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En la luna de Babel

~ Blog sobre lenguas y traducción

En la luna de Babel

Publicaciones de la categoría: Aprendizaje

Acabo de terminar el grado. ¿Y ahora qué? (XIX)

20 lunes Ene 2020

Posted by enlalunadebabel in Aprendizaje, Testimonios, Traducción, Vida traductoril

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abrirse camino, cómo empiezo a traducir, cómo ser traductor autónomo, después de graduarme, después de TEI, encontrar trabajo, traductor novel, traductor principiante

Con esta primera entrada de 2020 despedimos la serie de artículos de recién graduados o, por lo menos, su publicación regular. Como sabéis, el blog siempre está abierto a colaboraciones si queréis hablar de vuestra experiencia o dar vuestras opiniones.

En esta ocasión, Enya Fernández y Celia M. Duro nos cuentan brevemente su vida después del grado.

ENYA FERNÁNDEZ

He de decir que cuento con muy poca experiencia porque me gradué en 2018. A pesar de esto, cuando terminé tercero de carrera, hice unas prácticas extracurriculares de traducción técnica en una compañía danesa dedicada a la fabricación, venta, instalación y mantenimiento de aerogeneradores. Cuando terminé las prácticas, decidieron contratarme y estuve durante un año y medio aproximadamente trabajando con ellos como traductora en plantilla. Esta experiencia me sirvió, además de para conocer los entresijos de la traducción técnica, para darme cuenta de que no quiero trabajar en plantilla, ya no solo por el tema de las tarifas sino por la poca independencia que tienes: estás ceñida a horarios, tienes que desplazarte, etc. Por esto, he decidido hacerme autónoma.

Actualmente me encuentro lidiando con los «problemas» del principiante: encontrar clientes, pasar pruebas de traducción, conseguir encargos en agencias, etc. En definitiva, estoy intentando hacerme un hueco en el mercado.

*Podéis escribirle un correo. Y si queréis conocerla un poco más, participó en una charla #TFTRAD con Trágora: https://www.tragoraformacion.com/traduccion-agroalimentaria/.

CELIA M. DURO

Cuando terminé la carrera y tuve que plantearme qué hacer, el máster ya no era una opción porque me había quedado una asignatura para septiembre y no iba a conseguir entrar en el que quería. Tampoco me veía preparada para empezar a buscar clientes y darme de alta como autónoma, así que me quedaba la opción de trabajar por cuenta ajena.

Ni siquiera había presentado el TFG cuando, por casualidades de la vida, encontré una beca para una agencia de comunicación en la que pedían redactar un post. Me animé pensando que no iba a llegar a ninguna parte y porque siempre me ha gustado escribir.

Era una especie de concurso en el que el premio era un contrato de 6 meses y así fue cómo empecé a trabajar en el mundo de la comunicación. Estos primeros meses, seguidos de un contrato de otros 6 más, me ayudaron a ampliar mis servicios y a especializarme casi sin quererlo. Aprendí a redactar contenido web y el famoso copywriting, a saber qué es el SEO, a programar y a gestionar redes sociales y, por supuesto, a traducir y localizar páginas web. Después de esa experiencia pude empezar otras prácticas en una agencia de traducción que se especializa en marketing y localización web y creo que, gracias a la casualidad de aquel concurso, he ido definiendo mi carrera poco a poco.

Mi consejo a los que acaban de terminar la carrera es que no se cierren ninguna puerta, que el mundo de la traducción es mucho más amplio que traducir siendo autónomo o en una agencia de traducción y que nunca se sabe cómo te puede ayudar una experiencia distinta en el futuro. También les diría que no pasa nada por no empezar traduciendo desde el principio. Poco a poco, con paciencia, llegará.

*Su perfil de LinkedIn es este: https://www.linkedin.com/in/celia-martinez-duro/.

***

Como sabéis, a lo largo de toda esta serie he querido dar mi opinión o comentar algo sobre los testimonios que me parecía importante. Hoy me voy a detener en esta frase de Celia: «No pasa nada por no empezar traduciendo desde el principio». No digo que sea un caso generalizado porque, por lo que veo en los estudiantes que he tenido en prácticas, los recién graduados trabajan en varias cosas: desde hacer de canguro a poner copas pasando por impartir clases particulares.

Por favor, que esto se os quede grabado a fuego: no es ninguna derrota no empezar a traducir al acabar el grado. En serio. Cualquier cosa que hagáis os dará experiencia y será un colchoncito para ir buscando clientes con relativa tranquilidad. Que no os dé miedo aceptar un trabajo a media jornada con contrato, por ejemplo, porque se puede compatibilizar con la traducción autónoma. Yo empecé a impartir clases de inglés poco antes de terminar la carrera (con contrato) y las traducciones llegaron un poco después (como autónoma también). Ambas actividades pueden hacerse de forma legal y no son incompatibles. Eso sí, tienes menos tiempo para traducir, pero poco a poco. Calma. Es normal querer ver los frutos del grado después de esos años de inversión, pero todo llega; que no os dé apuro ir haciendo otra cosa hasta que empezáis a traducir.

No avanzo gran cosa porque estoy preparando un artículo sobre el tema, pero no os lancéis a hacer lo que hace todo el mundo porque es «lo que toca». No os sintáis mal si no habéis hecho un Erasmus como fulanito; no tenéis por qué hacer un máster como menganita si no os apetece; no os comparéis con nadie, por favor. Cada uno se labra su camino como puede según sus circunstancias. En un momento importante de cambio como es el paso de la Universidad al mundo laboral, sentaos, pensad qué queréis hacer e id a por ello. Hay trabajo y muchos caminos para conseguirlo, pero no tengáis prisa. Tiempo al tiempo.

Y hasta aquí la serie y la entrada de hoy. Encontraréis todas las demás entradas tecleando «testimonios» en el buscador del blog. Como siempre, tenéis los comentarios y mi correo para lo que necesitéis. ¡Feliz semana!

Un puñado de primeras veces

13 miércoles Nov 2019

Posted by enlalunadebabel in Aprendizaje, català, Cuestiones laborales, interpretación, Traducción, traducción literaria, Vida traductoril

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cómo preparar una interpretación, conocer a una autora, intérprete por un día, salir de la zona de confort, traducció al català, traducir libros

Una de las cosas que más me gusta de esta profesión es que siempre aprendes cosas nuevas y, normalmente, salen encargos y proyectos que te empujan a salir de tu zona de confort.

Cada traducción es distinta a la anterior; un mismo día puedes estar traduciendo sobre un niño y su amigo imaginario, sobre medidas contra el acoso escolar y sobre una empresa de alquiler de coches. No digo que no haya trabajos más rutinarios o más aburridos, hay de todo, pero en la variedad está el gusto y en este oficio suele darse en abundancia.

Sin embargo, estos últimos días he salido de la burbuja a lo grande. Para poneros en situación, empecé a colaborar con la editorial Mai Més hace unos meses con la traducción al catalán de Trail of Lightning, El rastre del llamp, de Rebecca Roanhorse, una novela distópica con protagonista femenina muy cañera y trasfondo navajo muy interesante. ¡Y ganadora del premio Locus, por si fuera poco!

Para mí, esta fue mi primera incursión en el género fantástico, por el que siempre he tenido bastante respeto. Los lectores son muy exigentes (como debe ser, por otro lado), no había tocado ciencia ficción desde mi adolescencia y no había leído a grandes como Sanderson o Pratchett (shame on me!). Aun así, me informé sobre el libro, me gustó y vi que no pertenecía a ninguna saga ya empezada. Recalco esto porque llegar a una saga a medias es complicado; debes empaparte bien del mundo creado en el libro, el estilo y la terminología propia.

Disfruté mucho con esta historia (os la recomiendo si sabéis catalán y, si no, creo que se han adquirido ya los derechos para traducirla al castellano), el libro quedó de diez y también por primera vez mi nombre apareció en una cubierta.

Pero lo que me empujó a salir de la burbuja de mi despacho fue hacer de intérprete para la autora en su visita a Barcelona. Los editores de Mai Més, más majos que las pesetas, me pidieron si podía echarles una mano aunque no fuera intérprete. Necesitaban interpretación para la presentación de la autora a varios periodistas y blogueras y, posteriormente, para el encuentro con lectores en la librería Gigamesh, templo friqui por excelencia.

Presentación de Rebecca a la prensa en la librería Gigamesh
este pasado viernes.

No sabéis los nervios que me entraron. Si me leéis por redes, sabéis que siempre he alabado el trabajo de los intérpretes, lo respeto muchísimo y me parece realmente encomiable. Solo había hecho un par de interpretaciones para empresas y de eso hacía muchos años. Además, siempre digo que tengo poca memoria y, claro, no dejaba de imaginarme ahí delante de la gente boquiabierta y con la mente en blanco.

Así pues, me preparé la tarea como si fuera un examen, de algún modo lo era. Lo mejor fue que gran parte de esa documentación ya estaba hecha. Cuando traduzco un libro suelo apuntar las directrices que sigo para que puedan ayudar después a la correctora y la editora. Apunto las dificultades o las curiosidades terminológicas y algunas cuestiones más para entender mejor el contexto. En este caso, me había hecho también un glosario porque en la novela aparecen muchos términos en navajo.

Fragmento de los apuntes que me fueron de perlas también para interpretar.

Llegó el viernes, la prueba de fuego después de tanto tiempo sin desempolvar mis herramientas de interpretación, y la experiencia fue muy grata. Además, por primera vez (¡otra primera vez!) conocía a una autora a la que había traducido y me hizo mucha ilusión. Debo decir que en este caso, muchos asistentes sabían inglés, lo que supuso una ventaja.

Ayer volvimos a reunirnos para que los lectores conocieran a Roanhorse y pudieran preguntarle lo que quisieran. En este caso me encargaba no solo de la interpretación, sino también de hacerle las preguntas y de servir de enlace con los asistentes. Esta vez iba bastante más tranquila porque ya había tenido contacto con la tarea la semana anterior, había practicado la toma de notas, conocía a la autora y, sobre todo, su acento y su forma de hablar. También me había leído entrevistas anteriores, con lo que tenía una idea aproximada de los temas que podían salir.

Encuentro de Rebecca Roanhorse con los lectores en la librería Gigamesh.

Me sentí muy cómoda y creo que eso al final se nota. No soy intérprete profesional (siempre he separado bastante traducción de interpretación), pero creo que al final conseguí transmitir bien su mensaje. Y, por supuesto, me alegro de haberme atrevido a salir de mi zona de confort.

En definitiva, con preparación y sin subestimar ningún encargo, si nos vemos capacitados va bien de vez en cuando salir de nuestra burbujita y lanzarnos a probar más primeras veces. Puede que nos guste tanto que no se quede en esa primera vez.

***

Reseñas:

  • Reseña del libro en El Biblionauta
  • Reseña en Café de Tinta
  • Reseña en A través de otro espejo
  • Reseña en El Kraken
  • Reseñas y mitología en Miss Spoiler

Fuentes de información sobre la cultura de los navajo:

  • Navajo Word of the Day
  • Navajo Times
  • Historia y glosario de los navajo

Acabo de terminar el grado. ¿Y ahora qué? (XIV) Brice Fajardo

07 lunes Oct 2019

Posted by enlalunadebabel in Aprendizaje, localización, Testimonios, Traducción, Traducción de videojuegos, Vida traductoril

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El principio de mi carrera profesional como traductor especializado en videojuegos estuvo marcado principalmente por dos características: métodos que algunos podrían calificar como poco ortodoxos y suerte… mucha suerte.

Para empezar, se me podría considerar un intruso de la profesión ya que mi formación universitaria fue de psicología y no de traducción e interpretación, pero las circunstancias me llevaron hasta donde me encuentro actualmente. Y el elemento desencadenante fue la traducción como fan de un videojuego llamado Subnautica.

Al tiempo que realizaba mis estudios universitarios y, posteriormente, de máster, estuve dedicado a su traducción durante su desarrollo como el miembro más activo de la comunidad española y su administrador. Poco después de su lanzamiento, vi la luz del mismo modo que House tiene la revelación sobre el auténtico problema de sus pacientes y vi un futuro profesional donde antes no había nada.

Así comencé a formarme e informarme sobre la profesión especializada en el ámbito de los videojuegos. Las casualidades me llevaron a un curso online que me llevaría después hasta un curso presencial impartido por grandes profesionales de todos los ámbitos del sector. Eso por un lado.

Por el otro, dedicaba varias horas por semana para estudiar y analizar posibles fuentes de trabajo, estuviesen o no en mi especialidad. Grupos de Facebook, páginas web, foros, redes sociales… Todos los recursos valían para métodos de búsqueda activa (buscar activamente ofertas y oportunidades de traducción) y pasiva (establecer un sistema de notificaciones donde fuera posible para ver nuevas ofertas disponibles).

No voy a negar una realidad, más de una vez encontraba una pared en cada esquina. ¿Frustrante? Quizás. Alguna vez sentía que mis esfuerzos eran en vano, pero era algo que duraba apenas veinte minutos. Después reanudaba mi búsqueda. Otras (concretamente la primera), preguntabas de pasada y la siguiente pregunta que recibías era «¿Cuáles son tus tarifas?». Ay… la tarifa. Esa gran desconocida. No voy a extenderme en este asunto porque daría para una historia larga, así que me limitaré a decir que el desconocimiento me llevó a empezar con una tarifa baja… MUY baja. Puede que fuera un error, pero investigando y PREGUNTANDO fui aprendiendo y la tarifa fue aumentando y ajustándose a las necesidades de cada proyecto.

Además, dice el dicho que «quien la sigue, la consigue», y doy fe de ello. El esfuerzo y la perseverancia, por poco que parezcan funcionar, terminan dando sus frutos. La búsqueda pasiva dio como resultado la prueba para un proyecto de traducción, fuera de mi especialidad, para la que requerían marketing (de lo que tampoco tenía ni tengo formación) y de la que salí seleccionado. Fueron más de 90K palabras y fue uno de mis primeros proyectos.

La búsqueda activa, a la par que la más frustrante, es la que después resultaba más gratificante cuando daba resultados. Pero ¿a qué me refiero con búsqueda activa? Para describirlo de forma genérica, hay que buscar posibles clientes que estén desarrollando su producto y que pueda tener posibilidades de localización. Pero no solo eso. Hay que estudiar la viabilidad del producto, la propia empresa, buscar los métodos de contacto disponibles y sopesar cuál es el mejor acercamiento para cada situación, de modo que nos escuchen.

Sin embargo, puede que este método poco ortodoxo no pueda ser generalizado. No siempre sabemos qué producto o proyecto puede estar formándose entre las sombras porque no hay forma de verlo. En el campo de los videojuegos, esto resulta bastante transparente, pero en otros quizás no tanto.

Por eso no hay que tener miedo y hay que preguntar a otros profesionales que ya lleven tiempo asentados. Pero no me refiero a «¿Me podrías dar trabajo?» o «¿Qué tengo que hacer?». A veces puede ser tan sencillo como preguntar por sus comienzos para conseguir referencias. Ellos han pasado también por la casilla de salida y pueden ver en nosotros la dedicación que tenemos. No nos darán el trabajo ni nos allanarán el camino solo por nuestra cara bonita, pero pueden enseñarnos una POSIBLE dirección. El resto dependerá de nosotros.

Y por frustrante que pueda ser que el 90 % de las veces no contesten a nuestros mensajes y que el 9,9 % restante sean callejones sin salida, siempre queda un 0,1 % que llegará buen puerto. Yo me he estrellado, he podido no conseguir nada tras horas o días luchando, pero al final, siempre surge la oportunidad.

Y nunca hay que dejar de aprender, sea por nuestra cuenta o de los demás profesionales, porque, aunque parezca que no, están muy dispuestos a tendernos la mano para orientarnos.

Estudia el campo en el que quieres especializarte (si es que hay uno), identifica a los profesionales adecuados para aprender de ellos (pero sin ahogarles), no dejes de aprender y formarte por tu cuenta, acepta los fracasos y aprende de ellos, celebra tus éxitos, enfréntate a pruebas de traducción tantas veces como haga falta y, lo más importante, no te ahogues en un vaso de agua, usa ese tiempo para seguir avanzando o preparando el terreno por el que quieres pisar.

Sinceramente, creo que me he dispersado un poco, así que si queréis hacerme alguna pregunta en particular, no dudéis en contactarme.

*Encontraréis a Brice en Twitter y en LinkedIn.

***

Poco puedo añadir a este testimonio. Brice nos demuestra que es posible reorientar tu futuro profesional para hacer algo que realmente te llene. Que con formación, tesón y llamando a las puertas adecuadas, es muy factible.

Remarca la importancia de relacionarse y de pedir ayuda a los más experimentados, pero sin pedir trabajo directamente, sino orientación; esa mano amiga que nos pueda echar un cable. No subestimemos nunca el factor humano, porque, por suerte, somos un gremio muy solidario en general.

Acabo de terminar el grado. ¿Y ahora qué? (IX) Carmen María González

15 lunes Jul 2019

Posted by enlalunadebabel in Aprendizaje, Testimonios, Traducción, Vida traductoril

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empezar en traducción, mentorías en traducción, traductor principiante, traductora novel

Esta semana contamos con el testimonio de Carmen María González Morales, egresada de la Universidad de Córdoba, que ha hecho de todo un poco y tiene muchas ideas que darnos. Le cedemos la palabra.

Me llamo Carmen María, tengo casi 25 años y, aunque actualmente vivo en Salamanca, soy cordobesa de los pies a la «cabesa». Mi pasión por los idiomas, la comunicación y las relaciones interculturales, desde que tenía 12 años, me condujo directamente al mundo de la traducción. Así fue como en 2012 entré en el Grado de Traducción e Interpretación de la Universidad de Córdoba y, cuatro años después, me embarqué en un Máster de Traducción y Mediación Intercultural en la Universidad de Salamanca.

En este máster, tuve la oportunidad de realizar unas prácticas como gestora de proyectos para la revista de la universidad y, a pesar de todo el agobio y problemas que tuve que solventar, descubrí que me apasionaba el trabajo. Las tareas de organización, la negociación con los clientes, la resolución de problemas en el equipo, la gestión de terminología y los plazos de entrega ajustados me hacían sentir muy realizada, a la par que me obligaban a aprender constantemente. Fue entonces cuando decidí especializarme en Gestión de Proyectos con un curso a distancia en Cálamo y Cran.

Antes de terminar la universidad, empecé a buscar trabajo a la misma vez que estudiaba, ya que para mí era muy importante tener una primera toma de contacto con el mundo real antes de salir al mercado laboral. Me postulé a todas las ofertas que encontraba interesantes y realicé varias entrevistas fructíferas, pero las condiciones que me ofrecían no se adaptaban a mis necesidades. Siempre recibía la misma respuesta: «Nos gusta tu perfil, pero no tienes experiencia. Podemos ofrecerte un contrato de prácticas». ¿Estaba dispuesta a trabajar 8 h al día durante 6 meses o 1 año sin poder llegar a fin de mes? En ese punto de mi vida, necesitaba un trabajo y conseguir experiencia, pero también ser independiente y, aunque eran ofertas tentadoras, decidí no aferrarme a opciones que no me llenaban.

Tras mes y medio recibiendo respuestas desalentadoras, me di cuenta de que me había estancado y que tenía que replantearme la situación. Fue entonces cuando surgió en mi cabeza la idea de ser autónoma. Si había conseguido que varias empresas se fijaran en mi CV, ¿por qué no lo iban a hacer también mis potenciales clientes? Así fue como dos semanas después de terminar la universidad, conseguí mi primer proyecto. Ya han transcurrido casi dos años desde aquel momento y, a día de hoy, sigo trabajando como traductora y gestora de proyectos autónoma. Aún me queda mucho camino por recorrer y muchos sueños por cumplir, pero, a pesar de todos los momentos malos que han venido y que vendrán, ahora tengo una seguridad en mí misma que nunca antes había tenido.

Basándome en mi breve, pero intensa experiencia, me gustaría dejaros los consejos que más habría valorado cuando empecé:

Lo más importante desde mi punto de vista es que tengáis claro a qué queréis dedicaros. Aunque parezca una tontería, conozco a muchas personas que no consiguen encontrar un trabajo en el que se sientan realizadas y valoradas. Si no lo tenéis claro, no pasa nada, a veces hay que probar diferentes opciones hasta encontrar la adecuada. Yo misma trabajé en una academia tres meses, a la misma vez que traducía, y me sirvió para darme cuenta de que la formación no era lo mío. La pregunta es: ¿dónde os gustaría estar dentro de 5 o 10 años?

Me gustaría hacer hincapié en algo a lo que, quizás, no se le da tanta importancia: el diseño de un currículum original. Vivimos en un mundo lleno de posibilidades, pero también de muchísima competencia. Por tanto, tenemos que esforzarnos lo máximo posible para diferenciarnos de los demás. Como gestora de proyectos autónoma, recibo varios currículums al día y he visto muy pocos que me hayan llamado la atención. Yo dediqué muchas horas de trabajo a la creación de mi propio CV. Busqué miles de ideas y, cuando tuve en mente lo que quería, me puse manos a la obra. Tengo que decir que más de una vez me han felicitado por él y, por esta razón, os recomiendo invertir dinero en un especialista si vosotros no podéis o sabéis hacerlo. Se trata de una inversión de futuro.

Buscad prácticas en empresas en plantilla o en remoto, haced voluntariados como traductores o traducid libros por pasión. Adquirid experiencia antes de terminar los estudios y os aseguro que os dará muchísimas más posibilidades y seguridad en vosotros mismos. En mi caso, opté por realizar una mentoría con una profesional fabulosa, Marián Amigueti, que ahora se ha convertido en una increíble amiga en la que sé que siempre puedo confiar. Ha sido una de las personas que más seguridad me ha aportado, ya que, desde el principio, estuvo encantada con mi forma de trabajar. Fue el empujón que necesitaba para darme cuenta de que este era mi futuro.

Intentad formaos todo lo que podáis, durante la universidad y cuando estéis trabajando. El saber no ocupa lugar. La traducción es una profesión que no solo se aprende con la experiencia, sino que requiere una formación constante. Tampoco está de más que os mantengáis informados de las nuevas tecnologías y de la evolución de nuestro sector.

Si podéis, aprended marketing, sobre todo, si queréis ser autónomos. Saber vender nuestros servicios o a nosotros mismos es fundamental hoy en día para conseguir clientes, para encontrar trabajo en cualquier empresa o incluso en nuestra vida personal. Entender cómo funcionan otras marcas puede ayudarnos a adaptar nuestro negocio y diferenciarnos de la competencia.

Por último, pero no menos importante, creo que el principal consejo que os puedo dar es que creáis en vosotros mismos y que nadie os diga que es imposible o que no podréis hacerlo. Los sueños también se cumplen y os animo a que luchéis por ellos. Mucha suerte a todos y no dudéis en poneros en contacto conmigo en mi correo electrónico o LinkedIn si creéis que puedo ayudaros en algo más.

Gracias, Carmen, por el testimonio tan completo. Como ya sabéis, los comentarios y mi correo están abiertos para vuestras consultas y testimonios. ¡Hasta la próxima!

Acabo de terminar el grado. ¿Y ahora qué? (VIII) Cristina Zuil y Rosana Esquinas

01 lunes Jul 2019

Posted by enlalunadebabel in Aprendizaje, Testimonios, Traducción, Vida traductoril

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empezar a traducir, testimonios traducción, traducción editorial, traductor novel, traductor principiante

Tras el parón de San Juan, volvemos a la carga este lunes con dos testimonios más. ¡Y ya van ocho entregas! Hoy nos acompañan Cristina Zuil y Rosana Esquinas. ¿Qué nos contarán? Preparad papel y lápiz y vamos allá, porque el verano es el momento ideal para parar un poco, tomar aire y coger ideas.

CRISTINA ZUIL

Soy Cristina Zuil, graduada en Lenguas Modernas y Traducción y estudiante del último año de la simultaneidad con Estudios Ingleses que oferta la Universidad de Alcalá. Además, llevo un año trabajando en el ámbito de la traducción; estoy especializada en literaria y audiovisual (páginas web). Voy a intentar daros una serie de recomendaciones desde mi experiencia.

Mi primer consejo para alguien que esté terminando la carrera de Traducción es que se ponga las pilas en las prácticas. No solo lo digo yo, lo he escuchado muchas veces. En algunas ocasiones, pensamos que son un mero trámite para terminar el grado, pero conozco un montón de estudiantes que ha seguido trabajando para la empresa una vez finalizadas. En mi caso, las hice con la autora de este blog y a día de hoy sigo colaborando con ella en algunos proyectos. Supongo que no las hice tan mal, después de todo.

Mi segundo consejo es que hay que moverse. Ir a congresos, charlas, conferencias… De esta manera, conoces a una gran variedad de profesionales del gremio que te pueden ayudar directa o indirectamente. Por ejemplo, yo he tomado prestados algunos truquitos para mejorar mi manera de trabajar al escuchar cómo lo hacían los demás. Además, lo mejor de estos encuentros es entrar en contacto con opiniones que suelen ser positivas con respecto a la profesión, contradiciendo muchas veces a las de nuestro entorno. Eso, y hablar de cosas frikis sin necesidad de contenerse, como el amor por la lengua o la rabia que da ver carteles sin revisión.

Por otra parte, hay que seguir formándose. Aunque salgamos de la carrera pensando que ya tenemos todos los conocimientos necesarios, hay que seguir curioseando y leyendo sobre la especialización que os guste. De esta manera, estaréis en constante contacto con el mercado y hará que os deis cuenta de si realmente es tan genial como parece o si deberíais buscar otro campo.

Por último, aunque no menos importante, hay que saber promocionarse. Como María Galán ha comentado en alguna charla, todo vuestro entorno tiene que saber que sois traductores, incluso el pescadero o el vecino del 4.º. Así he conseguido yo uno de los clientes con los que trabajo, a través de contactos. Además, debéis tener en cuenta que, muchas veces, no conseguir un trabajo no depende de vuestra valía, sino de haber llegado tarde. Con esto quiero decir que, aunque no os cojan para un proyecto, no hay que perder la autoestima porque a lo mejor no tiene nada que ver con vuestra manera de traducir. Por otro lado, hay veces que os seleccionan y, según vais colaborando con el cliente, os vais percatando de que no merece la pena porque prácticamente estáis pagando por trabajar. En ese caso, es mejor darse la vuelta y seguir buscando.

Espero que nos vaya a todos bien en este mundillo. Como última puntualización, si tenéis ganas, no perdáis nunca la esperanza.

Podéis hablar con Cristina por Twitter y por correo o encontrarla también en LinkedIn.

ROSANA ESQUINAS

Cuando nos enfrentamos a una etapa nueva es inevitable sentir una mezcla de emoción y miedo, pero creo que cuando tienes claro a qué te quieres dedicar, siempre es fácil encontrar la motivación. En mi caso, mi interés por la lectura me llevó al grado de Traducción e Interpretación, pero una vez allí descubrí todas las posibilidades laborales que te ofrece esta profesión. En esto me gustaría hacer hincapié, puede que tengamos un objetivo claro, pero, ¿por qué no disfrutar del resto de posibilidades? Cuando se acercaba el final, solo pensaba en lo difícil que es acceder al mundo editorial, está claro que todos queremos especializarnos, y estoy segura de que con el tiempo sucederá; pero no podemos cerrarnos a trabajar con textos de otros campos.

Después del grado, me matriculé en el Máster de Traducción Editorial de la Universidad de Murcia, donde pude conocer los entresijos del mundo editorial, pero pasó algo que no me esperaba: me interesé por el mundo de la investigación y por esto, este año he comenzado mis estudios de doctorado que combino con la traducción, posedición y transcripción y trabajando como examinadora de español para extranjeros. Durante este primer año de novedades, trabajé como profesora de inglés para tener un buen colchón de ahorros y poder lanzarme al mundo autónomo.

Siguiendo los consejos de la clase de marketing que impartió Xosé Castro en el máster, mandé mi currículum no solo a agencias de traducción, sino a todas las empresas que tenían banderitas en su página web. ¡Si la web está en varios idiomas, quiere decir que podrían necesitarnos! Y así fue, mi primer encargo fue un proyecto de traducción y transcripción de inglés y alemán enmarcado en el mundo de LaLiga. No me creía que estuviera traduciendo entrevistas de tantos futbolistas que había visto en televisión, sin tener yo el más mínimo interés por otro deporte que no fuera el yoga o el pilates. Después de ese, fueron surgiendo más proyectos.

Al principio, me puse una regla: si es la primera vez que me escriben, intentaré sacar el tiempo de donde sea para aceptar el encargo. Y funcionó, después del primer encargo, la mayoría de veces vuelven a contar contigo si están contentos con tu trabajo y es una buena forma de fidelizar clientes. A raíz de esos encargos, he descubierto que puedo traducir textos sobre marketing y software, que la posedición puede ser tu amiga y que las transcripciones también existen.

En definitiva, áreas que no me habría planteado nunca y en lo que me interesa seguir trabajando y formándome, razón por la que este año empecé a cursar el máster de Traducción Audiovisual del ISTRAD, pero a distancia y a tiempo parcial. En cuanto a iniciarse en el mundo editorial, mi consejo es que no mandéis solamente vuestro currículum, reciben cientos y será más efectivo si les enviáis un informe de lectura donde hacéis una propuesta editorial que encaje en su catálogo y lo acompañáis de una muestra de traducción. Por eso es importante que os estudiéis bien el catálogo de la editorial que os interesa, ¿encaja vuestra propuesta en esa editorial? Otro aspecto positivo a incluir en el informe de lectura es que investiguéis si el país de origen de esa publicación ofrece subvenciones para traducir su literatura. Esta información es muy golosa para las editoriales, países como Alemania ofrecen subvenciones para promover la traducción de obras en lengua origen alemán. Así fue como conseguí mi primer encargo editorial.

Como veis, todo es posible con esfuerzo y una pizca de suerte. Si bien es cierto que a veces el proceso de enviar currículums es desesperante, aunque no nos contesten y decaiga el ánimo, ya saben que existimos y no es la primera vez que de un currículum que mandé en agosto, me encargaron una traducción muchos meses después. Si tuviera que hablar de algún aspecto negativo, subrayo el tema de los plazos de pago, aunque te sorprenda, hay agencias que pagan a los 60 días de emitir la factura, algo que, según me han dicho, no es del todo legal. En esta profesión hay que batallar mucho por hacernos valer y pelear por nuestros derechos, queda mucho por hacer, pero con constancia todo se consigue.

 Así que mi consejo sería que no os desaniméis, tenemos una formación buenísima, muchísimas opciones de seguir especializándonos, un montón de asociaciones y un ambiente de buen rollo y compañerismo en redes y congresos con los que cargar pilas y seguir aprendiendo. Hay vida después de la carrera, ¡te lo aseguro!

Rosana está en Twitter, pero podéis escribirle también por correo y darle un toque por LinkedIn.

«Hay vida después de la carrera», dice Rosana, y así es aunque en un principio lo veamos más negro que rosa. Lo que pasa que, como todo en esta vida, la fama cuesta y aquí es donde vais a empezar a pagar hay que trabajar, ser constante y, además, tener una pizquita de suerte.

Las dos compañeras hablan del factor humano —estar en contacto con otros traductores, de tejer una buena red de contactos y asociarse—, pero también de seguir formándose. Ambos son esenciales. Aunque nos parezca un trabajo solitario (al fin y al cabo traducimos solos en casa, en la biblioteca o tal vez en el coworking), necesitamos relacionarnos con otros compañeros no solo por si nos cae trabajo, sino para aprender cosas y enriquecernos mutuamente.

Y, por otro lado, la importancia de la formación continua se explica sola. No podemos dar la espalda a los nuevos cambios ortográficos, a los nuevos programas de traducción asistida o demás aplicaciones que nos pueden facilitar un poquito más la labor. Traducir de un modo eficiente es utilísimo; el tiempo es oro, ya sabéis.

Y para no robaros más tiempo, lo dejamos por hoy. La próxima semana, más. Si queréis dejar vuestro testimonio, ya sabéis que tenéis la sección de comentarios abajo o podéis escribir a: info@las1001traducciones.com.

Mientras, podéis deleitaros con los que ya hemos ido publicando:

  • Primera entrega: Carla Bataller y Javier Rebollo
  • Segunda entrega: Iago Álvarez y María Cárcamo
  • Tercera entrega: Cristian Marcote y Laura López
  • Cuarta entrega: Manuel Crespo, Cristina Esteban y Paula Barbero
  • Quinta entrega: Arturo Pérez, Marta Llopis y Sara Castro
  • Sexta entrega: Karla Toledo e Iván Fraile
  • Séptima entrega: Estíbaliz Montero, Juan Rivera y Elisa Manzanal

¡Hasta la próxima y gracias por leer!

Acabo de terminar el grado. ¿Y ahora qué? (VI) Karla Toledo e Iván Fraile

10 lunes Jun 2019

Posted by enlalunadebabel in Aprendizaje, Testimonios, Traducción, Vida traductoril

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ASETRAD, ATRAE, empezar a traducir, encontrar trabajo de traductor, traducción audiovisual, traductor principiante, Trágora

Esta semana nos esperan dos testimonios muy completos. Preparaos un cafelito o un té o un zumo y acompañad a Karla Toledo e Iván Fraile en sus primeros pasos en el mundo de la traducción.

KARLA TOLEDO

Estudié Traducción e Interpretación en la Universidad de Salamanca (USAL). Cuando yo entré en la carrera, aún era una licenciatura, o sea, duraba cuatro años, pero, en mi caso, se convirtieron en cinco por una razón muy sencilla: en cuarto me fui de intercambio a Japón con una beca; a la vuelta me quedaban todavía asignaturas troncales y optativas por cursar. En aquella época, la USAL no tenía aún japonés en la combinación lingüística de TeI. Aproveché los créditos de libre elección para matricularme en las asignaturas de lengua japonesa que ofrecían en la Facultad de Filología, con la idea de aprender un idioma «exótico» que pudiera ser un as en la manga el día de mañana. Además, nuestros estudios no existen en Japón, de ahí que mi año de intercambio lo pudiera convalidar únicamente por libre elección.

Recuerdo que, en aquel entonces, ya había profesores que recitaban el famoso discurso de que es difícil vivir únicamente de la traducción o la interpretación, por no decir imposible. Lamentablemente, quienes estudiáis TeI ahora sabéis perfectamente de lo que hablo, pero también podéis ver, gracias a este blog y las redes sociales (entre otros medios), que eso no es del todo cierto ;).

En 2008, cuando terminé la carrera, tenía muy claro cuál sería mi siguiente paso: volver a Japón. Llevaba cinco años estudiando japonés, pero, después de haber estado de intercambio en Tokio, sabía que aún me quedaba mucho camino por recorrer si realmente quería trabajar con el japonés, y no solo con el inglés y el francés, mis lenguas B y C en la licenciatura, respectivamente. Aprovecho para comentar que yo había decidido estudiar TeI porque quería ser intérprete de conferencias, principalmente (en la USAL tenían un itinerario específico de interpretación); sin embargo, el japonés cambió completamente mis planes. Con esto lo que quiero decir es, básicamente, que podéis cambiar de opinión, tanto durante la carrera como después. No todo el mundo tiene por qué seguir el mismo camino, ya sea por cuestiones personales o profesionales. Yo iba para intérprete, pero ahora trabajo como traductora de artículos divulgativos sobre Japón; de manga y de novela; de audiovisual… De vez en cuando, interpreto, pero en cabina inglés-español-inglés (es una combinación con poca demanda en Japón, pero suele haber trabajo varias veces al año). Además, hago cosas que no están tan relacionadas con la traducción, como locutar en radio y hacer narraciones para libros de texto, por ejemplo.

El caso es que volví a Japón, donde compaginé mis estudios de lengua y cultura japonesas con la enseñanza del español durante cuatro años. En ese tiempo, también pude trabajar como traductora y revisora de inglés a español, y como correctora de traducciones del japonés al español hechas por traductores no nativos (japoneses). En 2011, un amigo me recomendó para una empresa con la que él colaboraba, así que decidí lanzarme a la piscina y hacer la prueba de japonés-español; la pasé. De hecho, sigo trabajando con esa empresa a día de hoy. Un año más tarde, hice el examen para ser traductora y locutora en la sección de español del servicio internacional de la radiotelevisión japonesa, un trabajo que, dicho sea de paso, me llegó gracias a otro contacto. Y esto me lleva a otra de las cosas que me gustaría contaros: los contactos son muy importantes. Eso que se dice en nuestro gremio de que hay que hacerle saber a todo el mundo a qué os dedicáis es totalmente cierto. A lo largo de estos años, el 80 % del trabajo me ha llegado por mediación de otros traductores e intérpretes (¡GRACIAS!), e incluso de personas que no tienen nada que ver con la profesión pero que se han acordado de mí cuando alguien buscaba traductor. Por eso, siempre que me ofrecen algún encargo que yo no puedo coger, por el motivo que sea, procuro pasárselo a alguien; también les envío ofertas de trabajo a compañeros cuyo perfil considero que se puede adecuar a lo que una determinada empresa o particular esté buscando.

Por último, me gustaría comentaros que ahora mismo estoy redactando el TFM de mi primer —y puede que último— máster, el de Traducción Audiovisual de la Universidad Autónoma de Barcelona. Como veis, no todo el mundo cursa uno nada más terminar la carrera. Yo, por ejemplo, lo empecé en 2017, casi diez años después de licenciarme. Tenía tiempo y dinero para permitírmelo, algo que, modestia aparte, me llena de orgullo (y satisfacción). En su momento, decidí especializarme en una combinación lingüística «rara»; creo que fue una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida… y de las más aleatorias (con 17 años, realmente no tenía ni idea de a dónde me llevaría todo esto). Si hay alguien al que le interese orientar su carrera de esta forma, estaré encantada de darle más detalles y consejos.

Karla os atenderá por Twitter y por LinkedIn, si os apetece.

IVÁN FRAILE

¡Hola a todos!

Mi historia se remonta a hace relativamente poco. En 2015 finalicé mis estudios del grado en Estudios Ingleses. Al contrario que gran parte de profesionales, mi formación universitaria fue de Filología inglesa, y no de Traducción e interpretación, y aprovecho para recalcar que sí: cualquiera que se gradúe en alguna filología puede acabar dedicándose a la traducción, siempre y cuando siga formándose y especializándose, por supuesto. Así que mi caso en concreto tal vez pueda servir de cierta ayuda y guía a aquellos graduados o universitarios que estén cursando un grado diferente al de Traducción e interpretación. O, como mínimo, puedan sentirse más identificados.

Terminé el grado con ilusión, todo lo contrario de lo que había sido en años anteriores, puesto que había ocasiones en las que se me hizo muy cuesta arriba en lo que a motivación se refería; en ocasiones sentía que no avanzaba, que no aprendía mucho, e incluso llegaba a dudar de si hice bien en escoger esta carrera, pese a que hubo bastantes asignaturas que disfruté mucho. Por ello, tardé más de la cuenta en finalizar el grado, pero todo ocurre por una razón y no todos debemos llevar el mismo ritmo, claro está. Sin embargo, al final la cosa fue a mejor; sobre todo en el último año, cada vez tenía más ganas de comerme el mundo, de meterme en el mundo de la traducción de lleno, ya que mi único contacto con la traducción hasta 2015, quitando mi práctica personal por mi cuenta, solo había sido una asignatura del grado, de traducción y lingüística contrastiva, y el TFG, en el que investigué y analicé varias traducciones audiovisuales.

Sin embargo, tardé un poco en decidir qué hacer a continuación. Y esto no es malo; es importante saber qué se quiere hacer, y más si se opta por posgrados o un máster. Estuve un año sin estudiar, pero, además de no dejar de lado la práctica de traducción para estar aún más preparado para mi siguiente paso académico, hice una investigación a fondo de lo que tenía a mi disposición y, frente a cualquier duda, escribí a varios traductores profesionales en busca de cierta orientación y consejo. Busqué, busqué y busqué, hasta que encontré muchas opciones diferentes: varios másteres en traducción audiovisual, dos a distancia y uno presencial, muchos cursos sobre traducción, especializados en diferentes modalidades, algún que otro máster en traducción editorial, literaria… Barajé las opciones que tenía, todo esto durante meses, y finalmente me decidí por el máster en traducción audiovisual de ISTRAD. ¿Cómo lo decidí? Leyendo los programas de cada máster y curso y barajando lo que yo consideraba que me convenía más. El resto, cuestión de preguntar, nuevamente, qué opinión había sobre los másteres que más dudaba. Personalmente, recurrí a este porque su programa me gustaba ligeramente más que el de otros. Y no podría estar más contento con el resultado a día de hoy. ¡Ah! Y no dudéis de la eficacia de unos estudios a distancia; son igual de eficaces. A veces incluso más.

Finalicé el máster hace casi dos años y fue el año que más disfruté de toda mi formación académica. Su formación me pareció muy completa, aprendí muchísimo y su amplia oferta de prácticas con empresas resulta de lo más útil e inspirador a la hora de entrar en contacto con el mundo profesional. Durante el máster, realicé dos periodos de prácticas; uno, en una agencia de subtitulado, durante tres meses, en plantilla; otro, con una agencia de traducción audiovisual a distancia durante un mes. Ambas experiencias fueron diferentes y muy enriquecedoras; nuevamente, aprendí aún más. No cabe duda de que las prácticas son un paso esencial en la formación de un profesional de la traducción, ya que es con trabajo real con lo que más se aprende al fin y al cabo, y puede ser la clave para empezar a trabajar, ya sea como autónomo o en plantilla.

Incluso antes de finalizar el máster, empecé a recibir encargos de una de estas agencias y comenzó oficialmente mi etapa profesional como traductor autónomo y desde entonces no he parado de traducir, revisar y pautar subtítulos de películas, series, programas y documentales para diferentes ciclos de cine de Madrid, televisión y plataformas VOD (Netflix y Amazon Prime Video, principalmente). Como anécdota curiosa que puede motivar a los demás en cierto modo, justo en mi primer mes de autónomo recibí un encargo de traducción de una parte de mi serie de anime favorita; por supuesto, es el típico caso de llegar al lugar adecuado en el momento oportuno, pero para que veáis las vueltas que puede dar la vida. Con esta misma agencia tuve también la suerte de trabajar durante varios meses en plantilla como gestor de proyectos, subtitulador y revisor, etapa durante la que también aprendí muchísimo de mis compañeros, todos un encanto, y de todo el proceso que hay detrás de las traducciones. Volviendo al trabajo de traductor desde casa, afortunadamente, con sus más y sus menos, ningún mes he dejado de recibir trabajo, aunque es inevitable que haya meses de menos actividad, sobre todo al principio. Pero con ganas, perseverancia, mimo y pasión, se puede con todo. Y por supuesto, se nota. Al principio recibía menos encargos; no había hecho más que empezar, pero conforme pasaban los meses, cada vez recibía más trabajo, hasta que llegó un punto en el que tenía un flujo de trabajo de no parar semana tras semana. Se acaba formando un vínculo de confianza mutua entre traductor y agencia. Aun así, sigue habiendo meses que, inevitablemente, hay menos trabajo. Esto a veces puede generar bastante preocupación si a finales de mes notamos una disminución destacable de ingresos, pero al final, siempre acaban llegando meses de más curro.

Y claro, ojo. No todo es coser y cantar en cuanto uno se da de alta de autónomo y recibe encargos de algún cliente. Es una profesión que consiste en no parar de moverse. Hay que estar en una constante búsqueda de clientes, de agencias con las que colaborar. Dentro de un mes hago dos años como traductor autónomo y esto, para mí, sigue siendo así; he pasado de recibir trabajo de un solo cliente a recibirlo de dos. Pero, de nuevo, no hay que desistir. La búsqueda de clientes es dura y frustrante; no es fácil. La mayoría de veces no recibimos respuesta a ese correo electrónico que tan bien hemos redactado y en el que tan bien nos hemos vendido; otras veces, aunque obtengamos respuesta, la cosa no da más de sí y no volvemos a saber más; y a veces, incluso tenemos la suerte de que la agencia en cuestión acepta colaborar con nosotros y nos introduce en su base de datos, pero de ahí a que podamos recibir algún encargo puede pasar mucho tiempo. En este sentido, de la mano de la perseverancia, hace falta mucha paciencia, puesto que es un proceso largo mediante el que no se ven resultados inmediatos, pero poco a poco, todo trabajo da sus frutos, y el de la búsqueda de clientes no es menos. Por desgracia, no hay ninguna fórmula mágica para conseguir más clientes una vez que se está metido en el mundillo, más allá de insistir, insistir e insistir, además de presentarse debidamente y destacar los puntos en los que podrías llamar la atención de las agencias para que se interesen en ti, así que os animo a todos a no rendiros nunca en vuestra búsqueda de clientes. Y es que, a pesar de sus dificultades, una cosa está clara: es una profesión preciosa.

En lo de moverse también entra la formación: el saber no ocupa lugar. Siempre podemos aprender más, siempre podemos especializarnos aún más en algo, por mucho que hayamos hecho un grado, un máster y varios cursos, siempre quedará algo en lo que podamos meternos de lleno para, en algún momento, recibir más trabajo, que de esto va todo al final. En lo personal, hace poco he comenzado un curso de Trágora, el de traducción para plataformas VOD, impartido por la tutora Alba Mas, con el que aspiro a profundizar en mis conocimientos ya asentados de la traducción audiovisual y practicar la traducción para doblaje y voz superpuesta, especializándome también en estas modalidades, ya que, hasta ahora, mi experiencia profesional en estos años se ha centrado sobre todo en el subtitulado.

Otro aspecto que considero importante son los contactos y moverse por círculos de traductores. En mi caso, desde que lo hago mediante redes sociales y correo electrónico, no me he sentido tan solo profesionalmente hablando. He podido hablar con compañeros de profesión de dudas, inquietudes, opiniones, experiencias… e incluso leer artículos o ver vídeos muy interesantes e instructivos. También va de la mano unirse a asociaciones, como ATRAE, de la que soy socio, en la que se intensifica aún más ese contacto interprofesional, así como asistir a charlas, reuniones, etc. Además, matas dos pájaros de un tiro: conoces a gente de tu misma profesión de quienes puedes aprender mucho y te abres frente al mundo; porque, oye, quién sabe dónde puedes encontrar a tu próximo cliente. Por lo tanto, otro punto importante en esta profesión es socializar.

En definitiva, nada es fácil, y esto se oye en nuestra profesión y en cualquiera, pero la clave está en seguir adelante, en no rendirse. ¿Que antes necesitas dedicarte a otra cosa por cualquier motivo? ¡Adelante! No te cierres puertas a nada. Si tu pasión y tu sueño es dedicarte a la traducción, ese día llegará si no te rindes y no lo dejas de lado, incluso aunque antes tengas que pasar por otras etapas. Es importante, además, no tener prisa, ya que cada uno avanza a su propio ritmo, y evitar las comparaciones con los demás, que pueden dar lugar a ligeras desmotivaciones: no, no y no. No sois menos que nadie por tardar más en formaros o en empezar como traductor ni en encontrar los suficientes clientes como para poder ser totalmente independientes. Así que, de verdad, os animo a todos a luchar por lo que queréis y a anteponeros ante cualquier situación. Tanto para los que sigáis formándoos o hayáis acabado el grado como para los que ya han puesto un pie en la traducción profesional: no perdáis nunca la esperanza y curráoslo siempre al máximo, porque todo llega y, al final, el resultado hará que todo por lo que pasamos previamente merezca la pena, ¡y con creces!

Además de Twitter, podéis encontrar a Iván por correo.

Menudos dos perfiles, ¿verdad? Son un ejemplo buenísimo de lo que se consigue con mucho trabajo y tesón… y con unos ritmos personales, un camino que no tiene que ser el que recorre todo el mundo. Me siento muy identificada con Karla en cuanto al máster. Siempre digo que aproveché bastante más mi máster de TAV tras unos años trabajando en esto; la experiencia que te dan los años hace que lo absorbas de otro modo. Con esto no quiero decir que no sirva de nada si se hace al terminar al grado, ¿eh?, pero que unos años de parón estudiantil no os impidan disfrutar de una formación reglada más adelante. Se aprovecha muchísimo.

En cuanto a Iván, ¿qué puedo añadir que no haya dicho ya? Sus reflexiones me parecen acertadísimas y son cosas que tanto desde este blog como en charlas y en foros varios se insiste mucho: formarse es importante, así como no tirar la toalla cuando no recibimos respuesta, asistir a jornadas de traducción, etc. Paso a paso y con buena letra se llega lejos.

Hasta aquí los testimonios de hoy, pues. Espero que os hayan gustado y os animen a seguir adelante. ¡Gracias, como siempre, a todos los que participáis y los que nos leéis!

¿Nos vemos en la Feria del Libro?*

*N. de la T.: Si estáis en Madrid este domingo día 16 de junio y os queréis pasar por la Feria del Libro, estaré en la caseta de ASETRAD, la número 15, de 12:00 a 14:00. ¡Pasad a saludar y hablamos un ratito de traducción!

Ojalá me hubieran contado que… (II)

27 miércoles Mar 2019

Posted by enlalunadebabel in Aprendizaje, Cuestiones laborales, Vida traductoril

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cómo ser traductor autónomo, dudas del traductor principiante, empezar a traducir, quiero ser traductor, traducir y no morir en el intento, traductor novato, traductor principiante

En el artículo anterior vimos algunas opiniones y hoy volvemos a la carga. Treinta compañeros más nos hablan de lo que les hubiera gustado que les contaran antes de lanzarse a la piscina. ¿Nos acompañas?

26. «Que hay que moverse, seguir formándote, aprender a manejar todo lo bien que puedas tu ordenador y programas del día a día, tener contacto con compañeros y con el mundo en general… y también saber decir que no». Autónoma, más de 20 años

27. «Que hay que ser autónomo sí o sí y por tanto buscarse los clientes uno mismo. Que por mucho que escribamos a agencias de traducción y demás clientes potenciales, los encargos te los pasarán los compañeros porque las agencias ni contestan. También me gustaría que alguien me hubiera explicado cómo conseguir que un compañero más experimentado (uno de la carrera no, porque está igual que yo) me pase trabajo: por mucho que yo siga a Scheherezade Surià o a Xosé Castro por Twitter, o hable media hora con Blanca Rodríguez durante un congreso de traducción, no van a pensar en mí cuando les llegue un encargo que tengan que pasar». Autónomo, 1-5 años

28. «Me gustaría que me hubieran contado un poco sobre el mundo laboral puesto que en la universidad uno no tiene nada de contacto con el mundo real de la traducción: agencias, particulares, cómo abrirte camino… Además, me gustaría que me hubieran contado algo más sobre la vida del traductor autónomo y sobre la necesidad de apoyarse en otros traductores en determinadas ocasiones para poder sacar el trabajo adelante: revisores, traductores subcontratados. Por último, otra cosa que eché en falta y que he aprendido con el trabajo diario es que me hubieran instruido un poco más sobre las distintas herramientas de TAO que existen y qué diferencias hay entre ellas (cuáles suelen exigir las empresas…)». Autónoma, 1-5 años

29. «Que se tardan muchos años en conseguir una clientela estable y que no se puede olvidar que un cliente se pierde en un abrir y cerrar de ojos». Autónoma, 11-15 años

30. «La falta de respeto generalizada hacia nuestra profesión, tanto por parte de los clientes directos como (especialmente) por parte de las agencias, que muchas veces nos toman por el pito del sereno. 😛 Como resultado de lo anterior, lo duro que es a veces conseguir clientes que no nos tomen el pelo. Pero ojo: no la cambiaría por nada. ;-)». Autónoma, más de 20 años

31. «Que era importante especializarse y que para ser autónomo hay que luchar a diario y no dar nada por sentado pues las cosas cambian constantemente. Hoy puedes tener el mejor cliente y mañana ese cliente desaparece por diversas circunstancias que están fuera de tu control. No debes aferrarte, debes ser flexible y no dejar nunca de buscar clientes y de mejorar en todos los aspectos de tu negocio. ¡Hubiera estado bien que me enseñaran a ser una verdadera empresaria!». Autónoma, 11-15 años

32. «Quiero contar cosas útiles y positivas que creo que también deben saber los nuevos traductores. Son unas cuantas…

A modo de resumen, me hubiera gustado saber antes que debes aspirar a dominar el idioma de destino; que tienes que seguir formándote siempre; que adaptarse no es rendirse; que siempre queda capacidad de mejora tanto en la práctica de tu oficio como en tus condiciones de trabajo y en tus tarifas; que se trabaja mucho, pero también es un esfuerzo apasionante y nunca dejas de aprender y desaprender. Y por último, pero no menos importante (yo lo descubrí muy tarde): es muy importante y beneficioso asociarse, colaborar con tus compañeros y aprender de ellos». Autónoma, 16-20 años

33. «Que no era necesario estudiar traducción por 5 años para poder traducir. Aprendí mucho de lo que sé fuera de la Universidad. Me gustaría que en las conferencias y talleres no solo cuenten casos de éxito sino también el tiempo que toma establecerse para vivir de esto. Me hubiese gustado estudiar otra carrera y luego haberme especializado en traducción (como maestría). Al menos en mi país no hay cursos especializados de traducción, siempre enseñan lo mismo. Me da bronca ver cuántos se gradúan y no trabajan en la carrera por las pocas oportunidades que hay. Hay traductores exitosos sí, explotando otros traductores o asociados corruptamente con el estado… Los que conocemos el campo sabemos quiénes son, pero nadie hace nada para pararlo. Ahora me va muy bien, tengo mucha carga de trabajo aunque me encantaría poder cobrar más para poder tener más tiempo». Autónoma, 1-5 años

34. «Soy autónoma actualmente, pero he trabajado en plantilla (la temporada más larga, durante 14 años como traductora, revisora y responsable de control de calidad). Llevo más de 30 años traduciendo.

La verdad es que dudo que nadie (sin una bola de cristal) me hubiera podido contar todo lo que pasaría en el mundo de la traducción cuando en 1987 empecé a traducir para editoriales. Estudiaba filología inglesa pero no quería dar clases. Traducíamos con máquina de escribir y la editorial te daba las hojas de papel pautadas con el número de líneas y caracteres por página.
Más adelante (ya a principios de los noventa), cuando trabajé en empresas satélite que traducían para IBM, el traductor se desplazaba a EE.UU., con todos los gastos a cargo del cliente, para el testing de los programas traducidos (así pasé dos meses en un hotel en Boca Ratón, Florida, para un trabajo que ahora se hace remotamente). Tengo una foto de 1994, yo embarazadísima de mi hijo y traduciendo con un ordenador Macintosh Classic, como autónoma entonces.

A finales de los noventa, en la empresa de traducciones donde estaba entonces, nos conectábamos a la base de datos de lo que eran los inicios de IATE una vez al día, para consultar de golpe toda la lista de términos que no habíamos encontrado en los diccionarios de papel. Eran los inicios del módem. Las traducciones de los freelance nos llegaban en un disquete (ellos mismos las traían o se enviaban por mensajero).

Después de 14 años seguidos en plantilla en otra empresa de traducción me harté finalmente y volví al mundo autónomo. Ahora trabajo para varias empresas de traducción y editoriales y para algún cliente directo. Recibo mensajes desde una punta del mundo a las 6 de la mañana para enviar la traducción el mismo día a última hora a la punta opuesta del mundo. Trabajo con herramientas TAO, memorias de traducción e incluso ofrezco MTPE. Para mí, la cuestión no es lo que sepas antes de empezar, sino cómo te adaptas a los cambios que van surgiendo». Autónoma, más de 20 años

35. «- Que las empresas no siempre buscan al que lo haga mejor, sino al que lo haga más rápido o más barato, pero que eso no quiere decir que tengas que cambiar tus tarifas o tu forma de trabajar.
– Que es bueno preguntar y reconocer las dudas. Mejor, de hecho, que equivocarse por no preguntar.
– Que es mejor hablar de tarifas con una empresa antes de perder el tiempo haciendo pruebas que a lo mejor no llevan a nada.
– Que si te das de alta como autónomo, aunque solo sea para facturar un mes, y luego te das de baja, pierdes el derecho a la cuota reducida de 50 €.
– Que nadie quiere trabajar con alguien que pone problemas a todo. Si algo es importante y crees que debes decirlo, hazlo siempre de buenas maneras. Si no es importante, es mejor dejarlo correr.
– Que hay que trabajar mucho, y a menudo, durante los fines de semana.
– Que está bien aceptar proyectos ligeramente por encima de nuestras capacidades, para ponernos retos y crecer profesionalmente. El «ligeramente» es importante, porque si aceptas un encargo que te desborde, el resultado puede ser contraproducente.
– Que nunca deberías hacer una traducción inversa, por mucho que te insista un cliente, a menos que cuentes con un revisor nativo. Si lo haces y el resultado no es bueno, te perjudicará.
– Que en la traducción también existe el karma, y la crítica negativa siempre vuelve. Es mucho mejor hacer crítica positiva y constructiva». Autónomo, 1-5 años

36. «Me encantaría que me hubieran explicado correctamente los aspectos administrativos (hacer facturas, declaraciones trimestrales, ejemplo de mail a posible cliente…) durante la carrera, aunque fuera en un sencillo taller, porque, al menos en la mía, nunca se mencionó. También habría estado bien que nos hubieran hablado de las páginas o portales de empleo específicos de traducción (ProZ, Aquarius, Translators Cafe…) no son nada difíciles de encontrar, pero que te suenen antes de terminar es un paso más.

También me gustaría haber sabido cómo las agencias asignan traducciones que puedes perder en cuestión de segundos, si tardas un minuto más en responder que otro traductor, porque a ellos les es indiferente. En general, aspectos prácticos sobre el mundo laboral, porque todos pasamos por ello, pero en mi Universidad, al menos, ni se mencionó. Y ni hablemos de tarifas, sé que es ilegal establecerlas pero decir un simple rango o que un profesor comente lo que él/ella cobra como orientación (algo que sí hicieron —unos pocos— en mi Máster de TAV, y menos mal), creo que es muy útil. Principalmente, conocimientos prácticos del mundo laboral de esta profesión». Autónoma, 1-5 años

37. «Que es un oficio que está evolucionando muy rápido hacia la traducción automática, lo que probablemente hará redundantes muchos puestos de trabajo. La evolución se deja entrever ya, con Google translate y otras máquinas en desarrollo, la traducción neural, etc. Quizá en lo sucesivo lo más importante, además de un buen dominio de la lengua materna y las lenguas de traducción, serán el control y la gestión de las memorias de traducción. Pudiera dejar al traductor relegado a una tarea de corrección de los errores de la máquina, que seguiría «aprendiendo» con lo que podría llegar a ser perfecta.

Nada de esto vale en cambio para la traducción literaria, que es otro mundo. Lo mismo se aplica a combinaciones rarísimas, para las que la máquina no se haya desarrollado tanto». En plantilla, más de 20 años

38. «Me gustaría que me hubieran contado cómo escribir esos correos que tienes que enviar a las posibles agencias o clientes. Nunca encuentro la manera justa de dar con la frase correcta. No sé si ser demasiado formal, si mostrar las tarifas desde el principio o qué hacer. Vaya, siempre te dicen que hay que buscar clientes por correo pero nunca cómo dirigirnos a ellos». Autónoma, 1-5 años

39. «Me hubiese gustado saber que al principio convenía esforzarme por averiguar y entender cómo funcionan las agencias de traducción y cómo se debe establecer un precio justo por el servicio. Lamentablemente, límites en la divulgación de este tema en foros profesionales, sumado a la falta de instrucción acerca de este tema en escuelas de traducción, generalmente lleva a los jóvenes traductores a convertirse en presa de agencias depredadoras que no valoran el trabajo de los profesionales. También me hubiese gustado descubrir un poquito antes lo valioso que es especializarse, en lugar de aceptar todo tipo de traducciones». Autónoma, 16-20 años

40. «Me habría encantado que me contasen que tengo que empezar a moverme desde que estoy en la carrera con presencia en redes, haciendo contactos profesionales o siendo miembro de asociaciones profesionales. Que alguien me hubiera hablado de opciones de voluntariado como Translators Without Borders o los voluntariados en línea de la ONU. Considero que están muy bien para empezar, ser capaz de acostumbrarte a fechas de entrega, volúmenes altos de palabras, varios proyectos a la vez, etc. También me hubiera gustado no tener profesores que me dijeran que NO se puede vivir de la traducción y muchísimo menos de la interpretación, que no íbamos a llegar nunca a ser intérpretes o cosas así. Tampoco me hubiera gustado encontrarme con docentes que me dijeran que cobrar una económica a 11 céntimos la palabra era de locos, que había puesto un precio excesivamente caro y que nadie me iba a pagar eso. Me hubiera gustado haber tenido acceso a más charlas y talleres por parte de profesionales, con precios razonables para estudiantes (que en muchos casos no tenemos ningún ingreso salvo con lo que nos ayudan nuestros padres) y que nos acercasen la realidad de la traducción y la interpretación de la mano de personas que están trabajando en el sector, viven la realidad del día a día y conocen bien cómo funciona». Autónomo, 1-5 años

41. «Lo que más, lo que más, lo que más… Que alguien me hubiera abierto los ojos mucho antes para decirme que se trabaja y vive mucho mejor como autónoma que como asalariada. En fin, supongo que las cosas suceden cuando tienen que suceder, pero me da cierta rabia haber tardado tantos años en establecerme por mi cuenta y haber perdido (en parte) el tiempo sacando adelante el negocio de otro a cambio de una remuneración muy discutible y unas posibilidades de promoción casi nulas. De todo se aprende, no obstante, y entiendo que aquel arduo camino por cuenta ajena fue el que me trajo hasta aquí… ¡y aquí me quedo!». Autónomo, 11-15 años

42. «Lo importante que es hablar con el cliente sobre el texto: qué es, para qué lo quiere, pues eso será determinante en el proceso de traducción. Y junto con eso, que el cliente esté dispuesto a profundizar en su explicación, y a responder otras preguntas que puedan surgir mientras se hace la traducción». Autónoma, más de 20 años

43. «Que ser traductor autónomo es el mejor trabajo del mundo. Tienes tus propios horarios, puedes decir que no a las traducciones que no te gustan, tú eres tu propio jefe. Anteriormente he trabajado como traductor en plantilla y la diferencia es impresionante. También he trabajado en otros sectores y sé de lo que hablo». Autónomo, más de 20 años

44. «Las tarifas mínimas para que sea una profesión rentable y que las tarifas tienen que permitirte tener un plan de pensiones, ahorro, previsión, buena cobertura social, etc.». autónomo, 11-15 años

45. «Me gustaría que me hubieran contado, por ejemplo, el abismo que existe entre la calidad de recién licenciada (a pesar de las matrículas de honor) a lo que se pide en el mercado. Me habría sido más fácil. Saber que ese aprendizaje era normal y necesario. Además, esto de no parar nunca de aprender es estupendo». Autónoma, 11-15 años

46. «No meter tanto miedo con ser autónomo, pero habernos explicado nociones básicas de las obligaciones que tenemos con Hacienda. También recalcar la importancia del gestor». Autónoma, 1- 5 años

47. «La longitud “máxima” que puede tener una prueba de traducción, cuándo empieza a ser sospechosa una prueba demasiado larga…». Autónoma, 1- 5 años

48. «Cómo defender y argumentar decisiones de traducción y a aceptar críticas también. Hacer correcciones para ver cómo se puede aprender de ellas. Y, sobre todo, que nadie te dice la parte comercial que hay que hacer, nadie te forma, ni te da recursos. Y eso es fundamental». Autónomo, 6-10 años

49. «Que está prohibido hacer descuentos, pues se malacostumbran los clientes. Aunque se tratara de uno de los primeros encargos de nuestra vida, todas esas horas de esfuerzo deben ser recompensadas plenamente. La única excepción es que fuera un encargo para una ONG, allí sí podría considerar incluso no cobrar». Autónomo, 1-5 años

50. «Que esta es la profesión más bonita del mundo, así habría comenzado antes». Autónomo, 11-15 años

51. «Que no me bajara los pantalones. Me explico: hay que practicar tarifas altas lo más pronto posible. ¡Desde que he subido mis tarifas, tengo más clientes! Tiene su lógica: ofrecer precios atractivos también deja pensar que uno tiene poco trabajo y no es tan bueno como los demás…». Autónomo, 6-10 años

52. «Me habría gustado que no me hubieran hecho creer que podría trabajar desde donde quisiera y con el horario que quisiera. En la práctica, y a menos que tengas la suerte de trabajar siempre con encargos muy grandes y plazos generosos, te toca «sincronizarte» en cierto modo con el horario de tus clientes». Autónoma, 6-10 años

53. «Que no son imprescindibles las redes sociales, que cada vez que una empresa cambia de Project Manager cabe la posibilidad de que tarden un tiempo en volver a mandarte trabajo». Autónoma, 1-5 años

54. «Que hay que comenzar a formarse en una especialidad incluso antes de terminar la carrera, porque esas especialidades son las que te salvan la vida y te ayudan a conseguir un buen trabajo (por lo menos, ese es mi caso a día de hoy). Además, también me habría gustado que me dijeran que, aunque te contraten para una rama de la traducción específica, muchas veces acabas traduciendo otro tipo de documentos que no tienen nada que ver con ella… Y que tener un tercer idioma, por mucho que insistan con que es imprescindible, muchas veces no se pone en práctica tanto como para compensar el esfuerzo realizado en aprenderlo para tener «más salidas»». Autónoma, 1-5 años

55. «Que sí hay trabajo, pero que tienes que ser constante y perseverante. Tener mucha paciencia y saber que es un trabajo de fondo y que parte de tu trabajo es buscar trabajo». Autónomo, 1-5 años

¿Qué te han parecido? ¿Ejerces de traductor y quieres matizar algo o aportar tu opinión? ¿Eres estudiante y tienes alguna duda? ¡Te espero en los comentarios!

Ojalá me hubieran contado que…

20 miércoles Mar 2019

Posted by enlalunadebabel in Aprendizaje, Cuestiones laborales, Vida traductoril

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aprender a traducir, cómo ser traductor autónomo, cómo traducir profesionalmente, dudas del traductor principiante, realidad traductoril

Decía hace un tiempo que a traducir aprendemos traduciendo y equivocándonos. El tiempo nos curte como persona y, evidentemente, también como profesionales. Por eso, hace un tiempo lancé esta pregunta «¿Qué te gustaría que te hubieran contado de esta profesión antes de empezar a ejercerla?».

Hasta la fecha, 120 personas de perfiles muy diversos (autónomos y en agencia, traductores audiovisuales y editoriales, transcreadores, correctores…) la han contestado y hoy os presento aquí algunas de estas respuestas. Dejo abierta la encuesta por si aún os queréis animar y seguiremos con más aportes en la próxima entrada.

Las respuestas no siguen ningún orden en concreto, van numeradas por si queréis hablar de ellas en los comentarios y las negritas son mías. Como veréis, hay muchas de cal y otras tantas de arena. (Ya que estamos, ¿cuál se supone que es la buena, la cal o la arena?) Esta entrada está pensada para debatir y dialogar sobre la profesión, que considero muy enriquecedor, así que no os cortéis. Y, de nuevo, gracias de corazón a todos los que habéis participado.

Empezamos…

  1. «Puff, tantas cosas. Me hubiese gustado saber que no pasa por preguntar al PM, que por muchas dudas que les plantees (dudas razonables, claro) no va a pensar que eres un mal traductor. Es mejor preguntar que entregar una chapuza. Eso sí, no mandes correos cada cinco minuto. Si tienes muchas dudas, intenta condensarlas en un solo email». Autónoma, 1-5 años
  1. «Que es mejor llegar a la carrera de Traducción ya curtida. Que es ideal como segunda carrera o después de haber trabajado unos años. Que hace falta una madurez que pocas veces se tiene a los 18». Autónoma, 16-20 años
  1. «Que otros traductores no te van a ayudar con nada al principio porque te ven como un peligro». Autónomo, 6-10 años
  1. «Lo que hay que hacer cuando tu cliente (particular, agencia, editorial…) no te paga dentro del plazo establecido y qué hacer de cara a tu cliente si te pones enfermo y no puedes trabajar». Autónoma, 1-5 años
  1. «Me hubiera gustado que me informaran mejor sobre las tarifas, las gestiones para hacerse autónomo, las salidas laborales (por ejemplo, no tenía ni idea de que podía ser gestor de proyectos) y las asociaciones que hay y sus funciones dentro del sector». Autónomo, 1-5 años
  1. «¡Muchas cosas! Cómo preparar un buen CV como traductora, cómo buscar clientes directos y sobre todo no desanimarse como profesional en este sector. Muchos profesores nos lo vendían como algo imposible y con mucha competencia». Autónoma, 6-10 años
  1. «Cómo preparar presupuestos. Que existe un mundo laboral para la traducción mucho más interesante y vasto que el de la traducción pública. Tecnología aplicada a la traducción. ¡En la facultad no vimos nada de nada sobre tecnología y ahora solo ven Omega3! Diversificación y especialización. Que se puede vivir de la traducción y muy bien. Los profesores en la facultad solo repetían: “Todos quieren estudiar el traductorado pero después terminan siendo profesores porque no encuentran trabajo de traducción”». Autónoma, 11-15 años
  1. «Elaboración de un CV y proceso de búsqueda de empleo; fiscalidad para autónomos (desde cero, o sea, en qué consiste ser autónomo y qué implica, trámites…); tarifas… Quizás mi respuesta sea muy general, pero creo que refleja que no tenía ni idea de cómo empezar en esto cuando terminé la licenciatura». Autónoma, 6-10 años
  1. «Las relaciones interpersonales (con los clientes y con los compañeros de profesión) son tan importantes como labrarse un buen currículum. A veces, incluso más». Autónomo, 11-15 años
  1. «Cómo defender y argumentar decisiones de traducción y a aceptar críticas también. Hacer correcciones para ver cómo se puede aprender de ellas. Y, sobre todo, que nadie te dice la parte comercial que hay que hacer, nadie te forma, ni te da recursos. Y eso es fundamental». Autónomo, 6-11 años

  1. Temas de fiscalidad: cómo darse de alta de autónomo, cuándo es necesario que me dé de alta, qué categoría profesional me toca si estoy en plantilla, qué herramientas tengo que saber usar, cómo es el trabajo en plantilla y cómo es siendo autónomo, cómo negociar tarifas/sueldo». En plantilla, 1-5 años
  1. «Tuve la suerte de licenciarme en la época dorada de los blogs y las conferencias de traducción: en aquel momento había muchísimo intercambio de ideas y un montón de información útil, así que me ha costado encontrar algo para lo que no estuviera demasiado preparada mentalmente. Aunque a veces escuchar las experiencias de otros no baste para evitar cometer sus mismos errores, sí que te puede ayudar muchísimo a tenerlos presentes y huir de ellos más pronto que tarde. Además, he sufrido pocos de los problemas a los que se enfrenta la mayoría de la gente al empezar, que suelen ser bastantes, por desgracia. Algo de lo que creo que durante mucho tiempo no hablamos lo suficiente es de la necesidad de bajar un poco el ritmo cuando ya llevas unos años en esto o, mejor dicho, de no forzarnos a estar siempre en activísimo solo por el miedo a perder el impulso. Creo que es muy sano darse un respiro de vez en cuando, y no hablo de disfrutar merecidamente de unas vacaciones, sino de encontrar una semana de paz sin mucho (o nada) de trabajo para analizar si estamos cómodos con nuestra situación laboral. Y no solo se trata de buscar clientes con la barriga llena, como se suele decir, sino de construirte una imagen más amplia de tu recorrido y de hacia dónde quieres (o puedes) ir. A veces nos atrapamos tanto a nosotros mismos en la rutina que podemos llegar a perder de vista por qué nos dedicamos a esto. Me gustaría haber oído más voces tranquilizadoras que contaran que no hay por qué tener miedo a cambiar si las cosas no son como esperabas: de clientes, de especialidad o de profesión, incluso. Los traductores tendemos a ser muy exigentes, y quizás a quienes más presionamos muchas veces es a nosotros mismos». Autónoma, 6-11 años
  1. «No quiero decir que haya tenido experiencias demasiado malas, pero me hubiera gustado saber que ser traductor no quiere decir que de entrada podés traducir un catálogo de partes de autos si no sabés nada del tema, que no es lo mismo trabajar para agencias que para clientes directos (ventajas y desventajas de cada caso y las consabidas TARIFAS) y aunque sea una orientación sobre dónde buscar información confiable sobre los temas que nos afectan a los traductores». Autónoma, 6-10 años
  1. «La contabilidad del autónomo especialmente. Pero también lo que tardan en pagarte las dichosas facturas… y lo que tienes que perseguir a los clientes para que lo hagan, como si estuvieses mendigando algo que debería darse por hecho. Se podría hacer un experimento con un traductor autónomo que nunca insiste en ningún pago y ver cuánto gana al año versus cuánto debería haber ganado. Yo apuesto que ni la mitad». Autónoma, 1-5 años
  1. «La realidad del sector, esencialmente. Está bien que en la carrera te metan tanta práctica, porque creo que de verdad te enseñan a traducir. Cuando empecé a hacerlo profesionalmente me di cuenta de que la universidad me había enseñado técnicas que de otro modo hubiera conseguido a fuerza de porrazos, pero una charla sobre realidad no hubiera estado mal. En mi caso ni siquiera sabía que era prácticamente imprescindible ser autónoma ni sabía nada sobre facturar. Tampoco sabía cómo ni por dónde empezar a buscar trabajo y a moverme por el mundillo. No sabía ni qué tarifas pedir (y ojo, entiendo que es una profesión libre y el hermetismo al respecto, pero lo más útil que me podrían haber dicho es «menos de X te están timando»). Recuerdo a profesores reírse cuando preguntábamos por tarifas y dejarnos sin respuesta y con cara de bobos. En el caso de editorial, me hubiera gustado que me hablaran de contratos, de tarifas, de cómo funciona una editorial. Pero sobre todo de los derechos de autor, qué son, cómo nos afectan, cómo podemos ejercerlos, qué implican». Autónomo, 6-10 años
  1. «Me habría gustado saber que se puede ser un buen traductor sin necesidad de la carrera de TeI, que a pesar de esto la formación continua es indispensable, que hay que tener la mente muy abierta porque es una profesión que cambia casi a diario, y que hace falta muchísima perseverancia para tener cierta estabilidad». Autónomo, 11-15 años

17.

«1) Guarda dinero en los tiempos buenos para cuando lleguen los malos
2) Hay veces que es mejor perder un cliente o un socio que perder la salud, la tranquilidad o la reputación
3) Aprende. Aprende siempre». Autónomo, más de 20 años

  1. «Que para poder vivir como una persona iba a tener que facturar el triple de lo que necesito porque la fiscalidad y Hacienda iban a ser mis peores enemigos». Autónomo, 6-10 años

  1. «Yo ya tenía experiencia previa montando empresas, así que sabía que no iba a ser nada fácil. Empezar desde cero sin que nadie te conozca es complicado y hay que echarle mucho valor, paciencia y cara para encontrar los primeros clientes. Las andaduras en solitario suelen ser muy difíciles y es necesario tener un «colchoncito» para poder ir tirando los primeros meses hasta poder abrir las alas y echar a volar. A lo largo de este tiempo, he encontrado muy buenos compañeros de profesión que no dudan en ayudarte siempre que tienen la oportunidad. Pero por desgracia, también he visto cómo clientes (agencias, clientes particulares e incluso compañeros) intentan abusar de tu tiempo y de tu esfuerzo (desprestigiando a veces tu trabajo) para obtener el máximo beneficio. Desafortunadamente, durante la carrera y el máster, los profesores te cuentan qué bonito es el mundo de la traducción, pero muy pocos conocen la realidad de la industria. Todo el mundo es muy optimista hasta que sale de la burbuja y se topa con el mundo real. Eso es lo que me hubiera gustado que me contasen: que hay cosas buenas y malas, cosas fáciles y difíciles, que hay que dar la cara, darse a conocer (y a valer) y que también lleva tiempo entrar y consolidarse en este mundillo en el que siempre tenemos cosas por aprender». Autónoma, 6-10 años
  1. «Me gustaría que, desde el primer momento, me hubieran dicho lo importante y lo útil que es formar parte de una asociación profesional». Autónomo, 6-10 años
  1. «1) Que cada agencia utiliza una terminología distinta para los mismos servicios y peticiones que te hacen; 2) Cómo darse de alta, hacer plantillas de facturas incorporando tarifas y estadísticas de CAT para distintos clientes y, en definitiva, llevar tu contabilidad de forma EFECTIVA; 3) Que a veces ocurren desastres y no es el fin del mundo, aunque te lo parezca en ese instante. No es ni el fin del mundo ni probablemente el de tu carrera profesional». Autónoma, 11-15 años
  1. «Echo de menos tener más conocimientos filológicos. Aunque he leído mucho por mi cuenta y soy consciente de que sé escribir bien, dejé de estudiar gramática y literatura en el bachillerato. Y lo noto mucho en ocasiones. También echo de menos no saber nada de latín ni de griego. Me estoy planteando muy seriamente estudiar una filología para colmar esas lagunas». Autónoma, más de 20 años
  1. «Aunque yo accedí directamente al segundo ciclo de la licenciatura de Traducción e Interpretación (año 2009) y quizá mi experiencia no sea comparable a la de aquellas personas que han hecho 4 o 5 años, lo que eché mucho de menos (aunque en ese momento quizá no fuera consciente) es que se tratara la visión más económica y empresarial de la traducción.En realidad es un mal de la mayoría de las carreras universitarias, por no decir de todas: no se llegan a aplicar los conocimientos teóricos a la realidad laboral. Me hubiera gustado que me hablaran de cómo está organizada la industria: cómo funciona una agencia de traducción, qué puestos existen, qué fases tiene la gestión de un proyecto, qué es un control de calidad, qué hay que tener en cuenta como autónomo a la hora de rentabilizar tu trabajo (productividad, plazos, impuestos, etc.), cómo hacer un plan de desarrollo como autónomo, cómo prospectar clientes, cómo elaborar un plan de marketing básico, qué documentación es necesaria para presentarte ante un cliente potencial…En resumen, nadie dice que las máximas de Grice no sean interesantes y que, por supuesto, la gramática, la pragmática y la semántica no sean imprescindibles para ser bueno en tu trabajo, pero para poder vivir de ello también te hace falta otra serie de habilidades que al final tienes que aprender sobre la marcha, una vez ya metido en harina… :-)». Autónoma, 6-10 años
  1. «Que 30 años después seguiría costando Dios y ayuda ganarse la vida con cierta dignidad traduciendo libros». Autónomo, más de 20 años
  1. «Me hubiera gustado que en la carrera me hubiesen hablado más del mundo laboral: de los plazos de entrega reales; cómo se cuentan (y se pagan) las palabras; cómo facturar; encargos con exigencias parecidas a las de un cliente real (adaptar el texto a una situación concreta); ver en más profundidad el tema de la revisión de textos y traducciones; aprender a usar ciertas funciones de SDL Trados. Entiendo que la carrera solo es una base sobre la que construir al terminarla y que no es posible verlo todo antes de empezar a trabajar. Sin embargo, sí que creo que es imprescindible hablar de asuntos prácticos con los que nos encontramos los traductores autónomos en el día a día, que al fin y al cabo es la opción profesional más concurrida entre los egresados». Autónoma, 1-5 años

***

Y por hoy lo dejamos aquí. La semana próxima volvemos a la carga con más. ¿Qué os ha sorprendido? ¿Coincidís o discrepáis con alguna de las opiniones? ¡Espero vuestros comentarios!

Lecturas para traductores. Clásicos básicos… con sorpresa (V)

13 miércoles Feb 2019

Posted by enlalunadebabel in Aprendizaje, Recursos, Traducción, traducción literaria

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Etiquetas

documentación para traducir, lecturas, libros para traductores

Sabéis que, de vez en cuando, en el blog hablo de los libros que deberían estar en la biblioteca de cualquier traductor que se precie; como muestra, aquí van la primera entrega, la segunda, la tercera y la cuarta, que dediqué a los principiantes.

Pues hoy os propongo una muy especial. Los libros que veréis a continuación suelen recomendarse durante la carrera y los másteres por un buen motivo. Aunque a veces puedan parecer aburridos (sobre todo durante el grado), son fruto de años de práctica e investigación y son un buen apoyo no solo para los estudiantes sino también para los profesionales. Por ejemplo, el libro de Mossop es muy muy útil para la revisión y corrección de traducciones propias y ajenas.

 

Aquí tenéis la lista completa:

  1. Introducing Translation Studies de Jeremy Munday
  2. In Other Words de Mona Baker
  3. Translating as a Purposeful Activity, de Christiane Nord
  4. The Translation Studies Reader, a cargo de Lawrence Venuti
  5. Translation: The Basics de Juliane House
  6. Revising and Editing for Translators de Brian Mossop
  7. The Translator’s Invisibility de Lawrence Venuti
  8. Exploring Translation Theories de Anthony Pym
  9. Teaching Translation de Lawrence Venuti
  10. The Routledge Handbook of Translation and Culture, a cargo de Sue-Ann Harding y Ovidi Carbonell Cortés

¿Y por qué son tan especiales estos libros? Pues porque hasta el 28 de febrero de 2019, Routledge nos ofrece acceso gratuito para que podamos disfrutarlos desde ESTA PÁGINA.

Así que ¡leed cuanto podáis! En casos como estos, recomiendo que le echéis un buen vistazo a cada uno. Es la mejor forma de valorar si os merece la pena la inversión. De los libros más recientes solo puede consultarse en línea el 10 % del contenido, así que fijaos bien en el índice o la tabla de contenidos. Una oportunidad como pocas. ¡Aprovechad!

Este artículo se autodestruirá en tres, dos, uno…

Traductores sin fronteras y la traducción voluntaria

28 lunes May 2018

Posted by enlalunadebabel in Aprendizaje, Traducción

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Etiquetas

colaboración, ONG, traducción humanitaria, traducción voluntaria, traducir para ONG, Traductores sin fronteras, Translators without Borders, TWB, voluntariado

¿Queréis practicar traduciendo de verdad y ayudar a los demás al mismo tiempo? Sara Olano, alumna del grado de Lenguas modernas y Traducción de la UAH escribe este interesante artículo sobre Translators without Borders para el blog. ¿Quieres saber cómo traducir para esta organización? ¡Sigue leyendo! Y no te pierdas la reflexión final sobre la traducción para ONG.

Antes de continuar, aprovecho también para comentaros que el blog tiene una página nueva con la política de privacidad para adecuarse a la nueva ley. Como aún hay algunas áreas grises y WordPress no lo tiene muy claro del todo, se irá actualizando para ajustarse a las novedades. Aun así, que sepáis que los datos que dejáis solo sirven para suscribiros al blog y dejar comentarios. No los recopilo para ningún otro fin.

Y ahora sí, ¡empecemos!

Traductores sin fronteras. Qué es y cómo podemos ayudar

Todos los días nos bombardean a través de los medios de comunicación sobre la importante labor que desarrollan determinados sectores profesionales contra el hambre, la pobreza y demás catástrofes del mundo. Parece que todas las profesiones tienen una rama altruista «sin fronteras». Quizá la más famosa sea «médicos sin fronteras», pero también hay otros colectivos implicados como los dentistas, maestros, arquitectos…y sí, traductores. Todos sabemos lo necesarios que somos para facilitar el intercambio de información entre culturas, pero solo algunos se han parado a pensar que no todas las organizaciones pueden permitirse contratar un traductor.

¿Sabías que hay plataformas que facilitan la traducción altruista a quienes más lo necesitan? Ojo, hay que llevar cuidado porque una cosa es poner nuestro granito de arena y otra muy distinta regalar nuestro trabajo a alguien que, simplemente, no le apetece pagar por él. Por ello, en este artículo voy a enseñaros una de las plataformas más importantes y reconocidas a nivel mundial que es, además, totalmente fiable: Translators without borders (TWB).

twblogo1

Esta organización sin ánimo de lucro se dedica a proporcionar servicios lingüísticos a diferentes organizaciones de todo el mundo. Nació en 1993 en Francia con el nombre de Traducteurs sans Frontières y se centraba en temas relacionados con la salud, la nutrición y la educación. La actual TWB —a la que se unió The Rosetta Foundation— trabaja para crear una red mundial de traductores que ayuden a transmitir la información de los programas de ayuda entre la población de aquellos lugares que más lo necesiten. Desde 2011, gracias a la comunidad de voluntarios que se ha formado, ha podido traducir más de 50 millones de palabras de forma altruista y cuenta con más de 190 pares de lenguas. Además, TWB también se dedica a formar traductores en lugares como Kenia y Guinea donde, debido a las más de 200 lenguas locales, es muy difícil acceder a cierta información. Podéis obtener más información en https://translatorswithoutborders.org/our-work/kenya/.

TWB nos ofrece dos formas de colaborar, no solo a traductores, sino a cualquiera dispuesto a ayudar.

  1. DONAR.

Es la forma más rápida y sencilla; nos ofrecen distintas modalidades.

a. Podemos realizar una donación, de forma ocasional o recurrente del importe que deseemos.

b. Podemos convertirnos en patrocinador de manera anual en la categoría que mejor nos convenga (desde bronce, 1000 € al año, hasta diamante+, 000 €). A cambio nos dan un pequeño obsequio según la cantidad.

patrocinador.jpg

c. Podemos recaudar fondos realizando algún tipo de evento.

Para más información, consultad https://translatorswithoutborders.org/support-us/.

(También hay una pequeña sección para voluntarios no traductores como contables, directores de proyectos, encargado de bases de datos…).

 

  1. HACERSE VOLUNTARIO (traducir de manera altruista)

Para manejar la gran cantidad de encargos y voluntarios con lo que cuenta, TWB junto con The Rosetta Foundation ha creado la plataforma web Trommons (Translation Commons), que funciona de la siguiente manera:

El primer paso es presentar la solitud por medio de este enlace https://translatorswithoutborders.org/volunteer/translators/ en la cual nos pedirán los datos principales, nuestros pares de lenguas, experiencia profesional…

Una vez enviada, esperaremos dos o tres días hasta que nos habiliten una cuenta en la plataforma.

La plataforma funciona de la siguiente manera: en la parte superior encontraremos la sección de búsquedas donde seleccionaremos nuestros pares de lenguas y el tipo de encargo que nos gustaría (traducción, segmentación, corrección…).

Suponiendo que nuestros pares fueran inglés>español, este sería un ejemplo de resultado de la búsqueda:

Tareas traducción

Cabe destacar que hay ciertos pares de lenguas que necesitan más traducciones que otros. La cantidad de traducciones que se necesitan a idiomas de lugares con menos recursos y más conflictos como, por ejemplo, Vietnam, Irán o Guyarat es bastante mayor que la de otros idiomas más populares y económicamente desarrollados como el español, el francés o el italiano. Así pues, dependiendo de los pares de lenguas de cada voluntario, podrá realizar más o menos tareas.

En el caso de que encontremos una tarea que podamos y queramos realizar, este será el procedimiento: una vez seleccionada la tarea, se nos mostrará una página con toda la información necesaria: recuento de palabras, plazo de entrega, descripción del encargo, futura repercusión, lugar donde va a ser publicado…

Revisión

El siguiente paso será confirmar nuestra disponibilidad para realizar la tarea dentro del plazo que nos proponen y descargar el archivo o archivos necesarios. Debemos tener cuidado y revisar el tipo de archivo que nos proporcionan para asegurarnos de tener las herramientas necesarias antes de aceptar de manera definitiva la tarea.

revisión 2

Una vez realizada, debemos volver a la página principal de Trommons y seleccionar la pestaña de «Claimed Tasks» para poder subirla.

Para agradecernos el trabajo realizado, TWB notificará por Twitter nuestro trabajo y nos enviara un correo mencionando todos los trabajos en los que hemos colaborado.

Además de colaborar en proyectos humanitarios o medioambientales, es una muy buena forma de ganar experiencia si te acabas de incorporar al mundo de la traducción.

La traducción voluntaria. ¿Es oro lo que reluce?

Cuando Sara Olano me propuso este tema, me pareció interesantísimo puesto que es algo que se suele recomendar a los recién licenciados. No obstante, recordaba haber leído algo raro sobre TWB y el compañero Jota Ele me lo acabó de confirmar. En efecto, hay que llevar cuidado con las organizaciones a las que decidimos ayudar para que no nos tomen el pelo. Él, por ejemplo, no recomienda trabajar para TWB y me pasó un artículo bastante ilustrativo del tema y que puede resumirse en este fragmento:

The work donated to TwB not only covers short-term needs and frees up funds to pay for administration, information technology services and other more professional, compensation-worthy needs, it comprises long-term intangible (language) assets which are not localized to the charity recipients but which can be stored, replicated and perhaps transferred to commercial applications by its curators, those who control the organization. There is no special legal regime to regulate the use of such assets; translation work which is given today in good faith for disaster relief might tomorrow find its way into the resources for paid pharmaceutical projects ordered from one of the large companies represented on the TwB boards.

«Voluntariado sí, pero vigilando», dice. Depende del cómo y para quién. Y es cierto que debemos ser conscientes de muchas cosas: ¿quién está al frente de estas organizaciones? En el caso de TWB hay muchos directivos de la privada (Microsoft, Moravia, Mondragon…), como puede verse en esta imagen del artículo anteriormente mencionado.

Hay que saber qué fin tiene exactamente lo que vamos a traducir y quién se queda después las MT que crea el traductor y si se las queda la organización para su beneficio, que puede incluir la venta.

Por otro lado, en cuanto a las traducciones voluntarias, hablar de dinero no está fuera de lugar. «¿Es normal no cobrar una traducción para una ONG que sí tiene dinero para pagar a sus trabajadores? Los salarios en algunas ONG son de escándalo», me comentaba él cuando hablamos.
En definitiva, que aunque casi todos hemos empezado así —por ejemplo, yo trabajé un tiempo para S.O.S. Racisme—, que las ganas de ayudar no nos cieguen. Hay muchas maneras de contribuir y lo ideal sería saber exactamente a quién va a beneficiar realmente nuestro trabajo.

Como siempre, aquí tenéis la información, el cómo y el quién, y que cada uno decida. Si queréis añadir algo al debate, podéis dejar el comentario en esta entrada. ¡Salud y hasta la próxima!

***

Artículos de interés:

  • Manifiesto de ECOS, traductores e intérpretes por la solidaridad.
  • Traducción voluntaria, sí pero, en Letras de Sastre de Rai Rizo.
  • Traducción voluntaria, ¿sí o no? en Más de una lengua de Laura Moreno.
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