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En la luna de Babel

~ Blog sobre lenguas y traducción

En la luna de Babel

Archivos de etiqueta: hostelería

La importancia de una buena traducción en el sector turístico y gastronómico

19 viernes Ene 2018

Posted by enlalunadebabel in Traducción

≈ 5 comentarios

Etiquetas

FITUR18, hostelería, localización, sector turístico, traducción gastronómica, turismo, web Ayuntamiento de Santander

Escrito por Rosa Llopis

En los últimos días, en el sector de la traducción hemos vivido un gran revuelo a causa de la nueva web que ha publicado la concejalía de Turismo de Santander coincidiendo con FITUR. Lo anunciaron en Twitter llenos de orgullo, destacando que se tradujo a siete idiomas y deseando que todo el mundo quedara tan satisfecho como ellos. Los comentarios no se hicieron esperar, aunque es de suponer que no los que ellos esperaban:

«Menuda vergüenza de textos traducidos… ¡No hay por dónde cogerlos en ningún idioma! ¿Habéis usado Google Translate? ¿En serio habéis gastado dinero en esa chapuza, porque no tiene otro nombre?»

«La versión alemana de vuestra web no se entiende y parece un festival del humor […]».

«La lista es inagotable, un disparate tras otro […]».

«La traducción al italiano da lástima… no creo que consigáis muchos turistas […]».

Captura de pantalla de la web con el famoso «Loot Center»

Al revisar los textos traducidos, además de no tener sentido, se aprecia claramente que todos han sido traducidos desde el inglés, que es, a su vez, una mala traducción automática del español.

Esto, para los traductores, por desgracia, no es nuevo, sobre todo para los que trabajamos en traducción especializada en turismo y gastronomía. Es muy habitual encontrar webs con traducciones que son, claramente, fruto de un programa de traducción automática o del trabajo de alguien que sabe inglés, pero no es traductor y no sabe cómo afrontar una tarea así.

Dejando a un lado las burlas, los chistes, las críticas y las quejas que suelen recibir las empresas en estos casos, muchos se preguntan cómo es posible que no se pague a un traductor para traducir el contenido como es debido.

La respuesta a esta pregunta es muy sencilla: porque no se tiene en cuenta el trabajo de traducción al elaborar el presupuesto ni al calcular los plazos. Se entiende como algo fácil que cualquiera puede hacer en un momento. Así que se calcula cuánto costará el inmueble donde abrir el restaurante, hotel o negocio en cuestión, el mobiliario, la maquinaria, la web (dominio, diseño, fotografías…) y, sí, es posible que se piense en la traducción, pero suele ser algo que se piensa resolver sobre la marcha. «Ya lo haremos… ya lo iremos viendo».

¿Qué sucede cuando el negocio ya está listo y la web finalizada? Pues que se quiere abrir y publicar al momento, porque ya está «todo listo». Entonces, es cuando se piensa en la traducción y se pide un presupuesto. «¡Carísimo! ¿Cómo es posible?», se pregunta el empresario. En realidad, no lo es, pero al empresario se lo parece por estas tres razones:

  1. De entrada, en el presupuesto de la empresa no hay una partida asignada al trabajo de traducción; por lo tanto, si no hay dinero, va a parecer caro, cueste lo que cueste.
  2. La traducción gastronómica y turística, al contrario de lo que creen algunos ajenos al sector, es muy compleja, requiere que el traductor tenga conocimientos muy especializados, conozca muy bien ambas culturas y por eso escasean los profesionales especializados. En resumen: es una especialización elaborada y costosa.
  3. Los encargos, como decía antes, suelen llegar a última hora y con plazos de entrega ajustados o muy difíciles de cumplir. Son los recargos por urgencia los que encarecen el precio final.

El empresario, airado, lo rechaza y busca opciones más baratas: pedir que lo traduzca un conocido o empleado que habla inglés o recurre a un traductor automático gratuito de los que pueden encontrarse en internet.

Sin embargo, como ya he indicado, se trata de textos que requieren de una gran especialización: hay falta de equivalencias, falsos amigos, neologismos, culturemas, lenguaje especializado, interpretaciones personales del empresario o del chef y otros muchos factores que convierten este tipo de traducción en un trabajo laborioso y complejo. Si esto es así para un traductor con experiencia y especializado, ¿cómo podemos esperar que una máquina o alguien lego en la materia pueda hacerlo medianamente bien?

Y no, no lo hacen bien. Al final, se obtiene una traducción literal, sin sentido en el otro idioma, calcos, falsos amigos y conceptos substituidos por otros que más o menos se parecen, pero no son intercambiables. Con suerte, el cliente extranjero puede que se ría al leer el contenido que tiene ante sus ojos.

Sin embargo, el resultado es que se transmite al cliente una sensación de dejadez, de hacer las cosas de cualquier manera, y esto causa rechazo, desconfianza, quejas y reclamaciones. El empresario pone en peligro la imagen de su producto, servicio o negocio.

Si no se remedia y la mala imagen persiste en el tiempo, acabará afectando al prestigio y al nivel de ingreso del negocio. Un coste muy alto para muchas empresas que, por no haber previsto en el presupuesto el trabajo y tiempo de un traductor especializado, ven cómo esa mala traducción afecta al resto de la inversión.

Que una mala traducción no afecte a tu negocio: contrata profesionales

Pero el presupuesto y los plazos no son el único problema. Muchas empresas del sector, al estar centradas en el turismo, quieren sus páginas traducidas a muchos idiomas: ¡cuantos más, mejor! No obstante, si la traducción a un idioma ya parece cara al cliente desinformado, ¡traducir a seis o siete idiomas, más aún! Si alguno de ellos es uno de esos idiomas que consideramos «exótico», le podría parecer exorbitante.

De nuevo, para cubrir tanto idioma al menor coste posible se hace uso de traductores automáticos (sobre todo con los idiomas exóticos). «Total, con que se entienda…». Sin embargo, no es tan sencillo. No solo se tienen que entender las palabras, ni basta con que gramaticalmente el texto sea correcto (algo en lo que fallan estrepitosamente los traductores automáticos). No. Tiene que tener sentido y tiene que trasladar y adaptar conceptos propios de una cultura a la otra, e incluso introducir explicaciones y conceptos que no están en el texto original y son necesarios para la comprensión del lector foráneo.

En inglés, historical se entiende; helmet (‘casco para proteger la cabeza’), también. Si juntas ambas palabras, no tienen sentido, y menos aún si se pretende que un angloparlante entienda historical helmet como ‘casco antiguo/histórico’ de una ciudad (Old Town, en inglés).

En estos casos es más recomendable no querer abarcar demasiado y publicar una web bien traducida a uno o dos idiomas, si el presupuesto no da para más, en lugar de una web traducida a muchos idiomas, pero mal. Además, las traducciones que ahora no se puedan hacer por falta de presupuesto o tiempo se pueden dejar para más adelante. Es más, lo aconsejable en turismo y gastronomía es traducir al principio solo al inglés y, en el futuro, dependiendo del volumen de clientes por nacionalidad, traducir a sus correspondientes idiomas.

Por último, otro problema que se comete a menudo al trabajar con traductores: muchas empresas delegan la traducción en lugar de trabajar en equipo con el traductor. La idea de cooperar con el traductor puede parecer un poco absurdo, pero no lo es. A menudo hay conceptos (platos, por ejemplo) que varían según quién los prepare, o son interpretaciones propias del empresario o del chef, o no existen en la cultura de llegada.

Por poner un ejemplo muy simple relacionado con la gastronomía: no es lo mismo que el salmón se sirva acompañado de espinacas (un producto al lado del otro) que sobre un lecho de espinacas (el salmón está encima de las espinacas, los jugos de ambos productos se mezclan y el sabor final cambia). Sin una foto o una descripción es posible que la traducción no transmita al 100 % lo que se presenta en el plato. Por no hablar de las traducciones horrorosas en las que poco se corresponde con la realidad.

Ahora, imaginemos este problema con platos más complejos o que no existen en el otro idioma. La complejidad es aún mayor. Por eso, no es recomendable que el traductor trabaje sin ningún tipo de documentación gráfica, descripción o acceso a alguien para resolver dudas.

No podemos traducir bien lo que no vemos; en el caso de la gastronomía es esencial

Seguro que a estas alturas del texto muchos se preguntarán cuál es entonces la mejor forma de trabajar con un traductor. De nuevo, la respuesta es bien sencilla: cooperando desde el primer momento. Al elaborar un presupuesto y planificar un nuevo negocio, es bueno reunirse con el traductor, explicarle en qué consiste el proyecto, qué tipo de textos se van a publicar, qué estilo se desea y, si fuera posible, aportar muestras. De este modo, el traductor puede ofrecer una orientación del precio y de lo que se tardaría más o menos en tenerlo todo listo (siempre a confirmar una vez se tiene el material definitivo).

A medida que se avanza en el negocio (se hacen obras en el local, se contrata el personal, se negocia con proveedores…) se puede aprovechar para avanzar también en el trabajo de traducción: acordar normas de estilo, idiomas a los que traducir, formar un equipo de traductores, hacer pruebas o elaborar un glosario.

Una vez llega la fase de traducción, además del texto, lo ideal sería aportar toda la documentación posible (fotos, descripciones, referencias, etc.) y acceso a alguien de la empresa que pueda aclarar dudas o confirmar conceptos al traductor.

Por último, una vez se ha traducido todo el contenido, es aconsejable hacer una revisión conjunta que servirá para acabar de definir detalles y para asegurarse de que todo funciona correctamente.

El trabajo en equipo es lo mejor para traducir este tipo de textos

No olvidemos que las empresas del sector turístico y gastronómico renuevan sus contenidos constantemente; esta forma de trabajar, aunque parece una locura, en realidad es la más beneficiosa para ambas partes. Al principio supone mucho trabajo, sobre todo para el traductor, que dedica mucho tiempo a reuniones, llamadas y tareas previas; pero una vez pasan las primeras traducciones, el trabajo se vuelve fluido y la calidad de los contenidos es infinitamente mejor, lo que beneficia enormemente a la imagen del negocio.

A priori, a aquellos empresarios que no entienden la traducción como una inversión, esta forma de trabajar puede parecerles cara y laboriosa, pero, como ya hemos visto, una mala traducción puede salir mucho más cara y afectar negativamente a todo lo labrado hasta el momento. Sin embargo, trabajar con un profesional desde el principio es una apuesta segura para el negocio y su imagen final, y eso, a largo plazo, no tiene precio.

***

Rosa Llopis es traductora e intérprete especializada en gastronomía, prensa y turismo. Además, ha sido intérprete en Le Cordon Bleu. Podéis seguirla también en twitter.

Fuentes:

  • El Centro Botín, convertido en «Centro de Saqueo» en la nueva web de turismo de Santander, traducida con Google
  • Entrevista en Onda Cero sobre la polémica
  • Tuit de Turismo Santander donde aparecen los comentarios citados: https://twitter.com/TurismoSDR/status/951449025118687232
  • Hilo de Rosa en el que se basa este escrito: https://twitter.com/rosallopis_/status/953227302967693312
  • Hilo en el que se aclara el truquito de la «revisión a cargo de profesionales»: https://twitter.com/rosallopis_/status/953572380579950592

Aquí no hay quien coma

08 lunes Jul 2013

Posted by enlalunadebabel in Errores, Lengua española, Traducción

≈ 28 comentarios

Etiquetas

carta, error de traducción, glosario cocina, glosario culinario, hostelería, menú, restauración, restaurante, traducción culinaria, traducción para la hostelería, traducir cartas de restaurante

Hemos quedado con unos amigos para comer en un sitio al que no hemos ido nunca. Llegamos al restaurante en cuestión, un mesón castizo de nombre tipo Casa Paco (estaréis conmigo en que podría ser peor un Paco’s). Nos sentamos y nos traen las cartas. La abro y ahí está, en un lateral, la traducción al inglés. Se masca la tragedia. Y ya puedo ir masticando bien porque se me está indigestando y eso que Paco aún no nos ha traído nada para comer.

Vale, reconozco que no se puede ir con un traductor a comer o a cenar por ahí porque somos algo tiquismiquis, pero hay errores que claman al cielo. Un error ortográfico me irrita pero, bueno, tiene un pase. Ahora bien, un «I collide to the iron» para unos chocos a la plancha… por ahí no paso.

El origen de la mayoría de estos errores es la excesiva literalidad y la elección del término equivocado ante una palabra polisémica. El caso de «I collide» está claro: han tecleado «choco» y se ha escogido la primera persona del presente del verbo chocar. Pero, en serio, si lo quiere hacer el mismo Paco, por poco que busque verá que «choco» es «cuttlefish«.

Resultado de la búsqueda en wordreference

Resultado de la búsqueda en wordreference

Veamos algunas de estas joyitas:

Sin desperdicio ninguno. Impagable el "fish shaves" (rape), que supongo que han tomado del verbo «rapar» y de ahí han hecho su versión
Sin desperdicio ninguno. Impagable el «fish shaves» (rape), que supongo que han tomado del verbo «rapar» y de ahí han hecho su versión
Bread of you happen (pan de pasas), You toast (tostas) o You live (habitas). Y el más difícil todavía: Filetitos of sirloin of veano accompagnées des pommes de terres fritas. ¡Ahí va eso!
Bread of you happen (pan de pasas), You toast (tostas) o You live (habitas). Y el más difícil todavía: Filetitos of sirloin of veano accompagnées des pommes de terres fritas. ¡Ahí va eso!
De todas las calamidades me quedo con «fino» = "I die"
De todas las calamidades me quedo con «fino» = «I die»
Error por traducir literalmente «habitas» como la segunda persona del verbo «habitar»
Error por traducir literalmente «habitas» como la segunda persona del verbo «habitar»
Cola es tail, claro, pero la de un animal (como el que tradujo esta carta)
Cola es tail, claro, pero la de un animal (como el que tradujo esta carta)
También es curiosa la traducción al español en esta carta de un restaurante italiano. ¿Cómo serán los "pennes enojados"? Visto en: http://cibertrolas.blogspot.com.es/2012/10/pene-enojado.html
También es curiosa la traducción al español en esta carta de un restaurante italiano. ¿Cómo serán los «pennes enojados»? Visto en: http://cibertrolas.blogspot.com.es/2012/10/pene-enojado.html
-¡Camarero! -¿Qué? -¡Una de "sepia to the iron"!
-¡Camarero! -¿Qué? -¡Una de «sepia to the iron»!
"Nice sauce", es decir, ¿que en inglés la salsa es buena pero no lleva pescado?
«Nice sauce», es decir, ¿que en inglés la salsa es buena pero no lleva pescado?
Aquí nos ofrecen una muerte dulce, en lugar de una «mel i mató», una especie de requesón con miel
Aquí nos ofrecen una muerte dulce, en lugar de una «mel i mató», una especie de requesón con miel
Aquí los animales cambian con el idioma. Gallo es un pescado, no solo una ave, que es lo que aparece en el inglés (rooster)
Aquí los animales cambian con el idioma. Gallo es un pescado, no solo una ave, que es lo que aparece en el inglés (rooster)
Otro caso de palabra polisémica. Querrán decir "half", se supone
Otro caso de palabra polisémica. Querrán decir «half», se supone
Rockin' menu
Rockin’ menu
Me suena a proposición indecente. Lenguado es "sole". A saber de dónde han sacado "tool"
Me suena a proposición indecente. Lenguado es «sole». A saber de dónde han sacado «tool»
Un cambio incomprensible. ¿Buscarían «boquetón» y no «boquerón»?
Un cambio incomprensible. ¿Buscarían «boquetón» y no «boquerón»?
Otro caso de error por polisemia que detectó @TraductorJur y publicó en su artículo sobre traducciones literales http://devadiprivero.com/2013/04/02/otra-traduccion-literal-damn-maldicion/
Otro caso de error por polisemia que detectó @TraductorJur y publicó en su artículo sobre traducciones literales http://devadiprivero.com/2013/04/02/otra-traduccion-literal-damn-maldicion/

Y no solo hay cartas jeroglíficas, sino también anuncios, carteles y pizarras:

No entender nada
No entender nada
I sometimes see food
I sometimes see food
"Kitchen" o "chicken", error clásico como "teacher" y "t-shirt"
«Kitchen» o «chicken», error clásico como «teacher» y «t-shirt»
Para estar en la fachada, canta un poco, ¿no?
Para estar en la fachada, canta un poco, ¿no?
El misterioso caso del pollo que iba a la guardería
El misterioso caso del pollo que iba a la guardería
¿"Coffee cut"? Claro que sí, campeón
¿»Coffee cut»? Claro que sí, campeón

La importancia de redactar bien

Algo que nunca entenderé es el poco cuidado que algunos hosteleros ponen a la hora de traducir los rótulos y las cartas de su establecimiento. La calidad no solo está en el gusto de los platos sino que también entra por los ojos.

Como el mismo Paco sabe (o debería saber), el menú de restaurante es mucho más que una simple lista de platos y precios. Es una poderosa herramienta de marketing y ventas que pone en manos de sus clientes y debe redactarse, diseñarse y editarse estratégicamente. Quiere vender sus productos y hacerlo con credibilidad, algo que mengua, a mi parecer, cuando hay errores ortográficos o traducciones de este calibre.

Hace un tiempo vi un restaurante en el que usaban traducciones literales al inglés de expresiones típicas o frases hechas para decorar el local (en el cuadro inferior) que hacían bastante gracia, pero ¿hacen la misma gracia cuando se cuelan en la carta sin pretenderlo?

Recopilación de frases típicas

Recopilación de frases típicas

 Cómo traducir rico, rico y con fundamento

Acabamos de ver algunas de estas grandes meteduras de pata. ¿Y ahora qué hacemos? Para empezar, le recomendaría al señor hostelero que contratara a un buen traductor para que le tradujera la carta y el material promocional como es debido. No es nada caro (no estamos hablando de un proyecto titánico), de modo que no es una cuestión de ahorro y al mismo tiempo le evitamos el sofocón de hacer el ridículo ante el extranjero, que será guiri pero no es tonto.

¿Y cómo abordamos la traducción de algo así? Primero, como cualquier traducción especializada, es básico conocer la terminología. Para mí la dificultad no radica tanto en el nombre de un pescado o de un tipo de carne sino en la forma de cocinarlo. En los casos de, pongamos, unos «callos a la madrileña» o unos «calamares a la andaluza» es primordial entender qué ingredientes lleva y cómo se cocina. Si no, nos pasa como al que tradujo «rape a la marinera» como «rape sailor’s style«. Feo y denunciable.

No podemos dejar tampoco un «Madrid style» o «Andalusian style» si no explicamos, aunque sea entre paréntesis, en qué consiste. A un turista, todo esto le sonará a chino. Es más, si el camarero no tiene ni idea de inglés, ¿cómo le va a explicar qué lleva el plato? ¿No es mejor evitarlo con una buena traducción de partida?

Si no se le puede preguntar al dueño directamente, se pueden buscar recetas por Internet o acudir a la web de Arecetas, que incluye un glosario gastronómico, un glosario de alimentos, de vino y términos relacionados, etc.

Aprovechando el ejemplo de antes, ¿cómo traduciríamos «a la marinera»? Veamos en qué consiste: «Forma de sazonar y preparar los mejillones y otros moluscos, con vino blanco seco aromatizado con hierbas y especias. También se aplica a pescados guisados en vino blanco o guarnecidos con mejillones». Cuidado porque no en todos los sitios lo cocinan igual ni lleva exactamente lo mismo. Una forma clásica, por ejemplo, sería «monkfish (o angler fish) with prawns, mussels and onions in wine sauce» o «in a seafood sauce«, sin entrar en detalles.

En relación a cómo se prepara cada plato, también es complicado trasvasar los productos típicos a otro idioma. Es importante seguir una estrategia concreta: si queremos, podemos dejar el nombre original y entre paréntesis qué es o bien expresar el producto directamente en el otro idioma. Yo optaría, y es mi humilde opinión, por lo primero. Igual que el término «paella» ya está asentado, ¿por qué no dejar el toque español en la carta en los casos en los que no existe una traducción porque el término es muy específico? Por ejemplo, pienso en:

  • mojo: spiced olive oil dressing o relish.
  • papas arrugadas: Canarian wrinkly potatoes, parecidas a las «jacket potatoes». pero con sal.
  • pimientos del Padrón: Padrón bell peppers. El camarero deberá especificar en este caso (más que la carta) lo divertido de pedirlos, toda una ruleta rusa culinaria.
  • pimientos del Piquillo: Piquillo peppers, red peppers charred over wood charcoal, peeled and marinated in olive oil with herbs.
  • mel i mató: cottage cheese with honey. Y no «honey and killed» como hemos visto en una de las fotografías anteriores.

Veamos ahora partes de una carta real con algunas de estas cuestiones:

Han dejado el término en castellano y una traducción en inglés. ¿Bastaría para saber cómo son? ¿Deberíamos dar más información?

Además de que no hay consenso con las comillas, ¿un extranjero sabría qué es el mojo? A mí, «mojo» en inglés me recuerda las películas de Austin Powers.

¿Qué os parecen estas aclaraciones? Dejan plátano en castellano y luego lo traducen pero no especifican qué es exactamente eso de Príncipe Alberto. El chocolate abarca demasiado, ¿no?

¿Qué os parecen estas aclaraciones? Dejan plátano en castellano y luego lo traducen pero no especifican qué es exactamente eso de Príncipe Alberto. El chocolate abarca demasiado, ¿no?

Otro aspecto curioso relacionado con la forma de cocinar un alimento es el cambio de nombre de éste dependiendo de la forma en que se presente. ¿Un ejemplo? La anchoa, el boquerón y el bocarte son el mismo pescado: Engraulis encrasicholus. En este caso, y aunque también existen diferencias según la zona, le llamamos «anchoa» al producto fresco o en conserva con aceite y sal; «boquerón» a la anchoa en vinagre y «bocarte» al pescado frito, ligeramente enharinado y acompañado, algunas veces, de un torrezno de jamón.

También es algo complicado nombrar los distintos cortes de la carne o el pescado. Si alguna vez no sabéis como expresarlo en inglés (de hecho, a mí ya me cuesta en castellano), no os perdáis estos carteles con los cortes de la ternera y del cerdo, y estas imágenes con las partes del atún en castellano y en inglés.

Por último, si necesitáis echarle un ojo a glosarios bilingües, tomad nota de este glosario con términos de uso común en la cocina de la web Delicioso o podéis descargar este pdf de Babel linguistics: Glosario gastronómico. Sin embargo, si lo que necesitáis es un glosario culinario básico de lo que suele haber en una carta, os dejo este documento que he ido confeccionando con el tiempo con unos 250 términos en inglés, francés, español, italiano y alemán: Glosario culinario (si observarais algún error o traducción mejorable, no dudéis en hacérmelo saber).

Y si después de esto los hosteleros siguen usando el traductor automático o no revisan lo que han escrito, oye, que con su pan se lo coman.

Misspelling

***

Las imágenes provienen principalmente de varias páginas de internet, como Microsiervos, de otros compañeros o bien las han enviado directamente a mi página de facebook de Las 1001 traducciones para el álbum Hall of Shame.

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