• Contacto y otras páginas web
  • Política de privacidad
  • Ponencias y entrevistas
  • Proyectos
  • Servicios
  • Sobre la autora

En la luna de Babel

~ Blog sobre lenguas y traducción

En la luna de Babel

Archivos de etiqueta: empezar a traducir

Tu porfolio de traducción sin dramas… ni florituras

16 jueves Oct 2025

Posted by enlalunadebabel in Cuestiones laborales, Recursos, Traducción, Vida traductoril

≈ Deja un comentario

Etiquetas

empezar a traducir, libros, muestras de traducción, porfolio, portafolio, Traducción, traductor principiante

Una de las preguntas que más me hacen compañeros y estudiantes de traducción —justo después de «¿cómo empezar a traducir?» y «¿cuánto se cobra por palabra?»— es cómo enseñar lo que se sabe hacer o, en otras palabras, cómo crearse un porfolio de traducción que vaya más allá del CV. Así pues, hoy vengo con mi respuesta larga, la que normalmente guardo para cuando hay un cafelito de por medio.

Spoiler: no hay una sola forma correcta, pero sí maneras de hacerlo sin perder la cabeza por el camino.

Si ya tienes horas de vuelo

Si llevas un tiempo traduciendo, enhorabuena: ya tienes material que mostrar. Pero un porfolio no es una lista de «todo lo que he traducido desde 2011» (aunque la tentación esté ahí). No se trata de demostrar que sabes usar Word desde el XP, sino de demostrar tu criterio y tu voz profesional.

Empieza por seleccionar los proyectos que te representan de verdad: los que reflejan tu estilo, tus especialidades o el tipo de encargos que te gustaría seguir recibiendo. Esa guía sobre carretillas elevadoras de 2022 puede quedarse fuera, por mucho cariño que le tengas (salvo que vaya dirigido a empresas del sector, ojo).

Añade un poco de contexto. En lugar de limitarte a «Traducción de la novela X», explica brevemente de qué iba el encargo: el género, el tono, la editorial, los retos específicos. Algo como «Traducción de una novela romántica ambientada en el Ártico, donde mantener la tensión entre la emoción y el humor sarcástico del narrador fue clave». Eso dice mucho más de ti que una simple línea de texto. Si usas traducciones propias y quieres enseñar esos textos, te aconsejo un formato apaisado, por ejemplo, en el que pongas a un lado el fragmento en el idioma de origen y, en el otro, tu traducción.

Si el libro está publicado, enlázalo. Si hay fragmentos disponibles en línea, también. Cuantos menos clics tenga que hacer el lector, mejor. Y cuida el diseño: puede ser una página web, un PDF bonito o una sección en LinkedIn, pero sin muchas florituras ni tipografías recargadísimas. Respeta a tu yo traductor… y al ojo ajeno. Más abajo te doy algunas herramientas para que puedas trastear un poco.

Piensa en tu porfolio como en un escaparate de librería: no se trata de enseñar todos los libros del almacén, sino los que harían que alguien se detuviera y dijera «quiero ese». Un ejemplo fabuloso de este tipo de porfolios es el catálogo físico que usa mi amigo Lawrence Schimel para llevar a ferias del libro y cuyas páginas de muestra te enseño aquí mismo. Esto es un nivel muy muy profesional, ¿eh?, pero no es necesario hacer lo mismo. Piensa en qué te puede funcionar a ti.

Si aún no tienes experiencia

Aquí suele entrar el pánico: «pero ¿cómo voy a montar un porfolio si todavía no me ha contratado nadie?». Respira. Todos hemos empezado ahí. Todos.

Un porfolio no tiene por qué incluir (solo) trabajos remunerados. Lo que quieres es mostrar de qué eres capaz. Y eso se puede hacer de muchas formas.

Empieza por crear tus propias muestras. Elige textos representativos del tipo de traducción que te gustaría hacer —literaria, técnica, audiovisual, marketing— y traduce pequeños fragmentos. Coméntalos si quieres: explica las decisiones que tomaste, el tono que buscabas o los retos del texto. Eso demuestra criterio y conocimiento, incluso sin cliente de por medio. Y si eliges un texto publicado, recuerda dejar claro que es una muestra no comercial.

Otra opción es montar proyectos propios. Un blog, un boletín, una cuenta de Instagram donde hables de curiosidades lingüísticas…, todo eso cuenta. También puedes participar en proyectos colaborativos, revistas o traducciones voluntarias. No regales tu trabajo eternamente, pero una colaboración puntual te da experiencia real y visibilidad.

Y si no tienes todavía material traducido, enseña tu proceso. Explica cómo trabajas, cómo investigas, cómo resuelves un problema de estilo o terminología. Eso transmite profesionalidad y madurez, incluso al principio del camino.

Herramientas útiles

Aquí es donde muchos se bloquean: «¿y ahora dónde lo pongo?». No hace falta complicarse ni saber programar. Lo importante es que el formato sea claro, coherente y fácil de mantener actualizado.

Si te apetece tener una web, WordPress sigue siendo el clásico. Permite personalizarlo todo y tener tu propio dominio. Wix y Squarespace (en soluciones / ejemplos de clientes) son opciones más visuales y rápidas de montar, perfectas si no quieres pelearte con la parte técnica. Y si prefieres algo más minimalista y funcional, Notion funciona muy bien como dosier digital; aquí tienes algunas ideas más.

Por otro lado, también está Clippings, con el que puedes crear porfolios de traducción y redacción como este de Pablo Montero, así de rápido y fácil.

Si lo tuyo es el formato descargable, Canva es tu aliado. Tiene plantillas fáciles de adaptar para crear un PDF limpio, con enlaces, capturas y una estructura profesional que puedes enviar por correo sin sufrir por los márgenes.

Y si quieres alardear de muestras online, Behance o Contently te permiten subir fragmentos, enlaces y proyectos, incluso aunque no sean de diseño. LinkedIn también puede servir: usa la sección «Destacados» para añadir enlaces, publicaciones o muestras en PDF.

No importa tanto la plataforma como la coherencia entre lo que enseñas y lo que dices que haces. Elige un formato que puedas mantener sin que te entren ganas de tirarte de los pelos cada vez que haya una actualización.

En resumen

Tu porfolio no es un álbum de cromos, sino una narración visual y textual de quién eres como profesional. Debe reflejar tus intereses, tu estilo, tus fortalezas… y, sobre todo, que te tomas la traducción en serio. Tengas o no experiencia, el truco está en mostrar potencial: el de tu trabajo, tu criterio y tu pasión por las palabras. Porque sí, se nota cuando la tienes.

Y si al montarlo te asaltan las dudas («¿y si no soy lo bastante bueno/a?», «¿y si esto no le interesa a nadie?»), recuerda: todos los traductores hemos pasado por ahí. Lo importante es seguir traduciendo, aprendiendo y afinando tu voz.

Tu porfolio evolucionará contigo. Y eso, sinceramente, es lo bonito de esta profesión, que nunca dejas de crecer.

***

Más información y enlaces útiles:

  • Cómo crear tu porfolio de traducción, en Connecting Translations.
  • Cómo elaborar un portafolio interactivo para traductores, de Centauri Translations.
  • El portfolio del traductor: ventajas y desventajas de crear un portfolio de traducciones, de Traducciones Creativas.
  • Ivo Fiz te enseña a montar un porfolio (con y sin experiencia) de copywriter, que nos sirve perfectamente a nosotros como traductores.
  • En Wix no solo tienen una opción especial para crear porfolios, sino que también te dan algunos consejos por aquí.
  • Rosa Morel te cuenta en su pódcast cómo enfocar un porfolio de redacción.

De tattoos y tradus

26 martes Mar 2024

Posted by enlalunadebabel in Aprendizaje, Testimonios, Vida traductoril

≈ Deja un comentario

Etiquetas

aprendizaje continuo, empezar a traducir, español, experiencias en traducción, tecnologia, Traducción, traductor principiante, vivencias de traductor

Hasta hoy, nunca había pensado en lo que tatuadores y traductores tenemos en común. Y lo tenemos. ¿No me crees? Pues sigue leyendo. 😉

Hace un par de días llegué por azar a esta historia en el Instagram del tatuador Kasti (@kasti.tattoo en instagram), en la que repasa los aprendizajes tras varios años en la profesión. Leyendo punto por punto, me dije «ostras, esto me suena».


Así que decidí hacer lo propio con nuestro sector. A ver qué te parece:


1️⃣ Te tiene que gustar mucho traducir. De cajón, pero es así. Luego hay otras cosas que quizá no gusten tanto (llevar la contabilidad, perseguir a clientes, vértelas con altibajos de trabajo, etc.), pero lo esencial es que te guste tu trabajo: en este caso, amaestrar textos y hacer acrobacias lingüísticas.

2️⃣ Hay muchos compañeros que ofrecen un servicio similar y la competencia es elevada. También hay que luchar contra la idea de que los traductores automáticos son la panacea. Lo más importante *no* es que un cliente te abra sus puertas y te confíe un trabajo: el truco está en fidelizarlo y eso se consigue ofreciendo el mejor servicio posible.

3️⃣ La ergonomía suele ser la gran olvidada. Pasamos muchas horas sentados y es imprescindible cuidar la espalda. En palabras de mi fisio, tampoco es tan importante el tipo de silla en sí —que influye, no nos engañemos—, sino que nos movamos más a lo largo del día.

4️⃣ Los problemas en el túnel carpiano no son ninguna broma. De nuevo, un buen teclado y una buena postura son esenciales.

5️⃣ A traducir se aprende traduciendo y, además, es una carrera de fondo. No hay más. Hay que ser paciente, sobre todo al principio, para ir ampliando la cartera de clientes.

6️⃣ ¿Cuántas veces se me habrá ocurrido la traducción perfecta para ese juego de palabras justo cuando me estaba duchando o a punto de apagar la lamparita de la mesita de noche? Pues eso. Una libretita a mano y la función de notas del móvil son mano de santo.

7️⃣ Quien más, quien menos (dentro de una misma rama y combinación lingüística) te puede solventar la papeleta, pero dar ese paso más, ofrecer lo que no ofrecen los demás…, ay, amigos, ahí está el punto diferencial.

8️⃣ El nuestro suele ser un trabajo agradecido. Hay traducciones cortas, otras más largas; unas son fáciles y otras te hacen sudar más, pero esa sensación al terminar un trabajo bien hecho no tiene precio.

9️⃣ Siempre está el miedo de decir que no por si perdemos al cliente. Aun así, tanto si se debe a que no nos vemos capacitados para encargarnos de un texto como si tenemos la agenda llena y no nos da la vida, ser sinceros es esencial. Trata de negociar plazos, deriva el trabajo, recomienda a otro compañero. El cliente te lo agradecerá.

🔟 Somos humanos: todos nos equivocamos. Me equivoco yo como traductora y se puede equivocar la otra persona como compañera, gestora de proyectos, etc. Que no se nos olvide ese trato humano y cercano (tatúes un pajarito o traduzcas un texto sobre ornitología).

En fin, que somos primos hermanos. O tal vez es que algunas experiencias son, de hecho, universales. ¿Tú qué opinas?

Algunos apuntes rápidos para encontrar trabajo

06 martes Jun 2023

Posted by enlalunadebabel in Traducción, traducción literaria, Vida traductoril

≈ 1 comentario

Etiquetas

el cv del traductor, empezar a traducir, encontrar clientes, encontrar trabajo, encontrar trabajo de traducción, traductor principiante

Como traductora siempre abierta a nuevos proyectos y trabajos (ya sabes, hay que estar con los ojos abiertos que el mundo cambia muy deprisa) y aprovechando las sesiones de preguntas y respuestas que suelo organizar en Instagram, hoy vengo con varias estrategias que podemos implementar para aumentar nuestras oportunidades laborales.

Vamos con algunas sugerencias:

  1. Mejora tu visibilidad en línea: Crea y actualiza tu perfil profesional en plataformas especializadas en traducción, como ProZ o TranslatorsCafe, y potencia tu LinkedIn (sé que algunas personas son reacias, pero a mí me parece una buena red, sobre todo para tener el CV en línea y ver lo que se cuece en el sector; esto da para artículo aparte). Asegúrate de incluir información relevante sobre tus habilidades, experiencia y especializaciones. También puedes hacerte un sitio web o un blog donde puedas enseñar muestras de tu trabajo y compartir información útil sobre la traducción. De primeras, no te hace falta un sitio web superpotente; trastea con las plantillas de WordPress, verás que puedes montarte algo sencillito en un solo día.
  2. Construye una red de contactos: Participa activamente en grupos y comunidades de traducción en línea y fuera de ella. Únete a asociaciones profesionales de traductores y asiste a eventos y conferencias para conocer a colegas y a potenciales clientes (de ahí que sea recomendable no ir solamente a congresos de traducción). La red de contactos puede generar oportunidades laborales y futuras referencias.
  3. Enfócate en tu especialización: Identifica tus áreas de especialización y explótalas. Es más probable que encuentres trabajos en tu(s) campo(s) de experiencia, ya que muchos clientes, sobre todo los directos, buscan traductores especializados en áreas concretas. Investiga y mantente actualizado/a en tu campo para ofrecer traducciones de calidad y demostrar tu experiencia.
  4. Contacta directamente con clientes potenciales: Investiga y hazte una lista de editoriales, agencias de traducción o empresas que podrían necesitar tus servicios. Envíales una carta de presentación personalizada (en el cuerpo mismo del correo electrónico) y tu currículum, destacando tus habilidades y experiencia más relevantes. También puedes ofrecer muestras de tu trabajo o enlaces a tu porfolio en línea (yo lo tengo puesto en el mismo CV para que se pueda acceder directamente mediante enlace). Te recomiendo que adaptes el CV para cada idioma y oferta concreta seleccionando lo más relevante para ese puesto en cuestión.
  5. Colabora con otros traductores: Establece relaciones de colaboración con otros traductores para trabajar en proyectos conjuntos. Esto te permitirá ampliar tu red de clientes potenciales y acceder a trabajos más grandes o complejos que requerirían la colaboración de varios traductores. Algunos compañeros se han montado una especie de sociedad o cooperativa, pero no es necesario ir tan lejos.
  6. Promociona tus servicios de forma proactiva: Utiliza las redes sociales y tu presencia en línea para promocionar tus servicios de traducción. Comparte publicaciones relevantes, interactúa con la comunidad y muestra tu experiencia y habilidades. También puedes ofrecer alguna promoción especial para atraer nuevos clientes. Como profesional autónomo, tú te lo guisas y tú te lo comes. No tengas miedo a autopromocionarte.
  7. Investiga agencias de traducción: Hay muchísimas agencias de traducción. Empezar con una agencia es relativamente más fácil que dar con un primer cliente directo. Explora la posibilidad de trabajar para agencias nacionales e internacionales contactando primero con aquellas que abordan tus áreas de experiencia (podrás verlo en su web) y envíales una solicitud de colaboración. Muchas anuncian las ofertas de empleo por LinkedIn e incluso a través de sus redes sociales (como Twitter). Aunque cuesta cuando se es novatillo o novatilla, piensa que las tarifas siempre se pueden negociar, así que no te cortes. Ah, y échale un vistazo al BlueBord de Proz o sitios similares para ver si hay algo relevante de esa agencia que debas conocer (condiciones de pago, trato, etc.).

Para más ideas sobre posibles clientes con los que empezar, no te pierdas este artículo del blog. Y para ver qué enviarles y cómo, tienes unos apuntes por aquí. Si lo que te interesa es la literaria, por aquí van unos consejos para empezar en traducción editorial.

La base de datos

Ah, y es importantísimo que lleves un buen control de las puertas a las que llamas. Crear una base de datos de (posibles) clientes puede ser muy útil para organizar la información sobre los CV y materiales que envías. Aquí tienes algunos pasos para hacerlo (son de cajón, lo sé, pero nunca está de más un repasillo):

  1. Elige una herramienta: Determina qué tipo de herramienta utilizarás para crear y gestionar tu base de datos. Puedes optar por una hoja de cálculo en Excel o Google Sheets, o utilizar un software especializado en gestión de clientes, como CRM (Customer Relationship Management) o programas de seguimiento de proyectos.
  2. Define los campos de información y créala: Decide qué campos de información serán necesarios para tu base de datos y disponlos en columnas. Algunos ejemplos pueden incluir el nombre del cliente, la empresa, el cargo, la dirección de correo electrónico, el teléfono, la fecha de envío del CV o materiales (¿les envías el CV general o el especializado? ¿Les has adjuntado un listado de traducciones o una muestra?), si te hacen una prueba de traducción, qué tipo de proyectos te envían (ya más adelante), entre otros. Personaliza las columnas según tus necesidades y añade columnas adicionales para comentarios o clasificaciones, si lo deseas.
  3. Introduce toda la información: A medida que envíes CV y materiales a los clientes, introduce los datos correspondientes en la base de datos (léase: no la tengas muerta de asco en el ordenador, ¡úsala!). Incluye la información relevante para cada cliente y proyecto. Si es posible, guarda una copia de los CV y materiales en una carpeta específica o vincula los archivos correspondientes en tu base de datos.
  4. Mantén la base de datos actualizada: A medida que surjan cambios en la información de tus clientes o proyectos, haz las actualizaciones correspondientes, esto te permitirá tener un registro preciso y actualizado de tus envíos y comunicaciones. ¿Te han dicho que te responderían en breve y ya han pasado tres meses? Vuelve a escribir. ¿Has cursado un posgrado o te has sacado alguna titulación nueva? Aprovecha para darle un toque a ese cliente para quien creas que puede ser una información valiosa. Si lo tienes todo registrado, te será más fácil organizarte y, por ende, comunicarte de modo más eficaz.
  5. Utiliza etiquetas o categorías: Si tienes una gran cantidad de clientes o proyectos, puedes utilizar etiquetas o categorías para clasificar y organizar tu base de datos. Por ejemplo, puedes etiquetar los clientes según su área de especialización o el tipo de proyecto que has enviado.
  6. Lleva un seguimiento: Utiliza tu base de datos como una herramienta de seguimiento de los clientes a los que has enviado CV o los varios materiales y anota las fechas de seguimiento o cualquier respuesta que hayas recibido. Esto te ayudará a mantener un historial y a gestionar eficientemente tus relaciones con los clientes.

El porfolio

«¿Y eso que decías del porfolio?». Podemos ir apuntando los encargos en los que vamos trabajando, sobre todo al principio, si queremos demostrar nuestra experiencia y enseñárselo a un posible cliente interesado. Podemos incluir lo siguiente:

El correo

Lo he dejado para el final, pero es importantísimo que nos sepamos comunicar para que el posible cliente esté interesado en descargarse ese CV que con tanto esmero hemos redactado. ¿Cómo escribir un correo eficiente? Aquí va:

Por último, recuerda que la constancia y la paciencia son clave en la búsqueda de nuevos trabajos, y la traducción no es ninguna excepción. Ten una actitud proactiva, sigue aprendiendo y mejorando tus habilidades y no dudes en buscar oportunidades y contactos que puedan abrirte puertas.

¡Te deseo mucho éxito!

Lo que dio de sí el #CongresoASATI

04 martes Oct 2022

Posted by enlalunadebabel in Aprendizaje, Congresos

≈ Deja un comentario

Etiquetas

Congreso ASATI, copywriting, empezar a traducir, FIFA, interpretación, marca personal, redes sociales, traducción, traducción gastronómica, traducción institucional, traducción médica, traductor, traductores Aragón

Veinte años no se cumplen todos los días. Si no, que se lo pregunten a ASATI (Asociación Aragonesa de Traductores e Intérpretes), que los celebró la semana pasada por todo lo alto aprovechando el Día Internacional de la Traducción. El viernes 30 de septiembre y sábado 1 de octubre nos reunimos ponentes y asistentes, miembros y no miembros de ASATI en la Cámara de Comercio de Zaragoza para celebrar ese aniversario tan especial.

Fotomural de la ciudad en el interior de la Cámara de Comercio de Zaragoza
Vitrales decorados con figuras alegóricas

Tras el emotivo discurso de María Pilar Cardos, presidenta de ASATI, tuve el placer de inaugurar las jornadas con mi ponencia sobre las redes sociales como escaparate para el traductor. Cada vez somos más conscientes de la fuerza que tienen las redes sociales para promocionarnos, así que aproveché la oportunidad para dar algunos consejos sobre cómo desenvolverse en distintas redes (Twitter, páginas de Facebook, LinkedIn, Instagram y blog) sin enredarnos en exceso. ¿Los puntos principales? Ser memorable, publicar con regularidad y calidad (más que cantidad), tener una voz clara y no perder de vista a nuestro lector/espectador objetivo.

Después salió a la palestra Carmelo Beltrán, que nos habló de copywriting y, más concretamente, el orientado al marketing por correo electrónico. Carmelo nos explicó cómo ayuda a sus clientes, tanto marcas como profesionales independientes, a vender más y mejor. Nos contó cómo se vertebra un correo eficaz (idea + justificación + llamada a la acción + gancho) y cómo pensar en ideas para cubrir el contenido en cuestión (dar con el tema y los muchos subtemas; pensar en 10 problemas que puedan tener los clientes y 10 maneras de abordar cada uno; usar anécdotas, etc.). Y creatividad debe de tener un rato porque escribe a sus suscriptores un correo cada día. Ahí es nada.

Después de la pausa del café (madre mía, esos agujeros de dónut qué buenos estaban), volvimos con la mesa redonda sobre la jubilación, con Alicia Martorell y Álvaro Bajena, representante de la UPTA Aragón. Se habló de la importancia de conocer nuestros derechos y obligaciones como autónomos, con todas las cartas sobre la mesa. Un tema complejo pero muy muy necesario… y más viendo la que se avecina.

Y como colofón antes del almuerzo, vino Daniel Segura a contarnos cómo coordina los servicios de traducción e interpretación en la FIFA: los archivos que pasan a los lingüistas para que se documenten, el encaje de bolillos que tienen que hacer para cubrir las ruedas de prensa en los mundiales, etc. Curiosamente, la unidad de interpretación de la FIFA es bastante reciente, se creó en 2016, algo que cuesta de creer con la cantidad ingente de idiomas que se mueven en el mundo del fútbol y los eventos que se celebran al año para los que necesitan intérpretes: ¡más de 700! También nos explicó que cuentan con unos 200 intérpretes, pero, al principio, fue una auténtica odisea encontrar personal cualificado que quisiera trabajar para la FIFA. Increíble, ¿eh?

Después de comer, Fernando Navarro nos habló de las preguntas recurrentes que le han hecho a lo largo de estos años y procedió a desmontar los típicos tópicos: sí, se puede trabajar de traductor (médico); un traductor médico puede trabajar a la perfección aun no siendo médico, eso sí, formándose mucho, y sí, la traducción médica es difícil, pero vale muchísimo la pena. Habló de las impresionantes cifras de ventas que manejan las farmacéuticas y de la gran responsabilidad que tiene un traductor e intérprete médico. Nos recordó el terrible caso de «la palabra de los setenta millones de dólares» en el que la mala traducción de un término estuvo a punto de acabar con la vida de un paciente.

Alicia Martorell hizo doblete después de Navarro con su charla sobre la traducción institucional en la que nos contó cómo se trabaja para las grandes instituciones y qué hay que tener en cuenta para hacerlo bien. Pista: prestar mucha atención a las directrices de nuestro cliente (si prefiere mercadeo a marketing o emplear un anglicismo, aunque los más puristas se rasguen las vestiduras, pues eso hay que usar). Ponencias así animan a la fuerza, porque aunque siempre habrá clientes que paguen de aquella manera, las buenas —y buenísimas— tarifas existen.

Y como colofón, Clara Guelbenzu, Edna Santizo y Guillermo Pinilla compartieron mesa redonda en la que abordaron los avances y los retos futuros en interpretación de conferencias.

No está nada mal para un solo día, ¿eh? Pues al siguiente, hubo tres talleres muy distintos. Los dos primeros, paralelos, corrieron a cargo de Fernando Navarro y Rosa Llopis. Navarro dictó el suyo sobre la traducción e interpretación de la jerga de los médicos y Llopis nos endulzó con «El traductor entre fogones: la traducción de recetarios». Porque traducir gastronomía tiene miga, como explicaba ella misma en este artículo sobre la importancia de una buena traducción en el sector turístico y gastronómico.

Y ya como clausura de estos dos días intensos, ASATI trajo a Marián Amigueti, que nos habló de la marca personal para traductores e intérpretes. Ante algo que puede parecer muy poco concreto, nos ayudó a ver la importancia de destacar nuestro valor diferencial y comunicarlo con estrategia. ¿Con qué clientes trabajamos y con cuáles nos gustaría trabajar? ¿Qué fortalezas y debilidades nos vemos como profesionales? ¿Cómo les resolvemos la papeleta a los clientes? Solo conociéndonos a fondo podemos llegar a mejorar y cambiar también nuestro rumbo, si así lo queremos.

Tras estas jornadas variopintas y tan gratificantes, volví a casa con ganas de comerme el mundo, llena de ideas y con el corazón henchido de orgullo por nuestra profesión. Y sé de buena tinta que no soy la única, porque ASATI ha conseguido organizar algo muy muy especial. ¡Felicidades de nuevo por estos 20 años y que cumpláis muchos más!

Empezando mi charla sobre redes sociales
Carmelo, aka copymelo, hablándonos de copywriting
Dani Segura en su ponencia sobre el departamento de TeI de la FIFA
Fernando Navarro en su primera ponencia sobre traducción médica
Alicia Martorell en su charla sobre traducir para instituciones
Guillermo Pinilla y Clara Guelbenzu con Edna Santizo en remoto
El taller matinal de Fernando Navarro
Un momento del taller de Rosa Llopis
El taller de Marián Amigueti con aforo completo
Los maravillosos dibujos de Sarah Quijano
El cartel del programa del #CongresoASATI

PD.: Muchísimas gracias por la invitación, la organización y por el cariño de estos días. Desde Mapi a mi adorado Pinilla, pasando por Eva, Natalia, Jose, Núria, Sarah, Patri, Ana, Carles, Enrique, Sara, Amelia, Armando (gran charla, aunque casi perdiera el tren, jaja), Marián (por más cenas en las que casi tienen que echarnos) y tantísimos compañeros que me dejo y que espero sepan perdonarme. Ojalá podamos volver a vernos pronto.

Traducción a cuatro manos: la experiencia de Yuliss y Tamara

03 miércoles Nov 2021

Posted by enlalunadebabel in Testimonios, Traducción, traducción literaria, Vida traductoril

≈ Deja un comentario

Etiquetas

empezar a traducir, traducción, traducción literaria, traducir a cuatro manos, traducir romántica, traductor principiante

A Julia M. Priego, Yuliss, la conocí en Málaga para unas jornadas del máster de la UMA y posteriormente participamos en una mesa redonda en las Jornadas Ándalus Románticas de 2015 con Juan Pascual y Puerto Barruetabeña. Por aquel entonces ya la veía con unas ganas tremendas de comerse el mundo… y en ello está ahora mismo junto a Tamara Arteaga, con quien lleva traducidos ya un buen puñado de libros.

Siempre me ha llamado la atención este modo de trabajo a cuatro manos para traducir libros, así que hoy las invito al blog para que me cuenten un poco cómo lo hacen ellas. ¡Vamos allá!

Tamara Arteaga (izquierda) y Yuliss M. Priego (derecha).

Antes de nada, un poco de contexto. Contadme, ¿qué formación tenéis?

Yuliss: Pues yo estudié el Grado en Traducción e Interpretación en la Universidad de Málaga, de donde soy, y luego decidí hacer el Máster en Traducción para el Mundo Editorial en la misma universidad, igual que Tamara.

Tamara: Así es. Yo cursé la licenciatura en Traducción e Interpretación en la Universidad del País Vasco y acto seguido el Máster en Traducción para el Mundo Editorial de la UMA.

Os conozco como tándem desde hace ya unos años, tenéis cuenta común en Twitter y web propia, Manzanitas Servicios Editoriales. ¿Cómo decidisteis unir fuerzas para traducir a cuatro manos?

Yuliss: Pues nosotras nos conocimos en 2008 gracias al fenómeno mundial de Crepúsculo, porque ambas traducíamos fanfics en una comunidad fan (www.fanfiction.net). Empezamos a entablar conversación sobre lo que habíamos leído y lo que nos gustaba, y…

Tamara: …y el resto es historia. Gracias a esa amistad yo me vine a Málaga a estudiar el máster y desde entonces fue natural para las dos trabajar juntas. De hecho, yo ya me he establecido aquí en Málaga y, además de traducir juntas, también impartimos clases de inglés en la misma academia.

Yuliss: Vaya, que nos tenemos más vistas que nada. Nos falta vivir juntas *Se ríe*.

¿Cómo es vuestro proceso de trabajo? ¿Cómo os repartís el trabajo? ¿Qué etapas seguís?

Tamara: Nos gusta dividir cada proyecto en varias etapas. Primero, echamos un vistazo a la longitud del documento, la fuente, la terminología, el número de capítulos… y después procedemos a repartirnos el libro de forma equitativa. A veces, una hace los capítulos pares, y la otra, los impares. En otras ocasiones, los hacemos de dos en dos, si son muy cortitos. De esa forma, las dos vamos avanzando a la par y conforme vamos acabando capítulos, revisamos los de la otra antes de la corrección final.

Yuliss: Lo bueno que tenemos nosotras es que, como nos conocemos desde hace tanto tiempo, y estamos tan compenetradas ¾tanto que a veces hasta hablamos a la vez y con la misma entonación y las mismas palabras¾, sabemos en qué peca más la otra y nos complementamos bien. De hecho, al ser Tamara del País Vasco y yo de Andalucía, nos ayudamos mutuamente a no caer en localismos que, sin el punto de vista de la otra, se nos escaparían seguro. Luego, cuando terminamos de traducir el manuscrito, nos gusta imprimirnos la novela (si la fecha de entrega nos lo permite) y corregirla a mano.

Tamara: Sí. Y es en esa revisión final (que yo personalmente odio, pero es muy necesaria), donde hacemos cambios de última hora y ponemos en común los errores más frecuentes que nos hemos encontrado para intentar evitarlos en los futuros proyectos.

¿Qué pros y contras creéis que tiene este método de trabajo? ¿Cómo explotáis las ventajas y solucionáis los contras que pueda haber?

Yuliss: Pues, a ver. Yo empecé traduciendo sola y luego seguí haciéndolo a cuatro manos con Tamara. Tener a otra persona que te corrija y que use otro tipo de expresiones y de lenguaje, a fin de cuentas, es bastante beneficioso para el texto. Cuando una traduce sola, luego depende de sí misma para revisarlo y es probable o, mejor dicho, seguro, que se nos pasen cosas por tener el texto viciado. Cuando somos dos, aunque ambas hayamos trabajado en el texto a la vez, es mucho más fácil identificar errores que se nos hayan escapado a cualquiera de las dos.

Tamara: En mi caso, yo siempre he traducido a cuatro manos. Mi primer encargo fue con Juan Pascual, y a partir de ahí he trabajado codo con codo con Julia. No sabría decirte qué contras hay de trabajar a cuatro manos porque, sinceramente, no los veo. El tema del dinero dividido… Teniendo en cuenta que al final solo traduzco medio libro, lo veo justo, y me permite compaginarlo con otro trabajo que me ayuda a pagar facturas, para qué nos vamos a engañar. A mí me gusta desahogarme de lo que traduzco con Julia, escribirle sobre lo que pasa y comentar en caso de que haya salseo *se ríe*, así que en todos los años que llevo traduciendo con ella, me quedo con lo mucho que he aprendido, la facilidad que tenemos de solventar problemas que nos han ocasionado varios textos a lo largo de los años y, por último, en que lejos de crear tensión en nuestra amistad, la ha fortalecido muchísimo.

Yuliss: Sí, aunque siendo sinceras, yo sí que podría ver una desventaja en trabajar junto a otra persona con la que, a fin de cuentas, no compartes un vínculo o una conexión. Lógicamente, este no es nuestro caso, porque lo único que nos falta es saber lo que está pensando la otra (y, a veces, hasta eso pasa *se ríe*). Pero cuando una editorial X, por ejemplo, necesita la traducción de un libro en un plazo de tiempo exageradamente corto e imposible para un solo traductor, suele encargarla a diferentes traductores que muy posiblemente no se conocen de nada. Eso sí podría llevar a que el lector luego note y perciba discrepancias por culpa de no haber unificado bien, o porque cada uno tiene un estilo muy distinto a la hora de narrar. Diríamos, entonces, que un requisito indispensable para que una traducción a cuatro manos sea un éxito es que haya cierta sinergia entre las dos personas involucradas.

Está claro que en vuestro caso hay mucha química, pero también mucho conocimiento del género romántico. Creo recordar que también teníais un blog y escribíais reseñas. ¿Seguís en la blogosfera? ¿Diríais que eso os ha especializado de alguna manera?

Tamara: Para mí, tener un blog, un canal de YouTube, o varias redes sociales a la vez es un «quiero y no puedo». Hay gente que lo llamaría un mal necesario, el problema que tenemos nosotras es que somos tan puntillosas que no pasaríamos precisamente poco tiempo con eso, un tiempo que no nos sobra. Si tenemos que elegir entre traducir los fines de semana o dedicarnos a las redes/blog/YouTube, la respuesta está clara. La traducción ya afecta a mi yo lector en sí. Así que necesito un poco de espacio personal también.

Yuliss: En lo referente a ser o no «especialista». Yo no creo que seamos especialistas de nada. Es cierto que tenemos unos gustos literarios similares y más específicos, pero, como ya hemos mencionado antes, no queremos limitarnos en nuestro trabajo. Suena a cliché, pero la traducción es aprender, y si nos encasillamos en un tipo de novela o género únicamente, entonces dejaríamos de aprender, y sería una pena. Además, cada novela es un mundo, y cada autor una rama de ese gran árbol que es la literatura.

Tamara y Yuliss con una de sus criaturas.

Tamara: Yo nunca he querido limitarme a la hora de géneros o subgéneros. Sí que es cierto que yo leo novelas románticas en su gran mayoría, y eso se nota también a la hora del interés que me pueda generar un encargo u otro. Sin embargo, también me gusta el desafío que implica traducir una novela a la inversa o que nos manden un encargo de algo completamente ajeno a lo que estamos acostumbradas, como puede ser una biografía o algo de esoterismo. Pero, vaya, que, siendo franca, siempre y cuando sea una editorial que se porte bien (y con eso me refiero a que pague bien, aunque hoy en día difícil…), yo no me quejo…

Yuliss: Yo leo un poco de todo, la verdad. Me gusta la novela romántica, así como la ciencia ficción, la fantasía, o la literatura juvenil. Debo decir que la novela romántica tiene un lugar especial en mi corazón porque fue el género con el que empecé a traducir profesionalmente, pero hoy día flipo con los encargos de juvenil fantástica, o incluso con la narrativa sentimental. Pero bueno, que yo le meto mano a todo *je, je*, tal y como ha dicho Tamara.

¿Tenéis algún trabajo interesante entre manos ahora mismo? ¿Y algún encargo que os haya marcado?

Tamara: En cuanto a proyectos que tengamos entre manos, no podemos desvelar mucho, pero sí que hay novelas New Adult que nos están gustando mucho, así como alguna que otra erótica que…*ñam*. No obstante, si tenemos que mencionar una traducción en especial, diríamos que con la que más hemos aprendido por el reto que nos supuso y el estilo particular de la autora es La maestra de la oscuridad de Addie Thorley, publicada por Munyx Editorial este pasado septiembre.

Yuliss: Totalmente. Es una novela juvenil fantástica, una reinterpretación de la famosísima novela Nuestra señora de París de Victor Hugo, que ha supuesto un antes y un después en nuestra carrera profesional. Ojalá todos los encargos fuesen así de satisfactorios.

Sé que ambas trabajáis en una academia de inglés. ¿Cómo lleváis lo de compaginar la traducción con la docencia?

Tamara: Tenemos la suerte de trabajar de lunes a jueves en la academia de inglés en la que llevamos impartiendo clases desde 2014. Gracias a eso, pagamos facturas y tenemos el tiempo libre suficiente como para dedicarnos a la traducción literaria; a cuatro manos, por supuesto. En mi caso, jamás lo he visto como un sacrificio de mi tiempo libre, sino más bien como cumplir un sueño. El sueño de trabajar en lo que he estudiado, aunque sea durante los fines de semana (y no esté tan bien remunerado como yo querría). Pero, bueno, si quiero tener perspectivas de futuro, no me queda de otra.

Yuliss: Mentiría si dijera que no me encantaría poder trabajar únicamente de la traducción literaria. Lo cierto es que es muy difícil vivir únicamente de eso. Soy consciente de que hay compañeros que lo hacen, o que malviven, no lo sé, pero en mi caso es imposible. Siempre me ha gustado traducir y, al igual que Tamara, tampoco veo como un sacrificio tener que dedicar muchos fines de semana a esa tarea. Pero, bueno, a veces necesitamos desconectar y, aunque tengamos que rechazar algún encargo, priorizamos nuestra salud mental. O si no los rechazamos, al menos sí pedimos unos plazos de entrega más que razonables, incluso para ser dos. De hecho, que seamos dos no necesariamente supone que tengamos el trabajo en la mitad de tiempo. Más bien lo contrario, dado lo rigurosas y perfeccionistas que somos.

Ya para terminar, porque sé que interesa y muchos querrán conocer vuestro modus operandi, ¿cómo buscáis trabajo y os presentáis a las editoriales? ¿Algún consejo para los traductores noveles (y no tan noveles) que nos leen?

Yuliss: En nuestro caso, lo que más nos ha funcionado a la hora de encontrar trabajo es, sin duda, hacer contactos. Conocer a los editores, a otros traductores, a gente del gremio. Aunque parezca una tontería, que te puedan poner cara es una ventaja sobre aquellas personas que mandan los CV sin ton ni son y a las que las editoriales no conocen de nada. Incluso un mismo compañero del gremio puede conseguirnos algún trabajo cuando este ve que no puede aceptarlo. En definitiva, ir a ferias, a encuentros, a charlas, conferencias, y hacer contactos.

Tamara: De hecho, conseguimos nuestra primera traducción a cuatro manos tras proponer una novela a una editorial en la Feria del Libro de Madrid de hace ya unos cuantos años. Además, ya hemos mencionado anteriormente que es importante conocer la línea editorial del sector en el que trabajamos. Así que nos aseguramos de tener algo en «común» con las editoriales a las que nos dirigimos o escribimos. La comunicación es clave. Por otra parte, yo recomendaría no limitarse solo a eventos españoles. No hay que olvidar que también se pueden encontrar clientes en autores extranjeros.

Yuliss: Y en cuanto a consejos, básicamente yo lo resumiría en una frase: ECHADLE MORRO. Mucho. Mi madre siempre me ha insistido desde pequeña que el que no llora, no mama, que el no ya se tiene, así que, ¿por qué no? Nosotras, cuando hacemos ronda de emails, sabemos que en su gran mayoría no vamos a recibir respuesta; pero, mira, siempre hay alguna editorial que responde, ya sea de forma positiva o negativa. Hay que insistir y ser pesados. Y, por mucha pereza que dé, las redes sociales ayudan mucho a eso. Conectar con editoriales ahora es muchísimo más fácil que antes, pero tampoco hay que olvidar que lo que vemos en Twitter, o Facebook, o Instagram, luego realmente no se refleja en la vida real.

Tamara: Bueno, yo no me considero nadie como para dar consejos; de hecho, casi preferiría que me los den a mí. Pero si tuviese que quedarme con algo de lo mucho que he aprendido, diría que no hay que hacerle caso a esa vocecita en nuestra cabeza que dice que no valemos para esto. Hay momentos en los que dudamos de nuestra capacidad, de nuestra competencia, pero jamás hay que olvidar que todos empezamos, todos progresamos, y al final lo que cuenta es que el lector, la editorial y el propio traductor queden satisfechos con el trabajo realizado.

Me encanta terminar con estos consejos y lecciones, porque son aplicables a muchas otras ramas también. Lo que decimos muchos a riesgo de hacernos pesados: paciencia, morro y mucho ánimo siempre. Yuliss, Tamara, muchísimas gracias a las dos por vuestro tiempo e interés. ¡Y por muchas más traducciones!

Cómo encontrar tu primer encargo de traducción y no desfallecer en el intento

29 lunes Jun 2020

Posted by enlalunadebabel in Cuestiones laborales, Traducción, Vida traductoril

≈ 13 comentarios

Etiquetas

agencias de traducción, consejos para buscar trabajo, empezar a traducir, encontrar trabajo, FAQ, Fiverr, Gengo, Guía de supervivencia para traductores, Iniciar la carrera de traducción, La profesión del traductor e intérprete: claves para dar el salto al mundo laboral, plataformas de traducción, traductor principiante

Vivimos un momento de cambio, la «nueva normalidad» ya está aquí y ha venido para quedarse. Si eres profesional en activo, puede que hayas recibido menos encargos y si acabas de graduarte en TeI, quizá te veas como pollo sin cabeza y no sepas por dónde empezar a buscar. Es muy normal y nos ha pasado a todos. De hecho, es una de las mayores preocupaciones cuando lanzo las sesiones de Preguntas frecuentes en mi cuenta de Instagram.

En este post recopilo algunos artículos que te pueden orientar un poco y, al final, tienes algunas direcciones y consejos básicos de interés. ¿Empezamos?

Reflexiones previas

En «Mamá, quiero ser traductor», Isabel García Cutillas te cuenta qué hay que hacer para empezar en traducción: http://eltraductorenlasombra.com/2015/05/27/mama-quiero-ser-traductor.

También te recomiendo su «12 secretos sobre los traductores autónomos» con las preguntas más frecuentes sobre la labor del traductor freelance: http://eltraductorenlasombra.com/2012/04/11/12-secretos-sobre-los-traductores-autonomos. 

¡Al lío!

En «A puerta fría. Encontrar trabajo “con la que está cayendo”» te propongo los pasos básicos para buscar (y encontrar) trabajo con consejos variados para el currículo, la carta de presentación, el uso de redes, etc.: https://enlalunadebabel.com/2013/04/30/a-puerta-fria-encontrar-trabajo-con-la-que-esta-cayendo.

En «Cómo conseguir un trabajo de traducción: da confianza», Pablo Muñoz Sánchez te ayuda a encontrar el tono adecuado para presentarte a los clientes: https://algomasquetraducir.com/como-conseguir-un-trabajo-de-traduccion-da-confianza.

En «Cómo buscar trabajo de traducción», Ricard Lozano te habla de sus métodos y consejos para abrirte paso: https://rlozano.com/vademecum/buscar-trabajo-traduccion.php.

En «¿Cómo obtener mi primer trabajo de traducción?», nos invitan a hacernos unas preguntas básicas para empezar a buscar: https://hablemosdetraducirydivertirnos.wordpress.com/2012/09/04/como-obtener-mi-primer-trabajo-de-traduccion.

En «How to Become a Freelancer & Keep Your Day Job», Jennifer Gregory se marca un manual del autónomo muy muy apañado que puede aplicarse a muchas otras ramas, no solo a la traducción: https://www.websiteplanet.com/blog/how-to-become-a-freelancer-keep-your-day-job/.

Trato con los clientes

En «El arte de tratar con los clientes: consejos y pautas de actuación» encontramos consejos para saber qué hacer cuando nos piden presupuesto y nos encargan una traducción. También aborda algunos problemas que podemos encontrarnos en el desempeño de nuestra actividad. Pero como nos recuerda también «todos estos consejos y pautas pueden reducirse a tres: cortesía, profesionalidad y sentido común». https://eltraductorenlasombra.com/2013/11/06/el-arte-de-tratar-con-los-clientes-consejos-y-pautas-de-actuacion.

Bonus track con consejos variados sobre la profesión

Hace un tiempo redacté un minimanual en tres entregas con consejos variados para nuestro desempeño profesional y los tienes aquí por apartados:

  • Sobre el traductor, los textos y la revisión: https://enlalunadebabel.com/2015/01/26/cada-maestrillo-algunos-consejos-para-el-traductor-autonomo-i.  
  • Sobre aprendizaje, especialización, organización, fiscalidad: https://enlalunadebabel.com/2015/02/09/cada-maestrillo-consejos-para-el-traductor-autonomo-ii.
  •  Sobre clientes y la gestión de reclamaciones: https://enlalunadebabel.com/2015/03/02/cada-maestrillo-consejos-para-el-traductor-autonomo-iii.

Además de estos artículos, te recomiendo seguir a traductores en Twitter, puesto que siempre comparten información que puede serte útil, además de la compañía y los ratitos de diversión que brindan. Por ejemplo, no puedes perderte este hilo de Elisa de la Torre o este de Mercedes Tabuyo, que, aunque está centrado en la corrección, aborda cuestiones que nos sirven como traductores.

Un momento…

«Esto está muy bien, pero ¿dónde encuentro yo el trabajo exactamente? ¡Una solución quiero!», puede que estés pensando. En alguno de los artículos ya se aborda esta cuestión, pero sé que es algo que inquieta. Como buen profesional autónomo deberás pensar qué clientes te interesan y por dónde quieres empezar a buscar. Es muy goloso apuntar primero a los estudios de doblaje si te va la TAV o a las editoriales si te decantas más por la traducción literaria, pero no descartes las agencias de traducción tanto españolas como internacionales o las plataformas de traducción.

Hazte una lista de agencias de traducción (busca en Google, en Proz o en Translator’s Café) y envía tus datos llevando siempre un registro de todo: fecha de envío, de respuesta, ¿has hecho prueba de traducción?

Aprovecho, ya que sale a colación: «¿Sale a cuenta pagar la afiliación a Proz?». Veamos, es un buen portal para ver qué se cuece, hacer consultas de traducción en los foros, buscar agencias y comprobar si son buenos clientes (el llamado Blue Board). Se mueven muchas ofertas en muchos idiomas. Yo estuve pagando varios años y dejé de hacerlo cuando ya me vi asentada… y porque no vi ofertas que me interesaran. Sobre todo, pagar te da acceso a las ofertas de trabajo 24 horas antes de los que no son miembros de pago y eso tiene sus ventajas. Mi experiencia es que últimamente hay tarifas muy bajas, pero siempre se puede encontrar algo interesante. Pagar o no pagar la suscripción o membresía ya es cosa tuya, pero te recomiendo que antes explores a fondo el portal para tenerlo un poco más claro.

Siguiendo con las agencias de traducción, seguramente te haya pasado que no hayan contestado a tus correos. Suele pasar, sí. Las agencias reciben muchísimos correos al día y solicitudes varias por formulario; no es excusa, pero pasa. En estos casos, como ya llevarás un registro de las agencias a las que escribes (guiño, guiño), vuelve a darles un toque pasado un tiempo prudencial. Puedes hacerlo coincidir con alguna novedad que tengas en el CV. Tal vez has hecho un curso o tienes más experiencia o lo que sea. Aprovecha esta nueva información para escribir: «Me puse en contacto con vosotros hace un tiempo y aprovechando que he hecho un curso de traducción jurídica, os reenvío mi currículum por si hubiera la posibilidad de colaborar profesionalmente», por ejemplo.

En cuanto a las plataformas de traducción que te avanzaba antes, me refiero a las siguientes:

  • Gengo  https://gengo.com/es/translators/
  • Smartling: https://www.smartling.com/
  • One Hour Translation: https://www.onehourtranslation.com/
  • Unbabel: https://unbabel.com/
  • TextMaster: https://es.textmaster.com/

También las hay generalistas (es decir, no centradas únicamente en traducción) como:

  • Fiverr: https://es.fiverr.com/start_selling
  • Freelancer: https://www.freelancer.com/
  • Smartcat: https://www.smartcat.ai/freelance/

Aunque no tengo experiencia directa con estas plataformas, sí he visto que las tarifas suelen ir a la baja, pero nunca se sabe. El que más conozco es Fiverr por haber encargado ahí algunas imágenes y logotipos y el sistema funciona muy bien… si el vendedor es profesional.

En el caso de la traducción, tú pones tu precio por unidades de trabajo, o gigs, y a partir de ahí decides el precio por gig y lo que incluye cada uno. Por ejemplo, si tienes una tarifa de 0,06 dólares/palabra, puedes ofrecer gigs de 24 dólares (por 400 palabras de texto). Si el cliente necesita traducir 1200 palabras, te comprará 3 gigs. En Proz hay un foro sobre el tema y la traductora Natalie Soper hizo un experimento contratando traducciones en esta plataforma. Si tienes curiosidad por ver qué descubrió, pincha aquí. Básicamente, y a modo de destripe, te cuento que la gente no fue muy profesional. De nuevo, para meter la cabecita en traducción y mantenerse, da igual el método para encontrar trabajo que elijas: debes trabajar bien, ser serio con las entregas y mantener una buena comunicación con el cliente.

Si quieres más información, tienes todas estas plataformas analizadas con sus pros y sus contras en Smartcat o en Website Planet, donde encontrarás esta tabla tan maja:

Tabla comparativa con varias plataformas de traducción, de Adam Warner.

Bien, ya hemos visto agencias y plataformas, pero tampoco te quedes ahí. ¿Se te había ocurrido enviar tus datos a empresas de importación/exportación? Puede que tengan documentación que necesiten traducir. ¿Y despachos de abogados? Si eres traductor jurado, tal vez puedan enviarte trabajo cuando lo requiera alguno de sus clientes. Y el mejor consejo que me dieron jamás y que siempre doy: que todo el mundo sepa que eres traductor. Desde tu tía la del pueblo al vecino del quinto tercera, porque en nuestra profesión —como en muchas otras— funciona muy bien el boca a boca y nunca se sabe quién puede necesitar tus servicios en un futuro.

Otra pregunta del millón cuando hablamos de empezar en este mundillo es «¿Tengo que estar dado de alta y pagar mis autónomos?». Sí y ahora es más fácil porque tienes la ventaja de acogerte a reducciones los primeros años. Además, digo este «sí» rotundo en esta cuestión porque puede que haya clientes que no te pidan ningún papel, pero otros (agencias, sobre todo) piden que estés dado de alta y querrán ver el documento en cuestión; muchas te piden el certificado de contratistas cada año para comprobar que estás al corriente de las obligaciones fiscales.

En este aspecto, te aconsejo que pidas cita con un gestor (si no me equivoco, la visita puede rondar los 30-40 €, según la zona) para que te guíe como es debido. Muchos damos consejos en Twitter, blogs y redes en general, pero es una cuestión demasiado importante para dejarla en manos de gente no experta en estas lides, aunque lo hagamos con buena fe.

Las asociaciones de traductores también pueden serte útiles en este aspecto, puesto que ofrecen orientación, además de cursos variados. No olvidemos que asociarse es una buena idea porque juntos somos más fuertes. Si aún eres estudiante, entérate de lo que organiza la Asociación Española Universitaria de Traductores e Intérpretes en Formación (AETI) en tu universidad. Si ya has terminado tu formación, échale un vistazo a ASETRAD, ATRAE (centrada en TAV), ACE Traductores (para los traductores editoriales), APTIJ (especializada en traducción jurídica y jurada), AICE (para los intérpretes) o Tremédica (para traductores y redactores del ámbito médico) y las demás asociaciones de las distintas zonas y comunidades autónomas: APTIC en Cataluña, La Xarxa en la Comunidad Valenciana, AGPTI en Galicia, ASATI en Aragón… y muchas otras de las que seguro me olvido y espero que me disculpen.

Si quieres más información para empezar, te recomiendo el librito de Celia Rico, Guía de supervivencia para traductores (Pie de Página, 2018), y, sobre todo, La profesión del traductor e intérprete: claves para dar el salto al mundo laboral, de Purificación Meseguer y Ana María Rojo (Trea, 2018); ambos están reseñados aquí y aquí. De este último, te parecerá especialmente interesante el capítulo «Iniciar la carrera de traducción en el sector privado», de Inmaculada Vicente López, en el que desgrana los pasos que debes seguir para empezar.

Para no extenderme más lo dejo aquí, aunque ya sabes que puedes consultarme lo que sea por las distintas redes. Sobre todo, no te desanimes. Como en cualquier profesión, cuesta arrancar y hay que trabajárselo mucho, pero merece la pena. Deberás ser una hormiguita e ir paso a paso, sin prisa pero sin pausa. De diez correos enviados quizá solo te respondan a uno. Suspenderás algunas pruebas de traducción, pero aprobarás muchas otras (nadie lleva la cuenta de las veces que metes la pata, de verdad). Todos hemos pasado por esto, créeme, y nadie te regalará nada, pero se puede vivir de la traducción. Sé profesional y que tu trabajo hable por ti. Y recuerda, por favor, que no es ningún fracaso trabajar de otra cosa hasta que puedas mantenerte únicamente con la traducción.

Te deseo mucha suerte en esta andadura.

Acabo de terminar el grado. ¿Y ahora qué? (XVIII) Sara Castro, Brandon Queen y Carla Meli

09 lunes Dic 2019

Posted by enlalunadebabel in Testimonios, Traducción, Traducción audiovisual, Vida traductoril

≈ 1 comentario

Etiquetas

cómo buscar trabajo de traducción, cómo ser traductor autónomo, empezar a traducir, traducción profesional, traductora novel

SARA CASTRO

Cuarto de carrera es el año de las dudas en todas las facultades de TeI. Así estaba yo, empezando el último año y sin saber muy bien qué hacer después de una experiencia agridulce con algunas asignaturas y las expectativas deprimentes del sector que nos pintaba algún docente cenizo.

Una de las profesoras que sí estaba al pie del cañón invitó a una exalumna a hablarnos de las salidas después de terminar la ardua época en la que nos encontrábamos. Os destripo el final: esa exalumna ahora es mi jefa y una de las personas de las que más he aprendido a lo largo de mi trayectoria.

Unos meses después de esa charla, ahí estaba yo, delante de un ordenador en una oficina del centro de Madrid, acompañada por tres profesionales del sector y tecleando mi primera traducción fuera de las aulas. Mi primer día de prácticas también fue mi primer día en el mundo de la traducción. Empecé a gestionar proyectos, a hacer presupuestos, a buscar clientes, a traducir textos diferentes a diario (algunos resueltos mejor que otros) y, lo más importante, descubrí mi especialidad: la traducción audiovisual.

Ahora, dos años después y terminando el Máster de Traducción Audiovisual de la UAB, hago encaje de bolillos para compaginar el trabajo en plantilla con otras prácticas profesionales, esta vez en localización de videojuegos, con otra gran maestra del sector.

Como dice mi madre, a nosotros no nos regalan nada, así que no hay que quedarse de brazos cruzados y, sobre todo, no debemos conformarnos con lo que nos dan masticado en las aulas. En mi facultad, la TAV era la gran ausente —¿qué es eso, se come?— y las prácticas tenías que buscártelas por tu cuenta, así que, si no hubiera tenido la iniciativa de buscar fuera, no habría llegado hasta aquí.

¡Sed inconformistas y luchad por lo que os apasiona, pequeños traductores!

*Podéis encontrar a Sara en Twitter y en LinkedIn.

BRANDON QUEEN
Tras una licenciatura en historia del arte y francés y algunos años trabajando como mercadotécnico, cursé un año de posgrado en traducción en una universidad puertorriqueña —un programa que no me satisfacía— para luego seguir en un posgrado de filología con cursos de lingüística y comunicación. Por cuestiones económicas e institucionales, no completé ningún grado a pesar de pasar tres años estudiando. 

Durante el primer año en traducción, pude trabajar en el departamento como traductor, más o menos como aprendiz haciendo prácticas. Durante mi segundo año de estudios, trabaje como instructor de inglés en un centro Berlitz.

Después de todo eso, volví a trabajar como oficinista en Estados Unidos y al mismo tiempo fui voluntario durante unos meses, impartiendo clases de inglés a inmigrantes en una biblioteca pública. Esto duró hasta el año pasado, cuando me dieron de baja de mi trabajo. Alrededor de 6 meses después de esto, hacía traducciones (como voluntario) para un medio ciudadano de Venezuela (Aporrea Internacional). 

En otoño del año pasado, hice un curso de TEFL en un centro gestionado por el gobierno de Australia, ubicado en Vietnam, y ahora vivo en Corea del Sur, donde soy instructor de inglés en un centro de idiomas para adultos. 

Lo de no completar la carrera no me despistó tanto, pero no pude hacer todo lo necesario para lanzarme como traductor profesional después de dejar la universidad. Aprender todo lo relacionado con el mercadeo en línea, buscar clientes, obtener las credenciales necesarias y los gastos implicados en todo lo anterior mientras trabajaba y vivía en Los Ángeles (de California, n.b.) me impidió avanzar en el gran proyecto de ser un traductor profesional. Simple y sencillamente, no tuve los cojones para luchar 🙂 

Mi historia no es una exitosa que se puede compartir para dar ánimo a otros traductores aspirantes, pero no me doy por vencido. Sigo con ganas de ejercer esta profesión en el futuro, aunque ya acepto que no es para mañana, ni siquiera para los próximos años, sino que tiene que ser una meta de largo plazo. No sé si todo esto te sirve, pero te agradezco por la oportunidad de contar mi historia.

CARLA MELI

Mi nombre es Carla, soy de Mendoza, Argentina, y me recibí de Traductora Pública en el año 2013. Realmente no fue nada fácil el comienzo, considero que tiene que ver con que mi generación busca el éxito rápido, fácil y de manera simple. Al ser buena estudiante y simplemente estudiar y obtener buenas calificaciones, pensé que todo funcionada así. Pues no, mi experiencia comenzó con algunas traducciones legales de conocidos y luego el boca en boca fue ayudando a que ese tipo de trabajos (ya sean contratos, títulos, analíticos, etc.) fuesen en aumento. Hoy, esas traducciones particulares forman parte de mis ahorros.

Por otro lado, decidí incursionar como PM en una agencia y siento que he aprendido y sigo aprendiendo mucho día a día. Algunas horas soy PM y otras trabajo como QM. A pesar de ser roles muy distintos, ambos de cierta manera ayudan a formarme y debo decir que al traducir y editar sigo aprendiendo todos los días (ya sea del tema o del idioma en cuestión). Lo que me gusta de nuestra profesión es que aprendes todos los días y considero que para ser bueno, debemos capacitarnos siempre. Si encuentras un área que disfrutes, pues es genial destacarse, perfeccionarse, aprender, siempre aprender…

En mi opinión, tenemos una profesión donde hay que ir a buscar al cliente, ofrecernos, vendernos, destacarnos. El cliente rara vez vendrá a nosotros (solo esos clientes del boca en boca que necesitan una traducción porque viajan). Para tener clientes rentables y fijos creo que debemos empezar por dedicar horas y horas de búsqueda y paciencia. Vivimos en un mundo globalizado y si nos sentamos frente a una computadora a buscar, algo encontraremos.

Vuelvo al punto de partida: no esperemos que el primer cliente sea el mejor, aprovechemos para aprender, alimentemos nuestras ideas con nuestros colegas, estemos atentos a lo que pasa alrededor. Ese es mi consejo. Soy una persona bastante conservadora y hoy me siento bien trabajando contratada. No descarto en un futuro sumergirme a pleno en la vida autónoma y disfrutar de nuestra profesión desde otra perspectiva, donde seguramente deba enfrentar desafíos, pero a fin de cuentas, estamos capacitados y debemos explotar nuestras habilidades de resolución de problemas.

*Podéis poneros en contacto con Carla por Skype y en LinkedIn.

***

Abrirse camino no es fácil, como hemos ido viendo todas estas semanas. También hemos visto que no hay una única manera de llegar. Hay quien se busca las castañas nada más terminar el grado; otros empiezan con un máster o un posgrado. Otros ven la luz gracias a las prácticas profesionales.

Sea como sea, cada historia es personal e intransferible. Brandon, en este caso, sigue buscando su camino (de hecho, hasta se fue de Twitter hace un tiempo) impartiendo clases en varios países; Sara quizá no hubiera llegado donde está sin esa charla en su universidad; Carla empezó a traducir para su círculo más cercano y acabó en plantilla. Traducir es aprender, es esforzarse, es especializarse, pero sobre todo es buscar, porque no todas las oportunidades vienen solas.

¡Hasta la próxima!

Acabo de terminar el grado. ¿Y ahora qué? (XVII) Ana Cano y Cristina Felipe

11 lunes Nov 2019

Posted by enlalunadebabel in Testimonios, Traducción, Vida traductoril

≈ 1 comentario

Etiquetas

buscar clientes en traducción, empezar a traducir, traductor en plantilla, traductor in-house, traductor novel, traductor principiante

ANA CANO

Soy Ana, de Barcelona, y a continuación os doy las claves que creo que me ayudaron a encontrar mi trabajo actual. En 2017, justo al acabar el máster de traducción, encontré trabajo como traductora in-house. Yo estaba totalmente convencida de que la única opción realista iba a ser trabajar como autónoma, así que mientras estudiaba leí muchísimo sobre cómo ser freelance y empecé a hacerme mi propia web. Pero no me cerré las puertas y, a la vez, iba consultando webs de empleo generalistas como InfoJobs o especializadas como Multilingual Vacancies y la recopilación semanal de ofertas de Trágora. En alguno de estos canales vi una oferta que me interesaba y preparé mi solicitud a conciencia. Para escribir la carta de motivación, mi pregunta de partida fue: ¿Cómo puedo contribuir a que a esta empresa y departamento concreto les vaya bien? Consulté su web para entender cuál era su misión y valores y utilicé su propio lenguaje y palabras clave de la descripción del puesto. Adapté la estructura de la carta y del currículum y destaqué cosas estratégicamente para que fuera fácil ver cómo mi perfil se ajustaba a lo que pedían.

Para preparar la entrevista, investigué cuáles eran las principales preguntas que se suelen hacer, me preparé las respuestas por escrito y las practiqué con alguien cercano. Sabía que iba a estar nerviosa y cuanto más preparada estuviera, mejor. Al día siguiente, les escribí un correo para agradecerles la oportunidad y aproveché para subrayar un tema que había surgido y que era muy importante para ellos, y por el que quizá yo había pasado un poco por encima. Pasaron dos semanas y no había recibido respuesta, así que les escribí para preguntar cómo iba el proceso de selección; para demostrar mi interés, a la vez aproveché el correo para mandarles información sobre otro tema que había surgido durante la entrevista. Sobra decir que redacté y corregí con atención cada mensaje que  mandé, desde el primero de respuesta a la oferta hasta el último.

Finalmente, al cabo de unos días, recibí la respuesta esperada: ¡me ofrecían el puesto! Me habían comentado que se habían presentado muchos candidatos y yo, en lugar de pensar que entonces tendrían más donde elegir, pensé: «En ese caso, es que valoran mi perfil y cómo lo he hecho durante el proceso». Y entonces hice algo que nunca pensé que haría en mi vida: negocié el sueldo que me ofrecían y conseguí que me lo subieran un poco. En mi opinión, tenemos muy asumido lo de «si no te cogen a ti, cogen a otro» y muchas veces no nos damos cuenta de nuestro valor y de que si una empresa decide apostar por ti, es por algo.

Espero que mi historia os ayude en vuestra búsqueda laboral 🙂

Aunque ser autónomo suele llamar más la atención,
no hay que descartar los trabajos en plantilla.

CRISTINA FELIPE

En 2015 terminé el grado en Traducción e Interpretación por la Universidad Complutense de Madrid. Durante ese año, mandé mi currículum a muchas empresas pero, al no tener experiencia ni poder firmar un acuerdo de prácticas (entre empresa y centro universitario), no encontraba trabajo.

Decidí no quedarme parada y opté por seguir ampliando mis conocimientos: hice un curso de Corrección profesional y, el año siguiente, me matriculé en el Máster de Traducción y Nuevas Tecnologías: Traducción de Software y Productos Multimedia, del ISTRAD.

En la última parte del máster, había que decantarse por un proyecto práctico (con prácticas en empresa) o por uno de investigación, y escogí el primero. Empecé las prácticas a media jornada en una empresa de Madrid; por si a alguien le interesa, sí, fueron remuneradas. Trabajé allí durante seis meses y me sirvió para hacer contactos, para ver cómo se trabaja en una empresa y cómo funciona verdaderamente el sector.

Después de las prácticas, tuve otro trabajo que no está relacionado con la traducción pero que me ayudó mucho a ganar confianza y seguridad en mí misma, algo que nunca está de más.

Unos meses después, ya en paro, apareció de la nada una empresa y me ofreció un proyecto de traducción. Era grande (para ser el primero) y me pareció una buena oportunidad para empezar. Me di de alta de autónoma tras darle muchas vueltas, aunque con rapidez, porque, en estos casos, el tiempo corre en tu contra. Uno de los argumentos que me convenció es que la cuota de autónomo tenía una tarifa plana de 50 €. Con este proyecto, ya me daba para pagar varios meses, así que, por qué no intentarlo.

Empecé a enviar mi currículum, a contactar con empresas y con algunas personas con las que había trabajado y, poco a poco, me iban enviando encargos. Ya llevo un año como traductora autónoma y no me arrepiento de haberlo hecho, aunque no todo ha sido un camino de rosas.

Ese primer cliente que se puso en contacto conmigo tardó más de seis meses en pagarme. Debí sospechar que no era muy normal que contactara conmigo una empresa que no conocía, pero pequé de ingenua —¿cómo iba a estafarme una empresa que me había dado todos sus datos y que no tenía mala nota en internet ni en ProZ?—. Finalmente, tras muchos correos a los que no contestaban, recibí el pago, pero estuve a punto de denunciarles. Por suerte, la única medida que tuve que tomar fue la de escribir algunas reseñas sobre lo que había ocurrido. Me parecía muy importante que los que vinieran detrás supieran lo que había pasado.

No obstante, a pesar de ese mal rato, he ido consiguiendo (mejores) clientes poco a poco. Es una tarea difícil y, a veces, un poco frustrante, pero siempre que tengo un rato libre, aprovecho para enviar mi currículum a empresas. Puede que se pongan en contacto conmigo un año después, pero por mí que no quede.

No, no existen las recetas ni las pildoritas mágicas para el éxito. Además, el éxito representa cosas distintas para cada persona.

En definitiva, creo que es importante tener una experiencia previa y contactos, andar con cuidado con nuevos clientes o con ofertas sospechosas, tener un asesor o alguien cercano que pueda echarte una mano con la parte de contabilidad y fiscalidad, saber reconocer los errores y subsanarlos de la mejor manera posible, así como defender tu trabajo con argumentos. Por supuesto, esto no es la receta del éxito, pero son algunos de los aspectos básicos que he aprendido a lo largo de este año.

**Podéis poneros en contacto con Cristina por correo y por LinkedIn.

***

Tesón y constancia. Las compañeras de hoy lo tienen muy claro. Ana nos demuestra que hay otras vías, como la del traductor en plantilla, para ganarnos las habichuelas. Cristina se lanzó a la piscina de los autónomos en cuanto recibió un encargo jugoso y ha seguido buscando clientes sin parar.

Como hemos visto, no hay recetas mágicas ni caminos únicos para desenvolverse y vivir de la traducción; podemos labrarnos futuros distintos repletos de posibilidades. Ya nos lo dice Cristina, no es un camino de rosas, pero con trabajo, formación y una pizca de suerte, es posible.

Gracias por vuestros testimonios y, ya sabéis, si queréis contribuir con el vuestro, dadme un toque. ¡Nos vemos en la próxima entrega!

Acabo de terminar el grado. ¿Y ahora qué? (XVI) Elena Castro

21 lunes Oct 2019

Posted by enlalunadebabel in Testimonios, Traducción

≈ 1 comentario

Etiquetas

cómo empiezo a traducir, después de la carrera, empezar a traducir, quiero ser traductor, traductor novel, traductor principiante, vida después del grado

Cuando estaba estudiando cuarto de Lenguas Modernas y Traducción en la UAH no hacía más que preguntarme si continuar los estudios con un máster o empezar a trabajar. El caso es que como me gustaban (y me gustan) distintas especialidades, no había ningún máster que me llenase y la idea de empezar a trabajar me parecía mucho más atractiva.

Pero empecemos por el principio: las prácticas, ya que fueron la clave que me han hecho llegar hasta donde estoy ahora. Hice las prácticas con Eugenia Arrés, lo que me permitió tocar varios campos de la traducción y tener una visión más cercana del trabajo como traductor autónomo. La universidad da una base importante, pero hay que completarla con más formación y, sobre todo, práctica, práctica y más práctica. Esos meses fueron muy intensos porque tuve que poner en práctica lo mucho que creí haber aprendido en la universidad, aprendí mil cosas más con cada nueva tarea y las posibles salidas profesionales no hacían más que multiplicarse. Después de las prácticas, empecé a contactar con empresas y empezaron a salir los primeros trabajos hasta encontrar mi sitio poco a poco. La suerte es un factor importante, pero hay que saber buscarla, currárselo día a día, preguntar cuando tengas dudas y aprender de los errores, que nadie nace enseñado.

Al terminar las prácticas descubrí dos cosas: que me gusta localizar videojuegos y que adoro el mundo del marketing. Siempre me ha atraído la traducción audiovisual, pero la localización de videojuegos fue toda una sorpresa que de no ser por las prácticas nunca se me hubiera pasado por la cabeza; a veces, es cuestión de probar.  En cuanto al marketing, empecé a formarme en marketing y marketing digital para saber cómo darme a conocer y ofrecer mis servicios como traductora autónoma, porque pensar como una empresa es esencial. Creé currículos y cartas de presentación que me diferenciaran y, por último, mi web. Lo que empezó como formación en mi marca personal se convirtió en un nicho de mercado que completé con formación más específica sobre traducción publicitaria. De hecho, buena parte de mi flujo de trabajo actual es de esta especialidad.

Otro punto importante son los contactos. Si tienes una buena red, tus posibilidades se disparan: puedes enterarte de una vacante, conseguir un nuevo cliente, enterarte de recursos, asistir a congresos interesantes o (¿por qué no?) participar en uno. Esta profesión está llena de gente majísima que puede darte un consejo o una palabra de aliento cuando lo necesitas, porque otras cosas igual no, pero hablar y vernos nos encanta.

Por último, empezar como traductora autónoma desde una posición más estable me ha ayudado a tomar mejores decisiones. Nada más terminar la carrera encontré trabajo como profesora de inglés en una academia y gracias a esos ingresos pude formarme y buscar clientes y proyectos que realmente me interesasen con cierta tranquilidad. A través de contactos (amigos, familia, jefes o antiguos profesores) y a base de llamar a muchas puertas he trabajado como transcriptora, localizadora de videojuegos, copywriter, traductora y correctora, además de haber participado en un congreso y alguna charla. Si algo he aprendido desde que empecé es que hay que ser curioso, tenaz y saber moverse, porque todo te va a servir para algo.

Se puede vivir de la traducción, pero recuerda que hay muchas más salidas a parte de la de traductor y muchas especializaciones, así que no te cierres puertas y prueba, porque no hay caminos equivocados en traducción.

*Podéis encontrar a Elena en Twitter, LinkedIn y preguntarle lo que queráis por correo.

***

De todo lo que ha contado Elena, muy acertado y compartido por diversos testimonios y por mí misma, quiero detenerme hoy en este punto: «empezar como traductora autónoma desde una posición más estable me ha ayudado a tomar mejores decisiones». Que no os dé reparo trabajar «de otra cosa» mientras buscáis clientes de traducción. Impartir clases de inglés, trabajar en una tienda a media jornada, dedicar unas horas a hacer de canguro… Puede que no todos los trabajos sean aplicables a o estén directamente relacionados con la traducción, pero es una fuente de ingresos que os ayudará a ampliar la cartera de clientes sin agobiaros demasiado.

Yo me he pasado muchos años compaginando la docencia en una academia de inglés con la traducción (pagando mis autónomos por un lado y recibiendo mi salario por otro; todo legal) y eso me ha permitido ir un poco más tranquila. Cierto es que he tenido que traducir también en fin de semana y por las noches para suplir las horas que le dedicaba a la docencia, pero a la larga me ha supuesto más experiencia y una cartera sólida de clientes al dejar las clases.

No os cerréis puertas, como dice Elena, y que no os dé miedo probar con otras cosas mientras intentáis abriros camino en traducción. No vais a ser peores profesionales por trabajar en otros campos. ¡Al contrario! Toda experiencia es aprovechable en esta profesión.

Acabo de terminar el grado. ¿Y ahora qué? (XIII) Ana Compañy, Fabiana Q. Mendes e Irene Alcedo

24 martes Sep 2019

Posted by enlalunadebabel in Testimonios, Traducción, Vida traductoril

≈ 1 comentario

Etiquetas

cómo encontrar clientes, empezar a traducir, traductor novato, traductor novel, vida después del grado

Esta semana son tres las traductoras que nos hablan de sus primeras veces después del grado. Ana, Fabiana e Irene, con contextos y experiencias muy distintas, nos ofrecen nuevas perspectivas. Conozcámoslas un poco más.

ANA COMPAÑY

Me llamo Ana y terminé la carrera de Traducción e Interpretación en la Universidad de Alicante en 2014. En 2017 acabé el máster de Traducción institucional de la misma universidad y el máster de Traducción literaria de la Universidad Complutense. He trabajado siempre en sitios relacionados con los idiomas y la redacción de textos: auxiliar administrativo con alemán, prácticas de traducción en la Comisión Europea, traductora técnica y jurídica para un abogado de propiedad intelectual y, ahora, redactora de actas.

Cuando acabé la carrera estaba un poco perdida, así que lo que hice fue pedir la beca de auxiliar de conversación en Alemania para trabajar mi lengua C y además tener algo más de tiempo para pensar sobre el camino que quería seguir. ¡Hoy en día tampoco lo tengo muy claro! Pero no he dejado de trabajar en el ámbito. 

Tengo tres consejos que a mí me habría gustado escuchar cuando estaba acabando: 

  • Antes de acabar la carrera, informaros bien de qué opciones tiene vuestra universidad para estudiantes y egresados. Suele haber cursos para preparar bien el currículo y bolsas de trabajo o prácticas. Así encontré yo prácticas remuneradas y después trabajo.  
  • No descartéis la opción de hacer otros trabajos relacionados con la lengua. Nuestro perfil sirve para muchos otros puestos que darán experiencia y pueden abrir puertas después, en tareas como la redacción o la corrección.
  • No os quedéis quietos. Siempre hay opciones para mejorar y seguir aprendiendo. Hay cursos online, charlas, becas en el extranjero, másteres y mil cosas más para continuar con la formación en traducción, corrección o idiomas. Eso sí, no hace falta hacer un máster o hacerlo enseguida; podéis tomaros vuestro tiempo para pensarlo, pero sin parar de hacer cosas.

Sobre todo, mucho ánimo. Nunca es fácil empezar, pero opciones siempre hay. Estoy disponible en Twitter o LinkedIn para ayudar en lo que sea. 🙂

FABIANA Q. MENDES

Para mí, lo más difícil ha sido cambiar la estructura mental de «trabajador en relación de dependencia» a la de «autónomo».

A lo largo de la carrera te dicen y enseñan muchas cosas, pero pensar como autónomo no es una de ellas. Es difícil trabajar sin tener quien te diga qué y cómo hacer las cosas, hay mucho en lo que pensar: a quiénes me gustaría tener como cliente, cómo darme a conocer, cómo usar las redes sociales, qué cursos hacer, especializarme o no, cómo tener una tarifa competitiva, acepto cobrar menos y tengo un cliente directo o trabajo con una agencia, qué hago con los plazos, qué herramientas uso, cómo optimizar mi tiempo…

Y podría seguir con muchas otras cosas que como autónomo hay que hacer para ser proactivo y no esperar a que el trabajo caiga del cielo.

* Podéis conectar con Fabiana en LinkedIn.

IRENE ALCEDO

Yo soy uno de esos casos unicornio: soy una traductora que solo ha trabajado en plantilla. No obstante, comparto muchas cosas con los compañeros autónomos. Cuando acabé la licenciatura y mis prácticas como terminóloga en una empresa, me encontré ante el abismo del «¿y ahora qué?». Da mucho miedo, todos hemos pasado por eso. No obstante, decidí seguir estudiando a distancia y aprovechar el tiempo mejorando mi francés como au pair donde, además, me vi «obligada» a aprender italiano. Maté dos pájaros de un tiro. Cuando no corría detrás de tres diablillos, aprovechaba para conocer el mercado francosuizo en cuanto a la traducción. Aprendí muchísimo de todas las entrevistas que hice, además de tácticas de búsqueda de empleo que pude poner en práctica cuando volví a España. Sí, volví a casa, sin trabajo y después de pasar un tiempo fuera. En esa época recibí una de las lecciones más importantes: «volver» no significa «dar un paso atrás» sino «coger impulso».

Gracias a todo eso y a la formación constante, me contrataron en la primera empresa a la que mandé mi CV. Empecé con ganas, motivación y dedicación, tres factores que me permitieron hacer bien mi trabajo y estar en esa empresa durante casi tres años. No obstante, llegó el momento en el que decidí cambiar de empleo. ¿Qué podía hacer además de ver miles de ofertas? Sencillo, me dejé ver por los #tradusaraos, lo que me permitió conocer de cerca a muchas empresas e incluso acabé como ponente en el VIII Congreso de la SELM. Aunque no lo creáis, eso influye positivamente cuando se trata de buscar trabajo.

Actualmente sigo trabajando en plantilla, pero en una empresa que me ofrece oportunidades más acordes a mi personalidad. Seguramente muchos de vosotros me habéis visto en el ENETI 2019 como la chica del estand de las chapas y los caramelos.

La fórmula secreta de mi poción de Panorámix es sencilla: pasión, formación y dedicación. Cuando ponemos el corazón en nuestros actos, el resultado suele ser el óptimo. Y lo más importante: el que la sigue la consigue.

* Encontraréis a Irene en Twitter, LinkedIn y podéis poneros en contacto con ella también por correo.

***

¿Trabajar en plantilla o como autónoma desde casa? ¿Seguir formándome nada más acabar la carrera o entrar de lleno en el mundo profesional? Cuando el grado termina todo son incertidumbres. Yo siempre digo que primero hay que ir a por lo que más te gusta porque siempre hay tiempo para cambiar de rumbo después.

¿Quieres especializarte en TAV? Busca estudios de doblaje e intermediarias para empezar a adquirir experiencia desde ya o haz algún curso si quieres ganar algo más de confianza. ¿Prefieres la seguridad (en términos de flujo de trabajo) que te puede ofrecer una agencia? Busca por Internet y envía tus datos; hay muchísimas agencias de traducción en la actualidad. ¿Te gustaría meter la cabecita en editorial? Escribe a las editoriales directamente (sé de buena tinta por un par de casos recientes que pesa más la prueba de traducción que la experiencia en sí) o mírate algún curso o taller para pulir destrezas, por ejemplo.

Escribid, llamad, sed pacientes pero insistid. El no ya lo tenéis.

← Entradas anteriores

Entradas recientes

  • Errores en libros publicados: Ruth Ware explica el proceso y como traductora lo reconfirmo
  • El cerebro GPT-atrofiado: el coste de externalizar el pensamiento
  • Tu porfolio de traducción sin dramas… ni florituras
  • Al regreso de Galway: experiencias en traducción
  • De universos inventados y frases hechas

Archivos

Tweets

Tuits de Scheherezade_SL

Categorías

Meta

  • Crear cuenta
  • Iniciar sesión
  • Feed de entradas
  • Feed de comentarios
  • WordPress.com

Temas y conceptos

cultura cómic diccionarios doblaje empezar a traducir emprender errores español lengua literatura productividad recursos subtitulación TAV traducción Traducción traducción audiovisual traducción editorial traducción erótica traducción literaria traductor traductor autónomo traductores traductor novel traductor principiante

Enter your email address to follow this blog and receive notifications of new posts by email.

Únete a otros 95K suscriptores
Follow En la luna de Babel on WordPress.com

Estadísticas

  • 2.264.212 lunáticos

Las 1001 traducciones

Las 1001 traducciones
Top 25 Language Professional Blogs 2016
Top 25 Language Facebook Pages 2016
Top 25 Language Twitterers 2016

Entradas y Páginas Populares

  • Sexo oral y escrito: argot, eufemismos y etimología
  • El traductor insolente: traducir el lenguaje soez
  • Sobre la autora
  • Maquillaje lingüístico: los eufemismos
  • Cuidado con las estafas en traducción
  • Tu porfolio de traducción sin dramas... ni florituras
  • La traducción sensual
  • Pinceladas de lengua: las onomatopeyas y las voces de los animales
  • Traducir recetarios tiene miga
  • El cerebro GPT-atrofiado: el coste de externalizar el pensamiento

Blog de WordPress.com.

Privacidad y cookies: este sitio utiliza cookies. Al continuar utilizando esta web, aceptas su uso.
Para obtener más información, incluido cómo controlar las cookies, consulta aquí: Política de cookies
  • Suscribirse Suscrito
    • En la luna de Babel
    • Únete a otros 1.895 suscriptores
    • ¿Ya tienes una cuenta de WordPress.com? Inicia sesión.
    • En la luna de Babel
    • Suscribirse Suscrito
    • Regístrate
    • Iniciar sesión
    • Denunciar este contenido
    • Ver el sitio en el Lector
    • Gestionar las suscripciones
    • Contraer esta barra
 

Cargando comentarios...