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La puerta de entrada a mundos maravillosos (e introducción a la lectura)

Los libros son una ventana mágica que nos transporta a mundos llenos de aventura, aprendizaje y fantasía —no os descubro nada nuevo con esto—, y todos los niños deberían tener acceso a ellos en su propio idioma.

Como traductora de libros infantiles, mi objetivo es trasladar esas historias maravillosas para que ningún niño se quede sin disfrutar de ellas. Cuando tengo entre manos la traducción de un libro infantil, me sumerjo en su universo imaginativo, trato de captar la esencia de los personajes, los juegos de palabras y las rimas, y encuentro las mejores formas de transmitir esas emociones y enseñanzas en el nuevo idioma. Siempre, eso sí, conservando la esencia y el encanto que los autores plasmaron en sus originales. Como toda traducción, hay que dar con ese delicado equilibrio entre la fidelidad y la adaptación creativa.

Libro de una colección especial para contar el cuento al peque antes de dormir. Todo con pareados. Traducción para La Galera.

Las particularidades de la traducción para niños

Traducir un texto infantil puede presentar ciertas dificultades particulares por los lectores meta y los elementos específicos de este tipo de libros. Algunas de las dificultades más habituales son:

1.      Vocabulario y nivel de lenguaje: Los libros para niños pequeños suelen utilizar un vocabulario simple y adaptado a su nivel de comprensión. El quid —y el reto— está en encontrar las palabras adecuadas y transmitir el mismo significado y tono en el idioma de destino. Además, puede haber juegos de palabras, rimas o expresiones idiomáticas que requieren una adaptación creativa para mantener el sentido original. Esto es de vital importancia en colecciones de lectura graduada (libros que van creciendo con el niño), puesto que el lector va adquiriendo más autonomía y se pueden introducir elementos más complejos (frases subordinadas, tiempos condicionales, etc.) y vocabulario más avanzado (un «miedo» puede pasar a ser «temor» o «pavor» más adelante, por ejemplo). Esta última cuestión es algo que tengo muy presente al traducir la serie Escuela de dragones para Molino.

2.      Cultura y referencias locales: Muchos libros infantiles contienen elementos culturales específicos o referencias a eventos, costumbres o personajes locales. Al traducir estos libros a otro idioma, es necesario buscar equivalentes culturales o adaptar las referencias para que sean comprensibles y relevantes para los lectores del nuevo idioma (un shepherd’s pie que acaba traducido como “pastel de carne” en mis traducciones de los libritos de Pamela Butchart, autora escocesa).

3.      Contenido visual: Los libros infantiles a menudo tienen ilustraciones que complementan la narrativa. La traducción debe procurar que las palabras y las imágenes estén en armonía, transmitan el mismo mensaje y mantengan el espíritu visual original. Esto puede requerir una adaptación cuidadosa de los textos (que puede incluir segmentación y cambio de carga textual) y, en algunos casos, la recreación de las ilustraciones. ¡Segmentar es ideal más allá de la traducción audiovisual!

4.      Métrica y ritmo: En muchos libros infantiles, sobre todo en los que incluyen rimas y versos, la métrica y el ritmo son elementos importantísimos. La traducción debe mantener la estructura y el ritmo para que el texto fluya de manera similar al original. Esto puede requerir ajustes y cambios para que la poesía o la musicalidad se mantengan en el idioma de destino.

Este título es un buen ejemplo de musicalidad; un título que hasta «suena» gracioso.

5.      Sensibilidad cultural y temática: Al traducir libros para niños, es importante tener en cuenta las diferencias culturales y cerciorarse de que el contenido sea apropiado y sensible en el nuevo contexto. Algunos temas, chistes o referencias pueden requerir adaptaciones o incluso ser reemplazados para evitar malentendidos o ser ofensivos en la nueva cultura. Eso sí, cambios tan radicales como estos deben comunicarse y consensuarse con el autor y la editorial.

En resumen, traducir libros infantiles implica abordar estas particularidades relacionadas con el vocabulario, la cultura, las referencias visuales y la sensibilidad. El objetivo principal es conservar la esencia del libro original y, al mismo tiempo, adaptarlo para que los niños de distinta cultura e idioma puedan disfrutarlo plenamente.

Una traducción preciosa para Bindi Books sobre un grupo de animales en busca de la felicidad. Con lenguaje poético y metafórico.

Así pues, si alguna vez te has preguntado cómo se traducen los libros para niños pequeños, ya ves —y ya te aseguro— que es un proceso apasionante que implica sumergirse en mundos llenos de color, creatividad y mucha ternura.

Como traductora, es todo un honor contribuir a la difusión de la magia de la lectura entre los más pequeños y ayudarles a descubrir nuevos mundos a través de las páginas de un libro. 📚💕


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