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En la luna de Babel

~ Blog sobre lenguas y traducción

En la luna de Babel

Publicaciones de la categoría: Traducción

Errores en libros publicados: Ruth Ware explica el proceso y como traductora lo reconfirmo

27 jueves Nov 2025

Posted by enlalunadebabel in Edición, Traducción, traducción literaria

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Edición, editoriales, erratas, errores, escritura, gazapos, libros, literatura, traducción, traducción literaria

Hace unos días la escritora Ruth Ware publicó un hilo maravilloso explicando por qué incluso los libros publicados por grandes editoriales —con equipos enteros detrás— pueden contener errores. Y yo, como traductora editorial, y desde mi parcelita, solo podía asentir. Porque aunque desde fuera pueda parecer que un libro pasa por un túnel de lavado mágico donde sale brillante e impecable…, la realidad es mucho más artesanal, humana y, por tanto, algo más caótica.

Imagen de Glosario Gráfico (https://www.glosariografico.com/categoria_libros)

Aquí va el hilo de Ware aderezado con mi perspectiva desde la traducción.

1. La edición estructural: mover piezas grandes y cruzar los dedos

Ware explica que las primeras rondas de edición se centran en la trama, el ritmo, la coherencia… Y como traductora lo confirmo: cuando recibo un manuscrito, ya ha pasado por estas fases, pero eso no significa que esté «cerrado». A veces aún hay cambios, capítulos reordenados a última hora, frases que desaparecen misteriosamente… y claro, si una pieza se mueve, las demás pueden chirriar. El dominó editorial es muy real y no es infrecuente trabajar con versiones iniciales y hasta de tipo borrador.

2. El copyediting: donde se arregla… y a veces se estropea

Ella comenta que el copy editor corrige estilo y ortografía, pero a veces se introducen otros errores. Aquí, como traductora, añado:

  • Si hay varias versiones del manuscrito en circulación, puedes estar trabajando con la penúltima sin saber que existe una «definitiva de verdad de la buena que ahora va en serio».
  • Cuando el autor revierte un cambio (stet) pero no ajusta lo que rodea ese cambio, nacen palabros maravillosos como el hilairiously del que habla. En nuestro caso, cuando recibimos los cambios propuestos en nuestra traducción, es bastante común que al cambiar algo, se haya dejado alguna palabra (preposición, artículo, etc.) colgando.

3. La maquetación: cuando Word decide que hoy no

Ware menciona que en la maquetación se pueden introducir caracteres fantasma, formatos extraños o signos rarísimos. Por mi parte, he visto espacios invisibles que rompen una línea entera, guiones o comillas que desaparecen… Y por supuesto, la maquetación también afecta a las traducciones: una palabra más larga en castellano puede mover un párrafo entero, crear viudas y huérfanas o colapsar un diálogo.

4. Las pruebas finales: el último baile (sin margen para respirar)

El proof editor revisa la versión maquetada. Y aquí quienes traducimos también volvemos a participar: revisamos galeradas para detectar erratas propias, inconsistencias o errores que nacieron en fases anteriores.

Sin embargo, es la etapa más peligrosa porque hay muy poco tiempo, cualquier cambio puede romper el formato… y ya casi nadie más va a revisar después. En definitiva, es como intentar arreglar el maquillaje del actor mientras está saliendo al escenario.

5. Las primeras ediciones siempre tienen más errores (y no es un fallo: es estadística pura)

Esto lo dice Ware y lo reafirmo. La mayoría de los lectores solo ven la versión corregida cuando el libro llega a bolsillo o a la tienda de ebooks. Pero quienes devoran un lanzamiento el primer día se pueden encontrar todos los gazapillos.

Y entonces es cuando (a Ware le) llegan los mensajes: «Hola, he visto una errata» y ella lo agradece, siempre que se avise con cariño y no con un «vaya chapuza de edición», porque detrás de un libro hay una cadena de personas, no máquinas.

6. Y ojo: no todo lo que parece un error lo es

Ware lo explica muy bien y en traducción lo vemos igual. Que puede haber erratas, sí, ya lo hemos dicho, pero es que algunos errores no lo son. Pueden ser rasgos regionales, puede haber vocabulario poco común, quizá son decisiones estilísticas del autor y hasta errores conscientes y deliberados que caracterizan a un personaje o su forma de hablar.

Y, en estos casos, el reto de esta traductora está en mantener todo esto sin que parezca una errata de verdad. A veces traducimos errores adrede. Y no, no es fácil. No hay nada más divertido que ir justificando por qué esa palabra mal escrita tiene que quedarse así.

En definitiva…

El proceso editorial es un trabajo en cadena —multietapa, multipersona y multiprograma—, cuyos eslabones no siempre encajan a la perfección por muchos motivos. Es colaborativo, complejo y, sobre todo, humano. La gran mayoría de las veces los errores no son señal de dejadez: son la consecuencia inevitable de un proceso vivo.

Como traductora, agradezco muchísimo los hilos como el de Ware y otros escritores porque ayudan a que los lectores entiendan por qué un libro perfecto es prácticamente imposible… y por qué seguimos dejándonos la piel para que cada edición esté un poquito mejor que la anterior. Porque a todos nos interesa que el libro nos salga redondito. Palabra.

Tu porfolio de traducción sin dramas… ni florituras

16 jueves Oct 2025

Posted by enlalunadebabel in Cuestiones laborales, Recursos, Traducción, Vida traductoril

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empezar a traducir, libros, muestras de traducción, porfolio, portafolio, Traducción, traductor principiante

Una de las preguntas que más me hacen compañeros y estudiantes de traducción —justo después de «¿cómo empezar a traducir?» y «¿cuánto se cobra por palabra?»— es cómo enseñar lo que se sabe hacer o, en otras palabras, cómo crearse un porfolio de traducción que vaya más allá del CV. Así pues, hoy vengo con mi respuesta larga, la que normalmente guardo para cuando hay un cafelito de por medio.

Spoiler: no hay una sola forma correcta, pero sí maneras de hacerlo sin perder la cabeza por el camino.

Si ya tienes horas de vuelo

Si llevas un tiempo traduciendo, enhorabuena: ya tienes material que mostrar. Pero un porfolio no es una lista de «todo lo que he traducido desde 2011» (aunque la tentación esté ahí). No se trata de demostrar que sabes usar Word desde el XP, sino de demostrar tu criterio y tu voz profesional.

Empieza por seleccionar los proyectos que te representan de verdad: los que reflejan tu estilo, tus especialidades o el tipo de encargos que te gustaría seguir recibiendo. Esa guía sobre carretillas elevadoras de 2022 puede quedarse fuera, por mucho cariño que le tengas (salvo que vaya dirigido a empresas del sector, ojo).

Añade un poco de contexto. En lugar de limitarte a «Traducción de la novela X», explica brevemente de qué iba el encargo: el género, el tono, la editorial, los retos específicos. Algo como «Traducción de una novela romántica ambientada en el Ártico, donde mantener la tensión entre la emoción y el humor sarcástico del narrador fue clave». Eso dice mucho más de ti que una simple línea de texto. Si usas traducciones propias y quieres enseñar esos textos, te aconsejo un formato apaisado, por ejemplo, en el que pongas a un lado el fragmento en el idioma de origen y, en el otro, tu traducción.

Si el libro está publicado, enlázalo. Si hay fragmentos disponibles en línea, también. Cuantos menos clics tenga que hacer el lector, mejor. Y cuida el diseño: puede ser una página web, un PDF bonito o una sección en LinkedIn, pero sin muchas florituras ni tipografías recargadísimas. Respeta a tu yo traductor… y al ojo ajeno. Más abajo te doy algunas herramientas para que puedas trastear un poco.

Piensa en tu porfolio como en un escaparate de librería: no se trata de enseñar todos los libros del almacén, sino los que harían que alguien se detuviera y dijera «quiero ese». Un ejemplo fabuloso de este tipo de porfolios es el catálogo físico que usa mi amigo Lawrence Schimel para llevar a ferias del libro y cuyas páginas de muestra te enseño aquí mismo. Esto es un nivel muy muy profesional, ¿eh?, pero no es necesario hacer lo mismo. Piensa en qué te puede funcionar a ti.

Si aún no tienes experiencia

Aquí suele entrar el pánico: «pero ¿cómo voy a montar un porfolio si todavía no me ha contratado nadie?». Respira. Todos hemos empezado ahí. Todos.

Un porfolio no tiene por qué incluir (solo) trabajos remunerados. Lo que quieres es mostrar de qué eres capaz. Y eso se puede hacer de muchas formas.

Empieza por crear tus propias muestras. Elige textos representativos del tipo de traducción que te gustaría hacer —literaria, técnica, audiovisual, marketing— y traduce pequeños fragmentos. Coméntalos si quieres: explica las decisiones que tomaste, el tono que buscabas o los retos del texto. Eso demuestra criterio y conocimiento, incluso sin cliente de por medio. Y si eliges un texto publicado, recuerda dejar claro que es una muestra no comercial.

Otra opción es montar proyectos propios. Un blog, un boletín, una cuenta de Instagram donde hables de curiosidades lingüísticas…, todo eso cuenta. También puedes participar en proyectos colaborativos, revistas o traducciones voluntarias. No regales tu trabajo eternamente, pero una colaboración puntual te da experiencia real y visibilidad.

Y si no tienes todavía material traducido, enseña tu proceso. Explica cómo trabajas, cómo investigas, cómo resuelves un problema de estilo o terminología. Eso transmite profesionalidad y madurez, incluso al principio del camino.

Herramientas útiles

Aquí es donde muchos se bloquean: «¿y ahora dónde lo pongo?». No hace falta complicarse ni saber programar. Lo importante es que el formato sea claro, coherente y fácil de mantener actualizado.

Si te apetece tener una web, WordPress sigue siendo el clásico. Permite personalizarlo todo y tener tu propio dominio. Wix y Squarespace (en soluciones / ejemplos de clientes) son opciones más visuales y rápidas de montar, perfectas si no quieres pelearte con la parte técnica. Y si prefieres algo más minimalista y funcional, Notion funciona muy bien como dosier digital; aquí tienes algunas ideas más.

Por otro lado, también está Clippings, con el que puedes crear porfolios de traducción y redacción como este de Pablo Montero, así de rápido y fácil.

Si lo tuyo es el formato descargable, Canva es tu aliado. Tiene plantillas fáciles de adaptar para crear un PDF limpio, con enlaces, capturas y una estructura profesional que puedes enviar por correo sin sufrir por los márgenes.

Y si quieres alardear de muestras online, Behance o Contently te permiten subir fragmentos, enlaces y proyectos, incluso aunque no sean de diseño. LinkedIn también puede servir: usa la sección «Destacados» para añadir enlaces, publicaciones o muestras en PDF.

No importa tanto la plataforma como la coherencia entre lo que enseñas y lo que dices que haces. Elige un formato que puedas mantener sin que te entren ganas de tirarte de los pelos cada vez que haya una actualización.

En resumen

Tu porfolio no es un álbum de cromos, sino una narración visual y textual de quién eres como profesional. Debe reflejar tus intereses, tu estilo, tus fortalezas… y, sobre todo, que te tomas la traducción en serio. Tengas o no experiencia, el truco está en mostrar potencial: el de tu trabajo, tu criterio y tu pasión por las palabras. Porque sí, se nota cuando la tienes.

Y si al montarlo te asaltan las dudas («¿y si no soy lo bastante bueno/a?», «¿y si esto no le interesa a nadie?»), recuerda: todos los traductores hemos pasado por ahí. Lo importante es seguir traduciendo, aprendiendo y afinando tu voz.

Tu porfolio evolucionará contigo. Y eso, sinceramente, es lo bonito de esta profesión, que nunca dejas de crecer.

***

Más información y enlaces útiles:

  • Cómo crear tu porfolio de traducción, en Connecting Translations.
  • Cómo elaborar un portafolio interactivo para traductores, de Centauri Translations.
  • El portfolio del traductor: ventajas y desventajas de crear un portfolio de traducciones, de Traducciones Creativas.
  • Ivo Fiz te enseña a montar un porfolio (con y sin experiencia) de copywriter, que nos sirve perfectamente a nosotros como traductores.
  • En Wix no solo tienen una opción especial para crear porfolios, sino que también te dan algunos consejos por aquí.
  • Rosa Morel te cuenta en su pódcast cómo enfocar un porfolio de redacción.

De universos inventados y frases hechas

24 domingo Ago 2025

Posted by enlalunadebabel in Lengua española, Traducción, traducción literaria

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fantasía, fraseología, frases hechas, literatura, traducción, traducción literaria

Las frases hechas no viajan bien entre mundos… y ahí empieza el reto del traductor (humano).

En la novela en la que trabajo ahora, los protagonistas habitan un universo distinto al nuestro, donde muchos animales de la Tierra —como perros o ranas— sencillamente no existen. Esto condiciona las decisiones traductológicas: expresiones tan comunes en castellano como «no es moco de pavo» pierden sentido. Lo mismo ocurre con referencias religiosas como «no es santo de mi devoción» o coloquialismos del tipo «donde Cristo perdió el gorro», que en un mundo sin santos, sin Cristo y sin tradición católica carecen de coherencia.

Y no solo pasa con expresiones y frases hechas del estilo, también sucede con medidas y tiempo. Si ese mundo no se rige por relojes —como es el caso que me ocupa—, no podemos hablar de segundos ni minutos; habrá que medir de otra manera, quizá en latidos, pasos o ciclos naturales propios de ese universo.

¿Cómo mantenemos la expresividad de la lengua de llegada sin traicionar la coherencia interna del universo ficticio? Pues la respuesta pasa por la traducción más creativa y humana: encontrar equivalentes que transmitan el mismo efecto al lector, pero que respeten la lógica del mundo narrativo.

Este tipo de decisiones demuestran por qué la traducción literaria (y la no literaria también, ¿eh?) requiere criterio y sensibilidad profesional. Una IA ofrece equivalencias literales, pero no va a evaluar si ese animal existe en la diégesis de la obra o si esa referencia cultural, religiosa o temporal es verosímil en ese universo. Porque no piensa. Esa negociación entre fidelidad y coherencia sigue siendo terreno humano.

¿Qué otras expresiones crees tú que no sobrevivirían en un universo inventado? ¡Te leo!

🖼️ Autorretrato. Dorothea Tanning (1944)

Traducir es puro funambulismo 🎪

22 martes Jul 2025

Posted by enlalunadebabel in Lengua española, Traducción, traducción literaria

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argot, cultura, equilibriotraductor, fechartraducciones, GenZ, jerga, literatura, modernidad, traducción, Traducción, traducción literaria

Los traductores nos movemos constantemente entre dos extremos: por un lado, el respeto al texto original; por otro, la búsqueda de una expresión natural en la lengua de llegada. Y en ese vaivén, a veces nos inclinamos tanto hacia uno de los lados que perdemos de vista lo esencial: la durabilidad, la coherencia, la voz.

En los últimos años, hablamos mucho (y con razón) de la importancia de alejarse de traducciones excesivamente literales, esas que suenan forzadas, antinaturales, cogidas por pinzas, vaya. Sin embargo, en ese afán por sonar «naturales», corremos el riesgo contrario: el de fechar las traducciones, anclarlas en un momento concreto del tiempo al utilizar expresiones demasiado propias de una moda, una generación o una jerga puntual.


Pensemos en palabras como «bro», «PEC» o expresiones como «servir c*ñ*», «F en el chat», «estar alguien en su prime», etc. Tienen fuerza, ritmo, personalidad…, pero también fecha de caducidad. Puede que funcionen de maravilla hoy, pero ¿cómo envejecerán dentro de cinco años? ¿Seguirán siendo comprensibles? ¿O parecerán artefactos de otra era, como los «guay del Paraguay» de los noventa?

Traducir es trasladar palabras, claro, pero sobre todo consiste en decidir qué tono queremos dar, cuánto queremos que pese la actualidad y cuánto queremos que perdure la historia. No se trata de eliminar lo coloquial ni de neutralizar la voz de los personajes, sino de preguntarnos a quién estamos hablando hoy… y a quién le hablaremos mañana.

Este equilibrio no es fácil y no siempre hay respuestas claras, porque, obviamente (se viene frasecita manida) depende del contexto. A veces, una expresión muy del momento es justo lo que necesita un personaje para cobrar vida (hace poco en una novela encontraba, literal, una expresión donde encajaba de mil amores lo del «ir a servir»). Otras, es mejor apostar por una naturalidad menos marcada, más atemporal, que permita que el texto respire con libertad dentro de unos años.

Como traductores, no podemos prever el futuro, pero sí podemos ser conscientes de las elecciones que hacemos. Y sobre todo, podemos defender que una traducción con personalidad no tiene por qué sonar forzada ni tampoco quedar atrapada en una moda pasajera.

Al final, se trata de eso: encontrar la voz, el tono y el ritmo que hagan justicia al original y que, al mismo tiempo, conecten con los lectores… de hoy y de mañana.

***

P. D.: Si hay algo de la imagen que no te suena, te dejo por aquí un minidiccionario: https://lnkd.in/dJndjb-H

Traducir para ser oído: peculiaridades de la traducción de audiolibros

16 miércoles Abr 2025

Posted by enlalunadebabel in Aprendizaje, Traducción, traducción literaria

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audiolibros, traducción, traducción literaria, traduciraudiolibros

La mayoría de los textos que traducimos los imaginamos en papel o en pantalla. Pero ¿qué ocurre cuando ese texto no va a leerse, sino a escucharse? La traducción de audiolibros implica una serie de retos y particularidades que no siempre están presentes en otras modalidades editoriales. No basta con traducir bien: hay que traducir para el oído.

Uno de los audiolibros que traduje hace un tiempo, con locución del célebre actor Jordi Boixaderas. ¡Lujazo!

La oralidad como destino

El principal cambio de chip que exige esta modalidad es recordar que el producto final será interpretado con la voz, no con la vista. La oralidad lo condiciona todo. El texto debe sonar fluido, natural y claro. Hay que tener en cuenta la musicalidad, el ritmo de las frases, las pausas, la puntuación, la cadencia… En una lectura silenciosa, el lector puede releer si se pierde. En una lectura en voz alta, no hay marcha atrás.

Esto implica que estructuras demasiado largas o complejas pueden dificultar la comprensión. Es preferible optar por frases más claras y directas, que mantengan la atención del oyente sin exigirle demasiado esfuerzo.

Pensar con el oído

El oído capta el lenguaje de forma diferente al ojo. Algunos elementos que funcionan bien en un texto escrito pueden perder eficacia —o directamente resultar confusos— cuando se oyen. Por ejemplo:

  • Las enumeraciones largas pueden abrumar.
  • Las frases con muchas subordinadas o incisos pueden dificultar el seguimiento.
  • Las ambigüedades o dobles sentidos involuntarios pueden pasar desapercibidos para quien escribe, pero no para quien escucha.

Por eso, conviene revisar siempre el texto traducido leyéndolo en voz alta. Es la mejor manera de detectar cacofonías, repeticiones accidentales, ritmos raros o frases que se tropiezan.

El narrador como aliado

Una de las grandes diferencias respecto a la traducción de un libro impreso es que el texto traducido pasará por la interpretación de una persona: el narrador o narradora del audiolibro. Y nuestro trabajo puede facilitarle —o complicarle— muchísimo la tarea.

La puntuación, por ejemplo, no solo debe ser correcta desde el punto de vista gramatical: también tiene que guiar la entonación. Las pausas deben tener sentido. Las acotaciones emocionales (“dijo enfadado”, “susurró con tristeza”) deben estar integradas de forma que no rompan el flujo ni suenen forzadas.

Además, cuando hay muchos personajes, es útil diferenciar bien sus formas de hablar. Esto no solo aporta color y coherencia al texto, sino que ayuda al narrador a marcar esas diferencias con la voz.

¿Y qué pasa con los elementos visuales?

En ocasiones, los textos incluyen recursos visuales (tipografías, cambios de formato, notas al pie, dibujos, cartas, mensajes de móvil…) que en un audiolibro no se ven. Aquí la labor del traductor consiste en adaptar, resumir o reescribir para que la información se entienda solo con el oído.

Esto es especialmente importante en literatura infantil, donde el texto suele apoyarse mucho en la ilustración y donde la musicalidad, el ritmo o incluso la rima pueden formar parte de la narración.

¿Traducción o adaptación?

Todo esto plantea una pregunta interesante: ¿hasta qué punto estamos traduciendo… y hasta qué punto estamos adaptando? La línea entre ambas disciplinas se difumina en el caso de los audiolibros, porque la prioridad no es tanto la fidelidad palabra por palabra, sino la eficacia del mensaje en formato sonoro. Lo que importa es que el texto suene bien y se entienda bien.

Por eso, traducir un audiolibro exige una sensibilidad especial. No es solo traducir: es pensar con oído, imaginar cómo va a sonar, prever cómo lo va a recibir una persona que, probablemente, esté escuchando mientras camina, conduce o cocina.

Para seguir… escuchando

Aquí van algunas lecturas interesantes sobre el tema, por si quieres profundizar:

  • García Aristegui, David (2022). Audiolibros, traducciones y derechos de autoría. En Vasos comunicantes. Revista de ACE Traductores.
  • López García, Verónica (2020). Propuesta de guía para la adaptación a audiolibro de referencias intratextuales e interpelaciones al lector presentes en libros de no ficción. Universitat Pompeu Fabra.
  • The Spoken Word Audio Report, de Edison Research (aunque centrado en inglés, ofrece datos valiosos sobre consumo y formatos).

¿Has traducido algún audiolibro o te gustaría hacerlo? ¿Qué decisiones creativas has tomado para que una frase funcione bien al oído? ¡Te leo en comentarios!

𝗟𝗼𝘀 𝗺𝘂𝗻𝗱𝗼𝘀 𝗱𝗲 «¡𝘆𝘂𝗽𝗶!»… 𝘆 𝗹𝗮 𝗰𝗮𝗿𝗮𝗰𝘁𝗲𝗿𝗶𝘇𝗮𝗰𝗶ó𝗻 𝗱𝗲 𝗹𝗼𝘀 𝗽𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝗷𝗲𝘀

04 martes Mar 2025

Posted by enlalunadebabel in Traducción, traducción literaria

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literatura, traducción, traducción literaria

Traducir diálogos es todo un arte. Cuando un personaje abre la boca, no solo está transmitiendo información, también nos está contando quién es, de dónde viene y cómo ve el mundo. Sin embargo, ¿qué pasa cuando los lectores sienten que el tono del diálogo no encaja?

Hace un tiempo leí un comentario en Threads sobre una traducción en la que el vocabulario usado parecía infantil para la edad de los personajes (en concreto, se quejaban de expresiones como «¡yupi!», entre muchas otras).

Los mundos de Yupi fue una serie de televisión infantil emitida en España por La 1 de Televisión Española en los años 80 y 90.​


Este tipo de críticas puede ser frustrante (obvio), pero también nos invita a reflexionar sobre nuestro trabajo como traductores. ¿Qué podemos hacer para dar con la voz de los personajes?

✒️ 𝗘𝘀𝘁𝘂𝗱𝗶𝗮 𝗲𝗹 𝗼𝗿𝗶𝗴𝗶𝗻𝗮𝗹 𝗮 𝗳𝗼𝗻𝗱𝗼
Antes de decidir cómo hablarán los personajes en la lengua meta, lee a fondo [escucha] cómo lo hacen en el texto original. ¿Usan jerga, expresiones modernas o un tono más formal? Identificar estas características es lo primero para traducir su personalidad con precisión.

✒️ 𝗖𝗼𝗻𝗼𝗰𝗲 𝗮 𝗹𝗼𝘀 𝗽𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝗷𝗲𝘀
No es lo mismo traducir a un adolescente rebelde que a un adulto más serio y profesional, por ejemplo. La edad, el entorno y la experiencia vital influyen en el lenguaje. Una adolescente puede usar unas expresiones que parecen artificiales en boca de un adulto.

✒️ 𝗔𝗱𝗮𝗽𝘁𝗮 𝘀𝗶𝗻 𝗽𝗲𝗿𝗱𝗲𝗿 𝗻𝗮𝘁𝘂𝗿𝗮𝗹𝗶𝗱𝗮𝗱
Algunas expresiones no funcionan al traducirlas literalmente (pasa muchas veces). Expresiones como «yupi» pueden ser infantiles en castellano, aunque su equivalente en el idioma original tenga otro matiz. Busca alternativas más acordes al contexto y al registro lingüístico.

✒️ 𝗖𝗼𝗻𝘀𝘂𝗹𝘁𝗮 𝘆 𝗿𝗲𝘃𝗶𝘀𝗮
Pide la opinión de otros traductores o lectores beta. Lo que a ti te parece natural puede sonar forzado a otros. Este paso es muy útil para mantener la coherencia cultural y lingüística.

✒️ 𝗡𝗼 𝘁𝗲𝗻𝗴𝗮𝘀 𝗺𝗶𝗲𝗱𝗼 𝗱𝗲 𝗮𝗰𝘁𝘂𝗮𝗹𝗶𝘇𝗮𝗿𝘁𝗲
La lengua está viva y eso se refleja en el habla de los personajes. Un lector actual espera encontrar diálogos que le suenen contemporáneos, aunque 𝘴𝘪𝘯 𝘤𝘢𝘦𝘳 𝘦𝘯 𝘮𝘰𝘥𝘪𝘴𝘮𝘰𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘯𝘷𝘦𝘫𝘦𝘻𝘤𝘢𝘯 rápido. Encuentra un equilibrio. (Sí, lo sé, es más fácil decirlo que hacerlo).

✒️ 𝗣𝗿𝗶𝗼𝗿𝗶𝘇𝗮 𝗲𝗹 𝗹𝗲𝗰𝘁𝗼𝗿 𝗺𝗲𝘁𝗮
Esto es elemental. Si estás traduciendo para jóvenes adultos, el tono debe conectar con ellos. Si el público es más amplio, plantéate qué registro puede ser más general sin sacrificar la esencia del personaje.

El vocabulario y el tono en los diálogos son la esencia de los personajes. Traducirlos fielmente implica ser un puente (ya, referencia manida), no solo entre lenguas, sino también generaciones. La cosa está en escuchar al personaje y hacer que su voz se mantenga intacta.

¿Y tú qué estrategias usas para encontrar el tono perfecto en los diálogos?

Cuando el marketing se sirve en una copa

02 lunes Dic 2024

Posted by enlalunadebabel in Cuestiones laborales, Publicidad, Traducción, Vida traductoril

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demostración, marketing, marketingexperiencial, marketingvivencial, producto, serviciosdetraducción, traducción, Traducción, traductores

Hace poco visité un restaurante en Cardona que no solo destacaba por su comida, sino por una curiosa joya tecnológica: un brazo robotizado que se encargaba de servir las cervezas, los cafés y las copas. Más allá del espectáculo (porque, sí, era imposible no quedarse mirándolo), lo que me fascinó fue la historia detrás de esa máquina.

El dueño del restaurante también es el propietario de una empresa que fabrica estos brazos robóticos, y su intención con esta instalación va mucho más allá de la funcionalidad. Aunque el brazo no es rentable para el restaurante en términos directos (su coste es muy elevado), su presencia tiene un propósito claro: impresionar. Cuando los clientes potenciales de su empresa visitan el restaurante y ven el brazo en acción, llevando a cabo tareas que normalmente asociamos con las personas o que no relacionamos directamente con ese tipo de producto, ocurre algo mágico: dicho producto deja de ser una abstracción para convertirse en una experiencia tangible.

Es un ejemplo brillante de marketing experiencial combinado con demostración de producto. Este tipo de estrategia aprovecha la experiencia directa del cliente con el producto en un entorno inesperado o innovador, generando curiosidad, interés y una conexión emocional con la tecnología.

Lo especial de esta estrategia

¿Por qué me parece algo así tan interesante como estrategia?

  1. Demostración en vivo. Ver el producto en acción es más impactante que cualquier folleto o video promocional.
  2. Ambiente informal y distendido. Al integrarlo en un restaurante, los posibles clientes no sienten la presión de una típica presentación de ventas.
  3. Generación de confianza. Demuestra que el producto no solo es funcional, sino que también está ya operando en un entorno real.
  4. Innovación visible. Atrae tanto a potenciales compradores como a clientes que valoran experiencias únicas, convirtiéndose en una herramienta dual de marketing.
  5. Curiosidad viral. La peculiaridad del dispositivo podría atraer a más visitantes al restaurante, potenciando el boca a boca y la visibilidad en redes sociales.

El restaurante no es solo un lugar para disfrutar de una comida o bebida, sino un escaparate vivo de las posibilidades de la tecnología. Una demostración en un contexto real que permite al cliente imaginar cómo ese producto puede encajar en sus propios proyectos. Aunque no sea rentable para el restaurante en términos directos, el retorno indirecto en ventas y promoción para la empresa del brazo robotizado probablemente lo compensa con creces. Es una estrategia que combina lo mejor de la creatividad y la tecnología aplicada.

Mientras lo veía en acción (puedes echarle un vistazo aquí al vídeo que grabé), no pude evitar reflexionar sobre cómo estrategias como esta pueden aplicarse a otros ámbitos profesionales, incluido el mío: la traducción. Al fin y al cabo, los traductores freelance no contamos con un brazo mecánico que pueda lucirse en un bar, pero eso no significa que no podamos convertir lo que hacemos en algo visible y memorable para nuestros clientes.

Cómo aplicar el marketing experiencial a la traducción

Uno de los retos de nuestra profesión es que, muchas veces, el trabajo del traductor es invisible. Si hacemos bien nuestro trabajo, el lector final ni siquiera notará que el texto es una traducción (ya sabes, lo del traductor a lo ninja). Pero esa invisibilidad no tiene por qué traducirse en anonimato profesional. Aquí van algunas ideas para inspirarnos:

  • Demostraciones creativas. Enseñar ejemplos del antes y después de una traducción puede ser la mar de revelador. Por ejemplo, en una traducción literaria o creativa, podemos explicar las decisiones que tomamos para mantener el tono, la musicalidad o los juegos de palabras. ¿Qué tal una serie en redes sociales con fragmentos de texto y anécdotas del proceso?
  • Eventos en vivo. Si traducimos libros o trabajamos con autores directos, ¿por qué no participar en presentaciones de libros, ferias literarias o talleres donde podamos hablar de la magia de trasladar historias de un idioma a otro? En mi caso, hace poco di una charla en una escuela de primaria para explicar en qué consiste mi trabajo como traductora y fue una experiencia muy enriquecedora, tanto para los niños como para mí.
  • El blog como escaparate: Mi blog ha sido, durante años, una herramienta para conectar tanto con colegas como con clientes (una editorial en concreto me escribió tras conocerme por lo que publicaba en él). Pero más allá de compartir reflexiones, también es un espacio para «enseñar el brazo mecánico» de la profesión. Contar procesos, retos y aprendizajes hace que nuestro trabajo deje de ser un misterio para quienes nos leen.
  • Portafolios interactivos: En lugar de un simple listado de proyectos, ¿por qué no crear una experiencia que invite a los clientes a imaginar cómo podemos ayudarlos? Por ejemplo, un portafolio en línea que permita comparar textos originales y traducidos, con explicaciones breves de las decisiones clave.

El marketing no tiene que ser invasivo ni forzado. Puede ser una forma de invitar a nuestros clientes a experimentar lo que hacemos de una manera más cercana. Así como ese brazo mecánico (¿te he dicho que se llama Paco?) sirve cervezas mientras nos deja boquiabiertos, nosotros también podemos encontrar maneras de hacer que nuestro trabajo brille y deje huella.

¿Qué te parece a ti? Si eres compañero o compañera, ¿cómo lo haces para destacar? ¡Te leo!

Una traductora en primaria

26 martes Nov 2024

Posted by enlalunadebabel in Cuestiones laborales, Traducción, traducción literaria, Vida traductoril

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charla de traducción, entrevistas, libros, literatura, traducción, Traducción, traducción en la escuela, traducción literaria, traductores

El mundo de la traducción puede parecer algo lejano para los niños, pero hace poco tuve la oportunidad de acercarles el oficio durante una charla en una escuela de primaria. Lo que comenzó como una invitación para hablar sobre mi trabajo a raíz de una traducción mía que les había entusiasmado (Hi ha un ieti al pati, Pamela Butchart, Bindi Books) se convirtió en una experiencia inolvidable llena de curiosidad, risas y momentos entrañables.

Preparando el viaje hacia las palabras

Cuando me pidieron que hablara sobre la traducción, pensé: «¿Cómo captar la atención de los niños y transmitirles lo bonito que es este mundo?». La clave estaba en hacerlo interactivo y divertido. Preparé ejemplos de libros (que también llevé conmigo), juegos con palabras de otros idiomas, y decidí obsequiarles con marcapáginas y pegatinas variadas para sorprenderlos.

Ellos me sorprendieron a mí con varias traducciones que habían pedido para la ocasión.

Sabía de antemano que había expectación por el tipo de trabajo y por cómo había empezado a traducir, así que no podía faltar una introducción con toda esa información: que de niña me encantaba leer y que mi amor por los idiomas, en concreto el inglés, despertó en cuanto me apuntaron a una academia, que terminé de decidirme al estudiar latín en el instituto y ver que este trabajo era como descifrar códigos secretos, etc.

El día de la charla: historias y descubrimientos

Desde el momento en que entré en el aula, los pequeños mostraron un entusiasmo desbordante. Empecé la charla preguntándoles si sabían que muchos libros, películas y videojuegos no estaban creados originalmente en español. Y no solo eso: que la traducción nos rodea y es imprescindible en muchos ámbitos, como el médico.

Les conté que los traductores somos puentes entre culturas y que nuestro trabajo no solo consiste en cambiar palabras, sino en transmitir emociones e ideas. Porque no siempre funciona traducir lo de palabra por palabra: les puse como ejemplo un «The house is big», que sí que funciona literal, y algunas expresiones que no: «It’s raining cats and dogs» o «It’s a piece of cake».

Les conté anécdotas divertidas sobre títulos difíciles de traducir y cómo a veces tenemos que inventar rimas o adaptar bromas para que todo tenga sentido en otro idioma (les enseñé a modo de ejemplo el original y la traducción de un libro de R.L. Stine de La Pandilla Basura: Welcome to Smellville y Bienvenidos a Villapeste). Este punto en concreto lo ilustré también tomando como ejemplo algunos nombres de personajes y de títulos inventados dentro de un álbum de magia, que ya os enseñé por aquí hace un tiempo.

También les comenté que un libro, como tal, puede cambiar mucho de la edición original a la traducida, y que intervienen muchos otros profesionales, como el corrector, el ilustrador, el diseñador de cubierta, etc.

Juegos y creatividad sin límites

La parte más divertida fue cuando jugamos a traducir juntos. Les propuse frases curiosas en inglés para que las tradujeran al español y al catalán, y me sorprendió su creatividad y sentido del humor. Les fascinó descubrir que las palabras también pueden tener historias únicas y que no hay una sola traducción.

Un final inesperado: autógrafos y entrevista

Al final de la charla, les regalé los marcapáginas y las pegatinas sobre el mundo de la lectura y de la traducción. Lo que no esperaba era que me pidieran firmar sus libros como si fuera una autora famosa. Fue un momento para no olvidar. Ver su entusiasmo y saber que mi charla despertó su curiosidad fue la mejor recompensa.

Poco después me esperaba una entrevista en el programa de radio de la escuela (sí, sí, tienen su pequeño estudio en la zona de la biblioteca), donde me preguntaron cosas la mar de interesantes, como qué editorial me trataba mejor, algo que me sorprendió muchísimo porque no es algo que se pregunte a menudo.

Sembrando la semilla de la traducción

Esta experiencia me recordó la importancia de acercar nuestra profesión a los más jóvenes. Enseñarles que los traductores estamos detrás de muchas de las cosas que disfrutan a diario puede inspirarlos a explorar otros idiomas y culturas en el futuro.

Volví a casa con una sonrisa imborrable, recordando sus preguntas, su creatividad y la ilusión con la que abrazaron el mundo de la traducción, aunque solo fuera durante un día. Puede, incluso, que alguno de ellos sea traductora o traductor en el futuro.


¿Y tú?
Si tienes la oportunidad de compartir tu profesión con los más pequeños, no lo dudes. Les estarás abriendo las puertas a nuevas posibilidades y, quién sabe, quizá siembres en ellos una pasión que les dure toda la vida. 🌍✨

Hay un traductor en mi reseña 📚

08 viernes Nov 2024

Posted by enlalunadebabel in Cuestiones laborales, Traducción

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Etiquetas

cita al traductor, literatura, nombre en cubiertas, reconocimiento de la traducción, resena, Traducción, traductor en críticas, traductor en reseñas

Cuando leemos un libro traducido, pensamos en el autor, pero no solemos plantearnos tanto la función crucial que desempeña el traductor (salvo si somos del gremio, obvio). Nuestro trabajo va más allá de traducir palabras; queremos capturar la esencia de la obra y adaptarla a la cultura del nuevo público, como ya me habréis leído muchas veces por aquí. Por eso, y cada vez más, se está dando el paso de incluir el nombre del traductor en la cubierta del libro, una práctica que debería convertirse en la norma (#TranslatorsOnTheCover).

Pero ¿qué pasa con las reseñas en periódicos y revistas? Ay, aquí ya no es tan frecuente citar al traductor; al menos, no en aquellas publicaciones que no están estrechamente relacionadas con la literatura. Pienso, por ejemplo, en las secciones de libros que podemos encontrar en revistas de moda como Elle o Marie Claire.

Incluir al traductor en las reseñas no solo da un nivel más de transparencia, sino que también refleja este creciente reconocimiento. Al mencionar su nombre (#citaaltraductor), los lectores pueden investigar un poco la trayectoria y el estilo, lo que les permite formarse una opinión más informada sobre el libro. Esto no solo enriquece la experiencia de lectura, sino que también ayuda a crear un vínculo más profundo con la obra.

📸 Imagen de la revista Qué Leer de septiembre de 2024, con una reseña avistada por Lawrence Schimel. ¡Gracias, compañero! ♥
📸 Imagen de la revista Qué Leer de septiembre de 2024, con una reseña avistada por Lawrence Schimel. ¡Gracias, compañero! ♥

Dar visibilidad a los traductores también fomenta la diversidad en la literatura. Al reconocer este trabajo, abrimos la puerta a una variedad de voces y estilos que, de otro modo, podrían pasar desapercibidos. Cada traducción es una oportunidad para descubrir nuevas perspectivas y enriquecer nuestro panorama literario.

Por último (y no por eso menos importante, ¡al contrario!), mencionar a los traductores es una manera de valorar el esfuerzo que hay detrás de cada libro. La dedicación y el trabajo a menudo pasan desapercibidos, y es justo que se nos dé el reconocimiento que merecemos. Al hacerlo, no solo se da más empaque a la reseña, sino que también se celebra el valiosísimo trabajo de quienes hacen/hacemos posible el disfrute de la literatura de distintas culturas.

Y no olvidemos algo importante: si se cita, existimos, se valora el trabajo y, por ende, se reivindica también que se remunere de forma adecuada. Incluir los nombres en las cubiertas y en las críticas es un paso más hacia un mundo literario más inclusivo y justo, así que ¡a tope con la visibilización!

Reedsy: plataforma de servicios editoriales para encontrar proyectos de traducción y corrección

05 viernes Abr 2024

Posted by enlalunadebabel in Traducción, traducción literaria, Vida traductoril

≈ 3 comentarios

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clientesdirectos, encontrarclientes, plataformatraducción, Reedsy

Hace un tiempo escribí sobre cómo trabajar con editoriales como traductora, pero quedó en el tintero abordar la cuestión de los clientes directos (autores, en este caso), más allá de la entrevista a Virginia Cavanillas; interesantísima, por otro lado. Pues hoy vengo a hablarte de Reedsy.

Yo me enteré de su existencia hará medio año gracias a una compañera traductora. Le eché un vistazo a la plataforma, me gustó, y allá que me lancé a crearme un perfil. Como me gusta probar las cosas antes de recomendarlas, he dejado pasar un tiempo prudencial y comprobar si recibía algún encargo o no, para ver cómo funciona y si vale la pena. Por cierto, no me pagan por hacerles publicidad, aunque sí tengo este código que podemos usar para que nos den un dinerito adicional a ti y a mí cuando te encarguen tu primer proyecto (traducción, corrección, etc.).

Pero, antes de nada, ¿qué es Reedsy?

En palabras de uno de sus creadores, Ricardo Fayet, «Reedsy es el principal mercado mundial de profesionales de la edición. En la actualidad, reúne a una comunidad de más de 150.000 autores de todo el mundo con una red de 1.500 profesionales autónomos: desde editores a diseñadores de cubiertas, ilustradores, correctores, profesionales del marketing editorial y publicistas. Y ayuda a dar vida a más de 500 libros cada mes». ¡No está nada mal!

Básicamente, y para centrarnos en lo que más nos interesa, la plataforma pone en contacto a los autores con correctores y traductores, y se lleva un porcentaje de cada transacción, pero tú como profesional pones el precio y los plazos. Es decir: tú decides los términos de la colaboración.

Después de crearte el perfil (aquí el mío) y subir al menos el título/foto de una traducción publicada, llega la parte de la validación. Mantienes una entrevista virtual con ellos en la que te lo explican todo y, en general, te ayudan a optimizar el perfil, te dicen qué puede ser más vistoso de las traducciones que ya tengas publicadas y cómo enfocar la bío. Esto me pareció interesantísimo, la verdad.

En vista de sus métricas, te comentan también qué puede atraer más la atención de los autores que piden servicios en la plataforma. De hecho, según comenta Fayet en una entrevista, si decidieron ofrecer un apartado de traducción a los pocos años de crear la plataforma fue por la creciente demanda de este servicio entre los autores de lengua inglesa.

Cuando ya está todo listo, la cuestión es esperar a recibir alguna solicitud. Son los autores los que se ponen en contacto con un traductor o varios (creo recordar que el límite son 5) para proponer el trabajo y recibir el presupuesto. El autor/a debe proporcionarte toda la información para que puedas hacer tus cálculos de honorario y de tiempo, aunque por su parte puede hacerte alguna propuesta también al respecto.

Cómo se ven los datos básicos de una propuesta para poder elaborar tu presupuesto.

Según la reunión con una responsable de la plataforma, el precio no siempre es el factor decisivo y, hasta la fecha, es cierto. El autor/a que tiene las cosas claras no suele regatear, sobre todo si formulas un buen presupuesto con la información más completa y pertinente posible. Es decir: véndete bien y explica bien el servicio:

  • Pide una muestra del texto si no te lo proporcionan en el primer contacto. Es la mejor forma de ver el estilo, la dificultad, etc.
  • Detalla bien en qué va a consistir tu trabajo: si el pedido es para traducir, solo traducirás (la revisión sería otro servicio, por ejemplo).
  • Desglosa bien el precio. ¿Cobras por página, por caracteres, por palabra?
  • ¿Cómo va a ser tu proceso de trabajo? Esto suele darles mucha tranquilidad.

Para cobrar tus honorarios, puedes decidir el número de pagos (si lo quieres antes, durante y después; solo antes y al final, etc.) y el porcentaje de cada uno. Ten en cuenta que, por regla general, Reedsy se lleva un 10 %, así que vale la pena no perderlo de vista para presupuestar, sobre todo si es el cliente quien te propone la tarifa o monto total. Lo que me gusta de la plataforma es que lo pactado va a misa y el cobro es automático, por lo que no hay que sufrir o temer por si no recibes el pago por tus servicios.

Ejemplo de plazos y precios.

Si bien es el cliente quien te encuentra, cada mes tienes la opción de potenciar el perfil de forma gratuita (desde Marketplace), y doy fe de que usar este llamado booster ayuda a ser visible y a recibir más solicitudes. También tienes un calendario visible para los autores para marcar cuándo no vas a estar disponible, lo que puede quitarte presión de encima, puesto que es aconsejable responder rápidamente a las solicitudes.

Otro punto positivo es que desde la plataforma están muy pendientes de que las relaciones con el cliente vayan como la seda y sean legales (por ejemplo, no aceptan solicitudes de personas menores de edad ni ofertas raras). Tienes a alguien por chat en casi cualquier momento si te asalta alguna duda sobre la legalidad de una oferta o petición, o si tienes alguna pregunta en general.

Hasta la fecha he trabajado con un par de autoras, estoy con otros dos proyectos ahora mismo, y veo que la plataforma marcha perfectamente, así que de momento no puedo hacer más que recomendarla.

Si te animas, cuéntame tu experiencia; ya sabes dónde encontrarme.

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