Etiquetas
cómo encontrar clientes, localizar videojuegos, novato traducción, testimonios traducción, traductor novel
Volvemos a la carga esta semana con dos compañeros más que nos contarán cómo han llegado hasta aquí, lo que les ha funcionado… y lo que no. María Cárcamo es traductora audiovisual y hace también sus pinitos en literaria; Iago se dedica sobre todo al testeo lingüístico de videojuegos. Veamos qué se cuentan.

Estudié Filología Francesa y luego hice el Máster de Traducción Audiovisual del ISTRAD y la Universidad de Cádiz. Durante el Máster, cometí el error de pagar —sí, pagar— a una empresa que se dedicó a enviar mi CV a diestro y siniestro a un montón de agencias de traducción de todo el mundo, con correos electrónicos genéricos y repetidos y sin ningún tipo de valor, claro. Fue un fracaso absoluto y no lo recomiendo en absoluto.
Una de las empresas que recibió mi CV de esa forma —una de más de 500, creo recordar—, se puso en contacto conmigo, hice una prueba y empecé a trabajar con ellos mientras aún estaba en el Máster. Eran poquillas cosas, pero me sirvió para seguir aprendiendo de otros campos, ya que era una empresa de localización de apps y páginas web.
Al finalizar el Máster, hice las prácticas en BBO Subtitulado, donde aprendí muchísimo y pude conocer el mundo real de la TAV. Pero cuando se acabaron, volví a no saber qué hacer con mi vida. La empresa de localización seguía contando conmigo, pero no era suficiente para darme de alta, ni para vivir. Así que empecé a enviar el CV a más empresas, esta vez con correos personalizados a la persona encargada —cuando sabía quién era la persona encargada— y explicando qué es lo que me había llamado la atención de ellos y por qué quería que colaborásemos. Tampoco obtuve grandes resultados.
Hasta hace un par de años, cuando alguien en Facebook comentó que en el estudio de doblaje en el que trabajaba, necesitaban traductores. Empecé a colaborar con ellos en seguida y, hoy en día, son el cliente que más trabajo me envía, prácticamente a diario.
Twitter también fue bastante importante para mí porque, aparte de conocer a muchísimos colegas traductores con los que compartir penurias y alegrías, una editorial contactó conmigo tras haber leído el famoso hilo que escribí. Me dijeron que habían leído mi Twitter más a fondo y que mi forma de expresarme y de ser les había gustado mucho y que creían que encajaba perfectamente con un libro que tenían pendiente de traducir. Y me lancé a la piscina, por supuesto. Fue toda una responsabilidad y tuve momentos de mucha ansiedad, pero disfruté muchísimo y espero que este dé pie a muchos otros libros más.
El enviar el CV, en mi caso, no ha sido de gran ayuda. En definitiva, creo que lo que mejor funciona en el momento que vivimos ahora, es el boca a boca y el networking. Es mucho más fácil que contacten contigo porque alguien ha hablado de ti, o porque te han leído en redes, que por enviar un CV que se perderá en una bandeja de entrada, por muy personalizado que hagas el correo. No digo que no haya que hacerlo, ojo. De hecho, lo sigo haciendo. Pero hay que tener la suerte y la puntería de que sea tu correo el que deciden leer, y no otro. ¡Ay, la suerte! Es muy importante en esta profesión, aunque no más que la perseverancia y el trabajo duro. Hay que insistir muchísimo, atreverse a dar el primer paso, aunque sepas que no buscan traductores en ese momento, y echarle cara, por qué no decirlo. Hay que saber venderse muy bien, yo aún estoy aprendiendo.
En definitiva: hay que estar en continuo movimiento y conocer a toda la gente que puedas; hay que insistir y no tener miedo a ser pesado y, por último, creo que la presencia en redes, actualmente, es muy importante. Aunque no hables exclusivamente de traducción, nunca sabes quién te está leyendo y cuándo puede necesitar que traduzcas algo de que tú eres experto porque es una de tus mayores aficiones.
¡Mucha suerte!
*Podéis encontrar a María en su web o en LinkedIn*

Al momento de terminar la carrera, ya tenía claro que me quería especializar en el ámbito de la localización de videojuegos. De hecho, mi trabajo de fin de grado consistió en traducir un pequeño juego y mis prácticas de empresa fueron con un traductor de videojuegos. Tras la carrera, estudié un máster donde impartían materias relacionadas con este ámbito y, a un mes de terminarlo, el profesor que llevaba mi TFG me habló de una oferta de trabajo como tester lingüístico (LQA) de videojuegos en una empresa de Dublín. Decidí intentarlo, hice la prueba y entrevista correspondientes, me contrataron y me mudé a Irlanda para mi primera oportunidad laboral.
Al principio todo era un poco raro, muchas cosas nuevas y muchas tareas a las que no estaba habituado, pero con tiempo y práctica acabé cogiendo ritmo y adaptándome a todo. Cuando finalizó mi contrato a los 4 meses, decidí quedarme un mes en la ciudad buscando otra empresa en la que trabajar, fuese de lo mismo o de traductor. A las 3 semanas, y tras enviar varios currículums a diversas empresas repetidas veces, ya fuese a través de portales de búsqueda de trabajo o en las propias webs de las empresas, me contactaron de una compañía para trabajar de tester LQA de videojuegos. De nuevo, hice la prueba y entrevista pertinentes y me acabaron contratando.
Al tener ya cierta experiencia, la adaptación fue mucho más sencilla. En esta empresa estuve algo más de año y medio, una etapa en la que aprendí muchísimo, hasta que decidí dar el salto a la traducción de videojuegos de forma autónoma, momento en que me volví a mi tierra natal. No obstante, poco antes de volver, se había puesto en contacto conmigo una empresa de revisión de software a través de LinkedIn para trabajar de forma autónoma. Tras una exhaustiva prueba, tal vez la más difícil de mi vida hasta ahora, conseguí el trabajo, algo que compaginé durante unos meses con mi trabajo de oficina como tester.
Una vez había vuelto a mi tierra y me había dado de alta de autónomo, comencé a buscar clientes peinando la red. No obstante, a mayores de los clientes que encontré de esa manera, hubo uno que fue recomendado a través de un antiguo compañero italiano de mi época como tester, al cual le había comentado mi idea de hacerme traductor. A este le gustó mi idea y siguió el mismo camino que yo, y me comentó que uno de los clientes que había encontrado buscaba traductores de español, por lo que contacté con ellos y conseguí el trabajo tras pasar la prueba correspondiente. Del mismo modo, otro amigo traductor, esta vez español, me comentó que estaba en un proyecto donde necesitaban a un traductor más, por lo que contacté con ellos para hacer la prueba y conseguir el trabajo.
Por estas cosas, es importante llevarse bien con los compañeros de profesión y ser sociables, así como mantener actualizado vuestro currículum y vuestro LinkedIn, ya que nunca sabes dónde puede surgir una oportunidad laboral o quién puede necesitar vuestros servicios. Por último, quiero destacar que es importante confiar en uno mismo y darlo todo. Es la mejor forma de afianzar clientes y oportunidades, tanto en el trabajo como en la vida personal.
*Podéis hablar con Iago por correo o en LinkedIn*

Algo que comentan estos dos compañeros y que me parece esencial es el factor más humano del llamado networking. Quizá es algo que al principio cuesta más crear, pero doy fe de que, a la larga, muchos trabajos os pueden llegar de los compañeros. Alguien oye que buscan a un traductor; un amigo no puede hacerse cargo de una traducción determinada y pasa vuestro contacto; una colega se va de vacaciones y os deriva trabajo, etc. En definitiva, ser proactivos y fomentar el compañerismo solo tiene ventajas.
María habla también de su hilo que se hizo viral y que le abrió las puertas de una editorial. Twitter (o las redes en general) es un escaparate más. Hay quienes lo utilizan solo para cuestiones profesionales, para otros es un desahogo puramente personal y un tercer grupo combina ambas cosas. No hay un método infalible y creo que, en el fondo, hay que ser auténtico y conectar con la gente. Yo también he conseguido trabajo gracias a las redes sociales y sin buscarlo activamente (otras veces sí, claro). Como todo, no son la panacea y sin un buen trabajo detrás solo serás fachada, pero si puedes meter la patita por tu forma de explicar las cosas, por tus tuits o tu blog, aprovéchalo.
Espero que os hayan gustado estas experiencias. Si os apetece, podéis dejar un comentario aquí mismo o enviar vuestro testimonio a info@las1001traducciones.com.