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Angelina Jolie, Dolly, epónimos, Gürtel, Malaya, nombres, operaciones policiales, taxonomía
«Tu nombre me sabe a hierba», cantaba Serrat, que conocía el poder evocador que tienen los nombres. Las palabras designan ideas y realidades, pero muchas veces nos olvidamos de la fuerza que puede llegar a tener un nombre determinado.
Y sí, os lo digo por experiencia, como poseedora de un nombre curioso y difícil de escribir, no lo niego. ¿Cuántas veces he tenido que repetir el nombre, deletrearlo y corregirlo a lo largo de estos años? Más de las que puedo contar. Las mismas veces que me han preguntado si soy árabe (vale, tendría un pase ya que Scheherezade es la princesa de los cuentos de Las mil y una noches), alemana (bueno, digamos que les confunde ese «sch» inicial típico de Schwarzenegger, Schwarzkopf o Schlecker) o vasca (esto ya no lo entiendo; imagino que será porque hay muchas consonantes).
Sin embargo, una cosa está clara: la gente tiene mucha inventiva (y mala leche a partes iguales). He perdido la cuenta también de las variaciones que sufre mi nombre: Sere, Shere, Schere («tijeras» en alemán), Cher, Cereales (los niños son muy crueles), Aserejé (sí, por la canción) e incluso Serenade (también por la canción, esta vez de Dover). La cosa es variar.
Por eso hoy quiero hablar de los nombres y su importancia, con lo que repasaremos algunos nombres literarios, los de las operaciones policiales, los de los insectos e incluso de las marcas comerciales.
La importancia de los nombres
Los nombres no solo designan sino que muchas veces también están connotados, de modo que hay que llevar cuidado a la hora de crear una obra o de traducirla, en cuyo caso habría que estudiar si se cambian los nombres para respetar el sentido, por ejemplo.
Un caso claro lo encontramos en la saga Harry Potter. Solo hay que pensar en personajes como Draco Malfoy (“mal foi” significa «mala fe» o «de mala fe» (que no es de fiar, vamos) en francés y su madre, Narcissa, que se llamó así por el mito griego de Narciso, personaje que se enamoraba de sí mismo, y que le va al pelo porque es muy vanidosa. Cómo no, también se ve más o menos claro en Severus Snape, cuyo nombre de pila viene de «severe», que significa «severo» o «estricto» y en Remus Lupin, donde “lupin” deriva del latín «lupus» que significa «lobo» y el nombre de pila viene de Remo, personaje de la mitología antigua al que amamantó una loba precisamente.
Lo vemos con Albus Dumbledore, “albus” en referencia a la blancura, la pureza y sabiduría, y “dumbledore”, que es una especie de abejorro. Según Rowling, como al personaje le gustaba la música, se lo imaginaba en su despacho tarareando de un lado para otro.
También sucede con los nombres de lugares, como Diagon Alley (juego de palabras con “alley” y su trazado en diagonal) y Knockturn Alley, que en voz alta suena a «nocturnamente» y en un largo etcétera de nombres más que se conservaron tal cual en la traducción. Imagino que trasvasar todas las referencias hubiera sido un esfuerzo tiránico y de reescritura, me atrevería a decir.
Sin embargo, Laura Escorihuela, la traductora al catalán de los primeros cuatro libros, sí cambió algunos nombres para tratar de conservar el sentido o los juegos de palabras. Por ejemplo, algunos personajes secundarios fueron modificados con rimas porque, según ella, causaban más gracia en el lector que las aliteraciones del inglés. Hacerlo con los principales hubiera sido más problemático:
Nícanor Gryffindor (en lugar de Godric)
Sírpentin Slytherin (en lugar de Salazar)
Mari Pau Ravenclaw (en lugar de Rowena)
Los apellidos de los fundadores, que son los nombres de las casas, los dejó igual por su importancia en la historia (y porque al principio no cayó en hacerlo y luego fue demasiado tarde), pero creyó que los nombres tampoco tenían tanta relevancia y decidió cambiarlos para causar más efecto en el lector de la traducción.
¿Qué os parece la solución? ¿Traduciríais los nombres porque al ser literatura infantil/juvenil es mejor facilitar la comprensión y asegurarse de que el joven lector tiene las mismas sensaciones que el inglés? ¿O preferís no tocar nombres propios? Es un buen debate, sin duda.
Por otro lado, también hay que fijarse en la simbología de los nombres. En un artículo del blog Literautas nos explican, por ejemplo, que en la película Lucía y el sexo existe un simbolismo importante con los elementos de la luz, el sol y la luna: sus personajes principales se llaman Luna, Lucía (luz) y Lorenzo (nombre coloquial para el sol en castellano). Los tres nombres inciden en la idea principal y funcionan como un todo.
Por último, me viene a la cabeza el capítulo de Los Simpson en el que se explica cómo le pusieron el nombre a Bart. Su padre, Homer, se decantaba por Bart porque a todos los demás nombres les encontraba rimas dudosas de las que los niños podrían reírse en el colegio. Lo que no pensó —y de ahí la gracia del fragmento— es que Bart rima con “fart”, «pedo» (además, hay quien dice que también juegan con las letras de “brat”, «mocoso», «malcriado»). En la versión doblada, y si no se tienen conocimientos de inglés, esta gracia pasa totalmente desapercibida. Supongo que es una pérdida inevitable. Un ejemplo más de que los nombres importan y mucho.
Una operación… ingeniosa
Y ya que hablamos de nombres y de humor, hay que abordar los nombres de las operaciones policiales de este país. En España, la Guardia Civil y la Policía ponen nombre a las operaciones desde 1990. Hasta entonces, las actuaciones se bautizaban con el número de diligencia judicial (1233/90, por ejemplo). Ahora son resultado de juegos de palabras, traducciones no tan simples al inglés o al alemán o una combinación de ideas originales.
Se dice que la gran mayoría de las veces se opta por dar nombres dependiendo de la zona geográfica: «Operación Poniente», la trama de corrupción de El Ejido; la «operación Cala», caso Rocío Wanninkof; o la «operación Temple», nombre del hotel de León donde se detuvo a unos narcotraficantes. Y hablando de droga, el mar también suele ser fuente de inspiración en muchas ocasiones, con operaciones como la «boquerón», «pulpo», «delfín», «garfio» o «grumete».
A veces el nombre viene por las aficiones o los apodos de las víctimas o los verdugos, como sucedió con la «operación Mazas» en la que estaba implicado un culturista. También se las nombra por la jerga de dichos detenidos. Incluso, si todo falla, se recurre al santoral. Para los días en los que no hay inspiración, los agentes de delitos telemáticos de la Guardia Civil recurren al santoral católico por orden alfabético.
No obstante, no existe un código estándar para darles nombre a las operaciones y todo depende del investigador de turno, que echa mano de inventiva, se fija en un detalle, un giro o un significado determinado. En algunos casos, incluso, son los jefes de prensa los que dan la idea, para «vender» mejor el tema a los medios de comunicación.
Veamos algunas operaciones y el origen del nombre:
- Operación Abanico: se detuvo a uno de los miembros del cuarteto de música Locomía, famosos por actuar con unos abanicos enormes.
- Operación Anca: Al jefe de la banda en cuestión le apodaban «El Rana».
- Operación Chuleta, en la que cayó una red que se dedicaba a filtrar respuestas de los exámenes de conducir.
- Operación Galgo, una operación contra el dopaje en el deporte de élite realizada en España. La mayoría de los responsables de la trama eran atletas y ya se sabe que el galgo es el perro que corre más deprisa. ¡Conexión realizada con éxito!
- Operación Grillo: «Eres más negro que el sobaco de un grillo» es una expresión popular española. Aunque en las operaciones evitan usar nombres que aludan a etnias, sexo o religión, este apunta a la raza negra de uno de los integrantes de la banda.
- Operación Gürtel. El principal acusado se llama Francisco Correa. Un policía que participó en el caso en los primeros momentos, y que había estado becado en Alemania, relacionó los términos «correa» y «cinturón», y tradujo este último al alemán.
- Operación Malaya. Aunque alguna tesis apunta a que el nombre se debe a la mezcla de las ciudades de Málaga y Marbella, parece ser que fue bautizada así porque la tortura malaya es aquella a la que se somete a gente que no confiesa ni con agua hirviendo, porque son resistentes como una «roca» (apellido del principal acusado).
- Operación Pokémon. Los responsables de la operación, y concretamente un miembro de Vigilancia Aduanera, escogieron el nombre por el elevado número de imputados; ¿casi tantos como pokémon hay? Solo el tiempo lo dirá.
- Operación Sudoku, que terminó con la detención de ciudadanos orientales que pirateaban copias de DVD y falsificaban bolsos. Suponemos que tanto nombre y apellido asiático les sonaba a chino.
Como la inventiva tiene un límite, propongo que a la trama de chinos que venden latas de cerveza en la calle la llamen Operación Mahou Tse Tung. ¿Cuela?
¿Qué nombre le ponemos a ese bicho?
Los policías no son los únicos que gozan de un buen sentido del humor; los científicos e investigadores también son muy ingeniosos cuando le ponen nombre a las nuevas especies.
A veces, recurren a juegos de palabras en latín o latinizadas, como el palíndromo de un escarabajo de México: Orizabus subaziro. En otras ocasiones pretenden escandalizar, como con la polilla Catocala elocata, cuya segunda parte significa «prostituta».
No obstante, muchas veces usan nombres de personajes famosos, ya sean reales o de ficción. Fernando Navarro ha escrito varios artículos sobre esto en el blog Laboratorio del Lenguaje que no tienen desperdicio. Por ejemplo, nos cuenta que en 1983, «los entomólogos estadounidenses Arnold Menke y David Vincent decidieron bautizar tres nuevas especies de avispas del género Polemistus con el nombre de sendos personajes de la saga interestelar: P. chewbacca (por el peludo tibocha del planeta Kashyyk, inseparable compañero de Han Solo), P. vaderi (por Darth Vader, figura destacada del Lado Oscuro) y P. yoda (por el más grande maestro Jedi de la historia galáctica)».
El cine y la literatura tienen mucho peso, de ahí que también haya varios géneros de avispas con nombres de resonancias tolkienianas: Balrogia, Beornia, Bofuria, Bomburia, Balinia,Oinia, Gollumiella, Smeagolia, Legolasia y Nazgulia.
Pero la música ofrece también un gran abanico de posibilidades. Bueno, la música y el sexo. Si no, que se lo pregunten a los investigadores del Instituto Roslin de Edimburgo, que decidieron llamar Dolly a la primera oveja clónica obtenida por transferencia nuclear de células somáticas extraídas de las glándulas mamarias de una oveja adulta. ¿Y a qué Dolly se referían? Pues a Dolly Parton, cantante country famosa por sus generosos atributos.
Pero no es un fenómeno aislado ni del pasado. Cristina García-Tornel recoge estos (y muchos otros) en su libro:
- Gnathia marleyi (parásito marino), en honor a Bob Marley.
- Mercurana (rana arbórea) por Freddie Mercury.
- Otocinclus batmani (pez gato) por Batman.
- Arthurdactylus conandoylensis (pterosaurio brasileño) por Arthur Conan Doyle.
- Scaptia beyonceae (tábano) por Beyoncé, claro.
- Aegrotocaellus jaggeri (trilobites) por Mick Jagger ¿y su movimiento sensual?
- Aptostichus angelinajolieae (araña) por Angelina Jolie. ¿Una indirecta?
- Agra katewinsletae (escarabajo) por Kate Winslet. No sé si me haría gracia que me pusieran el nombre de un escarabajo (y menos aún si es pelotero).
Ahí donde les vemos, con su bata blanca y sus gafitas, los científicos no son tan serios como quieren que creamos. La taxonomía también puede ser divertida.
Bic cristal escribe normal…
Los nombres de las cosas también tienen significado en muchas ocasiones, sobre todo cuando se trata de epónimos, como es el caso del bolígrafo. En la península y en algunos países de Latinoamérica se le llama así por «bola» y «grafía», pero en Argentina, Paraguay y Uruguay hablan de «birome», que se acerca más al “biro” inglés. Este nombre hace referencia a su inventor, el húngaro Ladislas Josef Biro.
Pero ya que hablamos del boli, lo gracioso es la procedencia de la marca Bic. Ocho años después de su creación, la patente fue adquirida por el francés Marcel Bich, quien registró el bolígrafo con el nombre de Bic, y no Bich, para evitar que el mundo de habla inglesa lo asociara con la palabra “bitch” («zorra», «puta», «guarra»… Ya me entendéis, vaya).
En definitiva, que no hay que subestimar nunca el «sabor» de un nombre, como bien decía nuestro amigo Serrat al principio del artículo.
***
Para saber más:
- Compendio general e innecesario de cosas que nunca pensó que le fueran a importar, de Cristina García-Tornel. Editorial Destino. Imprescindible si os gustan las curiosidades del mundo que nos rodea (no solamente lingüísticas). Se puede comprar aquí.
- Artículos del Laboratorio del Lenguaje: http://medicablogs.diariomedico.com/laboratorio/2010/01/20/el-fabuloso-circo-de-los-nombres-cientificos-ii/, http://medicablogs.diariomedico.com/laboratorio/2013/03/26/el-genero-gaga/.
- Cómo elegir un nombre para tus personajes. Blog de Literautas. http://www.literautas.com/es/blog/post-333/como-elegir-el-nombre-para-tus-personajes/.
- El origen de los nombres en Harry Potter: http://www.theninemuses.net/hp/4.html.
- Laura Escorihuela habla de algunas de sus decisiones al traducir Harry Potter (en catalán): http://www.harrypottercat.cat/forums/errors-de-xavier-pamies-vers-a-la-laura-escorihuela-en-hp5-t22-45.html y http://www.upf.edu/alumni/actualitat/profunditat_escorihuela.html.
¡Hola!
Genial artí… («pero si eso lo dices siempre»). ¡Es la verdad! 😀
Fiel a mi cita comentarista de este blog no podía faltar cuando de nombres raros se habla, ¿no?
Devadip. Las deformaciones han sido Barriopintas (las cervezas que venden los de la Operación Mahou Tse Tung): David, De Vadi, De Bali, Devadi, the body, etc.
Las deformaciones del tuyo no tienen desperdicio. Claro que mucha lógica tampoco.
Pero estamos aquí para «hablar de tu libro».
La inventiva de los nombres literarios es asombrosa. Las connotaciones o los juegos de palabras que se hacen son muchas veces de un ingenio sublime.
Por eso, sobre la pregunta de si cambiar nombres al traducir, solo lo cambiaría si la connotación o el juego de palabras es realmente MUY ingenioso. Tiene que ser muy acertado. Cambiarlo porque el inglés no se va a entender, pero no tener una gran alternativa en español me parecería un error. Tampoco soy un experto en estas lides.
Gracias por mencionar los nombres de las operaciones policiales. Mascaba hace tiempo un artículo sobre ello con lo que ya me lo ahorraste. 😀 Me gustaría conocer al que se le ocurren porque tiene un gran ingenio, eh. La de Operación Gürtel es hasta rebuscada con traducción al alemán incluida. Increíble.
Los nombres de los huracanes tampoco se quedan atrás, sin duda.
¿De verdad hay un nombre dedicado a Angelina Jolie? Pero si ya tiene un apellido superbonito. 😉
Lo más importante: ¿quién quiere una ceLveza caliente a las 5.00 am? Habría que tratarlo en la Operación Mahou Tse Tung. Sin duda, una magnífica propuesta.
En fin, gracias por la entrada porque todos hemos aprendido alguna curiosidad y sabremos darle más valor a los nombres. Además, los de los nombres raros nos sentiremos en compañía en este mundo de raros.
Hasta la próxima.
Un saludo,
Devadip
Oye, pues me ha venido de perlas para saber el origen de tu nombre, Devadip. Si te soy sincero, al principio pensé que era simplemente un sobrenombre. 😛
Sobre la traducción de Harry Potter al castellano hablaron dos de las traductoras en Don de Lenguas:
http://programadondelenguas.blogspot.com.es/2012/03/la-traduccion-de-harry-potter.html
Me parece que lo hicieron bastante mejor que algunas cosas que he leído de la traducción al francés o al catalán. Entre otras cosas, las traductoras al castellano citan que cambiando los nombres y «españolizándolos» se perdía ese aura tan inglesa que tiene toda la serie. Un niño inglés no va a percibir nada especial al leer el nombre Albus, así que, ¿por qué llamarle Blanco? De hecho, los nombres con raíces latinas los entenderían mejor los niños hablantes de lenguas romances que los anglosajones.
Cambiar los nombres de los fundadores (SS, GG, HH y RR) para poner cosas como Mari Pau me parece ridículo. ¿Mari Pau, la hechicera escocesa? No sé, a mí me suena a broma. Y además no aporta nada (excepto una rima que no existe en el original).
Prefiero cómo lo resolvieron en español, traduciendo cosas como las canciones del Sombrero Seleccionador, el acertijo de la esfinge o cambiando el Tom Marvolo Riddle (I am Lord Voldemort) por Tom Sorvolo Ryddle (Soy Lord Voldemort), pero sin destrozar la ambientación para explicitar cosas que no son explícitas ni en el original.
Hola, Scheherezade:
Enhorabuena por este gran repaso del mundo (oculto) de los nombres. Igual que tú y Devadip, yo también he sufrido todo tipo de variaciones de mi nombre y apellido, pero ya me he ido acostumbrando y, en la mayoría de los casos, me hacen hasta gracia.
A raíz de tu lista de especies con nombres inspirados en famoso, me he acordado de un artículo que escribí hace poco. Igual te interesa:
http://www.elepe.com/noticia/ciencia-musical-animales-y-vegetales-con-nombres-de-artistas-1079
Un abrazo,
André
Nos quedamos con la trama Gürtel..:-)
También nos ha venido a la mente los nombres de los personajes de Asérix que leimos en este artículo:
http://cvc.cervantes.es/trujaman/anteriores/septiembre_11/14092011.htm
iTe felicito, Scheherezade (sí, lo recorté y pegué para no equivocarme)!
Perfecto artículo, escrito con muy buen humor, y a parte de divertido, interesante, completo y con fuentes para consulta.
Mejor que eso, lo veo difícil.
Saludos desde Brasil y que sigas así!
Me ha encantado este artículo, Scheherezade. Lo de los nombres en Harry Potter me llamó bastante la atención cuando estuve de Erasmus en Francia, porque fui al cine a ver la primera parte de la última película y en ocasiones no me enteraba de de quién estaban hablando porque todos los nombres estaban cambiados. En inglés los nombres son bastante ingeniosos si te das cuenta de lo que significan, es increíble. Coincido con el comentario anterior en cuanto a la traducción al catalán, me parece que eso de «Mari Pau Ravenclaw» suena ridículo.
Hace tiempo que vengo dándole vueltas a esto de los nombres, y cada vez encuentro cosas más curiosas. No tiene nada que ver, pero, en Francia, «Leroy Merlin» siempre me hacía pensar en el rey Arturo y en Merlín.
Otra cosa en la que he estado pensando últimamente es en el nombre de algunos productos. Imagínate que en España tuviéramos un champú llamado «cabeza negra» (por Schwarzkopf), o un gel llamado «paloma» (por Dove). Pero si pensamos en productos españoles encontramos jabón «lagarto», lejía «conejo» o ketchup «prima», por poner ejemplos.
A saber con qué nos sorprendes en tus próximas entradas. 😀
Un saludo,
Alejandro
¡Estupenda entrada, Scheherazade! Es curioso lo de tu nombre, porque si te digo la verdad, siempre lo pongo antes en Google para ver si es así. De hecho, creía haberlo escrito bien ahora y menos mal que lo he comprobado antes, ja, ja, ja.
Dar nombre a algo es realmente fascinante y muy creativo, en los videojuegos también se da mucho el caso. 🙂
Un saludo y enhorabuena por la entrada,
Pablo
Carísima Scheherazade:
He disfrutado mucho con tu artículo sobre los nombres.
Has hecho un recorrido muy completo sobre las distintas manifestaciones onomásticas, a través de los varios segmentos que abordas. Sin embargo, al hablar de cine, yo estaba segurísimo de que ibas a hablar de nuestro representante más sobresaliente, pero no lo has hecho, lo que me da pauta para escribirte estas líneas y abordar ese realizador y creador de muchos personajes que, gracias a sus nombres muy peculiares, sugieren nuevos significados. Te hablo del cineasta manchego Pedro Almodóvar, quien nunca ha dejado de incluir en sus películas nombres de personajes evocadores. Te doy algunos ejemplos:
1) En la película Kika, el personaje de Victoria Abril, quien presenta una suerte de reality show en la televisión y tiene una espantosa cicatriz en la cara, se llama Andrea Caracortada (‘scarface’). Allí aparece también la actriz que se dice ‘almodovariana por anatomía’ -Rossy de Palma- cuyo hermano, un exactor porno, se llama Paul Bazzo. Para mí, el mejor de todos los nombres. Intraducible.
2) En Entretinieblas, peli ambientada en un convento de monjas, todas tienen nombres evocadores: Sor Estiércol, Sor Rata de Callejón, Sor Perdida o Sor Víbora.
3) En la película Los abrazos rotos, el personaje de Lluís Homar es un realizador de cine que, tras un accidente, queda ciego. ¿Su nombre? Mateo Blanco. Luego, tras uma crisis de identidad, lo cambia para Harry Caine (‘hurricaine’).
4) El personaje de Marisa Paredes en Todo sobre mi madre, una famosa actriz de teatro que se pasa todo el tiempo con un cigarrillo en la boca. ¿Su nombre? Huma Rojo.
5) Había una actriz que apareció en varias películas del realizador manchego en una fase, digamos, inicial, cuyo nombre ya era per se almodovariano: Eva Siva.
Y los hay muchos más nombres como los que he señalado en la vasta obra almodovariana.
Cordialmente,
Isac Nunes
Qué artículo tan completo, Scheherezade, muy interesante. Además, este artículo me viene al pelo porque el otro día vi la película «Lluvia de albóndigas 2». A medida que fui descubriendo los animales tan raros de ese ecosistema a base de comida y sus nombres, me pregunté cómo lo habrían traducido al español para mantener el juego de palabras manteniendo un sonido parecido a la palabra real. Por ejemplo, hay chimpancés gamba; en inglés sería «chimpanzee» y lo llamaron «shrimpanze», mientras que en español se quedó en «gambancé». El juego de palabras se mantiene, pero es imposible mantener el sonido. Otro ejemplo era el de las ballenas, bocadillos de Subway (una referencia a una marca comercial que, posiblemente, en algunos países aún no conozcan tanto y suponga otro problema) que se llaman «Subwhales», en español «Subballenas». He de decir que han cuidado mucho eso a la hora de crear la película pero, lamentablemente, es difícil manterlo en la traducción.
Muy buen artículo Scheherezade (corta y pega por si acaso), he disfrutado como un enano, como con el resto de artículos que escribes. Los comentarios también son muy complementarios del texto, y con ellos he disfrutado también.
Por mi parte añadiré otra curiosidad de los nombres científicos del reino animal, donde un género de bivalvos son llamados «Abra». Encontramos nombres simples como Abra nitida, Abra alba… hasta que llegas a Abra Cadabra. Taxonomistas contemporáneos con menor sentido del humor cambiaron el nombre a Theora cadabra.
También en el reino vegetal tenemos el nombre científico «Officinalis», que designa a todas las plantas medicinales.Aquí viene explicado porque es un nombre con bastante historia: http://es.wikipedia.org/wiki/Oficinal
Un saludo,
Alvaro
¡Excelente! Yo ahora estoy enfrentando un problema con unos nombres. La autora de un cuento sobre la naturaleza, le puso como nombre a sus personajes oraciones completas, como por ejemplo ‘Nomeolvidesdelbosque’ y eso me ha significado un problema para traducir al inglés. Supongo que trataré de no complicarme mucho, aunque he pensado que no debí haber aceptado este trabajo.
Saludos desde Chile
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