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En la luna de Babel

~ Blog sobre lenguas y traducción

En la luna de Babel

Archivos de etiqueta: eufemismos

Sexo oral y escrito: argot, eufemismos y etimología

15 martes Jul 2014

Posted by enlalunadebabel in Etimología, Lengua española

≈ 30 comentarios

Etiquetas

argot sexual, disfemismos, etimología, eufemismos, lenguaje sexual, palabrotas, sexo, sinónimos, tabú

Cuando hablamos de tabús casi lo primero que nos viene a la cabeza es el sexo. Puede que en ningún otro campo haya tanta jerga y tantos eufemismos como en el sexo y el erotismo; tantas maneras de nombrar lo innombrable.

Es muy difícil pensar en el lenguaje sexual sin ser consciente de todas las implicaciones que existen, incluso a nivel personal. Por ejemplo, si una persona usa muy pocas palabras sexuales o las evita directamente se le tilda de puritano o mojigato, pero si las emplea en exceso es alguien malhablado, obsceno, indecente, etc. Como afirma José Santaemilia, el sexo es quizá el discurso que más nos construye como seres ideológicos.

Ya habíamos hablado en este blog de cómo maquillamos la realidad con los eufemismos en castellano y cómo edulcoramos las cosas en inglés. Habíamos tratado las cuestiones políticas, económicas y hasta las más cotidianas. Ya era hora de abordar los eufemismos en el lenguaje sexual. Y como no solo de eufemismos y sinónimos vive el hombre, veremos también la etimología de algunos de los términos sexuales más comunes. Nunca te acostarás sin saber algo más.

A vueltas con la Biblia

Si el lenguaje sexual es delicado de por sí en nuestro día a día, aún más en la Biblia, el texto sagrado por excelencia (y ya sabéis que sexo y religión no maridan bien). Hay varias anécdotas al respecto, pero hay dos que me llaman la atención en cuanto a tabús y eufemismos.

Tom Cutler (a través del traductor Jofre Homedes) explica en Azotes y caricias (2013) que el Antiguo Testamento está repleto de alusiones sexuales en general, empezando por una de sus prohibiciones más famosas, «No cometerás adulterio» (el séptimo mandamiento). Por desgracia para un impresor de la Biblia, en 1631 el error de un cajista provocó la omisión de la palabra «no», con lo que la frase pasó a ser «Cometerás adulterio». El impresor fue multado y tuvo que reducir los libros a pulpa. En 2010 se puso a la venta por 89 500 dólares uno de los pocos ejemplares restantes de lo que muchos llaman la Biblia viciosa.

Eso le pasó a un cajista y fue un error, pero se ve que a los traductores de la Biblia algunas cosas les daban cierto apuro y encontramos uno de los primeros eufemismos. En el Génesis 47, 29 se dice: «Cuando los días de Israel tocaron a su fin, llamó a su hijo José y le dijo “Si he hallado gracia a tus ojos, pon tu mano debajo de mi muslo y hazme ese favor y lealtad; no me sepultes en Egipto”».

Los traductores lo habían suavizado un poco al convertir «pene» en «muslo». En esa época existía la idea de que si alguien hacía un juramento solemne y daba falso testimonio, sus testículos corrían peligro. De hecho, aquí se podría establecer una relación más: «testamento» y «testificar», que parecen compartir raíz con «testículo». Sin embargo, en delcastellano comentan que, en realidad, la raíz es la de tres y la de stare: el testigo es la tercera persona que hay en una situación delicada.

Al final, a la Biblia tendrán que ponerle unos adhesivos como se está empezando a hacer en el caso de las novelas eróticas.

¿Advertencia o estrategia publicitaria? Tal vez lo segundo.

¿Advertencia o estrategia publicitaria? Apostaría por lo segundo.

Argot sexual, eufemismos y disfemismos

Que las palabras son poderosas no es algo que lingüistas, traductores y demás amantes de lo escrito nos saquemos de la manga para justificar nuestras pulsiones (que también). El cerebro procesa las palabrotas —incluidas las sexuales— en las zonas más primitivas, las que gestionan las emociones y el instinto. De ahí viene el automatismo de soltarlas cuando te das un golpe en el dedo con la pata de una mesa, por ejemplo. La parte del cerebro en la que residen estas palabras es el hipotálamo.

Las palabrotas sexuales poseen un gran componente emocional; todo indica que estas «guarrerías» van ligadas al deseo y pueden tener un efecto estimulante en la pareja. Unos estudios han descubierto que esas palabras tan directas se graban más en la memoria que otras que no son sexuales ni emocionales, y provocan un efecto físico no solo en quien las oye, sino en quien las dice.

No obstante, las palabras que conforman el argot sexual están mucho más connotadas y, en muchos casos, son más graciosas que sus equivalentes más explícitos. Parece que no solo hay abundancia de eufemismos (grosso modo, palabras que embellecen el referente), sino también de disfemismos (palabras que las afean, como cuando llamamos «matasanos» a un médico o «loquero» a un psicólogo), pero esto lo veremos a continuación.

Eufemismos

El lenguaje tabú

Francisco Sánchez Benedito en su artículo «Eufemismo y fraseología sexual en inglés» (en The Language of Sex: Saying and Not Saying) nos explica de maravilla qué es y cómo funciona el lenguaje tabú y los eufemismos. Nos dice que en casi todas las lenguas hay palabras obscenas que se consideran indecentes y ofensivas para la moralidad sexual aceptada. En inglés, estas obscenidades también se llaman four-letter words, porque la mayoría tienen cuatro letras: to fuck, to come, to blow, to wank, cunt, cock, etc.

Aunque el rechazo social es evidente, el lenguaje tabú cumple unas funciones sociales muy definidas:

  1. Ahuyentar los males, como en el caso de los gritos obscenos del populacho romano a los generales triunfadores. Aunque hoy está en desuso, aún oímos expresiones como «¡Qué bien juega, el hijo de puta!».
  2. Expresar una agresión, humillación o insulto: son of a bitch, fucking bastard, silly bitch, asshole, motherfucker, etc.
  3. Expresar humor, que a menudo esconde el deseo de provocar o insultar  un determinado colectivo.
  4. Expresar excitación, como en el caso del lenguaje obsceno empleado por los amantes en el acto sexual.

Claro que, como explica Sánchez Benedito, a veces el término se desgasta tanto que termina por quedar vacío de significado, como ocurre con fucking. Para traducir estos términos habrá que tener en cuenta todo esto. Para un ‘Where’s the fucking paper?’ no hace falta un «joder» o el recurrente «puto», basta con un «¿Dónde está el dichoso papel» si se quiere o bien cambiarlo de sitio, por ejemplo, con un «¿Dónde leches está el papel?». Tampoco ahondaré en esto, puesto que ya lo abordé en un artículo sobre el lenguaje soez.

Como las obscenidades básicas no son socialmente aceptables, se buscan otras palabras que no hieran los oídos de las personas decentes, los eufemismos: decir «miembro» (the male member) en lugar de «pene» o «polla» (cock, prick, dick) o «acostarse» (to sleep with) en lugar de «follar» (to fuck).

El disfemismo también oculta la obscenidad, pero resalta los aspectos más grotescos o humorísticos de la palabra tabú, como cuando decimos «estar con el tomate» en lugar de decir que nos ha bajado la regla (en inglés, to have the painters in).

Lo curioso de todo es que, probablemente, muchas obscenidades nacieron como eufemismos: cock, usado ya por Shakespeare, procede del nombre dado al grifo de un barril en forma de cuello de gallo, de modo que tal vez empezó a usarse de forma eufemística en el siglo XVII.

Puede que hasta to fuck (cuya etimología se desconoce y se usa desde el siglo XVI) naciera como eufemismo, ya que podría estar relacionado con el latín pungere («pinchar») o con el francés foutre (del latín futuere) y el alemán ficken, con el significado primario de «golpear» y el secundario de «copular».

a) El acto sexual

Entremos ya en materia. Pongamos por ejemplo el acto sexual en toda su variedad: se llama «apareamiento» en zoología, «cópula» o «coito» entre los científicos, «acostarse» en registro informal, «relaciones íntimas» en los tribunales y en el bar encontramos todo un sinfín de términos, como «joder», «follar», «tirarse a alguien», «echar un polvo», «chingar», etc.

Y las etimologías son diversas también. Caso curioso es el de «follar», documentado desde 1732 con el significado de «soltar con fuelle»; en 1800 pasó a significar «soltar una ventosidad» y a partir de principios del siglo XX ya se documenta como «practicar el coito». Puede ser un simple doblete de «hollar» («pisar», como se hace con las uvas para obtener vino. En catalán existe el término coloquial «pitjar» en el mismo sentido que el castellano actual). Por su lado, Coromines, eminencia en etimología, dice que «hollar» viene de fullare.

Bebida espirituosa de nombre chocante para los españoles. El nombre se debe al apellido del dueño.

Bebida espirituosa de nombre chocante para los españoles. El nombre se debe al apellido del dueño.

La otra posibilidad es que «follar» venga de, o al menos esté relacionada con «folgar», que equivale a «gozar», como puede leerse en este párrafo de «La Celestina»: «…o me fingiré loco, por mejor gozar deste sabroso deleyte de mis amores, como hizo aquel gran capitán Ulixes por evitar la batalla troyana y holgar con Penélope su mujer».

En cualquier caso, está muy presente en nuestro idioma, junto con muchos otros vocablos y expresiones:

Abrir la almeja Azucarar el churro Beneficiarse
Cabalgar Calzarse Cepillarse
Dar candela Darle al tema Echar un casquete
Echar un polvo Encamisar el cilindro Endiñar
Ensartar Galopar Hacer el meteysaca
Jincar Llevar al huerto Meterla en caliente
Mojar el churro Montárselo Ñaca ñaca
Pasar por la piedra Plantar el nabo Poner mirando a Cuenca
Pulir la cacerola Regar la lechuga Remover el puchero
Revolcarse Romper muelles Sacar las telarañas
Taladrar Vaciar el cargador Zumbarse

Con respecto a los tabús y eufemismos, igual que cuando se habla de terminología general, es importante tener en cuenta de qué país estamos hablando. En Latinoamérica se usan con sentido sexual palabras que aquí carecen de esa connotación («coger», «tirar», «bicho», «concha», etc.). Un ejemplo gracioso es que en México suelen llamar «blanquillos» a los huevos (de gallina) para evitar la confusión con los masculinos.

b) El pene

Seguimos con el pene, del que se conocen más de cien términos latinos como vomer (arado) o penis, que significa «cola». Curiosamente, la cabeza de este órgano se llama «glande», del latín glans, «bellota». Todo está relacionado.

En cuanto a «polla», bueno, se dice que el pene y los testículos parecen un ave (los testículos serían las alas). Entre los romanos era frecuente este tipo de representación y en La interpretación de los sueños de Freud también se habla del tema. Solo basta con comparar con el vocablo inglés cock o el eufemismo en castellano, «el pajarito», y el catalán, «el pardal» (gorrión).

Como expresión, a «pollas en vinagre» se le atribuyen 2 orígenes: puede venir de la especialidad castellana de escabechar las pollas de agua (una especie de aves zancudas) y de la costumbre romana de conservar en vinagre los brotes frescos de los espárragos (pullus en latín), según nos cuenta Héloïse Guerrier en Con dos huevos.

Ilustración de David Sánchez para la expresión en el libro «Con dos huevos».

Ilustración de David Sánchez para la expresión en el libro «Con dos huevos».

Digresión etimológica aparte, la mayoría de los términos usados para designar las partes masculinas son más duros que las femeninas. Muchas veces toman nombres de armas y herramientas; el léxico es más activo.

Anguila Asunto Badajo
Banana Bandurria Bicho
Boa Brocha Butifarra
Canario Carne en barra Chorizo
Chupachups Churra Cigala
Cimbrel Cipote Ciruelo
Cola Flauta Freno de mano
Mango Manguera Mástil
Matraca Micrófono Minga
Monstruo de un solo ojo Morcilla Músculo del amor
Nardo Pajarito Picha
Pija Pirula Pistola
Pito Polla Porra
Salchichón Sardina Señor venas
Tercera pierna Termómetro vaginal Trabuco
Trípode Trompa Tronco
Vara Verga Zambomba

c) La vagina

Cuando decimos que alguien sabe latín es por algo. En cuanto a la vagina, una vez más, encontramos que tiene raíces latinas y su significado es «vaina». Lo mismo sucede con su exterior, que tiene el mismo nombre que en latín, «vulva». Y «coño» viene de cunnus, latín otra vez.

Sin embargo, cuidado con la expresión «Dar el coñazo», porque no viene del órgano genital; deriva del latín conatus («esfuerzo», «empeño» y de ahí, «conato» también).

Ilustración de David Sánchez para la expresión en el libro «Con dos huevos».

Ilustración de David Sánchez para la expresión en el libro «Con dos huevos».

Si en el caso masculino veíamos que abundaban las expresiones bélicas, en esta ocasión encontramos flores, moluscos y muchas palabras que empiezan por «c»:

Abrefácil Almeja Baticueva
Bollo Breva Castaña
Chichi Chirla Chirri
Chocho Chumino Concha
Conejo Coño Cosa
Cueva Estuche Felpudo
Hachazo Higo Hoyo
Hucha Jaula Marisco
Mejillón Panocha Papa
Papaya Partes pudendas Pepe
Potorro Sacapuntas Seta
Sonrisa vertical Tajo Toto

d) Los pechos

La palabra «pecho» procede del latín pectus, de ahí también «pectoral». Con «busto» empiezan las rarezas puesto que proviene del latín bustum que designaba la hoguera, el lugar donde se incineraban los muertos, y la tumba, el monumento funerario. Bustum deriva del verbo burere y urere (quemar). A su vez, los monumentos funerarios solían tener como adorno un busto del difunto. Curioso, ¿verdad?

Los equivalentes en argot, ya sean eufemismos o disfemismos, son variadísimos aunque, una vez más, muchos usan referentes alimenticios.

Airbags Albaricoques Aldabas
Almohadas Amigas Balones
Berzas Bolas Bongos
Brevas Bufas Calabazas
Cántaros Carretas Cocos
Delantera Domingas Flanes
Gemelas Globos Mamas
Mamellas Manolas Melocotones
Melones Misiles Mostrador
Niñas Pechugas Peras
Perolas Piñas Ramonas
Salvavidas Sandías Sobrinas
Tetamen Tetas Ubres

e) Otras etimologías

Cuenta Tom Cutler que «orgasmo», la petite mort en francés (¡qué savoir faire tienen siempre!), como palabra tiene origen en el siglo V a.C. y aparece en un texto de Hipócrates, aunque es muy poco probable que se refiriera a lo mismo que ahora. La palabra deriva del griego orgasmos, de organ, que viene a ser el ardor animal, la excitación, cólera. Para referirse a cólera se reintrodujo en las lenguas modernas allá por el siglo XVII.

«Mastrubación» viene del latín masturbatio, que a su vez podría proceder de manus («mano») y turba («alteración», «excitación»), pero también de manus stuprare («violar con la mano») o manus turbare («excitar con la mano»).

Siguiendo con el latín, encontramos «cunnilingus», que viene de cunnus («vulva») y de lingere («lamer»). También tiene ascendencia latina «felación», que procede de fellare, literalmente «chupar».

Baile de nacionalidades

El carácter humorístico de los disfemismos y los términos tabú en general se observa sobre todo en lo que llamamos «calumnias étnicas» (ethnic slurs) que, según Sánchez Benedito, son disfemismos usados como chiste a expensas de otras nacionalidades, como a French (un francés), a Greek (un griego), basados en la supuesta predilección de los franceses por el sexo oral y los griegos por el anal.

En inglés también se observa en Irish toothache (dolor de muelas irlandés) al hablar de una erección o Irish wedding (boda irlandesa) para referirse a la masturbación, ambos basados en la negativa de los católicos irlandeses a usar métodos anticonceptivos por escrúpulos religiosos.

Un ejemplo curioso es el del tit fuck o titty fuck inglés, que en castellano llamamos «una cubana». Resulta que para Portugal, Italia, Francia, Polonia, Alemania, Austria, Suiza y Grecia, el gusto es nuestro y a esa práctica la llaman «una española». En Argentina, por otro lado, es «una turca». Y dentro del mismo inglés hay divergencias, en la variante norteamericana se le llama Dutch fuck («una holandesa») mientras que en la británica es French fuck, con lo que hay que llevar cuidado porque, en castellano, «un francés» es sexo oral.

Como último ejemplo encontramos la sífilis. El nombre «sífilis» fue creado por el poeta y cirujano veronés Girolamo Fracastoro en su poema épico latino Sýphilis sive morbus gállicus en 1530. El protagonista de la obra es un pastor llamado Sífilo. Sífilo y sus amigos desafiaron al dios griego Apolo, por lo que este los castigó con la enfermedad.

Según la Wikipedia, «las distintas denominaciones asumidas entre los siglos XV-XVI demuestran de manera inequívoca la vasta extensión de la enfermedad y el deseo de echar la culpa a los países vecinos». Así pues, en Italia se conocía como «sarna española»; en España fue «morbus gallicus» («mal francés») o «morbo gálico»; en Portugal se le llamó «mal español», igual que en los Países Bajos; en Rusia era la «enfermedad polaca»; en Turquía, la «enfermedad cristiana» y en Tahití, la «enfermedad británica».

Sea como sea, aunque la tolerancia social hacia los términos y frases de carácter sexual sea mayor actualmente, aún se observa cierto afán por evitar referirse a los órganos y actos sexuales con términos claros y directos. Seguimos echando mano a eufemismos y disfemismos que cumplen la función social de atenuar el objeto tabú.

Esto es lo que sucede en cuanto a lengua, en el próximo artículo hablaremos de literatura y sociedad: abordaremos la censura de las obras eróticas. Así pues, ¡hasta la próxima!

***

Para saber más:

  • Chamizo Domínguez, Pedro & Francisco Sánchez (2000). Lo que nunca se aprendió en clase: Eufemismos y disfemismos en el lenguaje erótico inglés, Granada: Comares.
  • Chamizo Domínguez, Pedro (2008). Tabú y lenguaje: las palabras vitandas y la censura lingüística.
  • Cutler, Tom; Homedes, Jofre (traductor) (2013). Azotes y caricias. Una historia irreverente del sexo. Barcelona: Random House Mondadori.
  • Guérrier, Héloïse; Sánchez, David (ilustrador) (2014). Con dos huevos. Bilbao: Astiberri.
  • Santaemilia, José (ed.) (2005). The Language of Sex: Saying & Not Saying, Valencia: Universitat de València.

El traductor insolente: traducir el lenguaje soez

10 lunes Dic 2012

Posted by enlalunadebabel in Lengua española, Subtitulación, Traducción

≈ 73 comentarios

Etiquetas

curse, doblaje, eufemismos, fansub, fuck, insulto, mierda, puta, puto, shit, soez, subtitulación, swear words, taco, traducción

Una de las cosas que más cuestan, en literaria y también en audiovisual, es transmitir naturalidad y que el texto no suene a traducción precisamente. Eso pasa por trasvasar correctamente y de una forma creíble los insultos y las expresiones malsonantes, entre otros. Seguro que tenéis muy presentes algunos doblajes y traducciones impresas que abusan de los «maldito/a» y «puto/a» o emplean expresiones que en la vida real no usamos tanto. Hace poco oí incluso un «esto apesta» para traducir un «this sucks» que se podría haber resuelto con mayor naturalidad con un «esto es una mierda» o «vaya mierda de…», por ejemplo. Por no hablar de la gran metedura de pata en el doblaje de St. Elmo, punto de encuentro (1985) y su «el amor chupa» («love sucks«).

 

Y es que parece que el tema de los «tacos» y el lenguaje soez en general no está bien resuelto. Como dice Joan Fontcuberta en su artículo incluido en La traducción para el doblaje y la subtitulación (Duro, 2001): «No se ha estudiado con profundo rigor la función social y comunicativa de los insultos, los tacos y las exclamaciones en general. Los diccionarios ayudan poco o nada en estos casos; suelen dar traducciones neutras que casi nunca coinciden con la intención de quien los profiere o con la situación en que se producen».

Además sabemos que, como con tantas otras cuestiones, todo «depende» en traducción. Un buen trasvase depende del medio social del personaje que dice el taco, de la situación que lo haya provocado a expresarse así (no es lo mismo el miedo que la rabia) y de a quién va dirigido el mensaje. Por ejemplo, el personaje de Travolta en Pulp Fiction no imprecará de la misma forma que el timorato Flanders de Los Simpsons.  ¿Quién diría «¡Me cago en la puta!» y quién «¡Córcholis!»? Sí, son mundos opuestos pero son un buen ejemplo de esto.

Por su parte, Xosé Castro (1997) habla en un artículo de la «alta traición» que hay que cometer a la hora de abordar este tipo de traducciones: «[…] debemos traicionar intencionadamente al texto cuando nos encontramos expresiones vulgares y malsonantes, mucho más variadas en nuestra lengua que en inglés y que, sin embargo, se ven una y otra vez mutiladas por la falta de imaginación de algunos traductores (jodido, jódete, bastardo, etc.). El habla vulgar y la germanía también es muy fértil en castellano y no se le saca todo el partido por miedo a hacer una adaptación demasiado libre del texto original».

A continuación expongo algunos ejemplos reales del doblaje que hice para The Good Guys, una serie policíaca, y de las traducciones para los subtítulos de Sons of Anarchy, en los que abunda el lenguaje malsonante (porque va de unos moteros muy machotes) y de Paranormal Activity 4, con muchas expresiones de este tipo motivadas por el miedo de los personajes. [Tendría que haber hecho una estadística de las veces que los personajes decían «What the fuck!» o «Holy shit!«.]

Lo que aquí encontraréis, por lo tanto, son algunas formas de trasvasar estas expresiones pero no pretendo sentar cátedra ni establecer reglas fijas. Hay mil maneras de traducir las cosas y cada maestrillo tiene su librillo. Y tampoco animo a salpimentarlo todo con estas palabras soeces: hay que tener en cuenta las preferencias y/o exigencias del cliente.

fuckin' sales

En esta tienda de Osaka no se han enterado de que no es necesario ser faltón para vender 

LOS INSULTOS

Todas las lenguas son ricas en este tipo de léxico pero las expresiones no son siempre equivalentes. Por ejemplo, el «cunt» inglés es excesivamente ofensivo (The Oatmeal le ha dedicado un cómic, incluso) mientras que, en español, el «coño» está en boca de todos (no pun intended).

En palabras y expresiones tan enfáticas como estas, lo esencial es transmitir el tono (enfado, sorpresa, miedo, etc.) con lo que muchas veces los términos no coincidirán.

Veamos algunos ejemplos de insultos:

Aquí me pareció más natural utilizar esta expresión en lugar de optar por un simple adjetivo y ser más literal («scumbag» suele ser «basura», «escoria»…). Un cambio parecido al del caso siguiente: «twerp» puede ser «bruto»o «idiota» pero «imbécil» me pareció más fuerte.

Muchas veces, los insultos vienen dados por la apariencia de la persona, ya sea rasgos físicos o por la ropa que lleva:

En este caso la literalidad no me acababa de gustar, por muy simpática que resultara una pajarita, de modo que lo extrapolé un poco para que siguiera teniendo el matiz de algo raro y ridículo.

Esta última expresión, a la vez, es una referencia cultural. Los «munchkin» son unos hombrecitos que aparecen en el libro El maravilloso Mago de Oz, de Lyman Frank Baum.

Muchas veces encontraremos expresiones que no son excesivamente insultantes pero sí despectivas y, por lo tanto, no debemos pasarnos de la raya.

En los casos en los que es posible opto por usar el sufijo despectivo -ucho/-ucha o cambiarlo un poco y añadirle un adjetivo peyorativo.

EXPRESIONES MALSONANTES

En The Good Guys se intentaba reflejar el día a día de una comisaría, la calle, los criminales, y por eso había muchas expresiones malsonantes como indicador de naturalidad.

En los fansub de esta serie se optó por una versión mucho más literal que no encuentro muy acertada para doblaje porque le falta naturalidad, especialmente la respuesta. Me gusta «puñetero/a» pero no en esa construcción.

La idiosincrasia de uno de los personajes de la serie policíaca, Dan, hacía que algunas veces las expresiones no fueran convencionales y tuvieran un toque antiguo o ridículo, como esta:

Volvemos a tener un «damn» pero combinado con el «hot» no tiene mucho sentido o, al menos, no es una combinación que se oiga mucho por EE.UU., por lo que traté de reflejarlo con una expresión que tuviera doble sentido y también tuviera su gracia.

En este fragmento, por ejemplo, el «damn it» está traducido de otra manera porque la situación lo requería. El efecto de este fragmento no debía ser humorístico sino que debía expresar su mal humor. Un «mierda» también hubiera quedado bien.

Aquí no me parecía que hubiera que reproducirlo por una expresión realmente malsonante, de modo que opté por reproducir el sentido y darle el tono que requería el contexto. A diferencia de los fansub, donde sí se tradujo con el recurrente «puto/a».

El siguiente ejemplo me llamó especialmente la atención no porque fuera excesivamente malsonante sino porque debía recogerse con la fuerza que requiere la situación, algo que los fansub no consiguieron por su literalidad:

En este sentido, hay veces que nuestra opción será más fuerte que el original. Pienso, por ejemplo, en el típico «no kidding» que en español queda mejor con un «¡no jodas!», siempre que las circunstancias lo permitan. No olvidemos también el socorrido «no me digas» pero, por favor, nada de «¿bromeas?».

MAQUILLAR LA BLASFEMIA

Algo que me ha parecido curioso siempre es cómo muchas lenguas usan eufemismos a la hora de imprecar para no caer en la blasfemia. Me da la impresión de que en España empleamos bastantes expresiones de tintes religiosos sin tantas cortapisas. No nos ponemos las manos a la cabeza cuando alguien «se caga en Dios» o se exclama con un «Jesús, María y José».

Veamos algunos casos en EE.UU., el Reino Unido o Francia:

1. En los Estados Unidos:

  • gad, gosh, por God
  • gee, gee whiz, jiminy whiskers, jiminy christmas por Jesus Christ
  • criminy por Christ
  • heck por hell
  • darn, dang por damn

2. En el Reino Unido:

  • gadzooks por God’s hooks (los clavos de Cristo)
  • zounds por God’s wounds (las llagas de Cristo)

3. En Francia:

  • sacre bleu por sacre Dieu (Dios santo)
  • morbleu por Mort de Dieu (muerte de Dios)
  • parbleu por par Dieu (por Dios, de forma similar al castellano «pardiez»)

¿Cómo podemos reflejar esto como es debido en una traducción? No sé de ninguna expresión española eufemística para estos casos y está claro que si encontramos una expresión de estas en el texto original es por algo; se ha querido rebajar un poco el tono. Si alguien dice «Gee, that hurts!» lo mejor es evitar el «joder» (descarto hablar de figuras religiosas en este caso) y optar por un «caray», por ejemplo.

LAS MIL Y UNA CARAS DE «SHIT» Y «FUCK»

Para terminar me gustaría recoger algunas de las traducciones más habituales para las siguientes expresiones. Si tenéis alguna sugerencia o comentario acerca de las opciones que aquí propongo, no os cortéis, sed insolentes y dejadme un comentario soez. Y, si os gustan, os podéis descargar la recopilación aquí: La traducción de shit y fucking.

Shit

«Shit» es muy recurrente como expresión pero parece que tendemos a trasvasarla demasiado con «mierda» cuando no siempre corresponde con nuestra indignación escatológica. Fijaos en el siguiente cuadro las muchas (y variadas) maneras que hay de usar el término y entenderéis lo que os decía de lo recurrente de la palabrita:


Como expresión no siempre aparece sola; «holy shit!» es bastante común para expresar sorpresa, principalmente. En español podríamos traducirlo así:

Holy shit! = ¡Joder! / ¡Hostia! / ¡Hostia puta! / ¡Su puta madre! / ¡Me cago en…!

Otros usos y traducciones:

shit! exp. ¡mierda! / ¡joder! / ¡carajo!
shit bricks vi. cagarse de miedo
shit happens id. a veces la mierda te salpica
when the shit hits the fan exp. cuando se arme la gorda…
to beat the shit out of sb exp. darle hostias a algn / dar una paliza (un palizón) / darle de hostias hasta en el carné de identidad
it’s a crock of shit exp. es una gilipollez
to be full of shit exp. no tener ni puñetera idea
to have {or} take a shit exp. cagar
to be in the shit exp. estar bien jodido(s)
tough shit exp. te jodes / ¡mala suerte!
shit-scared adj. cagado / aterrorizado / muerto de miedo
shit-hot adj. Estupendo / que te cagas
shit-hole n. un lugar de mierda, un tugurio…
holy shit! exp. ¡Mierda! / Me cago en (la puta)
no shit?! exp. ¡No (me) jodas!
to have the shits exp. tener el vientre descompuesto
as thick as (pig)shit exp. más burro/bruto que la hostia

Fuck

«Fuck» aka «the F word» es omnipresente en todas sus formas: «fucking«, «fucked«, «fucker«, «motherfucker«, «motherfucking«. ¿Qué sería de películas como Pulp Fiction sin ella? Seguramente duraría la mitad, si llega.

Si os interesan los orígenes y los usos de esta palabra os recomiendo el siguiente vídeo, aunque casi es mejor escucharlo que verlo porque está plagado de faltas de ortografía.

Veamos algunas opciones:

fucking hell!  exp. ¡joder! / ¡coño!
it was fucking awful  exp. fue de puta pena
it’s fucking cold!  exp. ¡hace un frío del carajo! / …que te cagas
that’s no fucking good  exp. no vale una puta mierda
I don’t fucking know! / fuck knows!  exp. ¡no lo sé, coño! / ¡qué coño sé yo!
fuck (it)!  exp. ¡joder! / ¡carajo! / ¡a tomar por el culo!
fuck you!  exp. ¡que te den por culo! / ¡jódete!
fuck off!  exp. ¡vete a tomar por el culo! / ¡vete al carajo! / ¡vete a la chingada!
it’s fuck-all use  exp. no sirve para una mierda
you dumb fuck!  exp. ¡tonto de los cojones!
fuck this car!  exp. ¡este coche de mierda! / puta mierda de coche / ¡este coche del carajo!

Fucking es polifacética y dependiendo de la palabra a la que acompañe (su categoría sintáctica y sus rasgos semánticos) podemos traducirla de tres modos distintos.

1. Con un expletivo tabú colocado al principio o al final de la oración y separado con una coma. Se pueden usar: joder, coño, hostias, pijo, cojones… Es la mejor opción cuando fucking va delante del verbo y también cuando modifica a un adjetivo.

  • We’re here to fucking sell! = ¡Estamos aquí para vender, joder!
  • What is she fucking thinking? = ¿Pero en qué coño está pensando?
  • Don’t fucking touch me! = Que no me toques, hostia.

2. En posición pre-nuclear, traducido como un adjetivo que se coloca antes del núcleo al que modifica. Palabras que pueden usarse: cochino, jodido, puto…

  • Pick up the fucking chalk! = ¡Coge la puta tiza ya!

3. En posición post-nuclear, traducido como un sintagma preposicional colocado después del núcleo al que modifica. Algunas opciones: de mierda, de la hostia, de los cojones.

  • Open the fucking door! = Abre la puerta de los cojones

Muchas veces se pueden usar las tres opciones en una misma frase:

Fucking car! = ¡Joder con el coche! / ¡Puto coche! / ¡Coche de mierda!

Y en otras ocasiones, la expresión puede cambiar bastante:

  • I don’t fucking care = Me importa una mierda / Me suda la polla (más nuestra)
  • This is fucking awesome = ¡Es la hostia! / ¡Es la polla!

Por último, en relación a esta manida palabrita, también encontramos la expresión What the fuck / what the hell!:

¿Qué os parecen estas soluciones? ¿Propondríais alguna más? ¿Hay alguna de estas cosas que no diríais nunca?

Y, próximamente, el insulto en España y todas sus variantes. Daremos un repaso a los insultos propios de cada comunidad autónoma.

***

Para saber más:

  • «Sobre la traducción de las palabras tabú.» Rojo López, Ana María y Valenzuela Manzanares, Javier. Universidad de Murcia.
  • “The 100 most vulgar slang words”: http://onlineslangdictionary.com/lists/most-vulgar-words/
  • “Insults i renecs. Estudi comparatiu anglès-català”. Dentro de: Montserrat Bacardí (ed.), Actes del II Congrés Internacional sobre Traducció. Bellaterra: Servei de Publicacions de la Universitat Autònoma de Barcelona, p. 235-243.http://ddd.uab.cat/pub/llibres/1994/25/coninttra_a1994_3.pdf, p. 235-243.
  • La oralidad fingida: descripción y traducción. Teatro, cómic y medios audiovisuales. Brumme, Jenny (ed.) (2008) : http://books.google.es/books?id=Afq0ttWrRrQC&pg=PA84&dq=corpus+oral&hl=ca&ei=QN8hTpLIEcvwsgb–6iaAg&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=8&sqi=2&ved=0CFEQ6AEwBw#v=onepage&q=corpus%20oral&f=false

Maquillaje lingüístico: los eufemismos

04 lunes Jun 2012

Posted by enlalunadebabel in Lengua española

≈ 19 comentarios

Etiquetas

castellano, español, eufemismos, retórica

La desaceleración económica está ocasionando muchos daños colaterales como ceses temporales de la convivencia al darse situaciones de falta de liquidez en las que no se puede hacer frente a los pagos. ¿Queda bonito, verdad?

Pues, en realidad, que la crisis ocasione muchas víctimas y provoque separaciones y divorcios porque las familias se arruinan y no pueden pagar las facturas, por ejemplo, no tiene nada de bonito. Pero no pasa nada, porque lo malo siempre se puede adornar. De eso se encargan los eufemismos, palabras o expresiones políticamente aceptables o menos ofensivas que sustituyen a otras palabras de mal gusto o tabú, que pueden ofender o sugerir algo no placentero o peyorativo al oyente o al lector.

Los eufemismos se usan mucho en el lenguaje políticamente correcto para evitar posibles ofensas a grupos de individuos. También son comunes en política para camuflar o hacer que suenen más naturales las políticas impopulares, suavizar declaraciones controvertidas, o bien reducir el impacto al comunicar una crisis económica (¿de qué me suena?). De hecho, si este lenguaje se usa tanto en los discursos políticos es por algo. Como dijo el alemán Hannes Mäder: “Todo el que pretenda imponer su dominio al hombre ha de apoderarse de su idioma”. Ya lo he comentado alguna vez en el blog: las palabras pueden ser tan peligrosas como las armas.

Se habla de “daños colaterales” cuando se informa de muertes civiles, de “operación militar” como sinónimo de invasión de una nación, de “escudos humanos” en alusión a mujeres y niños expuestos como objetivo bélico y de “fuego amigo» como el causante de muertes por error en el propio bando. Dolor camuflado con palabras.

Claro que también lo usamos en nuestro día a día. ¿Os acordáis de cómo la Casa Real evitó la palabra “separación” al anunciar el “cese temporal de la convivencia” entre la infanta Elena y su marido?

Sin embargo, está claro que los que oímos más últimamente son los que tienen que ver con la economía y el trabajo, de modo que podemos empezar por ver algunos ejemplos de este tipo:

Hablando de eufemismos en el mundo laboral, siempre me ha apasionado el maquillaje de los cargos. ¡Son la mar de útiles para adornar nuestros currículos! Fijaos en los que proponen en 1de3:

  • Coordinador Oficial de Movimientos Internos (portero)
  • Coordinador Oficial de Movimiento Nocturno (vigilante)
  • Distribuidor Interno de Recursos Humanos (ascensorista)
  • Especialista en Logística de Energía Combustible (butanero)
  • Auxiliar de Servicios de Ingeniería Civil (peón de obra)
  • Subalterno Auxiliar de Servicios de Ingeniería Civil (ayudante de peón de obra)
  • Especialista en Logística de Documentos (mensajero)
  • Especialista Avanzado en Logística de Documentos (mensajero con moto)
  • Técnico de Mercadeo Dirigido (repartidor de volantes en las esquinas)
  • Especialista en Logística de Alimentos (mozo de almacén)
  • Abastecedor Logístico en Ubicaciones de Alta Concentración (vendedor de bocatas en el estadio)
  • Distribuidor de Productos Alternativos de Alta Rotación (vendedor ambulante)
  • Técnico Sanitario de Caminos Públicos (barrendero de calles)

¡Si hasta nos sirve para maquillar nuestras aficiones! Un viciado a los videojuegos y a la consola podría poner que es «Técnico Operador de Dispositivos Lúdico-electrónicos a Jornada Completa». ¿Por qué no?

Y ya no digamos, cuando los cargos se ponen en inglés, que da más caché. Pero esto lo dejo en una imagen, que vale más que mil palabras.

(Hacía tiempo que buscaba una excusa para colgar esta foto. ¡Pobre Paco!)

Pasemos a los eufemismos político. Os propongo los siguientes pero no es una lista exhaustiva. ¿Os acordáis de los famosos «hilillos» de Rajoy al hablar del chapapote que tantas pérdidas provocó en Galicia? En fin, aquí van algunos:

Y, por último, veamos los relacionados con la vida cotidiana y las relaciones humanas, que tampoco se libran del maquillaje lingüístico por cuestión de finura, para suavizar. Va, reconocedlo, seguro que alguna vez los habéis usado.

(Si os han gustado los ejemplos, podéis descargaros un PDF con las listas de eufemismos)

Y, en el próximo post, eufemismos en inglés.

***

Fuentes: el periscopio, el jueves y 1de3.

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