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Tras un tiempo de inactividad por trabajo (¡no me quejo, no!), me asomo hoy para hablar de algo que seguramente ya habéis vivido en vuestras carnes: el trabajo en equipo… con amigos, en principio los de la Universidad y, por extensión, los demás profesionales con los que establecemos una relación laboral más estrecha que termina en amistad.blog1

Las malas y sabias lenguas dicen por ahí que nunca trabajes ni con la familia, ni con los amigos; es un buen consejo, sí, pero en muchas ocasiones no puedes o no quieres renunciar a mantener una relación profesional con tus primos, padres, novias, novios y, cómo no, amigos y compañeros de la Universidad. La gran ventaja de trabajar con estos últimos es que les conoces mejor que nadie, tanto en el plano personal como en el profesional.

Durante largos años has pasado más horas con ellos que con tu propia familia, les has visto en sus mejores momentos y también en los peores, sabes lo que pueden y no pueden hacer, has visto con tus propios ojos cómo soportan el estrés del examen del siglo, la ignorancia de ese profesor adjunto primo hermano enchufado del decano, las fiestas canallas universitarias o las tardes eternas en la biblioteca con la nariz metida entre los libros.

Sí, trabajar con los amigos de la uni tiene sus ventajas y sus inconvenientes, de modo que con Okodia —agencia de un compañero de Universidad con la que he tenido la suerte de compartir proyectos— hemos recopilado unos cuantos consejos para que la relación profesional no estropee esa larga y preciosa amistad que nos une a ellos. Así que aquí van cuatro consejos para trabajar con tus amigos… y no morir en el intento. Por supuesto, se aceptan sugerencias.

  1. Fijar reglas como en el parchís

¿Jugaste al tute, al parchís, al trivial, al póquer o al mus en la cafetería de la facultad? Pues el primer consejo, ya sea en cuanto a traducción técnica, jurada o médica, es tan sencillo como estos entretenimientos: marca desde el principio unas reglas claras del «juego» profesional que vais a comenzar.

Si ponéis por escrito y consensuáis normas y detalles importantes como, por ejemplo, el horario de trabajo, los plazos de entrega de cada proyecto de traducción, la obligación de cumplimentar fichas de calidad, el sueldo, las fechas de pago y cobro, etc., evitaréis a la larga esos malentendidos que pueden empezar a minar esa amistad profesional y personal que ahora os une.

  1. En boca cerrada no entran moscas = error

No hace mucho asistí a una interesante jornada sobre empresas familiares de traducción e interpretación. Una de las principales quejas de los asistentes era que muchas veces dejaban de comentar aspectos que no les gustaban de un proyecto «para no liarla». Craso error. En una relación profesional con la familia o los amigos no debes callarte absolutamente nada porque si lo haces empezará a acumularse un resentimiento tal que en dos días estarás a punto de ebullición. Tampoco queremos decir que tengas que soltar cuatro gritos cada vez que algo no te gusta, pero si algo no te encaja, coméntalo, no esperes a tener cinco, diez, cien motivos de queja, no merece la pena.

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Alberto Montt siempre da en el clavo.

  1. No mezcles churras con merinas

No se puede negar, hay trabajos muy absorbentes, proyectos tan interesantes o estresantes que, sin querer, te los llevas puestos cuando termina la jornada laboral. Es el caso, por ejemplo, de los proyectos de traducción especializada. Algunos son tan complejos que estamos encima de ellos días y días, ocupan nuestra mente a todas horas y, en definitiva, nos acompañan cuando cerramos la puerta de la oficina para ir al cine, al gimnasio o a echar un cafelillo con los amigos. Eso en sí ya es bastante latazo, pero el problema se agrava si compartimos esas horas de ocio con compañeros de trabajo que, además, son grandes amigos.

Casi sin querer, la estupenda charla que habéis empezado sobre tal o cual equipo de fútbol, estreno de cine o cotilleo del barrio se convierte en un brainstorming sobre el proyecto de traducción, un cambio completo del índice o una discusión sobre el dichoso sinónimo pendiente de traducir. ¿Nuestro consejo? Haz un esfuerzo e intenta separar tu vida personal de la profesional; no te lleves el trabajo a casa.

  1. La confianza da asco

Pues sí, tal cual. Nos pasa a todos: cuando trabajamos con alguien con quien nos sentimos a gusto tendemos a quitarnos esa máscara social que todos llevamos puesta, dejamos atrás las normas de cortesía convencionales que, como le diríamos al Sheldon Cooper de Big Bang «son de obligado cumplimiento». Durante el horario de trabajo, por favor, extrema la cortesía. Ya tendrás tiempo de mostrarte más brusco, directo y natural cuando salgáis del trabajo en busca de esas merecidas cañitas.

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Sí, lo sé, demasiado ilustrativa.

En fin, estos cuatro consejos, y algunos más, nos han servido de ayuda para trabajar con algunos de los mejores profesionales del sector de la traducción de nuestro país: nuestros compañeros y compañeras de facultad. Esperamos que a ti te resulten tan útiles como a nosotros. ¿Añadirías algo más?

Hasta la próxima entrada y acabad de pasar una buena semana.

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