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En la luna de Babel

~ Blog sobre lenguas y traducción

En la luna de Babel

Publicaciones de la categoría: Literatura

Traducir erótica (II) – Proceso y dificultades

28 martes May 2013

Posted by enlalunadebabel in Literatura, Traducción

≈ 22 comentarios

Etiquetas

erotismo, novelas eróticas, novelas románticas, porno, sexo, sexualidad, traducción erótica, traducción literaria, vocabulario sexual

Después de repasar en la anterior entrada el vocabulario y las expresiones propias del género, hoy abordaremos el proceso de traducción y las dificultades.

El proceso como tal y los problemas que pueden surgir no son en principio muy distintos de cualquier otro género o novela. Hay que tener en cuenta sobre todo la época y el contexto en que se sitúan. Normalmente las eróticas de nuevo cuño se ambientan en la actualidad y en ciudades grandes, con lo que no hay mucha dificultad terminológica, a diferencia de las históricas para las que es necesario conocer los estamentos sociales, las prendas de ropa de antaño, los tipos de carruajes, etc.

Como vimos en la entrada anterior, en una novela erótica actual encontramos mucho vocabulario sexual (juguetes, prendas) pero no me parece que sea lo más difícil de traducir. Al fin y al cabo está todo (o casi) en Internet. Lo malo es ponerte a investigar, entrar en páginas subidas de tono y que te sorprendan con las manos en la masa. Dices que es para la novela que traduces pero ya no te creen. Tal vez no haya siempre un término exacto pero puedes encontrar equivalencias o explicarlo un poco. Como toda traducción, el matiz que pierdes por un lado puedes compensarlo en otro.

Además, el tratamiento entre personajes es muy directo, de tú a tú, con lo que no hay problemas a la hora de decidir cuándo unos personajes dejan de hablarse de usted para tutearse y el lenguaje es actual, con lo que puedes inspirarte en lo que te rodea.

No obstante, algo esencial al traducir estas novelas es sentir respeto por el género y tener una especial sensibilidad para el tratamiento de ciertas emociones y situaciones, y no hablo solamente de las escenas más subidas de tono. Hay que respetar la historia de amor, placer o deseo y estar dispuesto a trasladar fielmente los sentimientos de un idioma a otro. Sé que es algo de cajón, pero tiene que gustarte lo que haces. Como decía una profesora de la universidad cuyo nombre no recuerdo (y tampoco recuerdo a santo de qué venía la frasecita): “para el sexo hay que estar enamorado aunque sea solo durante esos quince, veinte o treinta minutos”, y es totalmente cierto. Aunque no seas un gran seguidor de este tipo de libros, al menos tiene que gustarte en ese momento.

Siguiendo con el proceso de traducción, reconozco que no siempre me es posible leerme el libro antes pero sí que me leo el capítulo en cuestión, al menos, para ver con qué me voy a encontrar y con esto me refiero a si los personajes van a estar “intimando” en todo momento, algo que pasa con frecuencia y que es bastante pesado. También suelo hacerme un esquema con los personajes y las relaciones que se entretejen, así como de las palabras que pueden repetirse a lo largo de la novela y que son relevantes en el argumento: motes cariñosos (quizá él use un “cielo” y ella un “cariño”, por ejemplo).

Otra manía que tengo es que, por mucho que disponga del libro físico, o bien lo fotocopio o me imprimo la versión electrónica (pdf básicamente). Me gusta poder escribir y marcarlo y eso no lo haría nunca con un volumen real. Y a partir de aquí, a enfrentarse a la hoja en blanco, claro.

Bueno, veamos ahora algunas de las dificultades:

1. Repetición

Sin duda, una de las cuestiones más peliagudas. ¿Conservo o cambio? He observado que este tipo de novelas son bastante repetitivas.





Aquí lo ilustro con el término waves pero ocurre con muchos otros. Evidentemente no se puede cambiar todo porque ese es el estilo de la autora al fin y al cabo. En este caso concreto opté por conservarlo en varias ocasiones y añadir de vez en cuando algo distinto. Al final tenía «ola», «oleada» y alguna «ráfaga» que, aunque no es exactamente la misma imagen, según el contexto quedaba bastante bien.

En algunos casos esta repetición de la que hablamos no solo se da en páginas distintas sino en una sola, como la palabra cock aquí:

Soy partidaria de llamar a las cosas por su nombre y si en el texto pone cock lo instintivo es poner «polla» pero, en este caso, para evitar el atragantamiento con tanto miembro (pun intended) varié con «polla», «pene», «miembro» y en algún punto de las novelas, también «verga». Aquí la palabra se repetía demasiado en tan poco tiempo y espacio.

Y ya que hablamos de genitales, me resultó curioso, por otro lado, que para los femeninos hubiera dos referencias y fueran tan distintas entre sí: sex y pussy.





En la traducción encontraréis «sexo», «coño» y «vagina». Este último, sobre todo, en los fragmentos con descripciones más asépticas, más puramente físicas y nada pasionales.

«Sexo» (sex) se emplea mucho en las descripciones que el personaje femenino hace cuando se masturba, por ejemplo, y «coño» (pussy, que no el fortísimo cunt) cuando habla o piensa el personaje masculino o bien cuando ambos personajes interactúan, especialmente en las escenas de sexo.

2. Sinonimia

Si antes hablábamos de las repeticiones como un punto difícil, también lo es lo contrario, la multitud de sinónimos para casi todo. Después de estas traducciones soy experta en estremecimientos en inglés: tremble, shudder, shiver, shake, quiver, frisson. Pero, ¿y en castellano? Nos estremecemos, temblamos, tiritamos si tenemos frío, notamos el vello de punta o se nos pone la carne de gallina, pero no todos son siempre aplicables.

En este breve fragmento, por ejemplo, hay tres. En este caso opté por «…yacía entre temblores, como pequeños escalofríos de placer».

3. Naturalidad en el erotismo

La naturalidad es un rasgo que debe conseguirse en toda traducción, lo sé, pero lo remarco aquí para destacar algo que me ha llamado siempre la atención y es que muchas veces los diálogos no suenan como deberían. Para mí es el punto donde convergen la traducción literaria y la audiovisual.

Al empezar con el género me chocó sobre todo el uso de Christ, God y Jesus en los momentos álgidos. Supongo que, como a muchos, no me gusta mezclar sexo y religión, y es algo que he cambiado por completo en estas novelas. Es inevitable ponerte en la piel de los personajes cuando traduces, inspirarte también un poco en tu sexualidad y ver que las referencias cambian totalmente en estos momentos.




Depende del momento, pero he cambiado a «joder» u «hostia», en momentos muy puntuales. El español tiene muchos recursos en este campo. No sé a vosotros pero, a mí, un «Jesucristo» en pleno éxtasis me bajaría la libido al instante, ¿y lo de «Oh, Dios» no os suena mucho a calco?

Y hablando de «Oh, Dios» se me ocurre también que las onomatopeyas pueden ser un apartado dificultoso, aunque a decir verdad siempre son las mismas, onomatopeya arriba, onomatopeya abajo: «ah», «oh», «mmm». La cuestión es leerlo en voz alta y ver si funciona, lo que nos lleva al último punto.

4. Tono

Encontrar el tono adecuado es una de las mayores dificultades. Puede que tengas un fragmento muy descriptivo sobre el ambiente con matices poéticos y, acto seguido, un diálogo más soez. Es decir, hay que ir con cuidado y evitar los dos extremos: la cursilería y la chabacanería. Sin embargo, el texto original es como es. Tampoco podemos cambiarlo por completo.

Algo que me funciona es leer en voz alta algunos fragmentos para ver cómo suenan:

https://enlalunadebabel.files.wordpress.com/2013/05/nota.m4a https://enlalunadebabel.files.wordpress.com/2013/05/nota-1.m4a https://enlalunadebabel.files.wordpress.com/2013/05/lectura_erc3b3tica.m4a

Quien me oiga pensará que hablo sola pero a mí me funciona. Todavía más cuando se trata de diálogos, que procuro que queden lo más naturales posible. En estos casos me aseguro antes de que las ventanas estén bien cerradas.

Y poco más puedo añadir. Para cerrar la temática erótico-festiva, solo comentar que generalmente se encarga la traducción de las obras de una escritora a un mismo traductor, sobre todo en caso de sagas. Estas últimas novelas eróticas de cuyos casos os he hablado pertenecían a una trilogía, por ejemplo. Es la mejor manera de mantener el tono de la serie. Además, conociendo de antemano a los personajes y la historia se trabaja mucho mejor, ¿no creéis?

Y colorín, colorado, el erotismo ha terminado 😉

Traducir erótica (I) – Tópicos y vocabulario

21 martes May 2013

Posted by enlalunadebabel in Inglés, Lengua española, Literatura, Traducción

≈ 23 comentarios

Etiquetas

BDSM, Cincuenta sombras de Grey, novela erótica, perversión, ropa interior, sensualidad, traducción literaria, vocabulario sexual

Algunas ideas se habían quedado en el tintero cuando escribí la entrada La traducción sensual. De alguna manera no había llegado al fondo de la cuestión; no le había sacado suficiente jugo; no lo había explicado con pelos y señales; no había exprimido el tema al máximo… Lo intentaré ahora.

En esta entrada exploraremos los tópicos del género y veremos el vocabulario típico de estas novelas de alto contenido sexual y erótico, y aprenderemos un poco de BDSM, al menos de forma lingüística. Dejaremos para otra entrada las dificultades que existen al traducir el erotismo para no alargar la cosa excesivamente (y no, no hablo del Jes-Extender).

1. Algunos tópicos del género

Hablar de literatura erótica (y romántica) es hablar de unos temas y situaciones recurrentes. Veamos algunos a continuación.

1.1. El mobiliario

Los protagonistas de estas novelas parece que no notan la crisis. Aquí no hay minipisos sino lofts y apartamentos lujosos de grandes ventanales. Suelen estar en barrios especiales de ciudades grandes (¿por qué casi todas las eróticas de ahora se sitúan en Seattle? ¿Qué pasa en Seattle?) y muchas veces se encuentran dentro de almacenes reconvertidos de ladrillo visto.

Los muebles son de líneas depuradas y la decoración, austera. Los suelos son de parqué y las paredes están bastante desnudas salvo por algunas fotografías de arquitectura moderna en blanco y negro.

Y en los dormitorios, ay los dormitorios, reinan unas camas enormes de esas de cuatro postes con o sin dosel.

1.2. La ropa interior

Como no podía ser de otro modo, la ropa interior que aparece en estas novelas es bonita y muy sexy. Nada de «bragafajas» ni braguitas de algodón. Aquí se apuesta todo al rojo y al negro, prendas de encaje que realzan la sensualidad de la mujer.

También se llevan mucho los panties o las medias de rejilla. Sobre todo las medias con blonda a la altura del muslo, acompañadas de unos tacones de infarto. Aquí no hay lugar para zapatillas de andar por casa.

Exploremos un poco más el vocabulario de la ropa interior en inglés empezando por las prendas femeninas:

EN

ES

Basque Corpiño
Body Body
Boyshorts Culote
Bra Sujetador
Brazilians Tanga brasileño
Briefs Bragas
Bustier Corpiño
Corset Corsé
Crotchless panties Bragas con apertura
Garter Liga
Girdle Faja
G-string Tanga de hilo
High-waisted panties Bragas de talle alto
Hipster Braguitas a la cadera
Knickers Bragas
Lingerie Lencería
Nursing bra Sostén de lactancia; para amamantar
Panties Bragas
Push up bra Sostén con relleno
Racerback bra Sostén de espalda cruzada
Rights Panty
Stockings Medias
Strapless bra Sostén sin tirantes
Suspender belt/garter Liguero
Teddy Picardías
Thong Tanga

Aquí os muestro las prendas con más imágenes para que os hagáis una idea más clara.

Tipos de ropa femenina en inglés

Tipos de ropa femenina en inglés

Para ahondar más en el tema, hay más tipos de braguitas:

Luego, para jugar un poco, puede llevar una boa (feathered boa) o unas bonitas pezoneras (nipple tassles/pasties), amén de disfraces varios para animar la sesión.

Y no nos olvidemos de ellos, aunque para los hombres parece que el surtido es más limitado y tenemos boxer shorts o boxers para los bóxer y briefs para los slips.

Ejemplos de ropa interior para hombres

Ejemplos de ropa interior para hombres

1.3. Los juguetes, accesorios e instrumentos

Hay un sinfín de posibilidades a la hora de jugar y esto se ve en este tipo de novelas. Para empezar de forma suave, expongo los más habituales y luego damos un repaso a los que se usan en el mundo del BDSM.

EN

ES

Ben-Wa balls Bolas chinas
Blow-up doll Muñeca hinchable
Cock ring Anillo de pene
Condoms Condones
Dildo Consolador
Double dildo Consolador para dos
Double dong Consolador para dos
Harness / strap on Arnés
Love doll Muñeca hinchable
Lube Lubricante
Nipple clamps Pinzas
Strap-on Arnés
Vibrator Vibrador
Vibro balls Bolas chinas

En cuanto a instrumentos de BDSM podemos encontrar casi de todo lo imaginable y por imaginar. Ya en la entrada de La traducción sensual alucinaba con el descubrimiento del vampire glove, un guante con púas para intensificar el efecto de un azote. Sin embargo, ya que hablamos de BDSM, me gustaría aclarar que esta hornada de novelas eróticas con tintes de sado nos dan generalmente una pincelada de este mundo nada más.

Par empezar, los látigos y fustas tienen un lugar destacado. Fijaos, por ejemplo, en uno de los usos que se le da en Cincuenta sombras de Grey:

Tendemos a llamarle látigo a todo pero existe una amplia gama de instrumentos para dar una nalgada:

EN

ES

Bullwhip Látigo largo
Cat o’nine tails Látigo (o gato) de nueve colas
Cat o’seven tails Látigo (o gato) de siete colas
Crop Fusta
Flogger Látigo de tiras
Flushing whip Látigo (para adiestrar perros)
Leash Correa
Paddle Pala, palmeta
Scourge Flagelo, azote
Whip Látigo

¿Os habéis quedado igual? Pues aunque suenen más o menos a lo mismo, hay diferencias.

  • Azotes (en inglés scourges o cats) son también látigos de varias colas. La diferencia con los floggers es que tienen menos colas (12 máximo), que las colas son redondas o trenzadas, no planas, a veces con nudos, y normalmente mas largas y pesadas. Pueden ser de cuero o de cuerda. Dependiendo de las tiras o colas que tengan pueden ser, por ejemplo, gatos de siete colas o gatos de nueve colas.
  • Floggers: azotes cortos (entre 40 y 60 cm) de muchas colas. Las colas son muy numerosas (mas de 20 y normalmente entre 30 y 50) y consisten en tiras finas y planas.
  • Látigo: suelen constar de una sola cola larga (de más de 2 metros) de cuero trenzado. Los hay más largos, en inglés bullwhip; hay otros llamados signal whips (látigos de señales) e incluso dog whips (látigos para perros), más cortos.
  • Correa: una tira de cuero ancha y plana.

Interesante, ¿verdad? Además de azotar (spank), también se puede practicar el bondage (bondage, restraint), claro, jugar con cera caliente (wax play), castigar con una vara (caning), practicar algún juego de rol (RPG, role play games) o jugar con la privación sensorial (sensory deprivation), amén de prácticas más fetichistas como que te laman la bota (bootlicking) o hagan de caballito (pony play) o de cachorrito (puppy play).

El mobiliario en los clubes de BDSM que suelen frecuentar los personajes de estas novelas es muy especializado. Los elementos recurrentes son los bancos de azotes o para azotar (spanking bench) y la cruz de San Andrés (St. Andrew’s cross), para atar a la pareja de pies y manos (o mejor dicho, de tobillos y muñecas). También existen jaulas (cages) y tronos de adoración (worship thrones) para que te sientas como un rey o una reina.

En estos clubes suele haber varias zonas, los dungeons o mazorras, más privadas, las salas de juego e incluso salas de baile con barras para marcarse un buen pole dancing.

Eso sí, si vais a probar suerte en el mundo del BDSM, que sea siempre de un modo SSC: seguro, sano y consensuado (safe, sane and consensual). Para eso existen las palabras de seguridad (safe words):

Para más vocabulario de este tipo y para aprender inglés de forma amena, os recomiendo el libro Inglés para pervertidos, de Venus O’Hara, cuyos enlaces encontraréis al final de la entrada.

2. El lenguaje del sexo

Además de muebles, ropa interior y juguetitos, está claro que en estas novelas hay multitud de referencias a las partes del cuerpo y a las sensaciones del acto sexual en sí:





Empecemos con algunas expresiones curiosas (principalmente en inglés británico) de esas que llaman tanto la atención y son algo más light. Ya pasaremos luego a lo más picante.

EN

ES

Bunny boiler Tía obsesiva (viene de la película Atracción fatal)
Cradle snatcher Asaltacunas
Sugar daddy Viejo con pasta
TLC Mimos, cariñitos
To be broody Con ganas de tener hijos; despertarse el instinto maternal
To be fruity Estar cachondo, caliente, verraco (más humorístico)
To be on the pull Ir buscando rollo; con ganas de pillar cacho
To be randy Estar cachondo, caliente, verraco (más humorístico)
To be up the duff Embarazada, preñada
To chat someone up Tirar la caña, ligar, etc.
To come on to someone Tirar la caña, ligar, etc.
To fancy the pants off someone Molar, gustar mucho
To have a bun in the oven Embarazada, preñada
To have a crush on someone Estar encaprichado de alguien; hacer tilín…
To have a soft spot for someone Molar, gustar, estar por alguien
To have got it bad Estar pillado, estar loco por alguien
To have the hots for someone Estar pillado por alguien
To love someone to bits Estar enamorado hasta las trancas; perder la cabeza por alguien
To shag someone Follárselo, tirárselo, zumbárselo
Toy-boy Juguete, objeto sexual (chico mucho más joven que su pareja)
Two-timer; cheater; cheat Infiel, traidor

Y sigamos ahora con el tema que nos ocupa. Como el orden de los factores a veces sí puede alterar el producto, veamos primero los preliminares o foreplay:

EN

ES

Cuddle Abrazar
Fantasize Fantasear
Finger Meter el dedo
Hug Abrazar
Lick Lamer
Make out Liarse
Massage Dar un masaje
Masturbate Masturbarse
Pleasure oneself Masturbarse
Rub Frotar
Snuggle Acurrucarse
Stimulate Estimular
Strip Desnudarse
Suck Chupar
Tease Calentar
Tickle Hacer cosquillas
Touch oneself Tocarse
Undress Desnudarse

Para la masturbación masculina existen muchos sinónimos: to bash the bishop, to jak off, to jerk off, to wank (off), to beat off, to choke the chicken… En castellano está el típico “hacerse una paja” pero se puede usar cualquier otro sintagma que dé esa idea de acariciar, apretar, deslizar la mano, etc. Para la masturbación femenina tenemos a hand job, a wank, a hand shandy, a five knuckle shuffle, etc.

Todo esto conlleva un estado de excitación que tiene múltiples términos. En ambos sexos podemos hablar de to be aroused, to be horny, to be hot, to be turned on o to be up for it.

En el caso de las mujeres lo más frecuente es hablar de: to be wet, to be moist, to be dripping cuando queremos decir que está excitada, mojada. Para los hombres: to have an erection, to be stiff, to have a boner, to have a hard on, to have a woody y muchos otros para referirse a que “tiene una erección”, “está empalmado”, “la tiene tiesa”, se le “ha puesto dura”… Y para lo contrario, en el caso de perder la erección podemos hablar de to be flaccid o be soft.

Oral sex / Sexo oral

EN

ES

Ambos sexos To go down on someone Hacer sexo oral, bajar al pilón (algo cómico, a mi parecer)
Mujeres Cunnilingus Cunnilingus
Cunt-lapping Comer el coño
Eat pussy
Eat out
Face-sitting
Lick out Lamer
Hombres Fellatio Felación
Cocksucking Chupar, comer la polla
Deep-throat Hacer una mamada
Face-fucking
Give a blow job
Give head
To play the skin flute
Suck off Chuparla, comérsela

En las novelas que he traducido salía de vez en cuando to go down on her acompañado de un …and started licking, por ejemplo, y me resultaba bastante difícil conservar el tono. Me da a mí que las opciones que tenemos en castellano son o muy asépticas (hacerle sexo oral) o muy bastas (comerle el coño). Tenemos «bajar al pilón» pero, como comento en el cuadro, me ha parecido siempre cómico. Al final optaba por eliminar el to go down on somebody, ir al grano y usar verbos como «lamer», «chupar», etc.

Penetración / Sexual intercourse

Para “perder la virginidad”, “desflorar” o “desvirgar” tenemos en inglés: lose your virginity, deflower, take a maidenhead, pop your cherry, etc., si bien no es tan frecuente porque en este tipo de literatura las mujeres ya vienen desfloradas de casa.

Es en el mismo acto sexual donde encontramos la mayor variedad de términos en inglés. Me atrevería a decir que es mayor, incluso, que nuestra colección de sinónimos para “follar”: fuck, bang, bonk, get laid, copulate, do someone, get a piece of ass, hump, nail, ride, score, screw, shag, sleep with someone.

¿Cómo le decimos aquí? En general «follar», «hacer el amor», «acostarse con alguien», «echar un polvo», «fornicar» (término con tintes religiosos y también humorísticos), «beneficiarse a alguien», «zumbar», «darse un revolcón», «pasarse a alguien por la piedra», «montárselo»… No obstante, muchos de estos términos están demasiado connotados y en una novela es difícil salir de las cuatro primeras opciones.

Algunas posturas:

EN

ES

Cowgirl Mujer encima
Doggy style A cuatro patas
Missionary; mish Misionero
On all fours A cuatro patas
Reverse cowgirl Mujer encima (mirando hacia los pies)
Spooning Hacer cucharita
Straddle Estar encima; cabalgar
To be on top Estar encima

Para el orgasmo posterior a tanta gimnasia encontramos los términos orgasm, The Big ‘O’, la petite mort. Para el acto de llegar al orgasmo o correrse tenemos: to climax, to come, to cum, to get off, to have an orgasm, to spasm y to spend. Al trasvasarlo al castellano lo más común es «correrse», «llegar al orgasmo» o hablar del «clímax».

Si hablamos puramente de conceptos físicos y de eyaculación está ejaculate y squirt (mujeres). Por mucho romanticismo que haya en estas novelas, también encontramos muchas descripciones detalladas y, por extraño que parezca, estos términos aparecen con frecuencia.

Y creo que lo dejaremos aquí de momento. Os dejo que os fuméis el cigarrillo tranquilamente.

¡Hasta la próxima!

***

Ah, ¿que os habéis quedado con ganas de más?

  • Glosario de términos de BDSM.
  • Inglés para pervertidos de Venus O’Hara. (Muchos llegan a mi blog buscándolo para descargar. ¡Compradlo, es muy ameno y no es tan caro!)
  • El BDSM en wikipedia.
  • Echadle un ojo a las publicaciones de los chicos de ETEP (Estudios de traducción en erotismo y pornografía).
  • Podéis descargar el PDF con las tablas aquí: Vocabulario erótico.

La traducción sensual

22 lunes Oct 2012

Posted by enlalunadebabel in Inglés, Lengua española, Literatura, Traducción

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argot sexual, Cincuenta sombras de Grey, cubiertas, eufemismos sexuales, literatura, novela erótica, novela histórica, novela romántica, novela rosa, posturas, sexo, traducción literaria

Hablo de «sensualidad» pero en esta entrada la temperatura va a subir unos grados. Si alguien es propenso a las arritmias, le aconsejo que deje de leer. Tampoco es apta para los que se escandalizan con facilidad.

Además de dar un repaso a la traducción de la literatura romántica (la rosa, vamos, no la de Victor Hugo) y la erótica, al final veremos un poco el trasvase (EN-ES) de las expresiones sobre amor y sexo que suelen encontrarse en estos libros. [En realidad tenía ganas de hablar de este tipo de vocabulario; lo de las novelas rosas era una excusa.]

Tipología

Para empezar, existen varios tipos de novela rosa o romántica, dependiendo de la época en la que esté ambientado o el tipo de historias o tramas que se desarrollen.

En primer lugar tenemos la novela romántica histórica, que si bien abarca varios tiempos y lugares, en general suele estar ambientada en la edad media, la Regencia británica y la Época victoriana (Inglaterra y Escocia del siglo XIX). En este apartado situaríamos también las famosas novelas que tienen como escenario las Highlands y unos cachas con kilt en las portadas.

Las protagonistas suelen ser jovencitas vírgenes o inexpertas sexualmente, en ocasiones abandonadas a su suerte, cuyo arroz está a punto de pasarse. Pero, no temáis, encontrarán al mozo de buena familia que caiga rendido a sus pies y las salve de una vida solitaria rodeadas de libros, gatos o flores que regar (no, no lo digo en broma).

La redacción de estas novelas suele ser más ligera en cuanto a contenido sexual. No hay referencias explícitas al sexo y sí muchas metáforas e imágenes. Por ejemplo, no pierden la virginidad, las desfloran, así como tampoco existe el «clitoris» ni «clit», sino «a delicate nub». Lo mismo pasa con los labios menores, que pasan a ser «folds of flesh». Las pobres no llegan al orgasmo pero sí a «la petite mort«, así, en francés, que queda más fino.

Además suelen tener un vocabulario propio que le dé la pátina histórica que necesita. He aquí un diccionario romántico donde poder entender muchas de estas palabras. La primera novela que traduje fue de este tipo y os aseguro que me costó sudor, lágrimas y no sangre pero sí muchas consultas en los foros de Proz. Abundan las descripciones de paisajes, edificios (caserones con salones de distinta denominación) y, sobre todo, de la ropa que se llevaba entonces. (No veáis la de capas que se ponían encima… Así duraban los preliminares lo que duraban, entre quitar refajos, ligueros, enaguas, corsés…)

Otra dificultad en estas novelas es el tratamiento de los personajes debido a las marcadas clases sociales. Algo tan nimio como puede parecer el «you» en inglés tiene enjundia en la traducción. Si a veces ya cuesta saber si es mejor traducirlo por tú o por usted, aún es más difícil cuando hablan dos jóvenes del siglo XIX. ¿En qué momento empiezan a tutearse? En general yo opto por hacerlo cuando ya han intimado pero, claro, delante de otros personajes que no lo saben hay que conservar el usted. ¡Imaginad el revuelo que provocaría que se supiera que la damisela de buena familia se ha revolcado en el pajar con el mozo de cuadra! En definitiva, que no es tan fácil como parece aunque sí muy divertido.

En segundo lugar tenemos la novela romántica contemporánea, que cuenta con varios subgéneros. Está el juvenil (saga Crepúsculo, aunque este se mezcla con el género sobrenatural y con mucha contención sexual, sobre todo porque la señorita Meyer es mormona), el suspense (que encabeza Nora Roberts, con libros cuyas historias parecen tramas de una película dominguera de esas que tanto gustan en Telecinco o Antena 3) y las novelas llamadas chick lit en el mundo anglosajón («chick» por chica en inglés estadounidense y «lit» por literatura).

Estas se centran en los problemas de pareja y de sexo. Las protagonistas son mujeres liberadas, jóvenes profesionales en su mayoría, que suelen tener dificultades para encontrar pareja o un novio que les sea fiel y viven en una gran ciudad: Nueva York (novelas de Candace Bushnell), Londres y Dublín (libros de Marian Keyes), entre otras.

Aquí prima la naturalidad y el lenguaje suele ser más fresco y desenfadado. Hay mucho argot y, según la autora, es posible que haya también palabras malsonantes (lo veréis al final de la entrada). Al fin y al cabo lo que se pretende es reflejar la vida cotidiana.

Por último está el romance fantástico o paranormal, con historias de todo tipo. Las hay cuyas protagonistas viajan por el tiempo o bien están ambientadas en la época actual pero existen mundos paralelos, o submundos, con criaturas de lo más variopinto. El año pasado traduje un par de novelas de este tipo en los que la heroína luchaba contra unos seres deformes adictos al sexo.

Apartándonos un poco del romanticismo en sí, encontramos las novelas eróticas, a las que pertenece la célebre serie de E. L. James (Cincuenta sombras de Grey o Fifty Shades of Grey; título, por cierto, con un juego de palabras difícil de adaptar). Bueno, romance hay pero no nos engañemos: aquí hay tomate.

Foto del gran éxito de ventas con otra novela del estilo con portada parecida y exacta publicidad en el adhesivo (aunque la editorial es distinta). ¿Coincidencia? No lo creo. 

En esta nueva ola literaria, las protagonistas experimentan con juegos sexuales, bondage, sadomasoquismo, etc., y tanto el sexo como las referencias anatómicas son mucho más explícitas. Aquí ya no «se introducen en…» sino que «penetran», por poner un ejemplo básico. Sin embargo, es curioso que a la hora de traducir muchas editoriales piden rebajar o suavizar el tono.

Mi última traducción ha sido Pleasure’s Edge (Eve Berlin), un libro precisamente de este tipo en el que la protagonista quiere explorar el mundo del BDSM para su próxima novela. Podéis imaginar el grado de investigación para algo así y la cara que se te queda cuando te sorprenden buscando imágenes en Google de los juguetitos en cuestión. Porque, no sé vosotros, pero yo no suelo encontrar en mis textos términos como «paddle», «cane», «flogger», «cuffs» y menos aún juntos. Lo bueno es la riqueza de vocabulario que adquieres; aprendes a distinguir bien los látigos de las fustas y las palmetas, por ejemplo.

Un flogger o látigo

También descubres cosas que ni imaginabas que existían, como los «vampire gloves»: unos guantes de cuero con unos pinchitos para que la experiencia del azote sea más gratificante. Y, claro, esa es otra. La de prácticas y posturitas que uno aprende con un libro así…

Con todo, por muy macarras que parezcan algunas escenas, el texto tiene que resultar elegante (si lo es el original también, claro) y eso es complicado. Para mí, las escenas de sexo son las que cuestan más de traducir. No es un manual de instrucciones donde debas introducir la clavija en el enchufe; el acto en sí debe fluir (no pun intended) y resultar natural.

Las lectoras

Siempre ha habido una gran demanda de novela romántica y erótica, y las lectoras (sí, la mayor parte son mujeres) se reúnen, forman clubes y foros. De hecho son casi un lobby y, dicho por una editora, suelen ejercer bastante presión.

Cuando empecé a traducir libros de este tipo descubrí la página de Autoras en la sombra. Es una especie de foro de lectoras muy profesional donde escriben artículos y se mantienen al día en cuanto a las novedades editoriales tanto nacionales como extranjeras. ¡Ah! Y tienen un apartado con reseñas y críticas en la que a veces se despachan a gusto con el traductor.

Y lo mejor, igual que pasa con los fansubs, aquí también hay traducciones pirata. Muchas de estas novelas no llegan a ver nunca la luz en nuestro país, o tardan en hacerlo, y ellas se encargan de traducirlas. Como son novelas de grosor considerable la mayoría de las veces las hacen entre varias, con el consiguiente batiburrillo de estilos (y de errores).

Las famosas cubiertas

Seguramente hayáis visto a alguien leer un libro en el metro con las tapas forradas (con papel de regalo, de periódico o, las más profesionales, con fundas de plástico). Lo más seguro es que debajo se esconda una novela romántica y no es que el lector quiera protegerla del sudor de las manos, sino de las miradas indiscretas.

Reconozcámoslo, llaman mucho la atención porque las hay que son muy kitsch. Las imágenes más recurrentes son torsos embadurnados de aceite, parejas que no pueden dejar de tocarse o, como decía antes, el hombretón escocés con la espada desenvainada (literal). Si queréis reír un rato, en esta página encontraréis los diez elementos clave a tener en cuenta para una cubierta de lo más cursi.

Análisis gráfico de una cubierta

Afortunadamente la tendencia está cambiando. Hace tiempo que las lectoras piden cubiertas más elegantes o, al menos, más discretitas. En este sentido, muchas editoriales norteamericanas han optado ahora por una doble cubierta: una más seria en la que consta únicamente el título y la autora, y otra debajo con la imagen tórrida (y el hombre con el torso desnudo otra vez).

Aunque parece que en esto de las cubiertas, los videojuegos no se quedan atrás y muchas veces el modelo ha hecho doblete, como Fabio Latanzi en Ironsword y luego en incontables cubiertas del género.

El lenguaje

Como todo, el lenguaje empleado depende mucho de la tipología de la que estemos hablando. Una novela histórica suele estar redactada con expresiones más contenidas y referencias sexuales veladas mientras las más contemporáneas no tienen tapujos para hablar de posturas y juguetes sexuales, por ejemplo.

Veamos una pequeña colección de vocabulario que abunda en estas novelas y que vale la pena conocer (no solo para traducir). Muchas de las expresiones aquí recogidas son malsonantes, así que recomiendo prudencia.

Si queréis descargarlas, las tenéis en este documento: Glosario sensual.

1. Descripciones físicas

Para ambos sexos:

He’s / she’s cute Es mono/a
He’s / she’s hot Está bueno/a
He’s / she’s sexy Es sexy
He’s / she’s fit Está bueno/a; tiene un buen tipo…
He’s / she’s stunning Es impresionante
He’s / she’s tasty Está para comérselo/a
He’s / she’s a hottie (AE) Está muy bueno/a
He’s / she’s got it going on (AE) Está cañón; está como un tren…

Para ellas:

She’s a babe Está buena
She’s smokin’ hot (AE) Está como un tren
She’s bangin’(AE) Está cañón
She’s phat (AE) Está buenísima (phat son las siglas de “pretty hot and tempting”)
She’s got a nice rack (AE) Tiene pechonalidad
She’s got great jugs Tiene unas tetas enormes
She’s got great pups (BE) Tiene unos buenos melones
She’s got eggcups (BE) Tiene dos peritas
She’s got a nice ass (AE) Tiene buen culo
She’s flat Está plana
She’s flat as a pancake Está más plana que una plancha
She’s got saddlebags Tiene cartucheras
She’s a butter-face Está buena pero es fea/es un callo (butter-face viene de “everything’s fine but her face”)

Y no olvidemos:

She’s got great… Tiene unas… espectaculares
…tits, knockers, hooters (AE), jugs, boobs, puppies (BE) …tetas, peras, brevas, melones, domingas, lolas.

En cuestión de genitales encontramos de todo. En las novelas históricas (o románticas más suaves) lo más normal es que hablen de «cleft» (hendidura) como eufemismo para la vagina. En las más modernas se lee más «pussy» y en mucha menor medida «cunt» (este término puede resultar muy ofensivo y en general se usa para insultar a alguien).

En contextos informales y humorísticos puede encontrarse también «va-jay-jay«. De hecho, si buscáis por Internet descubriréis que quien popularizó la expresión fue la mismísima Oprah Winfrey.

En español tenemos muchos nombres también, claro. Tenemos el clásico, «vagina», que se usa bastante si no se quiere ser soez y también «vulva», pero este último lo reservaría para textos más divulgativos, no para los literarios. Otros sinónimos informales (y de tinte soez) son: «chocho», «coño», «conejo», «chumino», «almeja», «potorro», «chirri» y «concha» (más latinoamericano). Claro que, en pos de la corrección y la elegancia, muchas veces opto por hablar de «su sexo».

Para ellos:

He’s well hung Está bien dotado
He’s got a nice package Tiene un buen paquete
He’s got great pecs Tiene un pectoral para comérselo
He’s totally ripped Está cachas
He’s bluff / a hunk / a beefcake Está muy cachas
He’s got a six-pack Tiene tableta de chocolate
He’s got man boobs Tiene tetas (porque está rollizo, vamos)
He has a beer gut/belly Tiene tripa cervecera
He has love handles Tiene michelines (pero a la inglesa suena tan bien…)
He has rolls (AE) / tyres (BE) Tiene michelines

Y sus genitales:

…dick, cock, shlong (AE), willie (AE) …polla, nabo, rabo, cimbrel  (y un «largo» etcétera)
testicles testículos
balls huevos, cojones, pelotas, bolas, saco de nueces…

En romántica, muchas veces se le denomina «shaft».

2. Las actitudes

En el caso de las féminas:

She’s a… Es una…
bitch puta, guarra
skank (AE) puta de mierda
hoebag golfa, puta
slapper (BE) zorra, puta
tart (BE) puta, putilla
slut guarra, puta putilla
dog (BE) zorrón / fea, un callo
prude/frigid muy mojigata/frígida
flirt ligona
(cock)tease calientapollas/calientabraguetas
easy fácil
ho golfa
hoochie (AE) zorra
stuck-up creída, estúpida…
tight-ass estrecha

Y en el caso de los varones (y barones si se trata de romance histórico, aunque el vocabulario no suele ser tan crudo):

He’s…
a gentleman es un caballero
all talk habla mucho
a flirt es un ligón
a tease es un golfo
a player es un ligón
a womanizer es mujeriego
a creep es asqueroso
a scumbag es un cabrón
a slaze es un cerdo
an arsehole (BE) / asshole (AE) es un hijo de puta, mamonazo…
a dick es un gilipollas, imbécil (literalmente: polla)
a wanker (BE) es un gilipollas, imbécil (literalmente: pajillero)
a freak es un friqui
a dumb jock está cachas pero es tonto
a prick es gilipollas

Y cuando los personajes se enfadan, hay para todos:

You’re such… Eres…
a numpty (BE) lelo, cortito
a moron subnormal
an airhead (AE) un cabeza hueca, panoli
a nitwit un papanatas
a dumbass imbécil
a numbnuts (AE) gilipollas

Si se quiere atacar a un hombre por su cornamenta se le puede llamar «cuckold«, un término que en inglés también puede usarse como verbo transitivo.

3. Las relaciones

Los momentos buenos:

We’re just fooling around / messing around (AE) / It’s just a bit of fun No tenemos nada serio. / Nos lo pasamos bien y listos.
We got it on. Lo hemos hecho.
We’re friends with benefits. Somos amigos con derecho a roce.
We’re fuck buddies / fuckfriends / shag buddies (BE) Solo follamos / Somos follamigos. (dudando con el término, quizá no lo pondría por escrito aún)
We got together. / We’re going out. Estamos saliendo.

Los no tan buenos:

Let’s just be friends. Podemos ser amigos.
Let’s take a break. Démonos un tiempo.
I need some space. Necesito más espacio.
We should see other people. Deberíamos quedar/salir con otras personas.
I’m not ready for this. No estoy preparado/a para una relación.
It’s not you, it’s me. No es culpa tuya; es solo mía.
It’s over. / We’re through. Se acabó.
I’ve met somebody else. He conocido a alguien…

4. Los tratamientos

La verdad es que hay de todo, como en castellano, y depende de la relación que se tenga en la pareja. Aquí están los más habituales:

baby, babe cariño
sweetie cielo
my love amor, cariño
honey / honey bunch cielo
dear querido/a
sweetums churri
gorgeous guapo/a
sexpot bombón
boo (AE) mi niña, cariño

5. La acción

Bésame, bésame muuuuuucho…

Give me a smooch. Dame un besito.
We made out. Nos hemos liado.
They got off with each other. Se morrearon.
He kisses like a washing machine / like a wet fish. Besa como una lavadora en pleno centrifugado… (más o menos ya os lo imagináis)
He fished for my tonsils. Me besuqueó (y no convenció, vamos)
There was a bit of tonsil action / tonsil hockey going on. Me dio unos besos impresionantes, de tornillo, de infarto… / Nos liamos…
They were snogging at the party Se estaban liando en la fiesta.

Si la cosa empieza a calentarse…

Can we go somewhere quieter? ¿Buscamos un sitio más tranquilo?
Do you want to come in for a coffee / for a drink? ¿Subes a tomar un café, una copa…? (buena excusa)
I’m horny, baby. Estoy cachondo/a.
Do me. Fóllame.

Cuando la cosa está que arde hay varias opciones. Tenemos el típico «make love» para hacer el amor, pero en muchas de las novelas de romance contemporáneo o las eróticas muchas veces se emplean otras expresiones, como:

We fucked, screwed, banged (AE), shagged (AE) Hemos follado, echado un polvo, echado un quiqui/kiki…

En las de romance juvenil o cuando las referencias son más veladas suele recurrirse a un «we did it» (lo hicimos) o a algo que deje la duda en el aire como «we hooked up» (AE) o «we shacked up» (BE) que puede entenderse también como liarse.

Otras formas:

We slept together. Nos hemos acostado.
We spent the night together. Hemos pasado la noche juntos.
I went home with him/her. Me fui a su casa (y no jugasteis al parchís, seguramente)

Aunque si se quiere alardear un poquito, siempre es mejor usar fórmulas como «he pulled last night» (BE) o «he scored last night», vamos, que el machote pilló cacho.

Si el sexo con otra persona no basta, siempre se puede recurrir a un «threesome» (trío) o un «foursome» (sexo con cuatro personas) o incluso a un «moresome» (me imagino que aquí ya equivale a orgía, «orgy«). Si la chica es la última fémina dentro de un grupo de hombres, lo más seguro es que estemos delante de un «gangbang«. En fin, que hay nombres para todo tipo de realidades.

En cuanto a otras prácticas, tampoco podemos entrar al detalle porque son innumerables y muchas son trasladables al 100% («French kiss«, «Greek kiss«, «golden rain/shower«…) pero sí hago una breve mención a algo que me resultó curioso: una «cubana» en inglés es «Dutch fuck«. ¿A qué se deberá el cambio de nacionalidad?

Y hasta aquí el repaso más textualmente encendido de las novelas romántico-eróticas y su vocabulario. ¿Hay algo que os haya sorprendido?

Traducir literatura: algunas curiosidades

10 miércoles Oct 2012

Posted by enlalunadebabel in Literatura, Traducción, traducción literaria

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Chaucer, literatura, Literatura rusa, Murakami, peligrosidad, Salman Rushdie, traducción literaria, traductor

Hoy hablamos de algunas curiosidades de la traducción literaria. No quiero ser paliza ni dar mucho la vara con el tema histórico pero sí creo que hay muchos aspectos desconocidos que vale la pena refrescar de vez en cuando.

Por ejemplo, ¿sabíais que un traductor británico simplificó y recortó Guerra y paz? ¿Y que los lectores de Murakami al inglés se debaten entre los traductores de este escritor japonés? ¿Y sabíais que ser traductor puede ser una profesión de riesgo? ¿No? Pues seguid leyendo.

La traducción como literatura

Una de las mejores partes de Los cuentos de Canterbury de Chaucer es «El cuento del caballero», considerado un punto álgido de la literatura medieval inglesa. Sin embargo, este cuento es una traducción de la Teseida de Boccaccio. Esto no quiere decir que el poeta inglés tradujera el poema italiano verso por verso. De hecho, solamente un centenar de versos del poema de Chaucer son traducciones aproximadas del de Boccaccio, que tiene unos 10 000 versos. Hay otros 400 versos de «El cuento del caballero» que guardan cierto parecido verbal. La mayor parte del poema de Chaucer, de 2 250 versos, es original. Pero ahí no acaba todo. A su vez, la Teseida de Boccaccio se basa de una forma parecida en la Tebaida de Estacio.

Hubo una época en que la originalidad en literatura no estaba bien vista del todo y los escritores basaban sus historias en aquellas que ya se habían escrito antes. A lo que voy con todo esto es que el abismo que vemos entre escritura y traducción (que muchos consideran un proceso más mecánico que creativo) es algo mucho más imaginario que real.

Esto mismo podría haber esgrimido Ana Rosa Quintana cuando el escándalo de «su» novela Sabor a hiel, que contenía párrafos de obras de autoras conocidas por el gran público como la norteamericana Danielle Steel y la mexicana Angeles Mastretta. Primero dijo que había sido un «error informático» y luego culpó a un familiar, que le había hecho las veces de negro.

Sensibilidades culturales

Traducir literatura no es lo mismo que traducir informes de empresa. No voy a entrar en cuestiones de mérito ni de qué es mejor ni nada por el estilo, porque cada texto y cada traducción son distintos. Me refiero a que no es una mera cuestión de exactitud. Los traductores literarios deben tener en cuenta la musicalidad y el ritmo de lo que se escribe en el idioma de llegada. También deben facilitar la transferencia cultural de una mentalidad a otra.

Sin embargo, esto puede llegar demasiado lejos, como es el caso de la traducción al inglés de los grandes nombres de la literatura rusa. Constance Garnett tradujo 70 grandes obras rusas de grosor considerable. Para conseguir tal hazaña, Garnett traducía muy deprisa, se saltaba los fragmentos más difíciles y cometía muchos errores. Pero lo peor fue que introdujo sensibilidad victoriana en las obras de Tolstoy, Gogol y Dostoyevsky. Tuvo que pasar un siglo hasta que Richard Pevear y Larissa Volokhonsky elaboraran unas versiones más fidedignas de la sobras rusas, ya en la década de los noventa.

En octubre de 2007, la edición de Guerra y paz del traductor británico Andrew Blomfield volvió a abrir la caja de los truenos y a avivar el debate. Este acortó la novela de 1267 a 886 páginas y le dio un final feliz. Su editor, Ecco, estaba encantado con la versión de Bromsfield y defendía que «era el doble de corta y cuatro veces más interesante… Más paz y menos guerra».

Traducciones de Nobel

Animo a los traductores de mis libros a tomarse todas las licencias que consideren necesarias. No es un gesto heroico aunque pueda parecerlo ya que, al trabajar con traductores todo este tiempo, he aprendido que la novela original es, de una forma u otra, una traducción en sí misma. No se ha traducido de otro idioma pero sí se traducen las imágenes en la mente del escritor a otras imágenes que se puedan plasmar en el papel.

Como dice Michael Cunningham, autor de Las horas, en esta cita extraída de una entrevista en The New York Times (2 de octubre de 2010), los escritores traducen sus imágenes mentales a palabras y los lectores las traducen a su vez y obtienen sus propias imágenes. Pero el traductor en este proceso no es un elemento más; es esencial.

De hecho, se dice que fue gracias a las traducciones al inglés que hizo Gregory Rabassa de la obra de Gabriel García Márquez lo que hizo que preseleccionaran al novelista colombiano para el premio Nobel, que al final consiguió.

Espaguetis al dente

De momento, a modo de resumen, tenemos claro que una buena traducción no debería dar la impresión de ser una traducción sino de estar escrita originariamente en la lengua de llegada, que debería reflejar el estilo y el etos del escritor original y, al mismo tiempo, adaptar aquellos elementos culturales que dificultarían sobremanera la experiencia lectora.

No obstante, en última instancia, siempre hay una dosis de subjetividad. Alfred Birnbaum, profesor inglés, tradujo las primeras obras del japonés Haruki Murakami. El primer fragmento de la Crónica del pájaro que da cuerda al mundo (1997) se redactó así:

«I’m in the kitchen cooking spaghetti when the woman calls. Another moment until the spaghetti is done; there I am, whistling the prelude to Rossini’s La Gazza Ladra along with the FM radio. Perfect spaghetti-cooking music. «I hear the telephone ring but tell myself, Ignore it. Let the spaghetti finish cooking. It’s almost done, and besides, Claudio Abbado and the London Symphony Orchestra are coming to a crescendo.»

Cuando la fama de Murakami se extendió, Jay Rubin fue escogido como su traductor oficial. El mismo fragmento quedó así:

«When the phone rang I was in the kitchen, boiling a potful of spaghetti and whistling along with an FM broadcast of the overture to Rossini’s The Thieving Magpie, which has to be the perfect music for cooking pasta. «I wanted to ignore the phone, not only because the spaghetti was nearly done, but because Claudio Abbado was bringing the London Symphony to its musical climax.»

Jay Rubin y Haruki Murakami

El estilo de Rubin es más elegante y fácil de leer. Sin embargo, muchos de los primeros adeptos de Murakami en lengua inglesa ya se habían acostumbrado al estilo más brusco y directo de Birnbaum y le consideraban la voz auténtica del novelista japonés. Y la «controversia» aún sigue viva hoy. Parece que, como en tantos otros aspectos de la vida, no se puede complacer a todo el mundo.

Una profesión de riesgo

Un apunte curioso para terminar; algo que quizá nunca nos habíamos planteado sobre los traductores literarios. Los servicios secretos británicos consiguieron proteger la vida de Salman Rushdie cuando Los versos satánicos (1988) ofendieron al mundo árabe. No obstante, algunos de sus traductores no gozaron de dicha protección y corrieron menos suerte. Asesinaron a su traductor al japonés, Hitoshi Igarashi, golpearon y apuñalaron al traductor italiano, Ettore Capriolo, en Milán y también atentaron contra la vida del editor noruego, William Nygaard, a quien tirotearon frente a su casa en Oslo y quedó gravemente herido.

Rushdie, al enterarse de la muerte del traductor japonés escribió: «La traducción es una especie de intimidad, una especie de amistad, y por eso lloro su muerte como lloraría la de un amigo».

Y es que el papel de los traductores en el mundo de la literatura (y en general, evidentemente) debería valorarse mucho más. Son los que nos permiten vislumbrar las vidas de las personas cuya experiencia cultural dista mucho de la nuestra. A través de los traductores literarios vivimos otras vidas. O, en palabras del traductor de Stieg Larsson, Reg Keeland: «Let’s face it, reading good fiction from other countries is a fantastic way to learn about other cultures without leaving your armchair”.

Otro tipo de visibilidad

16 jueves Ago 2012

Posted by enlalunadebabel in Humor, Literatura, Subtitulación, Traducción

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Astérix, cómic, humor, intérprete, interpretación, Liniers, Mafalda, Quino, traducción, traductor

Los traductores siempre hablamos de visibilidad en términos de consideración y respeto hacia la profesión más que de ver nuestros nombres escritos por ahí (que también, no lo negaremos) pero, a veces, la visibilidad viene dada por otros factores.

Hace tiempo que recopilo ejemplos (gráficos y en su mayoría divertidos) de cómo se nos ve a los traductores e intérpretes y nuestra profesión desde otras disciplinas como el cómic y la novela. La verdad es que se recurre mucho a los tópicos. Muchas veces es por desconocimiento, otras porque es el recurso fácil y otras, sinceramente, porque es verdad. ¿Qué le vamos a hacer?

Intérpretes

Ejemplo clásico de reducción. Curiosamente es una idea bastante generalizada.

Otro tópico, que esta vez pasa por reinterpretar o simplificar el mensaje. No obstante, visto así, ojalá todos los políticos llevaran siempre a un intérprete que nos dijera las verdades sin eufemismos ni tapujos, ya que ellos no se atreven.

Un ejemplo más del intérprete, aunque en este caso se trata de un programa de televisión, es este fragmento de The Catherine Tate Show.

¿Se puede faltar más al respeto en siete idiomas? Lo dudo mucho.

Intérpretes de la lengua de signos

Algo que no se debe hacer nunca ni al traducir ni al interpretar, pero aquí está: verter nuestras opiniones en el texto, discurso, etc.

Es una buena máxima y muy cierta. Ojalá la aplicáramos más, aunque quizá no sea el motivo por el cual muchos intérpretes de la lengua de signos escogen esta profesión.

Bueno, en este caso quizá no haría falta interpretar nada, ¿no?

No está de más hacer este tipo de advertencias. Me imagino que interpretar programas tan «finos» como Sálvame (entre otros) y Jersey Shore sería todo un reto.

Traductores

Fragmento de La soledad de los números primos de Paolo Giordano. Me pareció precioso y tuve que hacerle una foto. Quizá no todos traduzcamos para llenar los vacíos que van dejando los años pero sí me parece muy apropiado lo de diseccionar las páginas o las frases, mejor dicho. Al fin y al cabo traducir un texto es la mejor manera de entenderlo y eso es porque lo examinamos muy a fondo.

Fragmento de Te dejo es jódete al revés de la Señorita Puri (@SenoritaPuri). En este caso los que reciben son los traductores de subtítulos y aquí se nos acusa de añadir más información de la que el espectador oye.

Quino es un maestro del lenguaje y aquí nos lo demuestra con un concepto bello pero sobre todo práctico de la traducción.

Dilbert y el perjuicio que una mala traducción puede causar en los procesos industriales.

Mingote nos presenta como una figura clave para la correcta comprensión en un matrimonio. ¿A que no habíais pensado nunca en esa salida profesional?

Estas dos imágenes pertenecen al cómic Pyongyang de Guy Delisle, en el que se relata en primera persona la vida en Corea del Norte y las situaciones surrealistas que el autor vivió allí.

Delisle, francocanadiense, tuvo que echar mano de un traductor/intérprete que le hizo de acompañante y cicerone. Las condiciones sociopolíticas del país hacen que la profesión se aparte un poco de nuestros cánones en cuanto a la figura del traductor en sí y la manera de presentar la realidad. A lo largo del cómic, el traductor le explica o le oculta lo que quiere, con lo que el autor (que no es ingenuo) se va empapando de la realidad manipulada del día a día en la capital.

La figura del intérprete también aparece en los cómics de Astérix de Goscinny y Uderzo. Aquí le vemos en una situación que pasa algunas veces cuando los interlocutores no se ponen de acuerdo. (¡Gracias, Irene, por la foto!)

Para terminar no podía faltar una mención especial para Liniers (@porliniers) y su serie de viñetas protagonizadas por El señor que traduce los títulos de las películas. Ya sabemos que los traductores no tenemos nada que ver con los títulos (ni de películas ni de libros), que es todo cuestión de los departamentos de márketing y publicidad, pero él lo puede todo. Además, nos enseña varias cosas:

1. Cómo nos gustan los nombres rimbombantes:

2. A veces el método de trabajo es algo particular:

3. Como buen traductor, es un gran defensor de nuestras neuronas y se encarga de eliminar cualquier inventiva en los títulos del cine. (En cuanto al uso recurrente de «mortal», hay un especial muy interesante en «La traducción del mal»)

Gracias a él podemos ir a cine tranquilos porque se ha encargado de eliminar cualquier complejidad lexicográfica, poder de sugerencia o poesía en las marquesinas:

(En España, «Superbad» fue «Supersalidos»)

Claro que, por suerte, no siempre se sale con la suya.

Aunque, cuidado: ¡dicen que el «traductor» se pasa a la literaria!

¿Y vosotros que opináis? ¿Se nos retrata de forma realista? ¿Recordáis algún otro fragmento en el que salgamos bien o mal parados?

¡Hasta la próxima!

Día del Libro: lectura, traducción y visibilidad

23 lunes Abr 2012

Posted by enlalunadebabel in Lengua española, Literatura, Traducción

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editoriales, literatura, reconocimiento, sant jordi, traducción, traducción literaria, traductor

Sant Jordi, el Día del Libro, me ha parecido siempre un día muy especial. Es un día de celebración de la lectura y, por extensión, de la originalidad y la imaginación. Al fin y al cabo, leer nos abre las puertas a otras realidades, a nuevos mundos. Como dice George R.R. Martin en A Game of Thrones: «A mind needs books as a sword needs a whetstone, if it is to keep its edge».

A modo de inciso, aprovecho para comentar que no creo que deba verse la lectura como algo a lo que obligar, sino como un acto motivado por la curiosidad y por el afán de saber, comunicarse. Para mí la lectura es como escuchar a una persona que de otra manera no podría comunicarse conmigo.

Además, el dominio del lenguaje no se adquiere solamente con el estudio exhaustivo de las normas gramaticales. Existe un camino más rico, más sugerente y, por supuesto, mucho más divertido: la lectura de obras literarias ya sea en nuestro idioma, en otro o a través de una traducción.

La traducción literaria

El libro no es más que uno de los soportes que sirven para cualquier tipo de traducción. La traducción literaria se refiere a la de aquellas obras o textos que sirven generalmente en su lengua original para crear o reflejar una experiencia estética o artística, en lugar de estrictamente recoger y transmitir información o conocimientos, ámbito propio de la traducción técnica.

La traducción literaria requiere habilidades en estilo, una buena imaginación y una gran base cultural porque las obras suelen estar fuertemente impregnadas de la cultura de la lengua en la que están escritas. Este tipo de traducción requiere que el traductor posea el mismo conocimiento y dominio de la lengua de partida que de la lengua de llegada (como en cualquier otro tipo de traducción, evidentemente), pero sobre todo de los contextos culturales e históricos propios del texto literario correspondiente en ambas lenguas.

El traductor literario, además de enfrentarse a las dificultades que presenta toda traducción, ha de atender a la belleza del texto, a su estilo y sus marcas (léxicas, gramaticales o fonológicas), teniendo en cuenta que las marcas estilísticas en una lengua pueden no serlo en otra. Debe tratar de reproducir el efecto completo del texto original en el lector de lengua de destino, por lo que debe recoger el significado adecuado de las palabras y evocar las mismas emociones que el original. En este sentido traducir poesía, por ejemplo, ofrece un doble desafío ya que hay que respetar tanto el sentido como la métrica.

Por último, la traducción literaria es también una forma de crear: una obra traducida es siempre otra obra distinta, adquiere significados diferentes, ritmos diferentes, contenidos diferentes, el éxito al traducirla está sobre todo en el placer estético que provoca.

La visibilidad del traductor literario

Como en las demás áreas de traducción, el traductor es ese ser que trasvasa la información de un texto de una lengua a otra pero pocas veces tiene rostro. En este sentido, la ACEC lanzaba hace unas semanas la campaña “¿Quién ha traducido el libro?” en pro de la visibilidad de la traducción literaria. De esta manera se pretende luchar contra la práctica periodística que consiste en no mencionar el nombre del traductor o traductora cuando se comenta un libro traducido de otra lengua. Al fin y al cabo, cuando alguien cita un párrafo de una novela traducida o comenta lo bien escrito que estaba el libro X o Y, en realidad está hablando de la traducción, no del original.

Por su lado, el grupo Tibónidas realizó una encuesta acerca de esta misma cuestión en la Feria del libro de Granada en 2011, que concluyó que la gran mayoría de la gente si bien reconocía la importancia de la calidad de las traducciones, admitía no comprobar el nombre del traductor de las obras que leían. ¿Lo más positivo? Muchos aseguraron que a partir de entonces se fijarían más.

Sin embargo, a mi parecer, la responsabilidad primera recae en los editores, porque es la editorial quien decide cómo se menciona al traductor del libro en cuestión. La mayoría de las veces, el nombre aparece en la página del título interior y en la de los créditos. Por poner un ejemplo, barro para casa:

En el caso de otras editoriales, como Acantilado, el traductor aparece en la misma portada e incluso en internet se recoge el nombre justo debajo del título:

Es cierto que el traductor cobra; es cierto que no en todos los trabajos los empleados tienen el reconocimiento que se merecen; es cierto que los traductores nos hacemos muy pesados con este tema, pero hay que darse cuenta de que es un trabajo duro, arduo, que muchas veces se prolonga varios meses y, en definitiva, si nosotros no luchamos por esto, nadie lo hará.

***

Para saber más:

  • Rasgos de una buena traducción literaria. http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/asele/pdf/02/02_0393.pdf
  • A vueltas con el traductor literario: una reflexión sobre sus competencias. http://www.lalinternadeltraductor.org/n4/traductor-literario.html

Oda a los traductores

08 jueves Mar 2012

Posted by enlalunadebabel in Literatura, Off topic, Traducción

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oda, poema, traductor

ANUNCIO POR PALABRAS

Se busca un traductor que sepa coser,
que separe los hilos del texto, que lo desgarre amorosamente en trapos,
que sepa bordar,
que descubra los colores, los relieves, que cambie las agujas si hay hilos gruesos y los hay finos, que recame, que enhebre, que deshebre y pesebre, que dé pespuntes, encuentre el grado cero y en un pronto se enardezca y vuelva a la calma cuando el tejido del texto lo exija.

Se busca un traductor que no sólo borde sino también aborde lenguajes, códigos, señales, guiños, cuerdas, broches, corchetes y pendientes.
Se busca un traductor que haya probado todos los transbordadores del
mundo incluso sin haberse movido de su casa.

Se busca un traductor que sepa abrir la puerta.

Se busca un traductor que confunda la palabra con el paladar.

Se busca un traductor que no se paralice y se mueva al ritmo de la lengua
que se mueve, que se mueve se mueve sin embargo se mueve, que sea capaz
de revolcarse y revolverse en las inmensas sábanas del lenguaje.

Se busca, ante todo, un traductor que reniegue de los dogmas, de los policías
del idioma.

Se busca un traductor, un errabundo. Se busca a Penélope o a Ulises.

Mario Merlino
23 de octubre, 2001


Novelas gráficas

07 miércoles Mar 2012

Posted by enlalunadebabel in Literatura

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cómic, literatura, Maus, novela gráfica, Persépolis

En Abacus y en Fnac deberían hacerme un bono especial. Cada vez que entro una vórtice espaciotemporal me engulle y me acabo dejando medio sueldo…

Esta vez no ha sido diferente y he salido con tres novelas gráficas la mar de apetitosas: Las calles de arena, de Paco Roca (genial autor de Arrugas), Píldoras Azules de Frederik Peeters y El arte de volar, de Antonio Altarriba, que recibió el Premio Nacional de Cómic de Cataluña. Y no puedo esperar a hincarles el diente.

Y a todo esto, ¿qué es una novela gráfica? ¿Es un cómic? ¿Una novela ilustrada? Pues un poco de todo. Incluso hay quien defiende que, en sí, es un movimiento que tiene su propio manifiesto. A mí empezaron a gustarme desde que leí la monumental Maus de Art Spiegelman en inglés.

Si queréis ver una pincelada, aquí tenéis un interesante tráiler:

De hecho, fue esta obra la que dio a conocer más el género, mereció una atención más respetuosa por la “alta cultura” en EE.UU. (los cómics son por definición un entretenimiento infantil), vendió medio millón de ejemplares en librerías y ganó un premio Pulitzer especial en 1992. ¿Y de qué va? Pues es una historia del Holocausto con protagonistas nada convencionales (gatos y ratones, seguro que adivináis quién es quién) y de origen autobiográfico. Una joya.

Poco después cayó en mis manos Blankets de Craig Thompson, que narra la atribulada adolescencia del autor. No es un novelón pero me gusta cómo nos deja ver parte de su vida como si le estuviéramos espiando, por decirlo de algún modo.

Luego han venido muchas otras de las que necesitaría varios posts para hablar, así que os dejo con mi top five con algunas reseñas:

1. MAUS. Art Spiegelman. Reservoir Books.

http://www.guiadelcomic.com/comics/maus.htm

2. ARRUGAS. Paco Roca. Astiberri Ediciones.

Narra las vivencias de unos ancianos en una residencia. Una historia conmovedora sobre el Alzheimer. Quizá sea una opinión muy parcial (aunque todas lo son) porque lo leí poco después de la muerte de mi abuelo, pero es de los cómics que dejan huella.
http://www.guiadelcomic.com/autores/paco-roca/arrugas.htm

3. BLANKETS. Craig Thompson. Astiberri Ediciones.

http://www.guiadelcomic.com/comics/blankets.htm

4. PERSÉPOLIS. Marjane Satrapi. Norma Editorial.

La historia autobiográfica de la autora iraní, de cómo creció en un régimen fundamentalista islámico que la acabaría llevando a abandonar su país.
http://www.guiadelcomic.com/comics/persepolis.htm

5. KIKI DE MONTPARNASSE. Jose-Louis Bocquet. Editorial Sinsentido.

La historia de la musa de Man Ray desde sus más humildes orígenes.
http://www1.dreamers.com/productos/352291_KIKI_DE_MONTPARNASSE.html

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