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En la luna de Babel

~ Blog sobre lenguas y traducción

En la luna de Babel

Publicaciones de la categoría: Lengua española

De universos inventados y frases hechas

24 domingo Ago 2025

Posted by enlalunadebabel in Lengua española, Traducción, traducción literaria

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fantasía, fraseología, frases hechas, literatura, traducción, traducción literaria

Las frases hechas no viajan bien entre mundos… y ahí empieza el reto del traductor (humano).

En la novela en la que trabajo ahora, los protagonistas habitan un universo distinto al nuestro, donde muchos animales de la Tierra —como perros o ranas— sencillamente no existen. Esto condiciona las decisiones traductológicas: expresiones tan comunes en castellano como «no es moco de pavo» pierden sentido. Lo mismo ocurre con referencias religiosas como «no es santo de mi devoción» o coloquialismos del tipo «donde Cristo perdió el gorro», que en un mundo sin santos, sin Cristo y sin tradición católica carecen de coherencia.

Y no solo pasa con expresiones y frases hechas del estilo, también sucede con medidas y tiempo. Si ese mundo no se rige por relojes —como es el caso que me ocupa—, no podemos hablar de segundos ni minutos; habrá que medir de otra manera, quizá en latidos, pasos o ciclos naturales propios de ese universo.

¿Cómo mantenemos la expresividad de la lengua de llegada sin traicionar la coherencia interna del universo ficticio? Pues la respuesta pasa por la traducción más creativa y humana: encontrar equivalentes que transmitan el mismo efecto al lector, pero que respeten la lógica del mundo narrativo.

Este tipo de decisiones demuestran por qué la traducción literaria (y la no literaria también, ¿eh?) requiere criterio y sensibilidad profesional. Una IA ofrece equivalencias literales, pero no va a evaluar si ese animal existe en la diégesis de la obra o si esa referencia cultural, religiosa o temporal es verosímil en ese universo. Porque no piensa. Esa negociación entre fidelidad y coherencia sigue siendo terreno humano.

¿Qué otras expresiones crees tú que no sobrevivirían en un universo inventado? ¡Te leo!

🖼️ Autorretrato. Dorothea Tanning (1944)

Traducir es puro funambulismo 🎪

22 martes Jul 2025

Posted by enlalunadebabel in Lengua española, Traducción, traducción literaria

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argot, cultura, equilibriotraductor, fechartraducciones, GenZ, jerga, literatura, modernidad, traducción, Traducción, traducción literaria

Los traductores nos movemos constantemente entre dos extremos: por un lado, el respeto al texto original; por otro, la búsqueda de una expresión natural en la lengua de llegada. Y en ese vaivén, a veces nos inclinamos tanto hacia uno de los lados que perdemos de vista lo esencial: la durabilidad, la coherencia, la voz.

En los últimos años, hablamos mucho (y con razón) de la importancia de alejarse de traducciones excesivamente literales, esas que suenan forzadas, antinaturales, cogidas por pinzas, vaya. Sin embargo, en ese afán por sonar «naturales», corremos el riesgo contrario: el de fechar las traducciones, anclarlas en un momento concreto del tiempo al utilizar expresiones demasiado propias de una moda, una generación o una jerga puntual.


Pensemos en palabras como «bro», «PEC» o expresiones como «servir c*ñ*», «F en el chat», «estar alguien en su prime», etc. Tienen fuerza, ritmo, personalidad…, pero también fecha de caducidad. Puede que funcionen de maravilla hoy, pero ¿cómo envejecerán dentro de cinco años? ¿Seguirán siendo comprensibles? ¿O parecerán artefactos de otra era, como los «guay del Paraguay» de los noventa?

Traducir es trasladar palabras, claro, pero sobre todo consiste en decidir qué tono queremos dar, cuánto queremos que pese la actualidad y cuánto queremos que perdure la historia. No se trata de eliminar lo coloquial ni de neutralizar la voz de los personajes, sino de preguntarnos a quién estamos hablando hoy… y a quién le hablaremos mañana.

Este equilibrio no es fácil y no siempre hay respuestas claras, porque, obviamente (se viene frasecita manida) depende del contexto. A veces, una expresión muy del momento es justo lo que necesita un personaje para cobrar vida (hace poco en una novela encontraba, literal, una expresión donde encajaba de mil amores lo del «ir a servir»). Otras, es mejor apostar por una naturalidad menos marcada, más atemporal, que permita que el texto respire con libertad dentro de unos años.

Como traductores, no podemos prever el futuro, pero sí podemos ser conscientes de las elecciones que hacemos. Y sobre todo, podemos defender que una traducción con personalidad no tiene por qué sonar forzada ni tampoco quedar atrapada en una moda pasajera.

Al final, se trata de eso: encontrar la voz, el tono y el ritmo que hagan justicia al original y que, al mismo tiempo, conecten con los lectores… de hoy y de mañana.

***

P. D.: Si hay algo de la imagen que no te suena, te dejo por aquí un minidiccionario: https://lnkd.in/dJndjb-H

Hortografía que te ace perder bentas

28 miércoles Feb 2024

Posted by enlalunadebabel in comunicación, Lengua española, Traducción

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comunicación fallida, consecuencias económicas, errores de traducción, errores ortográficos, lenguaje claro

En un contexto donde la reputación, la notoriedad y la visibilidad de la empresa están en juego, tan negativo es utilizar un lenguaje demasiado coloquial donde no procede o transmitir una frialdad excesiva, como descuidar la ortografía. Algunos errores no solo arruinan la reputación, sino que también pueden provocar la pérdida de clientes.

¿Una mala ortografía puede hacer perder dinero a las empresas?

Pues sí. Sin medias tintas. Las faltas de ortografía hacen perder la credibilidad y la confianza en una marca. Y esto se da en todos los ámbitos de la comunicación.

Cuando hay errores ortográficos en una newsletter, un correo electrónico, un cartel, la página web del comercio y hasta en el producto que se vende, el emisor pierde por completo la credibilidad. La empresa o entidad que lo envía queda mal y el mensaje hace saltar todas las alarmas: sabemos bien qué es el phishing, desconfiamos de la credibilidad de una marca que nos escribe con erratas, pero también de la seriedad de quien lo envía. Y es que los pequeños errores ortográficos pueden salir muy caros tanto a consumidores como a empresas.

La mala ortografía hace menguar la confianza… y hasta las ventas

Un texto promocional con el que se quiera vender algo debe estar bien escrito. En un artículo que leí hace un tiempo, un empresario hablaba precisamente de esto y afirmaba que la mala ortografía costaba millones de libras en el Reino Unido. Charles Duncombe, director de una web de viajes, telefonía móvil y ropa, exponía que la mala ortografía es un problema grave para la economía online. Tras analizar las cifras de su web, afirmó que una sola falta de ortografía podía reducir un 40 % las ventas online.

Las cifras de venta indican que las faltas disuaden a los consumidores, pero también les disuade que no les hables bien en su idioma. Así pues, cuidado con traducir un ecommerce con un programa de traducción automática.

Según qué motor de traducción automática se utilice, se puede acabar con un texto trufado de auténticas barbaridades. Muchas veces el programa no tiene capacidad de discernir cuál es el contexto y hace unas traducciones desastrosas. Que se lo digan al Fútbol Club Barcelona, en las instalaciones del cual había un cartel que rezaba: «Compre aquí sus entradas sin hacer cola». Hasta ahí bien, ortografía impecable en español, pero al traducir el cartelito al inglés, ese «cola» aparecía como tail (cola, sí, pero de animal) y no queue.

La cola de marras.

«Un texto promocional o serio debe estar bien escrito; una sola falta de ortografía puede reducir un 40 % las ventas online».

¿Hay más laxitud en la comunicación escrita?

Desde luego es donde se observa más porque verba volant, scrīpta mānent, pero también porque no se le da el mimo que merece. Y esto es un peligro: las faltas se extienden luego por las redes sociales como la pólvora.

Hace un tiempo, el community manager de La Casa del Libro escribió este tuit: «Se hacerca el día internacional del libro juvenil». La respuesta de la gente fue obvia: «La casa del libro ni los abre», entre muchos otros tuits jocosos. El responsable de las redes sociales recurrió después al humor para enmendar su error, pero no siempre es así y la reputación puede verse afectada. ¿Qué imagen de marca nos llevamos si leemos mensajes de este tipo?

¿Quién no ha recibido alguna vez un correo con un lenguaje descuidado, erratas y errores de traducción? Con un texto de sintaxis cuestionable, cuajado de frases extrañas o con una mezcla de idiomas y de palabras que normalmente no son habituales o parecen forzadas en el contexto. Un mensaje así genera cero confianza.

Entre el castellano y el catalán, por ejemplo, se ven muchísimo este tipo de errores por la proximidad entre idiomas y porque, en consecuencia, se cree que es un tipo de traducción que puede hacer cualquiera. Así, se ha hablado de la marca de ropa Mango traduciéndola como «Mànec» (mango de una sartén, no la fruta); se ha podido leer una noticia sobre el expresidente de Seat, Luca de Meo, con el nombre cambiado por Luca de Pixo (os podéis imaginar de dónde viene) o nos hemos quedado patitiesos cuando, en ciertos periódicos digitales que siempre traducen los artículos automáticamente, alaban el último partido de Llegeixo Messi.

En ciertos ámbitos de Internet, como en las redes sociales, hay una mayor tolerancia y laxitud en cuanto a la ortografía y la gramática (uno no escribe igual en sus redes personales que en una carta de presentación para optar a un puesto de trabajo). Sin embargo, los errores ortográficos en una página de inicio o en una oferta comercial pueden plantear dudas sobre la confianza y la credibilidad del sitio. Una palabra mal escrita podría suponer un gran problema.

¿No desconfiarías de la calidad de una prenda de ropa si ves errores en el lema?

«Las faltas de ortografía en una web de una empresa pueden crear dudas sobre la credibilidad de la compañía».

Cuando el error es intencionado, ¿da un golpe de efecto?

¿Qué te ha parecido la ristra de errores ortográficos del titular? ¿Te ha impactado? Hace unos años, unas galerías comerciales de Barcelona anunciaban su periodo de descuentos con un gran «REVAJAS». Desde luego, fue algo llamativo, pero hay que saber jugar muy bien esa baza. El uso incorrecto del idioma puede transmitir una falta de profesionalidad o descuido. En lugar de atraer la atención positiva, es más probable que el mensaje cause una percepción negativa.

Si lo que queremos es que destaque nuestro anuncio, es preferible un contenido claro, conciso y persuasivo, acompañado de un diseño atractivo. La calidad del mensaje y la presentación son factores clave para atraer la atención de una forma eficaz y positiva.

Porque el problema es que, muchas veces, no queda claro si la errata es intencionada. A mí me ha pasado ya en un par de ocasiones con una marca muy conocida. ¿Lo de «fayar» es un error? Podría parecer que no y que se ha hecho a posta porque es un guiño, un uso casi metalingüístico en la prenda, pero ¿«allways» también es algo buscado? Poco probable, pues lo he visto en otros artículos de estampado similar.

Si queremos jugar con la lengua, que quede bien claro.

¿Por qué se escatima, pues, en corrección y traducción?

Se quiere todo bueno, bonito y, sobre todo, barato. También se cree que cualquier persona de la empresa puede redactar un texto, que domina lo suficiente para escribirlo… y hasta para traducirlo. Pero no, no basta con unos conocimientos básicos. Muchas empresas no le dan importancia a una coma de más o a un pequeño error hasta que es demasiado tarde.

Hay que desterrar el mito de que la corrección y la traducción son servicios caros. Cualquier profesional te hará un presupuesto a medida (con su buen desglose de elementos) para que consigas lo que quieres de verdad con tus textos. Tu reputación y las ventas están en juego.

******

Artículo publicado originalmente en LinkedIn.

Entrevista con relación a este tema: La ortografía sí importa: «Puedes perder un 40% de las ventas si escribes mal»

Pr(e)posiciones (in)decentes y un diccionario genial

23 viernes Feb 2024

Posted by enlalunadebabel in Aprendizaje, Lengua española, Recursos

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Emile Slager, español, grammar, lengua española, preposiciones, régimen preposicional, spanish

Mira, no sé tú, pero incluso en castellano, tengo que repasarlas en el diccionario, porque tienen miga. Pero no me adelanto, te dejo el diccionario más abajo.

Las preposiciones son palabras invariables que sirven de nexo dentro de una oración. Son unidades carentes de autonomía y, por eso, no pueden funcionar aisladas, exceptuando algunos casos muy determinados. En algunas ocasiones las preposiciones tienen significado léxico (El lápiz está bajo la libreta), pero en muchas otras aportan solo contenido gramatical (La camiseta de Paula).

Hasta ahí está todo más o menos claro, pero cuando hablamos de verbos de régimen preposicional, ay, la historia cambia. Los verbos de régimen preposicional, también llamados verbos prepositivos, exigen la presencia de una preposición específica para su correcto funcionamiento; es decir, si la preposición se suprime, el significado del verbo queda afectada. Si sabes inglés, te habrán venido a la cabeza los phrasal verbs (look after, look up to y look out significan cosas muy distintas).

Para mí, las preposiciones son de las cuestiones gramaticales más difíciles cuando se aprende un idioma… e incluso en el propio. ¿Por qué? Veámoslo:

  1. Variedad de preposiciones: por regla general los idiomas tienen una amplia variedad de preposiciones, cada una con significados y usos específicos. Recordar cuándo usar cada una puede ser abrumador y requerir tiempo y práctica.
  2. Diferencias entre idiomas: las preposiciones no siempre tienen equivalentes directos entre los idiomas. Cada idioma tiene preposiciones con significados y usos únicos, lo que dificulta la traducción directa y la comprensión para quienes aprenden una nueva lengua.
  3. Uso contextual: a menudo dependen del contexto y del significado particular de una frase. Comprender cómo una preposición afecta el significado de una oración puede ser complicado, ya que no siempre sigue reglas estrictas.
  4. Expresión de relaciones abstractas: las preposiciones se utilizan para expresar relaciones abstractas entre elementos en una oración, como tiempo, lugar, dirección, posesión, entre otros. Estas relaciones pueden no ser tan concretas como otros aspectos gramaticales, lo que dificulta su asimilación.
  5. La intuición del nativo: los hablantes nativos de un idioma a menudo las usan de manera intuitiva, lo que puede dificultar la explicación explícita de las reglas gramaticales. Las preposiciones pueden ser parte del conocimiento tácito de un hablante nativo, pero explicar estas reglas a alguien que aprende el idioma puede ser complicado.

Para estos casos, e igual que comentaba ayer con los errores ortográficos, no queda otra que leer, leer y leer. Es decir, a golpe de práctica y exposición. La práctica regular, la retroalimentación para corregir errores y la exposición a las preposiciones en situaciones reales son esenciales para internalizar su uso correcto. Si no se emplean con frecuencia en la práctica, un aprendiz de un idioma puede tener dificultades para recordarlas y aplicarlas de manera efectiva.

Como todo, la paciencia y la práctica son clave para asimilar el régimen preposicional en cualquier idioma. Así que, aquí van algunos recursos útiles. Primero, el Diccionario español de construcciones preposicionales de Emile Slager [in-dis-pen-sa-ble]. Luego, también está la guía de María Coco para el uso correcto de las preposiciones. Y aquí van un par de enlaces sobre los temidos phrasal verbs: https://www.englishreservoir.com/verbs-in-english/phrasal-verbs; https://etimalta.com/a-simplified-guide-to-phrasal-verbs/.

¿A ti también te cuestan? ¿Tienes algún recurso maravilloso que quieras compartir? ¡No te cortes!

El lenguaje de la noche

14 martes Mar 2023

Posted by enlalunadebabel in Curiosidades, Lengua española

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curiosidades lingüísticas, etimología, lengua, noche

Hace unos añitos, Dinio (famoso en España por mantener una relación sentimental con Marujita Díaz) dijo en unas declaraciones a la prensa rosa que «la noche me confunde» y la frase se quedó en el acervo lingüístico de muchos españoles. No es para menos, ¿se referiría a la etimología y a las distintas partes de la noche?

La palabra noche viene del latín noctem y este de la raíz indoeuropea (nekw-t), que encontramos en casi todos los idiomas indoeuropeos: ночь (notch, ruso), Nacht (alemán), νῡκτός (niktos, griego), niça (sánscrito); y fijémonos en los más cercanos: noite (gallego), nit (catalán); nueit (occitano), notte (italiano) o noapte (rumano).

¿Cuándo empieza la noche? ¿Solo es cuando se agota la luz del sol? ¿Por qué en castellano dura tanto la tarde, si en catalán, por ejemplo, está el vespre y el evening en inglés? Casi parece que, en general, la noche es para recogerse y dormir (sobre todo entre semana).

Sin embargo, la noche tiene lo suyo y ya los centinelas romanos dividían la noche en cuartos.

  1. prima
  2. modorra (que también es lo que te entra después de una comida copiosa en domingo antes de o durante la peli de Antena3)
  3. modorrilla
  4. alba

San Isidoro de Sevilla, polímata (sabio en varias disciplinas, vaya) del siglo VI, dividía la noche en siete partes:

  1. vesper
  2. crepusculum
  3. conticinium
  4. intempestum
  5. gallicinium
  6. matutinum
  7. diluculum

Alfonso de Palencia recogió en su Vocabulario universal en latín y en romance (Sevilla, 1490) las siguientes ocho partes de la noche:

  1. tarde (poniéndose el sol).
  2. crepúsculo (quando comiençan las tinieblas).
  3. concubio (quando los hombres duermen).
  4. noche intempesta (quando todos los animales profundamente reposan).
  5. conticinio (quando todas cosas parecen estar callando y adormidas).
  6. gallicinio (quando los gallos comienzan a cantar).
  7. dilúculo (quando más espesas vezes cantan anunciando la cercanía del alba).
  8. antelucano (quando ya el alba comienza a desparzir las tinieblas).

El castellano posee numerosas palabras para definir los diversos aspectos de la noche. De la división de San Isidoro se heredan muchas de las etimologías, así conticinio (parte de la noche en que todo está en silencio), galicinio (hora previa al alba en la que canta el gallo; ¿no os parece una palabra preciosa?), o dilúculo (la última de las partes). Por otro lado, de la división recogida por Alfonso de Palencia procede concubio, tiempo en que se recogen las gentes para dormir.

Siguiendo con la noche y sus curiosidades, leo en redes que, en muchos idiomas, noche es una derivación de N + 8. Es un caso de coincidencia fonética que no tiene ninguna base real (è ben trovato), pero para trolear al cuñado en Nochebuena…

  • Español: n + ocho = noche.
  • Portugués: n + oito = noite.
  • Italiano: n + otto = notte.
  • Francés: n + huit = nuit.
  • Inglés: n + eight = night.
  • Alemán: n + acht = nacht.

Bueno, después de todo esto, espero que la noche haya dejado de confundiros, como a Dinio. ¡Nos vemos a la próxima!

Fuentes:

  • Agamben, Giorgio. Le sette parti della notte.
  • Castro, Xosé. El curioso origen de las partes de la noche.
  • Entrada de noche en la Wikipedia.
  • Etimologías de Chile: http://etimologias.dechile.net/?noche
  • Sosa, Miguel. El pequeño libro de las curiosidades. Alienta: Barcelona, 2018.

Diccionario de variantes del español

24 lunes Dic 2018

Posted by enlalunadebabel in Lengua española, Recursos, Uncategorized

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diccionario online, lengua española, recurso para traducir, recurso traducción, variantes del español

El año tiene los días contados y estamos inmersos ya en las compras de última hora, sean los regalos de Navidad o los turrones para las larguísimas sobremesas que nos esperan. Así pues, para celebrar esta época festiva cerramos 2018 en el blog con un pequeño regalo: el Diccionario de variantes del español. ¿Lo conocíais? Pues es gratuito y podéis acceder desde aquí: http://xn--diccionariovariantesespaol-4rc.org/.

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¿De qué nos sirve un recurso así? Es evidente que hay vida más allá del español que hablamos en España, hablar de neutralidad es muy difícil y, como traductores, debemos disponer de los recursos adecuados para entender y producir textos de calidad.

Hemos hablado con Lauro Capdevila, Catedrático de lengua, literatura y civilizaciones hispánicas, y creador del diccionario para que nos cuente qué recoge y por qué. Esto es lo que nos cuenta:

«Ya que, desde un punto de vista panhispánico objetivo, no hay motivo para considerar como normativas las formas peninsulares del castellano, se registran en igualdad de condiciones las diferentes palabras y expresiones usadas en los distintos países donde el español es lengua de comunicación corriente, incluyendo los Estados Unidos. Por supuesto, las palabras y acepciones no coinciden con las fronteras nacionales y se podría trazar una infinidad de mapas lingüísticos a escalas diferentes.

Hemos optado por el nivel nacional que, por razones prácticas, es el adoptado y homogeneizado por casi todos los medios de comunicación. Dentro de esta perspectiva, hemos intentado conformarnos a la realidad demográfica de la lengua teniendo en cuenta la fracción relativa que representa cada población hispanohablante dentro del panorama panhispánico.

Las palabras, expresiones y acepciones que constan en la obra son aquellas que un hispanohablante puede no comprender o entender de forma errónea. Por ejemplo, el vocablo “ñeque” se refiere a un animal que un español a menudo desconoce y que un argentino conoce bajo otro nombre. En ambos casos, se hace evidente la necesidad de aclarar el sentido de la palabra. Pero la palabra “roble” puede tenerse por comprendida tanto por un caribeño como por un español, cuando corresponde a dos árboles muy distintos para uno y otro. Por tanto, se han incluido la palabra “ñeque” y las distintas acepciones de “roble”». Si os fijáis se incluyen enlaces al DRAE para que obtengamos de allí la etimología y todas sus acepciones y no tener que salir de la página.

ñeque

«El Diccionario de variantes del español es fundamentalmente un diccionario de sinónimos y, de ningún modo, un diccionario enciclopédico. La obra no describe, sino que da las equivalencias y correspondencias para que el lector pueda orientarse perfectamente. Las definiciones sólo aparecen cuando es preciso disipar dudas. En cambio, se proporcionan entre paréntesis los elementos de contexto a menudo decisivos. Una misma palabra puede tener acepciones muy diferentes si se refiere al deporte, a los sentimientos o a la economía.

También es importante el registro de lengua que se indica como coloquial o malsonante cuando es necesario. De modo general no se mencionan las palabras, expresiones y acepciones genéricas, conocidas en todos los países. Sólo aparecen cuando la duda existe con la indicación “Todos”. Es el caso, por ejemplo, de la palabra “neumático”, dada la gran variedad de términos usados en los diferentes países para designar esta pieza automovilística».

Para terminar, Lauro nos comenta que el Diccionario de variantes del español no pretende ser un diccionario exhaustivo, sino que se trata una obra en desarrollo. «Por tanto se agradecen todas las observaciones y complementos de los lectores, cuanto más si van acompañados de citas y referencias precisas».

Pues ya sabéis, si queréis ahondar en las diferencias léxicas de las distintas variedades del idioma y tenéis sugerencias, el Diccionario de variantes del español os está esperando. Espero que os resulte útil y os espero en la próxima entrada. Mientras, no dudéis en dejar vuestros comentarios.

Y si no nos leemos antes, ¡felices fiestas y próspero 2019!

***

Otros recursos relacionados:

  • Lista de diccionarios de variantes: http://jrmorala.unileon.es/dicci/001.htm
  • Recursos de lengua española: https://hispanismo.cervantes.es/recursos/otros-recursos

Donde dije «dijo»

02 lunes Jul 2018

Posted by enlalunadebabel in Errores, Inglés, Lengua española, Literatura, traducción literaria

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dijo, estilo, Luis Magrinyà, said is dead, said is not dead, traducción editorial, traducción literaria, verba dicendi, verbos de habla

Para mi cumpleaños unas amigas me regalaron el libro Las brujas de hoy no necesitan escobas para volar de Elisa Mayo. Me juraron y perjuraron que no era una indirecta, que conste. El caso es que, a pesar de que la prosa era fresca y divertida y es de esas historias que no requieren mucha atención, había algo que me fastidiaba. Os pongo algunas frases escogidas al vuelo de las primeras páginas:

—Y deja de decir palabrotas, por favor —sentencio.

—Mamá, por favor… —me quejo.

—Ni mamá, ni momó —le riño con la boca llena.

—A mí me da igual que me insulten —interviene Adrián.

—¿Otro con un palo metido por el culo? —rebufa Deva.

—Le hace falta una mano de modernización —expone Lourdes.

—Si hubieras aceptado el puesto de directora, no tendrías que trabajar ese día —se burla. Qué gracioso.

—Mamá, estoy afuera —aviso.

—Eh, ni se os ocurra —les advierto.

¿Os ha pasado como a mí? A lo mejor soy muy tiquismiquis, pero esos verbos de habla o dicendi me suenan más a intentos de evitar el verbo «decir» que a otra cosa. Ser preciso está muy bien, pero en este caso a mí me ralentiza la lectura. De algún modo creo que estamos bastante acostumbrados al «decir» y no nos molesta tanto una repetición. Una cosa es que solo uses este verbo y otra que intentes buscar sinónimos constantemente.

Además, fijaos en este fragmento de contestaciones sucesivas:

—Os voy a dar pal pelo —amenazo.

—Tú y ¿cuántas más? —se burla el rubio.

¿No os parece que los verbos de habla son superfluos? Es repetir machaconamente una misma idea. «Dar pal pelo» ya nos sugiere amenaza, aunque cómica, y la respuesta es socarrona de por sí. ¿Qué ganamos con la puntilla?

Recuerdo haber leído hace tiempo un artículo de un bloguero norteamericano que decía (contaba, explicaba, sugería, defendía) esto mismo a raíz de una infografía que corría por aquel entonces titulada «Said is dead». He buscado un poco y he encontrado algunos artículos más sobre el tema:

«Before my most influential college writing class, I LOVED to end dialogue with words like questioned, grumbled, or stammered. I thought I was being original and unique. I thought I was making my novel stand out from all those writers who stuck to said and asked».

Porque eso parece en un principio, ¿verdad? Vamos a darle color al texto, que no quede tan soso ni repetitivo. En el fondo, es como si quisiéramos demostrar cuánto vocabulario tenemos.

En esta entrada, Shelby da tres motivos para explicar por qué dijo no está muerto:

  1. Said es más corto y conciso. Cuando la longitud es importante, mejor guardarse las palabras para desarrollar a un personaje o detenerse en una descripción. Y si está en un subtítulo ya…
  2. Los lectores están acostumbrados a said y, por lo tanto, cualquier variante los ralentizará. ¿Veis? Como me pasó a mí. «As a reader, when I see a bunch of dialogue and I know who is speaking, I rarely bother to read the dialogue tag. I want the words. I want the action. As a writer, if readers aren’t going to read the dialogue tag, it can be a waste of time and energy to think of another word other than said».
  3. Cambiar said no tiene tanta fuerza como cambiar el diálogo. En lugar de poner todo tu empeño en cambiar ese said o ese dijo, da un mayor golpe de efecto captar el tono o el sentimiento de las palabras en el diálogo en sí. Por ejemplo:

“I tried to tell you. But you sent me to my room.” I stammered.

“I tried…I tried to tell you. But you…you sent me…you sent me to my room.” I said.

En la primera, no sabes que el personaje tartamudea hasta que lees la frase entera y puede que tengas que releerla, incluso. En la segunda, experimentas el tartamudeo al leer la frase y el diálogo tendrá más empaque.

¿Y qué tiene que ver esto con la traducción? Pues todo, porque parece que nos veamos obligados a traducir esos said con repuso, convino, arguyó, defendió, masculló y un largo etcétera por variar y por dejar bonito el texto y no siempre hacen falta florituras. Como ya sabéis, todo depende del contexto, pero son muchas las tipologías textuales que no necesitan esta profusión de sinónimos porque acaban entorpeciendo.

Luis Magrinyà, en la página 53 de su Estilo rico, estilo pobre. Todas las dudas: guía para expresarse y escribir mejor (Debate, 2015), lo explica muy bien: «En resumen, se tiende a confundir la disponibilidad con la sinonimia. Tenemos la sensación de que así nuestro estilo es más “rico” y “expresivo”. No vemos que lo que estamos haciendo en realidad es delatar nuestro gusto por el floripondio, o las rémoras de nuestras redacciones escolares, al anteponer la profusión a la exactitud —recia característica de la literatura patria— ¡incluso en una acotación der diálogo! Tampoco parece que nos demos cuenta de que el recurso continuado al uso de presuntos sinónimos “para variar” acaba siendo tan cantoso como si hubiéramos repetido infamemente unos cuantos dijo».

Hablando de verbos de habla cantosos, Magrinyà da algunos ejemplos muy bestias:

—Bastante tiempo ha vivido usted gratis —rebuznó el administrador celoso.

—Y si quieres más —mugió el intruso […]—, ¡toma! ¡Y toma!

—¡Pero si no ha sucedido absolutamente nada, mi querido señor extranjero! —trinó Celeste.

—¡Yo no! ¡Yo me quedo! —bramó Leonardus desde su camarote.

—¡Cállese, vieja! —ladró de vuelta el militar.

Podría extenderme más, pero os recomiendo fervientemente que le echéis un ojo a este libro, puesto que encontraréis algunas fórmulas para evitar errores y pulir el estilo de vuestros textos, sean traducciones o no. Así seguro que (y me incluyo) nos lo pensaremos dos veces cuando recurramos a verbos como espetó, masculló y similares o, por lo menos, investigaremos bien cómo usarlos y no redactaremos un híbrido como el que Magrinyà nos presenta en su libro:

Aquél se sintió molesto y le espetó entre dientes:

—¿Pasa algo?

¿Cómo podemos espetar (soltar, decir algo con brusquedad y contundencia) y mascullar (hablar entre dientes o pronunciar mal las palabras de modo que casi ni se entiende) a la vez?

En definitiva, la riqueza léxica está muy bien y es algo que en este blog he defendido muchas veces, pero evitemos los floripondios innecesarios.

***

Bibliografía y otros puntos de vista:

  • Magrinyà, Luis. Estilo rico, estilo pobre. Todas las dudas: guía para expresarse y escribir mejor. Debate, 2015. [enlace de afiliado]
  • 3 simple reasons why said is not dead
  • Said is NOT dead
  • Cómo evitar el verbo decir en los diálogos
  • Verbos dicendi, declarativos o del habla

Errores en traducción editorial y cómo erradicarlos

22 lunes May 2017

Posted by enlalunadebabel in Aprendizaje, corrección, Documentación, english, Errores, Inglés, Lengua española, Traducción, traducción literaria

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aprender a traducir, corregir textos, directrices traducción, errores al traducir un libro, errores de traducción, mejorar como traductor, ortotipografía, ortotipografía para traductores, traducción editorial, traducir diálogos

Hace tres años tuve la oportunidad de tener a mi primer alumno en prácticas. Recuerdo lo perdidos que íbamos los dos, pero también las ganas de aprender mutuas. Desde ese 2014 he tenido a varios alumnos más y juntos hemos descubierto muchas cosas. De alguna manera, con ellos he rememorado la etapa universitaria y he entendido sus miedos y frustraciones, su incertidumbre ante el futuro que les espera, pero también he aprendido con ellos y he visto otras formas de pensar y de enfocar un texto.

El trabajo de un tutor empresarial de prácticas va mucho más allá de pasar traducciones. Me gusta pensar que puede establecerse una relación personal y profesional duradera; en mi caso, hay alumnos con los que sigo contando para algunos encargos. Al final somos una mano amiga que les ayuda a la hora de dar el salto profesional.

Sin embargo, durante estos años también me he dado cuenta de que hay errores recurrentes que se cometen al principio de la andadura profesional y por eso he decidido recopilarlos en esta entrada. Y como ya sabéis que no me gusta que mi experiencia sea única o vaya a misa, he contado con la colaboración de Devadip Rivero y Gorinkai Rivas, ambos correctores, que le han echado un vistazo a estos errores y sus recomendaciones. Todos los ejemplos que encontraréis aquí son reales y para que no caigan en saco roto, también veréis enlaces para cotejar la información. Los encargos han sido principalmente de traducción editorial de novela juvenil y también de romántica contemporánea.

Así pues, ¡empecemos! Y espero que os sea útil a los que estáis empezando.

1. ERRORES DE FORMATO Y ORTOTIPOGRAFÍA

Cuando planteo una práctica, suelo redactar un pequeño texto con la información de la obra y los requisitos formales. Igual que sucedería con una traducción que nos encarga una editorial, es importante seguir las directrices que nos marcan sobre todo en cuanto al formato (tipo y cuerpo de letra, interlineado, sangrado, separación de escenas dentro de un capítulo) y al tono, estilo, etc. Y siempre les digo que, si la editorial no nos las marca, hay que preguntar: así lo hacemos bien desde un principio y no hay que retocarlo todo al final.

Muchas veces los alumnos pasan por alto estas directrices y luego hay que hacer un repaso doble para dejarlo como conviene. Sin embargo, este punto en sí no es tan problemático como lo es la ortotipografía y la traducción de los diálogos.

Un error recurrente es calcar siempre la aparición de la cursiva inglesa. Dependerá del contexto, evidentemente, pero muchas veces podemos optar por el entrecomillado con comillas angulares («»), que no inglesas (“ ”), que también es un error clásico. Hay que tener en cuenta que la cursiva enfática del inglés no es tan frecuente en nuestro idioma, sobre todo al marcar los pronombres personales: She did it.

Como comenta Gorinkai, en un texto literario es incorrección. En científicos, técnicos, libros de texto, etc. tiene su utilidad porque se trata de transmitir información claramente o recalcar puntos clave; en literaria tiene usos muy específicos y el énfasis no es uno de ellos. Hay que buscar otras fórmulas de énfasis. No es pecado alterar levemente el texto con ese fin (convertir un «what?» en «¿pero qué dices?» y trucos así).

No vale pensar «eso ya lo arreglará el revisor o el corrector de pruebas». No dominar esas cosas es un buen sistema para que no te encarguen más trabajo. Si se carga a los correctores con una montaña de minucias se les pueden escapar cosas más gordas por saturación, cuanto más correcto ortotipográficamente salga el texto de manos del traductor, mejor (y más imagen de profesionalidad se da).

Como decía antes, los diálogos son otro gran escollo. Yo me aprendí las directrices fijándome bien en novelas escritas en español y con manuales como el de Ramón Sol (Manual práctico de estilo. Urano, 1992).

No hace mucho, hice esta infografía con los usos principales con verbos dicendi, los verbos de habla, comparándolos con una versión original en inglés. Os la podéis descargar en PDF si queréis.

Aquí falta añadir el caso en el que el inciso no empiece por un dicendi. En estos casos lo mejor es cerrar con un punto la intervención y luego escribir el inciso empezando con mayúscula:

—Ven. —Me hace un gesto con la mano—. No tengas miedo.

Otra opción, si queremos que la primera intervención siga después del inciso (no con punto final sino con una coma, que irá detrás de la raya):

—Ven —me hace un gesto con la mano—, no tengas miedo.

No obstante, Gorinkai dice «yo intento evitar construcciones así porque estéticamente me resulta poco agradable ese «me hace» en minúscula no siendo un dicendi y habría usado la primera opción (al hacer una pausa con el inciso podemos considerar que separa dos oraciones independientes separadas con punto), o una reordenación». Esta opción quedaría así:

Me hace un gesto con la mano.

—Ven, no tengas miedo.

En cuestión de diálogo es importante recalcar que se escriben en líneas distintas. No van pegados al texto:

EN: He looked at me. «You must be starving.»

No reproduciríamos así:

Me miró. —Tienes que estar muerta de hambre.

Sino así:

Me miró.

—Tienes que estar muerta de hambre.

Y cuando una misma persona habla sin parar en varios párrafos, solo ponemos la raya en la primera intervención. Luego marcamos los otros párrafos con la comilla angular (»). De lo contrario parecerá que es otra persona la que habla, con lo que transformaremos un monólogo en diálogo. Lo explica muy bien Jimena Licitra en este artículo del blog de Cálamo y Cran.

La raya también se usa mucho en literaria con otro valor y no solo el de marcar un diálogo. Inglés y español coinciden en usarla cuando se hace un inciso en medio de una frase. En español, con las rayas pegadas siempre al inciso.

En cuanto a usos divergentes está el siguiente: en inglés acota incisos que son explicaciones, recapitulaciones o enfatizaciones y no se cierran si la frase termina con un punto. Para este uso, el español usa otras marcas: dos puntos, coma, punto y coma o puntos suspensivos. Reproduzco ejemplo de López Guix y Minett, autores del Manual de traducción inglés-castellano:

Ej. 1

EN: Ives, Stravinsky, and Bártok —these were the composers he most admired.

ES:  Ives, Stravinsky y Bártok: estos eran sus compositores más admirados.

Ej. 2

EN: «I ‘rite terribly little —about three poems a year,» Mr Larkin says.

ES: —Escribo poquísimo… unos tres libros al año —afirma Larkin.

Y también se usa en inglés para marcar la interrupción del discurso o la omisión de parte de una palabra. En español, esta omisión suele marcarse con puntos suspensivos. Otro ejemplo de López Guix y Minett:

EN: «Hello, Tim. It’s Dr. Thompson calling you back. If you’d—»

ES: —Hola, Tim. Soy la doctora Thompson. He recibido su llamada. Si quiere…

En general, pues, no se copian los signos de puntuación del TO. El español tiene reglas propias y hay que saber usarlas. Se dan errores como el de colocar la coma antes de «y» en oraciones coordinadas que comparten sujeto. Ej.: Fui con Paloma, y estuve encantado todo el rato.

La Oxford comma también es un error frecuente en enumeraciones. Lo que en inglés es «one, two, and  three»  debe quedar «uno, dos y tres». Muchos calcan esa coma y es fallo gordo.

 

2. EXCESO DE POSESIVOS

Cierto es que en inglés siempre queda clarísimo quién hace qué —algo especialmente útil en erótica cuando estás traduciendo una postura en especial— y que los posesivos y las partes del cuerpo son un binomio imprescindible. En castellano no sucede lo mismo. Hay momentos en que echamos de menos esa versatilidad que no nos da el «su», sí, pero evitemos emplear los posesivos cuando traduzcamos algo así:

EN: «Give me your hand.»

ES1: —Dame tu mano.

ES2: —Dame la mano.

López Guix y Minett lo dejan claro en su manual: el inglés hace un uso inflacionario de posesivos (The woman, in fact, holds her hands by her sides and tilts her head at an angle of five and a half degrees. Her hair falls just to her shoulders). En español hacemos un uso más reducido, solo cuando es necesario denotar posesión (En realidad, la mujer tiene las manos junto al cuerpo y ladea la cabeza en un ángulo de cinco grados y medio. El pelo le llega a los hombros).

 

3. REPETICIÓN DE NOMBRES PROPIOS 

En general, el inglés tolera mejor las repeticiones. Es preferible usar pronombres cuando se pueda u omitirlos si fuera suficiente con la adjetivación.

En los diálogos hay que pasar la podadora abundantemente, dice Gorinkai, y coincido plenamente. Siempre digo que es donde convergen la traducción editorial y la audiovisual. Los diálogos tienen que sonar naturales y creíbles.

EN: «Look, Frank, maybe…»

ES: —Mira, quizá… (Frank ya sabe que le están hablando a él; nosotros no tenemos la costumbre de estar repitiendo todo el rato el nombre de nuestro interlocutor, así que trasladar los nombres crea diálogos nada naturales).

Y lo mismo sucede con los pronombres personales. En inglés la presencia del pronombre personal es obligatoria en función de sujeto, pero en español suele ser innecesario gracias al morfema que indica persona en el verbo. Lo explicitamos para deshacer ambigüedades o dar un valor enfático o expresivo.

 

4. ERRORES ORTOGRÁFICOS, GRAMATICALES O DE SINTAXIS

Veamos en este primer cajón de sastre algunos de los errores comunes en cuanto a gramática, sintaxis y ortografía:

  • Muchas traducciones abusan de las oraciones pasivas tan típicas del inglés. «Fue diagnosticado de cáncer» será más natural expresado así: «Le diagnosticaron cáncer». Gorinkai añade en este punto: «el uso de la pasiva es un buen recurso para dar tono arcaizante en novelas de ambiente medievaloide, pero que se quede en esas».
  • Aún así en la mayor parte de los casos es «aun así».
  • Las comas del vocativo son las grandes olvidadas.
  • Hay confusión con la coma antes y después de «pero» y «sino».
  • Y también hay confusiones con las comas antes de las subordinadas: ya que, puesto que, aunque, etc.
  • «Quizá» y otras oraciones que indiquen supuestos, ruegos, deseos, posibilidades van con subjuntivo. Ej.: Quizá es buena idea. Quizá sea buena idea.
  • OR en inglés con valor de negación es NI en español. Ej.: No fui al cine, ni al teatro ni a playa. Ojo a un detalle importante de intercambio de conjunciones. Muchas veces, lo que en inglés es «A and B», en español debe ser «A o B», y un «A or B» debe ser «A y B». Hay que vigilar bien los contextos.
  • No abusemos de adverbios terminados en -mente: rápidamente y lentamente, p. ej., pueden ser deprisa y despacio. En inglés suele haber profusión de adverbios terminados en -ly, pero en español hacemos un uso más moderado de los adverbios terminados en -mente.
  • Evitemos también las redundancias del tipo: ¿Qué es lo que te pasa? ¿Qué es lo que quieres? ¿Qué es lo que te dijo? Podemos ser más directos con: ¿Qué quieres? ¿Qué te pasa?

 

5. CALCOS, FALSOS AMIGOS Y AUTOMATISMOS VARIOS  

¿Por qué eso de automatismos? Aunque es cierto que los errores siguientes pueden deberse a un desconocimiento del idioma del TO, creo que también pueden darse casos motivados por las prisas, por no cotejar y por dejarnos llevar por lo que nos sale primero (tal vez porque se parece al inglés, en este caso).

Veamos algunos de estas palabras o expresiones que nos dan algún quebradero de cabeza que otro:

  • Able to: no siempre es «ser capaz de» sino simplemente «poder».
  • At the end of the day: no es al final del día, sino «al fin y al cabo».
  • Builders: no es «constructores». En inglés, builders suelen ser los albañiles. En castellano reservamos «constructor» para el dueño de la empresa que rara vez se ensuciará las manos.
  • Can feel, can hear, can see…:En lugar de «poder sentir, etc.» bastaría con «oír, sentir, etc.». Muy importante a la hora de dar naturalidad a los diálogos. «Can you hear me?» jamás será «¿Puedes oírme?» sino «¿Me oyes?».
  • Collapse: no es colapsar sino derrumbarse, desmoronarse, caer, etc.
  • Devastating: en español se dice devastador para una catástrofe normalmente relacionada con la naturaleza: «El terremoto tuvo efectos devastadores». No se usa para sentimientos, aunque en inglés utilicen devastating o devastated. Ej.: «Me dijo unas palabras devastadoras» o «Me sentí devastado/Fue devastador». MEJOR: «Me dijo unas palabras muy duras» y «Me derrumbé. Me sentaron muy mal/Estaba desolada».
  • Dramatic: solo en ciertos contextos es «dramático». Más a menudo suele tener el sentido de «espectacular» o algo igual de superlativo.
  • Emotions: vamos directos a «emociones» y nos olvidamos de «sentimientos», que seguramente refleja mejor el sentido. Y este caso nos lleva a un clásico: Sense and Sensibility, que no es Sentido y sensibilidad, sino Sensatez y sentimiento.
  • Expresiones de tiempo: in a minute, [I haven’t seen him] in a year y similares. Seamos específicos con: desde hace, durante, dentro de.
  • Give me a minute, wait a minute, etc.: en español esperamos un momento, un rato.
  • Hear/listen y oír/escuchar. Aquí le cedo la palabra a Xosé Castro: «Cada vez se usa más el segundo verbo con el sentido del primero. Como dice el lexicógrafo Martínez de Sousa, para oír sólo es necesario tener oídos sanos, pero para escuchar, debe prestarse atención, debe «querer oírse». García Yebra lo resuelve al recordar una anécdota que le sucedió mientras daba una conferencia: «En cierto momento, se levantó una señora que estaba al fondo del aula y dijo ‘Señor García, aquí atrás no se le escucha’.» García respondió: «Si han venido a la conferencia es porque me escuchan, lo que ocurre es que no me oyen». Estos son unos ejemplos de mal uso extraídos de la prensa española de esta semana: Se escucharon unos disparos. / Podían escucharse voces supuestamente fantasmales».
  • Ironically: muchas veces se traduce automáticamente como «irónicamente» cuando es «paradójicamente». Diferencia entre ambos. Paradójico = algo que parece no tener lógica; irónico = dicho con burla, sorna, sarcasmo. Que nieve en primavera es paradójico, pero no irónico (no hay sarcasmo).
  • Need: no siempre es necesitar. De hecho, suele referirse a «tener que». We need to talk = tenemos que hablar. *Necesitamos hablar.
  • Office: cuando se refiere a toda la planta de la empresa o a toda la empresa es «oficina», pero cuando se refiere a la habitación de uno de los empleados es «despacho». Ej.: Hoy fui a trabajar a la oficina y al llegar vi que me habían cambiado a un despacho más pequeño.
  • Once, como en once I got his attention, que en lugar de «una vez tuve su atención», muy calcada, es mejor usar un «cuando» o «en cuanto».
  • Realize: no siempre es «darse cuenta de que». Esta expresión se usa muchísimo en estas novelas, conque conviene buscar sinónimos e incluso fijarse mejor, ya que a veces ni siquiera significa «darse cuenta de que». Observar, fijarse en, percatarse de que, etc.
  • Share: se calca con «compartir» cuando muchas veces nos referimos a «contar», «explicar», etc.
  • Slide: mejor no traducirlo por «deslizar» (o no constantemente). Ej.: *Deslizó su mano por debajo de mi ropa interior. Mejor: Introdujo/metió la mano por debajo de la ropa interior.
  • The fact that: la traducción literal es «el hecho de que», pero este circunloquio sobra la mayor parte de las veces. Ej.: El hecho de que= Que Juan apareciera en mi casa…

Y ya que antes hablábamos de cosas superlativas, ¿no os parece que los diminutivos y superlativos han desaparecido de las traducciones? Se tiende muchas veces a calcar directamente y usar «pequeño» o «grande», cuando podemos encontrar soluciones mucho más creativas.

EN: I’ve got a big problem

ES1: Tengo un gran problema.

ES2: Tengo un problema gordo. / Tengo un problemón.

 

6. REFERENCIAS CULTURALES

Cuidado con falta de documentación. Sé que es una asignatura que no suele hacer gracia en la carrera, pero es muy útil al trabajar. Hay que buscar todo lo que nos chirría. La única solución a largo plazo para este tipo de errores es culturizarse mucho, leer (por vicio) en inglés, ver las películas y las series en V.O… Cuanto más conozcamos la cultura fuente menos caeremos en esos fallos (a veces es cierto que no se puede uno documentar si ni siquiera sabe que hace falta documentarse).

Ej. 1

Aquí tenemos una referencia clara a la universidad de Brown. La mayúscula nos tendría que haber dado una pista:

EN: “I have this old Brown T-shirt that was stuffed in my gym bag.”

ES1: —Tenía esta camisa marrón y vieja en la mochila del gimnasio

ES2: —Tenía esta vieja camiseta de Brown en la mochila/bolsa del gimnasio.

Ej. 2

Los alimentos, productos de higiene y similares también pueden suponer un problema. Siempre dependerá del contexto, claro, pero debemos evitar traducirlos por una marca española que nos pueda sacar de la novela. ¿Sería creíble hablar del arroz La Fallera o de la harina Hacendado en un supermercado de Boston? Pues eso. Lo esencial, no obstante, es saber qué son para evitar meteduras de pata.

Veámoslo en este fragmento original:

El refresco (soda) del que hablan es una lata de Dr. Pepper que sirve de tema de conversación entre los protagonistas. La estudiante lo resolvió de esta manera:

Traducido así, parece que la protagonista ha comprado una Coca Cola y una barrita energética de marca Dr. Pepper. En un principio no parece que afecte mucho a la historia, pero es un error de interpretación del original. Una sencilla búsqueda en Google nos dice que Dr. Pepper es un refresco.

 

7. PROBLEMAS CON LA FRASEOLOGÍA

Veamos algunos errores al trasvasar ciertas expresiones, frases hechas o modismos:

1. With a vengeance: no es «con venganza» sino «con ganas, con fuerza, a lo grande». Por ejemplo, una frase que no tiene nada que ver con la venganza: I thought I’d lost that cold, but it came back with a vengeance! I feel terrible!

2. Hand it to someone: otro gran desconocido. Y fijaos también en el uso de esa raya en inglés.

EN: I had to hand it to her, though—she gave a good sales pitch.

ES1: Tuve que darle la mano —dio un buen discurso sobre ventas.

ES2: Tenía que reconocerlo: había dado un buen discurso de ventas.

3. Get the best of someone no es recibir lo mejor de alguien. Veamos el siguiente ejemplo real con un poco de contexto: el protagonista va hecho unos zorros.

EN: «It was a bear,» Kol says. «I guess it got the best of me.»

ES1: —Ha sido un oso —dice Kol—. Supongo que se ha llevado lo mejor de mí.

ES2: —Ha sido un oso —dice Kol—. No he podido con él // Ha sido más fuerte que yo.

4. Otras expresiones que a veces se calcan son las de can’t…, que no se pueden traducir literalmente:

  • Can’t be bothered: no molestarse, no dar la gana.
  • Can’t help: no puedo evitar/es superior a mí.
  • Can’t get enough: no me canso de.
  • Can’t tell the difference: no distingo, no veo en qué difieren.

 

8. PROBLEMAS CON LA INTERPRETACIÓN GENERAL DEL ORIGINAL

A veces entra en juego el desconocimiento del inglés, ya sea porque no hemos visto jamás una palabra o giro determinado, o porque esa expresión se parece mucho a otra que sí conocemos o porque se trata de una palabra polisémica y tal vez tiene un sentido distinto al más habitual. Ante algo así, para empezar, hay que leer mucho en inglés (o en alemán o francés o el idioma desde el que traduzcáis) para ir ampliando el vocabulario. Y, una vez más, es necesario fijarse siempre en el contexto.

Si dudamos, recurramos a un buen diccionario, sea monolingüe o bilingüe, pero sabiendo buscar bien. No nos podemos quedar con la primera acepción. Un buen monolingüe nos dará toda la información relativa al término y un buen bilingüe ofrecerá buenos ejemplos que nos ilustren las diferentes traducciones de la palabra.

Veamos algunos ejemplos reales de errores de traducción por polisemia:

Ej. 1 

Draw no es solo dibujar, tiene muchas acepciones. En el siguiente ejemplo, además, va acompañado de preposición. Puede significar sacar, extraer, suscitar y hasta desenfundar si es un arma.

EN: His kiss is searching; it holds a question and hi slips move over mine as if he intends to draw out my answer.

ES1: Su beso es minucioso, contiene una pregunta y sus labios se mueven por los míos como si intentara dibujar una respuesta.

ES2: …como si quisiera sonsacarme/obtener una respuesta.

Ej. 2

EN: But fear hovers over me, like a shag that won’t fly far away from its young.

ES1: Pero el miedo se cierne sobre mí, como un cormorán que no vuela lejos de su juventud.

ES2: …como un cormorán que no vuela lejos de sus crías.

Ej. 3 

Pants pueden ser pantalones, braguitas y también jadeos.

EN: Eventually, my pants became breaths, and the rise and fall of Chase’s chest

ES1: Al final, las bragas estaban empapadas, y Chase redujo el ritmo al mismo tiempo que…

ES2: Al final, mis jadeos volvieron a ser respiraciones más sosegadas…

Ej. 4 

Pet puede ser una mascota o el verbo acariciar.

EN: She got closer to the horse and pet him over the fence.

ES1: Se acercó al caballo y le dio de comer un animalito por encima de la zanja.

ES2: Se acercó a la valla y acarició al caballo. / Se acercó al caballo y lo acarició por encima de la valla.

Ej. 5

EN: “You’re right.” He lies back down. “They need me, and I need them, too.

ES1: —Tienes razón. —Miente echándose atrás—. Me necesitan y yo a ellos también.

ES2: —Tienes razón. —Vuelve a tumbarse—. Me necesitan y yo a ellos también.

Ej. 6

EN: […] to give him a comfortable hut beside a hunting ground rich with game.

ES1: […]para darle un refugio agradable junto a una buena zona de caza con juego.

ES2: […] para darle una cabaña junto a una buena zona de caza con animales de presa/presas abundantes.

Ej. 7

EN: He pushes through the bear hide that drapes across the doorway to his hut, pulling me in behind him.

ES1: Empuja al oso oculto que adorna la puerta hacia su cabaña, poniéndome detrás de él.

ES2: Empuja la piel de oso que hace las veces de puerta de la cabaña y me hace entrar tras él.

Ej. 8

Aquí ha habido confusión por la polisemia de tear. Tear es «lágrima» y como verbo es «rasgar», «desgarrar», etc.

EN:  I notice her knee protruding through a tear in her pants.

ES1: Por una lágrima que le cae en los pantalones, me doy cuenta de que sobresale una rodilla.

ES2: La rodilla le sobresale por el roto que lleva en el pantalón.

Ej. 9

EN: I hear the laughing sound of running water—the spring must not be far.

ES1: Empiezo a pensar en volver cuando oigo el sonido alegre del agua que corre —la primavera debe de llegar pronto.

ES2: Empiezo a pensar en volver cuando oigo el sonido alegre del agua; el manantial no debe de andar muy lejos.

Otras veces el error viene dado por una similitud. Imagino que, con el turbo puesto, uno no se fija como debiera en el sentido de la frase. Aquí van un par de muestras:

Ej. 1: Imagino que ese timers despistó al traductor en este caso.

EN: A few old timers had straggled in and staggered out throughout the day.

ES1: Los relojes de arena habían empezado y acabado varias veces.

ES2: Unos ancianos habían entrado y salido/habían ido y venido a lo largo del día.

Ej. 2: ¿Tal vez confundió flat con «flato»?

EN: Flat on my stomach, I extend my arms. Kol takes my hands.

ES1: Con pinchazos en el estómago, extiendo los brazos. Kol me coge las manos.

ES2: Tumbada bocabajo, extiendo los brazos y Kol me coge las manos.

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9. CUESTIONES ANATÓMICAS

9.1. Errores básicos de traducción: me gustaría pensar que se deben a las prisas o a un lapsus, porque no es infrecuente encontrar errores básicos de traducción de partes del cuerpo.

Ej. 1

EN: to pull the sling from around my waist and load it with the rock she just threw at me.

ES1: Sea lo que sea, no se imagina que me voy a sacar una honda de la muñeca y la voy a cargar con la piedra que me acaba de lanzar.

ES2: …me sacaré una honda de la cintura y usaré la piedra que me acaba de lanzar.

Ej. 2

EN: All my focus is on my toes pressing into the rock, finding a foothold. Then another. The climbing gets easier.

ES1: Dirijo toda mi atención al tobillo buscando un punto de apoyo. Luego otro. Se hace más fácil escalar.

ES2: Me centro en los dedos del pie/la punta del pie y busco un punto de apoyo. Luego otro. Así se hace más fácil escalar.

9.2. Errores por imprecisión (y por calcar el inglés):

  • Back of the hand: mejor «dorso» y no parte trasera de la mano, opuesta a la palma. Y, volviendo a los modismos, ojo a lo siguiente: los anglos conocen algo «como the back of his hand» y nosotros «como la palma de la mano».
  • Back of the head: la gran mayoría de las veces se refiere a «nuca» y no solo parte trasera de la cabeza.
  • Back of the leg: muchas veces son las «corvas», las «pantorrillas», depende.
  • «Poner las manos en jarra» por She put her hands on her waist en lugar de «poner los brazos en jarra».
  • Knot in my stomach: en español el nudo suele ser en la garganta.
  • Skip a beat (del corazón): Ni siquiera es anatómico, muchas veces puede ser llevarse un sobresalto, quedarse helado…

Marco aquí también el uso inadecuado de «mesarse la barba/el cabello». Mesarse es arrancarse o tirarse del pelo. La gran mayoría de las veces el texto se refiere a «atusarse», «tocarse», «acariciarse» o simplemente «pasarse la mano por el pelo».

9.3. Alargamientos:

  • Tenía las manos apretadas formando puños, cerró los dedos en un puño, etc. ☛ cerrar los puños o apretar los puños
  • Sus ojos se dirigieron hacia la puerta y luego se bajaron hasta los zapatos ☛ Miró… y luego bajó la vista a/se fijó en…
  • Paseó los ojos por la presencia del hombre que acababa de entrar ☛ Miró al hombre que acababa de entrar.

9.4. Cuando las partes del cuerpo tienen vida propia:

  • Sus rodillas cayeron sobre la alfombra ☛ Se arrodilló…
  • Su rostro se endureció y sus labios se apretaron ☛ Se le endurecieron las facciones/la expresión y apretó los labios.

 

10. MOVIMIENTOS Y ACCIONES

A veces parece que, por querer ser muy literales (tenemos miedo a despegarnos del texto) o porque nos parece que un verbo más sencillo no queda lo bastante «literario», usamos expresiones y circunloquios innecesarios para muchas acciones. Veamos algunos:

  • Rodeos innecesarios para no usar «acercar»: «Atravesó la habitación hasta llegar a la mesa», «Eliminó la distancia que los separaba y la besó».
  • Para «negar con la cabeza» y «asentir» se observan formas tan dispares como «sacudir la cabeza», «zarandear la cabeza», «mover la cabeza de modo afirmativo».
  • Parece que desaparecen verbos tan concisos como «meter», «sacar» y «quitar» y aparecen «extraer», con lo que se redactan frases como: «Se extrajo la cartera» o «Se extrajo los pantalones».
  • Los «subir», «bajar», «entrar» y «salir» se calcan también del inglés: «Fue arriba a buscar una camiseta», «Ascendió al dormitorio», «Se despidió y se fue dentro».

 

11. EDIFICIOS Y MOBILIARIO

Otro punto en el que encontramos confusión es al hablar de edificios. Por ejemplo, ojo con despistarse con story, que según el contexto puede ser «planta» (de un edificio). También en el caso de first floor. Si el texto es británico, será «primer piso»; si es estadounidense será «planta baja». (Y de ahí correlativamente con second, third…). La planta baja en textos de RU es ground floor.

Y como error recurrente, no me olvido del caos que suele haber en las puertas. No nos podemos «detener bajo el umbral» o «apoyarnos en el umbral» porque «umbral» es la parte inferior (igual que «dintel» es la superior), sino que nos apoyamos en el marco de la puerta, por ejemplo.

Y, por último, no sé si por confusión misma de sofa, couch y armchair, hay confusión con sofá y sillón: el sillón es de una plaza y el sofá, de dos o más. Sería incorrecto decir «Me acosté en el sillón a su lado para leer un rato», a no ser que se trate de personas diminutas.

 

LA PREGUNTA DEL MILLÓN

Elvira Cámara, en Hacia una traducción de calidad, dice: «De poco o nada sirve toda la teoría escrita o por escribir sobre traducción [y para establecer qué es y en qué consiste una buena traducción] si nos olvidamos de lo que, quizá por demasiado evidente, es fácil dejarse atrás: el fin último de la traducción es trasladar el texto a aquellos que no pueden acceder a él en su forma original». Y al final eso es a lo que debemos aspirar, a que nuestro texto sea bueno, correcto y que el lector meta lo reciba de la misma forma que el lector origen.

«La calidad de una traducción depende directamente de la persona que la realiza. Para llevar a cabo una buena labor, el traductor debe tener un buen conocimiento de ambas lenguas y culturas. […] En opinión de García Yebra, dominar dos idiomas es imposible, pues ya es difícil conocer absolutamente la propia lengua debido a que está siempre evolucionando. Suponiendo que fuera posible, el bilingüismo cuenta con el agravante de que la mezcla de estructuras y las interferencias lingüísticas son prácticamente inevitables. Estas limitaciones no son un inconveniente para que se pueda dar la figura de un buen profesional. El único requisito que debe reunir es que sea un “maestro de su propia lengua”».

Entonces, la pregunta del millón: ¿Cómo mejorar? ¿Cómo evitar estos errores en nuestras traducciones? No hay una receta milagrosa y, como se ha dicho alguna vez, los traductores somos como el vino porque mejoramos con los años. Y así es. El tiempo y la práctica nos va dando herramientas y bagaje para crecer como profesionales, aunque no seamos perfectos y podamos meter la pata.

Sin embargo, sí podemos hacer algo desde ya para mejorar:

  1. Leer mucho en nuestra lengua materna. Aunque dominemos la lengua extranjera, ¿de qué nos va a servir si no sabemos escribir o trasvasar esa información correctamente a nuestra lengua?
  2. Leer mucho y ver material audiovisual en inglés (o en vuestra lengua de trabajo). Es la forma de aprender vocabulario y familiarizarnos con aspectos culturales que luego puedan aparecer en nuestras traducciones.
  3. Saber utilizar los diccionarios, tanto monolingües como bilingües, y no quedarnos nunca con la primera acepción que aparezca. Fijémonos bien en los ejemplos de uso.
  4. No olvidar que el contexto manda. Siempre. Esto es especialmente útil en casos de polisemia, como hemos visto en los ejemplos, pero también para determinar el lenguaje que debe usarse si se trata de textos de otra época o saber darle el tono apropiado al conjunto de la traducción.
  5. Asistir a seminarios y charlas, leer artículos de traducción y, en definitiva, estar al día en cuestión de idioma.

Y con esto me despido hoy. Espero que la entrada os haya parecido útil. No olvidéis escribir si queréis dejar algún comentario al respecto o queréis proponer algún consejillo más.

¡Ah! Os recuerdo que Bab.la organiza el concurso con las 100 mejores cuentas de twitter, páginas de facebook y blogs sobre idiomas y estoy nominada en dos categorías. Si queréis votarme, podéis dejar aquí vuestro voto para mi cuenta de Twitter (@Scheherezade_SL) y aquí para la página de Facebook, Las 1001 traducciones.

¡Hasta la próxima!

***

Bibliografía útil:

  • Ana Durante. Guía práctica de neoespañol. Enigmas y curiosidades del nuevo idioma. Debate, 2015.*
  • Elvira Cámara Aguilera. Hacia una traducción de calidad. Técnicas de revisión y corrección de errores. Grupo Editorial Universitario, 1999.*
  • Esther Morillas y Jesús Álvarez (eds.). Las herramientas del traductor. Ediciones del Grupo de Investigación Traductología. Málaga, 2000.
  • Juana Rosa Eugenio Galván y Karina Socorro Trujillo. Tratamiento de las discrepancias ortotipográficas inglés-español en Revista Nebrija.
  • Mariana Orozco. Traducción del inglés al castellano. Materiales de introducción a la traducción general directa. Universitat Autònoma de Barcelona, 2007.*
  • Ramón Sol. Manual práctico de estilo. Urano, 1992.*

*Enlaces afiliados

La sinonimia en traducción

14 lunes Mar 2016

Posted by enlalunadebabel in Inglés, Lengua española, Traducción

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repetición, said is dead, sinónimo, sinonimia, traducción, traducir, verba dicendi, verbos declarativos

Hace unos días compartía en redes esta imagen de un libro de Claudia Ulloa Donoso. Es un fragmento literario sin ánimo de sentar cátedra en cuestiones lingüísticas y, sin embargo, suscitó reacciones diversas.

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Entre los retuits y favoritos, llegaron muchas respuestas de este tipo: «Aguardar, esperar y anhelar. Cuestión de profundizar en nuestro idioma», «Esperar, aguardar, permanecer, acechar», «Aspirar, anhelar, creer, confiar, aguardar… Y la lista sigue, ojo». Algunos se sintieron algo ofendidos, como si fuera una afrenta a nuestro idioma, que dudo que sea la intención del texto.

Pero ¿de verdad todos esos sinónimos se corresponden con los verbos del noruego o del inglés? No todos lo vieron así, como el escritor Lorenzo Silva:

SILVA

Algún que otro lector lo advirtió también: «No se corresponden con lo arriba dicho. Como mucho, «aguardar» sería un «wait» muy formal».

Para mí, ahí está la clave: hay que fijarse en el uso y en el contexto. No pondría las manos en el fuego por el noruego, pero sí en el inglés porque esos tres verbos son muy comunes. El castellano es muy fértil en vocabulario y tenemos muchos sinónimos, es cierto, pero ¿usamos de forma habitual estos verbos?

  • Wait! I’ll be there in a second. = Aguarda, que ahora vengo.
  • I hope to see you tonight! = Anhelo verte esta noche.

Que existan y se usen en determinados contextos no significa que sean aplicables siempre y en cualquier situación. Como comenté, «esperar» es mucho más general, y más aplicable a los usos del inglés en ese fragmento, y añado que me parece precioso que un verbo encierre tanto. Está hecho como de plastilina, que puedes aplicar de diversas formas.

En el fondo, es una muestra más de que el lenguaje no es un ente que va por libre, sino que está muy ligado a la forma de pensar y de ser, como explica Miguel A. Román en un artículo de Libro de Notas:

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¿Qué es la sinonimia exactamente?

Para empezar, refresquemos algunos conceptos de forma sintética:

La sinonimia es una relación semántica de identidad o semejanza de significados entre determinadas expresiones o palabras (llamadas sinónimos). Por lo tanto, sinónimos son expresiones o palabras que tienen un significado similar o idéntico entre sí, y pertenecen a la misma categoría gramatical. Por ejemplo, sinónimos de desastre son calamidad, devastación, ruina, catástrofe y cataclismo.

La sinonimia total se da cuando dos términos son totalmente intercambiables en un mismo contexto. Dicha sinonimia total es muy poco frecuente (esposo/marido). La sinonimia estricta es muy rara en las lenguas, y suele darse por la existencia de formas dialectales coexistentes, o en formas léxicas del mismo significado pero usadas en contextos diferentes.

La sinonimia parcial es mucho más frecuente. Esta se da cuando dos términos son intercambiables en un determinado contexto pero no en otros:

  • Hoy Pedro ha venido alterado del trabajo. (En este contexto, alterado tiene sinonimia parcial con nervioso).
  • Hemos alterado el orden de los ejercicios. (En este contexto, alterado puede ser cambiado por modificado, sinonimia parcial).

Como se puede observar, nervioso y modificado son sinónimos parciales de alterado, pues cada uno es válido para determinados contextos. Sin embargo, en el primer ejemplo no es posible sustituir alterado por modificado (sin cambio de significado) ni en el segundo alterado por nervioso.

Específicamente las clases de sinonimia reconocida son:

  1. Sinonimia conceptual. Los términos relacionados remiten al mismo referente y significan exactamente lo mismo (a veces puede haber una cierta preferencia de un dialecto por una forma y la preferencia opuesta en otro dialecto). Por ejemplo: asno/borrico, marido/esposo, alberca/piscina, odontólogo/dentista.
  2. Sinonimia referencial. Los términos relacionados remiten al mismo referente pero no significan lo mismo, no presentan exactamente los mismos rasgos significativos. Por ejemplo: limonada/bebida, mesa/mueble.
  3. Sinonimia contextual. Los términos relacionados pueden conmutarse únicamente en determinados contextos. Por ejemplo: Las legumbres son pesadas (indigestas), Tu amigo es muy pesado (cansino), Este trabajo es pesado (duro, arduo).
  4. Sinonimia de connotación. Los términos relacionados están cargados de valoraciones subjetivas, tanto que se pierde el significado objetivo. Por ejemplo: Miguel es un monstruo de la informática (genio, hábil).

Fantástico. Si una cosa queda clara es que no todos se corresponden al cien por cien, que hay que entender plenamente su significado e intención, y que el contexto importa… y mucho [cosa que venimos diciendo los traductores desde tiempos inmemoriales, como lo de «depende». Vale, esto último también lo dice mucho Pau Donés].

Traducir con sinónimos

Que cada idioma tiene sus reglas es de sobra conocido y es lo que, al fin y al cabo, nos da vidilla como traductores, pero estas reglas siempre dependen de un contexto determinado y es lo que nos diferencia de las máquinas. No obstante, a veces nos emperramos tanto con un término, que tal vez no entendemos o no sabemos reexpresar, que olvidamos que las palabras no van sueltas.

Las palabras se enmarcan en un contexto y se ayudan de otras para tener sentido, en definitiva, hay que prestar atención a la coherencia y la cohesión. Para crear un mismo efecto en el lector, cada lengua usa sus mecanismos, que hay que saber detectar y no solo a nivel de palabra.

En este sentido se dice mucho que el inglés tolera mucho mejor la repetición que el castellano. Ya lo comentábamos en otro artículo, en el que hablábamos de algunos consejos de traducción y Marina Orellana decía lo siguiente:

El traductor debe llevar una maleta repleta de palabras y frases que puedan no solo sacarle de un apuro, sino también evitar que se repita como el ajo. […] En castellano, la repetición constituye por norma general un defecto estilístico, a diferencia del inglés que lo tolera mejor.

Repetir una y otra vez lo mismo acaba haciendo que el texto sea pesado y que, evidentemente, el lector lo achaque al traductor. El problema radica en que hay que respetar el estilo del escritor en la medida de lo posible y, claro está, si el original es como es, tampoco podemos dedicarnos a embellecerlo.

Veamos un ejemplo práctico extraído de una novela erótica que traduje hace un tiempo; una tipología, dicho sea de paso, de cuyas dificultades hablo aquí.

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Evidentemente es un fragmento en el que se describe el acto sexual en sí. Usar «polla» todo el rato sería demasiado en tan poco espacio, pero cambiar automáticamente los demás casos con «pene», «verga», «miembro» en esos mismos párrafos tal vez también lo sería. Como todo, es cuestión de encontrar el equilibrio. En muchos momentos, el término puede desaparecer.

Por otro lado, no todas las tipologías textuales permiten el uso de sinónimos. En las traducciones técnicas, médicas y jurídicas, por ejemplo, la terminología suele ser más precisa y no podemos cambiar las palabras tan alegremente.

El caso de los dicendi

Donde más se puede observar el fenómeno repetición/sinonimia es en los llamados dicendi. Echo mano a la explicación de Miguel Ortiz para esto: «Llamamos verba dicendi (o verbum dicendi) a las formas verbales que designan acciones de comunicación lingüística (dijo, respondió, contestó) o que expresan creencia, reflexión o emoción (pensó, lamentó, protestó) que sirven para introducir la voz del personaje. En algunos estudios lingüísticos también son conocidos como verbos declarativos».

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Said is dead! se decía hace un tiempo por redes, donde aún pueden encontrarse extensos listados de verbos de habla para no repetir said hasta la saciedad. Los partidarios de la sinonimia en los diálogos decían/explicaban/comentaban/defendían que así las interacciones quedaban más naturales y menos repetitivas.

En castellano también se ha hablado de este fenómeno y desde muchos foros también se aboga por la variación. He aquí un listado de alternativas para el «dijo» redactado por Grisel R. Núñez, de Cafetera de Letras, que reproduzco literalmente:

  1. Estando sereno: estableció, comunicó, anunció, agregó, comentó, informó, aclaró, indicó, reveló, criticó, expresó, expuso, señaló, apuntó…
  2. Pregunta: preguntó, inquirió, averiguó, indagó, solicitó, suplicó, rogó, cuestionó, investigó…
  3. Respuesta: respondió, replicó, contestó, explicó, reconoció, confesó, contó, se disculpó…
  4. Alegremente: bromeó, cantó, rio, se maravilló, gorjeó, celebró, se alegró, imitó, bufoneó, ovacionó, ironizó, alabó, loó, aplaudió…
  5. A volumen alto: gritó, chilló, aulló, exclamó, llamó, tronó, vociferó, berreó, increpó…
  6. A volumen bajo: masculló, murmuró, susurró, musitó, cuchicheó…
  7. Preocupado o nervioso: se inquietó, tembló, se estremeció, balbuceó, titubeó, tartamudeó, vaciló, flaqueó…
  8. Enojado: alegó, discutió, se ofendió, se molestó, espetó, se defendió, ladró, rabió, rugió, despotricó, bramó, gruñó, reprochó, refunfuñó, recriminó…
  9. Triste: lloró, lloriqueó, sollozó, gimió, gimoteó, se quejó, se entristeció, se lamentó…
  10. Autoritario: dispuso, dirigió, mandó, ordenó, insistió, decretó, dictaminó, presagió, decidió, puntualizó…
  11. Para sus adentros: pensó, se preguntó, consideró, sopesó, reflexionó, meditó, recordó…
  12. Otros: repuso, asintió, afirmó, aprobó, sugirió, corrigió, advirtió, vaticinó, enfureció, sentenció, rechinó, cedió, concedió, se sorprendió, aventuró, matizó, filosofó, previno, exhaló, objetó, accedió, babeó, declaró, manifestó, aseveró, rectificó, recitó…

Es cierto que hay mil y una alternativas para el «dijo» según la situación comunicativa que exprese el diálogo, pero, me pregunto yo: ¿no debería bastar el diálogo en sí para que quedara clara la intención?

  • Como me vuelvas a tocar, te rajo el cuello —dijo ella.

¿Sería necesario aquí cambiar el «dijo» por un «amenazó»? ¿No queda claro así? De cambiarlo, ¿no sería demasiado?

El mismo Ortiz comenta: «Los «verba dicendi'» aparecen reiterativamente en los discursos de estilo directo e indirecto, pero a estas alturas de la historia literaria los lectores curiosos entendemos, de manera inconsciente, que tales marcadores son indispensables formalmente, por lo que no nos producen una sensación de redundancia».

En una línea parecida, Eric Deckers critica este furor por la sinonimia en los verbos declarativos. Según Deckers, reemplazar siempre el said no significa escribir mejor, solo demuestra que se tiene un diccionario de sinónimos y que tanta variedad acaba distrayendo de la narración. E incluye la siguiente cita de Jim Ruland: «A tag on a line of dialog is like a tag on a garment: you’re not supposed to notice it and it’s slightly embarrassing when you do». Una buena forma de verlo.

En definitiva, siempre que el tipo de texto nos lo permita y no traicionemos excesivamente el estilo del autor, va bien usar sinónimos para que el texto no quede plano o muy repetitivo. Es importante que tengamos una buena base de vocabulario y que sepamos introducir variedad en un texto, pero con mesura. 

Al final, nuestros textos tienen que ser correctos y fieles al sentido, e idealmente deben provocar en el receptor el mismo efecto. Excedernos con los sinónimos puede tener el efecto contrario y provocar extrañeza en el lector. Como todo, en traducción y en la vida misma, la clave está en el equilibrio.

***

Para saber más:

  • La sinonimia y la polisemia en la terminología anatómica. Isabel Jiménez Gutiérrez: http://www.entreculturas.uma.es/n1pdf/articulo29.pdf
  • Fenómenos semánticos: sinonimia, antonimia, homonimia y polisemia: https://www.edu.xunta.es/espazoAbalar/sites/espazoAbalar/files/datos/1390395929/contido/33_fenmenos_semnticos_sinonimia_antonimia_homonimia_y_polisemia_aspectos_tericos.html
  • Tipos de sinonimia: http://comoescribirbien.com/tipos-de-sinonimia/

10 claves para mejorar como traductor

22 lunes Feb 2016

Posted by enlalunadebabel in Aprendizaje, Cuestiones laborales, Documentación, Lengua española, Recursos

≈ 49 comentarios

Etiquetas

diccionarios, formación continua, mejorar en traducción, recursos, ser mejor traductor

No hay nadie mejor que uno mismo para ver qué debe mejorar y qué carencias se observa, ya sea por las insuficiencias que se note al traducir —dudas gramaticales, desconocimiento de cierta terminología, pobreza de vocabulario— o tal vez por los comentarios que recibe de sus traducciones y que tanto ayudan a mejorar: ¿Textos muy pegados al original? ¿Repeticiones excesivas?

Hace unos días, buscando documentación sobre el tema, encontré un ejemplar de «La traducción del inglés al castellano: guía para el traductor» de Marina Orellana y me gustó mucho la manera en que exponía algunas cuestiones, como la que nos ocupa hoy: la mejora como traductores.

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Veamos qué consejos y prácticas nos da para mejorar y perfeccionarnos, y cómo podemos aplicarlos:

1. Leer mucho y a buenos escritores en castellano. Dominar la lengua materna es esencial para que un texto suene natural y sea impecable en términos de gramática, ortografía, etc., así que uno de los consejos principales es leer y fijarse en el estilo de las mejores plumas. Saber distinguir bien los tipos de narrativa y reparar en cómo escriben es un buen ingrediente para traducir después.

2. Leer sobre diferentes disciplinas y materias. Ya sea agricultura, economía o tecnología, por mencionar algunas, y aunque tal vez ciertas ramas no sean de nuestro interés o especialidad, es útil ir adquiriendo vocabulario. Nunca se sabe cuándo se va a necesitar. No es infrecuente que en una novela contemporánea aparezcan temas especializados de los que no hayamos oído hablar, como me pasó a mí en una en la que hablaban de béisbol. O que haya referencias muy concretas que rocen los campos más técnicos.

Cito textualmente a Orellana en este punto: «Al igual que el buen nadador, el traductor debe estar preparado para nadar en todas las aguas, es decir, lanzarse a traducir un texto sobre materias que desconoce, o conoce poco, y hacerlo de manera satisfactoria con todos los recursos a su alcance (bibliotecas, diccionarios, material de referencia, etc.)». Y así es.

3. Leer diferentes tipos de material impreso: novelas, informes, resoluciones, leyes… Encontraremos términos útiles en muchos tipos de texto y todo este material, ayudará a enriquecer nuestro vocabulario y nos familiariza con distintas modalidades de expresión. Hasta la etiqueta del champú o la composición del caldo de pollo aportan información que puede ser relevante en algún momento. You never know.

4. Recurrir al diccionario para precisar términos. Un diccionario no sirve únicamente para comprobar la definición de un término, también nos enseña a expresar lo mismo de otra forma enlazando a otras palabras o expresiones que tal vez desconocíamos, nos da ejemplos de uso para saber cómo usar la palabra y, si es de calidad, mucha otra información interesante: pinceladas etimológicas, sinónimos, etc. Y cuando hablamos de diccionario, evidentemente nos referimos a todo tipo de obra, monolingüe en la lengua de partida y en nuestra lengua materna, bilingüe, especializado y muchos más.

✎ Encontraréis aquí una buena colección de recursos lexicográficos en línea: https://enlalunadebabel.com/2014/10/22/la-caja-de-herramientas-del-traductor-i-recursos-lexicograficos/

✎ Otro diccionario reciente que he descubierto en inglés y que puede ser de interés es Fine Dictionary, con información etimológica y contextual. En la siguiente galería encontraréis los resultados de búsqueda de la palabra «translator». Muy completo.




5. Acumular sinónimos. El traductor debe llevar una maleta repleta de palabras y frases que puedan no solo sacarle de un apuro, sino también evitar que se repita como el ajo (sin traicionar excesivamente el estilo del autor al que traduce, ojo). Orellana dice que un traductor debería ser capaz de invocar al menos tres equivalentes de cualquier palabra; yo no sé si pediría tanto, pero sí coincido con ella en que es importante que tengamos una buena base de vocabulario y que sepamos introducir variedad en un texto porque, como bien dice: «en castellano, la repetición constituye por norma general un defecto estilístico, a diferencia del inglés que lo tolera mejor».

He aquí, pues, algunos diccionarios de sinónimos:

  • Wordreference: http://www.wordreference.com/sinonimos/
  • Busca palabra: http://www.buscapalabra.com/sinonimos-y-antonimos.html
  • Sinónimo: http://www.sinonimos.com/
  • Tesauro de Signum: http://lenguaje.com/herramientas/tesauro.php

6. Recurrir a las fuentes de información, sobre todo las más fidedignas. Por suerte, disponemos de un gran acervo de terminología en todas las ramas de actividad: economía, finanzas, tributación… Las Naciones Unidas, así como sus organismos especializados, entidades nacionales e internacionales, etc., han profundizado en estas esferas, así que el vocabulario especializado suele estar a nuestro alcance.

Y para facilitarnos la tarea, Orellana sugiere algo que he defendido siempre: leer antes el documento que ha de traducirse y marcar todos los tecnicismos que puedan suponer un problema. Si nos anticipamos a los obstáculos —buscando los términos y teniendo clara su traducción o, por lo menos, el sentido—, el proceso de traducción será más fluido y no a trompicones, que suele pasar cuando tenemos que interrumpir la escritura para buscar los términos en cuestión.

Y, ojo, que cuando hablamos de fuentes de información no nos referimos solo a material impreso o subido a Internet. También puede ser «el comodín de la llamada». Por ejemplo, en literaria se puede consultar al autor (es una posibilidad que no se da siempre, pero está ahí) y en especializada, tal vez tengas a un amigo o conocido que se dedique a esa rama en cuestión.

Sin ir más lejos, me pasó la semana pasada al traducir unos documentos científicos sobre lácteos. Tuve que recurrir a un amigo ingeniero agrónomo para que me explicara y me dijera cómo llamaban ellos al “curd fine” que no lograba encontrar en ningún sitio.

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No me lo invento; he aquí el chivatazo.

Porque muchas veces ni siquiera las colecciones de glosarios que descubrimos, recopilamos y compartimos en redes nos solventan la papeleta. Eso sí, ayudan, como esta recopilación de glosarios multilingües que podéis descargaros aquí mismo en PDF: Multilingual Dictionaries.

7. Comparar textos publicados en dos idiomas. Estos textos nos permiten ver cómo otros han traducido un término, expresión o, simplemente, cómo se desenvuelven con el tema en cuestión. Cotejar textos es un buen ejercicio porque nos permite aprender siempre, ya sea una expresión o una nueva modalidad lingüística.

Orellana nos habla de la conveniencia de familiarizarnos con series de las Naciones Unidas sobre tratados, convenios, resoluciones, decisiones y recomendaciones; discursos; tipos de cartas, etc., que nos ayuden sobre todo si tenemos entre manos una traducción de índole institucional.

En este apartado yo haría hincapié también en la importancia de los textos paralelos, textos originales en la lengua de partida o en la de llegada sobre el mismo tema y cuya función es similar o equivalente a la de la traducción. Documentarse con documentos parecidos, no solo es útil para la traducción que tengamos entre manos, sino también para ganar más soltura en esa especialidad. Pablo Muñoz lo explica muy bien en este artículo de su blog Algo más que traducir.

Y ya que hablamos de textos para comparar el que tenemos entre manos, aprovecho para recordar la importancia de los corpus —conjuntos amplios y estructurados de ejemplos reales de uso de la lengua— para ver en qué contextos encontramos una palabra, por ejemplo, y que pueden ayudarnos a cotejar la conveniencia o no de usarlos en determinados textos.

  • Corpus de Referencia del Español Actual (CREA): http://corpus.rae.es/creanet.html
  • Corpus Diacrónico del Español (CORDE): http://corpus.rae.es/cordenet.html
  • British National Corpus: http://www.natcorp.ox.ac.uk/
  • Corpus of Contemporary American English (COCA): http://corpus.byu.edu/coca/
  • Colección de corpus en inglés, español, portugués: http://corpus.byu.edu

8. Ejercitarse en la redacción. Orellana nos aconseja «tomar algunas frases para traducirlas con precisión, economía o elegir algunas mal hilvanadas para estructurarlas mejor», puesto que con este tipo de ejercicios el traductor usa su espíritu crítico, sentido del ridículo u otras cualidades.

De algún modo estamos también ejercitando nuestra creatividad, como propuse hace un tiempo en otro artículo. Fomentar la creatividad y practicar la escritura solo puede ir en beneficio del traductor, que al final puede aportar más calidad a los textos. Saber escribir y aprender estrategias de escritura nos ayuda a ganar fluidez y confianza para despegarnos de los textos, sin dejar de ser fieles, ojo.

Marina Orellana termina aquí sus consejos, pero yo añadiría un par más:

9. Releer y revisar siempre con atención lo que traducimos. Otra forma de analizarnos y ver de qué pecamos y qué hacemos bien —que para eso somos buenos profesionales y no va a ser todo negativo— es releer con ojo crítico lo que traducimos. Dejar reposar las traducciones y ver qué podríamos haber hecho de otro modo, y aplicarlo después. En este artículo del blog sobre la revisión de traducciones encontraréis algunas claves.

10. Tener curiosidad por lo que nos rodea y seguir formándonos. Ya lo dijo Xosé Castro hace unos meses: «La curiosidad mató al pobre gato … y engordó el intelecto del traductor». Para mejorar hay que ser proactivos y no hay nada mejor que estar atentos a lo que nos rodea, tener sed de aprendizaje y estar dispuestos a seguir formándonos.

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Actualmente el traductor tiene muchas opciones para seguir formándose, como ya comenté en la serie de artículos con consejos traductoriles. Hay muchos cursos especializados para suplir aquellas carencias o engrosar nuestro bagaje como profesionales. Algunas empresas que ofrecen cursos útiles para traductores son:

  • Cálamo y Cran: http://www.calamoycran.com/
  • Trágora Formación: http://www.tragoraformacion.com/
  • Aulasic: http://www.aulasic.org/
  • Con trazo firme: http://www.contrazofirme.es/
  • Zot Formación: http://www.zotformacion.com/
  • Estudio Sempere: http://www.sampere.edu.es/index.php/cursos-a-distancia
  • Traduversia: http://traduversia.com

Y no olvidemos los cursos que ofrecen las asociaciones de traducción de todo el país: Asetrad, Aptic, Xarxa, etc.

Como siempre, las listas no suelen ser exclusivas y lo que a uno le va bien, a otro tal vez no tanto, pero en general son buenos consejos para novatos y no tan novatos. ¿Se os ocurren otras maneras de seguir mejorando como traductores?

***

Para saber más:

  • La traducción del inglés al castellano: guía para el traductor. Marina Orellana. Santiago de Chile: Editorial Universitaria, 1994.
  • Cómo mejorar tus traducciones si eres estudiante o estás empezando, artículo de Pablo Muñoz en su bitácora.
  • Consejos básicos para mejorar las traducciones de textos científicos del inglés al español, artículo de M. Gonzalo Claros en la revista Panacea.
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