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cómo encontrar clientes, empezar a traducir, traductor novato, traductor novel, vida después del grado
Esta semana son tres las traductoras que nos hablan de sus primeras veces después del grado. Ana, Fabiana e Irene, con contextos y experiencias muy distintas, nos ofrecen nuevas perspectivas. Conozcámoslas un poco más.
Me llamo Ana y terminé la carrera de Traducción e Interpretación en la Universidad de Alicante en 2014. En 2017 acabé el máster de Traducción institucional de la misma universidad y el máster de Traducción literaria de la Universidad Complutense. He trabajado siempre en sitios relacionados con los idiomas y la redacción de textos: auxiliar administrativo con alemán, prácticas de traducción en la Comisión Europea, traductora técnica y jurídica para un abogado de propiedad intelectual y, ahora, redactora de actas.
Cuando acabé la carrera estaba un poco perdida, así que lo que hice fue pedir la beca de auxiliar de conversación en Alemania para trabajar mi lengua C y además tener algo más de tiempo para pensar sobre el camino que quería seguir. ¡Hoy en día tampoco lo tengo muy claro! Pero no he dejado de trabajar en el ámbito.
Tengo tres consejos que a mí me habría gustado escuchar cuando estaba acabando:
- Antes de acabar la carrera, informaros bien de qué opciones tiene vuestra universidad para estudiantes y egresados. Suele haber cursos para preparar bien el currículo y bolsas de trabajo o prácticas. Así encontré yo prácticas remuneradas y después trabajo.
- No descartéis la opción de hacer otros trabajos relacionados con la lengua. Nuestro perfil sirve para muchos otros puestos que darán experiencia y pueden abrir puertas después, en tareas como la redacción o la corrección.
- No os quedéis quietos. Siempre hay opciones para mejorar y seguir aprendiendo. Hay cursos online, charlas, becas en el extranjero, másteres y mil cosas más para continuar con la formación en traducción, corrección o idiomas. Eso sí, no hace falta hacer un máster o hacerlo enseguida; podéis tomaros vuestro tiempo para pensarlo, pero sin parar de hacer cosas.
Sobre todo, mucho ánimo. Nunca es fácil empezar, pero opciones siempre hay. Estoy disponible en Twitter o LinkedIn para ayudar en lo que sea. 🙂

FABIANA Q. MENDES
Para mí, lo más difícil ha sido cambiar la estructura mental de «trabajador en relación de dependencia» a la de «autónomo».
A lo largo de la carrera te dicen y enseñan muchas cosas, pero pensar como autónomo no es una de ellas. Es difícil trabajar sin tener quien te diga qué y cómo hacer las cosas, hay mucho en lo que pensar: a quiénes me gustaría tener como cliente, cómo darme a conocer, cómo usar las redes sociales, qué cursos hacer, especializarme o no, cómo tener una tarifa competitiva, acepto cobrar menos y tengo un cliente directo o trabajo con una agencia, qué hago con los plazos, qué herramientas uso, cómo optimizar mi tiempo…
Y podría seguir con muchas otras cosas que como autónomo hay que hacer para ser proactivo y no esperar a que el trabajo caiga del cielo.
* Podéis conectar con Fabiana en LinkedIn.

Yo soy uno de esos casos unicornio: soy una traductora que solo ha trabajado en plantilla. No obstante, comparto muchas cosas con los compañeros autónomos. Cuando acabé la licenciatura y mis prácticas como terminóloga en una empresa, me encontré ante el abismo del «¿y ahora qué?». Da mucho miedo, todos hemos pasado por eso. No obstante, decidí seguir estudiando a distancia y aprovechar el tiempo mejorando mi francés como au pair donde, además, me vi «obligada» a aprender italiano. Maté dos pájaros de un tiro. Cuando no corría detrás de tres diablillos, aprovechaba para conocer el mercado francosuizo en cuanto a la traducción. Aprendí muchísimo de todas las entrevistas que hice, además de tácticas de búsqueda de empleo que pude poner en práctica cuando volví a España. Sí, volví a casa, sin trabajo y después de pasar un tiempo fuera. En esa época recibí una de las lecciones más importantes: «volver» no significa «dar un paso atrás» sino «coger impulso».
Gracias a todo eso y a la formación constante, me contrataron en la primera empresa a la que mandé mi CV. Empecé con ganas, motivación y dedicación, tres factores que me permitieron hacer bien mi trabajo y estar en esa empresa durante casi tres años. No obstante, llegó el momento en el que decidí cambiar de empleo. ¿Qué podía hacer además de ver miles de ofertas? Sencillo, me dejé ver por los #tradusaraos, lo que me permitió conocer de cerca a muchas empresas e incluso acabé como ponente en el VIII Congreso de la SELM. Aunque no lo creáis, eso influye positivamente cuando se trata de buscar trabajo.
Actualmente sigo trabajando en plantilla, pero en una empresa que me ofrece oportunidades más acordes a mi personalidad. Seguramente muchos de vosotros me habéis visto en el ENETI 2019 como la chica del estand de las chapas y los caramelos.
La fórmula secreta de mi poción de Panorámix es sencilla: pasión, formación y dedicación. Cuando ponemos el corazón en nuestros actos, el resultado suele ser el óptimo. Y lo más importante: el que la sigue la consigue.
* Encontraréis a Irene en Twitter, LinkedIn y podéis poneros en contacto con ella también por correo.
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¿Trabajar en plantilla o como autónoma desde casa? ¿Seguir formándome nada más acabar la carrera o entrar de lleno en el mundo profesional? Cuando el grado termina todo son incertidumbres. Yo siempre digo que primero hay que ir a por lo que más te gusta porque siempre hay tiempo para cambiar de rumbo después.
¿Quieres especializarte en TAV? Busca estudios de doblaje e intermediarias para empezar a adquirir experiencia desde ya o haz algún curso si quieres ganar algo más de confianza. ¿Prefieres la seguridad (en términos de flujo de trabajo) que te puede ofrecer una agencia? Busca por Internet y envía tus datos; hay muchísimas agencias de traducción en la actualidad. ¿Te gustaría meter la cabecita en editorial? Escribe a las editoriales directamente (sé de buena tinta por un par de casos recientes que pesa más la prueba de traducción que la experiencia en sí) o mírate algún curso o taller para pulir destrezas, por ejemplo.
Escribid, llamad, sed pacientes pero insistid. El no ya lo tenéis.