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En la luna de Babel

~ Blog sobre lenguas y traducción

En la luna de Babel

Archivos de etiqueta: traducción

Errores en libros publicados: Ruth Ware explica el proceso y como traductora lo reconfirmo

27 jueves Nov 2025

Posted by enlalunadebabel in Edición, Traducción, traducción literaria

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Edición, editoriales, erratas, errores, escritura, gazapos, libros, literatura, traducción, traducción literaria

Hace unos días la escritora Ruth Ware publicó un hilo maravilloso explicando por qué incluso los libros publicados por grandes editoriales —con equipos enteros detrás— pueden contener errores. Y yo, como traductora editorial, y desde mi parcelita, solo podía asentir. Porque aunque desde fuera pueda parecer que un libro pasa por un túnel de lavado mágico donde sale brillante e impecable…, la realidad es mucho más artesanal, humana y, por tanto, algo más caótica.

Imagen de Glosario Gráfico (https://www.glosariografico.com/categoria_libros)

Aquí va el hilo de Ware aderezado con mi perspectiva desde la traducción.

1. La edición estructural: mover piezas grandes y cruzar los dedos

Ware explica que las primeras rondas de edición se centran en la trama, el ritmo, la coherencia… Y como traductora lo confirmo: cuando recibo un manuscrito, ya ha pasado por estas fases, pero eso no significa que esté «cerrado». A veces aún hay cambios, capítulos reordenados a última hora, frases que desaparecen misteriosamente… y claro, si una pieza se mueve, las demás pueden chirriar. El dominó editorial es muy real y no es infrecuente trabajar con versiones iniciales y hasta de tipo borrador.

2. El copyediting: donde se arregla… y a veces se estropea

Ella comenta que el copy editor corrige estilo y ortografía, pero a veces se introducen otros errores. Aquí, como traductora, añado:

  • Si hay varias versiones del manuscrito en circulación, puedes estar trabajando con la penúltima sin saber que existe una «definitiva de verdad de la buena que ahora va en serio».
  • Cuando el autor revierte un cambio (stet) pero no ajusta lo que rodea ese cambio, nacen palabros maravillosos como el hilairiously del que habla. En nuestro caso, cuando recibimos los cambios propuestos en nuestra traducción, es bastante común que al cambiar algo, se haya dejado alguna palabra (preposición, artículo, etc.) colgando.

3. La maquetación: cuando Word decide que hoy no

Ware menciona que en la maquetación se pueden introducir caracteres fantasma, formatos extraños o signos rarísimos. Por mi parte, he visto espacios invisibles que rompen una línea entera, guiones o comillas que desaparecen… Y por supuesto, la maquetación también afecta a las traducciones: una palabra más larga en castellano puede mover un párrafo entero, crear viudas y huérfanas o colapsar un diálogo.

4. Las pruebas finales: el último baile (sin margen para respirar)

El proof editor revisa la versión maquetada. Y aquí quienes traducimos también volvemos a participar: revisamos galeradas para detectar erratas propias, inconsistencias o errores que nacieron en fases anteriores.

Sin embargo, es la etapa más peligrosa porque hay muy poco tiempo, cualquier cambio puede romper el formato… y ya casi nadie más va a revisar después. En definitiva, es como intentar arreglar el maquillaje del actor mientras está saliendo al escenario.

5. Las primeras ediciones siempre tienen más errores (y no es un fallo: es estadística pura)

Esto lo dice Ware y lo reafirmo. La mayoría de los lectores solo ven la versión corregida cuando el libro llega a bolsillo o a la tienda de ebooks. Pero quienes devoran un lanzamiento el primer día se pueden encontrar todos los gazapillos.

Y entonces es cuando (a Ware le) llegan los mensajes: «Hola, he visto una errata» y ella lo agradece, siempre que se avise con cariño y no con un «vaya chapuza de edición», porque detrás de un libro hay una cadena de personas, no máquinas.

6. Y ojo: no todo lo que parece un error lo es

Ware lo explica muy bien y en traducción lo vemos igual. Que puede haber erratas, sí, ya lo hemos dicho, pero es que algunos errores no lo son. Pueden ser rasgos regionales, puede haber vocabulario poco común, quizá son decisiones estilísticas del autor y hasta errores conscientes y deliberados que caracterizan a un personaje o su forma de hablar.

Y, en estos casos, el reto de esta traductora está en mantener todo esto sin que parezca una errata de verdad. A veces traducimos errores adrede. Y no, no es fácil. No hay nada más divertido que ir justificando por qué esa palabra mal escrita tiene que quedarse así.

En definitiva…

El proceso editorial es un trabajo en cadena —multietapa, multipersona y multiprograma—, cuyos eslabones no siempre encajan a la perfección por muchos motivos. Es colaborativo, complejo y, sobre todo, humano. La gran mayoría de las veces los errores no son señal de dejadez: son la consecuencia inevitable de un proceso vivo.

Como traductora, agradezco muchísimo los hilos como el de Ware y otros escritores porque ayudan a que los lectores entiendan por qué un libro perfecto es prácticamente imposible… y por qué seguimos dejándonos la piel para que cada edición esté un poquito mejor que la anterior. Porque a todos nos interesa que el libro nos salga redondito. Palabra.

De universos inventados y frases hechas

24 domingo Ago 2025

Posted by enlalunadebabel in Lengua española, Traducción, traducción literaria

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fantasía, fraseología, frases hechas, literatura, traducción, traducción literaria

Las frases hechas no viajan bien entre mundos… y ahí empieza el reto del traductor (humano).

En la novela en la que trabajo ahora, los protagonistas habitan un universo distinto al nuestro, donde muchos animales de la Tierra —como perros o ranas— sencillamente no existen. Esto condiciona las decisiones traductológicas: expresiones tan comunes en castellano como «no es moco de pavo» pierden sentido. Lo mismo ocurre con referencias religiosas como «no es santo de mi devoción» o coloquialismos del tipo «donde Cristo perdió el gorro», que en un mundo sin santos, sin Cristo y sin tradición católica carecen de coherencia.

Y no solo pasa con expresiones y frases hechas del estilo, también sucede con medidas y tiempo. Si ese mundo no se rige por relojes —como es el caso que me ocupa—, no podemos hablar de segundos ni minutos; habrá que medir de otra manera, quizá en latidos, pasos o ciclos naturales propios de ese universo.

¿Cómo mantenemos la expresividad de la lengua de llegada sin traicionar la coherencia interna del universo ficticio? Pues la respuesta pasa por la traducción más creativa y humana: encontrar equivalentes que transmitan el mismo efecto al lector, pero que respeten la lógica del mundo narrativo.

Este tipo de decisiones demuestran por qué la traducción literaria (y la no literaria también, ¿eh?) requiere criterio y sensibilidad profesional. Una IA ofrece equivalencias literales, pero no va a evaluar si ese animal existe en la diégesis de la obra o si esa referencia cultural, religiosa o temporal es verosímil en ese universo. Porque no piensa. Esa negociación entre fidelidad y coherencia sigue siendo terreno humano.

¿Qué otras expresiones crees tú que no sobrevivirían en un universo inventado? ¡Te leo!

🖼️ Autorretrato. Dorothea Tanning (1944)

Traducir es puro funambulismo 🎪

22 martes Jul 2025

Posted by enlalunadebabel in Lengua española, Traducción, traducción literaria

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argot, cultura, equilibriotraductor, fechartraducciones, GenZ, jerga, literatura, modernidad, traducción, Traducción, traducción literaria

Los traductores nos movemos constantemente entre dos extremos: por un lado, el respeto al texto original; por otro, la búsqueda de una expresión natural en la lengua de llegada. Y en ese vaivén, a veces nos inclinamos tanto hacia uno de los lados que perdemos de vista lo esencial: la durabilidad, la coherencia, la voz.

En los últimos años, hablamos mucho (y con razón) de la importancia de alejarse de traducciones excesivamente literales, esas que suenan forzadas, antinaturales, cogidas por pinzas, vaya. Sin embargo, en ese afán por sonar «naturales», corremos el riesgo contrario: el de fechar las traducciones, anclarlas en un momento concreto del tiempo al utilizar expresiones demasiado propias de una moda, una generación o una jerga puntual.


Pensemos en palabras como «bro», «PEC» o expresiones como «servir c*ñ*», «F en el chat», «estar alguien en su prime», etc. Tienen fuerza, ritmo, personalidad…, pero también fecha de caducidad. Puede que funcionen de maravilla hoy, pero ¿cómo envejecerán dentro de cinco años? ¿Seguirán siendo comprensibles? ¿O parecerán artefactos de otra era, como los «guay del Paraguay» de los noventa?

Traducir es trasladar palabras, claro, pero sobre todo consiste en decidir qué tono queremos dar, cuánto queremos que pese la actualidad y cuánto queremos que perdure la historia. No se trata de eliminar lo coloquial ni de neutralizar la voz de los personajes, sino de preguntarnos a quién estamos hablando hoy… y a quién le hablaremos mañana.

Este equilibrio no es fácil y no siempre hay respuestas claras, porque, obviamente (se viene frasecita manida) depende del contexto. A veces, una expresión muy del momento es justo lo que necesita un personaje para cobrar vida (hace poco en una novela encontraba, literal, una expresión donde encajaba de mil amores lo del «ir a servir»). Otras, es mejor apostar por una naturalidad menos marcada, más atemporal, que permita que el texto respire con libertad dentro de unos años.

Como traductores, no podemos prever el futuro, pero sí podemos ser conscientes de las elecciones que hacemos. Y sobre todo, podemos defender que una traducción con personalidad no tiene por qué sonar forzada ni tampoco quedar atrapada en una moda pasajera.

Al final, se trata de eso: encontrar la voz, el tono y el ritmo que hagan justicia al original y que, al mismo tiempo, conecten con los lectores… de hoy y de mañana.

***

P. D.: Si hay algo de la imagen que no te suena, te dejo por aquí un minidiccionario: https://lnkd.in/dJndjb-H

Cómo me organizo para rendir (aunque no siempre llegue a todo)

27 martes May 2025

Posted by enlalunadebabel in Aprendizaje, Cuestiones laborales, Vida traductoril

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organización, productividad, traducción

A menudo me preguntan cómo llego a todo. Y mi respuesta sincera es: no siempre llego. Esto es así.

Trabajo como autónoma, y eso significa que llevo varios sombreros: traductora, gestora de proyectos, formadora, contable… Aun así, hay varias estrategias que me ayudan a mantener el rumbo, a concentrarme mejor y a trabajar de forma más productiva sin dejarme la piel en el intento.



No tengo una fórmula mágica, pero sí algunos trucos que me funcionan:

🔹 Planificación realista: Intento no sobrecargar mis jornadas. Dejo márgenes para imprevistos, porque sé que los habrá. Tener una visión clara de las tareas me permite priorizar sin entrar en modo pánico (aunque siempre haya algún momentito así, para qué negarlo).

🔹 Listas breves y claras: Cada día empiezo con una lista de entre 3 y 5 tareas clave. Si las termino, perfecto: añado más (o no). Pero parto de lo esencial para evitar la parálisis por exceso (me he dado cuenta de que me pasa bastante; cuando me abrumo, tiendo a postergar decisiones).

🔹 Me como el sapo 🐸: Cuando puedo, empiezo el día con la tarea que más me cuesta. Esa que más me tienta posponer (contestar un correo peliagudo, hacer un presupuesto complejo). Una vez hecha, todo lo demás fluye mejor.

🔹 Bloques de trabajo sin interrupciones: Silencio notificaciones, dejo el móvil boca abajo y trabajo por bloques. Sin excusas.

🔹 Pequeñas rutinas motivadoras: Una taza de café, una lista de reproducción especial, una vela encendida (o lo que me chifla ahora; quemar cera aromática en un quemador), etc. Son pequeños gestos que me ayudan a crear un ambiente que invite a trabajar.

🔹 Descansos estratégicos: Parar no es perder el tiempo. A veces basta con levantarme cinco minutos, salir a dar un paseo corto, sacar al perro o mirar por la ventana para volver con las ideas más claras. A veces, lo reconozco, también implica poner una lavadora o descargar el lavavajillas. Está estudiado: el cuerpo quiere movimiento cuando la mente se cansa, aunque sea barrer.

🔹 Delegar, automatizar, eliminar: Cada cierto tiempo reviso mis procesos y me pregunto: ¿Podría automatizarlo? ¿Esto sigue siendo necesario? ¿Paso el encargo, mejor?

🔹 Decir que no: Aprender a decir que no a ciertos proyectos, reuniones o compromisos también es productividad. No puedo con todo, y reconocerlo me hace más eficiente y más humana. Me cuesta horrores (diría que es lo que más), pero es necesario.

🔹 Celebrar los logros: Marcar una tarea como hecha y tacharla de la lista, cerrar un proyecto… Cada pequeño logro merece su minicelebración. A veces es un café tranquilo. Otras, parar para leer algo por placer o hacer dibujitos en un papel (¿conoces el zentangle?).

No siempre llego a todo, pero con estos puntos llego a lo importante.

Y tú, ¿tienes algún truco que te ayude a concentrarte o rendir mejor en el día a día? ¡Compartir es vivir!

Traducir para ser oído: peculiaridades de la traducción de audiolibros

16 miércoles Abr 2025

Posted by enlalunadebabel in Aprendizaje, Traducción, traducción literaria

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audiolibros, traducción, traducción literaria, traduciraudiolibros

La mayoría de los textos que traducimos los imaginamos en papel o en pantalla. Pero ¿qué ocurre cuando ese texto no va a leerse, sino a escucharse? La traducción de audiolibros implica una serie de retos y particularidades que no siempre están presentes en otras modalidades editoriales. No basta con traducir bien: hay que traducir para el oído.

Uno de los audiolibros que traduje hace un tiempo, con locución del célebre actor Jordi Boixaderas. ¡Lujazo!

La oralidad como destino

El principal cambio de chip que exige esta modalidad es recordar que el producto final será interpretado con la voz, no con la vista. La oralidad lo condiciona todo. El texto debe sonar fluido, natural y claro. Hay que tener en cuenta la musicalidad, el ritmo de las frases, las pausas, la puntuación, la cadencia… En una lectura silenciosa, el lector puede releer si se pierde. En una lectura en voz alta, no hay marcha atrás.

Esto implica que estructuras demasiado largas o complejas pueden dificultar la comprensión. Es preferible optar por frases más claras y directas, que mantengan la atención del oyente sin exigirle demasiado esfuerzo.

Pensar con el oído

El oído capta el lenguaje de forma diferente al ojo. Algunos elementos que funcionan bien en un texto escrito pueden perder eficacia —o directamente resultar confusos— cuando se oyen. Por ejemplo:

  • Las enumeraciones largas pueden abrumar.
  • Las frases con muchas subordinadas o incisos pueden dificultar el seguimiento.
  • Las ambigüedades o dobles sentidos involuntarios pueden pasar desapercibidos para quien escribe, pero no para quien escucha.

Por eso, conviene revisar siempre el texto traducido leyéndolo en voz alta. Es la mejor manera de detectar cacofonías, repeticiones accidentales, ritmos raros o frases que se tropiezan.

El narrador como aliado

Una de las grandes diferencias respecto a la traducción de un libro impreso es que el texto traducido pasará por la interpretación de una persona: el narrador o narradora del audiolibro. Y nuestro trabajo puede facilitarle —o complicarle— muchísimo la tarea.

La puntuación, por ejemplo, no solo debe ser correcta desde el punto de vista gramatical: también tiene que guiar la entonación. Las pausas deben tener sentido. Las acotaciones emocionales (“dijo enfadado”, “susurró con tristeza”) deben estar integradas de forma que no rompan el flujo ni suenen forzadas.

Además, cuando hay muchos personajes, es útil diferenciar bien sus formas de hablar. Esto no solo aporta color y coherencia al texto, sino que ayuda al narrador a marcar esas diferencias con la voz.

¿Y qué pasa con los elementos visuales?

En ocasiones, los textos incluyen recursos visuales (tipografías, cambios de formato, notas al pie, dibujos, cartas, mensajes de móvil…) que en un audiolibro no se ven. Aquí la labor del traductor consiste en adaptar, resumir o reescribir para que la información se entienda solo con el oído.

Esto es especialmente importante en literatura infantil, donde el texto suele apoyarse mucho en la ilustración y donde la musicalidad, el ritmo o incluso la rima pueden formar parte de la narración.

¿Traducción o adaptación?

Todo esto plantea una pregunta interesante: ¿hasta qué punto estamos traduciendo… y hasta qué punto estamos adaptando? La línea entre ambas disciplinas se difumina en el caso de los audiolibros, porque la prioridad no es tanto la fidelidad palabra por palabra, sino la eficacia del mensaje en formato sonoro. Lo que importa es que el texto suene bien y se entienda bien.

Por eso, traducir un audiolibro exige una sensibilidad especial. No es solo traducir: es pensar con oído, imaginar cómo va a sonar, prever cómo lo va a recibir una persona que, probablemente, esté escuchando mientras camina, conduce o cocina.

Para seguir… escuchando

Aquí van algunas lecturas interesantes sobre el tema, por si quieres profundizar:

  • García Aristegui, David (2022). Audiolibros, traducciones y derechos de autoría. En Vasos comunicantes. Revista de ACE Traductores.
  • López García, Verónica (2020). Propuesta de guía para la adaptación a audiolibro de referencias intratextuales e interpelaciones al lector presentes en libros de no ficción. Universitat Pompeu Fabra.
  • The Spoken Word Audio Report, de Edison Research (aunque centrado en inglés, ofrece datos valiosos sobre consumo y formatos).

¿Has traducido algún audiolibro o te gustaría hacerlo? ¿Qué decisiones creativas has tomado para que una frase funcione bien al oído? ¡Te leo en comentarios!

𝗟𝗼𝘀 𝗺𝘂𝗻𝗱𝗼𝘀 𝗱𝗲 «¡𝘆𝘂𝗽𝗶!»… 𝘆 𝗹𝗮 𝗰𝗮𝗿𝗮𝗰𝘁𝗲𝗿𝗶𝘇𝗮𝗰𝗶ó𝗻 𝗱𝗲 𝗹𝗼𝘀 𝗽𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝗷𝗲𝘀

04 martes Mar 2025

Posted by enlalunadebabel in Traducción, traducción literaria

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literatura, traducción, traducción literaria

Traducir diálogos es todo un arte. Cuando un personaje abre la boca, no solo está transmitiendo información, también nos está contando quién es, de dónde viene y cómo ve el mundo. Sin embargo, ¿qué pasa cuando los lectores sienten que el tono del diálogo no encaja?

Hace un tiempo leí un comentario en Threads sobre una traducción en la que el vocabulario usado parecía infantil para la edad de los personajes (en concreto, se quejaban de expresiones como «¡yupi!», entre muchas otras).

Los mundos de Yupi fue una serie de televisión infantil emitida en España por La 1 de Televisión Española en los años 80 y 90.​


Este tipo de críticas puede ser frustrante (obvio), pero también nos invita a reflexionar sobre nuestro trabajo como traductores. ¿Qué podemos hacer para dar con la voz de los personajes?

✒️ 𝗘𝘀𝘁𝘂𝗱𝗶𝗮 𝗲𝗹 𝗼𝗿𝗶𝗴𝗶𝗻𝗮𝗹 𝗮 𝗳𝗼𝗻𝗱𝗼
Antes de decidir cómo hablarán los personajes en la lengua meta, lee a fondo [escucha] cómo lo hacen en el texto original. ¿Usan jerga, expresiones modernas o un tono más formal? Identificar estas características es lo primero para traducir su personalidad con precisión.

✒️ 𝗖𝗼𝗻𝗼𝗰𝗲 𝗮 𝗹𝗼𝘀 𝗽𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝗷𝗲𝘀
No es lo mismo traducir a un adolescente rebelde que a un adulto más serio y profesional, por ejemplo. La edad, el entorno y la experiencia vital influyen en el lenguaje. Una adolescente puede usar unas expresiones que parecen artificiales en boca de un adulto.

✒️ 𝗔𝗱𝗮𝗽𝘁𝗮 𝘀𝗶𝗻 𝗽𝗲𝗿𝗱𝗲𝗿 𝗻𝗮𝘁𝘂𝗿𝗮𝗹𝗶𝗱𝗮𝗱
Algunas expresiones no funcionan al traducirlas literalmente (pasa muchas veces). Expresiones como «yupi» pueden ser infantiles en castellano, aunque su equivalente en el idioma original tenga otro matiz. Busca alternativas más acordes al contexto y al registro lingüístico.

✒️ 𝗖𝗼𝗻𝘀𝘂𝗹𝘁𝗮 𝘆 𝗿𝗲𝘃𝗶𝘀𝗮
Pide la opinión de otros traductores o lectores beta. Lo que a ti te parece natural puede sonar forzado a otros. Este paso es muy útil para mantener la coherencia cultural y lingüística.

✒️ 𝗡𝗼 𝘁𝗲𝗻𝗴𝗮𝘀 𝗺𝗶𝗲𝗱𝗼 𝗱𝗲 𝗮𝗰𝘁𝘂𝗮𝗹𝗶𝘇𝗮𝗿𝘁𝗲
La lengua está viva y eso se refleja en el habla de los personajes. Un lector actual espera encontrar diálogos que le suenen contemporáneos, aunque 𝘴𝘪𝘯 𝘤𝘢𝘦𝘳 𝘦𝘯 𝘮𝘰𝘥𝘪𝘴𝘮𝘰𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘯𝘷𝘦𝘫𝘦𝘻𝘤𝘢𝘯 rápido. Encuentra un equilibrio. (Sí, lo sé, es más fácil decirlo que hacerlo).

✒️ 𝗣𝗿𝗶𝗼𝗿𝗶𝘇𝗮 𝗲𝗹 𝗹𝗲𝗰𝘁𝗼𝗿 𝗺𝗲𝘁𝗮
Esto es elemental. Si estás traduciendo para jóvenes adultos, el tono debe conectar con ellos. Si el público es más amplio, plantéate qué registro puede ser más general sin sacrificar la esencia del personaje.

El vocabulario y el tono en los diálogos son la esencia de los personajes. Traducirlos fielmente implica ser un puente (ya, referencia manida), no solo entre lenguas, sino también generaciones. La cosa está en escuchar al personaje y hacer que su voz se mantenga intacta.

¿Y tú qué estrategias usas para encontrar el tono perfecto en los diálogos?

El efecto Amazon en la traducción y lo artesanal

27 viernes Dic 2024

Posted by enlalunadebabel in Uncategorized

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efecto amazon, inteligencia-artificial, noticias, opinion, rapidez, traducción, Traducción, traductores

Hace un tiempo que compro velas a una chica que tiene un pequeño taller en Valencia. Tras varios retrasos en los pedidos por la DANA y por el volumen de ventas en Navidad, le llovieron los comentarios negativos en su cuenta profesional de Instagram. Por suerte, no todos iban en el mismo sentido y hubo algunos, como este mismo, que daba pie a la reflexión y a su aplicación a muchos otros ámbitos.

Comentario que una clienta dejó en el perfil de Lu Candles.

¿Qué tiene que ver Amazon con todo esto?

La rapidez con la que queremos las cosas en la actualidad se debe a varios factores, y Amazon ha desempeñado un papel importante a la hora de moldear nuestras expectativas. Amazon popularizó la entrega en un día (o incluso el mismo día) con su servicio Prime. Esto creó un estándar en el comercio electrónico: los consumidores ahora esperan recibir productos casi al instante, lo que antes parecía imposible o innecesario. Otros comercios han adoptado modelos similares para competir con Amazon. Esto ha hecho que la rapidez no sea solo un lujo, sino una necesidad para sobrevivir en el mercado.

Vivimos en una era donde casi todo está al alcance de un clic: contenido en streaming, información en segundos y productos en la puerta de casa en horas. Esta inmediatez se ha convertido en la norma, lo que ha reforzado y refuerza nuestra aversión a la espera.

El acceso rápido a un producto o servicio crea una sensación de control y eficiencia. Si podemos obtener algo «ya», nos sentimos productivos y satisfechos, aunque esto no necesariamente mejore nuestra calidad de vida. Esta velocidad con la que obtenemos bienes y servicios afecta también cómo percibimos el tiempo. Nos hemos acostumbrado a lo inmediato, y cualquier retraso puede generar frustración, incluso si es razonable.

El efecto Amazon en nuestro trabajo

Cómo no, la «cultura» de la inmediatez también afecta al mundo de la traducción, tanto en las expectativas de los clientes como en la forma en que trabajamos.

1. Plazos cada vez más ajustados

Las expectativas de rapidez han llegado al sector de la traducción, obviamente (no es una sorpresa, muchas veces bromeamos con lo de que un «proyecto es para ayer»). Ahora, algunos clientes quieren textos complejos en plazos cortísimos, muchas veces ignorando que un buen trabajo de traducción requiere tiempo para investigar, reflexionar y revisar. Esto puede afectar la calidad final y aumentar el estrés de los traductores.

2. Automatización y herramientas de traducción

Al igual que Amazon optimizó la logística, las tecnologías de traducción han acelerado los procesos. Herramientas como la traducción automática y las memorias de traducción permiten trabajar más rápido, pero no siempre garantizan la calidad que un cliente espera. Esto puede generar tensiones entre la rapidez y el nivel de excelencia.

3. Demanda de traducción inmediata

Con la globalización, las empresas necesitan que su contenido esté disponible en varios idiomas al mismo tiempo (lanzamientos simultáneos, marketing digital, etc.). Esto genera más presión sobre los traductores, que deben trabajar con plazos reducidos y, en algunos casos, con equipos colaborativos en tiempo real y ya sabemos que, como dicen en inglés, too many cooks spoil the broth.

4. Percepción del valor de la traducción

La inmediatez a veces lleva a subestimar el esfuerzo detrás de una buena traducción. Al igual que con los productos de Amazon, el cliente ve el «producto final» (el texto traducido), pero no siempre comprende las horas de dedicación que requiere. Esto puede hacer que perciban la traducción como algo rápido y fácil, y se disminuya así la valoración.

5. Efectos en la creatividad

El proceso creativo de traducción, sobre todo si hablamos de literatura o textos culturales, puede sufrir cuando el tiempo es limitado. La traducción no es solo trasladar palabras, sino interpretar y darles vida en otro idioma, algo que no siempre se puede hacer a toda mecha.

Reflexión sobre la calidad frente a la rapidez

Al igual que en otros sectores, en traducción deberíamos abogar por un equilibrio: rapidez cuando sea posible, pero sin sacrificar la calidad, y esto se consigue de maneras distintas en función del texto. Por eso también creo que es importante educar a los clientes sobre la importancia del tiempo en la traducción, porque lo rápido no siempre es lo mejor.

En resumen, el mundo de la traducción no está exento de la influencia de Amazon y la era de lo inmediato, pero el reto aquí es encontrar un equilibrio entre eficiencia y calidad para mantener el valor de nuestro trabajo.

Cuando el marketing se sirve en una copa

02 lunes Dic 2024

Posted by enlalunadebabel in Cuestiones laborales, Publicidad, Traducción, Vida traductoril

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demostración, marketing, marketingexperiencial, marketingvivencial, producto, serviciosdetraducción, traducción, Traducción, traductores

Hace poco visité un restaurante en Cardona que no solo destacaba por su comida, sino por una curiosa joya tecnológica: un brazo robotizado que se encargaba de servir las cervezas, los cafés y las copas. Más allá del espectáculo (porque, sí, era imposible no quedarse mirándolo), lo que me fascinó fue la historia detrás de esa máquina.

El dueño del restaurante también es el propietario de una empresa que fabrica estos brazos robóticos, y su intención con esta instalación va mucho más allá de la funcionalidad. Aunque el brazo no es rentable para el restaurante en términos directos (su coste es muy elevado), su presencia tiene un propósito claro: impresionar. Cuando los clientes potenciales de su empresa visitan el restaurante y ven el brazo en acción, llevando a cabo tareas que normalmente asociamos con las personas o que no relacionamos directamente con ese tipo de producto, ocurre algo mágico: dicho producto deja de ser una abstracción para convertirse en una experiencia tangible.

Es un ejemplo brillante de marketing experiencial combinado con demostración de producto. Este tipo de estrategia aprovecha la experiencia directa del cliente con el producto en un entorno inesperado o innovador, generando curiosidad, interés y una conexión emocional con la tecnología.

Lo especial de esta estrategia

¿Por qué me parece algo así tan interesante como estrategia?

  1. Demostración en vivo. Ver el producto en acción es más impactante que cualquier folleto o video promocional.
  2. Ambiente informal y distendido. Al integrarlo en un restaurante, los posibles clientes no sienten la presión de una típica presentación de ventas.
  3. Generación de confianza. Demuestra que el producto no solo es funcional, sino que también está ya operando en un entorno real.
  4. Innovación visible. Atrae tanto a potenciales compradores como a clientes que valoran experiencias únicas, convirtiéndose en una herramienta dual de marketing.
  5. Curiosidad viral. La peculiaridad del dispositivo podría atraer a más visitantes al restaurante, potenciando el boca a boca y la visibilidad en redes sociales.

El restaurante no es solo un lugar para disfrutar de una comida o bebida, sino un escaparate vivo de las posibilidades de la tecnología. Una demostración en un contexto real que permite al cliente imaginar cómo ese producto puede encajar en sus propios proyectos. Aunque no sea rentable para el restaurante en términos directos, el retorno indirecto en ventas y promoción para la empresa del brazo robotizado probablemente lo compensa con creces. Es una estrategia que combina lo mejor de la creatividad y la tecnología aplicada.

Mientras lo veía en acción (puedes echarle un vistazo aquí al vídeo que grabé), no pude evitar reflexionar sobre cómo estrategias como esta pueden aplicarse a otros ámbitos profesionales, incluido el mío: la traducción. Al fin y al cabo, los traductores freelance no contamos con un brazo mecánico que pueda lucirse en un bar, pero eso no significa que no podamos convertir lo que hacemos en algo visible y memorable para nuestros clientes.

Cómo aplicar el marketing experiencial a la traducción

Uno de los retos de nuestra profesión es que, muchas veces, el trabajo del traductor es invisible. Si hacemos bien nuestro trabajo, el lector final ni siquiera notará que el texto es una traducción (ya sabes, lo del traductor a lo ninja). Pero esa invisibilidad no tiene por qué traducirse en anonimato profesional. Aquí van algunas ideas para inspirarnos:

  • Demostraciones creativas. Enseñar ejemplos del antes y después de una traducción puede ser la mar de revelador. Por ejemplo, en una traducción literaria o creativa, podemos explicar las decisiones que tomamos para mantener el tono, la musicalidad o los juegos de palabras. ¿Qué tal una serie en redes sociales con fragmentos de texto y anécdotas del proceso?
  • Eventos en vivo. Si traducimos libros o trabajamos con autores directos, ¿por qué no participar en presentaciones de libros, ferias literarias o talleres donde podamos hablar de la magia de trasladar historias de un idioma a otro? En mi caso, hace poco di una charla en una escuela de primaria para explicar en qué consiste mi trabajo como traductora y fue una experiencia muy enriquecedora, tanto para los niños como para mí.
  • El blog como escaparate: Mi blog ha sido, durante años, una herramienta para conectar tanto con colegas como con clientes (una editorial en concreto me escribió tras conocerme por lo que publicaba en él). Pero más allá de compartir reflexiones, también es un espacio para «enseñar el brazo mecánico» de la profesión. Contar procesos, retos y aprendizajes hace que nuestro trabajo deje de ser un misterio para quienes nos leen.
  • Portafolios interactivos: En lugar de un simple listado de proyectos, ¿por qué no crear una experiencia que invite a los clientes a imaginar cómo podemos ayudarlos? Por ejemplo, un portafolio en línea que permita comparar textos originales y traducidos, con explicaciones breves de las decisiones clave.

El marketing no tiene que ser invasivo ni forzado. Puede ser una forma de invitar a nuestros clientes a experimentar lo que hacemos de una manera más cercana. Así como ese brazo mecánico (¿te he dicho que se llama Paco?) sirve cervezas mientras nos deja boquiabiertos, nosotros también podemos encontrar maneras de hacer que nuestro trabajo brille y deje huella.

¿Qué te parece a ti? Si eres compañero o compañera, ¿cómo lo haces para destacar? ¡Te leo!

Una traductora en primaria

26 martes Nov 2024

Posted by enlalunadebabel in Cuestiones laborales, Traducción, traducción literaria, Vida traductoril

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charla de traducción, entrevistas, libros, literatura, traducción, Traducción, traducción en la escuela, traducción literaria, traductores

El mundo de la traducción puede parecer algo lejano para los niños, pero hace poco tuve la oportunidad de acercarles el oficio durante una charla en una escuela de primaria. Lo que comenzó como una invitación para hablar sobre mi trabajo a raíz de una traducción mía que les había entusiasmado (Hi ha un ieti al pati, Pamela Butchart, Bindi Books) se convirtió en una experiencia inolvidable llena de curiosidad, risas y momentos entrañables.

Preparando el viaje hacia las palabras

Cuando me pidieron que hablara sobre la traducción, pensé: «¿Cómo captar la atención de los niños y transmitirles lo bonito que es este mundo?». La clave estaba en hacerlo interactivo y divertido. Preparé ejemplos de libros (que también llevé conmigo), juegos con palabras de otros idiomas, y decidí obsequiarles con marcapáginas y pegatinas variadas para sorprenderlos.

Ellos me sorprendieron a mí con varias traducciones que habían pedido para la ocasión.

Sabía de antemano que había expectación por el tipo de trabajo y por cómo había empezado a traducir, así que no podía faltar una introducción con toda esa información: que de niña me encantaba leer y que mi amor por los idiomas, en concreto el inglés, despertó en cuanto me apuntaron a una academia, que terminé de decidirme al estudiar latín en el instituto y ver que este trabajo era como descifrar códigos secretos, etc.

El día de la charla: historias y descubrimientos

Desde el momento en que entré en el aula, los pequeños mostraron un entusiasmo desbordante. Empecé la charla preguntándoles si sabían que muchos libros, películas y videojuegos no estaban creados originalmente en español. Y no solo eso: que la traducción nos rodea y es imprescindible en muchos ámbitos, como el médico.

Les conté que los traductores somos puentes entre culturas y que nuestro trabajo no solo consiste en cambiar palabras, sino en transmitir emociones e ideas. Porque no siempre funciona traducir lo de palabra por palabra: les puse como ejemplo un «The house is big», que sí que funciona literal, y algunas expresiones que no: «It’s raining cats and dogs» o «It’s a piece of cake».

Les conté anécdotas divertidas sobre títulos difíciles de traducir y cómo a veces tenemos que inventar rimas o adaptar bromas para que todo tenga sentido en otro idioma (les enseñé a modo de ejemplo el original y la traducción de un libro de R.L. Stine de La Pandilla Basura: Welcome to Smellville y Bienvenidos a Villapeste). Este punto en concreto lo ilustré también tomando como ejemplo algunos nombres de personajes y de títulos inventados dentro de un álbum de magia, que ya os enseñé por aquí hace un tiempo.

También les comenté que un libro, como tal, puede cambiar mucho de la edición original a la traducida, y que intervienen muchos otros profesionales, como el corrector, el ilustrador, el diseñador de cubierta, etc.

Juegos y creatividad sin límites

La parte más divertida fue cuando jugamos a traducir juntos. Les propuse frases curiosas en inglés para que las tradujeran al español y al catalán, y me sorprendió su creatividad y sentido del humor. Les fascinó descubrir que las palabras también pueden tener historias únicas y que no hay una sola traducción.

Un final inesperado: autógrafos y entrevista

Al final de la charla, les regalé los marcapáginas y las pegatinas sobre el mundo de la lectura y de la traducción. Lo que no esperaba era que me pidieran firmar sus libros como si fuera una autora famosa. Fue un momento para no olvidar. Ver su entusiasmo y saber que mi charla despertó su curiosidad fue la mejor recompensa.

Poco después me esperaba una entrevista en el programa de radio de la escuela (sí, sí, tienen su pequeño estudio en la zona de la biblioteca), donde me preguntaron cosas la mar de interesantes, como qué editorial me trataba mejor, algo que me sorprendió muchísimo porque no es algo que se pregunte a menudo.

Sembrando la semilla de la traducción

Esta experiencia me recordó la importancia de acercar nuestra profesión a los más jóvenes. Enseñarles que los traductores estamos detrás de muchas de las cosas que disfrutan a diario puede inspirarlos a explorar otros idiomas y culturas en el futuro.

Volví a casa con una sonrisa imborrable, recordando sus preguntas, su creatividad y la ilusión con la que abrazaron el mundo de la traducción, aunque solo fuera durante un día. Puede, incluso, que alguno de ellos sea traductora o traductor en el futuro.


¿Y tú?
Si tienes la oportunidad de compartir tu profesión con los más pequeños, no lo dudes. Les estarás abriendo las puertas a nuevas posibilidades y, quién sabe, quizá siembres en ellos una pasión que les dure toda la vida. 🌍✨

Una peli (con subtítulos) de miedo

04 lunes Dic 2023

Posted by enlalunadebabel in Subtitulación, Traducción audiovisual, traducción automática

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Etiquetas

errores de traducción, subtitulación, subtitulado, TAV, traducción, traducción audiovisual, traducciónautomática

Hace algún tiempo, estaba viendo una película de miedo, pero lo que más me aterrorizó fue la mala calidad de los subtítulos en español.

Faltaban comas vocativas, había errores de coherencia, brotaban como setas las mayúsculas en mitad de las frases, dos personajes hablaban en un mismo subtítulo sin diferenciación alguna (imagen 1) y había calcos y frases superliterales… Una de las señales reveladoras de la traducción automática, por ejemplo, es que el género por defecto era el masculino (imagen 2), de modo que supongo que nadie los revisó o se los leyó siquiera. Otra es la imposibilidad de discernir el tiempo verbal correcto en frases sin mucho contexto, como suele ocurrir en algunos subtítulos (imagen 3, donde lo adecuado sería «¡Corre!»).

Va subtítulo de propina, a ver qué te parece:
«You see the evil look in her eyes?»
«Yeah.»
«You do?»

Tema miedos, sustos o gracietas aparte, la cosa tiene su aquel. ¿Acabas de hacer una película, documental, serie, etc. y quieres llegar a más espectadores? Contrata a traductores de verdad. Te has pasado meses (¡o años!) creando una obra, escribiendo el guion, pensando en las localizaciones, buscando al reparto adecuado, ideando el vestuario, cuidando todos los detalles, vaya, pero ¿luego escatimas en traducción? Sí, lo entiendo, te puede parecer lo más barato, pero ya sabemos que lo barato sale caro: piensa en tu reputación y la de tu producción.

No utilices la traducción automática por defecto. Para muchos espectadores, entre los que me incluyo, es una falta de respeto. Si alguien no se ha molestado en ofrecerme un producto de calidad, ¿por qué debería molestarme yo en verlo o leerlo? Ofrecer una buena traducción es respetar el producto que tanto ha costado crear, y respetar tanto a lectores como espectadores.

Hay muchas razones por las que la traducción humana es preferible a la traducción automática y aquí van solo algunas:

  • La traducción automática puede dar lugar a traducciones inexactas. ¡Imagina en casos más sensibles como los ámbitos técnicos o médicos!
  • La traducción automática no tiene en cuenta los matices del lenguaje, con lo que puedes acabar con una traducción sin sentido, normalmente por una literalidad excesiva.
  • La traducción automática no entiende el contexto cultural de un texto, lo que puede dar lugar a traducciones directamente erróneas. Tampoco relaciona texto con imagen, de ahí que no vaya a ser eficaz en traducción audiovisual (doblaje, subtitulación), editorial (pensemos en cómics, tebeos, novelas gráficas, álbumes infantiles, etc.), ni en muchas otras ramas.
  • Los traductores (humanos) ajustan las traducciones para que sean precisas, tengan sentido en la lengua de destino… y también alma, que es importantísimo en muchos textos.
  • Los traductores te ofrecen traducciones culturalmente sensibles y adaptadas a las necesidades específicas de los clientes.
  • Con un traductor de piel y hueso tendrás una traducción de calidad, revisada, fiel pero también creativa. Alguien que estará luego a tu disposición en caso de dudas y te ofrecerá asesoramiento.
  • Un traductor automático te hace la traducción al instante, sí, pero un buen trabajo requiere un tiempo… y no siempre es una eternidad. Los traductores (humanos) también pueden entregarte una traducción a tiempo, de forma rápida y eficaz. Confía en nosotros cuando te demos una estimación.
  • La traducción automática no siempre está al día de las últimas tendencias y cambios lingüísticos, porque la lengua evoluciona sin cesar. Los traductores te vamos a agasajar con una traducción cuidada y actualizada.

Si todavía no te he convencido, échale un vistazo a este artículo en el que te hablo de muchos otros errores en traducción automática.

En fin, un traductor (humano) te va a solventar el trámite (papeleta o marrón, si lo prefieres) de localizar tu producto en otro idioma y durante el tiempo que trabaje en tu obra, no tengas duda de que será lo más importante que haga. Déjate asesorar y contrata a un profesional.

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