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dibujo, estrés, ilustración, traducción, traductor, vida traductoril
No sé si os pasa, pero cuando estoy más estresada es cuando más ideas y ganas tengo de hacer cosas (otras cosas que no sean trabajar, evidentemente). Es en estos momentos cuando, curiosamente, más inspirada estoy para dedicarme a mi gran afición: el dibujo.
El problema es que esa inspiración va muchas veces ligada al mismo trabajo, de modo que he pensado en crear una serie de posts con esta temática. No serán exclusivamente anécdotas de traducción (para eso ya está Mox, el alter ego de Alejandro Moreno-Ramos) pero sí reflejaran situaciones cotidianas o pensamientos de un traductor o de un trabajador autónomo, por extensión.
Y a veces, sin previo aviso, el trabajo te engulle y pierdes la noción del espacio y el tiempo
Sutileza. Porque no todo se puede decir con flores (de interpretación libre)
Cabeza que sigue en marcha cuando te acuestas de madrugada tras una jornada intensa de traducción…
Las palabras son más peligrosas que las balas. Hay que ser precavido con lo que se dice. Y lo que se traduce
A veces pienso en lo bien que estaría que hubiera una poción que ayudara a traducir, a encontrar ese «mot juste» que siempre buscamos. Por supuesto, preferiblemente no adictiva, para eso ya tengo el café
En la caja de Pandora de un traductor hay facturas impagadas, inseguridades, prisas, trabajos para ayer… ¿Qué quedará en el fondo?
Y en próximos episodios, más.
¡Me encanta, Scheherezade! 🙂
Muchas gracias, Nathalie. Me alegro de que te gusten. Iré preparando los siguientes. Hay mucha tela que cortar 😉
Es un comentario de una escritora que le gusta pintar o una pintora que le gusta escribir?
Quizá las dos cosas 🙂
¡Qué bien dibujas! Me encanta el de la chica con el sistema mecánico en el cerebro. Creo que representa muy bien a los traductores e intérpretes 😉
¡Gracias, Curri!
Sí, ¿verdad? Como esos días que acabas con la cabeza hecha un bombo 😉
¡Un abrazo!
Me ha encantado esta entrada. Yo también soy aficionada al dibujo y los tuyos me parecen preciosos, e ilustran muy bien lo que sentimos los traductores en nuestro día a día. ¡Enhorabuena!
Por cierto, comparto esa sensación: cuantas más cosas tengo que hacer, más inspirada me siento y más ideas se me ocurren. A lo mejor tiene que ver con que el cerebro está más activo. También me sucede al contrario: cuando dibujo mucho soy más creativa y me «inspiro» más al traducir, y trabajar en general. 🙂
¡Gracias, Irene!
Debe de ser que esto de trabajar con la lengua nos da ese punto artista, ya sea dibujando, haciendo fotos, etc…
Tienes razón, ¡se te reactiva todo! Aunque al contrario creo que aún no me ha sucedido 🙂
¡Estaría muy bien, por eso!
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