• Contacto y otras páginas web
  • Política de privacidad
  • Ponencias y entrevistas
  • Proyectos
  • Servicios
  • Sobre la autora

En la luna de Babel

~ Blog sobre lenguas y traducción

En la luna de Babel

Publicaciones de la categoría: Lengua española

Recursos indispensables para la traducción biomédica del inglés al español: breve apunte para principiantes

15 lunes Dic 2014

Posted by enlalunadebabel in Documentación, Lengua española, Recursos, Traducción

≈ 11 comentarios

Etiquetas

biología, cosnautas, diccionarios, enlaces, Fernando Navarro, Libro Rojo, medicina, Merck, Okodia, recursos, traducción biomédica, traductor médico, Tremedica

Cada especialidad es un mundo. No descubrimos nada nuevo, ¿verdad? Hace unos días publicábamos una colección de recursos lexicográficos para traducir, pero evidentemente se queda corta cuando hablamos de textos muy especializados, como los médicos.

Aunque tal vez no no los trabajemos habitualmente, no es descabellado pensar que una agencia pueda pasarnos algún texto de este tipo, que va a requerir una fase de documentación previa importante, como me ha pasado últimamente con documentos sobre la enfermedad de Parkinson para la Michael J. Fox Foundation o con informes médicos para aseguradoras. Por suerte no eran textos excesivamente complejos, para los que sí es aconsejable una especialización en traducción médica. Desde luego, es una de las ramas de la traducción en las que un error puede costar muy caro.

En definitiva, en su quehacer diario, el traductor médico tiene que enfrentarse a un sinfín de términos propios de su especialidad y su tarea se ve facilitada por la posibilidad de consultar diversas fuentes de la más diversa índole. En esta entrada nos centraremos en las que, a nuestro juicio, resultan imprescindibles para ofrecer a nuestros clientes una traducción de calidad.

El primer lugar de esta lista está reservado para el que es ya un viejo amigo de los traductores médicos, el famoso «Libro rojo» de Fernando Navarro, Diccionario de dudas y dificultades de traducción del inglés médico (3ª edición). Publicado en Cosnautas, se puede acceder a él mediante diversos tipos de suscripción y el autor realiza actualizaciones periódicas. Recoge palabras o expresiones inglesas (ya más de 48 800 en su Versión 3.03, de julio de 2014), de traducción aparentemente sencilla, pero que en la práctica pueden suponer un problema para el traductor. Ofrece posibilidades de búsqueda simple por término en inglés y avanzada por término tanto en español como en inglés (entre otras opciones), así como inclusión de índices y cuadros.

noticia_diferenca-grade-curso-medicina-biomedicina_thumb

Una obra de referencia también indispensable para todo traductor médico al español es el Diccionario de la Real Academia Nacional de Medicina, en su formato impreso o en internet (http://dtme.ranm.es/index.aspx). Se trata de un diccionario monolingüe de términos biomédicos en español, de los que se recoge su definición y también su traducción al inglés. Su versión electrónica ofrece la posibilidad de realizar una búsqueda simple y también avanzada.

En cuanto a diccionarios monolingües en inglés, podemos citar los siguientes:

  • Dorland’s Medical Dictionary (http://www.dorlands.com/wsearch.jsp), gratuito.
  • Stedman’s Medical Dictionary (http://stedmansonline.com/public/LearnMore.aspx?resourceID=Medical), disponible mediante suscripción, pero se pueden consultar versiones gratuitas en:http://www.medilexicon.com/medicaldictionary.php y http://www.drugs.com/medical_dictionary.html

Como obras de consulta para adentrarse y profundizar en el vasto campo de la medicina destacan los manuales Merck:

  • The Merck Manual Professional Edition (http://www.merckmanuals.com/merckmanualpro.htm), disponible en formato impreso y electrónico y de consulta gratuita.
  • Existen traducciones a distintos idiomas del Manual Merck (http://www.merckmanuals.com/merckmanualpro-translations.htm), entre ellas en español.

El traductor médico también deberá consultar, en su labor diaria, artículos aparecidos en las principales revistas médicas (nacionales e internacionales), así como las guías que publican las sociedades médicas de todo el mundo sobre diversos temas. Las sociedades tienen sus propias publicaciones oficiales y, en numerosas ocasiones, incluyen glosarios y diccionarios entre sus recursos. En Fisterra podemos encontrar enlaces a sociedades médicas españolas, ordenados por especialidad. En Medilexicon se ofrece una recopilación de sociedades médicas de todo el mundo.

A todo ello, se deberá añadir cuando sea necesario la consulta de la documentación oficial sobre terminología o tipos concretos de documentos (protocolos, consentimientos informados, fichas técnicas) que las autoridades sanitarias españolas puedan haber publicado (www.aemps.es). Tampoco podemos olvidar la documentación de la Unión Europea, recogida en http://www.ema.europa.eu/ema/. A este respecto, debemos saber que para la traducción de algunos tipos de documentos existen directivas europeas, leyes y plantillas de consulta obligatoria.

No queremos terminar este breve apunte sin mencionar que el portal en el que está publicado el diccionario de Fernando Navarro mencionado al principio, www.cosnautas.com, incluye también otros recursos generales interesantísimos que serán de gran ayuda al traductor médico:

  • El Repertorio de siglas médicas, (http://www.cosnautas.com/index.php?pag=diccionario), también de Navarro, con posibilidades de búsqueda en español y en inglés y de acceso gratuito.
  • El Árbol de Cos, compilado por Laura Munoa y que es una gran base de datos de recursos biomédicos en internet (diccionarios, glosarios, nomenclaturas, etc.). El acceso es gratuito y ofrece recursos también en otros idiomas): http://www.cosnautas.com/index.php?pag=arboldecos.

Otros sitios y enlaces de interés

Además de los recursos anteriormente citados, vale la pena echarle un ojo al artículo Hints and Links for Medical Translators, de Palma Chatonnet-Marton, que no solo recopila recursos de terminología sino que también recoge enlaces para ayudarnos a entender el texto origen. Un buen hallazgo.

En español no podemos perdernos la colección de cuadernos de la Fundación Esteve, que se pueden descargar gratuitamente, y que contienen números tan interesantes como el que aborda la traducción de textos científicos, de M. Gonzalo Claros.

En cuanto a la dificultades que se presentan al traducir un texto médico y cómo abordarlas, Malcolm Marsh escribe para el Centro virtual Cervantes el artículo Algunas consideraciones sobre la traducción médica en el que incluye consejos muy útiles.

Por último, para estar al corriente de lo que se cuece en esta rama de la traducción, vale la pena echarle un vistazo a lo que organiza, publica y difunde TREMÉDICA (Asociación Internacional de Traductores y Redactores de Medicina y Ciencias Afines): http://www.medtrad.org. Atentos también a sus cursos y jornadas.

Imagen en Fundación Moderna (http://www.modernanavarra.com/proyectos/biomedicina/)

¿Nos dejamos algo en el tintero? Si eres traductor médico y quieres aconsejarnos algún recurso más, lo esperamos en los comentarios. ¡Hasta la próxima!

Say what? Footing, puenting y otros falsos anglicismos

05 viernes Dic 2014

Posted by enlalunadebabel in Inglés, Lengua española

≈ 14 comentarios

Etiquetas

anglicismos, Christopher Nolan, Diccionario panhispánico de dudas, extranjerismos, lengua española, traducción, zapping

La inventiva de los españoles no tiene límites. Al fin y al cabo, fueron españoles los que inventaron la fregona, el futbolín, el submarino y un largo etcétera de objetos. Con los idiomas, tres cuartos de lo mismo, sobre todo con el inglés. Y no me refiero a hablarlo a nuestra manera —como en el caso de hello /jélou/, since /sains/, vegetable /vegetéibol/, pub /paf/— sino a usar anglicismos que en origen no tienen el significado que nosotros les damos o que solo adoptan una apariencia inglesa pero son creación nuestra.

Tal vez sea un ejemplo más de este fenómeno de nombre relativamente reciente, el cosmopaletismo, que es salpimentar textos con palabras inglesas que en teoría nos hacen parecer más cultos, más cosmopolitas, más connoiseurs (¿Veis? También pasa con el francés o con los galicismos que acepta el inglés. En fin, que me lío y esto parece Origen de Christopher Nolan). Sin embargo, este fenómeno no es nada nuevo, como veréis por las palabras aquí recogidas y que tanto usamos.

FALSOS ANGLICISMOS

Las palabras que nos interesan hoy son anglicismos —de los que ya hemos hablado en numerosas ocasiones—, pero con una vuelta de tuerca. Muchos anglicismos son préstamos de gran uso que tienen equivalente en español y conservan el significado de origen. Estos no. Usamos estas palabrejas pensando que los angloparlantes las usan del mismo modo y con la misma forma y no es así. Son palabras con apariencia inglesa, por eso lo de «falsos». Hay algunas más parecidas al inglés que otras y con vínculos más estrechos, pero no sucede en todos los casos.

Y, ojo, no digo que sean incorrectas en castellano, porque hay muchas que la RAE ya ha aceptado y que son de uso común. Y que conste también que no es cosa de los españolitos únicamente. El francés también ha incluido muchos de estos términos (le zapping, le footing, le parking) y hasta el alemán con su Handy, teléfono móvil, que nada tiene que ver con el handy del inglés (útil, práctico, hábil).

En The Local hablaron hace un tiempo de este tema e hicieron un listado de palabras que aún se puede consultar en este artículo. No obstante, hay algunos errores en dicha lista como kinki (o quinqui), que viene de quincallero y no del inglés kinky.

Pasión por el -ing 

Los falsos anglicismos adoptan muchas formas pero la que se lleva la palma sin duda es la terminación del gerundio «–ing». Tanto es así que incluso muchas empresas la usan para el nombre comercial de sus productos, como Vueling, cuyas campañas son una verdadera mezcla lingüística, o Ñaming.

Vueling
Ñaming

1. Footing (go jogging):

Vale, la palabrita ya está desfasada, que ahora la gente hace running, pero el footing se ha practicado siempre en inglés aunque los angloparlantes hacían jogging en realidad. Footing existe en inglés, sí, pero no con el significado de correr, como vemos en esta entrada del diccionario Collins:

1 (=foothold) asidero m
to lose one’s footing perder pie

2 (fig) (=basis)
on an equal footing en pie de igualdad
to be on a friendly footing with sb tener amistad con algn
to gain a footing lograr establecerse
to put a company on a sound financial footing enderezar la situación económica de una empresa
on a war footing en pie de guerra

footing

Eso de higiénico…

2. Zapping (channel surfing)

Otro clásico. Cómo nos gusta hacer zapping repantigados en el sofá, ¿verdad? Pues ese zapping es otro invento patrio. Los angloparlantes hacen channel surfing o, en una versión parecida, they zap the TV channels.

zap (informal) [zæp]
AEXCL ¡zas!
BVT
1(=destroy) [+ person] cargarse (familiar)
2(Comput) (=delete) [+ word, data] borrar, suprimir
3(TV)
to zap the TV channels zapear
CVI (=move quickly) ir corriendo

3. Alto standing (luxury, luxurious, standard…)

Esto de juntar español e inglés resulta en un híbrido precioso, ¿verdad? En el caso de standing, sí está contemplada en inglés una acepción con el mismo sentido, pero es más restrictiva que en castellano. En general, los angloparlantes usan luxury o luxurious cuando nosotros empleamos dicho término. En el caso de viviendas es más común encontrar en inglés upper and mid-scale residences o bien standard, high standard y standard plus, y no high standing y, desde luego, no lo usan como los españoles a la hora de hablar de prostitución.

1(=social position) rango m, estatus m inv; (=reputation) reputación f, fama f
what is his standing locally? ¿cómo se le considera en círculos locales?
financial standing solvencia f
to be in good standing tener buena reputación; (Fin) gozar de buen crédito
of high standing de categoría
the restaurant has a high standing el restaurante tiene una buena reputación
he has no standing in this matter no tiene voz ni voto en este asunto
the relative standing of these problems la importancia relativa de estos problemas
social standing posición f social
a man of some standing un hombre de cierta categoría

4. Puenting (bungee jumping)

Me encanta esta expresión, qué manera de crear vocablos: puente + ing = puenting. ¡Ideal! Esta sí es una de las palabras que un angloparlante no podrá inferir si no sabe español porque «puente» es bridge y esta modalidad en concreto recibe el nombre de bungee jumping.

Puenting no está aceptada por la RAE (al menos no en su versión digital), pero sí podemos encontrarla en muchos diccionarios online, como el mismo Collins:

puenting [ˈpwentin] SM bungee jumping (from a bridge)

5. Tuning (accessorizing, customizing)

En el mundo del automovilismo ya lleva unos años. Lo hemos cogido prestado de tune up con el sentido de puesta a punto, aunque tuning no solo es eso, ya que el sentido es el de personalizar o embellecer un vehículo (o poner pantallas de plasma y forrar los asientos de felpa en el caso de los programas estadounidenses).

tune up 
1(Mus) afinar
2(Aut) poner a punto, afinar
BVI + ADV (Mus) afinar

 

Desde la fundéu explican que el verbo «tunear», así como los derivados «tuneo» y «tuneado», son términos adecuados para referirse a la personalización de algo. Sin embargo, también existen términos en castellano para eso, como «personalizar» y «personalización» o «modificar» y «modificación». Y, aunque no está en el DRAE, puede encontrarse en muchos otros:

tuning [ˈtunin] SM car styling accessorizing and customizing cars

Cuidado con las poses, que el capó resbala

Cuidado con las poses, que el capó resbala

6. Parking (car park, parking lot)

Ya que hablamos de coches, «parking» no podia faltar. La fundéu comenta en su página que el Diccionario panhispánico de dudas acepta «parquin» (plural «párquines»), pero recomienda usar «aparcamiento», «estacionamiento», «parqueo», etc., según el país.

Una vez más, la palabra existe en inglés, pero no se usa para hacer referencia al sitio en sí (que para ellos es car park, parking lot o parking space) sino al acto.

parking [ˈpɑːkɪŋ]

AN aparcamiento m Sp, parking m, estacionamiento m esp LAm
«parking for 50 cars« parking para 50 coches
«no parking» «prohibido aparcar», «prohibido estacionarse» esp LAm
«ample parking available« amplio aparcamiento or LAm estacionamiento para coches
BCPD
parking bay N área f de aparcamiento or esp LAm estacionamiento de coches
parking lights NPL luces fpl de estacionamiento
parking lot N (US) aparcamiento m Sp, (playa f de) estacionamiento m esp LAm
parking place
parking space N aparcamiento m Sp, parking m, estacionamiento m esp LAm

 

7. Warnings (hazard lights, blinkers…)

Lo mismo sucede con los warnings o luces de emergencia cuando nos detenemos brevemente, también llamados «caravoy» (¡que ahora voy!), según un alumno sevillano.

Si bien existe warning lights, es un término más genérico y se prefiere hazard lights, emergency flashers o blinkers.

warning [bell] N
IDIOM: to set off warning bells enviar señales de alarma
warning [device] N dispositivo m de alarma
warning [light] N señal f luminosa
warning [shot] N (lit) disparo m de advertencia
to deliver or fire a warning shot (fig) hacer una advertencia
warning triangle N (Aut) triángulo m de advertencia

8. Lifting (facelift)

Tratamiento moderno con nombre a la inglesa, pero a nuestra manera. Poco faltará para que usemos tummy tuck (abdominoplastia ) o nose job (rinoplastia), tiempo al tiempo. Sin contexto, un angloparlante no sabrá de lo que hablas y en contexto de cirugía, sin más detalles, no le quedará claro que es en el rostro, ya que el verbo lift puede usarse con el sentido de levantar y tensar cualquier zona.

lifting n (act of lifting) levantamiento nm / (repeal, revocation) revocación nf

Un lifting baratito, baratito

Un lifting baratito, baratito

9. Feeling (good vibe, connection)

Otra muy de moda últimamente. «Quedé con fulanito, pero no hubo feeling». Para nosotros queda claro que no conectaron, que no terminaron de encajar. En inglés dirían «we didn’t connect», pero no mezclarían los sentimientos, que sí son feelings.

2(=emotion) sentimiento m
bad or ill feeling rencor m, hostilidad f
to speak/sing with feeling hablar/cantar con sentimiento
she showed no feeling for him se mostró totalmente indiferente con él
3
feelings sentimientos mpl
to appeal to sb’s finer feelings apelar a los sentimientos nobles de algn
no hard feelings! ¡todo olvidado!
to have feelings for sb querer a algn
to hurt sb’s feelings herir los sentimientos de algn, ofender a algn
you can imagine my feelings! ¡ya te puedes imaginar cómo me sentía!
feelings ran high about it causó mucha controversia
to relieve one’s feelings desahogarse
to spare sb’s feelings no herir los sentimientos de algn

 

Otras formas 

Hay vida más allá del gerundio, de modo que también usamos falsos anglicismos con otras formas.

10. Panties (pantyhose, tights)

Nuestros panties (de pantyhose) son tights, aunque es cierto que en español distinguimos medias (llegan al muslo) de los panties (medias enteras). ¿Qué le sorprende a un angloparlante cuando hablamos de comprar panties? Pues que en inglés son braguitas.

panties [ˈpæntɪz] NPL bragas fpl Sp, calzones mpl LAm
a pair of panties unas bragas, unos calzones LAm

11. Crac (star, genius…)

Otra palabra que por alguna extraña razón se oye mucho últimamente, sobre todo para calificar a los grandes astros del deporte. El Diccionario panhispánico también lo recoge como «deportista o artista de extraordinaria calidad», aunque su uso se ha extendido bastante.

Desde la fundéu comentan que «no es una palabra incorrecta, no se trata de una barbaridad, pero es un anglicismo que no tiene por qué arrinconar otros términos de gran solera en nuestra lengua, tanto o más eficaces y precisos» y nos dan algunos sinónimos: prodigioso, magnífico, extraordinario, magistral.

Aunque los angloparlantes no lo usan del mismo modo, sí encontramos una acepción que puede apuntar al posible origen del anglicismo:

crack ADJ[team, sportsperson, troops] de primera
he’s a crack shot es un tirador de primera

12. Friki (nerd, geek, weirdo)

Friqui, que ya recoge el DRAE en su última versión, nos viene del inglés freak y freaky, pero con un significado distinto, además de que para ellos es un adjetivo y nosotros lo usamos más como sustantivo. Para los angloparlantes se trata de una persona muy rara, extravagante, un fenómeno de la naturaleza o un monstruo de feria, incluso. Para nosotros, el significado principal es el de persona que practica desmesurada y obsesivamente una afición, DRAE dixit. Sin embargo, diría que actualmente se usa de forma indiscriminada para hablar de alguien a quien, simplemente, le gusta algo (género literario, saga de películas, series etc.).

En cuanto al inglés, dependiendo del contexto, un angloparlante se decanta por un nerd o geek, e incluso weirdo si el énfasis está en que esa persona es muy rarita.

El Collins lo recoge así:

freaky (informal) [ˈfriːkɪ] ADJ raro, estrafalario

freak [friːk]
1(=person) monstruo m, fenómeno m; (=plant, animal) monstruo m; (=event) anomalía f
a freak of nature un fenómeno de la naturaleza
the result was a freak el resultado fue totalmente anómalo
2(informal) (=enthusiast) fanático[-a] m/f, adicto[-a] m/f
health freak maniático[-a] m/f en cuestión de salud
peace freak fanático[-a] m/f de la paz

 

13. Fashion (fashionable, trendy)

«¡Piluca, qué fashion vas siempre, hija!». Fashion está en boca de todos, hasta en las revistas de moda (cómo no) aunque no está aceptado y parece un fenómeno más oral. Lo gracioso es que, en cualquier caso, si queremos sonar más cosmopolitas (ejem), Mari Jose debería decirle a su amiga que es fashionable y no fashion.

fashionable [ˈfæʃnəbl] ADJ
1[dress etc] de moda, moderno, a la moda; [place, restaurant] de moda
fashionable people gente f elegante, gente f guapa (familiar)
in fashionable society en la buena sociedad
it is fashionable to do… está de moda hacer…
2(=popular)[writer, subject for discussion] de moda, popular
he is hardly a fashionable painter now es un pintor que no está ahora muy de moda

En definitiva, seamos frikis o unos cracs en idiomas, nunca está de más saber de dónde vienen estas palabras y cómo las usamos, ¿no os parece? No nos pasemos de fashion, o sea.

¿Y a vosotros? ¿Os suenan otros falsos anglicismos? ¿Otras palabras que un angloparlante no entendería aunque supuestamente sean inglesas? No dudéis en dejarlas en los comentarios.

¡Hasta la próxima!

La caja de herramientas del traductor: recursos lexicográficos

22 miércoles Oct 2014

Posted by enlalunadebabel in Documentación, Etimología, Inglés, Lengua española, Recursos

≈ 46 comentarios

Etiquetas

corpus, diccionarios, diccionarios contextuales, diccionarios de argot, documentación, glosarios, herramientas, información, lengua, ortografía, textos paralelos

Igual que los fontaneros o los carpinteros, los traductores también tenemos nuestra caja de herramientas, pero en la nuestra no hay tuercas ni llaves inglesas sino los instrumentos lingüísticos y de documentación que utilizamos cuando traducimos. Estas herramientas pueden incluir diccionarios (monolingües, bilingües, especializados, para el aprendizaje de la lengua, etc.), enciclopedias, atlas, textos paralelos, correctores ortográficos, gramáticas y libros de estilo, bases de datos terminológicas, glosarios, etc.

Hoy descubriremos una de las secciones de esta gran caja y exploraremos los recursos lexicográficos: diccionarios, herramientas contextuales, glosarios y bases terminológicas. En otras entregas veremos las gramáticas, las enciclopedias, los atlas y muchas cosas más.

Caja de herramientas

DICCIONARIOS. Tipología, limitaciones y criterios

Veremos en esta entrada lo que nos proponen Jordi Ainaud, Anna Espunya y Didac Pujol en su Manual de traducció anglès-català (Eumo, 2003) con fragmentos del capítulo Eines de traducció (págs. 40 a 66), que traduzco a continuación.

Como traductores puede que recurramos a otras obras de consulta (enciclopedias, atlas, etc.) pero el diccionario es lo básico e imprescindible ya que versa sobre la materia prima con la que trabajamos: las palabras. Es importante conocerlos bien y saber qué pueden ofrecernos.

Hay que desterrar la idea de que para traducir basta con la competencia lingüística y un diccionario bilingüe. No es infrecuente que al empezar la carrera, algunos alumnos hagan sus primeras traducciones ayudándose de un diccionario bilingüe destinado a los alumnos de secundaria. Así es normal que se vean limitados al buscar información.

Pero ¿cómo sabemos qué diccionario escoger y si es bueno o no? Bueno, antes hay que familiarizarse la tipología de los diccionarios. Debemos saber quién es el usuario (diccionario general o de aprendizaje), qué lenguas incorpora (monolingüe o bilingüe) y qué ámbito cubre (general o específico).

¿Qué criterios tendremos en cuenta para escoger un diccionario? Veámoslo según nos proponen en el Manual de traducció anglès-català (Eumo, 2003).

Evaluación de diccionarios

a. Ventajas propias de un determinado tipo de diccionario:

Un diccionario de aprendizaje, monolingüe inglés (o francés o lo que sea) y de ámbito general es útil para saber o precisar el significado de una palabra, mientras que uno para usuarios generales, bilingüe y de ámbito general nos puede servir para encontrar un equivalente léxico más o menos preciso. Sin embargo, si lo que queremos es comprobar la ortografía de una palabra o asegurarnos de su régimen preposicional, por ejemplo, acudiremos a un monolingüe de ámbito general o de ámbito específico.

b. Limitaciones propias de un determinado tipo de diccionario:

No todos los diccionarios contienen lo mismo. Un diccionario de aprendizaje de la lengua no contendrá las mismas entradas que uno para usuarios generales. De este modo tampoco podemos pretender que un diccionario bilingüe nos resuelva todos los problemas de traducción porque suelen tener las siguientes limitaciones:

1. Número reducido de entradas: los generales bilingües son menos exhaustivos que los monolingües.

2. Poca actualización: no suelen ponerse al día tanto como los monolingües. Por eso, en los campos científico y técnico, es mejor consultar o diccionarios bilingües especializados recientes o monolingües generales o especializados.

3. Equivalencia parcial o nula entre la lengua de origen y la de llegada: a veces no hay equivalentes exactos, de modo que muchos diccionarios se limitan a incluir una paráfrasis o a dar un equivalente aproximado.

c. Cantidad de información del diccionario:

En un diccionario podemos encontrar información de todo tipo, pero no todos lo incluyen todo. Datos que pueden incluir: significado, ortografía, separación silábica, pronunciación, información morfológica (plurales irregulares, verbos irregulares, etc.), información sintáctica (categoría gramatical, verbo transitivo o intransitivo…), marcas de uso (ámbito conceptual o campo semántico [gastronomía, música, náutica, etc.], irónico, arcaico, dialectal, coloquial, vulgar, sentido figurado, etc.), etimología, neologismos, sinónimos y antónimos y un largo etcétera.

 d. Calidad del diccionario:

La calidad es un factor muy importante para decantarnos por un diccionario u otro. Los elementos básicos son la calidad de la presentación (debería ser clara y la información incluida, fácilmente legible y diferenciada; no tiene que ser difícil localizar las diferentes acepciones de una palabra) y la calidad de la información, algo fundamental vertebrado en los siguientes puntos:

  • Rigor: los datos deben proceder de una fuente real y fiable.
  • Sistematicidad: debe hacerse un uso sistemático de los símbolos, la tipografía y los datos que se presentan de una palabra.
  • Coherencia: la selección de datos tiene que ser coherente con las finalidades lingüísticas del diccionario.
  • Adecuación: el diccionario tiene que ser adecuado los usuarios en cuanto a selección de entradas e información y la forma de expresarlo.
  • Eficiencia: el diccionario tiene que ser eficiente en relación con las expectativas lingüísticas y no decepcionar al usuario.

Muchos de estos factores se observan mejor en los diccionarios en papel que en los de soporte digital, que son los que por cuestión de tiempo se usan más actualmente, pero estos últimos no deberían quedarse atrás en cuanto a calidad.

(Nota: Vale la pena invertir en diccionarios en papel, que suelen ser más completos que las versiones en Internet. Enlazo a los diccionarios aquí para tener agilizar las consultas, pero hay que tener presente la calidad de todas las versiones.)

Veamos ahora algunos diccionarios útiles:

  1. Usuario general, monolingüe y ámbito general:
  • Diccionario de la Real Academia Española: http://www.rae.es/recursos/diccionarios/drae
  • Diccionario panhispánico de dudas: http://www.rae.es/recursos/diccionarios/dpd
  • GoodRae (Diccionario hipertextual, inverso y lematizado basado en el diccionario de la RAE): http://recursosdidacticos.es/goodrae/
  • Dirae (diccionario inverso, encuentra palabras buscando en su definición; también es tesauro asociativo, buscador etimológico, etc.): http://dirae.es/
  • Diccionario Clave: http://clave.smdiccionarios.com/app.php
  • DiCE. Diccionario de colocaciones del español: http://www.dicesp.com/paginas

Español coloquial:

  • Coloquialmente: http://coloquialmente.com
  • Jergas de habla hispana: http://www.jergasdehablahispana.org/

En catalán:

  • Optimot (con opción de búsquedas bilingües ES-CA): https://aplicacions.llengua.gencat.cat/llc/AppJava/index.html
  • Diccionari de la llengua catalana: http://dlc.iec.cat/
  • Gran diccionari de la llengua catalana: http://www.enciclopedia.cat/diccionaris/gran-diccionari-de-la-llengua-catalana
  • Diccionari català-valencià-balear: http://dcvb.iecat.net

Catalán coloquial:

  • És a dir.cat: http://esadir.cat
  1. Usuario general, monolingües otros idiomas, ámbito general:

En inglés:

  • Merriam-Webster’s Collegiate: m-w.com
  • Oxford English Dictionary: oed.com
  • Collins English Dictionary: http://www.collinsdictionary.com
  • The Word Spy (neologismos): https://www.wordspy.com/
  • The American Heritage Dictionary: https://ahdictionary.com/
  • OneLook: http://www.onelook.com
  • Oxford Collocations Dictionary: http://5yiso.appspot.com

Argot en inglés:

  • Urban Dictionary: http://www.urbandictionary.com
  • The Online Slang Dictionary: http://onlineslangdictionary.com
  • A Dictionary of Slang: http://www.peevish.co.uk/slang

En portugués:

  • Dicionário da Língua Portuguesa On-Line: http://www.priberam.pt/dlpo/
  • Dicionários Porto Editora: http://www.portoeditora.pt/dol/
  • UOL – Michaelis – Moderno Dicionário da Língua Portuguesa: http://www.uol.com.br/michaelis/

En francés:

  • Le Trésor de la Langue Française Informatisé: http://www.atilf.fr/spip.php?rubrique77
  • Dictionnaire de l’Académie française: https://www.dictionnaire-academie.fr/
  • ARTFL dictionary collection: http://www.lib.uchicago.edu/efts/ARTFL/projects/dicos/

En italiano:

  • Treccani: http://www.treccani.it/
  • Garzanti: http://www.garzantilinguistica.it/
  • Dizionario italiano online: http://www.dizionario-italiano.it/
  • Grandi dizionari: http://www.grandidizionari.it/dizionario_italiano.aspx

En alemán:

  • Wissen.de: http://www.wissen.de/c/homepage.html
  • DWDS. Digitales Wörterbuch: https://www.dwds.de/

En ruso:

  • Diccionario ruso: http://www.diccionario.ru/
  • Multitran: http://www.multitran.ru/
  1. Aprendizaje, monolingüe inglés, ámbito general:
  • Cambridge Advanced Learner’s Dictionary: http://dictionary.cambridge.org
  • OALD (Oxford Advanced Learner’s Dictionary): http://oald8.oxfordlearnersdictionaries.com
  • LDOCE (Longman Dictionary of Contemporary English): http://www.ldoceonline.com
  • MD (Macmillan Dictionary): http://www.macmillandictionary.com
  • COBUILD (Collins COBUILD Advanced Dictionary): http://www.collinsdictionary.com/dictionary/english-cobuild-learners
  1. Usuario general, bilingües y multilingües, ámbito general:
  • Wordreference (útil por los foros y la parte de Collins): wordreference.com
  • Yourdictionary.com: www.yourdictionary.com
  • Collins bilingüe EN-ES: http://www.collinsdictionary.com/dictionary/english-spanish
  • Cambridge EN-CA: http://dictionary.cambridge.org/es/diccionario/ingles-catalan/
  • Bilingüe EN-CA: http://www.catalandictionary.org/ca/search/
  • Diccionari de la llengua catalana multilingüe CA-ES-EN-FR-DE: http://www.multilingue.cat
  • Beolingus (ES-DE): https://dict.tu-chemnitz.de/de-es/
  • Leo: http://dict.leo.org/esde/index_de.html
  • Pons: http://es.pons.com/traducci%C3%B3n
  • Woxicon: http://www.woxikon.de/
  • TheFreeDictionary: http://www.thefreedictionary.com/
  • Sensagent: http://dictionary.sensagent.com/
  • Diccionarios.com: http://www.diccionarios.com/
  • LOGOS – Multilingual E-Translation Portal: http://www.logos.it/lang/transl_en.html
  • Allwords.com – English dictionary with multi-lingual search: http://www.allwords.com/

5. Usuario general, bilingües y multilingües, ámbito especializado:

  • Terminology Collection: Online Dictionaries: http://www.uwasa.fi/comm/termino/collect/index.html#special

En la web de muchas universidades podemos encontrar recopilatorios de diccionarios especializados, como este de la Pompeu Fabra: http://guiesbibtic.upf.edu/diccionaris/especialitzats.

Dos recursos interesante, pero que merecen sección propia son Google Fight (http://www.googlefight.com) y Ngram Viewer. ¿Quién no ha usado el buscador de Google para comprobar la ortografía de una palabra o la frecuencia de alguna expresión en comparación con otra? Google Fight lo hace automáticamente por ti. Solo hay que introducir las palabras «en conflicto» y él solo calcula y te devuelve los resultados al momento. Aquí tenéis un ejemplo con «croquetas» y «cocretas»:

Google fight

Ngram Viewer, de Google Books, es una base de datos con la que puedes comprobar la evolución en el uso que una palabra o un grupo de palabras han experimentado en los dos últimos siglos en los libros. Muy útil para decantarse por un término o por otro en una traducción, por ejemplo.

Captura de pantalla 2018-01-17 a las 15.28.56

6. Recursos especializados en abreviaturas y acrónimos

  • Abreviaturas usuales (ES): http://www.dropby.com/Genealogia/abreviaturas.html
  • Acronymfinder (EN): http://www.acronymfinder.com
  • Abkürzungen (DE): http://www.abkuerzungen.de/main.php?language= 

Si aun así no encontramos lo que necesitamos, siempre podemos buscar en metabuscadores de diccionarios:

  • Metabuscador en español: http://metadic.com/
  • Lexicool: http://www.lexicool.com

Destornillador

HERRAMIENTAS CONTEXTUALES

Los traductores insistimos mucho en el contexto porque es donde se observa mejor el uso de una palabra. Hay varias herramientas que nos ayudan en este sentido, ya sean diccionarios contextuales como Linguee y Context, los corpus lingüísticos (CREA, CORDE, COCA, etc.) y los textos paralelos.

Si bien se pueden usar para todo tipo de traducciones, estas herramientas me parecen utilísimas en literaria, puesto que nos permiten evaluar y valorar la frecuencia de uso de un término o expresión y verlos en su salsa.

1. Diccionarios contextuales

Linguee (www.linguee.es) se puede utilizar a modo de diccionario (columna de la derecha) o de buscador de expresiones. Los ejemplos de traducciones (a la derecha) en la página de resultados, tienen su origen en Internet, sobre todo en páginas web de empresas, organizaciones internacionales y universidades traducidas por profesionales. Además, se incluyen documentos del Parlamento Europeo.

Lo más práctico, sin duda, es el formato en columnas en las que aparece el resultado de todas las palabras que se buscan (eso en el caso de las expresiones). Lo peor es que hay que examinar bien todas las opciones porque muchas veces se observan calcos en las traducciones propuestas.

Ejemplo

Context (http://context.reverso.net/). De reciente aparición, Context es parecido a Linguee en cuanto a funcionamiento, pero además del lenguaje más formal de los textos institucionales, incluye el lenguaje más familiar y coloquial porque incorpora subtítulos, guiones de películas, etc.

Como es tan nuevo, aún se observan traducciones poco adecuadas o de alineamiento, segmentos donde no coinciden el texto original y la traducción (como se muestra en la captura de pantalla). Lo bueno es que estas traducciones se pueden mejorar si se vota «a favor» de un ejemplo que nos parezca adecuado o «en contra» si nos parece inadecuado. Aunque se pueda pensar que esto último es una manera de que los demás hagan el trabajo, creo que el factor personal/profesional puede enriquecer la herramienta.

unscathed_context

Otro punto positivo es que aparezcan en la parte superior todas las opciones de traducción (en este ejemplo, ileso, indemne, (de) rositas, etc.); me parece muy útil porque se pueden ver de un vistazo los sinónimos que se pueden usar en el caso de querer variar. Además, se puede buscar la traducción inversa de una sugerencia de modo que se puede verificar si esta se traduce con freciencia por la palabra o expresión buscada.

Lo usé por curiosidad mientras traducía el último libro y me sorprendió gratamente por la cantidad de sinónimos que me aparecían para algunos términos. Si se sabe usar bien y discernir qué ejemplos se ajustan más a nuestro texto, es una buena herramienta.

2. Corpus

Un corpus lingüístico es una recopilación de ejemplos reales que muestran el uso de una lengua. Solemos encontrarlos almacenados electrónicamente. Estos ejemplos pueden ser tanto orales (transcritos) como escritos. Además, no tienen porque ser solo en una lengua (corpus monolingüe) también puede haber corpus que comparen dos lenguas o incluso tres, es decir, corpus bilingües o trilingües.

Los córpora de gran tamaño en soporte informático constituyen una fuente muy rica de información sobre el uso de la lengua, ya sea información gramatical, semántica, léxica, discursiva o de otro tipo. Se utilizan, por ejemplo, como fuente de información para la redacción de diccionarios. También han permitido un gran avance de la lingüística computacional y ayudan enormemente al traductor, que puede ver el uso real de los vocablos y su frecuencia.

  • CREA. Corpus de referencia del español actual (recoge ejemplos de lengua escrita y oral de España y América entre 1975 y 2004): http://corpus.rae.es/creanet.html

crea_joder

Aquí podéis ver los resultados que se obtienen de buscar el término «joder». Al hacer clic en las palabras resaltadas en azul se nos muestra el texto en el que consta la palabra y su procedencia (libro, medio, fecha, etc.).

  • CORDE (Corpus Diacrónico del Español): http://corpus.rae.es/cordenet.html
  • Corpus del español (parecido a CREA y CORDE, pero permite otras búsquedas y recuperar la información de forma distinta; por ejemplo, permite búsquedas por lema, categoría gramatical, etc.): www.corpusdelespanol.org

corpus_joder

El mismo ejemplo anterior buscado en este corpus. En este caso, hacemos clic en la columna del título (a la izquierda) para ver el fragmento del que se ha extraído el término.

  • Corpus de referencia de la lengua española contemporánea: http://www.lllf.uam.es/~fmarcos/informes/corpus/corpusix.html
  • CORGA (Corpus de Referencia do Galego Actual): http://corpus.cirp.es/corga/
  • IULA (UPF) – Corpus textuales variados: https://www.upf.edu/es/web/iula/corpus-eines

En inglés:

  • British National Corpus: http://corpus.byu.edu/bnc
  • COCA. Corpus of Contemporary American English: http:/corpus.byu.edu/coca
  • TAUS (memoria de traducción multilingüe ingente, así que hay que llevar cuidado porque contiene traducciones sin contrastar): www.tausdata.org

3. Textos paralelos

Los textos en varias lenguas que hablan de un mismo tema se llaman «textos paralelos». Los textos paralelos son un recurso muy útil para el traductor. Si, por ejemplo, tenemos que traducir un texto en inglés que habla de la mitosis, lo mejor es buscar «mitosis» en una enciclopedia o diccionario enciclopédico para familiarizarnos con el proceso y con los términos que tal vez nos aparezcan en el texto que debemos traducir. Evidentemente, cuanto más especializado sea el texto en LO, más especializado deberá ser el texto paralelo en LM.

Los textos paralelos pueden ser libros de especialidad (manuales o monografías), revistas científicas, actas de congresos, etc. También pueden ser tesis, folletos y, en general, aquellos textos que traten el tema que debemos traducir. Además de ayudarnos en la parte terminológica, estos textos también son útiles para encontrar las formas de expresión típicas de cada tipo textual (tal vez haya construcciones gramaticales o cierta fraseología).

Aparte de enciclopedias y textos especializados, se pueden encontrar textos paralelos en periódicos, en organizaciones internacionales y en directorios de otras lenguas:

  1. Algunos periódicos:
  • El Periódico: elperiodico.com
  • La Vanguardia: lavanguardia.es
  • El País: elpais.com
  • The Guardian: guardian.co.uk
  • The Times: the-times.co.uk
  • The New York Times: nytimes.com

Y muchos más aquí: http://www.buenosenlaces.com/prensa-in.htm

2. Organizaciones internacionales:

  • Naciones Unidas: un.org
  • UNESCO: unesco.org
  • Banco Mundial: worldbank.org

Son casi innumerables, de modo que es imposible reunirlas todas en una entrada de blog. Si necesitáis más, en este PDF hallaréis una buena colección.

  1. Directorios en otras lenguas:

La consulta temática en otras lenguas mediante los directorios y los buscadores es otra forma de encontrar textos paralelos y terminología en varios idiomas.

Llave inglesa

GLOSARIOS Y BASES TERMINOLÓGICAS

Cuando nos enfrentamos a un texto técnico o muy especializado, la terminología es esencial. La dificultad, no obstante, radica en que no en todos los sectores utilizan el mismo término para una misma realidad, con lo que hay que documentarse muy bien y fijarse en el ámbito de aplicación.

Los más básicos son los que encontraréis a continuación, aunque encontraréis algunas bases y glosarios más en RITAP o en esta entrada de Laeticia Abihssira sobre las herramientas online (en la que recoge multitud de bases terminológicas).

  • IATE: http://iate.europa.eu/SearchByQueryLoad.do?method=load
  • UNterm de la ONU: https://unterm.un.org/unterm/portal/welcome
  • UNESCO, terminología y tesauro: http://databases.unesco.org/thesaurus/
  • TERMCAT (en varios idiomas): http://www.termcat.cat

En cuestión de glosarios, os recomiendo echarle un vistazo a Glossarisimo, una página donde se recogen y se actualizan glosarios bilingües y multilingües de todo tipo.

LA FIABILIDAD DE LOS RECURSOS EN INTERNET

Para terminar esta introducción a las herramientas, y como avanzaba al hablar de la fiabilidad de los diccionarios, hay que llevar cuidado con estas fuentes. Los diccionarios, glosarios y bases terminológicas que no provengan de organismos oficiales no siempre son fiables.

Como dicen Ainaud, Espunya y Pujol (pág. 66), este es el principal problema de documentarse en Internet, que hay mucho «ruido», mucha información que no es fiable desde el punto de vista lingüístico o de los contenidos, porque cualquiera puede abrir un blog, crear una página web o una base de datos, intervenir en foros o escribir una entrada de la wikipedia, pero no todos tienen los conocimientos necesarios. Es imprescindible, pues, aprender a comprobar la fiabilidad de los recursos.

Para comprobar que un sitio (página web, directorio, portal, etc.) es fiable desde el punto de vista del contenido, saber si la información es fidedigna, debemos conocer la autoría y preguntarnos si pertenece a un organismo, una persona o una empresa que ofrezca credibilidad en el tema. Por ejemplo, los diccionarios en línea suelen pertenecer a la misma editora que los de papel o a empresas relacionadas; eso da más credibilidad que el contenido que podamos encontrar en una entrada en wikipedia, cuyo autor desconocemos.

Respecto a la fiabilidad lingüística, hay que fijarse en cómo está escrita la fuente; no solamente desde el punto de vista de la corrección ortográfica, sino también de la sintaxis, la naturalidad, el registro, el tono, el lenguaje utilizado, etc. Y, claro está, llevemos cuidado cuando se trate de una fuente traducida para evitar caer en los mismos errores en los que haya podido incurrir el autor (¡nunca se sabe!).

En definitiva, tenemos que documentarnos para traducir y para eso tenemos un sinfín de opciones, pero debemos consultar varias fuentes y contrastar bien la información. Siempre.

***

Para saber más:

  • Ainaud, J., Espunya, A. y Pujol, D. Manual de traducció anglès-català (Eumo, 2003). http://www.casadellibro.com/libro-manual-de-traduccio-angles-catala/9788497660372/915014

Más lecturas para el traductor (II)

11 lunes Ago 2014

Posted by enlalunadebabel in Etimología, Inglés, Lengua española, Recursos, Traducción

≈ 19 comentarios

Etiquetas

català, catanyol, diccionarios, enciclopedia, escritura, etimología, glosarios, gramática, lecturas, libros de referencia, ortografía, recursos traducción, refranes

Se acerca la vuelta al cole, también para los traductores. Para los que aún compráis diccionarios y libros en formato papel os traigo la segunda parte de las lecturas para el traductor. Lo que encontrareis aquí serán obras que considero interesantes por algún motivo y que pueden ser útiles para traductores (y amantes de la lengua en general).

Si en anterior artículo recogía obras sobre el oficio del traductor y me centraba en la traducción audiovisual y la lengua inglesa, esta vez me centro en otros aspectos más especializados. Evidentemente no es una lista exclusiva y si tenéis algún libro de referencia, dejad constancia en los comentarios.

GRAMÁTICA Y ORTOGRAFÍA GENERAL 

Cervantes
Lavadora de textos

  • El libro del español correcto. Claves para escribir y hablar bien en español del Instituto Cervantes (Espasa, 2012).

Como comentan en el CVC, el libro proporciona información rigurosa y de fácil consulta para resolver las dudas más comunes sobre el uso culto del idioma; resume las pautas ortográficas más aconsejables; recoge recomendaciones prácticas para elaborar textos bien estructurados y eficaces; expone las claves para hablar correctamente; desgrana consejos sobre la prosodia y el lenguaje no verbal y describe la norma culta de la lengua española con ejemplos prácticos que ilustran los usos correctos e incorrectos. Igualmente analiza el lenguaje que se usa en las redes sociales y a través de nuevas vías de comunicación como el correo electrónico, SMS, chat, blog, etc.

En resumen, va muy bien para consultar aquellas dudas puntuales que podamos tener.

¿Dónde encontrarlo? En Amazon y Casa del Libro.

  • Las 500 dudas más frecuentes del español del Instituto Cervantes (Espasa, 2008)

Planteado en forma de pregunta/respuesta, y desde un enfoque muy práctico, expone y resuelve los principales problemas que se presentan en el uso de la lengua española. ¿Es correcta la expresión en base a? ¿Se dice superior a lo previsto o superior que lo previsto? ¿Se pronuncia adecua o adecúa? ¿Cómo se dice, sentaros o sentaos? ¿Qué diferencia hay entre porque, porqué y por qué? ¿Cómo se escribe, el Papa o el papa? ¿Se acentúan los demostrativos?

Algunas preguntas son más útiles que otras, pero en general es bueno.

¿Dónde encontrarlo? En  Amazon, Casa del Libro, Fnac.

  • Lavadora de textos: la duda, el sentido común y otras herramientas para escribir bien, Ramón Alemán (Lavadora de textos, 2011).

El libro es una recopilación de los artículos publicados hasta ahora por Ramón Alemán. Está escrito de forma rigurosa a la vez que sencilla y con un toque de humor, y aborda asuntos relativos a la lengua española, sobre todo los que tienen que ver con la escritura.

¿Dónde encontrarlo? En el blog Lavadora de textos y Agapea.

LA LENGUA ESPAÑOLA DESDE UN PRISMA MÁS PERSONAL

Muchos periodistas se han lanzado a escribir sobre lengua en estos últimos años. Muchas veces son cajones de sastre, pero hay algunos que valen la pena. Aquí os dejo tres.

Hablando
Deslenguados
101 cagadas

  • Hablando pronto y mal, Amando de Miguel (Espasa, 2013)

Amando de Miguel nos ofrece una colección de comentarios y apuntes divertidos sobre el habla actual de los españoles: palabras extravagantes, dobles sentidos, palabras malsonantes, idiotismos y vulgarismos, el lenguaje de los políticos (politiqués) y la jerga de los tertulianos (tertulianés). Amando, que tiene una columna en Libertad Digital, habla del lenguaje de los españoles de hoy, sus aciertos expresivos, sus modas y sus disparates.

Muy ameno y salpicado con apuntes etimológicos. No directamente aplicable al mundo de la traducción, pero sin duda enriquecedor como hablantes.

¿Dónde encontrarlo? En Amazon, Casa del Libro.

  • Deslenguados, Julio Somoano (Planeta, 2011)

Julio Samoano nos explica cómo es el español del siglo XXI y cuál es el que nos espera en el futuro. Nos cuenta en qué se ha concretado la influencia de la cultura anglosajona que hemos padecido en las últimas décadas, no solo en la abundancia de extranjerismos, sino en tendencias como la corrección política; la invasión de tópicos y eufemismos para maquillar la verdad (ya no hay chabolas sino «infraviviendas» y el paro nunca sube, sino que se produce «una evolución negativa de la tasa de ocupación»), también trata los malapropismos («Le tocó el euromillón y ahora nadan en la ambulancia») y el lenguaje de los SMS, entre otros.

¿Dónde encontrarlo? En Casa del libro y Fnac.

  • Las 101 cagadas del español, María Irazusta (Espasa, 2014)

Una buena recopilación de píldoras lingüísticas, patadas al diccionario (preveer o prever; detrás tuya o detrás de ti), etimologías curiosas (el «chotis», tan castizo, no viene de una palabra puramente española), localismos (anglicismos, latinismos, etc.) y curiosidades varias. También rescata palabras moribundas para que no caigan en el olvido (pazguato, rufián etc.). Todo escrito de una forma amena y muy práctica.

¿Dónde encontrarlo? En Amazon, Casa del Libro y Planeta de libros.

REFRANES

Dichos
la foto 2 (6)
Que me lo expliquen

  • El porqué de los dichos, José María Iribarren (Ariel, 2013)

Un compendio exhaustivo de los dichos y refranes populares (y tal vez los que no lo son tanto), pero pienso empezar a usar. El libro responde a lo que siempre te has preguntado respecto del significado y origen de muchas expresiones coloquiales: «Culo de mal asiento», «Quien se va a Sevilla pierde su silla», «Tener guardadas las espaldas», «A palo seco» o «Vete a la porra», entre muchas otras. Lo que le distancia de otras obras del estilo es que explica el significado de cada frase, el uso correcto que debemos darle y también de dónde proviene.

En definitiva, seiscientas páginas de expresiones variopintas, anécdotas y hasta ilustraciones. Un caramelito, vamos.

¿Dónde encontrarlo? En Amazon, Casa del libro, Planeta de libros.

  • Con dos huevos, Héloïse Guérrier y David Sánchez (Astiberri, 2014)

Un librito delicioso con las expresiones más castizas, sobre todo las más soeces y sexuales, del castellano y sus orígenes, como «montar un pollo», «cagarse en la leche», «pelar la pava» y «hacerse la picha un lío». Cada expresión lleva una ilustración literal. Además de la explicación, se indaga en su origen y se aportan las traducciones al francés y al inglés de cada una.

Un glosario ilustrado dirigido tanto a los nativos que sienten curiosidad por las expresiones más surrealistas de su propio idioma, como a los extranjeros en apuros frente a tan prolífica jerga. ¿Lo malo? Que sea tan corto. Te entran ganas de más.

Con dos huevos: ejemplo

¿Dónde encontrarlo? En Astiberri, Amazon.

  • ¡Que me lo expliquen!, VV.AA. (Espasa, 2012)

El libro es un resumen la sección que lleva el mismo nombre de «Las Mañanas KISS», en la que se busca el origen de expresiones cotidianas, de dichos populares y de esas palabras que se usan todos los días. Escrito con humor, vertebra su contenido en secciones según el tipo de expresión: amores y amoríos («dar calabazas», «salir del armario»), moderneces («spam», «morir con las botas puestas»), ¡Fiesta, fiesta! («Ir de cañas», «cogerse una turca»), todo por la pasta («tirar la casa por la ventana», «manejar el cotarro») y muchas más.

¿Dónde encontrarlo? En Amazon, Casa del libro, Fnac.

ETIMOLOGÍA

No es solo por capricho o por curiosidad que un traductor debe tener nociones de etimología. Como dice Castro en la reseña del primer libro que veremos a continuación, «la etimología nos ayuda a rebuscar en el baúl de los recuerdos el sentido de las palabras y las acepciones que nos pueden ayudar a resolver problemas de traducción y expresión».

Parentescos
Etimología

  • Parentescos insólitos del lenguaje, Fernando Navarro (Ediciones del Prado, 2002)

Con capítulos dedicados a cada una de las letras del abecedario, Navarro va hilando palabra tras palabra, origen tras origen, para ofrecernos unos breves artículos en los que desgrana datos de lo más suculentos, bien documentados, amenos e interesantes sobre el origen de muchas expresiones comunes en nuestro lenguaje.

¿Dónde encontrarlo? Es difícil de encontrar (yo tuve la gran suerte de que me lo regalara el mismísimo Fernando Navarro), pero he encontrado algunas pistas en Popular libros y La Central.

  • Etimologicón, Javier del Hoyo (Ariel, 2013)

Un viaje práctico y lúdico por el origen de las palabras en poco más de doscientas páginas. Coincido con lo expuesto en la reseña de La tormenta en un vaso: «Su trabajo como profesor titular de Filología Latina de la Universidad Autónoma de Madrid hace que el libro sea eminentemente didáctico sin dejar de ser lúdico. Del Hoyo agrupa las palabras en capítulos a través de las raíces grecolatinas de donde provienen, y las enlaza unas a otras en una suerte de juego discursivo».

Igual que en el libro de Navarro, «al agruparlas por la raíz, servirá como herramienta mnemotécnica para aquellos que busquen evitar tanto faltas de ortografía como tediosos manuales. Ordenadas en un índice alfabético, las palabras son igualmente localizables dentro del texto por estar resaltadas en verde».

¿Dónde encontrarlo? En Amazon, Casa del libro y Planeta de libros.

  • Palabrología, Virgilio Ortega (Planeta, 2014)

Un manual muy completo en el que el que Virgilio Ortega analiza una extensa lista de términos y nos recuerda el origen olvidado de nuestro lenguaje, demostrando así que la historia puede también conocerse gracias a la etimología de las palabras. A diferencia de los otros dos, en este se exploran los términos por ámbitos de la cultura y el saber, y no de forma alfabética.

Algunos ejemplos curiosos que podemos encontrar, y tomo aquí parte de la reseña en el ABC: ¿Sabía, por ejemplo, que la palabra ministro hace referencia a una persona con poca categoría? «El ministro es ahora una de las personas más importantes del país, pero lo cierto es que la etimología de esta palabra, del latín minister, relacionada con la palabra minus, significa «menos». Ministro, por tanto, venía a significar sirviente, un esclavo de los criados, la persona que menos sabía de todas. Fíjate qué cambio, de ser el que menos sabía de algo a ser el primero de los mandamases».

Algo similar ocurre con el término pelleja, cuyo significado también es ciertamente opuesto al sentido peyorativo que hoy se le atribuye en nuestro lenguaje y en el que suele utilizarse a modo de insulto. Como explica Ortega, la palabra pelleja venía a significar «preciosa» pues procede de pellis, que significa piel y cuyo diminutivo era pellicula, que significa pielecita, algo bonito, agradable.

¿Dónde encontrarlo? En Amazon, Casa del libro.

INSULTOS Y LENGUAJE SOEZ

A pesar del gran uso que se les da en la calle, los insultos y, en definitiva, el lenguaje soez son ámbitos de la lengua que no se han estudiado lo suficiente. Aquí van algunos de los recursos con los que he trabajado. Dejando a un lado El gran libro de los insultos de Pancracio Celdrán (La esfera de los libros, 2008), encontramos algunos manuales más que harán las delicias de los más faltones.

Insultos
Insults català

  • El libro de los insultos, Víctor de la Piedra (Océano Ambar, 2010)

Víctor de la Piedra lo aborda todo en apenas 170 páginas. Desde la esencia misma del insulto, pasando por historia del mismo (su origen, evolución y hasta la libertad de expresión), aborda los insultos más utilizados en todo el mundo y se centra, cómo no, en los de España. ¡Hasta los separa por comunidad autónoma! Además de las palabras, también explica los gestos con los que insultamos y nos explica los insultos más famosos de la historia, ya sea entre escritores, en el cine, en política y en el deporte.

No caigas en el calco y aprende a insultar como es debido.

¿Dónde coño lo encontramos? En Amazon.

  • 100 insults imprescindibles en català, Pau Vidal (Cossetània, 2014)

Como hablante del catalán, el ámbito de los insultos se vuelve aún más peliagudo. Existe una influencia enorme del castellano que al final nos hace incurrir en barbarismos innecesarios. El filólogo Pau Vidal ha reunido más de cien insultos genuinos y nos los descubre señalando el origen, el significado actual y los ámbitos de uso y, además, nos los acompaña de un «emprenyòmetre» (cabreómetro) para medir el grado de intensidad según como lo reciben los destinatarios. Un libro divertido y gamberro para aprender a insultar bien en catalán.

On coi el trobem? Amazon, Casa del libro.

  • Diccionari de renecs i paraulotes, Pere Verdaguer (El trabucaire, 1999)

Un compendio excelente de palabrotas y palabras soeces, sobre todo sexuales en catalán. Una obra imprescindible por su riqueza de léxico y abundancia de sinónimos para cada palabra.

¿Dónde comprarlo? En Amazon.

SEXO Y EROTISMO (LINGÜÍSTICOS)

Si sois lectores habituales del blog, sabréis que he dedicado varios artículos a la traducción erótica y al lenguaje sexual, una rama de estudio que está aún en paños menores. Aquí van algunos de los recursos que más interesantes me parecen.

Diccionarios de sexo y BDSM
Diccionario erótico del cómic
Eufemismos sexuales

  • Diccionario del sexo y el erotismo, Félix Rodríguez González (Alianza, 2011)

«Solo del pene y de la vagina he recopilado más de 200 sinónimos —dice Félix Rodríguez en una entrevista—. Me llaman la atención expresiones como «pantalón para sordomudos». Y otras tan plásticas como «sartén», donde se estrellan los huevos, y «frontón», donde se estrellan las pelotas». Todo un estudioso de la lengua. Sin ironía.

Un diccionario muy completo con sus más 6 200 voces que ofrece la más extensa y actualizada recopilación en torno al sexo, el erotismo y la sexualidad en nuestra lengua, tal y como aparecen en los medios de comunicación y en el habla diaria. Aparte de su significado, se examinan el origen y la evolución de las palabras y frases más significativas, así como algunos modismos formados a partir de ellas. Dada su interdisciplinariedad, el libro resultará de interés para el público general y para profesores e investigadores de muy diferentes campos relacionados con el lenguaje, como la lexicología, la lexicografía, la etimología, la semántica y la sociolingüística, y de disciplinas como la sociología y otras ciencias humanas.

¿Dónde encontrarlo? En Amazon, Casa del libro.

  • Diccionario multilingüe de BDSM, Bartomeu Domènech y Sibil·la Martí (Bellaterra, 2004)

A pesar de la interminable fuente de recursos que encontramos en Internet para temas sexuales, la red sigue siendo un ámbito donde los tecnicismos son, básicamente, anglicismos, sobre todo los relacionados con el BDSM.

Pero es difícil separar el grano de la paja y encontrar buen material de referencia. Este diccionario lo es. No solo va más allá a la hora de buscar buenas traducciones en castellano de estos términos sino que nos da una breve explicación y aporta las versiones en catalán, inglés y francés.

¿Dónde encontrarlo? En Casa del libro, Amazon.

  • Enciclopedia erótica del cómic, Luis Gasca y Román Gubern (Cátedra, 2012)

Casi 500 páginas con miembros, posturas y filias de todo tipo explicadas al detalle, con apuntes históricos y viñetas a todo color.

Como explican en este artículo: «El libro tiene dos formas de consulta, según nos comenta Gubern: «Por un lado está ordenado alfabéticamente, desde Acrofilia (placer derivado de la altura física) hasta la palabra Zoofilia que cierra el libro y no necesita explicación. Y por otra parte, al final hay un índice temático ordenado por los sentidos (vista, tacto, oído…), anatomía, ropa, ritos… creo que sería muy útil para la Academia de la Lengua Española porque hay muchos términos, la mayoría derivados del latín o el griego, que todavía no figuran en el Diccionario y que estoy convencido de que estarán en un futuro cercano. Yo no soy sexólogo —continúa Gubern— pero me rodeé de enciclopedias de sexología. Iba consultándolas y hacia resúmenes. La sexología es una ciencia poco extendida y a veces tenía que interpretar las definiciones. Pero creo que el libro  tiene bastante rigor científico y un gran valor iconográfico, erudito y cognitivo”».

¿Dónde encontrarla? En Amazon, Casa del libro.

  • Lo que nunca se aprendió en clase. Eufemismos y disfemimos en el lenguaje erótico inglés, Pedro J. Chamizo Domínguez y Francisco Sánchez Benedito (Comares, 2000)

Este volumen es distinto a los anteriores ya que explora cuestiones puramente lingüísticas. Como el mismo Sánchez explica en su blog: «El libro se divide en dos partes. La primera parte es un estudio teórico del eufemismo y del disfemismo: concepto, funciones, tipos principales, etc. La segunda parte consta de un corpus léxico que contiene una amplia muestra (más de 3 000) de los eufemismos y disfemismos usados en inglés en este campo, desde el siglo XVII hasta nuestros días, la clasificación de los mismos en lexicalizados o semilexicalizados, según conserven o hayan perdido ya su ambigüedad y la agrupación en esferas conceptuales: guerra, monta, caza, pesca, alimentos, juegos y diversiones, viajes, comercio, religión, etc., con objeto de determinar las distintas clases de imágenes mentales usadas en inglés para este tipo de lenguaje tabú».

Para mí es un libro imprescindible para todos los interesados en explorar el lenguaje erótico inglés. Sin duda, es una buena ayuda cuando nos enfrentamos a textos de este tipo.

¿Dónde encontrarlo? En Editorial Comares y Casa del libro.

ONOMATOPEYAS

Las grandes olvidadas y, sin embargo, tan útiles en cómic, en traducción audiovisual y en literaria.

Onomatopeies

  • Diccionari d’onomatopeies i altres interjeccions [ Multilingüe], Manel Riera-Eures y Margarida Sanjaume.

Una herramienta imprescindible para asesores lingüísticos, correctores, traductores, redactores y muy útil también para todos los interesados en la oralidad y lo coloquial. Es un repertorio sistemático y exhaustivo de las onomatopeyas y otras interjecciones del catalán, con indicación de variables formales y polisémicas, con definiciones y ejemplos contextualizadores, con notas de información adicional (sobre pronunciación, grafía, gesticulación asociada a la interjección, combinación de interjecciones, sentidos figurados, etc.).

Si bien el cuerpo central está en catalán, encontrareis equivalencias en inglés, español y francés, y eso es lo que considero más importante para recomendarlo. Ya sabéis, las onomatopeyas han sido siempre las más incomprendidas.

Un ejemplo:

Onomatopeies: exemple

¿Dónde encontrarlo? En Casa del Libro, Fnac.

CURIOSIDADES LINGÜÍSTICAS

A buen entendedor, pocas palabras bastan, pero curiosidades y chorradas lingüísticas nunca son suficientes, sobre todo si eres traductor.

Tingo
Compendio

  • The meaning of Tingo, Adam Jacot de Boinod (Penguin, 2005)

Si os gustan esos artículos de «Las 10 palabras que el idioma X debería importar del idioma Y» o el tan manido «10 palabras intraducibles del idioma Z», este libro os encantará. Dividido en ámbitos como el amor, la familia,  los números, los animales, etc., está escrito con guasa e ilustrado con mucha gracia.

Un ejemplo:

Tingo: ejemplo

No es de esos libros que usareis para documentaros, pero sí para saciar la típica curiosidad del traductor.

¿Y dónde está? En Amazon.

  • Compendio general e innecesario de cosas que nunca pensó que le fueran a importar, Cristina García-Tornel (Debate, 2013)

Fantástico para jugar al Trivial o concursar en la tele, eso para empezar. En un mismo libro puedes encontrar los diez animales más peligrosos, la historia del cartel de «Hollywood» (que originalmente decía Hollywoodland), quiénes fueron las primeras mujeres astronautas, la extinción del pingüino auténtico, los diez mayores fracasos del cine, teoría y práctica del beso (el más largo de la historia duró 58 horas, 35 minutos y 58 segundos), entre muchos otros.

En cuanto a lengua, recopila y explica las figuras literarias y retóricas, nos brinda un breve diccionario de palabras curiosas, aporta la etimología de algunas expresiones e incluso lo que se esconde tras el nombre de algunos objetos cotidianos, etc.

Ideal para ir leyendo a ratitos, sin seguir el orden de las páginas y dejarte sorprender.

¿Dónde encontrarlo? En Amazon, Casa del libro.

INGLÉS COLOQUIAL

Leer en inglés y ver las películas en versión original ayuda mucho, sí, pero si necesitáis un extra, aquí van algunos libritos con el inglés de la calle.

Inglés coloquial

  • El inglés de la calle (Larousse Editorial, 2012)

Este volumen se ocupa de la lengua viva, del inglés de las conversaciones cotidianas, que aparece en las películas y en la tele, que surge con frecuencia en el habla pero del que no se ocupan habitualmente las academias e incluso muchos de los diccionarios.

Recopila miles de frases y expresiones, del inglés británico y del americano, organizadas temáticamente para facilitar las búsquedas, y marca los diferentes registros (coloquial, vulgar, familiar, formal) para delimitar claramente su uso.

¿Dónde encontrarlo? En Agapea.

  • Inglés sin censura (Langenscheidt, 2011)

Librito que recoge expresiones en inglés sobre las relaciones personales, el sexo, la tecnología, el bar, etc., todo desde el prisma de la supervivencia en el país, ya sea en el Reino Unido o en Estados Unidos, puesto que marca las variantes en los términos.

Un ejemplo:

la foto 2 (13)

¿Dónde está? En Casa del libro, Fnac.

  • Word up!, Mark DC McKinnon y Almudena Sáiz García (Pons, 2009)

Un divertido diccionario (inglés-español/español-inglés) con las palabras y expresiones más útiles y curiosas de la lengua coloquial, tanto del inglés británico como del americano. Como los anteriores, incluye términos que no aparecen ni en los diccionarios convencionales ni en los libros de texto, bien porque son tabú, políticamente incorrectos o simplemente porque son de reciente creación.

Por su estructura bidireccional, es ideal también para todos los hablantes de inglés que quieran acercarse al español que se utiliza hoy en día. 100% bilingüe y con ejemplos extraídos de fuentes reales: series de tv, chats, películas, canciones y, sobre todo, de la calle.

¿Y dónde lo encuentro? En Amazon, Casa del libro.

ESPAÑOL Y CATALÁN: INTERFERENCIAS

Cuando se hablan indistintamente ambas lenguas, por muy claro que creas que lo tienes, siempre se producen mezclas. A continuación, un par de libritos con las dudas más habituales para no caer en las interferencias típicas entre estos idiomas.

la foto 1 (10)

  •  Catanyol.es. El catanyol es cura. Interferències castellà-català, Pau Vidal (Barcanova, 2012)

Una pequeña joya sobre el catanyol (català + espanyol), es decir, la mezcla incorrecta de ambos idiomas o, mejor dicho, la inclusión de una palabra castellanizada en un enunciado en catalán. El libro incluye multitud de frases reales y su debida corrección, junto con una explicación del error. Además se divide en tres secciones según lo detectable y lo grave que pueda ser el error: errores flagrantes de léxico o construcción; palabras o expresiones correctas/existentes en catalán, pero mal usadas o bien calcos de otras lenguas; casos más sutiles porque la costumbre y el elevado grado de difusión han provocado que parezcan normales.

Incluye una síntesis final de todo lo expuesto y un índice alfabético para encontrar los casos más concretos.

¿Dónde encontrarlo? En Casa del libro, Fnac.

  • Diccionari de barbarismes, Josep Ruaix i Vinyet (Claret, 2011)

Este diccionario proporciona la forma exacta de los llamados barbarismos o errores por interferencia en la lengua de procedencia y distingue entre forasterismes o extranjerismos (palabras o expresiones con fonética total o parcialmente extranjera), barbarismos propios de personas o sectores con poca competencia lingüística , barbarismos ordinarios (más o menos generalizados, más o menos inconscientes) y barbarismos discutidos o dudosos (sobre los que se da la información suficiente para que el lector se pueda formar un criterio propio). En resumen, un diccionario muy útil para depurar el lenguaje.

Lo que resulta más útil es que se puede buscar la palabra directamente y saber al momento si el término en cuestión es catalán o un barbarismo, en cuyo caso se dice cuál es el término correcto. Aporta frases de ejemplo y notas de uso.

Para que os hagáis una idea, sería una versión mucho más ampliada, mejorada y con ejemplos de algo así: Vocabulari de barbarismes.

¿Dónde encontrarlo? En Claret, Amazon.

filigranaHasta aquí esta nueva tanda de libros. Los enlaces a los sitios de compra no responden a ningún criterio en particular; obviamente existen otros puntos de venta. Simplemente son una ayuda por si decidís comprarlos.

Si sabéis de algún otro libro interesante de estas categorías o de cualquier otra, no dudéis en dejar vuestra recomendación en los comentarios.

¡Gracias por leer y hasta la próxima!

Sexo oral y escrito II. (Auto)censura

28 lunes Jul 2014

Posted by enlalunadebabel in Cine, Doblaje, Lengua española, Literatura, Traducción

≈ 5 comentarios

Etiquetas

autocensura, autocensura editorial, censura cultural, censura en el cine, censura franquista, censura literaria, chick lit, El amante de Lady Chatterley, El guardián entre el centeno, Fanny Hill, literatura erótica, pornografía, traducción erótica, vocabulario erótico

El sexo vende, pero a veces hay que suavizarlo. Eso vimos en el artículo anterior, en el que repasamos el argot sexual y sus eufemismos. En esta ocasión nos centramos en otras formas de atenuación que trascienden lo puramente lingüístico: la censura y la autocensura, y las veremos aplicadas en literatura (novelas originales y traducciones) y en el mundo audiovisual.

«La traducción de las palabrotas o del lenguaje relacionado muy a menudo depende de las circunstancias históricas y políticas, además de ser un espacio de lucha personal, de disidencia ética y moral, de controversias religiosas e ideológicas, y de una cierta autocensura», describían con acierto Bou y Pennock en un artículo de 1992 sobre la traducción de Wilt, de Tom Sharpe.

Al traducir el sexo no solo está en juego la corrección gramatical o el léxico. Además de los significados reales de las expresiones relacionadas con el sexo, hay componentes estéticos, culturales, pragmáticos e ideológicos, así como una cuestión de ética lingüística.

La eliminación o atenuación de términos sexuales —o incluso la intensificación de los mismos— en la traducción suele traicionar la actitud personal del traductor sobre el comportamiento sexual humano y su verbalización. El traductor básicamente transfiere a su reescritura el nivel de aceptabilidad o la respetabilidad que concede a ciertas palabras o frases relacionadas con el sexo. Así pues, el análisis de la traducción del lenguaje sexual puede ser un indicador de la moral sexual de los traductores.

La traducción del lenguaje relacionado con el sexo es un terreno fértil para la articulación de censuras oficiales y también de una multiplicidad de autocensuras. En el siglo XXI no hay un estado aparente de censura puesto que se traducen miles de libros todos los años y la literatura erótica o pornográfica se distribuye sin problemas —al menos de forma patente—, pero tal vez sí podamos encontrar casos de autocensura del propio traductor o del editor, que sigue una determinada línea editorial.

Pop art

1. La autocensura

Dice Santaemilia en un artículo que «las autocensuras pueden incluir todo tipo de omisión, atenuación, tergiversación, (des)ajuste del original, etc. Incluso hoy en día, y a pesar del martilleo publicitario sobre géneros tan liberados y desinhibidos como la llamada chick lit o literatura para mujeres, la sorpresa acecha en cualquier rincón».

Para ilustrarlo, toma varios ejemplos de una novela de este género. En Maggie ve la luz (2003), la traducción española de Angels (2002), de Marian Keyes, una de las reinas del chick lit, notamos la eliminación, aquí y allá, de algunas expresiones como It’d be like licking a mackerel; lick someone’s mackerel; you’re a lickarse; narky bitch; así como la eliminación de algunas referencias explícitas al lesbianismo; o de ciertos usos de fuck como intensificador.

Comenta Santaemilia que dichas eliminaciones pueden atribuirse a un cierto autocontrol por parte de la traductora, o a cierta reserva sobre las alusiones sexuales. Sin embargo, lo que no se entiende es que en ese mismo libro, la traductora española omitiera un fragmento de 1 006 palabras en que la autora hace una comparación satírica entre el desarrollo de una misa en Los Ángeles y en la Irlanda archicatólica. ¿Por qué? ¿Se puede hablar de un descuido en este caso?

«El ejercicio de la autocensura se presta a diversas interpretaciones: reservas morales o éticas, autocontrol, libre ejercicio de la manipulación del texto original, etc. En todo caso, y para referirnos a la traducción de las alusiones sexuales en la literatura, habremos de convenir que traducir –y traducir el sexo quizá más aún– constituye un ámbito muy sensible, sujeto a posibles censuras, autocensuras, prejuicios o posturas ideológicas muy definidas. La traducción interlingüística no es, en modo alguno, una actividad transparente.»

Algo parecido sucede con la traducción de El guardián entre el centeno (1978), que carece de la mayoría de sus rasgos coloquiales, tales como blasfemias o improperios relacionados con el sexo. Sirva como ejemplo este fragmento estudiado por Santaemilia en otro de sus artículos:

Fragmentos de la novela general y la traducida en una versión de 1983.

Fragmentos de la versión original y la traducida en 1983.

Sorprende que el fragmento traducido sea más corto (cuando suele ser al contrario) y que se hayan eliminado esas expresiones, que aunque no estén tan cargadas de significado como otras, le dan mucho color al texto y son un rasgo de los personajes de Salinger. ¿Sería algo consciente o inconsciente? ¿Sería autocensura por parte del traductor o tal vez una directriz editorial?

2. La censura

Más allá de las preferencias y los reparos personales encontramos la censura propiamente dicha. Antiguamente eran los tribunales eclesiásticos los que tenían competencia sobre las publicaciones eróticas y pornográficas, en algunos países hasta bien entrado el siglo XX, en colaboración con otras instituciones.

Por lo que respecta a la literatura, había muchas dificultades para publicar obras eróticas (el editor se arriesgaba a ganarse una buena multa) y en materia de traducción podemos imaginar que muchas obras tardaran en traducirse o no se tradujeran directamente.

2.1. La censura en España

Los peores años de a censura en España se deben a Arias Salgado —en su faceta de ministro de Educación y Turismo—, que compartía con Franco una auténtica obsesión por salvar a los españoles de las llamas del infierno; un periodo ominoso que duró hasta la supresión de la censura en 1977.

locked book

En nuestro país, sexo y religión aparte, tampoco gustaba que el cine y la literatura circularan en los «idiomas regionales». El doblaje obligatorio ayudaba mucho a cambiar diálogos considerados inoportunos, libertarios o pecaminosos, y esto muchas veces llevaba a la incomprensión de las relaciones entre los personajes: convertían a esposos en hermanos (Mogambo), palabras de amor desesperado en ferviente oración (Las nieves del Kilimanjaro) o al marido en padre (El ídolo de barro), entre otros ejemplos que veremos al final del presente artículo.

En cuanto a literatura, el sexo y la política eran los temas que más ocupados tenían a los censores, muchos de ellos grandes escritores como Cela que, paradójicamente, tuvo que publicar La colmena en Buenos Aires primero y en España diez años después porque los censores querían suprimir todas las alusiones sexuales. El franquismo censuró a célebres plumas como Larra, Espronceda, Galdós, Valle Inclán, Jovellanos, Machado y Blasco Ibáñez.

Veamos a continuación otros casos célebres.

2.2. Algunos libros prohibidos

En el siglo XIX se prohibió la edición y venta de obras pornográficas y eróticas en el Reino Unido. Uno de los libros más prohibidos, perseguidos y censurados de la historia es Fanny Hill: Memoirs of a Woman of Pleasure (popularmente conocida como Fanny Hill), de John Cleland. De hecho, se la considera «la primera prosa pornográfica inglesa; la primera pornografía que usa la forma de novela».

Se armó tal revuelo tras su publicación en 1748 que las autoridades se apresuraron a condenarla, pero su éxito clandestino fue enorme hasta que su edición legal fue aprobada en Reino Unido en 1970. Fanny Hill no se tradujo hasta 1976. [Si os pica la curiosidad, podéis leer algunos fragmentos aquí: http://alamordelalumbre.es.tl/Fanny-Hill,-fragmentos–k1-John-Cleland-k2-.htm]

El amante de Lady Chatterley (1950) fue otro de los grandes perseguidos. Penguin publicó esta obra de D. H. Lawrence tal cual y no gustó que hubiera tantos fuck que, aunque es un término documentado antes de 1500, los poderes establecidos consideraban impublicable. Sucedía lo mismo con la palabra cunt, palabra tabú casi por excelencia en el mundo anglosajón.

Ni que decir tiene que la publicación se agotó. Sin embargo, en cumplimiento de la Ley sobre Publicaciones Obscenas de 1959, Penguin fue llevada a juicio. Durante el juicio, la editorial usó el argumento de que los libros con valor literario no podían ser obscenos. Al final, Penguin acabó absuelta.

En Azotes y caricias (2013) explican que «en juicios posteriores contra creaciones literarias de carácter erótico se dio luz verde hasta a obras pornográficas sin ningún valor artístico. Hoy vale casi todo menos la pornografía violenta o la pedófila» y nos ofrecen un listado de obras que han acabado con prohibiciones a lo largo de los años:

  • Cándido, de Voltaire: confiscado en 1930 por la Aduana estadounidense por obscenidad.
  • Un mundo feliz, de Aldous Huxley: prohibido en Irlanda en 1932 por incluir referencias a la promiscuidad sexual.
  • El diario de Ana Frank, de Ana Frank: vetado  en los colegios de Virginia por una serie de quejas por sus «temas sexuales».
  • Lolita, de Vladimir Nabokov: prohibido en Francia, Reino Unido, Argentina, Nueva Zelanda y Sudáfrica por su presunta obscenidad. Luego se hizo famosa la edición en cuya portada la niña chupaba una piruleta.
  • Madame Bovary, de Gustave Flaubert: a pesar de ser un clásico de la literatura, acusaron al autor de ofensa a la moral pública.
  • Ulises, de James Joyce: prohibido en Gran Bretaña y Estados Unidos durante los años treinta por su contenido sexual.
  • Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll: prohibida en un instituto estadounidense por contener referencias a la masturbación y las fantasías sexuales. Y prohibido en China en 1931 por el don del habla que tenían los animales. En fin…

El autor de Azotes y caricias hace una mención especial al Opus Dei, que tiene un listado de 60 000 libros prohibidos en el que se encuentran obras como El extranjero, de Camus o Ética para Amador, de Fernando Savater.

3. La censura en el cine

La censura en el cine ha ocupado miles de páginas y ha sido tema central en multitud de obras, de modo que solo veremos algunos casos. En general, no obstante, se observa en los censores un odio especial por temas religiosos y moralmente reprobables, pero también por las cuestiones políticas que no cuadraran con la ideología franquista. Por ejemplo, en La torre de los siete jorobados (1944), los croupiers de la ruleta no podían cantar «rojo» al final de las jugadas sino «colorado». En Casablanca (1942), los censores borraron el pasado de Rick (Humphrey Bogart) como combatiente en la guerra de España y cualquier mención a sus tendencias republicanas, claro.

Pero no solo eliminaban y cambiaban, en ocasiones también añadieron, como en Ladrón de bicicletas (1948), a la que añadieron una voz en off consoladora ante el panorama desolador con el que terminaba la película:

Mogambo (1953)

El caso de la censura en Mogambo es muy especial. Como nos explican en GuionOriginal, la película «sufrió la censura franquista por la infidelidad de Grace Kelly hacia su marido. La censura no podía consentir que Clark Gable sedujese a una mujer casada, y para solucionarlo decidieron modificar el guion y por consiguiente el doblaje, haciendo creer que Donald Sinden y Grace Kelly no estaban casados, sino que eran tan solo hermanos». Me los imagino valorando la gravedad del adulterio y del incesto y decidiendo al final que hacerlos pasar por hermanos tampoco era para tanto.

Bueno, juzgadlo vosotros mismos en este fragmento:

Al parecer, les debió de gustar porque los censores volvieron a hacerlo en El ídolo de barro (1949), una película de boxeo con Kirk Douglas como protagonista. En este caso convirtieron a una pareja casada en padre e hija para tapar la infidelidad de la esposa.

Las lluvias de Ranchipur (1955)

En esta película Lana Turner, una mujer casada, se encapricha de un apuesto galán hindú, Richard Burton. En la versión original, al marido le ataca un tigre y acaba malherido. En la española, se eliminaron todas las escenas posteriores en las que sale el actor para sugerir que ella está viuda y, por tanto, no es pecaminoso su flirteo con el galán.

Arco de triunfo (1948)

En Strambotic nos explican que esta película, protagonizada por Ingrid Bergman y Charles Boyer, tuvo también su dosis de infidelidad «salvo en España, donde el doblaje censor hizo de las suyas. En una de las escenas, a Bergman le preguntan por el hombre que la acompaña, a la sazón, su amante: “¿Es su marido?”, a lo que ella niega con la cabeza mientras de sus labios sale un claro y nítido “Sí”».

La condesa descalza (1954)

El personaje central (Ava Gardner) mantiene una relación extramatrimonial porque su marido es impotente. Una vez más, el doblaje alteró las relaciones; el marido pasó a ser hermano, y así la condesa no muere a manos del marido que descubre el adulterio sino a manos de su hermano, que considera pecaminosa una relación prematrimonial

Y hasta aquí el repaso a la censura y la autocensura, temas que dan para mucho más que una mera entrada de blog. ¿Conocéis algún ejemplo más de censura o autocensura en obras literarias o audiovisuales? ¿Os habéis encontrado algún fragmento chocante o bien omisiones en algún libro?

***

Para saber más:

  • Abellán, M. L. Censura y autocensura en la producción literaria española.
  • Álvarez Lobato, Pablo. Censura sexual del cine en España: una breve historia.
  • Carvajal, María. La censura literaria.
  • Cutler, Tom; Homedes, Jofre (traductor) (2013). Azotes y caricias. Una historia irreverente del sexo. Barcelona: Random House Mondadori.
  • Duro, Miguel (coordinador) (2001). La traducción para el doblaje y la subtitulación. Madrid: Ediciones Cátedra.
  • Sánchez Vadillo, Óscar (2013). Fanny Hill, memorias de una cortesana, o de la inmortalidad de la novela erótica.
  • Santaemilia, José (ed.) (2005). The Language of Sex: Saying & Not Saying, Valencia: Universitat de València.

Sexo oral y escrito: argot, eufemismos y etimología

15 martes Jul 2014

Posted by enlalunadebabel in Etimología, Lengua española

≈ 25 comentarios

Etiquetas

argot sexual, disfemismos, etimología, eufemismos, lenguaje sexual, palabrotas, sexo, sinónimos, tabú

Cuando hablamos de tabús casi lo primero que nos viene a la cabeza es el sexo. Puede que en ningún otro campo haya tanta jerga y tantos eufemismos como en el sexo y el erotismo; tantas maneras de nombrar lo innombrable.

Es muy difícil pensar en el lenguaje sexual sin ser consciente de todas las implicaciones que existen, incluso a nivel personal. Por ejemplo, si una persona usa muy pocas palabras sexuales o las evita directamente se le tilda de puritano o mojigato, pero si las emplea en exceso es alguien malhablado, obsceno, indecente, etc. Como afirma José Santaemilia, el sexo es quizá el discurso que más nos construye como seres ideológicos.

Ya habíamos hablado en este blog de cómo maquillamos la realidad con los eufemismos en castellano y cómo edulcoramos las cosas en inglés. Habíamos tratado las cuestiones políticas, económicas y hasta las más cotidianas. Ya era hora de abordar los eufemismos en el lenguaje sexual. Y como no solo de eufemismos y sinónimos vive el hombre, veremos también la etimología de algunos de los términos sexuales más comunes. Nunca te acostarás sin saber algo más.

A vueltas con la Biblia

Si el lenguaje sexual es delicado de por sí en nuestro día a día, aún más en la Biblia, el texto sagrado por excelencia (y ya sabéis que sexo y religión no maridan bien). Hay varias anécdotas al respecto, pero hay dos que me llaman la atención en cuanto a tabús y eufemismos.

Tom Cutler (a través del traductor Jofre Homedes) explica en Azotes y caricias (2013) que el Antiguo Testamento está repleto de alusiones sexuales en general, empezando por una de sus prohibiciones más famosas, «No cometerás adulterio» (el séptimo mandamiento). Por desgracia para un impresor de la Biblia, en 1631 el error de un cajista provocó la omisión de la palabra «no», con lo que la frase pasó a ser «Cometerás adulterio». El impresor fue multado y tuvo que reducir los libros a pulpa. En 2010 se puso a la venta por 89 500 dólares uno de los pocos ejemplares restantes de lo que muchos llaman la Biblia viciosa.

Eso le pasó a un cajista y fue un error, pero se ve que a los traductores de la Biblia algunas cosas les daban cierto apuro y encontramos uno de los primeros eufemismos. En el Génesis 47, 29 se dice: «Cuando los días de Israel tocaron a su fin, llamó a su hijo José y le dijo “Si he hallado gracia a tus ojos, pon tu mano debajo de mi muslo y hazme ese favor y lealtad; no me sepultes en Egipto”».

Los traductores lo habían suavizado un poco al convertir «pene» en «muslo». En esa época existía la idea de que si alguien hacía un juramento solemne y daba falso testimonio, sus testículos corrían peligro. De hecho, aquí se podría establecer una relación más: «testamento» y «testificar», que parecen compartir raíz con «testículo». Sin embargo, en delcastellano comentan que, en realidad, la raíz es la de tres y la de stare: el testigo es la tercera persona que hay en una situación delicada.

Al final, a la Biblia tendrán que ponerle unos adhesivos como se está empezando a hacer en el caso de las novelas eróticas.

¿Advertencia o estrategia publicitaria? Tal vez lo segundo.

¿Advertencia o estrategia publicitaria? Apostaría por lo segundo.

Argot sexual, eufemismos y disfemismos

Que las palabras son poderosas no es algo que lingüistas, traductores y demás amantes de lo escrito nos saquemos de la manga para justificar nuestras pulsiones (que también). El cerebro procesa las palabrotas —incluidas las sexuales— en las zonas más primitivas, las que gestionan las emociones y el instinto. De ahí viene el automatismo de soltarlas cuando te das un golpe en el dedo con la pata de una mesa, por ejemplo. La parte del cerebro en la que residen estas palabras es el hipotálamo.

Las palabrotas sexuales poseen un gran componente emocional; todo indica que estas «guarrerías» van ligadas al deseo y pueden tener un efecto estimulante en la pareja. Unos estudios han descubierto que esas palabras tan directas se graban más en la memoria que otras que no son sexuales ni emocionales, y provocan un efecto físico no solo en quien las oye, sino en quien las dice.

No obstante, las palabras que conforman el argot sexual están mucho más connotadas y, en muchos casos, son más graciosas que sus equivalentes más explícitos. Parece que no solo hay abundancia de eufemismos (grosso modo, palabras que embellecen el referente), sino también de disfemismos (palabras que las afean, como cuando llamamos «matasanos» a un médico o «loquero» a un psicólogo), pero esto lo veremos a continuación.

Eufemismos

El lenguaje tabú

Francisco Sánchez Benedito en su artículo «Eufemismo y fraseología sexual en inglés» (en The Language of Sex: Saying and Not Saying) nos explica de maravilla qué es y cómo funciona el lenguaje tabú y los eufemismos. Nos dice que en casi todas las lenguas hay palabras obscenas que se consideran indecentes y ofensivas para la moralidad sexual aceptada. En inglés, estas obscenidades también se llaman four-letter words, porque la mayoría tienen cuatro letras: to fuck, to come, to blow, to wank, cunt, cock, etc.

Aunque el rechazo social es evidente, el lenguaje tabú cumple unas funciones sociales muy definidas:

  1. Ahuyentar los males, como en el caso de los gritos obscenos del populacho romano a los generales triunfadores. Aunque hoy está en desuso, aún oímos expresiones como «¡Qué bien juega, el hijo de puta!».
  2. Expresar una agresión, humillación o insulto: son of a bitch, fucking bastard, silly bitch, asshole, motherfucker, etc.
  3. Expresar humor, que a menudo esconde el deseo de provocar o insultar  un determinado colectivo.
  4. Expresar excitación, como en el caso del lenguaje obsceno empleado por los amantes en el acto sexual.

Claro que, como explica Sánchez Benedito, a veces el término se desgasta tanto que termina por quedar vacío de significado, como ocurre con fucking. Para traducir estos términos habrá que tener en cuenta todo esto. Para un ‘Where’s the fucking paper?’ no hace falta un «joder» o el recurrente «puto», basta con un «¿Dónde está el dichoso papel» si se quiere o bien cambiarlo de sitio, por ejemplo, con un «¿Dónde leches está el papel?». Tampoco ahondaré en esto, puesto que ya lo abordé en un artículo sobre el lenguaje soez.

Como las obscenidades básicas no son socialmente aceptables, se buscan otras palabras que no hieran los oídos de las personas decentes, los eufemismos: decir «miembro» (the male member) en lugar de «pene» o «polla» (cock, prick, dick) o «acostarse» (to sleep with) en lugar de «follar» (to fuck).

El disfemismo también oculta la obscenidad, pero resalta los aspectos más grotescos o humorísticos de la palabra tabú, como cuando decimos «estar con el tomate» en lugar de decir que nos ha bajado la regla (en inglés, to have the painters in).

Lo curioso de todo es que, probablemente, muchas obscenidades nacieron como eufemismos: cock, usado ya por Shakespeare, procede del nombre dado al grifo de un barril en forma de cuello de gallo, de modo que tal vez empezó a usarse de forma eufemística en el siglo XVII.

Puede que hasta to fuck (cuya etimología se desconoce y se usa desde el siglo XVI) naciera como eufemismo, ya que podría estar relacionado con el latín pungere («pinchar») o con el francés foutre (del latín futuere) y el alemán ficken, con el significado primario de «golpear» y el secundario de «copular».

a) El acto sexual

Entremos ya en materia. Pongamos por ejemplo el acto sexual en toda su variedad: se llama «apareamiento» en zoología, «cópula» o «coito» entre los científicos, «acostarse» en registro informal, «relaciones íntimas» en los tribunales y en el bar encontramos todo un sinfín de términos, como «joder», «follar», «tirarse a alguien», «echar un polvo», «chingar», etc.

Y las etimologías son diversas también. Caso curioso es el de «follar», documentado desde 1732 con el significado de «soltar con fuelle»; en 1800 pasó a significar «soltar una ventosidad» y a partir de principios del siglo XX ya se documenta como «practicar el coito». Puede ser un simple doblete de «hollar» («pisar», como se hace con las uvas para obtener vino. En catalán existe el término coloquial «pitjar» en el mismo sentido que el castellano actual). Por su lado, Coromines, eminencia en etimología, dice que «hollar» viene de fullare.

Bebida espirituosa de nombre chocante para los españoles. El nombre se debe al apellido del dueño.

Bebida espirituosa de nombre chocante para los españoles. El nombre se debe al apellido del dueño.

La otra posibilidad es que «follar» venga de, o al menos esté relacionada con «folgar», que equivale a «gozar», como puede leerse en este párrafo de «La Celestina»: «…o me fingiré loco, por mejor gozar deste sabroso deleyte de mis amores, como hizo aquel gran capitán Ulixes por evitar la batalla troyana y holgar con Penélope su mujer».

En cualquier caso, está muy presente en nuestro idioma, junto con muchos otros vocablos y expresiones:

Abrir la almeja Azucarar el churro Beneficiarse
Cabalgar Calzarse Cepillarse
Dar candela Darle al tema Echar un casquete
Echar un polvo Encamisar el cilindro Endiñar
Ensartar Galopar Hacer el meteysaca
Jincar Llevar al huerto Meterla en caliente
Mojar el churro Montárselo Ñaca ñaca
Pasar por la piedra Plantar el nabo Poner mirando a Cuenca
Pulir la cacerola Regar la lechuga Remover el puchero
Revolcarse Romper muelles Sacar las telarañas
Taladrar Vaciar el cargador Zumbarse

Con respecto a los tabús y eufemismos, igual que cuando se habla de terminología general, es importante tener en cuenta de qué país estamos hablando. En Latinoamérica se usan con sentido sexual palabras que aquí carecen de esa connotación («coger», «tirar», «bicho», «concha», etc.). Un ejemplo gracioso es que en México suelen llamar «blanquillos» a los huevos (de gallina) para evitar la confusión con los masculinos.

b) El pene

Seguimos con el pene, del que se conocen más de cien términos latinos como vomer (arado) o penis, que significa «cola». Curiosamente, la cabeza de este órgano se llama «glande», del latín glans, «bellota». Todo está relacionado.

En cuanto a «polla», bueno, se dice que el pene y los testículos parecen un ave (los testículos serían las alas). Entre los romanos era frecuente este tipo de representación y en La interpretación de los sueños de Freud también se habla del tema. Solo basta con comparar con el vocablo inglés cock o el eufemismo en castellano, «el pajarito», y el catalán, «el pardal» (gorrión).

Como expresión, a «pollas en vinagre» se le atribuyen 2 orígenes: puede venir de la especialidad castellana de escabechar las pollas de agua (una especie de aves zancudas) y de la costumbre romana de conservar en vinagre los brotes frescos de los espárragos (pullus en latín), según nos cuenta Héloïse Guerrier en Con dos huevos.

Ilustración de David Sánchez para la expresión en el libro «Con dos huevos».

Ilustración de David Sánchez para la expresión en el libro «Con dos huevos».

Digresión etimológica aparte, la mayoría de los términos usados para designar las partes masculinas son más duros que las femeninas. Muchas veces toman nombres de armas y herramientas; el léxico es más activo.

Anguila Asunto Badajo
Banana Bandurria Bicho
Boa Brocha Butifarra
Canario Carne en barra Chorizo
Chupachups Churra Cigala
Cimbrel Cipote Ciruelo
Cola Flauta Freno de mano
Mango Manguera Mástil
Matraca Micrófono Minga
Monstruo de un solo ojo Morcilla Músculo del amor
Nardo Pajarito Picha
Pija Pirula Pistola
Pito Polla Porra
Salchichón Sardina Señor venas
Tercera pierna Termómetro vaginal Trabuco
Trípode Trompa Tronco
Vara Verga Zambomba

c) La vagina

Cuando decimos que alguien sabe latín es por algo. En cuanto a la vagina, una vez más, encontramos que tiene raíces latinas y su significado es «vaina». Lo mismo sucede con su exterior, que tiene el mismo nombre que en latín, «vulva». Y «coño» viene de cunnus, latín otra vez.

Sin embargo, cuidado con la expresión «Dar el coñazo», porque no viene del órgano genital; deriva del latín conatus («esfuerzo», «empeño» y de ahí, «conato» también).

Ilustración de David Sánchez para la expresión en el libro «Con dos huevos».

Ilustración de David Sánchez para la expresión en el libro «Con dos huevos».

Si en el caso masculino veíamos que abundaban las expresiones bélicas, en esta ocasión encontramos flores, moluscos y muchas palabras que empiezan por «c»:

Abrefácil Almeja Baticueva
Bollo Breva Castaña
Chichi Chirla Chirri
Chocho Chumino Concha
Conejo Coño Cosa
Cueva Estuche Felpudo
Hachazo Higo Hoyo
Hucha Jaula Marisco
Mejillón Panocha Papa
Papaya Partes pudendas Pepe
Potorro Sacapuntas Seta
Sonrisa vertical Tajo Toto

d) Los pechos

La palabra «pecho» procede del latín pectus, de ahí también «pectoral». Con «busto» empiezan las rarezas puesto que proviene del latín bustum que designaba la hoguera, el lugar donde se incineraban los muertos, y la tumba, el monumento funerario. Bustum deriva del verbo burere y urere (quemar). A su vez, los monumentos funerarios solían tener como adorno un busto del difunto. Curioso, ¿verdad?

Los equivalentes en argot, ya sean eufemismos o disfemismos, son variadísimos aunque, una vez más, muchos usan referentes alimenticios.

Airbags Albaricoques Aldabas
Almohadas Amigas Balones
Berzas Bolas Bongos
Brevas Bufas Calabazas
Cántaros Carretas Cocos
Delantera Domingas Flanes
Gemelas Globos Mamas
Mamellas Manolas Melocotones
Melones Misiles Mostrador
Niñas Pechugas Peras
Perolas Piñas Ramonas
Salvavidas Sandías Sobrinas
Tetamen Tetas Ubres

e) Otras etimologías

Cuenta Tom Cutler que «orgasmo», la petite mort en francés (¡qué savoir faire tienen siempre!), como palabra tiene origen en el siglo V a.C. y aparece en un texto de Hipócrates, aunque es muy poco probable que se refiriera a lo mismo que ahora. La palabra deriva del griego orgasmos, de organ, que viene a ser el ardor animal, la excitación, cólera. Para referirse a cólera se reintrodujo en las lenguas modernas allá por el siglo XVII.

«Mastrubación» viene del latín masturbatio, que a su vez podría proceder de manus («mano») y turba («alteración», «excitación»), pero también de manus stuprare («violar con la mano») o manus turbare («excitar con la mano»).

Siguiendo con el latín, encontramos «cunnilingus», que viene de cunnus («vulva») y de lingere («lamer»). También tiene ascendencia latina «felación», que procede de fellare, literalmente «chupar».

Baile de nacionalidades

El carácter humorístico de los disfemismos y los términos tabú en general se observa sobre todo en lo que llamamos «calumnias étnicas» (ethnic slurs) que, según Sánchez Benedito, son disfemismos usados como chiste a expensas de otras nacionalidades, como a French (un francés), a Greek (un griego), basados en la supuesta predilección de los franceses por el sexo oral y los griegos por el anal.

En inglés también se observa en Irish toothache (dolor de muelas irlandés) al hablar de una erección o Irish wedding (boda irlandesa) para referirse a la masturbación, ambos basados en la negativa de los católicos irlandeses a usar métodos anticonceptivos por escrúpulos religiosos.

Un ejemplo curioso es el del tit fuck o titty fuck inglés, que en castellano llamamos «una cubana». Resulta que para Portugal, Italia, Francia, Polonia, Alemania, Austria, Suiza y Grecia, el gusto es nuestro y a esa práctica la llaman «una española». En Argentina, por otro lado, es «una turca». Y dentro del mismo inglés hay divergencias, en la variante norteamericana se le llama Dutch fuck («una holandesa») mientras que en la británica es French fuck, con lo que hay que llevar cuidado porque, en castellano, «un francés» es sexo oral.

Como último ejemplo encontramos la sífilis. El nombre «sífilis» fue creado por el poeta y cirujano veronés Girolamo Fracastoro en su poema épico latino Sýphilis sive morbus gállicus en 1530. El protagonista de la obra es un pastor llamado Sífilo. Sífilo y sus amigos desafiaron al dios griego Apolo, por lo que este los castigó con la enfermedad.

Según la Wikipedia, «las distintas denominaciones asumidas entre los siglos XV-XVI demuestran de manera inequívoca la vasta extensión de la enfermedad y el deseo de echar la culpa a los países vecinos». Así pues, en Italia se conocía como «sarna española»; en España fue «morbus gallicus» («mal francés») o «morbo gálico»; en Portugal se le llamó «mal español», igual que en los Países Bajos; en Rusia era la «enfermedad polaca»; en Turquía, la «enfermedad cristiana» y en Tahití, la «enfermedad británica».

Sea como sea, aunque la tolerancia social hacia los términos y frases de carácter sexual sea mayor actualmente, aún se observa cierto afán por evitar referirse a los órganos y actos sexuales con términos claros y directos. Seguimos echando mano a eufemismos y disfemismos que cumplen la función social de atenuar el objeto tabú.

Esto es lo que sucede en cuanto a lengua, en el próximo artículo hablaremos de literatura y sociedad: abordaremos la censura de las obras eróticas. Así pues, ¡hasta la próxima!

***

Para saber más:

  • Chamizo Domínguez, Pedro & Francisco Sánchez (2000). Lo que nunca se aprendió en clase: Eufemismos y disfemismos en el lenguaje erótico inglés, Granada: Comares.
  • Chamizo Domínguez, Pedro (2008). Tabú y lenguaje: las palabras vitandas y la censura lingüística.
  • Cutler, Tom; Homedes, Jofre (traductor) (2013). Azotes y caricias. Una historia irreverente del sexo. Barcelona: Random House Mondadori.
  • Guérrier, Héloïse; Sánchez, David (ilustrador) (2014). Con dos huevos. Bilbao: Astiberri.
  • Santaemilia, José (ed.) (2005). The Language of Sex: Saying & Not Saying, Valencia: Universitat de València.

Palabras comestibles. Lengua, gastronomía y traducción

22 martes Abr 2014

Posted by enlalunadebabel in Inglés, Lengua española, Traducción

≈ 8 comentarios

Etiquetas

alimentación, brazo de gitano, chochito, cultura, expresiones lingüísticas, food idioms, frases hechas, gastronomía, referente cultural, traducción

Llevaba tiempo dándole vueltas a la relación entre idioma y gastronomía, a la riqueza que aportan los alimentos al léxico general. Si lo pensamos, igual que se dice aquello de que los esquimales tienen cientos de términos referidos a la nieve, cada cultura se vertebra alrededor de los productos típicos o más habituales de su zona. Al final, esto acaba siendo un reflejo de la sociedad misma.

Me pregunto, por eso, qué pensarán los extranjeros que al aprender nuestro idioma descubren las siguientes delicias: chochitos, borrachos, brazos de gitano, «pets» (pedos) o tetillas de monja, huesos de santo, lenguas de gato, sobaos pasiegos, bolas de fraile (en Argentina) y hasta cojones de anticristo. Alucinarán y con razón, pero esto es harina de otro costal. chochitos

La comida es algo más que el mero sustento; influyen en ella ciertos condicionantes geográficos, políticos, religiosos y sociales. Así, si la cocina nos permite hacer la radiografía económica de un país, la gastronomía nos ofrece el más extenso abanico de sus costumbres. La comida y los alimentos desempeñan un papel muy importante en la vida cotidiana y laboral de este país y, en consecuencia, encontramos un extenso volumen de léxico (ya sea en vocablos, locuciones, comparaciones, frases hechas, etc.) relacionado con los productos alimenticios.

Solo hay que pensar en el argot sexual, donde los alimentos traspasan las fronteras de los registros e invaden el lenguaje coloquial contemporáneo. Los genitales masculinos encuentran símiles en la berenjena, la butifarra, la cebolleta, el chorizo, el churro, el haba, la longaniza, la morcilla, el nabo y el pepino (entre otros), y los femeninos en la almeja, el bacalao, el bollo, la castaña, el higo, la patata y (casi) cualquier variedad de marisco. La cuestión es llevarse algo a la boca, vaya.

Etimología

Más allá de lo soez y los nombres chistosos de los dulces, muchas son las palabras cuyos orígenes van ligados a la comida. Por ejemplo, el término «alumno» significa «el que está siendo amamantado». Una idea preciosa la de recibir nutrición intelectual. Del mismo modo, «alma mater» en relación a la Universidad nos remite a «madre nutricia».

Algo parecido ocurre con una palabra tan habitual como «compañero» que, en origen, es aquel con quien se comparte el pan. Y «hacer buenas migas» no es nada casual. Como nos dicen en Historias de la historia, «el origen del dicho está en el plato que hace unos cuantos siglos empezaron a elaborar los pastores trashumantes con dos ingredientes básicos, hambre y pan duro. Lo que ya es más complicado de saber es por qué las migas se asocian a la concordia. Hay quien sostiene que el dicho vendría a poner en valor lo laborioso de la preparación del plato, cuyo secreto de llegada a buen puerto está en el perfecto y trabajosísimo ligado y a la vez soltura de los ingredientes; quien dice que la pesadez del cortado tradicional del pan a navaja requería de un grupo bien avenido y de ahí vendría la cosa; y quien, como Nos, sostiene que el susodicho dicho se basa y cimienta en la solidaridad de grupo que se establece en el momento del condumio».

«Chorrada», que tanto usamos para referirnos a algo que consideramos una tontería o una nimiedad, es una palabra derivada del verbo «chorrar» o «chorrear», que significa en su primera acepción: «la porción de líquido que se suele echar de propina después de dar la medida». Literalmente, una «chorreada» extra, gratis, que solía darse a los clientes que compraban leche aceite, vino o licores a granel. Es de suponer que al ser gratis, los tenderos no fueran muy generosos con la cantidad de producto y es por eso que ha derivado en esta acepción, la más habitual hoy en día.

E incluso hay términos muy coloquiales como «papear» que tienen validación filológica ya que, en este caso, proviene de pappare, vocablo en latín que significa «comer». ¿Sorprendidos?

Traducción y referencias cruzadas

Lengua y gastronomía van muy ligadas y por eso es normal que las referencias puedan cambiar de un idioma a otro. Como avanzábamos antes, en cada país hay productos específicos o más consumidos que otros y esto tiene su reflejo en la lengua.

A. Referentes coincidentes:

A menudo encontramos expresiones equivalentes, o idénticas, en distintos idiomas porque el producto en sí está muy extendido, así como su particularidad o la forma en la que se encuentra. Por ejemplo, por la forma habitual de envasado es muy frecuente lo de «estar como sardinas en lata» y esta imagen también tiene una contrapartida en francés: être serrés comme des sardines en boîte y en inglés: packed in like sardines.

También sucede en el caso de «sacar las castañas del fuego» y los equivalentes tirer les marrons du feu y to pull the chestnuts out of the fire. Este dicho suele ser común en varios idiomas porque apareció por primera vez en una fábula conocida (en teoría) por todo el mundo: El mono y el gato, de Jean de La Fontaine (1621-1695).

En dicha fábula, los dos animales decidían echar la tarde asando castañas en el fuego. Cuando llegó el momento de retirarlas, el mono —que no quería quemarse— empezó a alabar al gato y a hablar de lo valiente y bien plantado que era. El minino, que al cabo de un rato ya tenía el ego tan hinchado que debía de sentirse invencible, no dudó en meterse en el fuego para sacar las castañas y presumir delante del mono. Lo malo fue que estuvo a punto de no contarlo.

B. Sustitución del referente:

Por las diferencias en la alimentación de los habitantes de los diferentes países (principalmente), existen expresiones muy parecidas cuyo referente se transforma en otro. En España, por ejemplo, las cosas se venden como rosquillas o como churros (si no, atentos a los chiringuitos frente a las discotecas de madrugada); en Argentina se venden «como pan caliente», algo parecido al francés se vendre comme des petits pains, y en inglés they sell like hot cakes. Entre platos anda la metáfora, vamos.

Seguimos con el dulce. En castellano hablamos de la «guinda del pastel», pero esta guinda cambia a cereza en francés (de acuerdo, no es tan alejado) con la cerise sur le gâteau y en algo más distinto en inglés, the icing on the cake, tal vez porque sus postres llevan más glaseado (solo hay que fijarse en los famosos fondants de las tartas en estos programas que tan de moda están).

Si nos apetece algo más salado, fijémonos en to bring home the bacon/cheese que es nuestro «llevar el pan a casa» (también earn your bread), «ganarse las lentejas/habichuelas», o «guanyar-se les garrofes», las algarrobas en catalán.

Y aunque todo esto parezca una banalidad, no lo es cuando el riesgo de meter la pata es alto. ¿Ejemplo? El patinazo de los de Ikea en este cartel, un piece of cake que ha acabó plasmado con total literalidad en lugar de un «es pan comido» si se quería jugar con el tema de la comida, un «está chupado» o «es facilísimo».

Para pastel, la traducción de este cartel de Ikea.

Para pastel, la traducción de este cartel de Ikea.

C. Cambio integral:

Sin embargo, en ocasiones el referente desaparece por completo y lo que unos relacionan con comida, otros lo relacionan con cualquier otra cosa. Es el caso, por ejemplo, de take things with a pinch/grain of salt que equivale a nuestro «coger las cosas con pinzas» o «poner algo en cuarentena».

También sucede con it’s not my cup of tea que sería un «no es santo de mi devoción». ¿No os parece muy revelador de la cultura de ambos países? La devoción por el té de los ingleses con el fervor religioso que aún permanece —aunque sea en el idioma— en nuestro país. Tema religioso que, por cierto, trataremos también en este blog.

Algunos ejemplos más

Si os habéis quedado con hambre, aquí van algunos ejemplos comparados de expresiones en inglés y en castellano, con su correspondiente versión descargable: Food idioms Food idioms 1Food idioms 2Food idioms 3Food idioms 4

Si os ha gustado este recopilatorio en inglés, os recomiendo la colección de artículos sobre expresiones en francés del blog Chocolate and Zucchini.

En definitiva, y anécdotas aparte, es curioso ver el peso que tiene la comida y la gastronomía, no solo en la cultura sino también en el idioma.

***

Fuentes y enlaces de interés:

  • Food idioms: http://www.inglesnaturalmente.com/food-idioms-cakes-and-sweets/
  • La comida nacional en la lengua española:  http://hispanismo.cervantes.es/documentos/sazonov.pdf
  • Los filólogos: http://losfilologos.com/portal/index.php/linguistica/654-el-curioso-origen-de-esos-nombres-no-tan-propios
  • ¡Que me lo expliquen! El porqué de los dichos (y más cosas) desde que el mundo es mundo. Marta Ferrer y Salvador Pulido. Editorial Espasa, 2012.

¡K viene el SMS!

11 martes Mar 2014

Posted by enlalunadebabel in Lengua española

≈ 11 comentarios

Etiquetas

empobrecimiento del lenguaje, lenguaje de chat, lenguaje de Internet, libro de texto, ortografía, sms

Un fantasma recorre el mundo. Es el fantasma del lenguaje SMS que viene a arrebatarnos la cultura. El coco, el hombre del saco que nos va a despojar de nuestra facilidad de palabra.

¿Exagerado? Pues eso parecen pensar muchos últimamente, sobre todo en redes sociales, donde esta imagen ha corrido como la pólvora:

Fragmento del libro de texto de la editorial Barcanova

Fragmento del libro de texto de la editorial Barcanova

Tal ha sido el fenómeno de estampida (esa facilidad pasmosa para seguir la corriente, escandalizarse y criticar), que se ha convertido en noticia. En La Voz de Galicia lo recogían la semana pasada: desde el llamamiento indignado de un padre de una alumna de quinto de primaria a la opinión de los responsables de Barcanova, la editorial del libro.

Al padre le extrañaba sobremanera que se enseñara el lenguaje SMS en la escuela y que fuera materia de examen (puedo llegar a entender su sorpresa, no lo niego). Por su parte, la editorial argumentaba que la lección se incluye en la unidad dedicada a las abreviaturas con lo cual es una materia bien contextualizada.

Francamente, no entiendo la polémica. Estamos hablando de un contenido que se despacha en una sola clase y lo sé con conocimiento de causa porque llevo diez años compaginando la traducción con la docencia. Por esta hora de clase, hay muchísimas más a lo largo del trimestre y del curso entero que se dedican al fomento de la escritura y a la enseñanza de la ortografía.

Los que se echan las manos a la cabeza por este libro de texto, ¿se han fijado en el resto de contenidos? O, seamos sinceros, ¿les inculcan a sus hijos el gusto por la lectura? Y algo más, ¿escriben bien ellos mismos? Porque, paradójicamente, a muchos de los que tuitearon este fragmento les iría bien un repaso ortográfico: sms_paradoja En este sentido, coincido plenamente con la opinión de la lingüista Maria Pia Pozzato de la Universidad De Bolonia recogida en un artículo de El País: «Si existe un problema, es el empobrecimiento cultural, que no está vinculado a los medios de comunicación: si la política se simplifica, si se rebajan las inversiones en la escuela, si la sociedad viene orientada hacia un consumo de bienes que no prevé formas de consumo cultural, luego no es pensable culpar a los SMS si la gente ya no piensa».

Y sin embargo no hace falta ir tan lejos: el gran problema se da cuando se componen textos que deben ser más elaborados con la redacción y la ortografía de un SMS. ¿Qué hay de malo en explicar esta realidad en clase, en especificar que solo es aceptable en este contexto y que para otras tipologías textuales hay que guardar las formas?

Enseño las abreviaturas en mis clases de inglés y muchas veces he hablado del lenguaje de chat y del móvil. Creo que eso solo puede ir en beneficio del estudiante, sobre todo cuando lo más posible es que en un correo electrónico en inglés se encuentre un FYI (for your information = para tu información), ASAP (as soon as possible = cuanto antes) e incluso, si hay familiaridad, un XOXO (besos y abrazos) a modo de despedida. [Cuántas risillas he tenido que oír al hacerles leer una carta en un libro de texto en inglés con el XOXO de marras, igual que al enseñarles «put on»].

La ortografía en la escuela

La ortografía se trabaja en la escuela, y mucho, ya sea de forma directa (con el estudio y aprendizaje de las reglas) o indirecta (con la corrección de sus redacciones y trabajos). Para entenderlo algo mejor, le pedí a una profesora de primaria y buena amiga, Nuria Domínguez, que explicara con sus palabras qué se enseña en el aula y cómo ve ella el aprendizaje de la ortografía:

«La palabra ortografía, cuyo significado viene a decir «escritura correcta», es el conjunto de normas de escritura de cualquier lengua. Se podría decir también que esta palabra ha sido una de las más odiadas por cualquier estudiante a punto de pasar un examen de lengua. Y digo ha sido, porque actualmente parece que la ortografía ha dejado de tener importancia para todos ellos.

¿Por qué? ¿Es que en las escuelas ya no se enseña ortografía? Pues la verdad es que sí, y se le da bastante importancia. Escribir de forma coherente y cohesionada un discurso es tan importante como hacerlo sin faltas de ortografía. Pero parece que los estudiantes no opinan lo mismo.

Casi desde que un alumno aprende a escribir, se le va corrigiendo para que aprenda la escritura correcta de las palabras. Es una corrección relajada y sin presiones, ya que lo más importante es que no se dejen las letras que suenan. Con el paso por primaria, un alumno aprenderá casi todas las normas básicas de ortografía, se copiarán estas normas, se pondrán en práctica en el aula y, finalmente, se evaluarán en un examen.

Pero ahí no termina todo. La ortografía no se usa solamente para aprobar un examen, también se utiliza en cualquier producción escrita que un alumno entregue. Por lo tanto, la ortografía se trabajo tanto fuera como dentro de su entorno natural; esto es por secciones o englobada en un texto.

Los cursos siguen pasando y las normas de ortografía se siguen repitiendo. En el instituto y en la universidad utilizan las mismas normas de ortografía que en primaria; allí no las cambian para fastidiar. Sin embargo, después de más de diez años de «machaque» ortográfico, siguen perpetrando auténticas barbaridades con la ortografía, pobre desgraciada.

Muchos padres pensarán que en la escuela no se da importancia a la ortografía, o que no se es bastante duro. (Todos sabemos aquello de  «La letra con sangre entra», pero «a mi niño que no lo toquen»). Sin embargo, ¿se han parado alguna vez a pensar qué hacen sus hijos e hijas por las tardes o los fines de semana? ¿Leen un libro? ¿Escriben un diario? No. La mayoría se pasa las horas libres enchufados a máquinas tritura cerebros…

Para tener una buena ortografía no basta con aprenderse las normas, hay que ponerlas en práctica. Y, para hacer eso, la escuela no es suficiente. Hay que leer más, hay que escribir más, hay que leer y escribir con los hijos, sobrinos, nietos… vamos, ¡que hay que hacer un pequeño esfuerzo! Y dejar de fiarse del corrector de Word…».

Igual que se exponía en el famoso fragmento, la ortografía también se explica de muchas maneras y con algunos trucos. ¿Recordáis los siguientes? (entre otros)

  1. Se escribe «b», si le sigue cualquier consonante (blanco, obvio, bravo, obstruir, brazo, abjurar).
  2. Se escribe con «b», si es un verbo en pasado terminado en –aba, –abas, –ábáis, –aban, –ábamos (cantaba, bailaba, fastidiabas).
  3. Delante de «p» y de «b» siempre se escribe «m» [nunca «n»] (campo, ampliar, cambio).
  4. Solo se escribe «rr» si suena fuerte y va entre vocales (carro, cerro, corría).
  5. Se escriben con «ll» todas las palabras acabadas en –illo, –illa, –illos, –illas (amarillo, mesilla, chiquilla).
  6. Para saber si una palabra termina en «z» o en «d», busca su plural aparecerá la letra (o su sonido) (nuez, nueces; red, redes).
  7. Empiezan por «h» todas las palabras que empiezan por –hie o por –hue (huevo,  hielo, hierro). [Unas quince palabras solamente]

En definitiva, no hay que escandalizarse por una cuestión lingüística, anecdótica pero real, reflejo de los cambios que suceden en la lengua y en la sociedad. En la escuela se les deja claro que eso sirve solo en un contexto determinado. No hay que extrapolar.

text-message-cartoon
text language
100423_sant_jordi_sms_nenes_libro

El lenguaje SMS y de Internet 

Un momento. ¿Pero esto es nuevo y propio de las nuevas tecnologías? Resulta que no. El catedrático de Filolología Catalana Juan Martí i Castell nos lo cuenta: «Es curioso que nadie se haya percatado de que los SMS son sistemas que, mutatis mutandis, existen desde que existe la escritura. Todas las lenguas románicas, desde que muestran documentación escrita, manifiestan soluciones económicas parecidas a las de los SMS. ¿De dónde, si no, proceden las abreviaturas reconocidas ya por las academias: D. (don), Sr. (señor), Dr. (doctor), etc. (etcétera), f. (femenino)…? ¿Qué es la taquigrafía que usaban los periodistas, si no el aprovechamiento de la realidad significativa de los elementos de las lenguas para una mayor economía en su escritura? En suma, si algo no son los SMS son revolucionarios: es un sistema tan antiguo como la escritura misma».

Sin embargo, está claro que la polémica viene por la deconstrucción del lenguaje y por los errores ortográficos deliberados que este propone. Algo que, por ejemplo, no suele pasar en el lenguaje SMS en inglés.

Lo que sucede es que la escritura está adoptando los rasgos propios de la oralidad: inmediatez, aceptación del error (anacoluto en la lengua oral), predominio de la síntesis y de la simplificación, e inclusión de los aspectos afectivos (entonación en la oralidad, emoticones en la escritura).

Paolo Leonardi, profesor de Filosofía del Lenguaje de la Universidad de Bolonia explica: «Las nuevas tecnologías han conquistado un espacio nuevo que antes la escritura no tenía: el de la informalidad. Se trata de una escritura contextual, una extensión de nuestra competencia lingüística, que entra mucho más en la cotidianidad y que, como la lengua hablada, se convierte en algo de usar y tirar».

Pero que no cunda el pánico. De todos modos, lo que antes se abreviaba hasta el extremo por condensarlo todo en un SMS y ahorrar dinero, ahora tampoco pasa tanto con aplicaciones como Whatsapp o Line. Se sigue abreviando, sí, pero dudo que se reduzca el mensaje hasta la última expresión, así como que esto llegue a la calle. Bueno, siempre hay excepciones:


Los SMS y su traducción

El lenguaje de chat y de SMS va muy ligado a los mecanismos de abreviación de un idioma, con lo cual las palabras variarán muchísimo y más al traducirlas. Y no hace falta ir muy lejos tampoco. Este lenguaje también contiene ciertos regionalismos; las palabras y sus modificaciones pueden variar entre comunidades autónomas y entre los diferentes países de habla hispana, así que aún más distinto será todo en otro idioma.

Cada lengua escoge qué abrevia y cómo. Es decir, abreviamos de forma parecida un pq/pk/xq (porque) en castellano y un bc (because) en inglés; pero tal vez el h8 (hate) inglés no tenga una correspondencia abreviada en castellano.

¿Quieres saber más de este lenguaje en castellano? No te pierdas el diccionario de SMS. ¿Y en inglés? Aquí tenéis un cuadro bastante completito:

Text messaging

Y ahora que caigo, también es curioso que en el fragmento del libro de texto recojan también muy típico de las redes y los mensajes: los palabros en inglés españolizado como jelou, japibirdei, sorri y plis.

En resumen, no hay que alarmarse. El lenguaje chat y SMS no va a acabar con nuestro idioma. Hay que tener en cuenta muchos más factores (desidia, pereza, poca lectura, entre otros) y ser consciente de cuándo se usan estas abreviaturas. Como decimos siempre los traductores: el contexto es fundamental.

Y a todo esto, ¿a ti qué te parece?

***

Para saber más:

  • SMS: L GRN DBT!, de J. A. Millán.
  • El lenguaje, las lenguas e Internet, de David Crystal.
  • The joy of txt, artículo en Spotlight sobre David Crystal y sus estudios del lenguaje SMS.
  • El lenguaje digital en los SMS.
  • La comprensión del lenguaje del chat, de Cajsa Plaza.

Hazte así, tienes un malapropismo

11 martes Feb 2014

Posted by enlalunadebabel in Errores, Humor, Lengua española

≈ 13 comentarios

Etiquetas

errores lingüísticos, inculteces, lapsus, lapsus linguae, malapropismo, rebuznancia, spoonerismo, traducción

«Lo vemos cada día y lo de esta familia de empresarios no es ninguna excepción. Durante un tiempo nadaron en la ambulancia, pero ahora se han declarado disolventes y no tienen donde caerse muertos. Y el pobre abuelo, el fundador de la empresa, que tiene más años que Jerusalén y se dejó la piel en el pellejo para montar el chiringuito, se ve sin un duro. Normal que los trabajadores estén hechos unos obeliscos y los pongan a parir de un burro, con todas las nóminas que les deben».

¿Hay algo que os chirríe? Normal, el texto esta plagado de malapropismos. En realidad, nadamos en la abundancia, nos declaramos insolventes, tenemos más años que Matusalén, nos dejamos la piel (o nos ponemos en el pellejo de otra persona), estamos hechos unos basiliscos y ponemos a parir (o a caer de un burro) a los demás.

Algunos ejemplos en la portada del libro «Inculteces», de Toni Garrido y Xosé Castro

Espera un momento. ¿Mala… qué? ¡Eso tú!

Llamamos «malapropismo» (término recogido en diccionarios especializados en materias lingüísticas, pero no en los generales) a la deformación o el empleo equivocado de una palabra por su similitud semántica y fonética con otra. Normalmente se dan en las personas generalmente poco instruidas, aunque no siempre, y muchas veces es un fenómeno buscado para hacer gracia. Dependiendo de un caso u otro, estos errores pueden deberse a:

  • la ultracorrección («ostentóreo» en vez de «ostentoso» o «estentóreo»; «bacalado» en lugar de «bacalao»);
  • la etimología popular, muchas veces errores muy arraigados («balandronada» por «baladronada», «antena paranoica» por «antena parabólica» o «rintintín» en lugar de «retintín»;
  • una alolalia (afasia consistente en pronunciar una palabra por otra), si es un hecho recurrente;
  • otras causas: desconocimiento, prisas, etc. («estar entre la espalda y la pared», «rascarse las vestiduras»). ¡Soy muy fan de estas combinaciones en particular!

Lo único que tienen en común es que en todos los casos provocan efectos cómicos, ya sea a propósito o sin querer. En este último caso es cuando más gracia hacen, claro.

El término proviene de la señora Malaprop, un personaje de la comedia The Rivals escrita por el inglés Richard Brinsley Sheridan. El autor sacó el nombre del francés «Mal à propos» (hablar mal a propósito). La mujer retiene vagos recuerdos de palabras oídas a personas de clase elevada y por aparentar distinción las reutiliza, confundiéndolas con otras en base a su similitud. Este personaje adquirió tanta notoriedad que dio origen a la voz malapropism. 

Claro está, este lapsus léxico ya existía con anterioridad y el lexicólogo Bolinger lo define de esta manera: «Crudely stated, this has to do with a sign whose meaning is known but whose verbal form has been forgotten». Así pues, el análisis de este fenómeno (especialmente en obras literarias) se basará en el reconocimiento de una ausencia léxica y del mecanismo de asociación mental por el cual se ha producido una sustitución errónea por parte del emisor con el objetivo de dar continuidad a su discurso.

Qué dramatismo, por favor. ¿Y no será «se emborrona»?

Sin embargo, a pesar del hombrecito y la descripción pomposa, los malapropismos están a la orden del día y aparecen en el momento más insospechado. Seguramente el mejor ejemplo de esto (y el que conoceréis) es la metedura de pata de Sofía Mazagatos cuando dijo: «Me gustan los toreros que están en el candelabro», o bien la de Carmen Sevilla al reconocer: «Soy mayor, pero no tanto como para ser del Parque Jurídico» e incluso cuando Norma Duval exclamó: «Estoy que no salgo de mi apoteosis».

Sin embargo no hay que ir muy lejos para encontrar ejemplos de malapropismos. De hecho, una persona de mi entorno más cercano (cuyo nombre me reservo para respetar su intimidad) hace un tiempo me dijo que estuvo en Bilbao, que visitó el «Julengueim» y que «entre pito y Valdemoro» se dejó una fortuna en las vacaciones. No es viuda, pero ha «sustraído» matrimonio dos veces. Y aunque a su edad se conserva bien, quiere hacer ejercicios «abominables» para fortalecer los «muslos» del estómago.

Claro que el efecto gracioso puede no serlo tanto cuando se usa un término peliagudo, como el niño que entró a clase tarde y al preguntarle la profesora de dónde vení­a, soltó: «Nada, que he ido con mi hermano al pederasta» (en vez de al pediatra). O la hermana de un amigo que, a los diez años, entró al comedor con un mechero en la mano y anunció: «Mira, mamá, soy ninfómana» (pirómana, claro).

Tampoco hay que pasarse con las condenas

Calvo de cultivo

En general los términos médicos, técnicos y científicos son una mina para los malapropistas, básicamente porque suelen ser más extraños o más difíciles de pronunciar.

¿Quién no ha oído alguna vez estas palabrejas?

  • Cólico frenético
  • Gomitó la comida, porque se mareó en el avión (típico en niños pequeños)
  • Padecer diabetes les obliga a inyectarse ursulina (las monjas deben de obrar milagros)
  • Tiene un eslince de tobillo
  • Le hicieron una retumbancia magnífica (si te mueves mucho ahí dentro…)
  • La aspirina fluorescente va bien contra el dolor de cabeza (y es más fácil de encontrar por la noche)
  • Me recetó Paracetamol en cláusulas
  • Se toma Denubil en pollas (corramos un tupido velo)
  • Consume asteroides en el gimnasio para estar más cachas
  • Me dieron un jarabe expectante (normal, tienes grandes expectativas al tomarlo)
  • Me he quedado sin agua exagerada (si la quieres en cantidades industriales, seguro)

Hace unos años se publicó Anécdotas de farmacéuticos (Styria) en el que se recogían varios ejemplos de confusiones al pedir productos varios: en lugar de profilácticos, filatélicos, o mejor aún, profiteroles; pedir piedra Gómez y no piedra pómez o confundir locutorio y colutorio, delirio y colirio, pasta centrífuga y pasta dentífrica, o suero psicológico y suero fisiológico. Hay para todos los gustos.

Al fin y al cabo es normal que con tanta jerga uno se pierda, como sucede en la famosa historia del hombre que fue a la consulta de su médico de cabecera por un problema de fertilidad.

Hernia fiscal es lo que tenemos los autónomos cada cierto tiempo

Mezclando «churros con meninas»

Decía al principio que me encantan las mezclas de dichos y refranes, así que veremos algunos de los que se suelen oír más, aunque la inventiva de la gente no tiene límites. Parece que nos gusta esto de fabricar expresiones nuevas.

Julio Somoano recoge los siguientes en su libro Deslenguados:

  • González ha puesto el toro sobre la mesa (híbrido entre «poner el asunto sobre la mesa» y «coger el toro por los cuernos»)
  • Por aquel entonces me lo creía todo a pies puntillas («creerse todo a pies juntillas» e «ir de puntillas»)
  • Con los políticos todo se queda en agua de borrascas («borrasca» y «en agua de borrajas»)
  • ¡Desde luego! Que te haga pasar esto a ti, que te dejas la piel en el pellejo («dejarse la piel en algo» y «dejarse el pellejo»)
  • Es que lo veo y se me ponen los pelos de gallina («poner la piel de gallina» y «poner los pelos de punta»)

Algunas de estas combinaciones pueden parecer demasiado rebuscadas, pero seguro que estas las hemos oído más a menudo:

  • A ella le gusta el té. Yo, sin en cambio, prefiero café (mezcla de «sin embargo» y «en cambio»)
  • No sé en qué anda metido, ni falta que me importa
 (combinación de «ni me importa» y «ni falta que me hace»)

Spoonerismos

De un modo similar existen los llamados spoonerismos, errores lingüísticos basados en un cambio accidental o intencionado de sonidos parecidos, de una permutación de letras o sílabas (no palabras enteras), que da como resultado un texto cómico. Muchas veces la frontera entre el spoonerismo y el malapropismo es algo borrosa. 

El término se acuñó en honor a William Archibald Spooner, un clérigo anglicano, que al parecer hacía cruces inintencionados de palabras que resultaban la mar de cómicos. Su metedura de pata más célebre ocurrió cuando debía presentar a la reina victoria como «nuestra querida reina madre» (our dear old queen) y al final habló de «nuestro extravagante y viejo decano» (our queer old dean).

Spoonerismo

En inglés, lengua en la que este juego lingüístico es muy apreciado, es fácil encontrar multitud de ejemplos de spoonerismo. Uno muy conocido es este de Groucho Marx: Time wounds all heels (el tiempo envuelve todos los talones) en vez de Time heals all wounds (el tiempo cura todas las heridas).

Algunos ejemplos en castellano:

  • Salir el culo por la tirata (el tiro por la culata)
  • Que no panda el cúnico (que no cunda el pánico)
  • Corramos un estúpido velo (tupido velo)
  • Blancanita y los siete enanieves.
  • Que la traba se me lengua (que la lengua se me traba)
  • No todo el monte es orgasmo (contrarrefrán de «No todo el monte es orégano»)
  • Son japonudos estos cojoneses (son cojonudos estos japoneses)

Estrategias de traducción

Tanto los malapropismos como los spoonerismos están tan ligados a la fonética, tan arraigados a la palabra, que la estrategia que debemos seguir cuando nos enfrentamos a un original así es la de recrear. De nada sirve la literalidad en frases como:

  • He is the very pineapple of politeness (the pinnacle)
  • Having one wife is called monotony (monogamy)
  • My sister has extra-century perception (extrasensory)
  • He had to use a fire distinguisher (extinguisher)

En este caso habrá que analizar el contexto, la intención y el énfasis para decantarnos por una expresión u otra. Lo más seguro es que no haya nada parecido en nuestro idioma y tengamos que reescribir la frase con algo creíble.

John D. Sanderson, en su artículo Hacia una tipología del malapropismo shakespeareano y sus estrategias de traducción, explica que el proceso traductor habría de empezar por la adecuada identificación del lapsus léxico original antes de emprender la búsqueda de un equivalente en el nuevo contexto. El traductor debe apreciar las características fonéticas de los sonidos empleados por el autor; no se trata sólo de palabras con contenido semántico, sino que a menudo la forma fónica de las mismas resulta significativa.

Una vez localizados todos los malapropismos del texto origen y determinada su casuística, la adopción de una determinada estrategia traductora dará como resultado una mayor o menor caracterización del personaje dependiendo de la recurrencia de este tipo de lapsus en el texto meta.

Siguiendo con el tema de este lapsus en literatura, Offord realizó un estudio sobre la traducción del malapropismo shakespeareano al francés con la que obtuvo una catalogación de seis estrategias traductoras que, aunque van en la línea de lo de siempre, pueden ser útiles:

  • no tener en cuenta el juego de palabras;
  • priorizar el significado superficial;
  • priorizar el significado subyacente;
  • incluir los dos significados (sin producir un juego de palabras);
  • crear un juego de palabras distinto.

Por supuesto, y como siempre, todo dependerá del contexto.

¿Ortografiado equivale a autografiado con el orto?

En definitiva, usadlos si quereis, ¡pero que no valga la rebuznancia!

***

Para saber más:

  • Deslenguados. Julio Somoano. Temas de hoy.
  • Inculteces. Toni Garrido y Xosé Castro. Planeta.
  • Sobre los límites de la fraseología. Dichos y locuciones pragmático-conversacionales de carácter burlesco en español. Lucía Luque Nadal.
  • Hacia una tipología del malapropismo shakespeareano y sus estrategias de traducción. John D. Sanderson.
  • Malapropisms and spoonerisms. En el blog Three bites of a cherry.
  • La hormona de su zapato. Artículo de El Correo. 

Lo que esconde un nombre

14 martes Ene 2014

Posted by enlalunadebabel in Humor, Lengua española

≈ 14 comentarios

Etiquetas

Angelina Jolie, Dolly, epónimos, Gürtel, Malaya, nombres, operaciones policiales, taxonomía

«Tu nombre me sabe a hierba», cantaba Serrat, que conocía el poder evocador que tienen los nombres. Las palabras designan ideas y realidades, pero muchas veces nos olvidamos de la fuerza que puede llegar a tener un nombre determinado.

Y sí, os lo digo por experiencia, como poseedora de un nombre curioso y difícil de escribir, no lo niego. ¿Cuántas veces he tenido que repetir el nombre, deletrearlo y corregirlo a lo largo de estos años? Más de las que puedo contar. Las mismas veces que me han preguntado si soy árabe (vale, tendría un pase ya que Scheherezade es la princesa de los cuentos de Las mil y una noches), alemana (bueno, digamos que les confunde ese «sch» inicial típico de Schwarzenegger, Schwarzkopf o Schlecker) o vasca (esto ya no lo entiendo; imagino que será porque hay muchas consonantes).

Sin embargo, una cosa está clara: la gente tiene mucha inventiva (y mala leche a partes iguales). He perdido la cuenta también de las variaciones que sufre mi nombre: Sere, Shere, Schere («tijeras» en alemán), Cher, Cereales (los niños son muy crueles), Aserejé (sí, por la canción) e incluso Serenade (también por la canción, esta vez de Dover). La cosa es variar.

Hasta Google me vacila.

Hasta Google me vacila.

Por eso hoy quiero hablar de los nombres y su importancia, con lo que repasaremos algunos nombres literarios, los de las operaciones policiales, los de los insectos e incluso de las marcas comerciales.

La importancia de los nombres

Los nombres no solo designan sino que muchas veces también están connotados, de modo que hay que llevar cuidado a la hora de crear una obra o de traducirla, en cuyo caso habría que estudiar si se cambian los nombres para respetar el sentido, por ejemplo.

Un caso claro lo encontramos en la saga Harry Potter. Solo hay que pensar en personajes como Draco Malfoy (“mal foi” significa «mala fe» o «de mala fe» (que no es de fiar, vamos) en francés y su madre, Narcissa, que se llamó así por el mito griego de Narciso, personaje que se enamoraba de sí mismo, y que le va al pelo porque es muy vanidosa. Cómo no, también se ve más o menos claro en Severus Snape, cuyo nombre de pila viene de «severe», que significa «severo» o «estricto» y en Remus Lupin, donde “lupin” deriva del latín «lupus» que significa «lobo» y el nombre de pila viene de Remo, personaje de la mitología antigua al que amamantó una loba precisamente.

Lo vemos con Albus Dumbledore, “albus” en referencia a la blancura, la pureza y sabiduría, y “dumbledore”, que es una especie de abejorro. Según Rowling, como al personaje le gustaba la música, se lo imaginaba en su despacho tarareando de un lado para otro.

También sucede con los nombres de lugares, como Diagon Alley (juego de palabras con “alley” y su trazado en diagonal) y Knockturn Alley, que en voz alta suena a «nocturnamente» y en un largo etcétera de nombres más que se conservaron tal cual en la traducción. Imagino que trasvasar todas las referencias hubiera sido un esfuerzo tiránico y de reescritura, me atrevería a decir.

Sin embargo, Laura Escorihuela, la traductora al catalán de los primeros cuatro libros, sí cambió algunos nombres para tratar de conservar el sentido o los juegos de palabras. Por ejemplo, algunos personajes secundarios fueron modificados con rimas porque, según ella, causaban más gracia en el lector que las aliteraciones del inglés. Hacerlo con los principales hubiera sido más problemático:

Nícanor Gryffindor (en lugar de Godric)
Sírpentin Slytherin (en lugar de Salazar)
Mari Pau Ravenclaw (en lugar de Rowena)

Los apellidos de los fundadores, que son los nombres de las casas, los dejó igual por su importancia en la historia (y porque al principio no cayó en hacerlo y luego fue demasiado tarde), pero creyó que los nombres tampoco tenían tanta relevancia y decidió cambiarlos para causar más efecto en el lector de la traducción.

¿Qué os parece la solución? ¿Traduciríais los nombres porque al ser literatura infantil/juvenil es mejor facilitar la comprensión y asegurarse de que el joven lector tiene las mismas sensaciones que el inglés? ¿O preferís no tocar nombres propios? Es un buen debate, sin duda.

Por otro lado, también hay que fijarse en la simbología de los nombres. En un artículo del blog Literautas nos explican, por ejemplo, que en la película Lucía y el sexo  existe un simbolismo importante con los elementos de la luz, el sol y la luna: sus personajes principales se llaman Luna, Lucía (luz) y Lorenzo (nombre coloquial para el sol en castellano). Los tres nombres inciden en la idea principal y funcionan como un todo.

Por último, me viene a la cabeza el capítulo de Los Simpson en el que se explica cómo le pusieron el nombre a Bart. Su padre, Homer, se decantaba por Bart porque a todos los demás nombres les encontraba rimas dudosas de las que los niños podrían reírse en el colegio. Lo que no pensó —y de ahí la gracia del fragmento— es que Bart rima con “fart”, «pedo» (además, hay quien dice que también juegan con las letras de “brat”, «mocoso», «malcriado»). En la versión doblada, y si no se tienen conocimientos de inglés, esta gracia pasa totalmente desapercibida. Supongo que es una pérdida inevitable. Un ejemplo más de que los nombres importan y mucho.

Una operación… ingeniosa

Y ya que hablamos de nombres y de humor, hay que abordar los nombres de las operaciones policiales de este país. En España, la Guardia Civil y la Policía ponen nombre a las operaciones desde 1990. Hasta entonces, las actuaciones se bautizaban con el número de diligencia judicial (1233/90, por ejemplo). Ahora son resultado de juegos de palabras, traducciones no tan simples al inglés o al alemán o una combinación de ideas originales.

No estaría de más una investigación.

No estaría de más una investigación.

Se dice que la gran mayoría de las veces se opta por dar nombres dependiendo de la zona geográfica: «Operación Poniente», la trama de corrupción de El Ejido; la «operación Cala», caso Rocío Wanninkof; o la «operación Temple», nombre del hotel de León donde se detuvo a unos narcotraficantes. Y hablando de droga, el mar también suele ser fuente de inspiración en muchas ocasiones, con operaciones como la «boquerón», «pulpo», «delfín», «garfio» o «grumete».

A veces el nombre viene por las aficiones o los apodos de las víctimas o los verdugos, como sucedió con la «operación Mazas» en la que estaba implicado un culturista. También se las nombra por la jerga de dichos detenidos. Incluso, si todo falla, se recurre al santoral. Para los días en los que no hay inspiración, los agentes de delitos telemáticos de la Guardia Civil recurren al santoral católico por orden alfabético.

No obstante, no existe un código estándar para darles nombre a las operaciones y todo depende del investigador de turno, que echa mano de inventiva, se fija en un detalle, un giro o un significado determinado. En algunos casos, incluso, son los jefes de prensa los que dan la idea, para «vender» mejor el tema a los medios de comunicación.

Veamos algunas operaciones y el origen del nombre:

  • Operación Abanico: se detuvo a uno de los miembros del cuarteto de música Locomía, famosos por actuar con unos abanicos enormes.
  • Operación Anca: Al jefe de la banda en cuestión le apodaban «El Rana».
  • Operación Chuleta, en la que cayó una red que se dedicaba a filtrar respuestas de los exámenes de conducir.
  • Operación Galgo, una operación contra el dopaje en el deporte de élite realizada en España. La mayoría de los responsables de la trama eran atletas y ya se sabe que el galgo es el perro que corre más deprisa. ¡Conexión realizada con éxito!
  • Operación Grillo: «Eres más negro que el sobaco de un grillo» es una expresión popular española. Aunque en las operaciones evitan usar nombres que aludan a etnias, sexo o religión, este apunta a la raza negra de uno de los integrantes de la banda.
  • Operación Gürtel. El principal acusado se llama Francisco Correa. Un policía que participó en el caso en los primeros momentos, y que había estado becado en Alemania, relacionó los términos «correa» y «cinturón», y tradujo este último al alemán.
  • Operación Malaya. Aunque alguna tesis apunta a que el nombre se debe a la mezcla de las ciudades de Málaga y Marbella, parece ser que fue bautizada así porque la tortura malaya es aquella a la que se somete a gente que no confiesa ni con agua hirviendo, porque son resistentes como una «roca» (apellido del principal acusado).
  • Operación Pokémon. Los responsables de la operación, y concretamente un miembro de Vigilancia Aduanera, escogieron el nombre por el elevado número de imputados; ¿casi tantos como pokémon hay? Solo el tiempo lo dirá.
  • Operación Sudoku, que terminó con la detención de ciudadanos orientales que pirateaban copias de DVD y falsificaban bolsos. Suponemos que tanto nombre y apellido asiático les sonaba a chino.

Como la inventiva tiene un límite, propongo que a la trama de chinos que venden latas de cerveza en la calle la llamen Operación Mahou Tse Tung. ¿Cuela?

¡Hazte con todos!

¡Hazte con todos!

¿Qué nombre le ponemos a ese bicho?

Los policías no son los únicos que gozan de un buen sentido del humor; los científicos e investigadores también son muy ingeniosos cuando le ponen nombre a las nuevas especies.

A veces, recurren a juegos de palabras en latín o latinizadas, como el palíndromo de un escarabajo de México: Orizabus subaziro. En otras ocasiones pretenden escandalizar, como con la polilla Catocala elocata, cuya segunda parte significa «prostituta».

No obstante, muchas veces usan nombres de personajes famosos, ya sean reales o de ficción. Fernando Navarro ha escrito varios artículos sobre esto en el blog Laboratorio del Lenguaje que no tienen desperdicio. Por ejemplo, nos cuenta que en 1983, «los entomólogos estadounidenses Arnold Menke y David Vincent decidieron bautizar tres nuevas especies de avispas del género Polemistus con el nombre de sendos personajes de la saga interestelar: P. chewbacca (por el peludo tibocha del planeta Kashyyk, inseparable compañero de Han Solo), P. vaderi (por Darth Vader, figura destacada del Lado Oscuro) y P. yoda (por el más grande maestro Jedi de la historia galáctica)».

El cine y la literatura tienen mucho peso, de ahí que también haya varios géneros de avispas con nombres de resonancias tolkienianas: Balrogia, Beornia, Bofuria, Bomburia, Balinia,Oinia, Gollumiella, Smeagolia, Legolasia y Nazgulia.

Pero la música ofrece también un gran abanico de posibilidades. Bueno, la música y el sexo. Si no, que se lo pregunten a los investigadores del Instituto Roslin de Edimburgo, que decidieron llamar Dolly a la primera oveja clónica obtenida por transferencia nuclear de células somáticas extraídas de las glándulas mamarias de una oveja adulta. ¿Y a qué Dolly se referían? Pues a Dolly Parton, cantante country famosa por sus generosos atributos.

Pero no es un fenómeno aislado ni del pasado. Cristina García-Tornel recoge estos (y muchos otros) en su libro:

  • Gnathia marleyi (parásito marino), en honor a Bob Marley.
  • Mercurana (rana arbórea) por Freddie Mercury.
  • Otocinclus batmani (pez gato) por Batman.
  • Arthurdactylus conandoylensis (pterosaurio brasileño) por Arthur Conan Doyle.
  • Scaptia beyonceae (tábano) por Beyoncé, claro.
  • Aegrotocaellus jaggeri (trilobites) por Mick Jagger ¿y su movimiento sensual?
  • Aptostichus angelinajolieae (araña) por Angelina Jolie. ¿Una indirecta?
  • Agra katewinsletae (escarabajo) por Kate Winslet. No sé si me haría gracia que me pusieran el nombre de un escarabajo (y menos aún si es pelotero).

Ahí donde les vemos, con su bata blanca y sus gafitas, los científicos no son tan serios como quieren que creamos. La taxonomía también puede ser divertida.

¿Sabrá Angelina que le han puesto su nombre a una araña peluda?

Bic cristal escribe normal…

Los nombres de las cosas también tienen significado en muchas ocasiones, sobre todo cuando se trata de epónimos, como es el caso del bolígrafo. En la península y en algunos países de Latinoamérica se le llama así por «bola» y «grafía», pero en Argentina, Paraguay y Uruguay hablan de «birome», que se acerca más al “biro” inglés. Este nombre hace referencia a su inventor, el húngaro Ladislas Josef Biro.

Pero ya que hablamos del boli, lo gracioso es la procedencia de la marca Bic. Ocho años después de su creación, la patente fue adquirida por el francés Marcel Bich, quien registró el bolígrafo con el nombre de Bic, y no Bich, para evitar que el mundo de habla inglesa lo asociara con la palabra “bitch” («zorra», «puta», «guarra»… Ya me entendéis, vaya).

En definitiva, que no hay que subestimar nunca el «sabor» de un nombre, como bien decía nuestro amigo Serrat al principio del artículo.

***

Para saber más:

  • Compendio general e innecesario de cosas que nunca pensó que le fueran a importar, de Cristina García-Tornel. Editorial Destino. Imprescindible si os gustan las curiosidades del mundo que nos rodea (no solamente lingüísticas). Se puede comprar aquí.
  • Artículos del Laboratorio del Lenguaje: http://medicablogs.diariomedico.com/laboratorio/2010/01/20/el-fabuloso-circo-de-los-nombres-cientificos-ii/, http://medicablogs.diariomedico.com/laboratorio/2013/03/26/el-genero-gaga/.
  • Cómo elegir un nombre para tus personajes. Blog de Literautas. http://www.literautas.com/es/blog/post-333/como-elegir-el-nombre-para-tus-personajes/.
  • El origen de los nombres en Harry Potter: http://www.theninemuses.net/hp/4.html.
  • Laura Escorihuela habla de algunas de sus decisiones al traducir Harry Potter (en catalán): http://www.harrypottercat.cat/forums/errors-de-xavier-pamies-vers-a-la-laura-escorihuela-en-hp5-t22-45.html y http://www.upf.edu/alumni/actualitat/profunditat_escorihuela.html.
← Entradas anteriores
Entradas recientes →

Entradas recientes

  • Cómo plantear una subida de tarifas
  • End of the year… when you’re a freelancer
  • Lo que dio de sí el #CongresoASATI
  • Ecos del X Curso de Traducción Médica
  • ¡Extra! ¡Extra! ¿Cómo se traduce un cómic?

Archivos

Tweets

  • @lauratraduccion Tengo la escena en bucle. Qué maravilla. 😂 1 hour ago
  • Por favor, ved esto. 😂😂😂 twitter.com/mutsuda/status… 1 hour ago
  • @MarinaBorras Cero dudas. 1 hour ago
  • @LPerdiguero Correos arriba y abajo, tareas tediosas e interminables, plazos imposibles, llevo sentada desde las 9… twitter.com/i/web/status/1… 16 hours ago
  • @LPerdiguero No te lo creerás, pero venía a tuitear algo parecido. 16 hours ago
Follow @Scheherezade_SL

Traducción

  • Algo más que traducir
  • De traducciones y otras rarezas
  • El arte de traducir
  • El blog de Mar Traducciones
  • El taller del traductor
  • El traductor en la sombra
  • La paradoja de Chomsky
  • Localización y testeo con Curri
  • No disparen al traductor
  • Nobody is perfect
  • Traducirco
  • TraducThor, la fuerza de las palabras

Categorías

Meta

  • Registro
  • Acceder
  • Feed de entradas
  • Feed de comentarios
  • WordPress.com

Temas y conceptos

calcos castellano cómic cómo ser traductor autónomo diccionarios doblaje empezar a traducir emprender errores inglés lengua literatura productividad recursos subtitulación TAV traducción traducción audiovisual traducción editorial traducción erótica traducción literaria traductor traductor autónomo traductor novel traductor principiante

Enter your email address to follow this blog and receive notifications of new posts by email.

Únete a otros 122.732 suscriptores
Follow En la luna de Babel on WordPress.com

Estadísticas

  • 2.020.318 lunáticos

Las 1001 traducciones

Las 1001 traducciones
Top 25 Language Professional Blogs 2016
Top 25 Language Facebook Pages 2016
Top 25 Language Twitterers 2016

Entradas y Páginas Populares

  • Sexo oral y escrito: argot, eufemismos y etimología
  • ¿Tradu... qué? ¿Qué es traducir?
  • Traducción editorial (I). La relación traductor-editor y cómo empezar en traducción editorial
  • La puntuación inglesa y española. Similitudes y diferencias
  • Maquillaje lingüístico: los eufemismos
  • Cómo plantear una subida de tarifas
  • Sobre la autora
  • Pinceladas de lengua: las onomatopeyas y las voces de los animales
  • Cómo encontrar tu primer encargo de traducción y no desfallecer en el intento
  • La caja de herramientas del traductor: recursos lexicográficos

Blog de WordPress.com.

  • Seguir Siguiendo
    • En la luna de Babel
    • Únete a 1.909 seguidores más
    • ¿Ya tienes una cuenta de WordPress.com? Accede ahora.
    • En la luna de Babel
    • Personalizar
    • Seguir Siguiendo
    • Regístrate
    • Acceder
    • Denunciar este contenido
    • Ver sitio web en el Lector
    • Gestionar las suscripciones
    • Contraer esta barra
 

Cargando comentarios...