A veces, ser autónomo tiene estas cosas… En ocasiones te encargan trabajos interesantes (traducción de un libro, de los subtítulos de una serie o una película) y, en otras, textos que no lo son tanto (contratos de arrendamiento, instrucciones de cigarrillos electrónicos…).

Dejando a un lado el tema del interés traductológico porque, al fin y al cabo hay que comer, lo que suele suceder es que lo coges todo por el miedo de «¿Y si dejan de encargarme cosas?».

A mí, personalmente, me cuesta horrores decir que no a no ser que realmente vaya muy apurada y me sea imposible… En la Universidad deberían enseñar también estas cosas, aunque fuera en una optativa.

El dibujante Alex Noriega lo expone de una manera muy gráfica en su genial blog Stuff No One Told Me:

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