagradable, un viento que me recordaba que la primavera aún estaba lejos. Me dirigí al sótano del Campus y entendí que no era la única en haber recibido aquella extraña llamada. La puerta estaba entreabierta y, encima de una mesa que había en la entrada, observé unos pequeños folletos con una inscripción en código binario que interpreté como AETI. No cogí ninguno porque me dio miedo alterar el espacio-tiempo, así que avancé dos pasos para dejarlos atrás. Respiré hondo. Nadie estaba aguantando el portón, pero permanecía abierto por una extraña fuerza. “¿Qué es lo que me ATRAE?”, me pregunté. Conté hasta diez, di un paso más largo que los anteriores y, de pronto, estaba allí. Aterrorizada, me di cuenta de algo verdaderamente insólito. Unos centímetros más abajo de los rostros de todos los humanos que allí se encontraban, aparecían una especie de caracteres en apariencia indescifrables. Entonces lo comprendí: ¡estaban subtitulados!
Así empieza la original reseña de Anna Varela Griñena para la AETI de la conferencia sobre traducción audiovisual organizada por Guillermo Parra en la Universitat Pompeu Fabra. Guillermo, profesor y subtitulador profesional, invitó a Begoña Ballester-Olmos (de BBO Subtitulado) y a servidora para que habláramos de los entresijos (y tejemanejes) de la subtitulación y el doblaje.
Tuvimos la suerte de que la conferencia, que tuvo lugar el 28 de febrero de 2017, pudiera grabarse, así que aquí la tenéis para todos aquellos que os la perdisteis. Además, disfrutamos de la participación estelar de Quico Rovira-Beleta, traductor de Star Wars, entre muchísimos otros, y Paula Mariani, profesora de traducción, expresidenta de ATRAE, vocal de DAMA y traductora de Modern Family, también entre muchos otros.
El objetivo era dar una pincelada a los aspectos profesionales de ambas modalidades de traducción audiovisual. En el caso de la subtitulación, ¿cómo se trabaja? ¿Qué se cobra? ¿Dónde están los clientes? En el caso del doblaje, Begoña nos contó de qué tipos de materiales dispone, nos enseñó algunos fragmentos de películas traducidas en su empresa y nos habló de algunas dificultades específicas. Todo la mar de instructivo (y no lo digo porque yo participara, ¿eh?).
También hubo un buen coloquio posterior a raíz de las preguntas de los asistentes. No os perdáis tampoco esta parte. Aquí os la dejo:
Por si queréis echarle un vistazo a mi presentación, os la dejo también mediante enlace para que podáis ir siguiendo mi intervención o, simplemente, la tengáis de referencia.
INICIARSE Y AHONDAR EN TAV
No quiero terminar sin dejar algunos consejos y recursos para traducción audiovisual. Sois muchos los que preguntáis cómo iniciarse y moverse en este mundillo, así que aquí van algunos enlaces útiles.
La página de eldoblaje.com para consultar quién traduce qué o tener información sobre cursos varios.
Además de todos los profesionales mencionados en este artículo, también recomiendo seguir a aquellos especialistas en TAV que comparten sus vivencias y experiencias laborales (dificultades, gestión de trabajo, juegos de palabras, etc.) y de los que siempre se puede aprender: Javier Pérez, Alberto Fernández, Álvaro Méndez, Sara Hernández, Fernando Castillo, Ale Durán, Marta Baonza y tantos otros que sería imposible recopilar en una sola entrada.
Y ya para terminar, un breve apunte: acordémonos más de las buenas soluciones en traducción (audiovisual o no). Tendemos a criticar traducciones por las redes, pero tampoco cuesta nada elogiar aquellas soluciones que nos llamen la atención por lo creativas e ingeniosas que son, ¿verdad?
Si no habéis leído u oído hablar sobre la prueba para trabajar para Netflix, no sé dónde habéis estado todos estos días. Dicen que hay traductores que hasta tienen pesadillas con el número Hermes.
Sin embargo, sucede que, a pesar de lo bueno de la iniciativa, la forma con que se ha abordado esta prueba —sobre todo en los medios— deja bastante que desear. Parece que trabajar para Netflix y, en definitiva, traducir sea lo más fácil del mundo, que baste con tener nociones de inglés. Para muestra, este botón:
Imagino que cuando la empresa tuvo esta idea sabía lo que se le venía encima, ¿no? O eso espero, porque la avalancha de solicitudes los va a dejar sepultados… si no los ha sepultado ya. Para empezar, me parece bien que sea una oferta abierta a todo el público, que quieran dar la oportunidad a cuantos más profesionales posibles, mejor. Yo misma trabajo ya para Netflix, pero a través de intermediarias, con lo que, de conseguir el trabajo, me ahorraría ese paso y seguramente cobraría más (estas son sus tarifas directas) y ganaría también con un trato más directo. Y hablo con conocimiento de causa, tras diez años trabajando para estas empresas intermediarias (Deluxe, Technicolor) con unas tarifas más bajas que trabajando con la productora directamente. Para más información sobre condiciones laborales y tarifas, podéis echarle un vistazo a esta presentación.
También hay muchos traductores profesionales que prueban suerte ahora para iniciarse en otra especialidad, ¡fantástico! Pero ¿todos los que soliciten el trabajo y realicen la prueba serán profesionales? Y aquí vale la pena detenerse un momento a hablar de intrusismo. Para empezar, os diré que, para mí, un intruso no es ni un estudiante de TeI que aún no se ha graduado ni un filólogo, por poner un par de ejemplos. Al fin y al cabo, la carrera de Traducción e Interpretación es relativamente nueva. Hay grandes profesionales que han acabado como traductores por casualidad y no porque lo hubieran estudiado. Sin embargo, trabajan bien, han hecho algún curso que otro, conocen las tarifas y no van a reventar mercado.
Para mí, el intruso es aquel que pertenece a un ámbito completamente distinto y que escudándose en que sabe inglés, se ofrece a traducir por dos duros y sin facturar, así, a lo loco. Como si fuera un pasatiempo. Y no: traducir es una profesión, no un hobby. De nuevo, no lo digo por decir: hace un tiempo, me escribió un graduado de económicas que se ofrecía a traducir (sin facturar porque tampoco era autónomo) textos técnicos por 0,03 porque tenía un buen nivel de inglés (First Certificate) y solía traducir de forma amateur. Bravo.
La prueba de marras
A lo que iba, ¿que qué me parece la idea de una prueba de este tipo? Me parece bien que ofrezcan una forma sencilla de demostrar lo que sabes hacer. Tampoco me importa que no sea remunerada; hablo por mí, repito, pero dedicarle una hora de mi tiempo no me saca de pobre y si luego consigo el trabajo, pues mejor, además de que el resultado de ese trabajo no lo van a poder aprovechar más que para evaluar al candidato. Aun así, reconozco que debería haber algún paso previo más, que pidieran alguna referencia o prueba fehaciente de que se es traductor.
Según defiende la empresa, el principal objetivo de esta nueva plataforma es localizar e identificar a buenos traductores para su contenido. Si el candidato obtiene 80 puntos sobre 100, contemplarán su candidatura para formar parte de su plantilla de traductores. También comentan que la herramienta ha sido creada con la ayuda de expertos en lingüística que han tenido en cuenta muchos factores.
Las primeras pruebas se centran más en la fraseología tanto en inglés como en la lengua a la que vayas a traducir. Si bien me parece un buen punto en el que centrarse —se dan muchos errores por no detectar una expresión o frase hecha—, esta primera parte puede hacerse consultando rápidamente cualquier página web, con lo que no le acabo de ver el qué. Hay otra parte en la que el candidato debe aguzar el oído y detectar los problemas en varios subtítulos, sección que me parece bastante más interesante porque hay que saber de subtitulado. En la última parte de la prueba, el candidato debe traducir dos clips con textos que, si bien no son dificilísimos, sí tienen alguna particularidad, como referencias culturales o juegos de palabras (me permitiréis que no dé detalles, por motivos obvios).
Entonces, ¿dónde está el problema?
Dejando a un lado que se presente quien quiera, al fin y al cabo están en su derecho y no seré yo quien les pregunte si se ven capacitados (eso debería preguntárselo cada uno y responderlo también con toda sinceridad), entiendo que traducir películas y series tiene un atractivo innegable y es un trabajo agradecido. Es normal que le salgan tantas novias.
El problema, para mí, es que se subestime y desprestigie nuestro trabajo. Así de simple y, sí, soy consciente de que con este artículo estoy abriendo un buen melón. No hace falta ir muy lejos para ver todo lo que genera un anuncio de este tipo, la esencia misma de Internet: hablar de lo que se desconoce sin ningún pudor y criticar a diestro y siniestro el trabajo de los demás.
Me refiero a las opiniones que veréis a continuación. Aprovecho para decir que me centro en lo que se dice (que muchas veces es opinión generalizada) y no en quién. No aporto estos pantallazos para hacer escarnio de nadie, por eso no aparece ningún nombre.
No, no traducimos con Google translate. Un traductor profesional no lo usa como herramienta de trabajo habitual; revisar una traducción automática es un trabajo distinto, recibe otro nombre y, en cualquier caso, no es lo que hace un traductor audiovisual. ¿Puede haber algún error? Pues es posible, igual que aparecen las erratas en los libros, a pesar de que haya habido una revisión posterior. Porque sí, se revisa. Últimamente he revisado mucho para Netflix. ¿Que se nos escapa algo? Pues puede ocurrir, como ese VÍ con tilde, ¿no?
2. No vamos todos en el mismo saco ni es tan fiero el león como lo pintan. Esto me ha desalineado los chakras y eso que ayer fui a yoga: «Pues voy a pedir trabajo, que todos los traductores son malísimos y yo lo voy a hacer mucho mejor». Oye, pues a lo mejor esta prueba descubrirá grandes talentos ocultos, ¡ojalá! También estaría bien que las quejas se hicieran con conocimiento de causa y llegaran al departamento que tengan que llegar para que al final se valore el trabajo bien hecho y, con eso, la labor del traductor y lo importante de una buena remuneración.
3. No basta con conocer el idioma extranjero y ya. Hay que saber expresarse bien en el materno también y sin faltas de ortografía.
En serio, no es la cantidad: hablamos de calidad.
4. El debate de siempre. Siempre que se habla de traducción audiovisual, se acaba llegando a la supuesta guerra entre doblaje y subtitulación… y lo malos que somos por doblar cosas. Es como un reductio ad Hitlerum (reducción a Hitler, falacia ad hominem) aplicado a la TAV.
Hay tanto que analizar aquí. Para empezar, porque me ha dejado patitiesa: los traductores no metemos las risas enlatadas. De nada. Y, por favor, pensemos que el doblaje y la subtitulación dan como resultado productos distintos, cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes.
Por suerte, ahora es mucho más fácil ver una película o una serie de la forma que queramos, gracias a la televisión a la carta y todas las plataformas. Ah, y relacionado con esto último, una cosita más: las pelis y series no están pensadas para que aprendamos idiomas. ¿Que verlo todo en original ayuda? Claro, pero seguro que ni el guionista ni el director tienen en mente a los estudiantes del idioma X para hacer su serie, película, etc. No mezclemos conceptos.
5. Traducir es una profesión, no una afición. Lo repetiré las veces que haga falta. Llamadme cansina si queréis.
Si fuera una afición, no llevaría varios proyectos a la vez tratando de llegar a fin de mes; compaginar una novela que me lleva tres meses de trabajo y los episodios de una serie que deben traducirse en fin de semana para su estreno en jueves (y que me suponen 90 euros por dedicarles día y medio). Que no, que yo me lo tomo muy en serio porque es mi trabajo y no entiendo que se trate con tanta ligereza.
En definitiva, Netflix: bien por la plataforma, pero espero que valoréis el trabajo de un buen traductor. Y en cuanto a los demás comentarios, sé que es una batalla perdida, pero si poco a poco nos vamos dando cuenta de que traducir no es tan fácil, que no, no puede hacerlo todo el mundo y que no es un pasatiempo para ganarse dos perras, acabaremos disfrutando mucho más del entretenimiento, sea doblado o subtitulado.
Y por mi parte, nada más. No me preguntéis cómo traducir para Netflix, solo quería probar esto del clickbait como los artículos que se llevan ahora, a ver qué tal se me da. Ahora en serio, yo lo dejo aquí, pero ardo en deseos de leer vuestros comentarios. ¡Hasta la próxima!
Ni uno, ni dos, ni tres. Diez son los trucos que Xosé Castro compartió con los asistentes al Congreso SELM en la ponencia de clausura de esta edición. Como me parecieron la mar de útiles, le pedí si podía reproducirlos en el blog con algunos comentarios marca de la casa… y aquí los tenéis.
Si os interesa la traducción audiovisual y queréis ser aún más profesionales, ¡seguid leyendo!
1. DE CABO A RABO
Es imprescindible revisar el archivo y cerciorarse de que el material corresponde con el proyecto que nos han asignado. Un consejo que nos da Xosé Castro es comprobar que estén los créditos, porque será señal de que la película, episodio o documental está entero. Con el guion debemos hacer tres cuartos de lo mismo.
Aceptar el proyecto sin realizar estas comprobaciones y darse cuenta después de que la película no se corresponde con el guion o no está entera no solo nos hace quedar poco serios como traductores, sino que nos retrasará enormemente. Aunque no vayamos a traducir al momento, procuremos tener el material correcto y en condiciones.
Y esto es aplicable a muchas otras ramas de la traducción. Pienso, por ejemplo, en los proyectos en Excel. Fíjate bien en todo lo que hay que traducir, no solo de la primera hoja, sino de las otras que pueda haber con texto. Y digo Excel porque a mí me han pasado trabajo audiovisual en este formato para películas y series.
2. PROCESO DE PRODUCCIÓN EFICIENTE
Es importante conocer bien el teclado que usamos y estar familiarizados con los atajos de teclado. Como ha dicho Castro en alguna ocasión: «Cada vez que usas un ratón, muere un gatito».
En cuanto al proyecto en sí, también seremos más eficientes si vemos todo el vídeo antes y repasamos el guion. De esta manera sabremos qué esperar antes de traducir: ¿observamos alguna dificultad? ¿Debemos documentarnos sobre algún tema en concreto? Como sabemos que para que una traducción funcione debe causar el mismo efecto en el espectador meta, hay que conocer bien el proyecto en sí y detectar las dudas que luego nos permitan agilizar el trabajo.
Está claro: si prevemos lo problemático antes de empezar, podemos tratar de solventarlo antes de ponernos manos a la obra. Una vez más, algo que nos puede servir en otras ramas. En literaria, por ejemplo, hojear el libro y leer algunos capítulos antes (o el volumen entero) nos ayudará a ver no solo de qué trata y ponernos en contexto, sino también a fijarnos en cuestiones problemáticas (diferencias de tratamiento, argot, vocabulario especializado, etc.).
3. DOMINIO DE LA HERRAMIENTA
Es importante conocer la herramienta de trabajo que vamos a usar. Por ejemplo, en mi caso uso un programa de subtitulación propio del cliente. Antes de empezar, imprimí y encuaderné los manuales. Los tengo siempre a mano para consultar fácilmente los atajos o si se dan problemas técnicos.
Si trabajamos con Word (guion en pdf y película por separado), no está de más crearnos una macro que pueda acelerar las tareas rutinarias de modificaciones y formato; combinar varios comandos (por ejemplo, para insertar una tabla con un tamaño y bordes específicos, y con un número determinado de filas y columnas); hacer que una opción de un cuadro de diálogo sea más accesible o bien automatizar series de tareas complejas.
Parece ser que, en ocasiones, cuanto más novato se es, menos se pregunta por miedo a parecer inexperto. Para empezar hay que tener en cuenta algo esencial: debemos saber hasta dónde llegan nuestras limitaciones. ¿Podemos encargarnos de este proyecto? ¿Nos va grande? Si es la primera vez que trabajamos para un cliente, quizá conviene que les pidamos qué convenciones utiliza y cómo quiere que le entreguemos el guion. Tal vez podemos pedir incluso uno de muestra.
Si aparece alguna dificultad, hay que preguntarlo antes y durante, no al entregar. Enviar al cliente una lista de problemas el día de la entrega le servirá de muy poco si necesita el texto ya para adaptar, locutar o lo que sea. Otra cosa distinta son los informes en los que documentas posibles cuestiones de traducción. Yo lo hago al entregar una novela, por ejemplo, por si eso pudiera ayudar al corrector.
Si nos aparece algo técnico o muy especializado, busquemos algún experto que pueda revisar nuestro texto o asesorarnos de algún modo. Me pasó con una serie en la que se hablaba de baloncesto, de lo que no tengo ni idea, pero me salvó el pellejo una conocida, que es entrenadora y gran conocedora del mundo del baloncesto en los Estados Unidos. Me revisó el texto y me comentó qué soluciones eran más naturales teniendo en cuenta el contexto. En definitiva, lo que decimos siempre: no tienes por qué saberlo todo, pero sí dónde buscarlo y a quién acudir.
5. LA IMAGEN ES LA BIBLIA
Hacer caso omiso de la imagen es uno de los errores clásicos en los fansubs, los subtítulos de aficionados, que suelen fiarse a pie juntillas de la versión en inglés sin apenas mirar la pantalla. Pero la imagen va a misa. Por eso, hay que cerciorarse de que el guion coincida y sea correcto, porque lo que predomina es lo que se ve y se escucha.
Por ejemplo, you no siempre es «tú», apunta Castro, también puede ser «vosotros», «usted» y «ustedes». Es cierto que muchas veces en inglés se marca la pluralidad con un you two, pero no siempre. Y en cuanto al tratamiento de usted, hay que prestar especial atención a todo: guion, imagen y, sobre todo, contexto.
También hay que andarse con ojo con los deícticos que nos marcan lugares y objetos, para traducir al género y número que proceda o adaptarlos del modo más conveniente. Y ojito con el vocabulario que puede parecer simple en primera instancia, como shrimp, apunta Castro, que no solo puede referirse a una gamba, sino que también puede ser un camarón o un langostino. Imagina la importancia de traducirlo bien en un programa de cocina.
No nos olvidamos de los ad libs (conversaciones de fondo), que habrá que traducir también, aunque nos parezca que se entiende todo.
Y si tenemos un elemento paralingüístico en pantalla, más motivo aún para dar importancia a la imagen. Pienso en el «Don’t be a…» de Pulp Fiction, del que ya hablé en este artículo sobre adaptaciones de cine.
En este caso, como comenta Patrick Zabalbeascoa en su artículo La traducción del humor en textos audiovisuales, se da un chiste paralingüístico, que depende de una combinación de elementos verbales y no verbales. Es decir, lo que se diga va a estar supeditado a lo que se vea (un gesto, una caída, una aparición, el sonido de un disparo etc.).
En este momento de la película, Vincent Vega, personaje interpretado por John Travolta, le pide a Mia Wallace, Thurman, que lo lleve a otro restaurante para cenar, a lo que ella le responde «You can get a steak here, Daddio. Don’t be a…» y dibuja en el aire un rectángulo (aunque más bien debería ser un cuadrado porque la expresión en inglés es don’t be square).
Explica Zabalbeascoa que el sentido en inglés de «no seas antiguo» dista mucho de una traducción literal de «no seas» y luego ver el cuadrado en la pantalla, que encima va reforzado por unas líneas de puntos. Una solución puramente verbal, dice, «sería buscar una expresión en castellano que acabara con “cuadrado” y encajara en el contexto (tipo “no seas un cabeza… cuadrada” o quizás “no seas tan… cuadrado”, aunque las dos son mejorables).
Y como esto seguro que se os ocurren muchos ejemplos más. Ahora mismo pienso también en un gag del primer episodio de Modern Family en el que tras comentar el personaje Phil (Ty Burrell) el bonito vestido que lleva Gloria (Sofía Vergara), ella pronuncia su nombre de tal manera que parece que le diga feel, «tócalo», que es lo que hace él para asombro de los allí presentes. Chiste, pronunciación y gesto en pantalla: una combinación explosiva.
6. NO LO HE OÍDO, NO LO CONOZCO, NADIE LO USA
Que no lo hayamos oído no significa que no se diga y no se use en muchas otras partes. Cuidado con la influencia de zona geográfica al traducir y procuremos no caer en laísmos o en localismos que luego sean difíciles de entender.
Castro usó el ejemplo de alguien que en una película, si no recuerdo mal, pedía su hamburguesa «con todos sus avíos». Al parecer, eso significa el conjunto de extras: mayonesa, ketchup, etc. en algunas zonas del país. En esta receta aparece, por ejemplo, pero ¿se entendería en otros lares?
7. DOCUMENTACIÓN
Con el fácil y rápido alcance a las fuentes de información que tenemos gracias a Internet, a veces pensamos que con eso basta. Hay mucho mundo fuera de las redes. No vayamos a lo de siempre (Wikipedia, Wordreference, IATE), busquemos recursos offline e incluso orales. Es mejor recurrir a un experto en una materia determinada que fiarse de un glosario de Internet cuyas fuentes desconocemos.
Y si buscamos en las redes, acudamos a foros especializados antes que a uno de traductores. Los miembros de esos foros sabrán asesorarnos mejor porque son especialistas en el tema y seguramente se alegrarán de que les consultemos. Castro comentó en su ponencia que suelen agradecer las consultas porque lo interpretan como un interés hacia su trabajo. Doy fe. Tengo amigos mecánicos e ingenieros que se echan las manos a la cabeza cuando oyen alguna «burrada» en un doblaje o en unas voces superpuestas: «¿Que tiene 130 “hache pe”? Eso viene de horse power. Tendría que haber dicho «130 caballos»». Verídico.
Y sin desmerecer las bibliotecas, no olvidemos los libros en Google Libros o Google Académico, con textos de mayor fiabilidad que cualquier recurso sacado de un blog.
8. EVITA EL ESPAÑOL DE DOBLAJE
Lo malo es que está tan arraigado que oímos estas expresiones del dubbese y nos quedamos tan anchos. Para empezar, cuidado con los posesivos para las partes del cuerpo. Si uno le tiende la mano al otro para salvarle la vida, diremos «¡Agárrame la mano!» o incluso «¡Agárrate!» porque en pantalla se verá todo seguramente, pero no «Agárrame mi mano» porque ya queda claro, es redundante y es un calco del inglés. Sí, sé que hay que tener en cuenta la sincronía labial en doblaje, pero en algunos casos no cuela.
Hablando de calcos, ojo también con vocablos calcados y falsos amigos, algo que, evidentemente, hay que tener en cuenta en toda traducción. ¿Errores típicos? El detective cuando hablamos de un agente de la policía, que no es «detective» sino «inspector». O el caso de «alcaide» para warden que aquí es el director de la cárcel. Y por supuesto no es ningún nombre propio: «Soy Warden Grant, el responsable de la prisión» quedó para la posteridad en una película.
¿Y qué decir de los tacos? Como ya sabéis, en este blog he hablado bastante del tema y no me canso de repetirlo: el español es muy fértil en cuanto a tacos y expresiones soeces, ¡aprovechémoslo!
Evitemos este tipo de traducciones:
9. SÉ UN JEDI DE LA FRASEOLOGÍA
Traducir bien tiene mucho que ver con el conocimiento de la lengua meta, e incluso más, ya que nuestra traducción tiene que parecer como si se hubiera escrito originariamente en castellano. Para esto no hay nada mejor que leer mucho, fijarse bien en las colocaciones y tratar de fijar bien el vocabulario.
Desconfiemos de lo que no tenga sentido en español y traduzcamos con la expresión adecuada. Frases verídicas como «Le habían robado el trueno» o «Le había cortado el corazón» no se entienden mucho, ¿verdad? Pero, ay, si acudimos al original en inglés, vemos que el texto original sí se entiende: Finding his thunder stolen es «adelantarse a uno, robarle a uno una idea» y To cut at his heart es «herir en lo más vivo».
Y ya que hablamos de vocabulario, adaptémoslo bien según la época de la película o serie en cuestión. Una persona del siglo XVI no va a hablar como una del XXI. Oímos mucho «bizarro» o «evento» (sí, influencia del inglés), pero por mucho que se usen ahora, no podemos usarlos en un texto más antiguo, por ejemplo.
No tengamos miedo a los diminutivos o aumentativos. Por influencia del inglés, muchas veces se traduce literalmente un little o un big, pero en nuestro idioma tenemos una forma muy natural de traducirlos con los diminutivos y los aumentativos, que —según comentó Castro— apenas se oyen en los doblajes. Por ejemplo, en una frase del tipo I have a little problem, ¿por qué no decir «tengo un problemilla»?
10. SÉ MEMORABLE
Que se acuerden de nosotros. Eso se consigue de muchas formas: facilitando las cosas, siendo comunicativos y sinceros, dando seguridad («No te preocupes, yo me ocupo»). Se acordarán de nosotros si les consultamos dudas, si les facilitamos el trabajo («Mira, voy un poco liado, pero te hago un hueco ahora mismo») y porque vamos mucho más allá de entregar un texto de calidad. Podemos suplir siempre la falta de experiencia ofreciendo profesionalidad.
Demostramos esta profesionalidad, como veíamos antes, cuando aceptamos el proyecto solo si es un tema que dominamos o sabemos que podemos pedir el comodín de la revisión a otro profesional. También demostramos ser buenos profesionales si no lo aceptamos, pero le buscamos a un compañero que pueda encargarse del proyecto. En definitiva: hagámosle la vida fácil al cliente, solucionémosle los problemas (siempre que se pueda, claro).
Aunque la receta del éxito en traducción no existe, me parece que estos consejos son unos buenos apuntes para empezar, ¿no os parece? ¡Nos leemos en la próxima!
*Y por supuesto, gracias, Xosé, por darme carta blanca para hablar de tu charla.
El estreno de la película de Pixar Del revés (Inside Out, 2015), además de la polémica con los personajes (Tristeza es rellenita y poco agraciada —dicen— y Alegría es delgada y atractiva) ha sacado a la luz un aspecto curioso, que no nuevo, del cine: las adaptaciones culturales.
Si la intención primordial de un producto audiovisual es que llegue al espectador y que este lo reciba con naturalidad y no le cause extrañeza, hay que tener en cuenta muchos factores y no solo lo que se oye, sino también lo que se ve. Y aunque muchos lo llamen «localización», es en realidad un ejemplo de adaptación cultural.
En esta película se dan dos buenos ejemplos. El primero, y del que se ha hablado más, es el cambio del brócoli por el pimiento verde para la versión japonesa. ¿El motivo? Parece ser que lo que más asquea a los niños japoneses es el pimiento verde (como quizá muchos recuerden por Shin Chan) y con una modificación de este tipo los espectadores se sienten mejor identificados, la situación les resulta más cercana.
No es el único cambio ni hay que irse a países tan lejanos como Japón. Hay otro momento de la película en el que somos testigos de un cambio de imagen. En la versión original los sentimientos ven un partido de hockey y en otros países (como Gran Bretaña, que comparte idioma con los Estados Unidos pero no cultura), un partido de fútbol.
Y es que traducir una película con el fin de proyectarla en otros países va mucho más allá del trasvase del guion de un idioma a otro. Barriendo para casa, como explica Adela Martínez en su artículo para La traducción para el doblaje y la subtitulación (Miguel Duro, Ediciones Cátedra, 2001): «En la actualidad está muy extendida la idea de considerar la traducción como un acto de comunicación intercultural y de que el texto fílmico comparte con otros textos la finalidad de comunicar algo a otro. La traducción tiene la finalidad de comunicarse con el espectador. Pero, a diferencia de otros textos susceptibles de traducción, el texto fílmico cuenta con varios canales de información: la imagen, el sonido, el ruido y el lenguaje hablado».
Pues sí, como si traducir no fuera ya lo bastante complejo, abordar la traducción de una película lo es más por todos estos factores a los que hay que prestar atención porque, como comenta Martínez: «El guion hablado de una película se coordina con los otros canales informativos con los que cuenta el lenguaje cinematográfico. Desde esta perspectiva, resulta lógico sostener que la traducción —el doblaje o la subtitulación— de ese guion hablado se considere subordinada a la imagen, al sonido, a los gestos de los actores, e incluso a la coincidencia del mayor número posible de consonantes labiales, etc.».
Pero, como vemos, hay mucho más y la cultura pesa mucho. Para hablar de casos concretos, un ejemplo famoso es el de Regreso al futuro del que ya hablé en un artículo anterior sobre adaptaciones culturales. En una de las entregas de la trilogía, la madre de Marty McFly se dirigía a él como Calvin porque en sus calzoncillos tenía escrito Calvin Klein. En España, dado que por entonces no había llegado aún esa marca, se cambió a Levi Strauss. Es un caso de referencia cultural adaptada que respeta también el idioma de partida, es decir, se opta por usar una marca americana que encaja en las dos lenguas y no provoca extrañeza en la versión española.
Podemos encontrar más ejemplos de adaptaciones y cambios por diferencias entre culturas (y no solo idiomas) en muchas más películas, sobre todo en las dirigidas a un público más joven. Por ejemplo, en Monstruos University (Monsters University, 2013) las notas cambian según el país, los textos en pantalla se traducen todos y se producen modificaciones curiosas como la siguiente.
En un momento del largometraje, Randall, el monstruo que más tarde sería el villano de Monstruos S.A., quería que los demás compañeros le aceptaran y preparaba unas magdalenas con el texto «Be my pal» (seamos amigos). Pues bien, en otras versiones, como la española y la británica, estas magdalenas perdieron las letras y pasaron a estar decoradas con caritas sonrientes.
¿El problema? Se perdía la gracia cuando en plena persecución de la mascota de la universidad rival, Sully y Mike le tiraban la bandeja y Randall terminaba con un «lame» (soso, bobo, tontaina) en la cara porque las letras se habían desordenado.
Y ya que estamos con textos…
Textos en pantalla
En el caso de la película de Pixar, el quid estaba en las imágenes en movimiento, pero pueden darse cambios también en los textos que aparecen en pantalla. La mayoría de las veces lo que se lee, sea un texto escrito, una carta, un cartel, etc., se ve en un subtítulo. Es la solución más rápida y barata porque no implica cambiar la imagen.
Sin embargo, por cuestiones culturales puede que este texto cambie también en la imagen. Un buen ejemplo lo encontramos en Capitán América: El soldado de invierno (2014). El protagonista elabora una lista de cosas que se ha perdido al estar congelado y que debe repasar para estar al corriente de todo. Lo curioso es que la lista cambia según el país. Solo se mantienen la comida tailandesa, Star Wars, Star Trek, Nirvana, Rocky y la canción de Marvin Gaye; lo demás va variando.
Versión original
En la versión española, por ejemplo, añaden a Rafa Nadal, Héroes del Silencio, Camino José Cela, la Constitución de 1978 y el Chupa Chups. Claro, de todos es sabido que el caramelo marcaría un antes y un después en nuestras vidas.
Versión española
En Francia, por ejemplo, Daft Punk toma el relevo de Héroes del Silencio (a ver si son los mismos bajo ese casco…).
Versión francesa
En el Reino Unido no podían faltar los Beatles.
Versión inglesa
Y en México… ahí está Shakira, aunque sea colombiana.
Versión mexicana
Mucho más que palabras
Los dos ejemplos que veíamos al principio del artículo llaman mucho la atención porque son cambios completos de imagen, pero en una película pueden darse muchos momentos complejos para la traducción que no tengan que ver con elementos verbales. Un ejemplo de esto sería el gesto de Uma Thurman en Pulp Fiction (1994):
En este caso, como comenta Patrick Zabalbeascoa en su artículo La traducción del humor en textos audiovisuales (recogido en el libro anteriormente mencionado), se da un chiste paralingüístico, aquel que depende de una combinación de elementos verbales y no verbales. Es decir, lo que se diga va a estar supeditado a lo que se vea (un gesto, una caída, una aparición, el sonido de un disparo etc.).
En este momento de la película, Vincent Vega, personaje interpretado por John Travolta, le pide a Mia Wallace, Thurman, que lo lleve a otro restaurante para cenar, a lo que ella le responde «You can get a steak here, Daddio. Don’t be a…» y dibuja en el aire un rectángulo (aunque más bien debería ser un cuadrado porque la expresión en inglés es don’t be square).
Explica Zabalbeascoa que el sentido en inglés de «no seas antiguo» dista mucho de una traducción literal de «no seas» y luego ver el cuadrado en la pantalla, que encima va reforzado por unas líneas de puntos. Una solución puramente verbal, dice, «sería buscar una expresión en castellano que acabara con «cuadrado» y encajara en el contexto (tipo «no seas un cabeza… cuadrada» o quizás «no seas tan… cuadrado», aunque las dos son mejorables). Una solución más tecnológica consistiría en borrar la línea de puntos de la imagen para dar cabida a versiones menos literales («abre tu mente», «rompe tus esquemas» que dieran otra interpretación al gesto de la actriz)».
¡Arguméntame esta!
Ahora bien, como adaptaciones que se llevan la palma, porque más que adaptaciones son cambios de argumento y de guion integrales, están los ejemplos de los que se hacía eco la agencia EFE esta misma semana.
Esto va más allá de cuestiones lingüísticas y se aparta de la traducción, que es lo que nos ocupa en este blog, pero según filtraciones de Wikileaks, los productores de la película Píxels (2015) «cambiaron el guion para evitar que en él hubiera menciones a China, con el fin de no herir sensibilidades en ese país y que la cinta pudiera ser estrenada en sus cines».
Dan más ejemplos, como el deWorld War Z, en la que se cambió ligeramente el argumento y se quitó la sugerencia de que el virus que volvía zombi a los seres humanos se había originado en China. O de Skyfall, de la que retiraron escenas en las que un soldado chino era asesinado, así como referencias a que el villano de la película parte de su maldad al hecho de haber sido torturado en una prisión asiática.
Según el artículo, «estos y muchos otros cambios de guion se justifican en un momento en el que el mercado chino, aún con mucho potencial de crecimiento, se está convirtiendo en el más importante de Hollywood en el exterior, y en ocasiones en tabla de salvación de grandes superproducciones que fracasan en Occidente pero no en Oriente».
Y, sin llegar a estos extremos, cambiar el contenido de los tráileres es algo bastante común. Seguramente os habréis dado cuenta de que, en ocasiones, lo que habíais visto en el avance no aparece en la película. Pues bien, dependiendo del país, se hace hincapié en ciertos contenidos para hacer que la película resulte más atractiva y llame la atención de los espectadores. Algunos ejemplos de esto lo encontramos en Los Vengadores, Lincoln, ¡Rompe Ralph!, Prometheus o Godzilla.
En definitiva, ya sea por motivos económicos, políticos, lingüísticos o culturales, muchas películas pueden sufrir cambios sustanciales y no siempre son cosa del traductor, que os veo venir. Aunque pueda haber consultas (me ha pasado en subtitulación), nos compete lo lingüístico. El lenguaje es la base de la cultura y deben verse las estrategias que se utilizan en el texto fílmico para determinar el entorno cultural. El texto es parte de la cultura y la unidad de traducción es la cultura misma, pero nosotros no decidimos estos cambios tan grandes de imagen.
¿A vosotros qué os parece? ¿Todas las modificaciones son aceptables? ¿Debería respetarse más el original en lugar de adaptarlo tanto al espectador meta? El debate —¿o la polémica?— está servido.
Este fin de semana he conseguido visitar (¡por fin!) una exposición a la que tenía muchas ganas: Pixar. 25 años de animación (CaixaForum, Barcelona, hasta el 3 de mayo). Todo un lujazo para los interesados en la animación, ya sea por las historias o el virtuosismo técnico de las películas.
Al salir de la exposición caí en la cuenta de que no había hablado todavía de la traducción de este tipo de películas, al menos las que yo he traducido de DreamWorks, puesto que sí hablé del doblaje y la subtitulación de Ice Age hará un tiempo.
Como han pasado ya unos años y estas películas están más que estrenadas en cine, televisión y DVD, que es el formato para el que realicé los subtítulos al catalán, supongo que puedo hablar de ellas sin problemas (ya sabéis cómo va esto de los NDA o contratos de confidencialidad). Así pues, os contaré el proceso, las dificultades y algunos detalles más.
Algunas de las películas de animación que he subtitulado
1. LAS PELÍCULAS DE ANIMACIÓN: El proceso de creación
Lo primero es lo primero: la película de animación en sí. No entraré en detalles porque sabéis de sobra de qué se trata, aunque si queréis conocer los distintos tipos que existen, echadle un vistazo a esta página de la Universidad de Huelva: El cine de animación.
¿Por qué es importante conocer el proceso? Bueno, por curiosidad traductora y para conocer el producto, lo primero. Pero, sobre todo, porque cuando encargan una película suelen venir después otros encargos más pequeños: los comentarios del director y los actores, el tráiler (o avance, para evitar el anglicismo), el anuncio del videojuego o el juguete, las tomas falsas y el making of (el cómo se hizo, vaya), y hay que estar preparado para traducir de todo.
A continuación veremos el ejemplo de Pixar, pero las demás empresas de animación suelen trabajar de una forma muy parecida. Encontrareis más detalles sobre cómo trabaja Pixar aquí.
a. La propuesta
Un creativo prepara una idea y la presenta al equipo de desarrollo y animación, donde su mayor reto es lograr que el equipo se interese y vea las posibilidades de llevar adelante el proyecto.
b. El guion
Todo empieza con el guion. Las ideas se plasman en el papel de una forma concreta: qué sucede, cuándo sucede y a quién. Suele ser muy completo y consta de descripciones detalladas del ambiente y de las emociones de los personajes. En eso no se diferencia mucho de un guion para una película no animada.
c. El storyboard
El guion pasa a la secuencia visual gracias a unos dibujantes encargados de crear el storyboard o guion ilustrado, que se compone de bocetos basados en el diálogo y las acciones que se detallan en el guion. Estos dibujos se cuelgan en un tablero y se organizan para formar las escenas y mostrar cómo se suceden las acciones.
Guion ilustrado de Toy Story
d. El storyboard digital
Los dibujantes que se han encargado del guion ilustrado entregan sus dibujos a los editores, que los pasan a un formato de vídeo llamado reel o animática. En este punto prestan atención al ritmo dramático y añaden diálogos, efectos sonoros y música provisionales para que la historia se vea en un formato más parecido al de una película.
Como traductor, es posible que traduzcas escenas no incluidas en la película como material adicional de la misma. Estas escenas suelen estar hechas de esta manera, con un storyboard digital y voces superpuestas.
e. El colorscript
El colorscript, o paleta de colores, es un mapa de la evolución emocional de la película, a diferencia del storyboard, que se centra en la acción. En este paso se representa la historia con grandes pinceladas y sin tanto detalle como en el guion ilustrado, en el que, además, los dibujos están en blanco y negro. Se presta atención a la gama, los tonos y la saturación para captar la atmósfera y las emociones que quieren transmitirse en cada secuencia.
Por ejemplo, aunque lo siguiente no es un colorscript, sí da una idea de cómo el color ayuda a transmitir emociones. La alegría y la felicidad se representan con tonos cálidos; los colores fríos se emplean para el miedo y la tristeza.
Para plasmar los personajes y los decorados, el director trabaja con el diseñador y con un equipo de ilustradores que dibujan muchas versiones de los personajes y sus entornos; exploran distintas ideas de diseño y se fijan en todos los detalles. El diseño definitivo se decide entre las propuestas que reflejan el entorno más verosímil en el que pueden habitar esos personajes.
g. Los estudios de modelo
Cuando el director aprueba el modelo, el artista crea blueprints o guías que los técnicos deben seguir para construir el modelo digital. Los estudios de modelo convierten los detalles del diseño del personaje en pautas de construcción específicas para formas tridimensionales más complejas.
h. Las maquetas
Los escultores se basan en los dibujos de desarrollo para crear maquetas, una escultura de arcilla muy útil porque permite ver al personaje desde cualquier ángulo. Los modeladores en 3D usan estas maquetas como referencia para ver cómo funcionan los distintos elementos del cuerpo de un personaje.
Un modelo de Sully, de Monstruos S.A., en la exposición de Pixar
i. La grabación de los diálogos
Antes de que los animadores puedan empezar a trabajar en la película hay que grabar los diálogos definitivos. El equipo editorial graba las voces de los actores de doblaje en un estudio y, después, los animadores trabajan a partir de las palabras y el tono de los intérpretes para sincronizar los movimientos y las emociones.
j. La modelización y el rigging
Los modeladores en 3D construyen los personajes y los escenarios por ordenador a partir de dibujos, estudios de modelo y maquetas. Los modeladores digitales deciden entonces cómo y por dónde se dobla y mueve un personaje, su flexibilidad, etc. En un proceso llamado rigging se incorporan al modelo miles de controles llamados avars (variables de animación). El rigging es el proceso de preparación previo a la animación de objetos o personajes y consiste en trabajar un esqueleto que permita articular los movimientos que se van a animar.
El layout. Este departamento se ocupa de la colocación de la cámara y la ubicación de los personajes.
La animación: el blocking o bloqueo. Se trabaja en los primeros movimientos. Se escuchan los diálogos y se buscan los gestos y las posturas adecuadas.
La animación: el polish o pulido. En este punto se añaden los detalles: respiración, movimiento de pies y la complicada expresión facial que debe corresponder al diálogo.
El shading y la texturización. Se aplica color, textura, sombras, etc. a las superficies.
El pelo. Un apartado aparte para conseguir que el pelo parezca natural tanto en reposo como, sobre todo, en movimiento.
La iluminación. Para que sea verosímil, se añaden unos focos virtuales que iluminen todo lo que hay en el escenario digital. Luego se van añadiendo otros toques de luz para dirigir la mirada del espectador a lo importante.
k. La renderización
Es el proceso informático mediante el cual se comprimen las imágenes en unas bidimensionales que puedan pasarse a la película o exhibirse con un proyector digital. La matriz informática que lo realiza se llama «granja de render».
En cuanto a números, en una película hay 24 fotogramas por segundo y como hay 60 segundos en un minuto y la cinta suele durar 90 minutos, se necesitan 129 600 fotogramas o imágenes individuales para completarla.
Para terminar, se compone la música y se añade la banda sonora que acompañará algunas de las escenas. Y, bueno, el resto es historia.
2.EL ENCARGO: Cuestiones laborales y material de referencia
Estas películas, de una hora y media de duración, suelen tener unos 1 000 subtítulos. El tiempo para realizar la traducción es de unos tres o cuatro días. Si bien es más holgado que en el caso de las series de dibujos —que hay que traducir de un día para otro—, siempre es poco tiempo para pensar en todas las soluciones.
Por suerte, el material que el cliente da es abundante y va muy bien para trabajar el texto. En mi caso, suelo disponer de la guía de estilo de la empresa o del cliente, Paramount, DreamWorks, etc. Suelen variar de unos a otros porque no todos aplican las mismas convenciones.
Aquí va una tabla con algunas de las cuestiones que recogen estas guías, por lo menos las que he recibido de mis clientes. Evidentemente puede variar.
Además de esta guía, hay documentos con los nombres oficiales de los personajes (sobre todo cuando estos tienen un significado) y la traducción de sus coletillas. Esto es especialmente útil cuando toca trabajar en una segunda o tercera parte (estoy pensando en Shrek, de las que hice la segunda y cuarta entrega) o cuando no has visto la película.
A veces, incluso, puede que dispongas del archivo de audio con el doblaje. Por ejemplo, cuando traduje Cómo entrenar a tu dragón al catalán, tuve acceso al audio del doblaje en castellano. Desde luego, no vale el «escucha y pega», pero puede ir bien cuando te atascas en algún juego de palabras.
Contexto e información de apoyo para Kung Fu Panda
Frases y coletillas de los personajes de El gato con botas
3. EL PROCESO DE TRADUCCIÓN
Cuando llega el proyecto, el cliente te da acceso a un FTP con todo lo que necesitas: película, plantilla de subtítulos en inglés y material de referencia. La película puede ser en color o en blanco y negro y suele llevar siempre una marca de agua o una franja con el nombre del traductor para evitar filtraciones.
La plantilla de subtítulos es un documento RTF y, por suerte, el pautado (también llamado spotting, el marcado del tiempo de inicio y salida del subtítulo) ya está hecho. Es una suerte porque así puedes centrarte en la traducción en sí. Para este cliente no trabajo con ningún programa específico. Por ejemplo, puedo trabajar con los dos documentos en paralelo y el vídeo a un lado.
Otra opción, que encuentro más cómoda, es trabajar con Trados, puesto que así me aseguro de no tocar los códigos de tiempo. Una vez lo tengo listo, vuelco la traducción y lo repaso todo de nuevo en el RTF, asegurándome también de no haberme excedido de caracteres. Eso es lo malo de no trabajar con programas de subtitulación, que suelen marcar al momento si te excedes de caracteres.
Documento abierto en Trados para no tocar los tiempos
4. EL LENGUAJE: Características y dificultades
Como comentaba en el artículo comparativo de las versiones de Ice Age, la animación suele ir dirigida a un público más joven, de modo lo que el humor es un ingrediente básico con todo lo que ello supone para el lenguaje: chistes, juegos de palabras, exageraciones, comparaciones jocosas, etc.
Además de acústico, este humor es muy visual e intenta imitar las características propias de la oralidad, es decir, naturalidad, espontaneidad, frases inacabadas, interjecciones, onomatopeyas…
Un ejemplo de gag. Po, el panda, descubre que su padre oca no es el biológico
El lenguaje es bastante sencillo en general: las estructuras sintácticas son simples, las frases son relativamente cortas y el tono es distendido, aunque eso no significa que las películas de animación sean más fáciles de traducir. No es infrecuente encontrar frases en el original que son ligeramente formales y que hay que adaptar en la traducción.
Por ejemplo, Kung Fu Panda 2 empieza con una especie de relato en plan fábula o leyenda y había que darle un toque más formal, en este caso con los tiempos verbales:
Además, estamos hablando de subtitulación, de modo que lo más frecuente es tener que acortar frases. Esto dificulta y hasta imposibilita recoger completamente todos los significados de la frase original. En este caso debemos seleccionar los significados prioritarios, los que garantizan que el espectador no pierda el hilo. En este sentido, prescindimos de repeticiones, interjecciones y elementos que ya se vean en pantalla, por ejemplo. Por suerte, en mi caso siempre trabajo con los subtítulos en inglés, por lo que gran parte de esa reducción ya está hecha.
Otra característica de este tipo de películas son los referentes culturales, que muchas veces son guiños a los adultos, que al fin y al cabo son los que acompañan a los niños a ver las películas. Se pueden encontrar referencias a películas, series, canciones, etc.
El club de la lucha en El gato con botas
También podemos encontrarnos otros idiomas en el original, que hay que ver cómo trasvasar. Por ejemplo, cuando traduje El gato con botas (Puss in Boots) al catalán, en el original había muchas palabras en castellano como guiño al personaje en sí, de origen latinoamericano y doblado por Antonio Banderas en la versión americana. En mi caso fue fácil dejarlas en castellano en mi versión al catalán, pero ese rasgo no pudo conservarse en los subtítulos al castellano.
Los extranjerismos en Puss in Boots (El gat amb botes)
Las canciones son otro elemento recurrente en estas películas. En general, si una canción aparece como adorno no hay necesidad de traducirla. Sin embargo, si la misma canción cumple una función narrativa porque las letras están directamente relacionadas con el argumento, sí hay que traducirla. En este caso hay que emplearse a fondo y traducir letras, ritmos y rimas. Es lo que suele pasar con las películas de la factoría Disney y también con algunas de Pixar y DreamWorks.
En subtitulación, los clientes suelen partir de la misma base: si es pertinente para la trama, se traduce. Recuerdo algunas cancioncillas de Madagascar y de Shrek en las que tuve que emplearme a fondo para que sonaran bien, aunque fueran para leerse. Contar las sílabas es esencial, así como conservar la rima (aunque hay quien defiende que da igual porque no se oye) y, evidentemente, el sentido. Todo un reto.
Por último, otra de las dificultades en este tipo de películas la encontramos al traducir los comentarios del director y el cómo se hizo, ya que abundan los conceptos técnicos. Si bien muchas veces se dejan en inglés, hay que asegurarse de entender bien el proceso (de ahí la importancia de saber cómo se hace una película de animación) y traducirlos correctamente.
Para este vocabulario más técnico y especializado, aquí van algunos enlaces útiles:
Seguro que me dejo algo en el tintero, pero con suerte tendréis una buena idea de cómo van estos proyectos de subtitulación, al menos por lo que yo he visto, traducido y revisado.
Por supuesto, hay muchas variables en este proceso: el cliente, que puede que tenga programa propio o pida al traductor que trabaje con el suyo, además de exigir ciertos requisitos; el tiempo, porque no es lo mismo subtitular para el cine o la televisión que para el DVD; el tipo de encargo, porque si piden traducción y pautado, esto último requiere más tiempo y, por consiguiente, cobrarlo extra; y muchos elementos más.
Espero que os haya gustado y nos vemos muy pronto.
Una de las cosas que más cuestan, en literaria y también en audiovisual, es transmitir naturalidad y que el texto no suene a traducción precisamente. Eso pasa por trasvasar correctamente y de una forma creíble los insultos y las expresiones malsonantes, entre otros. Seguro que tenéis muy presentes algunos doblajes y traducciones impresas que abusan de los «maldito/a» y «puto/a» o emplean expresiones que en la vida real no usamos tanto. Hace poco oí incluso un «esto apesta» para traducir un «this sucks» que se podría haber resuelto con mayor naturalidad con un «esto es una mierda» o «vaya mierda de…», por ejemplo. Por no hablar de la gran metedura de pata en el doblaje de St. Elmo, punto de encuentro (1985) y su «el amor chupa» («love sucks«).
Y es que parece que el tema de los «tacos» y el lenguaje soez en general no está bien resuelto. Como dice Joan Fontcuberta en su artículo incluido en La traducción para el doblaje y la subtitulación (Duro, 2001): «No se ha estudiado con profundo rigor la función social y comunicativa de los insultos, los tacos y las exclamaciones en general. Los diccionarios ayudan poco o nada en estos casos; suelen dar traducciones neutras que casi nunca coinciden con la intención de quien los profiere o con la situación en que se producen».
Además sabemos que, como con tantas otras cuestiones, todo «depende» en traducción. Un buen trasvase depende del medio social del personaje que dice el taco, de la situación que lo haya provocado a expresarse así (no es lo mismo el miedo que la rabia) y de a quién va dirigido el mensaje. Por ejemplo, el personaje de Travolta en Pulp Fiction no imprecará de la misma forma que el timorato Flanders de Los Simpsons. ¿Quién diría «¡Me cago en la puta!» y quién «¡Córcholis!»? Sí, son mundos opuestos pero son un buen ejemplo de esto.
Por su parte, Xosé Castro (1997) habla en un artículo de la «alta traición» que hay que cometer a la hora de abordar este tipo de traducciones: «[…] debemos traicionar intencionadamente al texto cuando nos encontramos expresiones vulgares y malsonantes, mucho más variadas en nuestra lengua que en inglés y que, sin embargo, se ven una y otra vez mutiladas por la falta de imaginación de algunos traductores (jodido, jódete, bastardo, etc.). El habla vulgar y la germanía también es muy fértil en castellano y no se le saca todo el partido por miedo a hacer una adaptación demasiado libre del texto original».
A continuación expongo algunos ejemplos reales del doblaje que hice para The Good Guys, una serie policíaca, y de las traducciones para los subtítulos de Sons of Anarchy, en los que abunda el lenguaje malsonante (porque va de unos moteros muy machotes) y de Paranormal Activity 4, con muchas expresiones de este tipo motivadas por el miedo de los personajes. [Tendría que haber hecho una estadística de las veces que los personajes decían «What the fuck!» o «Holy shit!«.]
Lo que aquí encontraréis, por lo tanto, son algunas formas de trasvasar estas expresiones pero no pretendo sentar cátedra ni establecer reglas fijas. Hay mil maneras de traducir las cosas y cada maestrillo tiene su librillo. Y tampoco animo a salpimentarlo todo con estas palabras soeces: hay que tener en cuenta las preferencias y/o exigencias del cliente.
En esta tienda de Osaka no se han enterado de que no es necesario ser faltón para vender
LOS INSULTOS
Todas las lenguas son ricas en este tipo de léxico pero las expresiones no son siempre equivalentes. Por ejemplo, el «cunt» inglés es excesivamente ofensivo (The Oatmeal le ha dedicado un cómic, incluso) mientras que, en español, el «coño» está en boca de todos (no pun intended).
En palabras y expresiones tan enfáticas como estas, lo esencial es transmitir el tono (enfado, sorpresa, miedo, etc.) con lo que muchas veces los términos no coincidirán.
Veamos algunos ejemplos de insultos:
Aquí me pareció más natural utilizar esta expresión en lugar de optar por un simple adjetivo y ser más literal («scumbag» suele ser «basura», «escoria»…). Un cambio parecido al del caso siguiente: «twerp» puede ser «bruto»o «idiota» pero «imbécil» me pareció más fuerte.
Muchas veces, los insultos vienen dados por la apariencia de la persona, ya sea rasgos físicos o por la ropa que lleva:
En este caso la literalidad no me acababa de gustar, por muy simpática que resultara una pajarita, de modo que lo extrapolé un poco para que siguiera teniendo el matiz de algo raro y ridículo.
Esta última expresión, a la vez, es una referencia cultural. Los «munchkin» son unos hombrecitos que aparecen en el libro El maravilloso Mago de Oz, de Lyman Frank Baum.
Muchas veces encontraremos expresiones que no son excesivamente insultantes pero sí despectivas y, por lo tanto, no debemos pasarnos de la raya.
En los casos en los que es posible opto por usar el sufijo despectivo -ucho/-ucha o cambiarlo un poco y añadirle un adjetivo peyorativo.
EXPRESIONES MALSONANTES
En The Good Guys se intentaba reflejar el día a día de una comisaría, la calle, los criminales, y por eso había muchas expresiones malsonantes como indicador de naturalidad.
En los fansub de esta serie se optó por una versión mucho más literal que no encuentro muy acertada para doblaje porque le falta naturalidad, especialmente la respuesta. Me gusta «puñetero/a» pero no en esa construcción.
La idiosincrasia de uno de los personajes de la serie policíaca, Dan, hacía que algunas veces las expresiones no fueran convencionales y tuvieran un toque antiguo o ridículo, como esta:
Volvemos a tener un «damn» pero combinado con el «hot» no tiene mucho sentido o, al menos, no es una combinación que se oiga mucho por EE.UU., por lo que traté de reflejarlo con una expresión que tuviera doble sentido y también tuviera su gracia.
En este fragmento, por ejemplo, el «damn it» está traducido de otra manera porque la situación lo requería. El efecto de este fragmento no debía ser humorístico sino que debía expresar su mal humor. Un «mierda» también hubiera quedado bien.
Aquí no me parecía que hubiera que reproducirlo por una expresión realmente malsonante, de modo que opté por reproducir el sentido y darle el tono que requería el contexto. A diferencia de los fansub, donde sí se tradujo con el recurrente «puto/a».
El siguiente ejemplo me llamó especialmente la atención no porque fuera excesivamente malsonante sino porque debía recogerse con la fuerza que requiere la situación, algo que los fansub no consiguieron por su literalidad:
En este sentido, hay veces que nuestra opción será más fuerte que el original. Pienso, por ejemplo, en el típico «no kidding» que en español queda mejor con un «¡no jodas!», siempre que las circunstancias lo permitan. No olvidemos también el socorrido «no me digas» pero, por favor, nada de «¿bromeas?».
MAQUILLAR LA BLASFEMIA
Algo que me ha parecido curioso siempre es cómo muchas lenguas usan eufemismos a la hora de imprecar para no caer en la blasfemia. Me da la impresión de que en España empleamos bastantes expresiones de tintes religiosos sin tantas cortapisas. No nos ponemos las manos a la cabeza cuando alguien «se caga en Dios» o se exclama con un «Jesús, María y José».
Veamos algunos casos en EE.UU., el Reino Unido o Francia:
1. En los Estados Unidos:
gad, gosh, por God
gee, gee whiz, jiminy whiskers, jiminy christmas por Jesus Christ
criminy por Christ
heck por hell
darn, dang por damn
2. En el Reino Unido:
gadzooks por God’s hooks (los clavos de Cristo)
zounds por God’s wounds (las llagas de Cristo)
3. En Francia:
sacre bleu por sacre Dieu (Dios santo)
morbleu por Mort de Dieu (muerte de Dios)
parbleu por par Dieu (por Dios, de forma similar al castellano «pardiez»)
¿Cómo podemos reflejar esto como es debido en una traducción? No sé de ninguna expresión española eufemística para estos casos y está claro que si encontramos una expresión de estas en el texto original es por algo; se ha querido rebajar un poco el tono. Si alguien dice «Gee, that hurts!» lo mejor es evitar el «joder» (descarto hablar de figuras religiosas en este caso) y optar por un «caray», por ejemplo.
LAS MIL Y UNA CARAS DE «SHIT» Y «FUCK»
Para terminar me gustaría recoger algunas de las traducciones más habituales para las siguientes expresiones. Si tenéis alguna sugerencia o comentario acerca de las opciones que aquí propongo, no os cortéis, sed insolentes y dejadme un comentario soez. Y, si os gustan, os podéis descargar la recopilación aquí: La traducción de shit y fucking.
Shit
«Shit» es muy recurrente como expresión pero parece que tendemos a trasvasarla demasiado con «mierda» cuando no siempre corresponde con nuestra indignación escatológica. Fijaos en el siguiente cuadro las muchas (y variadas) maneras que hay de usar el término y entenderéis lo que os decía de lo recurrente de la palabrita:
Como expresión no siempre aparece sola; «holy shit!» es bastante común para expresar sorpresa, principalmente. En español podríamos traducirlo así:
darle hostias a algn / dar una paliza (un palizón) / darle de hostias hasta en el carné de identidad
it’s a crock ofshit
exp.
es una gilipollez
to be full ofshit
exp.
no tener ni puñetera idea
to have {or} take ashit
exp.
cagar
to be in theshit
exp.
estar bien jodido(s)
toughshit
exp.
te jodes / ¡mala suerte!
shit-scared
adj.
cagado / aterrorizado / muerto de miedo
shit-hot
adj.
Estupendo / que te cagas
shit-hole
n.
un lugar de mierda, un tugurio…
holyshit!
exp.
¡Mierda! / Me cago en (la puta)
noshit?!
exp.
¡No (me) jodas!
to have the shits
exp.
tener el vientre descompuesto
as thick as (pig)shit
exp.
más burro/bruto que la hostia
Fuck
«Fuck» aka «the F word» es omnipresente en todas sus formas: «fucking«, «fucked«, «fucker«, «motherfucker«, «motherfucking«. ¿Qué sería de películas como Pulp Fiction sin ella? Seguramente duraría la mitad, si llega.
Si os interesan los orígenes y los usos de esta palabra os recomiendo el siguiente vídeo, aunque casi es mejor escucharlo que verlo porque está plagado de faltas de ortografía.
Veamos algunas opciones:
fucking hell!
exp.
¡joder! / ¡coño!
it was fucking awful
exp.
fue de puta pena
it’s fucking cold!
exp.
¡hace un frío del carajo! / …que te cagas
that’s no fucking good
exp.
no vale una puta mierda
I don’t fucking know! / fuck knows!
exp.
¡no lo sé, coño! / ¡qué coño sé yo!
fuck (it)!
exp.
¡joder! / ¡carajo! / ¡a tomar por el culo!
fuck you!
exp.
¡que te den por culo! / ¡jódete!
fuck off!
exp.
¡vete a tomar por el culo! / ¡vete al carajo! / ¡vete a la chingada!
it’s fuck-all use
exp.
no sirve para una mierda
you dumb fuck!
exp.
¡tonto de los cojones!
fuck this car!
exp.
¡este coche de mierda! / puta mierda de coche / ¡este coche del carajo!
Fucking es polifacética y dependiendo de la palabra a la que acompañe (su categoría sintáctica y sus rasgos semánticos) podemos traducirla de tres modos distintos.
1. Con un expletivo tabú colocado al principio o al final de la oración y separado con una coma. Se pueden usar: joder, coño, hostias, pijo, cojones… Es la mejor opción cuando fucking va delante del verbo y también cuando modifica a un adjetivo.
We’re here to fucking sell! = ¡Estamos aquí para vender, joder!
What is she fucking thinking? = ¿Pero en qué coño está pensando?
Don’t fucking touch me! = Que no me toques, hostia.
2. En posición pre-nuclear, traducido como un adjetivo que se coloca antes del núcleo al que modifica. Palabras que pueden usarse: cochino, jodido, puto…
Pick up the fucking chalk! = ¡Coge la puta tiza ya!
3. En posición post-nuclear, traducido como un sintagma preposicional colocado después del núcleo al que modifica. Algunas opciones: de mierda, de la hostia, de los cojones.
Open the fucking door! = Abre la puerta de los cojones
Muchas veces se pueden usar las tres opciones en una misma frase:
Fucking car! = ¡Joder con el coche! / ¡Puto coche! / ¡Coche de mierda!
Y en otras ocasiones, la expresión puede cambiar bastante:
I don’t fucking care = Me importa una mierda / Me suda la polla (más nuestra)
This is fucking awesome = ¡Es la hostia! / ¡Es la polla!
Por último, en relación a esta manida palabrita, también encontramos la expresión What the fuck / what the hell!:
¿Qué os parecen estas soluciones? ¿Propondríais alguna más? ¿Hay alguna de estas cosas que no diríais nunca?
Y, próximamente, el insulto en España y todas sus variantes. Daremos un repaso a los insultos propios de cada comunidad autónoma.
“Insults i renecs. Estudi comparatiu anglès-català”. Dentro de: Montserrat Bacardí (ed.), Actes del II Congrés Internacional sobre Traducció. Bellaterra: Servei de Publicacions de la Universitat Autònoma de Barcelona, p. 235-243.http://ddd.uab.cat/pub/llibres/1994/25/coninttra_a1994_3.pdf, p. 235-243.
Pero no Lecturas con L mayúscula. Me aparto un poco del tema, pero ¿os imagináis una revista Lecturas para traductores? Como si lo viera: fotos a todo color de los académicos de la RAE con sus modelitos en la playa, Chomsky posando en su casa de campo, Xosé Castro revelándonos sus trucos de belleza o una sección de moda con lo último en pijamas para traducir cómodamente en casa…
Evidentemente me refiero a otra cosa. A lo largo de la carrera, los distintos cursos y también el día a día de la práctica traductora, uno va adquiriendo un bagaje cultural y lingüístico importante, tanto literal como metafórico. Siempre he pensado que el saber sí ocupa lugar, sobre todo si vives en un pisito (con énfasis en el sufijo diminutivo). Pero no me quejo; estos libritos me han sacado de algún apuro en algún momento u otro. Esta, pues, es mi colección de libros sobre lengua y traducción. No es tan extensa como la de Mox pero dadme tiempo…
Empezamos con las herramientas de escritura. Si bien son dos libros distintos, los dos abordan las cuestiones de estilo y sobre todo ortotipográficas de la lengua española. El libro de Ramón Sol es más un manual de consulta (esencial en traducción literaria porque aporta ideas muy claras sobre la escritura de los diálogos, por ejemplo) y el segundo, Perdón, imposible, se centra más en la puntuación con ejemplos tomados de varias fuentes con una pizca de humor.
Paralelamente, otro clásico en cuestiones de estilo es el Manual de estilo de la lengua española de Martínez de Sousa por lo completo que es. Habla de normalización lingüística, de derechos de autor, de cómo citar referencias bibliográficas, de sintaxis, de ortotipografía… en fin, de todo.
En cuanto a traducción audiovisual, considero que estos cuatro libros son bastante buenos, aunque de decantarme por uno, escogería el libro de Miguel Duro,La traducción para el doblaje y la subtitulación. Recoge varios artículos de profesionales que tratan temas bastante diversos dentro de la TAV de los que se puede sacar mucho jugo. Algo parecido pasa con el libro de Chaume, también muy útil, si bien bastante teórico.
Los otros dos, de Ávila y Díaz Cintas, están más centrados en la práctica profesional del doblaje y del subtitulado respectivamente pero vale la pena echarles un ojo si es tu especialización o te interesa mucho el tema.
Otro pilar en TAV es Traducción y Doblaje: Palabras, Voces e Imágenes de Rosa Agost (Ariel) pero está descatalogado y me ha resultado imposible encontrarlo y eso que lo he buscado en librerías especializadas e Internet, pero nada. Diría que solo puede encontrarse en bibliotecas.
De los años universitarios conservo este manual de tres profesores de la Universitat Pompeu Fabra. Diría que es de los pocos o el único que aborda la traducción al catalán y además de aportar algunos trucos útiles es una buena herramienta de consulta en temas de estilo. Además, propone ejercicios muy interesantes.
No estoy especializada en traducción jurídica pero alguna vez he traducido algún documento y este librito me ha ido bastante bien. Contiene muchos ejemplos de textos y vocabulario que valen la pena. Podría ser un poco más exhaustivo pero cumple lo prometido.
En cuanto a libros sobre traducción en inglés, recomiendo fervientemente la colección de St. Jerome Publishing. Tienen un catálogo variado de libros sobre traducción a buen precio y los portes son gratuitos.
El libro de Díaz Cintas es una traducción al inglés de su libro en Ediciones Almar pero lleva un DVD muy útil con vídeos para practicar y el programa WinCAPS.
Siguiendo con el inglés, Thinking Spanish Translation es un buen manual para los interesados en traducción inversa. Está pensado para un angloparlante que quiera dedicarse a la traducción ES-EN pero tiene apartados muy interesantes como la traducción como producto, los aspectos culturales y la traslación de las estructuras pasivas e impersonales, por poner algunos ejemplos.
Is that a Fish in Your Ear? de David Bellos es una defensa del arte de la traducción en toda regla. Aborda todo tipo de temas tan diversos como el concepto que la gente tiene de la traducción, la traducción automática o la literalidad en las traducciones con anécdotas y con humor, que siempre se agradece.
En cuanto a libros acerca de la práctica traductora en sí están estos dos volúmenes que quizá os suenen de la red, como How to succeed as a freelance translator de Corinne McKay y su página TranslateWrite. Del libro de McKay destacaría las secciones acerca de cómo buscar, tratar y mantener a los clientes. Ya se sabe que, muchas veces, el sentido común es el menos común de todos y ofrece ejemplos muy útiles al respecto.
El de Samuelsson-Brown ofrece una visión más general y desde cero de la práctica y el día a día de un traductor: desde cómo hacerse traductor autónomo y tener el equipo adecuado hasta montar una agencia. De todo un poco. Ninguno de los dos son biblias de la traducción precisamente pero se pueden encontrar algunos datos interesantes.
Otro que también habla de la práctica traductora pero desde un punto de vista más irónico y en forma de cómic es Mox, el personaje creado por el traductor Alejandro Moreno-Ramos. Yo me he sentido bastante identificada con muchas de las viñetas.
En cuanto a lengua inglesa, estoy enamorada de este libro de Eric Partridge. Contiene muchas frases hechas y otras expresiones comunes en inglés británico, estadounidense, australiano, etc. que vale la pena conocer. Ofrece una explicación muy detallada así como su origen.
Por último, para los curiosos de la lengua inglesa recomiendo The Cambridge Encyclopedia of the English Language de David Crystal. Este volumen cubre la historia del idioma, sus dialectos, el uso sexista de la lengua, el inglés en los medios de comunicación… Todo (o casi todo) lo que hay que contar del inglés explicado de una forma muy amena.
Otros recursos en línea
Estas lecturas no os ocuparán espacio en casa, por suerte. Los siguientes enlaces son artículos y documentos que he utilizado en algún momento u otro y que creo que pueden resultar de interés.
En las redes se habla mucho de las diferencias entre doblaje y subtitulación, y está claro que es un debate muy acalorado. A grandes rasgos sabemos que:
El subtitulado es más auténtico pero rompe con la estructura de la película porque añade algo escrito. Está sujeto a las normas de lenguaje escrito. Suele complementar y condensar la información.
En el doblaje la traducción es más o menos natural porque sustituye lo oral por lo oral, pero nunca creará una impresión 100% auténtica (sabemos que Bruce Willis, por decir algo, no habla castellano).
Partiendo de la base que son estrategias diferentes, analizaremos estos aspectos en Ice Age (2002) y en dos idiomas: catalán y castellano. La película, además, presenta la complejidad añadida del humor, que también veremos y que influye enormemente a la hora de traducir, sea la versión que sea.
En general, al tratarse de una película de animación dirigida a un público más joven el humor es más obvio, directo y fácil; el lenguaje es más sencillo (en principio y eso tampoco significa que las películas de animación sean más fáciles de traducir) . Además de acústico, el humor es muy visual e intenta imitar las características propias de la oralidad, es decir, naturalidad, espontaneidad, frases inacabadas, interjecciones, onomatopeyas, estructuras sintácticas simples…
Analicemos un poquito esto del humor antes de hablar del doblaje y la subtitulación en sí.
Humor visual:
Personajes (de actitudes exageradas/desproporcionadas)
Cámara lenta (por ejemplo, en la escena en la que Sid persigue un melón)
Colores/ escenarios (especialmente pensados para llamar la atención de los niños)
Humor verbal/lingüístico:
Personajes (tono, forma de hablar)
Juegos de palabras:wormy – worm, big bad tigey-wigey, meany-weeny mammoth, knucklehead, bucktooth, Mr. Stinky Drool Face
Abreviaturas: helpin’, makin’, scarin’, need’em, name’s Diego, good lookin’…
Coloquialismos: whoa, jerk, in front of ya, jeez, gotcha, buddy, yuck…
Otras expresiones: zip the lip, impale me, this is cake…
El género de animación y los dibujos animados, además de atraer al público infantil/juvenil, debe atraer al público adulto. Esto se consigue recurriendo a métodos diversos: referencias culturales (visuales, texto hablado), efectos especiales, carga humorística, etc. Ice Age presenta una gran cantidad de recursos humorísticos que favorece la vinculación con el público adulto entre los que destacan, sobre todo:
– Anacronismos. Los anacronismos consisten en presentar un hecho como si ya hubiera ocurrido antes o después del tiempo en que sucedió y, por extensión, incongruencia que resulta de presentar algo como propio de una época a la que no corresponde. Aquí, no obstante, no se trata de errores sino que es una parte fundamental del humor de la película, una licencia poética de los creadores.
VO
VDE
‒ Come on, kids, let’s go. The traffic’s movin’.‒ But, but, but, Dad.‒ No buts. You can play extinction later.
‒ Nada de peros. Ya jugaréis a la extinción luego.
‒ So, where’s Eddie?‒ He said he was on the verge of an evolutionary breakthrough.‒ Really?‒ I’m flying.
‒ Oye, ¿dónde está Eddie?‒ No deja de repetir que está a punto de hacer no sé qué descubrimiento de la evolución.‒ ¿De veras?‒ ¡Vuelo!(tortuga: evolución a ave)
‒ Subarctic temperatures will force us underground for a billion years.
‒ Las temperaturas subárticas nos obligarán a estar bajo tierra billones de años.(pájaro dodo: lucha por la supervivencia)
‒ This whole Ice age thing is getting old.You know what I could go for? Global warming.
Toda esta historia de la edad de hielo está desfasada. ¿Sabéis lo que me gustaría a mí? ¡El calentamiento global!
– Referencias culturales y presentación de situaciones propias del mundo adulto.
‒ That south thing is way overrated. The heat, the crowds – who needs it?
‒ El tema del sur se ha exagerado. Mucho calor, mucha gente, ¿a quién le apetece?
Humor adulto (el sur como símbolo de calor, ajetreo, diversión…)
‒ If you find a mate, you should be loyal. In your case, grateful.
‒ Si encuentras pareja debes serle leal y en tu caso, además, estarle agradecido.
Se transparenta la moral americana. Valores.Nota: leal en vez de fiel.
‒ I think mating for life is stupid. There’s plenty of Sid to go around.
‒ Atarse de por vida es estúpido porque, bueno, hay Sid para todas…
Humor para adultos. Frase típica: despierta simpatía.
‒ Actually, that pink thing belongs to us.‒ «Us»? You two are a bit of an odd couple.‒ There is no «us».‒ I see. Can’t have one of your own, so you want to adopt.
‒ No, porque esa bolita es nuestra.‒¿Nuestra? Pues formáis una extraña pareja.‒ No hay un “nuestra”.‒ Entiendo, no tenéis crías y queréis adoptar.
Clara alusión a los matrimonios homosexuales. Me atrevería a decir que con poca simpatía por lo de “extraña pareja” y el tono sarcástico.
Dinner and a show.
Cena con espectáculo.
Referencia para adultos.
‒ Yeah, well, he needed me, and I only wish I had one of my own, too.‒ Really? I find that attractive in a male.‒ Alas. Who wouldn’t want a family, I always say.
‒ Él me necesitaba y yo siempre he deseado tener un hijito.‒¿En serio? Eso me resulta muy atractivo en un varón.‒ Sí, ya. ¿Quién no desearía tener su propia familia?
Clara alusión a la relación hombre-mujer, en el que las mujeres encuentran “adorables” a los hombres que tienen buena mano con los bebés y desean formar una familia.
‒ He’s not much to look at, but it’s so hard to find a family guy.‒ Tell me about it. All the sensitive ones get eaten.
‒ Es muy feúcho, pero ¡cuesta tanto encontrar un tipo familiar!‒ Dímelo a mí, los sensibles siempre acaban devorados.
Se gana la simpatía del público. Es un guiño a las relaciones adultas.
Versión doblada al castellano y al catalán
Como muestra de la buena salud de la que goza el doblaje en nuestro país, ambas versiones están muy bien hechas. La estrategia predominante en ambas ha sido la naturalización odomestication. Se ha optado por una equivalencia dinámica, es decir, se ha buscado causar el mismo efecto en TO y en TT, en detrimento de la forma. Los principales rasgos observados son:
Adaptación total a la cultura receptora y alejamiento del texto original.
Expresiones típicas castellanas y catalanas con el mismo sentido que la frase o expresión original.
Adaptación de los juegos de palabras y de las rimas en la lengua de llegada.
En general se consigue plasmar sin problemas el sentido y se produce la misma sensación en los espectadores.
Versiones subtituladas
Sin embargo, es en las versiones subtituladas donde encontramos mayor disparidad. De entrada, el canal es muy distinto y el enfoque de traducción deberá serlo también. No es lo mismo escuchar que leer y el destinatario tampoco lo es. Dudo que a un niño muy pequeño se le pongan los subtítulos, por ejemplo, y eso debería influir de algún modo a la hora de traducir.
Además, en subtitulación el mensaje debe ser más conciso por las limitaciones de tiempo y capacidad lectora de modo que, inevitablemente, puede haber pérdidas de información.
No obstante, si hablaba de disparidad era porque las dos versiones subtituladas, la castellana y la catalana, son muy distintas.
En la versión castellana se ha optado por la naturalización o domesticación de los elementos humorísticos, tales como los juegos de palabras, las expresiones, etc., aunque no siempre se consigue salvar el 100% de la carga humorística. En ciertas ocasiones no se mantiene la suficiente distancia lingüística con respecto al original y eso da como resultado ciertas fórmulas poco idiomáticas.
También es curioso observar que hay pocas diferencias entre la VDE y la VSE. Claramente la versión doblada influyó en la elaboración de los subtítulos. Eso puede haber pasado porque al traductor se le dio la versión doblada para hacer los subtítulos del DVD y se basó demasiado en ellos.
En la versión catalana de los subtítulos, no obstante, se ha optado por la extranjerización o foreignization. No es un enfoque erróneo de entrada, es simplemente distinto. El motivo es que el traductor tiene menos libertad porque el espectador tiene acceso al original a través del canal acústico y, al naturalizar contenidos, un espectador conocedor del idioma podría notar las diferencias entre lo que escucha y lo que lee. De aquí viene que muchas veces un espectador se queje de que los subtítulos están mal o que no se corresponden con lo que oye.
La lástima es que esta versión deja mucho que desear por lo siguiente:
Hay pérdida de la carga humorística en numerosas ocasiones.
Falta cohesión y coherencia.
Hay incorrecciones sintácticas y faltas de ortografía.
Hay muchas omisiones importantes.
Se emplean frases y expresiones poco naturales en catalán: demasiado formales o bien demasiado parecidas al inglés, calcos.
Pese a que en subtitulación se tiende más a la extranjerización y existen estas restricciones, no se pueden justificar los errores sintácticos y ortográficos (entre otros) como estos:
calentament (por escalfament)
muscles (por músculs)
estalviat (por estalvia’t)
apartat (por aparta’t)
En muchas ocasiones se podrían haber encontrado soluciones mucho más convincentes y adecuadas. Se observa una gran falta de originalidad; la traducción es demasiado literal. Todo eso hace que surjan las preguntas de siempre: ¿Fue un encargo muy limitado de tiempo? ¿No ha habido corrección posterior? Algo que demuestra que no siempre los subtítulos oficiales (no fansubs) son mejores.
Para terminar, veamos algunos ejemplos de todo lo dicho:
Traducción muy natural, muy “de la calle”
No cae en traducción literal de “get away” = alejarse/allunyar-se. Traducción muy bien lograda. La traducción de “junk food” por “porqueries” también está muy bien: en entorno infantil es una palabra que se utiliza muchísimo.
Traducción literal y muy poco lograda. “Escombraries” no se utiliza en ese contexto y se pierde connotación con “allunya’t de mi”.
Se podría haber utilizado: “A ver si es verdad eso de que más vale maña que fuerza”.
Idéntico a la versión doblada.
Se utiliza la expresión catalana que se conoce popularmente, con el mismo sentido que la expresión original.
Calco. / Error: no sería “muscles” sino “músculs”.
Dentro de lo que cabe está bien.
Rima sosa, pero adaptada.
Se ha adaptado la rima.
Se pierde la rima y el efecto del original.
No es literal però queda cariñoso y hace gracia.
Además de que va en contra de la brevedad del subtitulo, a mitad de la pel·lícula empiezan a llamarle “Pinky”, en inglés, con lo que se produce una falta de cohesión total.
***
Con las contribuciones de Juan Ruibérriz (@juanruiber), Myriam Zaragozí y Txell Mas.
La semana pasada Eugenia Arrés nos deleitaba con un post completísimo sobre la subtitulación profesional y me vinieron a la cabeza los fansubs de una serie que me descubrió una amiga el año pasado: Misfits.
Partimos de la premisa que son subtítulos hechos por voluntarios y comento ya antes de empezar que mi objetivo no es criticarles, que quede claro, aunque sí es cierto que muchas veces la calidad de estos subtítulos deja mucho que desear. A mí me inquietan especialmente los casos en los que el género no se corresponde (que hablen de una chica y los adjetivos sean masculinos solo porque en el inglés no se haga esta distinción) porque me da a mí que hay quien no se fija en el vídeo siquiera. Me parece estupendo que por placer alguien se dedique a hacer los subtítulos de una serie o película que le gusta pero, por lo menos, debería de hacerlo con mimo, ¿no? Sea como sea, aquí va el análisis.
Por si alguien no la conoce, Misfits es una serie de la televisión británica sobre un grupo de jóvenes delincuentes obligados a trabajar en un centro de servicio a la comunidad donde, después de una extraña tormenta eléctrica, reciben superpoderes. A efectos de este estudio se tomaron los primeros capítulos de la primera temporada. Para empezar, dividiremos el análisis en aspectos ortotipográficos, técnicos y de traducción.
A. Aspectos ortotipográficos
1. Comillas: se utilizan simples y dobles con distintos fines pero no siempre hay coherencia. Por ejemplo, usan las dobles para hacer referencia a algo que ha dicho otro. Por ejemplo, en la serie un chico se mofa de otro repitiendo lo que ha dicho antes: “¡Gilipollas!”.
Se usan las simples para reflejar los pensamientos de los personajes:
Ahora bien, hay que usarlas cuando realmente es necesario ya que ocupan espacio que podemos necesitar para otros caracteres.
2. Puntos suspensivos: se usan para dar suspense en un mismo subtítulo. Es decir, le dan el uso habitual y no para indicar que una frase sigue en varios subtítulos.
3. Almohadillas: se traducen las canciones relevantes para el momento (eso está bien) con almohadillas porque quizá el fansubber no tuvo la posibilidad de utilizar la cursiva. 4. Guiones: cuando hay un diálogo y las personas coinciden en la escena se usa un guión por persona para diferenciarlas. Aquí no se separan los diálogos con guión en la misma intervención y da pie a equívocos: 5. Insertos: los insertos ayudan a contextualizar la imagen. A veces se refieren a lugares, otras al tiempo. En un capítulo, por ejemplo, se optó por poner el título de la canción que suena como un inserto. No me parece necesario; parece que sea un videoclip.
B. Aspectos técnicos
1. Segmentación: No se tienen en cuenta muchos aspectos en cuanto a la división de, por ejemplo: a) verbo y objeto b) perífrasis verbales o tiempos verbales compuestos (prima la brevedad porque no hay demasiado tiempo para leer) c) determinante y sustantivo:
2. Sincronía: entran y salen a destiempo y no respetan los cambios de plano.
Por ejemplo, el subtítulo de la declaración anterior sigue presente en el cambio de plano y puede confundir.
3. Contenido y velocidad:
No hay reducción apenas y los subtítulos suelen ser demasiado largos:
(¿Hacía falta desarrollar las siglas? ¿Y si buscamos una traducción?)
(En este último caso, son 108 caracteres en solamente 4 segundos. Si no eres Flash, olvídate)
A veces, cuestan mucho de leer y entender, y no solo por la velocidad.
(¿Mandeee?)
En otros casos se da lo contrario, un subtítulo corto que permanece demasiado tiempo en pantalla, con cambios de plano incluidos. Inconscientemente lo releeremos.
Ejemplo: Debería irme. (12 caracteres: 4 segundos en pantalla)
C. Aspectos de traducción
Para empezar, podemos destacar la transcripción (que no traducción, muchas veces) de onomatopeyas e interjecciones, que no es necesaria.
(Calco total. ¿Qué tal un «Mira qué bien»?)
(¿Hacía falta desperdiciar tanto espacio? Ya puestos: «No tan deprisa. Ella…»)
También se observan faltas de coherencia de un subtítulo a otro:
(¿En qué quedamos?)
Se explicitan sujetos cuando no hace falta. En castellano la flexión verbal es suficiente para determinar el sujeto:
También hay errores de género constantes, como si se hubiera trabajado solamente con los subtítulos o el guión, o bien no se hubiera visto la imagen para traducir (algo recurrente en los fansubs)
Por otro lado, la serie tiene un registro muy coloquial que la versión subtitulada no siempre recoge correctamente. Al mismo tiempo se da una disparidad de estilo y registro. ¿Lo traducen varias personas y de distintos países?
Además del cambio de sexo, pues es ella quien habla, hay esa pincelada sudamericana que sorprende puesto que es la primera y última vez que aparece en el capítulo.
Y he aquí algunos errores de comprensión, calcos o traducciones mejorables observadas:
Original
Fansubs
Sugerencia
We could’ve died, you dick.
Podríamos haber muerto, picha.
Imbécil / gilipollas
Bastard
Bastardo
Cabrón / Cabronazo / Hijo de puta
I’m gonna mash you up
Te voy a hacer puré
Te daré una paliza / Te haré picadillo
I need a favour, mate. Can I stay at yours?
Necesito un favor, colega. ¿Puedo quedarme y ser tuya?
¿Puedo quedarme en tu casa?
I’m telling you. I’m losing it. (the head)
Te lo digo. Lo estoy perdiendo.
Se me va la olla.
You’re a mental case.
Tío, eres un caso mental.
Estás para que te encierren.
I fucking love you.
Te amo jodidamente.
Te quiero, joder.
She can’t throw me out, she’s my mum.
Puede expulsarme, es mi madre.
No puede echarme, es mi madre.
(después de empujarle)What was that for?
¿Para qué era eso?
¿A qué ha venido eso?
Jesus.
Jesús.
Joder.
You cannot just walk off like that when you feel like it.
No puedes marcharte cuando te sientes así.
No puedes irte así como así. / …cuando te dé la gana.
She seriously looks high maintenance.
Parece que es de alto coste de mantenimiento.
Will you please fuck off!?
Podrías por favor irte a la mierda.
¡Que te pires, joder!
– How do you feel?- Brilliant! Peaches and cream!
Melocotones con crema.
(life is not all peaches and cream)
Sí, me encuentro genial.
It’s not down to you.
Eso depende de ti.
No depende de ti. / No es culpa tuya.
Did you tattoo him?
¿Te ha tatuado él?
¿Lo tatuaste tú? (Parece que intentan captarlos de oído.)
Listen, I ain’t seen you in town lately.
Oye, te he visto por la ciudad últimamente.
Últimamente no sales mucho.
One day someone will find out about us.
Algún día alguien va a encontrarnos.
Algún día nos descubrirán.
Para terminar, la guinda, el fansubber se quedó lost in translation:
Supongo que a estas alturas ya habréis sacado vuestras conclusiones. Nadie es perfecto y los profesionales también se equivocan pero si se quiere practicar y aprender hay que buscar bien lo que no se sabe, informarse un poco de cómo se hacen unos subtítulos y, como ya decía antes, esmerarse y hacerlos con mimo. Está muy bien querer ser el primero en sacar los subtítulos del último capítulo de una serie pero hay veces que no hay por dónde cogerlos.
***
Para saber un poquillo más, además del gran blog de Arrés podéis descargaros las siguientes directrices y reglas básicas de subtitulación (en inglés): reglas_subtitulación