No hay nadie mejor que uno mismo para ver qué debe mejorar y qué carencias se observa, ya sea por las insuficiencias que se note al traducir —dudas gramaticales, desconocimiento de cierta terminología, pobreza de vocabulario— o tal vez por los comentarios que recibe de sus traducciones y que tanto ayudan a mejorar: ¿Textos muy pegados al original? ¿Repeticiones excesivas?
Hace unos días, buscando documentación sobre el tema, encontré un ejemplar de «La traducción del inglés al castellano: guía para el traductor» de Marina Orellana y me gustó mucho la manera en que exponía algunas cuestiones, como la que nos ocupa hoy: la mejora como traductores.
Veamos qué consejos y prácticas nos da para mejorar y perfeccionarnos, y cómo podemos aplicarlos:
1. Leer mucho y a buenos escritores en castellano. Dominar la lengua materna es esencial para que un texto suene natural y sea impecable en términos de gramática, ortografía, etc., así que uno de los consejos principales es leer y fijarse en el estilo de las mejores plumas. Saber distinguir bien los tipos de narrativa y reparar en cómo escriben es un buen ingrediente para traducir después.
2. Leer sobre diferentes disciplinas y materias. Ya sea agricultura, economía o tecnología, por mencionar algunas, y aunque tal vez ciertas ramas no sean de nuestro interés o especialidad, es útil ir adquiriendo vocabulario. Nunca se sabe cuándo se va a necesitar. No es infrecuente que en una novela contemporánea aparezcan temas especializados de los que no hayamos oído hablar, como me pasó a mí en una en la que hablaban de béisbol. O que haya referencias muy concretas que rocen los campos más técnicos.
Cito textualmente a Orellana en este punto: «Al igual que el buen nadador, el traductor debe estar preparado para nadar en todas las aguas, es decir, lanzarse a traducir un texto sobre materias que desconoce, o conoce poco, y hacerlo de manera satisfactoria con todos los recursos a su alcance (bibliotecas, diccionarios, material de referencia, etc.)». Y así es.
3. Leer diferentes tipos de material impreso: novelas, informes, resoluciones, leyes… Encontraremos términos útiles en muchos tipos de texto y todo este material, ayudará a enriquecer nuestro vocabulario y nos familiariza con distintas modalidades de expresión. Hasta la etiqueta del champú o la composición del caldo de pollo aportan información que puede ser relevante en algún momento. You never know.
4. Recurrir al diccionario para precisar términos. Un diccionario no sirve únicamente para comprobar la definición de un término, también nos enseña a expresar lo mismo de otra forma enlazando a otras palabras o expresiones que tal vez desconocíamos, nos da ejemplos de uso para saber cómo usar la palabra y, si es de calidad, mucha otra información interesante: pinceladas etimológicas, sinónimos, etc. Y cuando hablamos de diccionario, evidentemente nos referimos a todo tipo de obra, monolingüe en la lengua de partida y en nuestra lengua materna, bilingüe, especializado y muchos más.
✎ Encontraréis aquí una buena colección de recursos lexicográficos en línea: https://enlalunadebabel.com/2014/10/22/la-caja-de-herramientas-del-traductor-i-recursos-lexicograficos/
✎ Otro diccionario reciente que he descubierto en inglés y que puede ser de interés es Fine Dictionary, con información etimológica y contextual. En la siguiente galería encontraréis los resultados de búsqueda de la palabra «translator». Muy completo.
5. Acumular sinónimos. El traductor debe llevar una maleta repleta de palabras y frases que puedan no solo sacarle de un apuro, sino también evitar que se repita como el ajo (sin traicionar excesivamente el estilo del autor al que traduce, ojo). Orellana dice que un traductor debería ser capaz de invocar al menos tres equivalentes de cualquier palabra; yo no sé si pediría tanto, pero sí coincido con ella en que es importante que tengamos una buena base de vocabulario y que sepamos introducir variedad en un texto porque, como bien dice: «en castellano, la repetición constituye por norma general un defecto estilístico, a diferencia del inglés que lo tolera mejor».
He aquí, pues, algunos diccionarios de sinónimos:
- Wordreference: http://www.wordreference.com/sinonimos/
- Busca palabra: http://www.buscapalabra.com/sinonimos-y-antonimos.html
- Sinónimo: http://www.sinonimos.com/
- Tesauro de Signum: http://lenguaje.com/herramientas/tesauro.php
6. Recurrir a las fuentes de información, sobre todo las más fidedignas. Por suerte, disponemos de un gran acervo de terminología en todas las ramas de actividad: economía, finanzas, tributación… Las Naciones Unidas, así como sus organismos especializados, entidades nacionales e internacionales, etc., han profundizado en estas esferas, así que el vocabulario especializado suele estar a nuestro alcance.
Y para facilitarnos la tarea, Orellana sugiere algo que he defendido siempre: leer antes el documento que ha de traducirse y marcar todos los tecnicismos que puedan suponer un problema. Si nos anticipamos a los obstáculos —buscando los términos y teniendo clara su traducción o, por lo menos, el sentido—, el proceso de traducción será más fluido y no a trompicones, que suele pasar cuando tenemos que interrumpir la escritura para buscar los términos en cuestión.
Y, ojo, que cuando hablamos de fuentes de información no nos referimos solo a material impreso o subido a Internet. También puede ser «el comodín de la llamada». Por ejemplo, en literaria se puede consultar al autor (es una posibilidad que no se da siempre, pero está ahí) y en especializada, tal vez tengas a un amigo o conocido que se dedique a esa rama en cuestión.
Sin ir más lejos, me pasó la semana pasada al traducir unos documentos científicos sobre lácteos. Tuve que recurrir a un amigo ingeniero agrónomo para que me explicara y me dijera cómo llamaban ellos al “curd fine” que no lograba encontrar en ningún sitio.
Porque muchas veces ni siquiera las colecciones de glosarios que descubrimos, recopilamos y compartimos en redes nos solventan la papeleta. Eso sí, ayudan, como esta recopilación de glosarios multilingües que podéis descargaros aquí mismo en PDF: Multilingual Dictionaries.
7. Comparar textos publicados en dos idiomas. Estos textos nos permiten ver cómo otros han traducido un término, expresión o, simplemente, cómo se desenvuelven con el tema en cuestión. Cotejar textos es un buen ejercicio porque nos permite aprender siempre, ya sea una expresión o una nueva modalidad lingüística.
Orellana nos habla de la conveniencia de familiarizarnos con series de las Naciones Unidas sobre tratados, convenios, resoluciones, decisiones y recomendaciones; discursos; tipos de cartas, etc., que nos ayuden sobre todo si tenemos entre manos una traducción de índole institucional.
En este apartado yo haría hincapié también en la importancia de los textos paralelos, textos originales en la lengua de partida o en la de llegada sobre el mismo tema y cuya función es similar o equivalente a la de la traducción. Documentarse con documentos parecidos, no solo es útil para la traducción que tengamos entre manos, sino también para ganar más soltura en esa especialidad. Pablo Muñoz lo explica muy bien en este artículo de su blog Algo más que traducir.
Y ya que hablamos de textos para comparar el que tenemos entre manos, aprovecho para recordar la importancia de los corpus —conjuntos amplios y estructurados de ejemplos reales de uso de la lengua— para ver en qué contextos encontramos una palabra, por ejemplo, y que pueden ayudarnos a cotejar la conveniencia o no de usarlos en determinados textos.
- Corpus de Referencia del Español Actual (CREA): http://corpus.rae.es/creanet.html
- Corpus Diacrónico del Español (CORDE): http://corpus.rae.es/cordenet.html
- British National Corpus: http://www.natcorp.ox.ac.uk/
- Corpus of Contemporary American English (COCA): http://corpus.byu.edu/coca/
- Colección de corpus en inglés, español, portugués: http://corpus.byu.edu
8. Ejercitarse en la redacción. Orellana nos aconseja «tomar algunas frases para traducirlas con precisión, economía o elegir algunas mal hilvanadas para estructurarlas mejor», puesto que con este tipo de ejercicios el traductor usa su espíritu crítico, sentido del ridículo u otras cualidades.
De algún modo estamos también ejercitando nuestra creatividad, como propuse hace un tiempo en otro artículo. Fomentar la creatividad y practicar la escritura solo puede ir en beneficio del traductor, que al final puede aportar más calidad a los textos. Saber escribir y aprender estrategias de escritura nos ayuda a ganar fluidez y confianza para despegarnos de los textos, sin dejar de ser fieles, ojo.
Marina Orellana termina aquí sus consejos, pero yo añadiría un par más:
9. Releer y revisar siempre con atención lo que traducimos. Otra forma de analizarnos y ver de qué pecamos y qué hacemos bien —que para eso somos buenos profesionales y no va a ser todo negativo— es releer con ojo crítico lo que traducimos. Dejar reposar las traducciones y ver qué podríamos haber hecho de otro modo, y aplicarlo después. En este artículo del blog sobre la revisión de traducciones encontraréis algunas claves.
10. Tener curiosidad por lo que nos rodea y seguir formándonos. Ya lo dijo Xosé Castro hace unos meses: «La curiosidad mató al pobre gato … y engordó el intelecto del traductor». Para mejorar hay que ser proactivos y no hay nada mejor que estar atentos a lo que nos rodea, tener sed de aprendizaje y estar dispuestos a seguir formándonos.
Actualmente el traductor tiene muchas opciones para seguir formándose, como ya comenté en la serie de artículos con consejos traductoriles. Hay muchos cursos especializados para suplir aquellas carencias o engrosar nuestro bagaje como profesionales. Algunas empresas que ofrecen cursos útiles para traductores son:
- Cálamo y Cran: http://www.calamoycran.com/
- Trágora Formación: http://www.tragoraformacion.com/
- Aulasic: http://www.aulasic.org/
- Con trazo firme: http://www.contrazofirme.es/
- Zot Formación: http://www.zotformacion.com/
- Estudio Sempere: http://www.sampere.edu.es/index.php/cursos-a-distancia
- Traduversia: http://traduversia.com
Y no olvidemos los cursos que ofrecen las asociaciones de traducción de todo el país: Asetrad, Aptic, Xarxa, etc.
Como siempre, las listas no suelen ser exclusivas y lo que a uno le va bien, a otro tal vez no tanto, pero en general son buenos consejos para novatos y no tan novatos. ¿Se os ocurren otras maneras de seguir mejorando como traductores?
***
Para saber más:
- La traducción del inglés al castellano: guía para el traductor. Marina Orellana. Santiago de Chile: Editorial Universitaria, 1994.
- Cómo mejorar tus traducciones si eres estudiante o estás empezando, artículo de Pablo Muñoz en su bitácora.
- Consejos básicos para mejorar las traducciones de textos científicos del inglés al español, artículo de M. Gonzalo Claros en la revista Panacea.
Reblogueó esto en Raffaello Palandri's Blog.
Pingback: 10 claves para mejorar como traductor | Transla...
Nos centramos mucho en la etimología y las equivalencias culturales así como el estilo del autor. Pero…
¿Qué pasa con la puntuación?
Es una de las mayores cagadas a la hora de traducir y poco se habla de ello.
Hola, Cristina:
Tienes toda la razón. Es algo que suele darse por sentado y tiene miga.
Los consejos sobre leer y escribir ya incluyen prestar atención a la puntuación, pero no basta con eso y hay que practicarla 🙂
Saludos,
Scheherezade
Excelente recopilación de consejos y de recursos. Muchas gracias por el curro.
¡Muy buen artículo! Me pareció muy completo. Un saludo desde Argentina
Pingback: Traduction | Pearltrees
Estoy empezando la carrera de TeI y este tipo de información se agradece muchísimo 🙂
Fabuloso artículo!! Gracias! Pocas veces se habla de la importancia de que el traductor se ejercite. Lo paso a mis alumnos de traducción.
Hola, Mercedes:
Me alegro de que te haya gustado 🙂
Sí, muchos piensan que uno se gradúa y ya está, pero el proceso de aprendizaje es continuo.
Un abrazo
Yo me quedo con el segundo punto. Pero no ya como traductor, sino como habitante del mundo. Tienes que tener tus especialidades, pero siempre hay que saber de todo un poco.
¡Enhorabuena por el artículo y gracias por la mención! 🙂
Hola, Scheherezade. Muchas gracias por esta entrada tan útil. Ahora mismo estoy empezando a trabajar de traductor y me veo muy reflejado en los comentarios que expones acerca de las dudas que nos surgen o las carencias que tenemos. Como detalle, quería comentar que en las traducciones científicas (que es a lo que yo me dedico) muchas veces dudo entre emplear varios equivalentes de un mismo término para no ser repetitivo o emplear siempre el mismo para mantener la coherencia.
Gracias también por los enlaces a diccionarios, glosarios y otras fuentes de búsqueda terminológica. Resultan muy útiles. 🙂
Muy bueno. Siempre tengo presente el concepto del traductor como pseudoespecialista. A nosotros casi siempre nos conviene más saber un poco de todo que un mucho de nada y, para todo lo demás, fuentes y comodín de la llamada 🙂 Un abrazo.
Reblogueó esto en La bottega dei traduttoriy comentado:
Consigli utilissimi! 😀
Es materia prima. Excelente.
Muchas gracias, Juan Pablo 🙂
Acabo de descubrir tu blog y me está pareciendo muy interesante, lleno de buenísimos artículos. ¡Mi enhorabuena!
Hola, Nieves:
¡Gracias! Me alegro de que así te lo parezca. ¡Ese es el objetivo!
Un abrazo 🙂
¡Qué bueno este post! Como el resto del blog…
Yo traduzco al italiano, pero aun cambiando el idioma de destino, los consejos que das siguen siendo muy válidos 🙂
Enhorabuena por tu trabajo!
Me alegro mucho de que te lo parezca 🙂
¡Por muchas traducciones!
Me ha encantado tu artículos.
Dejo por aquí mi el Corpes XXI, de la RAE, porque también resulta muy útil y tiene más posibilidades de búsqueda que el CREA: http://web.frl.es/CORPES/view/inicioExterno.view;jsessionid=139D744EE7A848AFAC9787A57F48970D
Hola, Judith:
¡Muchas gracias por el aporte! Me lo miro ya mismo 🙂
Buenos consejos!!!
Gracias, Marlys 🙂
Hola, niña,
Creo que también es muy importante el hacer mecanografía, pues eso te da rapidez a la hora de escribir. Debes intentar tipear con los cinco dedos (la mayoría lo hace con uno o con dos, máximo). Así podemos incluso sacar partido de proyectos con tarifas bajas.
Pingback: La sinonimia en traducción | En la luna de Babel
Me encanta este blog, es de mucha ayuda.
¡Me alegro muchísimo! 😀
Hola!
Acabo de descubrir tu blog y estoy encantada con todos los tips que publicas.
Empiezo ahora en el mundo de la traducción y me viene genial todos los consejos posibles, en breve comienzo un nuevo proyecto en una empresa muy profesional, http://www.bigtranslation.com junto con otros trabajitos que compagino y los links que publicas de cursos me parecen muy útiles.
Ana L.
Hola!! Un post realmente interesante, lo hemos leido desde BigTranslation y nos ha gustado mucho, pensamos poner en practica tus consejos para mejorar como equipo de traductores y seguir dando un buen servicio. Un saludo y gracias!
¡Buenas!
Me parece una entrada muy interesante. Muchas veces no nos damos cuenta de la importancia que tiene la lengua materna en la traducción, y por falta de tiempo no leemos lo suficiente.
Por otro lado, como estudiante de traducción, me he dado cuenta en estos años de carrera de que una de las cosas más importantes para hacer una buena traducción sin perder tiempo es saber organizar nuestra información (glosarios, memorias, etc.).
Asimismo, creo que es importante revisar de vez en cuando las normas de ortografía del español, pues muchas veces metemos la pata (bien sea con las mayúsculas,la puntuación, los símbolos…). Os dejo un resumen de las novedades de ortografía que me parece muy útil para consultar de forma rápida las dudas que nos puedan surgir: http://www.fundeu.es/wp-content/uploads/2013/01/FundeuNovedadesOrtografia.pdf
¡Un saludo y gracias por tus magníficas entradas!
Pingback: Mea culpa. Meteduras de pata reales de traductores e intérpretes | En la luna de Babel
Marina Orellana fue traductora de la Organización Panamericana de la Salud antes que yo. Su Glosario internacional del traductor fue la biblia de los traductores de organismos internacionales pocos años antes del nacimiento de la web. Alguna vez nos visitó, ya muy mayor, y al poco tiempo murió en su natal Chile.
Otra extraordinaria fuente de enseñanzas y reflexión sobre la traducción es el Diccionario de dificultades del inglés, de Alfonso Torrents dels Prats, publicado por Editorial Juventud en varias ediciones. Él fue también traductor de las Naciones Unidas. Recomiendo calurosamente esta obra. El traductor saldrá transformado de su lectura; lo garantizo.
Pues el diccionario que comentas no lo conocía. ¡Le pondré remedio ya mismo!
Muchas gracias 🙂
Hazme además un favor: averigua, si puedes, si Torrents dels Prats sigue vivo.
Hola. Yo estoy empezando en la traducción y me ha servido mucho hacer una traducción inicial sin detenerme a usar ninguna herramienta. Si hay palabras o frases que no sé, las pongo tal cual (lengua origen). Eso ha hecho que mis traducciones salgan más rápido porque el proceso siguiente es «pulir». Resaltar tecnicismos también me ha ayudado bastante. Lo de dejar reposar la traducción es algo que hacía desde que me dedicaba solo a revisión de estilo en español. En cada revisión vas a querer cambiar cositas y esto mejorará la calidad de tu trabajo. Por eso es tan necesario empezar cuanto antes y no dejar tu trabajo para lo último.
Lo sé, eso no puede hacerse con encargos urgentes; por eso dejo claro que no trabajo los fines de semana; para dedicarlos a perfeccionar los trabajos.
¡Saludos!
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¡Ya veo que me queda mucho por leer, aprender y aplicar! La traducción es un largo e interesante camino por el que caminar.
Buenos consejos, pero tengo una pregunta, actualmente me encuentro en segundo año de traducción y por primera vez he tomado la iniciativa de traducir un texto por mi cuenta, solo por satisfacción propio y lo que quiero saber es, ¿qué tan bueno es este ejercicio teniendo en cuenta que al termina no sabré si de verdad lo hice bien? Esta duda es la única que me impide continuar.
Espero una pronta respuesta.
Hola, Juan Pablo:
El ejercicio es eficaz si luego hay alguien que le eche un vistazo. Muchas veces no nos vemos los fallos, claro, pero otra persona sí, aunque no sea un corrector experto. La clave está (en mi humilde opinión) en traducir analizándolo todo bien y luego pedir una segunda opinión. De todo se aprende 🙂
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super bueno e interesante
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buenos días, me dedico a a traducir documento legales es difícil pero poco a poco vas aprendiendo,
Muchísimas gracias por la información compartida, ha sido de mucha ayuda. Y sí, al momento de leer y practicar uno adquiere mayor conocimiento y confianza en sí mismo.
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