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Hace un tiempo que compro velas a una chica que tiene un pequeño taller en Valencia. Tras varios retrasos en los pedidos por la DANA y por el volumen de ventas en Navidad, le llovieron los comentarios negativos en su cuenta profesional de Instagram. Por suerte, no todos iban en el mismo sentido y hubo algunos, como este mismo, que daba pie a la reflexión y a su aplicación a muchos otros ámbitos.
¿Qué tiene que ver Amazon con todo esto?
La rapidez con la que queremos las cosas en la actualidad se debe a varios factores, y Amazon ha desempeñado un papel importante a la hora de moldear nuestras expectativas. Amazon popularizó la entrega en un día (o incluso el mismo día) con su servicio Prime. Esto creó un estándar en el comercio electrónico: los consumidores ahora esperan recibir productos casi al instante, lo que antes parecía imposible o innecesario. Otros comercios han adoptado modelos similares para competir con Amazon. Esto ha hecho que la rapidez no sea solo un lujo, sino una necesidad para sobrevivir en el mercado.
Vivimos en una era donde casi todo está al alcance de un clic: contenido en streaming, información en segundos y productos en la puerta de casa en horas. Esta inmediatez se ha convertido en la norma, lo que ha reforzado y refuerza nuestra aversión a la espera.
El acceso rápido a un producto o servicio crea una sensación de control y eficiencia. Si podemos obtener algo «ya», nos sentimos productivos y satisfechos, aunque esto no necesariamente mejore nuestra calidad de vida. Esta velocidad con la que obtenemos bienes y servicios afecta también cómo percibimos el tiempo. Nos hemos acostumbrado a lo inmediato, y cualquier retraso puede generar frustración, incluso si es razonable.
El efecto Amazon en nuestro trabajo
Cómo no, la «cultura» de la inmediatez también afecta al mundo de la traducción, tanto en las expectativas de los clientes como en la forma en que trabajamos.
1. Plazos cada vez más ajustados
Las expectativas de rapidez han llegado al sector de la traducción, obviamente (no es una sorpresa, muchas veces bromeamos con lo de que un «proyecto es para ayer»). Ahora, algunos clientes quieren textos complejos en plazos cortísimos, muchas veces ignorando que un buen trabajo de traducción requiere tiempo para investigar, reflexionar y revisar. Esto puede afectar la calidad final y aumentar el estrés de los traductores.
2. Automatización y herramientas de traducción
Al igual que Amazon optimizó la logística, las tecnologías de traducción han acelerado los procesos. Herramientas como la traducción automática y las memorias de traducción permiten trabajar más rápido, pero no siempre garantizan la calidad que un cliente espera. Esto puede generar tensiones entre la rapidez y el nivel de excelencia.
3. Demanda de traducción inmediata
Con la globalización, las empresas necesitan que su contenido esté disponible en varios idiomas al mismo tiempo (lanzamientos simultáneos, marketing digital, etc.). Esto genera más presión sobre los traductores, que deben trabajar con plazos reducidos y, en algunos casos, con equipos colaborativos en tiempo real y ya sabemos que, como dicen en inglés, too many cooks spoil the broth.
4. Percepción del valor de la traducción
La inmediatez a veces lleva a subestimar el esfuerzo detrás de una buena traducción. Al igual que con los productos de Amazon, el cliente ve el «producto final» (el texto traducido), pero no siempre comprende las horas de dedicación que requiere. Esto puede hacer que perciban la traducción como algo rápido y fácil, y se disminuya así la valoración.
5. Efectos en la creatividad
El proceso creativo de traducción, sobre todo si hablamos de literatura o textos culturales, puede sufrir cuando el tiempo es limitado. La traducción no es solo trasladar palabras, sino interpretar y darles vida en otro idioma, algo que no siempre se puede hacer a toda mecha.
Reflexión sobre la calidad frente a la rapidez
Al igual que en otros sectores, en traducción deberíamos abogar por un equilibrio: rapidez cuando sea posible, pero sin sacrificar la calidad, y esto se consigue de maneras distintas en función del texto. Por eso también creo que es importante educar a los clientes sobre la importancia del tiempo en la traducción, porque lo rápido no siempre es lo mejor.
En resumen, el mundo de la traducción no está exento de la influencia de Amazon y la era de lo inmediato, pero el reto aquí es encontrar un equilibrio entre eficiencia y calidad para mantener el valor de nuestro trabajo.


















