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En la luna de Babel

~ Blog sobre lenguas y traducción

En la luna de Babel

Archivos de etiqueta: editoriales

Encontrar trabajo en traducción literaria: hablamos con Juan Pascual

28 lunes Mar 2016

Posted by enlalunadebabel in Cuestiones laborales, Traducción, traducción literaria

≈ 13 comentarios

Etiquetas

buscar trabajo, cómo empezar a traducir, consejos, editoriales, orientación laboral, primeros pasos en traducción, traducción editorial, traducción literaria, traducir libros, traducir novelas

Sea del ámbito que sea, un blog tiene mucha carga personal; es una colección de entradas con experiencias individuales, de cómo ve cada uno un tema o su profesión. Como no me gusta pontificar sobre ninguna cuestión y pienso que nos enriquece muchísimo conocer el punto de vista y la experiencia de los demás, cuento en esta ocasión con la colaboración de un traductor literario y amigo, Juan Pascual.

En este artículo Juan nos cuenta su experiencia como traductor y nos da algunos consejos para encontrar trabajo en el sector de la traducción editorial. Si no tenéis la suerte de conocerlo en persona, tal vez le hayáis escuchado en la mesa redonda sobre traducción romántica y erótica que compartí hará unos meses en este blog. Sin embargo, si queréis saber más, seguid leyendo.

***

Empecemos un poquito por mi propia historia: yo soy lo que algunos en este mundillo llaman un «intruso», es decir, que no hice la Licenciatura en Traducción, sino en Filología Inglesa, porque en mi época (sí, ya hablo de épocas), no había estudios de traducción en Málaga, mi ciudad, y lo de irse a Granada —la alternativa más cercana— estaba complicado en mi caso. Cuando me licencié, ya sí existían unos cursos de doctorado especializados, así que me matriculé y empecé a formarme en traducción.

El «problema» fue que a mediados del segundo año conseguí trabajo en el departamento de redacción de la matriz española de una empresa de juegos… en Barcelona. Pero como era trabajo, y era de traducción, me lie la manta a la cabeza. Después de tres años, me tocó revisar las traducciones de los libros que la empresa original sacaba en Gran Bretaña. Me conocía al dedillo todos los términos, así que le pregunté a la editorial por qué no me encargaba la traducción directamente a mí. Y desde entonces… hasta ahora.

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Ese es solo uno de los miles de ejemplos que encontraréis cuando hagáis la gran pregunta: ¿Cómo iniciarse en la tarea de traducir? De todos modos, me gustaría daros algunas pautas más generales que quizá os sirvan, que podrían resumirse en la que yo creo que es la mejor combinación posible: una buena formación, el establecimiento de una buena red de contactos y la cantidad adecuada de lo que en términos académicos se viene llamando… morro. Nada de lo que voy a explicar a continuación es descubrir la pólvora, pero nunca está de más recordarlo e insistir en ello.

Me explico: nadie puede discutir que es posible traducir sin haber estudiado traducción (¡anatema!). Y tampoco se trata de que baste, por ejemplo, con ser bilingüe. Pero yo envidio a los que han tenido la posibilidad de estudiar la carrera. Donde yo he tardado años en aprender algo, ellos ya lo traen de serie. Tienen soluciones inmediatas a problemas con los que yo me he atascado días (eso sin contar con la formación «tecnológica», tipo herramientas de traducción y similares).

Eso sí, bajo mi punto de vista, a los años de carrera siempre, siempre, hay que añadirles cursos, del tipo que sea, para completar y afinar esa formación. Sé que suena a verdad de Perogrullo, pero no todo el mundo tiene claro que hay que seguir estudiando, sin importar los años que lleves en el oficio. En muy pocos casos basta con acabar la carrera, ya sea para traducir documentos técnicos, legales o literatura. Existen todo tipo de cursos, desde los de las asociaciones de traductores (APTIC, ACETT), hasta los de las propias universidades. Buscad, mirad, comparad… y ahorrad. Todo esto es una inversión, y lo mismo que uno se gasta dinero en el ordenador, debe hacerlo en la formación (o más).

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Juan Pascual con otros dos grandes, Pilar Ramírez Tello y Manuel de los Reyes, en el encuentro sobre traducción de literatura fantástica en Málaga.

La red de contactos resulta básica. Vuestros compañeros son los que avisan de las posibles ofertas de trabajo, os dan a conocer a otras personas del mundillo, avisan de qué editorial va a aumentar su catálogo en italiano, por ejemplo, y de que ya va siendo hora de que mandarles el currículum (otra vez, si hace falta), pasan faena si por casualidad ellos no dan abasto, etcétera. ¿Y cómo se consigue esa red? Mantened el contacto con los compañeros de facultad, asiste a congresos, reuniones, encuentros de traducción y demás, a todo lo que ofrezca formación (sí, otra vez), información y posibilidad de conocer a nuevos compañeros. Uníos a los grupos de traducción que se organizan en las distintas redes sociales.

Por último, la parte más académica: el morro. No dudéis en enviar el currículum, en abordar (abordar, no asaltar) a la persona encargada de asignar una traducción, ya sea en un congreso, por correo electrónico o similares. Ejemplo: conozco el caso de una persona que no solicitó una beca de investigación porque estaba segura al 110 % de que no se la iban a dar. Resultado: ese año, el concurso de la beca quedó desierto. Pues como con eso, con todo.

Todos estos consejos son muy generales (deben serlo, abarcamos mucho) para dedicarse a la traducción en cualquier ámbito, pero centrándonos en el campo editorial, ahí va un caso algo más concreto: una compañera presentó una propuesta a una editorial de cómics y se curró la traducción de las primeras páginas de una novela gráfica hasta el punto de utilizar un programa y sustituir el original griego de las viñetas por su traducción. Sabía que eso no formaría parte de su trabajo, pero sí que sería un modo muy gráfico (valga la redundancia) de presentar su propuesta.

Otro modo es buscar un autor que se adapte al catálogo de la editorial. Siempre, siempre, hay que consultar el catálogo: una propuesta de un libro de cocina difícilmente encaja en una editorial como Minotauro (¿Qué tiene Minotauro? ¡Primer ejercicio, miradlo!). Si ese autor además ya está libre de derechos, mejor que mejor: le ofrecéis un ahorro a la editorial, lo que siempre hará que sea un propicio día.

¿De dónde he sacado esa última frase tan curiosa? ¡Buscad, leed, «bichead», como dicen algunas compañeras por aquí! Cualquier traductor editorial debe leer siempre que pueda, y de todo lo que pueda, aunque el tema a veces no sea del completo interés de uno. Nunca se sabe qué clase de libro te puede caer (con suerte).

Todo lo anterior son consejos generales y evidentes, quizás conocidos por la mayoría de quienes han leído esto, pero nunca se sabe qué se puede aprender, qué detalle se nos ha pasado por alto, qué posibilidad no hemos contemplado. Aprendemos algo todos los días (como yo escribiendo este texto, por ejemplo, que me cuesta una hueva redactar pensamientos coherentes).

¡Buena caza!

juan

***

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Día del Libro: lectura, traducción y visibilidad

23 lunes Abr 2012

Posted by enlalunadebabel in Lengua española, Literatura, Traducción

≈ 1 comentario

Etiquetas

editoriales, literatura, reconocimiento, sant jordi, traducción, traducción literaria, traductor

Sant Jordi, el Día del Libro, me ha parecido siempre un día muy especial. Es un día de celebración de la lectura y, por extensión, de la originalidad y la imaginación. Al fin y al cabo, leer nos abre las puertas a otras realidades, a nuevos mundos. Como dice George R.R. Martin en A Game of Thrones: «A mind needs books as a sword needs a whetstone, if it is to keep its edge».

A modo de inciso, aprovecho para comentar que no creo que deba verse la lectura como algo a lo que obligar, sino como un acto motivado por la curiosidad y por el afán de saber, comunicarse. Para mí la lectura es como escuchar a una persona que de otra manera no podría comunicarse conmigo.

Además, el dominio del lenguaje no se adquiere solamente con el estudio exhaustivo de las normas gramaticales. Existe un camino más rico, más sugerente y, por supuesto, mucho más divertido: la lectura de obras literarias ya sea en nuestro idioma, en otro o a través de una traducción.

La traducción literaria

El libro no es más que uno de los soportes que sirven para cualquier tipo de traducción. La traducción literaria se refiere a la de aquellas obras o textos que sirven generalmente en su lengua original para crear o reflejar una experiencia estética o artística, en lugar de estrictamente recoger y transmitir información o conocimientos, ámbito propio de la traducción técnica.

La traducción literaria requiere habilidades en estilo, una buena imaginación y una gran base cultural porque las obras suelen estar fuertemente impregnadas de la cultura de la lengua en la que están escritas. Este tipo de traducción requiere que el traductor posea el mismo conocimiento y dominio de la lengua de partida que de la lengua de llegada (como en cualquier otro tipo de traducción, evidentemente), pero sobre todo de los contextos culturales e históricos propios del texto literario correspondiente en ambas lenguas.

El traductor literario, además de enfrentarse a las dificultades que presenta toda traducción, ha de atender a la belleza del texto, a su estilo y sus marcas (léxicas, gramaticales o fonológicas), teniendo en cuenta que las marcas estilísticas en una lengua pueden no serlo en otra. Debe tratar de reproducir el efecto completo del texto original en el lector de lengua de destino, por lo que debe recoger el significado adecuado de las palabras y evocar las mismas emociones que el original. En este sentido traducir poesía, por ejemplo, ofrece un doble desafío ya que hay que respetar tanto el sentido como la métrica.

Por último, la traducción literaria es también una forma de crear: una obra traducida es siempre otra obra distinta, adquiere significados diferentes, ritmos diferentes, contenidos diferentes, el éxito al traducirla está sobre todo en el placer estético que provoca.

La visibilidad del traductor literario

Como en las demás áreas de traducción, el traductor es ese ser que trasvasa la información de un texto de una lengua a otra pero pocas veces tiene rostro. En este sentido, la ACEC lanzaba hace unas semanas la campaña “¿Quién ha traducido el libro?” en pro de la visibilidad de la traducción literaria. De esta manera se pretende luchar contra la práctica periodística que consiste en no mencionar el nombre del traductor o traductora cuando se comenta un libro traducido de otra lengua. Al fin y al cabo, cuando alguien cita un párrafo de una novela traducida o comenta lo bien escrito que estaba el libro X o Y, en realidad está hablando de la traducción, no del original.

Por su lado, el grupo Tibónidas realizó una encuesta acerca de esta misma cuestión en la Feria del libro de Granada en 2011, que concluyó que la gran mayoría de la gente si bien reconocía la importancia de la calidad de las traducciones, admitía no comprobar el nombre del traductor de las obras que leían. ¿Lo más positivo? Muchos aseguraron que a partir de entonces se fijarían más.

Sin embargo, a mi parecer, la responsabilidad primera recae en los editores, porque es la editorial quien decide cómo se menciona al traductor del libro en cuestión. La mayoría de las veces, el nombre aparece en la página del título interior y en la de los créditos. Por poner un ejemplo, barro para casa:

En el caso de otras editoriales, como Acantilado, el traductor aparece en la misma portada e incluso en internet se recoge el nombre justo debajo del título:

Es cierto que el traductor cobra; es cierto que no en todos los trabajos los empleados tienen el reconocimiento que se merecen; es cierto que los traductores nos hacemos muy pesados con este tema, pero hay que darse cuenta de que es un trabajo duro, arduo, que muchas veces se prolonga varios meses y, en definitiva, si nosotros no luchamos por esto, nadie lo hará.

***

Para saber más:

  • Rasgos de una buena traducción literaria. http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/asele/pdf/02/02_0393.pdf
  • A vueltas con el traductor literario: una reflexión sobre sus competencias. http://www.lalinternadeltraductor.org/n4/traductor-literario.html

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