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Día Internacional de la Traducción, San Jerónimo, traducción, traductor, valor, visibilidad
Treinta de septiembre. Un día como cualquier otro para los demás, pero especial para los traductores. Hoy celebramos el Día de la Traducción, aunque, ya, ya sé, al final hay un día para todo y el mensaje acaba desvirtuado.
El año pasado lo celebraba con unas citas célebres y este año me gustaría hablar de la importancia que tiene la traducción porque, nos lo creamos o no, la traducción está en todos sitios. Solo hay que abrir el armario de la cocina o del lavabo. Yo he hecho la prueba:
Sí. En todos sitios. De hecho, el poco (poquísimo) portugués que sé se lo debo a las traducciones en las etiquetas de los champús.
Nataly Kelly, en su artículo en el Huffington Post y en su libro Found in Translation, nos explica cómo la humanidad depende de la traducción para su buen funcionamiento. Puede parecer una exageración, pero no lo es si tenemos en cuenta varios factores.
Para empezar, la traducción salva vidas. ¿Cuántos intérpretes telefónicos han podido ayudar a una víctima de malos tratos? ¿Cuántos intérpretes médicos han sabido explicar al detalle los síntomas de un paciente? Por ejemplo, Kelly explica el caso sorprendente de «la palabra de los setenta millones de dólares», en el cual la falta de un intérprete profesional en un hospital en Florida tuvo como resultado una demanda de 70 millones de dólares por negligencia debido a una confusión entre la palabra española «intoxicado» y la palabra inglesa intoxicated (ebrio). Por no hablar de los miles de textos que se traducen en todo el ámbito médico: nuevos brotes epidémicos, medicamentos experimentales, etc.
En cuanto a política, los traductores tienen un papel esencial en la redacción de los tratados internacionales; no solo pasan textos de un idioma a otro. En este mismo sentido, los intérpretes, además de facilitar la comprensión entre ponentes, trabajan como guías para presidentes y primeros ministros que evitan malos entendidos y meteduras de pata culturales.
En tecnología es indudable también el impacto de las traducciones. Pensemos, por ejemplo, en el papel que han tenido en la transformación de las redes sociales como Facebook o LinkedIn, que son fenómenos mundiales.
Por otro lado, la traducción contribuye enormemente a la economía porque las empresas, sobre todo las multinacionales, no pueden vender sus productos y servicios sin traducción. Como hemos visto en las fotos anteriores, ya sea un champú o una caja de bombones, las etiquetas deben estar en el idioma del país en el que se vende.
Y no solo hablo de empresas que comercializan bienes sino también en general, porque la industria de la traducción mueve mucho dinero. Por ejemplo, Mario Merlino nos dice en un artículo publicado en Cedro que un 25% de los libros publicados en España son traducciones. Así pues, la industria editorial y, con ella, la labor divulgadora de otras culturas por parte de los traductores, son elementos más que suficientes para afianzar la conciencia del valor de este oficio.
Siguiendo con la cuestión cultural, ¿qué decir del aporte de la traducción en la literatura y en la cultura en general? Como describe Edith Grossman —a través de su traductor Elvio E. Gandolfo— en la pequeña gran obra cuyo título he tomado prestado para esta entrada: «La traducción no solo juega su importante papel tradicional como el medio que nos permite acceder a la literatura escrita originalmente en uno de los incontables idiomas que no podemos leer, sino que representa además, una presencia literaria concreta con la capacidad crucial de facilitar y hacer más significativa nuestra relación con quiénes podemos no haber tenido contacto antes. La traducción siempre nos ayuda a saber, a ver desde un ángulo distinto, a atribuir nuevo valor a lo que una vez puede haber sido desconocido. Como naciones y como individuos, tenemos una necesidad crítica de este tipo de comprensión y penetración. La alternativa es impensable».
No obstante, la conciencia del valor y de la importancia de la traducción siempre desemboca en el famoso tema de la visibilidad. Merlino lo tiene claro: «Para que el traductor deje de ser una sombra, deben abrirse las puertas del armario en la que todavía se obstinan algunos en encerrarlo. […] Nos sigue preocupando, por ejemplo, que los críticos literarios no siempre destaquen la importante intervención del traductor para que un libro sea posible en castellano. Y esto no quiere decir que los traductores esperemos siempre elogios y superlativos varios acerca de nuestro trabajo. Entiendo que es un compromiso que el crítico debe asumir con el lector: comunicar no sólo los buenos resultados, sino también los errores o flojeras en la tarea de traducir. Sería de desear que, cumplido este propósito, el lector comenzase a tomar conciencia de que, además de leer una obra interesante, debe preocuparse por leer una obra bien escrita.
Como reza uno de los epígrafes, firmado por George Steiner, de la página de Acett, “sin traducción habitaríamos provincias lindantes con el silencio”. Se nos educa, en general, para que vivamos nuestra actividad específica como un compartimiento estanco. Sin embargo, la plena conciencia de la importancia de la traducción y del buen trato a la lengua que nos vincula constituye el mejor camino para que la democracia no sea una mera ficción o un rótulo, sobado hasta el cansancio, en los discursos de circunstancias. Ello supone mantener viva la pasión por el buen uso del idioma. Como si siempre estuviésemos aprendiendo a hablar».
Hay que creérselo más. Como nuestro trabajo es importante y, como tal, siempre hay necesidad de traductores, os dedico este breve anuncio por palabras:
Y, por encima de todo, nunca olvides que eres importante y que haces falta, traductor. Piensa que, seguramente, San Jerónimo también tuvo sus malos momentos.
***
¿Eres traductor y te has quedado con ganas de más? Aquí van algunos regalos:
- Descárgate este colgador si eres traductor o traductora.
- Bájate este Excel con fórmulas útiles para traductores.
- ¿Conoces estas herramientas para controlar mejor el tiempo: Grindstone y Pomodoro?
- Una herramienta para descargar a la vez todos los archivos incluidos en un sitio web. Muy útil cuando un cliente sólo le proporciona la URL: Httrack.
- Gestor de portapapeles. Guarda todo lo que se copia para que puedas acceder a él rápidamente. Útil para trabajos con mucho copiar y pegar: Ditto.
- Jing, software para capturas de vídeo y de pantalla.
- Aquí tienes una página entera con recursos para la traducción y localización.
- ¿Más recursos? Aquí, aquí y aquí.
Me he enamorado de tu entrada y tu oda 🙂
¡Eso son palabras mayores! Me alegro de que te haya gustado, Inés. Que acabes de pasar un día fantástico.
Bona entrada. Bon dia del traductor!
Hola, David!
Quin plaer veure’t per aquí!
Tot un honor que t’hagi agradat.
Una abraçada,
Scheherezade
Pingback: Día de San Jerónimo y de los traductores | Un católico políticamente incorrecto…
Enhorabuena por tan buen artículo y por un vídeo tan precioso. Lo voy a compartir con mis conocidos 🙂
¡Saludos!
Tienes un nuevo seguidor. ¡Feliz día del traductor!
¡Genial artículo y útiles vínculos!, ¡gracias!
Curradísimo, cuidadísimo y excelente artículo, Cherry. ¡Y feliz noche del traductor! 😉 PD: Ah, y después del aquí, aquí y aquí, también:aquí http://www.tools4translation.com/author/raflosa/
Genial, genial, genial. Me ha encantado la entrada y me guardo los recursos ahora mismo.
Reblogueó esto en Prèmiere partie: le printemps.
¡Qué gozada de entrada! Aunque la haya leído un día más tarde, no por ello la he disfrutado menos: y qué leches, ¡que todos los días sean los días del traductor! 🙂
Que sepas que acabo de imprimir el colgador de traductor para mi puerta y he hecho unas copias de más para llevármelas de viaje. ❤
Sherry, recién recién llego a leer esta entrada y ¡quedé loca! Nada como para publicarla por todos lados para que sepan qué es/hace un traductor sin palabras raras.
¡Gracias por esta entrada maravillosa! Y feliz día, of cors.
Beso enorme. ❤
No sé por qué razón las 6 primeras imágenes me dan error cuando las pulso (un ¡No encontrado!), aunque las veo perfectamente en miniatura. Lo cual es una pena, porque yo también uso los Corn Flakes para aprender portugués. (y tengo que copiapegar tus pies de foto en otra parte para leerlos)
Aprovecho para contar una anécdota que me pasó con un «capricho», que también está relacionada con la traducción: una vez, en el plástico de un cierto helado que comí (un Magnum Double Chocolate, puedes poner asteriscos en vez del nombre si te dicen algo), me puse a leer la parte de atrás en varios idiomas, con la composición de los ingredientes, y me encontré con que la parte en griego tenía un párrafo de una línea, que las otras no tenían.
Pedí una traducción de esa línea en internet, y venía diciendo algo como «La capa interna de chocolate no es chocolate real»
Es bastante banal, pero me parece curioso que, en 9 idiomas que debía llevar ese paquete, solo venga esa línea en uno de ellos. ¿Tendrá algo que ver con leyes sobre publicidad engañosa en Grecia? ¿Falta de espacio? ¿Pereza? (además, es algo que pasa bastante a menudo en productos multilingües, por una razón u otra)
Para el día del traductor llego tarde, pero en cualquier caso, te deseo un feliz trabajo como traductora 🙂
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Reblogueó esto en Desde Mi Lenguay comentado:
A propósito del día.
«De hecho, el poco (poquísimo) portugués que sé se lo debo a las traducciones en las etiquetas de los champús.» ¡NO ESTOY SOLA!
http://www.l10nworks.com/localization_tools.aspx Servidor no encontrado
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Hola, Scheherezade. Me ha gustado mucho tu entrada, que por cierto leí hace tiempo y he releído hoy en Twitter. Yo también posteé un artículo sobre la profesión. Era un trabajo para la universidad que luego colgué en el blog. Está escrito desde la visión del estudiante que aún desconoce muchas cosas del oficio. Te dejo el enlace por si quieres echarle un vistazo. Saludos.
http://textorigen.com/la-industria-del-lenguaje/
Hola Scheherezade. He disfrutado mucho con esta entrada, que por cierto leí hace tiempo y he releído hoy en Twitter por culpa de Jerónimo. Yo tengo un artículo parecido en mi blog en el que también menciono a Natally Kelly. Fue un trabajo de primer semestre de universidad escrito desde la visión del estudiante que aún desconoce muchas cosas del oficio. Te dejo el enlace por si quieres echarle un vistazo y compartirlo.
http://textorigen.com/la-industria-del-lenguaje/
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Me encantó este post. Se transmite la pasión por la traducción
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