Veinte años no se cumplen todos los días. Si no, que se lo pregunten a ASATI (Asociación Aragonesa de Traductores e Intérpretes), que los celebró la semana pasada por todo lo alto aprovechando el Día Internacional de la Traducción. El viernes 30 de septiembre y sábado 1 de octubre nos reunimos ponentes y asistentes, miembros y no miembros de ASATI en la Cámara de Comercio de Zaragoza para celebrar ese aniversario tan especial.
Fotomural de la ciudad en el interior de la Cámara de Comercio de ZaragozaVitrales decorados con figuras alegóricas
Tras el emotivo discurso de María Pilar Cardos, presidenta de ASATI, tuve el placer de inaugurar las jornadas con mi ponencia sobre las redes sociales como escaparate para el traductor. Cada vez somos más conscientes de la fuerza que tienen las redes sociales para promocionarnos, así que aproveché la oportunidad para dar algunos consejos sobre cómo desenvolverse en distintas redes (Twitter, páginas de Facebook, LinkedIn, Instagram y blog) sin enredarnos en exceso. ¿Los puntos principales? Ser memorable, publicar con regularidad y calidad (más que cantidad), tener una voz clara y no perder de vista a nuestro lector/espectador objetivo.
Después salió a la palestra Carmelo Beltrán, que nos habló de copywriting y, más concretamente, el orientado al marketing por correo electrónico. Carmelo nos explicó cómo ayuda a sus clientes, tanto marcas como profesionales independientes, a vender más y mejor. Nos contó cómo se vertebra un correo eficaz (idea + justificación + llamada a la acción + gancho) y cómo pensar en ideas para cubrir el contenido en cuestión (dar con el tema y los muchos subtemas; pensar en 10 problemas que puedan tener los clientes y 10 maneras de abordar cada uno; usar anécdotas, etc.). Y creatividad debe de tener un rato porque escribe a sus suscriptores un correo cada día. Ahí es nada.
Después de la pausa del café (madre mía, esos agujeros de dónut qué buenos estaban), volvimos con la mesa redonda sobre la jubilación, con Alicia Martorell y Álvaro Bajena, representante de la UPTA Aragón. Se habló de la importancia de conocer nuestros derechos y obligaciones como autónomos, con todas las cartas sobre la mesa. Un tema complejo pero muy muy necesario… y más viendo la que se avecina.
Y como colofón antes del almuerzo, vino Daniel Segura a contarnos cómo coordina los servicios de traducción e interpretación en la FIFA: los archivos que pasan a los lingüistas para que se documenten, el encaje de bolillos que tienen que hacer para cubrir las ruedas de prensa en los mundiales, etc. Curiosamente, la unidad de interpretación de la FIFA es bastante reciente, se creó en 2016, algo que cuesta de creer con la cantidad ingente de idiomas que se mueven en el mundo del fútbol y los eventos que se celebran al año para los que necesitan intérpretes: ¡más de 700! También nos explicó que cuentan con unos 200 intérpretes, pero, al principio, fue una auténtica odisea encontrar personal cualificado que quisiera trabajar para la FIFA. Increíble, ¿eh?
Después de comer, Fernando Navarro nos habló de las preguntas recurrentes que le han hecho a lo largo de estos años y procedió a desmontar los típicos tópicos: sí, se puede trabajar de traductor (médico); un traductor médico puede trabajar a la perfección aun no siendo médico, eso sí, formándose mucho, y sí, la traducción médica es difícil, pero vale muchísimo la pena. Habló de las impresionantes cifras de ventas que manejan las farmacéuticas y de la gran responsabilidad que tiene un traductor e intérprete médico. Nos recordó el terrible caso de «la palabra de los setenta millones de dólares» en el que la mala traducción de un término estuvo a punto de acabar con la vida de un paciente.
Alicia Martorell hizo doblete después de Navarro con su charla sobre la traducción institucional en la que nos contó cómo se trabaja para las grandes instituciones y qué hay que tener en cuenta para hacerlo bien. Pista: prestar mucha atención a las directrices de nuestro cliente (si prefiere mercadeo a marketing o emplear un anglicismo, aunque los más puristas se rasguen las vestiduras, pues eso hay que usar). Ponencias así animan a la fuerza, porque aunque siempre habrá clientes que paguen de aquella manera, las buenas —y buenísimas— tarifas existen.
No está nada mal para un solo día, ¿eh? Pues al siguiente, hubo tres talleres muy distintos. Los dos primeros, paralelos, corrieron a cargo de Fernando Navarro y Rosa Llopis. Navarro dictó el suyo sobre la traducción e interpretación de la jerga de los médicos y Llopis nos endulzó con «El traductor entre fogones: la traducción de recetarios». Porque traducir gastronomía tiene miga, como explicaba ella misma en este artículo sobre la importancia de una buena traducción en el sector turístico y gastronómico.
Y ya como clausura de estos dos días intensos, ASATI trajo a Marián Amigueti, que nos habló de la marca personal para traductores e intérpretes. Ante algo que puede parecer muy poco concreto, nos ayudó a ver la importancia de destacar nuestro valor diferencial y comunicarlo con estrategia. ¿Con qué clientes trabajamos y con cuáles nos gustaría trabajar? ¿Qué fortalezas y debilidades nos vemos como profesionales? ¿Cómo les resolvemos la papeleta a los clientes? Solo conociéndonos a fondo podemos llegar a mejorar y cambiar también nuestro rumbo, si así lo queremos.
Tras estas jornadas variopintas y tan gratificantes, volví a casa con ganas de comerme el mundo, llena de ideas y con el corazón henchido de orgullo por nuestra profesión. Y sé de buena tinta que no soy la única, porque ASATI ha conseguido organizar algo muy muy especial. ¡Felicidades de nuevo por estos 20 años y que cumpláis muchos más!
Empezando mi charla sobre redes socialesCarmelo, aka copymelo, hablándonos de copywritingDani Segura en su ponencia sobre el departamento de TeI de la FIFAFernando Navarro en su primera ponencia sobre traducción médicaAlicia Martorell en su charla sobre traducir para institucionesGuillermo Pinilla y Clara Guelbenzu con Edna Santizo en remotoEl taller matinal de Fernando NavarroUn momento del taller de Rosa LlopisEl taller de Marián Amigueti con aforo completoLos maravillosos dibujos de Sarah QuijanoEl cartel del programa del #CongresoASATI
PD.: Muchísimas gracias por la invitación, la organización y por el cariño de estos días. Desde Mapi a mi adorado Pinilla, pasando por Eva, Natalia, Jose, Núria, Sarah, Patri, Ana, Carles, Enrique, Sara, Amelia, Armando (gran charla, aunque casi perdiera el tren, jaja), Marián (por más cenas en las que casi tienen que echarnos) y tantísimos compañeros que me dejo y que espero sepan perdonarme. Ojalá podamos volver a vernos pronto.
El pasado 22 de noviembre se celebró TraduEmprende, la segunda jornada sobre traducción y emprendimiento, en la que tuve la suerte de compartir cartel con grandes profesionales del sector: Juan Yborra, que abría la jornada con el crowdsourcing; Javier Pérez, que nos explicó qué es la intertextualidad de una forma muy amena; Amaia Gómez nos contó el valor empresarial de las ideas y la importancia de sacar adelante los proyectos en los que cree; Irene Vidal trató el enfoque empresarial del traductor freelance; Gabriel Cabrera nos trajo una divertida ponencia sobre la fiscalidad del traductor contribuyente (¡y galletas!); Alessio Demartis habló de la vida del traductor autónomo y Lloyd Bingham nos animó a hacernos un nombre en el sector.
Mi charla trató la traducción editorial, que es de lo que os quiero hablar hoy, así que si no estuvisteis en la jornada ni la visteis por streaming, esta es la ocasión perfecta para saber de qué se habló.
En mi caso, quise abordar el ciclo de vida del libro para un traductor: desde cómo buscar trabajo en editoriales hasta cómo facturar una traducción literaria. Con esta charla pretendía que el traductor que empieza pudiera emprender en esta especialidad, una rama que no goza de todo el reconocimiento que merece. ¿No os parece que cuando decimos que somos traductores, la mayoría piensa que traducimos libros y, sin embargo, no se sabe tanto de esta especialidad?
Me centré en los siguientes apartados, que vosotros podréis ver también en el powerpoint y en el vídeo de la ponencia.
¿Cómo dirigirse a las editoriales? Cómo se puede buscar trabajo —al menos lo que yo suelo hacer—, cómo presentarse y qué información aportar.
¿Qué tarifas se barajan en este mundo? Hablar de tarifas siempre es controvertido, pero es interesante saber qué se paga y cómo se paga. ¿Se cobra por palabra, por página, por plantilla?
¿Cómo es un contrato de traducción? Se ven algunas cláusulas típicas que conviene conocer para no llevarse a engaño. Veremos que muchas de las cuestiones importantes ya se hablan con el editor antes de recibir el contrato, pero muchas otras (penalización por retraso, devolución para corrección, etc.) hay que leerlas bien y comentarlas con la editorial si es necesario.
¡Manos a la obra! Ya sea al enfrentarse a una prueba de traducción o al empezar un libro, ¿qué formato es el más habitual? ¿Qué estructuras se siguen? Muchas veces, las editoriales dan por supuesto que el traductor conoce al dedillo cómo se redactan los diálogos, por ejemplo, y no suele ser el caso. A grandes rasgos, veremos en qué forma debemos entregar nuestra traducción, qué debemos tener en cuenta y qué trucos se pueden usar para agilizar nuestro trabajo.
¿Qué pasa a continuación? Una vez hemos entregado la traducción, ¿qué le sucede a nuestro texto? Conoceremos la etapa de corrección, los cambios que puede sufrir la novela y en qué errores solemos caer los traductores, con el fin de evitarlos.
En definitiva, aunque haya mucho de qué hablar y algunos aspectos deban tratarse de manera algo superficial, puede ser de gran utilidad para los traductores que empiezan y que quieran probar suerte en este campo y no sepan cómo.
La unión hace la fuerza
Para la preparación de esta ponencia quise realizar una encuesta a otros compañeros. No quería hablar solo de mi experiencia porque de algún modo puede ser sesgada, de modo que preparé algunas preguntas y cincuenta traductores editoriales tuvieron a bien contestarlas, con lo que la información presentada era mucho más veraz. ¿Queréis saber qué me contaron?
Los resultados van en la línea de lo que presentaba el Libro Blanco de la traducción editorial en España de 2010. En general, los traductores editoriales no se dedican exclusivamente a ello sino que lo compaginan con otros tipos de traducción (la técnica parece ser la más habitual), suelen trabajar con contrato, cumplen los plazos religiosamente y no suelen percibir royalties por su trabajo salvo en contadas ocasiones. La mayoría expresa su insatisfacción con las tarifas actuales y se queja de lo mal pagada que está la traducción editorial. En este sentido, nada sorprendente, puesto que la traducción editorial es preciosa, pero mal retribuida.
En efecto, observé disparidades en cuanto a tarifas. La plantilla más utilizada para el recuento de caracteres es la holandesa (2100 caracteres con espacios) y los precios más habituales están entre 10 € y 12 €. No obstante, pueden encontrarse 7 € por plantilla (y yo diría que menos en algunos casos recientes) y llegar a los 14 €, incluso.
Además, son tarifas negociables en su mayoría. Muchos traductores pueden negociar el porcentaje de compensación con el editor, que oscila entre el 10 % y el 20 %, según lo observado. Para más información acerca de este porcentaje, os dejo aquí este brillante artículo de David Paradela.
La plantilla de 1800 caracteres también es otra de las más usadas, cuyos precios más habituales rondan los 10 € y 11 €. Y en cuanto a cobrar por palabra, que es muy poco usual, los precios difieren muchísimo, ya que hay compañeros que han cobrado 3 céntimos/palabra y otros que han llegado a los 5 e incluso 7. De todos modos, los precios varían según la editorial.
En cuanto a los ejemplares que el traductor recibe de su obra también hay bastante diferencia. La media está en unos tres ejemplares, si bien hay quien solo recibe uno y quien llega a recibir cinco e incluso diez.
Otros comentarios que me hicieron llegar:
La traducción editorial es, cada año que pasa, más desagradecida.
Que en X (oculto nombre de la editorial por si acaso) son unos piratas garrapata y han bajado las tarifas un 20%. Y en Z siempre han intentado chulearme con los contratos con cláusulas abusivas, etc.
A ver si los colegas se tiran al rollo y son sinceros y vemos cuánto se paga realmente, al menos entre los más jóvenes. (¡Lo hicieron y les estoy muy agradecida!)
Dedico a este tipo de traducción entre el 25% y el 50% de mi actividad. Lo hago porque me gusta, y preferiría dedicarme al 100%, pero con las tarifas actuales no llegaría a fin de mes (o, para llegar, tendría que aceptar más encargos de los que puedo cumplir con la mejor calidad). Por eso debo complementarlo con la traducción técnica, que es la que realmente paga mis facturas.
Me parece muy complicado «entrar en el circuito» de la traducción literaria.
Me dediqué a ella cuatro años sin parar y después pasé dos y pico sin tocarla y la vuelta fue relámpago porque llevo otro año sin hacer literaria, y no es por falta de ganas o de calidad del trabajo.
Las tarifas aún son considerablemente bajas en algunas editoriales y lo más triste es que algunas pertenecen a grupos grandes que se podrían permitir subirlas.
También surgen editoriales pequeñas que no hacen contrato, o te hacen pagar por trabajar, y considero que no deberíamos aceptar tales condiciones.
Aquí van todos los gráficos con los resultadosde la encuesta:
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Una vez dicho todo esto, os dejo con la presentación en slideshare y el vídeo de la charla.
(el formato ha cambiado al subirlo a slideshare, pero la calidad es bastante aceptable)
Vídeo de las ponencias. La charla sobre traducción editorial empieza en 8:26:13 (aunque recomiendo que le echéis un vistazo a las demás también):
Por último, ¿qué se dijo en twitter? La etiqueta #traduemprende recogió los tuits sobre el evento y aquí os dejo lo que se tuiteó acerca de mi charla:
Y, por hoy, me despido con imágenes del evento. Por mi parte puedo decir que fue un honor compartir este día con todos los ponentes y los asistentes, que la organización fue impecable y que acabé con muy buen sabor de boca. Espero que los compañeros que asistieran al evento saquen provecho de todo lo que se dijo, que no fue poco 🙂
¡Gracias por leerme y hasta la próxima!
Algunos ponentes el día antes de la jornada
Foto de familia en el cóctel
Pasándolo pipa en el cóctel
El delicioso pastel del cóctel
Almuerzo previo a mi charla
Absortos
En un momento de la charla
La imagen motivadora
Respondiendo las preguntas de los asistentes
Con una bella compañera
Cena posterior a las charlas
Celebrando el éxito de la jornada
Pegatina que repartí
Segundo diseño
Tercer diseño
Tarjetas nuevas para la ocasión
***
Más información:
1. ¿Qué se dijo del TraduEmprende? Leon Hunter, el organizador, recopila en esta entrada todos los artículos relacionados con la jornada.
La crisis ha traído una serie de expresiones (o las ha popularizado, vamos) que empiezan a dar rabia como «con la que está cayendo» y «no pongas todos los huevos en la misma cesta». No obstante, crisis equivale a cambio y de esto siempre podemos aprovecharnos.
Encontrar trabajo en este clima es difícil, sí, pero hay que seguir intentándolo. El error en el que incurrimos muchas veces es que no nos movemos y nos conformamos con lo de siempre (los clientes directos y las agencias de toda la vida). Lo cierto es que deberíamos dedicar al menos un día a la semana a buscar más oportunidades. Pero, ¿cómo? ¿No está todo bastante copado? Somos muchos pero hay trabajo para todos. Lo que pasa es que hay que lanzarse y buscar clientes aunque sea a puerta fría.
La entrada de hoy, pues, va enfocada al material de promoción que podemos usar, las herramientas 2.0 que tenemos a nuestro alcance y los sitios donde podemos ir a buscar trabajo. Hablaré de cosas que me han funcionado a mí pero no dudéis en dejar vuestras experiencias en los comentarios, si os apetece.
1. MATERIAL DE PROMOCIÓN
El currículum
Los expertos en Infojobs consideran un currículum perfecto si:
Es breve: no debería ocupar más de dos folios porque es contraproducente.
Es visualmente atractivo: es legible, no contiene faltas de ortografía y tiene una fotografía de calidad.
Describes las funciones realizadas en cada puesto. Son tan importantes (o más) que el cargo. Aconsejan incluir logros y objetivos cumplidos.
Lo adecuas a la expectativa de la empresa, si destacas los conocimientos y experiencia más relevantes para la oferta de empleo.
Otras recomendaciones que se suelen dar es no mentir ni exagerar la información; no ofrecer detalles personales de tipo político o religioso y no enviar los diplomas (si a la empresa le interesa, ya los pedirá). Tampoco es cuestión de mandar un sobre con un fajo de papeles cual periódico en domingo.
Para un traductor, lo básico que debe incluir es la especialidad y la combinación de idiomas, ambas en un sitio bien visible. Yo las tengo en el encabezado debajo de mi nombre y apellidos, por ejemplo. También es importante añadir el equipo informático que se posee. Hay quien recomienda hacer constar las tarifas; yo no lo haría. En mi caso, tengo un pdf con los servicios que ofrezco y las tarifas, que envío al cliente cuando está interesado y me las pide en lugar de «proponer» las suyas.
Merche García nos enseñaba su currículum en su blog hace poco y daba algunas directrices para adaptarlo al mundo de la traducción. Su entrada incluye enlaces interesantes a artículos de otros compañeros, así que vale la pena echarle un vistazo.
Parece que sea algo en desuso pero los expertos siguen recomendándola y yo la envío siempre, sobre todo en papel. Sí, aún envío cartas y currículums en papel, sobre todo a las editoriales que más me interesan.
La carta se envía personalizada, a una persona en concreto, con el nombre y la dirección correctas. En ocasiones es difícil encontrar a esta persona pero siempre puedes hacer búsquedas en LinkedIn o bien enviarla al departamento en cuestión.
¿Cómo hacer una eficaz? En Monster.com aconsejan:
Despierta el interés. Mandar una carta estándar no te ayudará a realzar la candidatura. Cuéntales tus objetivos, tu proyecto profesional y las tareas con las que te sientes más cómodo y las que dominas. Es decir, realza tus puntos fuertes.
Cuida las formas. Lee la carta tantas veces como sea necesario. Es muy importante que no cometas faltas de ortografía, algo básico si quieres conseguir trabajo de traductor. Recomiendan utilizar tiempos en presente y verbos que añaden más dinamismo.
Invita al seleccionador o destinatario a una entrevista o, en nuestro caso, también a realizar las pruebas que éste considere oportunas. El objetivo de la carta es que nos citen. No te quedes a la espera de una respuesta tras mandar saludos cordiales. Hay que demostrar que somos activos, resueltos, determinados y que tenemos muchas ganas.
No está mal tener una tarjeta de visita. Aunque nuestro trabajo se hace normalmente a distancia, siempre se le puede enviar una al cliente (yo siempre les envío un detalle a mis clientes en Navidad y aprovecho para incluirla, si no la tienen ya) y entregarla en ferias o congresos del sector.
El currículum, la lista de traducciones publicadas, la tarjeta y el adhesivo para el sobre. Solo falta la carta y el arsenal ya está listo para enviar.
2. EL PERFIL PROFESIONAL EN LAS REDES
Otro elemento a tener muy en cuenta. Ten por seguro que te buscarán en la red y tienen que encontrarte. A encontrarte me refiero a que debería haber información relativa a la traducción y no a tu última juerga. ¡Practica el egosurfing! Búscate de vez en cuando en Google para ver qué sale de ti y comprobar si te gusta lo que encuentras, claro.
Es esencial que, si estás en diferentes redes (Twitter, LinkedIn, etc.) seas coherente. Que no parezca que tienes dos personalidades (una muy formal y la otra… no tanto), porque quienes quieran información de ti buscarán por todos sitios.
Sitio web
Para el traductor es su tarjeta de presentación en el mundo profesional. Lo básico que debería contener es una presentación de quién eres, los servicios que ofreces, algunos trabajos realizados y cómo contactar contigo.
También está bien hacerse tarjetas de visita online tipo About.me. Sale en los buscadores y es algo que puedes incluir como firma en tus correos electrónicos porque contiene enlaces a muchos otros sitios: tu sitio web, tu blog, tu cuenta en Twitter, etc.
Blog de traducción
No es esencial ni obligatorio (¡faltaría más!), pero si crees que aportas algo distinto y que podrás mantenerlo, es una buena forma de que el cliente vea que sabes de lo que hablas y que estás metido en el mundo de la traducción. También es una forma que tiene de comprobar cómo te expresas por escrito.
Al publicar reflexiones sobre temas profesionales relacionados con el área donde trabajas o donde te gustaría trabajar demuestras también que eres una persona proactiva en tu trabajo, valga la redundancia.
Asociarse y moverse en las redes
Para nuestro colectivo, que no tiene Colegio Oficial, es importante estar a la última de lo que se cuece en el mundo de la traducción. Para estar informado es muy útil apuntarse a listas de correo y asociarse.
ASETRAD (www.asetrad.org). Asociación Española de Traductores, Correctores e Intérpretes.
EIZIE (www.eizie.org/). Asociación de Traductores, Correctores e Intérpretes de Lengua Vasca
Si ya tienes alguna traducción publicada, te recomiendo también unirte a Cedro, una asociación que gestiona los derechos de autor y de propiedad intelectual de los autores y editores españoles.
Portales de traducción
En cuanto a portales donde encontrar trabajos de traducción, existen unos cuantos:
La pregunta del millón. ¿Vale la pena pagar para recibir ofertas? No es necesario apuntarse a todos y, en mi opinión, no todos me parecen igual de serios, pero llevo suscrita a Proz desde hace varios años y he conseguido algunos clientes interesantes gracias al portal. Además, los foros son interesantes y puedes enviar dudas lingüísticas y traductológicas, cosa que en un momento de apuro va muy bien.
LinkedIn
LinkedIn es más que una red más para colgar tu currículum; es una plataforma estupenda para encontrar trabajo. Echadle un ojo a este tutorial, básico pero muy práctico, por si sois completamente nuevos en la materia y no sabéis cómo encontrar ofertas de trabajo interesantes:
Si queréis mejorar vuestras opciones, aquí tenéis otros enlaces, aunque en la red se pueden encontrar muchísimos más:
Como en otros campos, es aconsejable marcar la diferencia. Según LinkedIn, entre las palabras más usadas están «amplia experiencia», «eficaz» y «dinámico». Démosle la vuelta y busquemos palabras que llamen más la atención.
Consejos y normas en el mundo 2.0
Existen normas de etiqueta a la hora de buscar empleo en las redes que es importante conocer para sacarse partido sin quedar mal ni pisar a nadie. Veamos algunos trucos para ser más eficaces en las redes.
Nunca te ofrezcas como candidato a una persona que te acaba de aceptar como contacto.
Las redes sociales no son una agencia de colocación; hay que colaborar y aportar para obtener resultados.
Cuando pidas a la gente ser su contacto explícale el motivo, no dejes el mensaje por defecto que dejan las redes.
Sigue a esas empresas en las que te gustaría trabajar. En ellas se publica mucha información interesante.
Actualiza cada poco tiempo tu perfil, que no se quede anticuado y parezca dejado. (En Infojobs, por ejemplo, tienes la opción también «Actualizar CV al día de hoy» con lo que pareces más activo.)
No abuses de los mensajes directos. Utilízalos de forma meditada y no lo hagas solo para pedir. Ofrece algún valor.
Si quieres que la gente te ayude a difundir tus noticias o tu candidatura, ayuda y colabora con los demás de igual forma. Se recoge lo que se siembra.
Busca en Twitter tuits con etiquetas #trabajo, #ofertatrabajo o #empleo. A veces se puede encontrar algo interesante.
No esperes resultados en un día, es una carrera de fondo, pero si juegas bien tus cartas, puedes obtener buenos resultados.
Chivatazo: el 75 % de la gente cree que el contenido de sus perfiles no tiene mucha influencia en el resultado de un proceso de selección. ¡Aprovéchate!
En este sentido hay que tener sentido común. No es la primera vez que recibo algún correo en el que me piden directamente las direcciones de algunos de mis clientes. Así no. No me importa aconsejar e intento responder todos los mensajes y correos electrónicos que me llegan, pero una pizca de cordura y educación no está de más.
A modo de resumen, combina tus activos (los recursos que posees en este momento: conocimientos, formación, contactos, aptitudes, reputación, etc.) y tus aspiraciones (deseos y objetivos profesionales a largo plazo, prefieres agencias a clientes directos o clientes internacionales a nacionales…) con la situación real del entorno profesional y del mercado, claro, pero no pierdas el ánimo. ¡Prohibido desanimarse! Las respuestas no suelen ser rápidas y es un proceso lento, pero no hay que desesperarse. Mi mejor cliente tardó casi un año en ponerse en contacto conmigo después de enviarle el currículum, así que nunca se sabe 🙂
Y por último, es aconsejable llevar un registro de las agencias, editoriales o demás empresas con las que nos ponemos en contacto. Para eso podemos crearnos una base de datos en la que dejemos constancia de la fecha de envío de correo y la fecha de la respuesta, las tarifas propuestas, etc.
¿Qué os parece? ¿A vosotros qué os funciona? ¿Tenéis algún consejo que queráis aportar?
Hoy esta entrada va dedicada a todos los compañeros de profesión. No hace mucho que participo activamente en las redes pero puedo afirmar que he conocido a grandes profesionales gracias a ellas. Y recalco el factor tiempo porque, de hecho, este blog que estáis leyendo empezó sus andaduras en marzo de este año y hace apenas uno y medio que participo con asiduidad en Twitter.
Creo firmemente que la presencia en Internet y, sobre todo, en las redes es importante para un traductor y no solo a nivel profesional sino también personal, algo que explica Cristina Aroutiounova muy bien en esta entrada. Las redes sociales son espacios de encuentro entre personas, grupos, y organizaciones que tienen expectativas similares (a mí me va genial Twitter para desahogarme, por ejemplo, porque es un espacio profesional pero también tiene un punto de radio-patio que va de perlas en momentos de saturación) y donde podemos intercambiar información (enlaces a entradas interesantes, cursos, conferencias), fotografías (pedazo de horror ortográfico que acabo de descubrir en este menú), etc., pero también son un medio donde podemos publicar noticias, comunicarnos con clientes (¡o encontrarlos!) y, sobre todo, dar publicidad a nuestra pequeña empresa, gestionar nuestra imagen pública e incrementar el tráfico hacia nuestra web.
Como todo, el consumo de las redes sociales hay que hacerlo con moderación. Demasiado acaba empachando. (Ilustración de Adara Sánchez)
Por mucho que parezca que tendamos a la autocomplacencia y al buenrollismo en muchas ocasiones, creo que es beneficioso tener un lugar de encuentro. Y, por mi parte, estoy muy contenta de haber conocido a personas tan generosas como las que he descubierto en la red, que comparten sus conocimientos y sus experiencias y hacen que la soledad del traductor sea más llevadera. Sin contar las veces que he podido resolver alguna duda gracias al comodín del público, algo de lo que David Paradela se hace eco en este brillante artículo del Centro Virtual Cervantes.
Y siempre hay momentos de distensión que se agradecen, sobre todo en Twitter. ¿Qué comen los traductores? Basta con hacer un repaso a los #yesweñamñam. ¿Que nos sentimos agradecidos por las pequeñas cosas que nos pasan a diario? Pues a expresarlo con un #cosesbonesgratis. ¿Que nos irritamos por un anglicismo cuando no procede? A aliviarnos con un #extranjerismosinnecesarios o #calcosinnecesarios. Y si queremos compartir la traducción que nos ocupa siempre nos quedará un #quéestástraduciendo.
No obstante, lo mejor que he sacado de la participación en las redes es el flujo constante de información sobre la profesión. He aprendido muchísimo al leer las varias bitácoras de la blogosfera y de muchas cosas distintas: contabilidad, trato con los clientes, localización de videojuegos, interpretación, cuestiones lingüísticas y técnicas, etc. Cuando llevas años trabajando, tiendes a ir a lo tuyo, entras en tu bucle y cuesta cambiar de hábitos. Los blogs, ya sea de profesionales en activo o de estudiantes, van de perlas para estar siempre actualizados. ¿Vale la pena asociarse a esta o a aquella organización? ¿Qué herramienta de traducción asistida va mejor? ¿Qué hago sin un cliente no me paga? ¿Es mejor un pijama de franela o uno de algodón?
Con el fin de recopilar todos estos blogs pensé en crear undocumento de Google. Está abierto desde septiembre y podéis seguir apuntándoos y editando la información de vuestras bitácoras siempre que queráis. Es una buena forma de estar al día y al corriente de los blogs de nuevo cuño. Recordad que, si queréis, también os podéis descargar el listado en pdf con los blogs recogidos hasta la fecha, como este: Blogs de traducción (última actualización en octubre).
Y hoy, poco más, un saludo a todos y gracias por estar ahí. Que sigamos compartiendo, aprendiendo y riendo juntos mucho tiempo. ¡Que los traductores no somos tan asociales, hombre!
¡Nos vemos en los bares las redes! (bueno, a una cañita para desvirtualizar tampoco le haremos ascos, va)