Etiquetas
Todas las profesiones tienen alguna particularidad que acaba definiéndolas (los médicos tienen una caligrafía ininteligible o los bomberos están todos muy buenos) y como traductores nos la tenemos que comer con pan y muchas veces doblada (con y sin subtítulos) día sí, día también.
Como somos seres muy sociales, aunque no lo parezca, nos desahogamos como podemos en twitter, en facebook, en nuestros blogs o en cualquier plataforma. Para muestra, algunos botones: ¿Cómo detectar a un traductor?, una entrada muy graciosa del compañero Devadip Rivero; el tumblr de über/setzer con sus experiencias en el mundo de la traducción literaria o el de las pin ups de esta humilde servidora, en el que las traductoras son de armas tomar. Porque, reconozcámoslo, muchas veces los tópicos son ciertos y hay que reírse un poco de uno mismo.
Sin embargo, hay muchos otros lugares comunes que no hacen tanta gracia y son los que nos tocan la… fibra. Por ejemplo, la compañera Lorena Ruiz nos lo comentaba en su entrada Aquella entrevista, Alicia Martorell contaba algo parecido en Pues entonces, tradúcelo y Sandra Gallart nos explicaba los tópicos enfocados al mundo universitario en una entrada de su blog ConTraducción.
Está claro que acabar con los típicos tópicos que rodean nuestra profesión es algo sumamente complicado, pero por intentarlo que no quede.
¿Cuántas veces habremos oído …?
1. Cualquiera con unos años de idiomas a sus espaldas o con algún familiar nativo puede traducir.
Que sepas escribir no significa que seas escritor, ¿verdad? Pues lo mismo se aplica en este caso. Evidentemente es esencial tener un buen nivel de un idioma para traducir desde él, pero también debes tenerlo de la lengua a la que traduces. No hace falta que lo sepas todo pero sí saber dónde buscarlo y debes disponer de buenas herramientas lingüísticas para hacer un buen trabajo, entre muchos otros ingredientes.
2. Un buen traductor no necesita un diccionario.
O lo contrario: que se piensen que somos un diccionario andante. No, no y no. Son herramientas de trabajo indispensables, igual que los glosarios y los corpus lingüísticos. Y desde luego no somos peores profesionales por no conocer la traducción exacta de una palabra. ¡Faltaría más!
3. La traducción y la interpretación son lo mismo.
Parece que lo de traductor lo engloba todo. Y no solo traductor; me aventuraría a afirmar que cuando dices que eres traductor todos piensan que traduces libros. Nadie piensa en todo lo que está traducido a nuestro alrededor: manuales técnicos, folletos, instrucciones… Bueno, miento, sí se acuerdan de nosotros pero cuando hay algún error.
4. «Estudio traducción e interpretación.» «Ah, ¿quieres ser actriz?»
Un clásico. Poco más puedo añadir aquí.
5. A los traductores no les importa trabajar por la noche o en fin de semana sin coste adicional.
Nos gusta mucho nuestro trabajo, sí, pero no somos tontos. ¿Acaso no somos humanos? ¿No sangramos si nos pinchan? Necesitamos también algo de tiempo libre y si estamos dispuestos a cederlo en pos de una traducción, lo cobramos.
6. No hace falta que un traductor entienda lo que traduce.
Sí, es una frase verídica. Claro, algunos se piensan que somos robots que lo que leemos en un idioma lo transformamos automáticamente en otro. Es todo un proceso, señores. En medio suceden muchas cosas: repasar que conocemos el vocabulario, desconfiar de todo por sistema, volver a buscar una palabra, escribir, reescribir, repasar, etc.
7. A una traducción no le hace falta una corrección o edición posterior.
Un traductor profesional no solo traduce; antes de entregar un trabajo también lo repasará, sí, pero nunca está de más una corrección posterior. En las agencias serias los documentos siempre se revisan antes de entregarlos al cliente. Saltarse esta fase del proceso no es una buena idea.
8. Hacerse traductor es una forma fácil de hacerse rico.
Una idea curiosa que, sin embargo, he encontrado varias veces en internet (más de las que me gustaría). ¿Nunca habéis visto un anuncio de este tipo?
Y dale con los factores: Idioma 1 + Idioma 2 = traductor profesional. Pues vale.
9. Traducir es simplemente escribir en una lengua extranjera.
Una variación del tópico numero 6. Nada, se creen que es tan fácil como esto:
Por cierto, si alguien conoce la existencia de un teclado así, que me lo diga.
Remarco también lo de la lengua extranjera porque parece ser que todo el mundo espera que traduzcas al inglés, francés, alemán, etc. Nunca a tu lengua materna. Lo malo es que, al decírselo, es como si perdieras interés. Como si ya no fuera algo tan difícil porque, al fin y al cabo, <insert tópico 1 aquí>.
10. Pero si un traductor cuesta 39,95€ en Amazon y lleva dos pilas AA.
Te diré yo donde puedes meterte las pilas. Con lo mucho que gustan los artilugios de este tipo y las nuevas tecnologías, los traductores de esta clase no tardaron en aparecer y hace tiempo que están entre nosotros. Es la misma historia de siempre: que sí, que te ayudan a entender lo básico, que te vas a otro país y sabes qué pone en el menú, pero no te va a funcionar para mucho más.
11. Un manual de marketing en el que trabajaron veinte personas en dos meses lo puede traducir en dos días una sola persona sin perder ni una pizca, claro está, del impacto del original.
Más que tópico es una crítica a lo que nos pasa a diario y es una muestra más del poco valor que se le da a nuestro trabajo. A ver, si te trabajas un texto, lo más lógico es que quieras que en otro idioma esté igual de bien redactado que en la lengua original (aquí estoy presuponiendo mucho porque no sería la primera vez que te entregan un texto en Engrish o que huele a traducción automática de otro idioma que tira «patrás»).
Dadnos tiempo. Está claro que no necesitaremos tanto como el que se tardó en redactarlo, pero no hacemos milagros.
12. Los traductores automáticos acabarán sustituyendo a las personas.
¿En serio? Veamos rápidamente algunos ejemplos de traducciones hechas por Google Translate o sucedáneos (o textos que apestan a traducción automática):
Resumiendo, no, no creo que ningún traductor automático sustituya nunca a un traductor. Si aún no os he convencido podéis echarle un vistazo a esta entrada con más ejemplos reales. Porque una traducción hecha así, sin repasar ni revisar ni nada, te hace churros como estos:
13. A un texto le corresponde una única traducción.
Cada persona tiene su manera de ver el mundo y entender lo que le rodea. Por muy fiel que seas al texto, no siempre existe una correlación exacta, palabra por palabra, de modo que muy pocas veces se encuentran traducciones calcadas, a no ser que sean plagiadas, claro.
14. «Estoy doblando un documental.» «¿Ah sí? Ya me dirás cuando lo ponen para escucharte.»
Vale, puedes decir «traducir» pero si sabes que me dedico a la traducción sabrás que no se trata de ponerle la voz. Cuando se habla de doblaje se piensa siempre en el resultado final y casi nunca en el primer paso, que es traducir el guión.
15. «Necesitamos una traducción. Nada, algo cortito: 2500 palabras. ¿Puedes hacerlo en un par de horas?
¡Ojalá! No obstante, se estima que un traductor traduce esa cantidad en un día, siempre dependiendo del tipo de texto, complejidad, etc. Otro tema es que, como empresa o particular, se haya dejado el engorroso proceso de la traducción para lo último, que es lo que suele pasar.
16. «¿500€? ¿Tanto cuesta una traducción? Nosotros teníamos previsto pagarte 150€.»
Caso verídico. Muchas veces no es por escatimar —que también— sino por puro desconocimiento, pero que te suelten un comentario así, irrita. Y como un cliente directo no tiene por qué saber cómo va el tema, ¿quién mejor que nosotros para iluminarles un poco?
De paso, tampoco está de más enseñarle al cliente a encargar una traducción, como se recoge en este artículo. Como todo en esta vida, con amabilidad se llega a todas partes.
17. Los traductores traducen a todo tipo de lenguas.
Una variación del tópico tan extendido de que traducimos a otros idiomas y no al nuestro. Aquí ya no hablamos de traducir al inglés por sistema, por ejemplo, sino de hacerlo a muchas otras lenguas. Por desgracia no somos superhombres y tenemos un límite.
***
En fin, yo he recogido diecisiete pero seguro que me he dejado alguno en el tintero. ¿Conocéis otros tópicos que os saquen de vuestras casillas? ¿Creéis que la gente es cada vez más consciente de nuestra profesión o seguimos en las mismas?
Impresionante documento, Scheherezade. ¡Me encanta! 🙂
Aquí tienes lo que los futuros informáticos han de pensar … parecido … https://puxaalonso.wordpress.com/2012/11/09/para-los-futuros-informaticos/
Muchas de estas cosas las he pensado miles de veces, y tienes toda la razón.
Y sí, algunos creen que somos robots, actores, caraduras, drama queens y exagerados cuando nos piden que traduzcamos miles de palabras en un par de horas, cuando decimos que hemos estudiado interpretación, cuando proponemos tarifas dignas, cuando decimos que el plazo es demasiado justo y cuando decimos que no cualquiera puede traducir solo por saber idiomas.
Sin duda luego volveré a tu artículo para leérmelo con más calma, pero lo has bordado 🙂
Un abrazo,
¡Me ha encantado, Scheherezade! Uno para añadir y que me han dicho no hace mucho: «He escrito una entrada sobre doblaje en el blog y he incluido un video ilustrativo» «Luego te escucho» ;-).
Me ha encantado ese guiño a «El mercader de Venecia»…
A mí me han dicho: búscate otro trabajo y traduce en el tiempo libre… Porque todos sabemos que traducir es como hac crucigramas.
Esa es muy típica. La variación que me han dicho a mí es «La traducción es un pasatiempo, no una profesión, tómela como para hacer dinerito extra o para entretenerte».
Una pena, pero así es… Y de ahí que se crea que cualquiera puede hacerlo.
*hacer
Schere, como era de esperar, otra entrada buenísima. Kudos!
Le agrego el: «Ponete a dar clases, si vos inglés sabés». Aia.
No, señorito. Estudié traducción, no sé dar clases. Búsquese un profesor. (¡Ojo! NO dudo de que haya traductores que dan clases, lo sé, pero no somos todos).
Beso.
¡Que chula tu entrada! ¡Me encanta! Gracias por deleitarnos con tu arte 🙂
BUeno no, lo siguiente, a pesar de ya no ejercer, ha sido leerte y recordar todas las revidincaciones al salir de la uni….
¡Ah, cuántas veces habré sufrido estos tópicos! O Fortune, why dost thou mock us?
Un caso muy típico es cuando vas al cine con los amigos y te preguntan cómo se podría traducir el título de una película que se ha dejado en inglés. Cuando tardas más de dos segundos en responder y comentas que es un pelín complicado por una serie de motivos, te sueltan aquello de «pues a ver si estudias más inglés…» 🙂
A mi, cuando me preguntan por traducciones de títulos, les pido que me dejen ver primero la película para saber a cuál de las 28 traducciones posibles hace referencia.
Como siempre, magnífico 🙂
Me encanta tu blog, siempre me sacas una sonrisa y, a la vez, aprendo cosas nuevas 😀
Muy buena recopilación 😉
Añado algunas preguntas estrella:
-¿Cuántos idiomas hablas ya?
-¿Y siempre haces traducción simultánea?
-Eso lo hago yo también… ¿y por eso te pagan? [Y a continuación: «Pues parece mentira, porque cada vez que veo una serie en SeriesYonkis los traductores hacen una desgracia» (…)].
¡Hola!
Como siempre… – ¿harás alguna que no lo sea? – magnífica entrada :).
Gracias por la mención, aunque como traductor… mientras oigo a Muse, tras haber visto un capítulo de Fringe (¿podré sobrevivir a que ya ha terminado?), hablo con un conocido – buen amigo – que dice que tiene un posible encargo de traducción para mí. Me lo envía y me dice: «es fácil, es fácil… son unas pocas páginas. Creo que unas 9 páginas. ¿Lo puedes tener para mañana? Si no entiendes algo, pregúntame». Le digo que las prisas van a hacer temblar la calidad del texto (no pilla la metáfora) a lo que me responde: «Bueno, hazlo como puedas. Quiero tenerlo. La calidad no es tan fundamental… Es fácil, es fácil… ya verás». Tras decir eso pasan 3 horas hasta que te envía los documentos…
Segundos después de que ocurra esto, te propone que acudas al GoogleTranslate si tienes dudas, porque él suele hacerlo en su trabajo (y, claro, no va a tener tiempo finalmente para resolver esas dudas…).
Una vez ya has entregado la traducción y le haces la factura, te dice que nada, que te olvides de facturas… te lo quiere pagar en negro. Es tan, tan negro que nunca jamás ves el dinero, aunque estés dos o tres meses detrás de él reclamando…
Para relajarte acudes a tu Twitter o a tu blog y vas despotricando. Los compañeros se unen a ti y te pueden contar miles de experiencias similares…
Como te decía, gracias por la mención, pero como traducThor… casi ni se merece, pues todos hemos vivido estas circunstancias. Lo mejor es que nos lo tomemos con humor. De hecho, las aberraciones que tenemos que vivir podrían dar para un monólogo de El Club de la Comedia… Eso demuestra que también tenemos buen humor. 🙂
Nos vemos en la siguiente entrada 🙂
Un saludo,
Devadip -> @TraductorJur
Me reitero, buenísima entrada.
Cuantas veces he repetido yo la frase de «no soy un diccionario andante» cuando a la más mínima duda sobre gramática o traducción te preguntan… y a veces te miran «un poco mal» al ver que consultas alguna herramienta. ¡Pero si el buen profesional es el que sabe bien en que fuentes hay que buscar la información y como manejar las herramientas de trabajo!
Un saludo
Hola, acabo de descubrir tu blog y me encanta! Estoy en primero de traducción y estoy muy ilusionada con la carrera que he escogido. Cada vez que leo blogs como el tuyo me siento muy orgullosa de mi decisión. Aunque todavía sea inexperta sé que la traducción es un arte y me gustaría formar parte de ella. ¡Sigue así! Un saludo. (:
Respecto al punto 12, hace un par de semanas que descubrí que usando OmegaT con su configuración por defecto, estamos contribuyendo a enseñar a Google a traducir 😦
Hola, hace tiempo que conocía tu blog pero la verdad es que seguía más tu página de facebook que el blog en sí. Soy estudiante de 4º de TeI en Soria. Tengo que añadir otro tópico a tu lista del que estoy bastante cansada ya:
En un bar tomándote algo tranquilamente después de un largo día enterrada bajo manuales, diccionarios y otros recursos cuando un chico encantador salvaje aparece. Tras una conversación rutinaria de nombres, estudios, trabajos, etc, se quita el disfraz con una simple pregunta….»pero… ¿tú entiendes lo que dice esta canción? ¿Qué dice? Va, pues menuda traductora.
Claaaro, a las…a saber que hora es, metida en un bar y con todo el mundo hablando soy capaz de hacerte una traducción perfecta en 3 microsegundos de lo que dice la p**** canción…
Buenísima entrada 🙂
Te acabo de conocer y me ha gustado mucho tu blog. Me lo guardo para seguir pasando.
Saludos de otra traductora literaria,
Noemí.
Magnífica entrada, Scheherezade 🙂
Hola Sherezade: excelente compilación de topicazos sobre nuestra profesión. De todos modos, hay que admitir que muchos de nosotros contribuimos a dichos tópicos con un lenguaje poco apropiado o meditado.
Por citar dos ejemplos cotidianos: «tarifas» en lugar de «honorarios profesionales» y «agencias de traducción» en lugar de proveedores o «empresas de servicios lingüísticos».
Por otro lado, dado el elevado nivel cultural de la mayoría de los traductores, nos alzamos de hombros cuando nos sueltan alguna estupidez de esta índole y lo dejamos correr. Creo que contraatacar la estupidez con un lenguaje soez choni/cani poligonero, como ¿pero, tu eres tonto del culo o solo lo pareces…? o ¿por qué no pides libritos la próxima vez que vayas a un restaurante y así, de paso, te culturizas…? no estaría mal, porque «es el único lenguaje que entienden».
Y, ahora, que me lluevan las críticas por «mal educado»…
Acabo de descubrir tu blog y tengo que reconocer que esta entrada me ha llegado al alma. Muchas de estas cosas las he vivido una y otra vez como bucles interminables.
Tu cita del «Mercader de Venecia», una de mis obras preferidas de Shakespeare me ha recordado a la puñetera manía que tiene la gente de creer que no somos humanos y a su curiosa costumbre de entregar documentales que tienen que estar traducidos para «después de comer» (como si nosotros no necesitáramos alimentarnos)
Otro tópico con el que me he encontrado en diversas ocasiones es que me entreguen un texto traducido con cualquier traductor automático y que me digan «¿Le puedes echar una mirada y corregir si hay algún error?» Cuando me dicen esto me dan ganas de decir «¿Me pueden pasar el texto original para traducirlo de cero?»
Fui traductora de audiovisuales por 16 años, y recuerdo a este particular payas… perdón, personaje que me dijo una vez «pero bueno! Es solo un documental de 45 minutos. ¿Eso no se traduce en tiempo real?» ¬¬ Estoooo, sí, señor, y además, lo hago mientras me pinto las uñas y practico yoga. ¿Cuántos documentales era que quería traducidos por día?
Pingback: Historietas de mi día a día © | Algo más que Mujeres
Pingback: Klischees über das Berufsbild des Übersetzers