• Contacto y otras páginas web
  • Política de privacidad
  • Ponencias y entrevistas
  • Proyectos
  • Servicios
  • Sobre la autora

En la luna de Babel

~ Blog sobre lenguas y traducción

En la luna de Babel

Archivos de etiqueta: literatura erótica

Las peores escenas de sexo en literatura y cómo no describir el cuerpo femenino

18 jueves Jul 2019

Posted by enlalunadebabel in Literatura, Traducción, traducción literaria

≈ 4 comentarios

Etiquetas

Bad Sex in Fiction Award, Describe Yourself Like a Male Author Would, fragmentos eróticos, literatura erótica, traducción erótica

Ando preparando los materiales para el curso de traducción erótica de AulaSic y me doy cuenta de que no he hablado nunca en el blog de una iniciativa curiosísima que premia las peores escenas de sexo en literatura.

Se trata de los premios Bad Sex in Fiction Award que concede la revista literaria británica Literary Review desde hace 26 años y que hace hincapié en las descripciones de escenas sexuales superficiales, redundantes o mal escritas en la literatura de ficción contemporánea. Un toque de atención por el mal trato que se le da al sexo en las novelas actuales, vaya.

El galardón de este año pasado se lo llevó el estadounidense James Frey, cuya obra más conocida es Soy el número cuatro, una novela de ciencia ficción juvenil que llegó a los cines de todo el mundo. La escena que le valió el premio pertenece a su última obra, Katerina, y que el Washington Post ya calificó como una de las peores novelas del año. Este fragmento discurre en un lavabo de París en el que Jay y su novia Katerina, una modelo noruega, dan rienda suelta a su pasión:

I’m hard and deep inside her fucking her on the bathroom sink her tight little black dress still on her thong on the floor my pants at my knees our eyes locked, our hearts and souls and bodies locked.

Cum inside me.
Cum inside me.
Cum inside me.
Blinding breathless shaking overwhelming exploding white God I cum inside her my cock throbbing we’re both moaning eyes hearts souls bodies one.
One.
White.
God.
Cum.
Cum.
Cum.
I close my eyes let out my breath.
Cum.
I lean against her both breathing hard I’m still inside her smiling. She takes my hands lifts them and places them around her body, she puts her arms around me, we stay still and breathe, hard inside her, tight and warm and wet around me, we breathe. She gently pushes me away, we look into each other’s eyes, she smiles.

Entre el efecto de la puntuación inexistente (I cum inside her my cock throbbing we’re both moaning eyes hearts souls bodies one) y las repeticiones (Cum inside me / Cum), queda un fragmento de lo más majo.

No todos los libros revelan lo que encontrarás en su interior.
Otros sí: https://lithub.com/30-of-literary-fictions-most-risque-book-covers/

Y no os penséis que los escritores se lo toman a mal. En este caso, al saberse ganador, James Frey dijo: «Es un honor recibir este premio tan prestigioso. Felicidades a todos los demás finalistas: he gozado de horas de lectura durante todo este año». Aun así, no acudió a recoger el premio en la ceremonia de entrega.

Otros finalistas incluyen los siguientes pasajes. La inventiva no conoce límites, ya veis. Fijaos, sobre todo, en la ejemplificación y las comparaciones dudosas que se marcan. Aquí van algunas para nota:

  • The Divine Comedy de Craig Raine: «And he came. Like a wubbering springboard. His ejaculate jumped the length of her arm. Eight diminishing gouts. The first too high for her to lick. Right on the shoulder». (Y se corrió. Como un trampolín que se estremece. La eyaculación abarcó la longitud de un brazo. Ocho gotas menguantes. La primera demasiado alta para que ella pudiera lamerla. Justo sobre su hombro).
  • Killing Commendatore de Haruki Murakami: «I slipped my erect penis inside. Or, from another angle, that part of her actively swallowed my penis, immersing it in what felt like warm butter» (Esa parte de ella se tragó activamente mi pene, sumergiéndolo en lo que se me antojaba mantequilla caliente);
  • Rowan Somerville:«…like desert vegetation following an underground stream» (hablando de vello púbico: como la vegetación del desierto que bordea un riachuelo subterráneo). O «He unbuttoned the front of her shirt and pulled it to the side so that her breast was uncovered, her nipple poking out, upturned like the nose of the loveliest nocturnal animal, sniffing the night. He took it between his lips and sucked the salt from her». (…el pezón levantado como la nariz del animal nocturno más adorable, olfateando la noche. Lo tomó entre los labios y le chupó la sal).
  • Scoundrels de Major Victor Cornwall y Major Arthur St. John Trevelyan: «Her vaginal ratchet moved in concertina-like waves, slowly chugging my organ as a boa constrictor swallows its prey». (Su trinquete vaginal se movía como los fuelles de una concertina, chupándome el órgano lentamente cual boa constrictor que se traga a su presa). Y parecía difícil combinar mecánica, música y zoología, ¿eh?

No penséis que el mal sexo escrito es terreno exclusivo de los hombres; también encontramos a escritoras, como Nicola Barker y su «She smells of almonds, like a plump Bakewell pudding; and he is the spoon, the whipped cream, the helpless dollop of warm custard». (Ella huele a almendras, como un pudín Bakewell esponjoso; y él es la cuchara, la nata montada, la cucharada indefensa de natilla caliente). Va, ahora en serio, algunos escriben con hambre, ¿no?

Y eso me lleva, ya para terminar y siguiendo con las ejemplificaciones y analogías, a las descripciones del cuerpo de las mujeres que —la gran mayoría de las veces— escriben hombres.

He aquí un fragmento glorioso de Edmund White: «…and full breasts that visibly strained at the breastbone like two puppies pulling on their leashes in slightly diverging directions». ¿Perdona?

Imagen que subió Alexis Ames, @alexis_writes1, a Twitter.

Normal que de esta obsesión por los pechos salgan parodias así:

Justo el año pasado empezó un juego en Twitter, Describe Yourself Like a Male Author Would (descríbete como lo haría un escritor; un señoro, mejor dicho) que surgió de un hilo viral de Gwen C. Katz sobre los clichés que los hombres utilizan para describir a las mujeres y que, cómo no, se centran en su figura.

Muchas mujeres respondieron con autodescripciones que parodiaban la forma de escribir de estos autores a partir de una iniciativa, relacionada con esto, de Whitney Reynolds:

En fin, también os digo que esto no es exclusivo de las demás literaturas. Seguro que podemos encontrar ejemplos patrios. Así a vuelapluma, se me ocurre este de Falcó, de Arturo Pérez-Reverte, que combina ambas cosas, sexo raruno y ejemplificación curiosa:

—Estás bien, españolito —dijo—. Estás muy bien.

—Gracias.

Falcó se arrodilló y le introdujo los dedos en el sexo. Ella sonreía.

—Dime puta.

—Puta.

Se intensificó la sonrisa obscena.

—Ahora dime puerca.

—Puerca.

Quiso tumbarla de espaldas en la alfombra , pero se le escabulló, riendo. Después se dio la vuelta, poniéndose a cuatro patas. Los senos germánicos colgaban grandes y pesados. Sólo faltaba música de Wagner.

—Házmelo por detrás —ordenó ella.

Y ya estaría. Espero que hayáis quedado bien satisfechos con los ejemplos, pero si queréis dejar otros fragmentos curiosos de este tipo, por favor, no os cortéis.

***

Artículos relacionados:

  • La traducción sensual
  • Traducir erótica (I)
  • Traducir erótica (II)
  • Bad Sex: las peores escenas eróticas de la literatura

Pasión prehistórica: novelas eróticas con dinosaurios

23 lunes Nov 2015

Posted by enlalunadebabel in Literatura, Traducción

≈ 6 comentarios

Etiquetas

bestialismo, dinosaurios, erotismo, literatura erótica, prehistoria, sexo con dinosaurios, traducción erótica

¿Mama, qué será lo que tiene el dino? Bueno, depende de a quién se le pregunte. El público general dirá que los dinosaurios fascinan por su gran tamaño, por su desaparición repentina —que durante mucho tiempo careció de explicación—, y porque interesarse por ellos ayuda a adquirir también conocimientos muy variados (evolución, cadenas alimentarias, biodiversidad, geología, fosilización). Sin embargo, las mentes más calenturientas se centrarán muy seguramente en sus miembros, más grandes de lo normal, claro.

Y esto es de lo que hablaremos hoy: las novelas eróticas con dinosaurios. Como ya sabéis, no es la primera vez que hablamos de erotismo en este blog —novelas románticas, eróticas, sexo, censura, etc.—, pero hoy le daremos una vuelta de tuerca.

Los dinosaurios en la cultura popular

Aunque esta ¿corriente literaria? es nueva, la fascinación por los dinosaurios no es de ahora. La cultura popular se ha nutrido de estos referentes y esta temática, de la que se vivió un boom indiscutible en los años 90. Como hija de los 80 que vivió la infancia y adolescencia en los 90, recuerdo que los dinosaurios estaban por doquier.

Había muchas series de dibujos animados con estos reptiles, pero seguro que muchos recordareis con cariño Dinosaurios (1991-1994). En esta serie creada por Jim Henson se seguía la vida de una familia de dinosaurios representados con características humanas, los Sinclair. De hecho, siempre me pareció una versión prehistórica de Cosas de casa.

 

Siguiendo esta línea de humor, los dinosaurios estaban presentes hasta en series como Friends, ya que uno de sus personajes, Ross Geller, era todo un experto.

 

Y no solo hablamos de la combinación dinosaurios y humor. Jurassic Park también se estrenó en esa década, concretamente en 1993, tres años después de la publicación de la novela de Michael Crichton. Más tarde se estrenaría The Lost World: Jurassic Park (1997), y ya en este siglo, Jurassic Park III (2001) y Jurassic World (2015). Un fenómeno en sí mismo del que se han hecho cómics y también videojuegos.

Erotismo animal

Pero ¿en qué momento pasaron a ser objeto de deseo? Imagino que en parte puede deberse al fenómeno fanfic. La etiqueta fan fiction engloba aquellos relatos de ficción escritos por fans de una película, novela, programa de televisión o cualquier otro trabajo literario o dramático en los que se utilizan los personajes, situaciones y ambientes descritos en la historia original y se desarrollan nuevos papeles para estos personajes.

Aunque es cierto que no es lo mismo que un fanfic de Harry Potter (historias con gran carga erótica) o Crepúsculo (obra que, dicho sea de paso, fue el germen de Cincuenta sombras de Grey), podría ser una derivación de esta corriente, junto con la pasión por las novelas románticas y lo diferente. ¿Mezclar monstruo y erotismo? ¿Por qué no?

No obstante, una vez más, mezclar lo animal y lo humano tampoco es nuevo ni da como resultado aberraciones y un buen ejemplo de esto es la novela Oso, de Marian Engel. Publicada por primera vez en 1976 en Canadá, en su momento causó gran revuelo. ¿Por qué? Basta con leer la sinopsis: «La joven e introvertida Lou abandona su trabajo como bibliotecaria cuando se le encarga catalogar la biblioteca de una mansión victoriana situada en una remota isla canadiense, propiedad de un enigmático coronel. Ansiosa por reconstruir la curiosa historia de la casa, pronto descubre que la isla tiene otro habitante: un oso. Cuando se da cuenta de que este es el único que puede proporcionarle algo de compañía, surgirá entre ellos una extraña relación. Una relación íntima. Inquietante. Nada ambigua. Gradualmente, Lou se va convenciendo de que el oso es el compañero perfecto, y emprende un camino de autodescubrimiento. En todos los sentidos».

Original y traducción de Magdalena Palmer para Impedimenta

Original y traducción de Magdalena Palmer para Impedimenta

El sexo es siempre un tema tabú y más aún cuando se relatan relaciones consideradas «desviadas» (bestialismo, necrofilia, incesto, etc.), pero esta novela es un canto a la naturaleza y está escrita con tanta belleza (tanto en su versión original y como en su traducción), que la narración fluye con elegancia hasta tal punto que la relación de la protagonista con el oso convence y ni siquiera nos provoca extrañeza.

Cuestión de (sub)género

Como fenómeno, estas historias con animales (sobre todo prehistóricos) se enmarcan en un género denominado monster erotica, que engloba seres como yetis, grifos, minotauros y hasta extraterrestres en novelas que llevan títulos tan sugerentes como Cum For Bigfoot, Frankenstein’s Bitch, Milked by the Aliens o Taken by the T-Rex.

En general, los escritores de este género defienden que el sexo con monstruos difiere del sexo con animales en que los monstruos suelen ser seres inteligentes que controlan el encuentro sexual. Sin embargo, no es infrecuente que haya escenas de sexo no consensuado, algo que Amazon penalizó en 2013 retirando muchas obras de este tipo.

03-dinosaur-lit-christie-sims2.w529.h352.2x

Y es que la mayoría de estas obras son autopublicadas, en principio porque es mucho más fácil llegar al lector y porque no hay mucho interés por parte de las editoriales. Sí se publican novelas románticas o eróticas con personajes fantásticos —yo misma he traducido libros de la serie Fever de Karen Marie Moning, en la que aparecen hadas y seres monstruosos—, pero estos se engloban en la romántica paranormal, que no llega a las excentricidades de algunos libros del género erótico monstruoso.

Después, claro está, tenemos el subgénero que nos ocupa, el dinosaur erotica, centrado únicamente en los escarceos amorosos y eróticos entre humanos y dinosaurios de todas las orientaciones sexuales. Algunas obras son Ravished by the Triceratops, Mating with the Raptor o A Billionaire Dinosaur Forced Me Gay.

Las obras eróticas con dinosaurios, también autopublicadas y de extensión corta, se ambientan en una época prehistórica en la que coinciden dinosaurios y humanos en la Tierra. El personaje principal suele ser una intrépida cazadora que salva a su tribu del dinosaurio malote de turno mediante el sexo. [SPOILER] Diría «acostarse», pero en realidad no funciona así la cosa y la muchacha debe hacerle un apaño ante la imposibilidad de acoger semejante miembro.

Aunque hay varios autores que escriben historias de este subgénero, como Pippa Pout, Chuck Tingle, Hunter Fox, las que se llevan la palma son Christie Sims y Alara Branwen (todo pseudónimos). Entre estas últimas habrán escrito ya unas sesenta historias con dinosaurios calenturientos y son las pioneras del género sin lugar a dudas.

Pero ¿cómo se le ocurre a alguien escribir algo así? Branwen cuenta que cuando trabajaba de cajera en un supermercado, una compañera le comentó que mucha gente publicaba sus historias de ficción en Internet y la animó a escribir algo erótico. Después de investigar un poco decidió probar suerte con el género de la erótica con monstruos y escribió Doing the Dragon, historia en la que una muchacha acaba enrollada con un… dragón, claro. Tuvo tanto éxito con esta obra que dejó el trabajo y siguió escribiendo a cuatro manos con Christie Sims.

En una entrevista, estas autoras cuentan que un día, pensando en Jurassic Park, imaginaron el sexo entre humanos y dinosaurios, les hizo muchísima gracia y cayeron en la cuenta de que no se había escrito algo así. Y el resto es historia… con erótico resultado.

Sexo con dinosaurios

Pero ¿esto cómo se come? (no pun intended) Digo, que cómo se hace, cómo se plantea una relación sexual entre humanos y dinosaurios. Teniendo en cuenta el tamaño de estos seres, no hay muchas posturas factibles. En realidad, no todos los dinosaurios eran gigantes, pero los que suelen aparecer en estas obras sí lo son. Si se hace, se hace bien, ya puestos.

Por lo tanto, el sexo es distinto al que tendrían los dinosaurios para reproducirse y los movimientos son algo limitados. Las muchachas acaban dándole más placer al animal que a la inversa. Pensad en el Tyrannosaurus rex y sus patitas.

Con esos bracitos, imposible.

Con esos bracitos, imposible.

Como en cualquier otra historia, la ambientación y las sensaciones son muy importantes, así que se juega mucha más con eso que con el acto sexual en sí. Hay que pensar, además, que estas obras son muy breves, no suelen exceder las veinte páginas y no hay lugar para mucha floritura tampoco: la aldea está amenazada, la muchacha se ofrece (o la ofrecen) como tributo, va al encuentro del dino, tontean, se produce el acto en sí y al final este le perdona la vida y la del pueblo. Este es el resumen de In the Velociraptor’s Nest (como el de otras historias) y aquí os ofrezco un fragmento:

Azog stood, back to the wall, clad only in damp buckskins, waiting for the beast to slash at her torso until she lay helpless and bleeding on the damp cave floor. She wondered if it would kill her first, or if her limbs would be sliced from her body as the beast gorged on her.

Instead, it reached out with a classed hand to snatch at her damp animal hide as it clung to one shoulder. Azog felt the kiss of sharp claws against her skin as the hide slid from her shoulder and exposed on naked, heaving breast. The raptor paused, curious, sniffing at her as she pressed desperately against the wall.

A reptilian tongue, stiff and hot, dashed out to lick at the tender, naked flesh so suddenly exposed. Azog gasped at the touch, then gradually relaxed as her body warmed to the intoxicating sensation of the beast’s flesh against her own.

She wasn’t sure if her sudden arousal was because of her earlier thwarted climax in the cool stream, or if she was just desperate for one last pleasant sensation before being torn limb from limb by the great, scaly beast. Either way, Azog relished the rasp of its tongue, hot and rough, on her sensitive skin.

Y aquí la propuesta de traducción:

Con la espalda pegada a la pared y vestida tan solo con unas pieles mojadas, Azog esperaba que la bestia le rasgara el torso y la dejara desangrándose en el húmedo suelo de la cueva. Se preguntaba si la mataría primero o si le arrancaría las extremidades para empezar a atiborrarse de ella después.

Pero no. Alargó la pata y le cortó el tirante de cuero animal que le colgaba de un hombro. Azog notó el roce de sus afiladas garras en la piel al tiempo que el cuero le caía por el brazo y dejaba sus pechos al descubierto. El raptor se quedó quieto, curioso, y empezó a olisquearla; ella se pegó a la pared cuanto pudo.

Con su lengua de reptil, dura y mojada, le lamió la piel tierna y desnuda. Ella jadeó al notarla, pero se fue tranquilizando poco a poco, dejándose llevar por la sensación embriagadora de la piel de la bestia contra la suya.

No estaba segura de si esa excitación repentina se debía al clímax de antes en el riachuelo, o si simplemente ansiaba una última sensación placentera antes de que el enorme dinosaurio la desmembrara. Fuese como fuese, le encantaba la aspereza de su lengua, tan dura y caliente, en contacto con su piel sensible.

 

Ya veis que no hay intento de humanizar al dinosaurio ni hay especies nuevas como el Indominus rex de Jurassic World (2015). No son reptiles especiales, nada de triceracock, pterodicktyl o penisaur. No, no son rabosaurios ni pterotáctiles, pero al parecer tienen rex appeal.

Como explicaba al principio, el tamaño es fundamental en estas historias y se pueden encontrar frases tan sensuales, ejem, como estas:

  • I couldn’t believe this was happening… I had a ten-ton monster licking my ass! (Ravished by the Triceratops) Imagino que finuras las justas.
  • I decided that I probably could get all this meat in me. (Ravished by the Triceratops) Hablar de carne así me transporta siempre a una carnicería.
  • She had never touched a man before, and she had been taught to hate and fear the Orcs. Her tangle of emotions warred as Kierna stroked him carefully through his trousers. (Fragmento de The Orc Chief’s Virgin Tribute) ¿Soy la única que piensa en un uruk-hai?

CUVHlzLWcAAG55e

Ilustración de Ryan Klemek

Supongo que si habéis llegado hasta aquí es porque queréis saber algo más de cómo consuman. Si sois aprensivos, no sigáis leyendo. Veamos cómo se desarrolla, fragmento a fragmento. Este es un resumen de Taken by the T-Rex:

1. El dinosaurio ha pasado por la pequeña aldea y ha dejado un rastro de muerte y destrucción:

Drin screamed her anguish as her eyes fell upon the smashed body of her mother. Her legs had been savagely bitten off and eaten, allowing blood to splash across the crushed walls of her home.

2. Un grupo parte en su búsqueda para acabar con él. Drin, la protagonista, descubre pronto que el dino tiene algo…

The big lizard gave a thunderous, roaring scream as the springy branch full of pointed sticks connected sharply with the tip of the T-Rex’s nose. Although it did little actual damage, it served to make the animal jump and lose its temper even more. Drin’s stomach muscles clenched in delicious pleasure as she heard the beast roar. This was what excited Drin.

3. El animal la persigue, pero ella siente algo más que miedo.

Springing along the trail, suddenly as horny as hell, Drin had to fight the urge to touch herself between the legs as she ran and the big lizard gave chase.

4. El dinosaurio la acorrala al final. El olor que desprende ella también le llama la atención y saca la artillería pesada:

Below her feet was an object which she was unable to identify, two feet in length at least, it was as thick as her arm at the elbow, except for the end which tapered down to a blunt point, dark red and solid.

5. Empiezan las maniobras, pero él no consigue penetrarla. No obstante, ese roce es placentero para ella.

Once again, the big lizard tried to push itself inside her and was unable to, merely grinding her dampening cunt hard against its stiff cock.

6. En un intento de aplacar a la bestia, Drin debe tomar medidas.

Reaching down as the big lizard smashed forward once more, she caught the girth of its fat cock in her hands and drew it towards her body, increasing the area of nerve endings which were being stimulated. The T-Rex seemed to appreciate the gesture; it growled out a moan of pleasure and started to pound away at her flesh, the tapered tip of his penis sliding between her swollen breasts.

7. La anatomía del saurio la tiene embelesada. Como sucede con muchos otros relatos eróticos, llegar a la hilaridad no es difícil. Aquí, con lo del agujero y los ojos, es fácil echarse unas risas.

She stared at the tip, mesmerized, there was a hole in it from which a clear liquid was oozing, coating her torso and thighs with an odd smelling lubricant. Drin understood that this would be the hole from which the creature would come and looked away, suddenly worried that it would spray its fluid into her eyes.

8. Pero ambos alcanzan el clímax y el bicho se marcha satisfecho. Esto sí es un final feliz.

Unbelievably, Drin started to feel herself building up toward another intense climax. As she came, she clutched tightly onto the big lizard’s dick, her arms and legs tightening on the throbbing, red-hot member. The Tyrannosaurus Rex yelled loudly as pints of white fluid shot from the tip of its fat cock to splash onto the rocks below them. Once, twice, and then a third time, the big lizard rammed its shaft against her naked body, each time more of its semen ejaculated across the canyon, wetting the rocks below.

¿Y esto vende?

Sí, y mucho. Como las pioneras de este subgénero han dicho en algunas entrevistas, «entre las dos ganamos más dinero que un amigo mutuo que trabaja de ingeniero en Boeing». Ahí es nada.

¿Tienen calidad literaria? Pues no mucha, son relatos de entre quince y veinte páginas escritos a cuatro manos, con poca chicha y tirando de clichés. ¿Y qué interés pueden tener entonces? Pues, no sé, a mí no me gustan especialmente, pero entiendo que son algo distinto y que llama la curiosidad. Cada uno tiene sus gustos y son la mar de respetables.

¿Qué os parece a vosotros? ¿Os gustan este tipo de historias? ¿Os gustaría traducirlas? En el fondo, pensad que de todo se aprende, hasta de la anatomía de los dinosaurios y quién sabe cuándo nos puede hacer falta…

 

***

Fuentes y referencias:

  • Q&A: The women who write dinosaur erotica. Entrevista con Christie Sims: http://nymag.com/thecut/2013/10/qa-the-women-who-write-dinosaur-erotica.html 
  • Guess I’m fucking thes dinosaurs tonight. Sobre las historias de dinosaurios con temática gay: http://www.buzzfeed.com/jennaguillaume/guess-im-fcking-these-dinosaurs-tonight#.kf12RWAK4
  •  Dinosaur erotica exists and it’s just as amazing as you’d imagine: http://jezebel.com/dinosaur-erotica-exists-and-its-just-as-amazing-as-you-1438081697
  • Entrada de la wikipedia sobre monster erotica: https://en.wikipedia.org/wiki/Monster_erotica

 

Sexo oral y escrito II. (Auto)censura

28 lunes Jul 2014

Posted by enlalunadebabel in Cine, Doblaje, Lengua española, Literatura, Traducción

≈ 5 comentarios

Etiquetas

autocensura, autocensura editorial, censura cultural, censura en el cine, censura franquista, censura literaria, chick lit, El amante de Lady Chatterley, El guardián entre el centeno, Fanny Hill, literatura erótica, pornografía, traducción erótica, vocabulario erótico

El sexo vende, pero a veces hay que suavizarlo. Eso vimos en el artículo anterior, en el que repasamos el argot sexual y sus eufemismos. En esta ocasión nos centramos en otras formas de atenuación que trascienden lo puramente lingüístico: la censura y la autocensura, y las veremos aplicadas en literatura (novelas originales y traducciones) y en el mundo audiovisual.

«La traducción de las palabrotas o del lenguaje relacionado muy a menudo depende de las circunstancias históricas y políticas, además de ser un espacio de lucha personal, de disidencia ética y moral, de controversias religiosas e ideológicas, y de una cierta autocensura», describían con acierto Bou y Pennock en un artículo de 1992 sobre la traducción de Wilt, de Tom Sharpe.

Al traducir el sexo no solo está en juego la corrección gramatical o el léxico. Además de los significados reales de las expresiones relacionadas con el sexo, hay componentes estéticos, culturales, pragmáticos e ideológicos, así como una cuestión de ética lingüística.

La eliminación o atenuación de términos sexuales —o incluso la intensificación de los mismos— en la traducción suele traicionar la actitud personal del traductor sobre el comportamiento sexual humano y su verbalización. El traductor básicamente transfiere a su reescritura el nivel de aceptabilidad o la respetabilidad que concede a ciertas palabras o frases relacionadas con el sexo. Así pues, el análisis de la traducción del lenguaje sexual puede ser un indicador de la moral sexual de los traductores.

La traducción del lenguaje relacionado con el sexo es un terreno fértil para la articulación de censuras oficiales y también de una multiplicidad de autocensuras. En el siglo XXI no hay un estado aparente de censura puesto que se traducen miles de libros todos los años y la literatura erótica o pornográfica se distribuye sin problemas —al menos de forma patente—, pero tal vez sí podamos encontrar casos de autocensura del propio traductor o del editor, que sigue una determinada línea editorial.

Pop art

1. La autocensura

Dice Santaemilia en un artículo que «las autocensuras pueden incluir todo tipo de omisión, atenuación, tergiversación, (des)ajuste del original, etc. Incluso hoy en día, y a pesar del martilleo publicitario sobre géneros tan liberados y desinhibidos como la llamada chick lit o literatura para mujeres, la sorpresa acecha en cualquier rincón».

Para ilustrarlo, toma varios ejemplos de una novela de este género. En Maggie ve la luz (2003), la traducción española de Angels (2002), de Marian Keyes, una de las reinas del chick lit, notamos la eliminación, aquí y allá, de algunas expresiones como It’d be like licking a mackerel; lick someone’s mackerel; you’re a lickarse; narky bitch; así como la eliminación de algunas referencias explícitas al lesbianismo; o de ciertos usos de fuck como intensificador.

Comenta Santaemilia que dichas eliminaciones pueden atribuirse a un cierto autocontrol por parte de la traductora, o a cierta reserva sobre las alusiones sexuales. Sin embargo, lo que no se entiende es que en ese mismo libro, la traductora española omitiera un fragmento de 1 006 palabras en que la autora hace una comparación satírica entre el desarrollo de una misa en Los Ángeles y en la Irlanda archicatólica. ¿Por qué? ¿Se puede hablar de un descuido en este caso?

«El ejercicio de la autocensura se presta a diversas interpretaciones: reservas morales o éticas, autocontrol, libre ejercicio de la manipulación del texto original, etc. En todo caso, y para referirnos a la traducción de las alusiones sexuales en la literatura, habremos de convenir que traducir –y traducir el sexo quizá más aún– constituye un ámbito muy sensible, sujeto a posibles censuras, autocensuras, prejuicios o posturas ideológicas muy definidas. La traducción interlingüística no es, en modo alguno, una actividad transparente.»

Algo parecido sucede con la traducción de El guardián entre el centeno (1978), que carece de la mayoría de sus rasgos coloquiales, tales como blasfemias o improperios relacionados con el sexo. Sirva como ejemplo este fragmento estudiado por Santaemilia en otro de sus artículos:

Fragmentos de la novela general y la traducida en una versión de 1983.

Fragmentos de la versión original y la traducida en 1983.

Sorprende que el fragmento traducido sea más corto (cuando suele ser al contrario) y que se hayan eliminado esas expresiones, que aunque no estén tan cargadas de significado como otras, le dan mucho color al texto y son un rasgo de los personajes de Salinger. ¿Sería algo consciente o inconsciente? ¿Sería autocensura por parte del traductor o tal vez una directriz editorial?

2. La censura

Más allá de las preferencias y los reparos personales encontramos la censura propiamente dicha. Antiguamente eran los tribunales eclesiásticos los que tenían competencia sobre las publicaciones eróticas y pornográficas, en algunos países hasta bien entrado el siglo XX, en colaboración con otras instituciones.

Por lo que respecta a la literatura, había muchas dificultades para publicar obras eróticas (el editor se arriesgaba a ganarse una buena multa) y en materia de traducción podemos imaginar que muchas obras tardaran en traducirse o no se tradujeran directamente.

2.1. La censura en España

Los peores años de a censura en España se deben a Arias Salgado —en su faceta de ministro de Educación y Turismo—, que compartía con Franco una auténtica obsesión por salvar a los españoles de las llamas del infierno; un periodo ominoso que duró hasta la supresión de la censura en 1977.

locked book

En nuestro país, sexo y religión aparte, tampoco gustaba que el cine y la literatura circularan en los «idiomas regionales». El doblaje obligatorio ayudaba mucho a cambiar diálogos considerados inoportunos, libertarios o pecaminosos, y esto muchas veces llevaba a la incomprensión de las relaciones entre los personajes: convertían a esposos en hermanos (Mogambo), palabras de amor desesperado en ferviente oración (Las nieves del Kilimanjaro) o al marido en padre (El ídolo de barro), entre otros ejemplos que veremos al final del presente artículo.

En cuanto a literatura, el sexo y la política eran los temas que más ocupados tenían a los censores, muchos de ellos grandes escritores como Cela que, paradójicamente, tuvo que publicar La colmena en Buenos Aires primero y en España diez años después porque los censores querían suprimir todas las alusiones sexuales. El franquismo censuró a célebres plumas como Larra, Espronceda, Galdós, Valle Inclán, Jovellanos, Machado y Blasco Ibáñez.

Veamos a continuación otros casos célebres.

2.2. Algunos libros prohibidos

En el siglo XIX se prohibió la edición y venta de obras pornográficas y eróticas en el Reino Unido. Uno de los libros más prohibidos, perseguidos y censurados de la historia es Fanny Hill: Memoirs of a Woman of Pleasure (popularmente conocida como Fanny Hill), de John Cleland. De hecho, se la considera «la primera prosa pornográfica inglesa; la primera pornografía que usa la forma de novela».

Se armó tal revuelo tras su publicación en 1748 que las autoridades se apresuraron a condenarla, pero su éxito clandestino fue enorme hasta que su edición legal fue aprobada en Reino Unido en 1970. Fanny Hill no se tradujo hasta 1976. [Si os pica la curiosidad, podéis leer algunos fragmentos aquí: http://alamordelalumbre.es.tl/Fanny-Hill,-fragmentos–k1-John-Cleland-k2-.htm]

El amante de Lady Chatterley (1950) fue otro de los grandes perseguidos. Penguin publicó esta obra de D. H. Lawrence tal cual y no gustó que hubiera tantos fuck que, aunque es un término documentado antes de 1500, los poderes establecidos consideraban impublicable. Sucedía lo mismo con la palabra cunt, palabra tabú casi por excelencia en el mundo anglosajón.

Ni que decir tiene que la publicación se agotó. Sin embargo, en cumplimiento de la Ley sobre Publicaciones Obscenas de 1959, Penguin fue llevada a juicio. Durante el juicio, la editorial usó el argumento de que los libros con valor literario no podían ser obscenos. Al final, Penguin acabó absuelta.

En Azotes y caricias (2013) explican que «en juicios posteriores contra creaciones literarias de carácter erótico se dio luz verde hasta a obras pornográficas sin ningún valor artístico. Hoy vale casi todo menos la pornografía violenta o la pedófila» y nos ofrecen un listado de obras que han acabado con prohibiciones a lo largo de los años:

  • Cándido, de Voltaire: confiscado en 1930 por la Aduana estadounidense por obscenidad.
  • Un mundo feliz, de Aldous Huxley: prohibido en Irlanda en 1932 por incluir referencias a la promiscuidad sexual.
  • El diario de Ana Frank, de Ana Frank: vetado  en los colegios de Virginia por una serie de quejas por sus «temas sexuales».
  • Lolita, de Vladimir Nabokov: prohibido en Francia, Reino Unido, Argentina, Nueva Zelanda y Sudáfrica por su presunta obscenidad. Luego se hizo famosa la edición en cuya portada la niña chupaba una piruleta.
  • Madame Bovary, de Gustave Flaubert: a pesar de ser un clásico de la literatura, acusaron al autor de ofensa a la moral pública.
  • Ulises, de James Joyce: prohibido en Gran Bretaña y Estados Unidos durante los años treinta por su contenido sexual.
  • Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll: prohibida en un instituto estadounidense por contener referencias a la masturbación y las fantasías sexuales. Y prohibido en China en 1931 por el don del habla que tenían los animales. En fin…

El autor de Azotes y caricias hace una mención especial al Opus Dei, que tiene un listado de 60 000 libros prohibidos en el que se encuentran obras como El extranjero, de Camus o Ética para Amador, de Fernando Savater.

3. La censura en el cine

La censura en el cine ha ocupado miles de páginas y ha sido tema central en multitud de obras, de modo que solo veremos algunos casos. En general, no obstante, se observa en los censores un odio especial por temas religiosos y moralmente reprobables, pero también por las cuestiones políticas que no cuadraran con la ideología franquista. Por ejemplo, en La torre de los siete jorobados (1944), los croupiers de la ruleta no podían cantar «rojo» al final de las jugadas sino «colorado». En Casablanca (1942), los censores borraron el pasado de Rick (Humphrey Bogart) como combatiente en la guerra de España y cualquier mención a sus tendencias republicanas, claro.

Pero no solo eliminaban y cambiaban, en ocasiones también añadieron, como en Ladrón de bicicletas (1948), a la que añadieron una voz en off consoladora ante el panorama desolador con el que terminaba la película:

Mogambo (1953)

El caso de la censura en Mogambo es muy especial. Como nos explican en GuionOriginal, la película «sufrió la censura franquista por la infidelidad de Grace Kelly hacia su marido. La censura no podía consentir que Clark Gable sedujese a una mujer casada, y para solucionarlo decidieron modificar el guion y por consiguiente el doblaje, haciendo creer que Donald Sinden y Grace Kelly no estaban casados, sino que eran tan solo hermanos». Me los imagino valorando la gravedad del adulterio y del incesto y decidiendo al final que hacerlos pasar por hermanos tampoco era para tanto.

Bueno, juzgadlo vosotros mismos en este fragmento:

Al parecer, les debió de gustar porque los censores volvieron a hacerlo en El ídolo de barro (1949), una película de boxeo con Kirk Douglas como protagonista. En este caso convirtieron a una pareja casada en padre e hija para tapar la infidelidad de la esposa.

Las lluvias de Ranchipur (1955)

En esta película Lana Turner, una mujer casada, se encapricha de un apuesto galán hindú, Richard Burton. En la versión original, al marido le ataca un tigre y acaba malherido. En la española, se eliminaron todas las escenas posteriores en las que sale el actor para sugerir que ella está viuda y, por tanto, no es pecaminoso su flirteo con el galán.

Arco de triunfo (1948)

En Strambotic nos explican que esta película, protagonizada por Ingrid Bergman y Charles Boyer, tuvo también su dosis de infidelidad «salvo en España, donde el doblaje censor hizo de las suyas. En una de las escenas, a Bergman le preguntan por el hombre que la acompaña, a la sazón, su amante: “¿Es su marido?”, a lo que ella niega con la cabeza mientras de sus labios sale un claro y nítido “Sí”».

La condesa descalza (1954)

El personaje central (Ava Gardner) mantiene una relación extramatrimonial porque su marido es impotente. Una vez más, el doblaje alteró las relaciones; el marido pasó a ser hermano, y así la condesa no muere a manos del marido que descubre el adulterio sino a manos de su hermano, que considera pecaminosa una relación prematrimonial

Y hasta aquí el repaso a la censura y la autocensura, temas que dan para mucho más que una mera entrada de blog. ¿Conocéis algún ejemplo más de censura o autocensura en obras literarias o audiovisuales? ¿Os habéis encontrado algún fragmento chocante o bien omisiones en algún libro?

***

Para saber más:

  • Abellán, M. L. Censura y autocensura en la producción literaria española.
  • Álvarez Lobato, Pablo. Censura sexual del cine en España: una breve historia.
  • Carvajal, María. La censura literaria.
  • Cutler, Tom; Homedes, Jofre (traductor) (2013). Azotes y caricias. Una historia irreverente del sexo. Barcelona: Random House Mondadori.
  • Duro, Miguel (coordinador) (2001). La traducción para el doblaje y la subtitulación. Madrid: Ediciones Cátedra.
  • Sánchez Vadillo, Óscar (2013). Fanny Hill, memorias de una cortesana, o de la inmortalidad de la novela erótica.
  • Santaemilia, José (ed.) (2005). The Language of Sex: Saying & Not Saying, Valencia: Universitat de València.

Entradas recientes

  • El lenguaje de la noche
  • Juego en el trono
  • Cómo plantear una subida de tarifas
  • End of the year… when you’re a freelancer
  • Lo que dio de sí el #CongresoASATI

Archivos

Tweets

  • RT @martacava: El dia 2 d'abril se celebra el Dia Internacional de la Literatura Infantil i Juvenil. Només vull dir que podeu llegir litera… 23 minutes ago
  • Esto es hoy. 💖 twitter.com/tradurietas/st… https://t.co/Sdeo7cL7tD 4 hours ago
  • @2709books @juliacgs @pramireztello @laperifrasis Gracias. Ojalá pueda contar pronto que he soltado lastre por fin. ♥ 18 hours ago
  • Todo esto es terrorífico. twitter.com/surrealitybyte… 1 day ago
  • @Paseando_pags A mí me regalaron uno esta Navidad, pero aún no lo he empezado. Los tienes en Milbby, en Abacus y de… twitter.com/i/web/status/1… 1 day ago
Follow @Scheherezade_SL

Traducción

  • Algo más que traducir
  • De traducciones y otras rarezas
  • El arte de traducir
  • El blog de Mar Traducciones
  • El taller del traductor
  • El traductor en la sombra
  • La paradoja de Chomsky
  • Localización y testeo con Curri
  • No disparen al traductor
  • Nobody is perfect
  • Traducirco
  • TraducThor, la fuerza de las palabras

Categorías

Meta

  • Registro
  • Acceder
  • Feed de entradas
  • Feed de comentarios
  • WordPress.com

Temas y conceptos

calcos castellano cómic cómo ser traductor autónomo diccionarios doblaje empezar a traducir emprender errores inglés lengua literatura productividad recursos subtitulación TAV traducción traducción audiovisual traducción editorial traducción erótica traducción literaria traductor traductor autónomo traductor novel traductor principiante

Enter your email address to follow this blog and receive notifications of new posts by email.

Únete a otros 122.734 suscriptores
Follow En la luna de Babel on WordPress.com

Estadísticas

  • 2.039.843 lunáticos

Las 1001 traducciones

Las 1001 traducciones
Top 25 Language Professional Blogs 2016
Top 25 Language Facebook Pages 2016
Top 25 Language Twitterers 2016

Entradas y Páginas Populares

  • Cómo encontrar tu primer encargo de traducción y no desfallecer en el intento
  • Sexo oral y escrito: argot, eufemismos y etimología
  • La puntuación inglesa y española. Similitudes y diferencias
  • La sinonimia en traducción
  • El traductor insolente: traducir el lenguaje soez
  • El lenguaje de la noche
  • ¿Tradu... qué? ¿Qué es traducir?
  • ¡Extra! ¡Extra! ¿Cómo se traduce un cómic?
  • Ana Frank y la «pornografía»
  • Trucos y herramientas para la revisión de traducciones

Blog de WordPress.com.

  • Seguir Siguiendo
    • En la luna de Babel
    • Únete a 1.911 seguidores más
    • ¿Ya tienes una cuenta de WordPress.com? Accede ahora.
    • En la luna de Babel
    • Personalizar
    • Seguir Siguiendo
    • Regístrate
    • Acceder
    • Denunciar este contenido
    • Ver sitio web en el Lector
    • Gestionar las suscripciones
    • Contraer esta barra
 

Cargando comentarios...