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adaptación, audiovisual, cultura, cultural, doblaje, extranjerización, naturalización, referente, TAV, traducción
Después de ver Ted (Seth MacFarlane, 2012) he creído oportuno hablar un poco de las adaptaciones culturales. Con esto no me refiero a la traducción de un único referente cultural sino al cambio prácticamente total de una película.
Pero para entender cómo funciona esto, repasemos primero qué es un referente cultural y qué importancia tiene.
Para ser un buen profesional, un buen traductor no sólo necesita una formación lingüística, sino también debe conocer muy bien la cultura de la lengua origen y la cultura de la lengua de llegada para poder trasvasar correctamente el mensaje y hacer bien su trabajo, de ahí la importancia que tiene el referente cultural o culturema en traducción.
Esta tarea no es fácil en ningún tipo de traducción, pero menos aún en traducción audiovisual, cuando hay veces que tenemos una imagen que complementa lo que estamos oyendo o incluso lo contradice. El referente cultural es, por tanto, esencial.
Para entender bien el concepto de referente / referencia cultural cito a Rosa Agost (1999), que entiende que los elementos culturales son aquellos «que hacen que una sociedad se diferencie de otra, que cada cultura tenga su idiosincrasia». Para la autora, elementos culturales son: lugares específicos de alguna ciudad o de algún país, aspectos relacionados con la historia, con el arte y con las costumbres de una sociedad y de una época determinada (canciones, literatura, conceptos estéticos); personajes muy conocidos, la mitología, la gastronomía, las instituciones, las unidades monetarias, de peso y medida, etc.
A la hora de traducir, ante un referente cultural podemos adoptar tres posturas:
a) Domesticación/naturalización: consiste en eliminar los elementos del texto origen (TO) que puedan resultar extraños para la cultura de llegada. Para ello, se sustituyen los elementos desconocidos por otros propios de la cultura del texto meta (TM). Como ejemplo de esta estrategia tenemos el mítico doblaje de Cosas de casa (Family Matters), donde una familia afroamericana de Chicago hablaba felizmente de personajes como Bertín Osborne.
b) Extranjerización: es la estrategia traductora opuesta a la anterior. Los elementos propios de la cultura del TM se mantienen en la traducción del TO, se dejan en ese idioma sin más.
c) Neutralización: consiste en trasladar un elemento de la cultura del TO en la cultura del TM sin marcas culturales, bien sea por desconocimiento del traductor o por conveniencia en la traducción. Un ejemplo puede ser el de una marca comercial de la cultura de origen que no encontramos en la nuestra. En este caso se suele sustituir marca comercial por su genérico. Una frase como «She put some Hunt’s on her meat» podríamos reformularla como «Le echó salsa barbacoa a la carne».
Para hablar de casos concretos, un ejemplo famoso es el de Regreso al futuro. En una de las entregas, la madre de Marty McFly se dirigía a él como «Calvin» porque en sus calzoncillos tenía escrito «Calvin Klein». En España, dado que por entonces no había llegado aún esa marca, se cambió a «Levi Strauss». Es un caso de referencia cultural adaptada que respeta también el idioma de partida, es decir, se ha optado por usar una marca americana que encaja en las dos lenguas y no provoca extrañeza en la versión española.
Lo que quizá sí podría provocar extrañeza es que por aquella época en España, Levi’s solo comercializaba vaqueros. Donde debería llevar escrito lo de Levi’s Strauss es en la etiqueta exterior del vaquero, no en la ropa interior.
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La estrategia de naturalización se usó mucho en el doblaje de series norteamericanas de los ochenta y los noventa. En Cosas de casa y en El príncipe de Bel-Air se referían muchas veces a famosos españoles como Carmen Sevilla, María Teresa Campos, Julio Iglesias o Chiquito de la Calzada. Era una forma de no perder la gracia que en la lengua original tendría el hacer referencia a otro famoso como Oprah, por ejemplo.
En Sabrina, cosas de brujas, una serie más o menos reciente (sí, sé que ya han pasado unos añitos también), el gato Salem hacía muchas referencias a la comida española, famosos españoles y estereotipos de las diversas comunidades.
Últimamente este fenómeno se observa, sobre todo, en los largometrajes que nos llegan de Estados Unidos y las doblan aquí cómicos famosos. Es el caso de Ali G in da House, donde se hacían referencias a los maderos (en el original, feds) cuando podrían haber usado un genérico como polis, por ejemplo. Claro que aludir a nuestra realidad hace más gracia. Si queréis ver algunos ejemplos más, vale mucho la pena consultar este artículo de la compañera Carla Botella y esta entrada de su blog, Nobody is perfect.
Por cierto, ¿sabíais que según el doblaje español, Ali G viene de Lugo? Mirad, mirad (minuto 1:10): http://youtu.be/sn9zbLMWBDY
Shrek es otra película adaptada a nuestra realidad. ¿Quién puede olvidar el “Ahora vas y lo cascas” que José Mota ponía en boca del asno haciendo referencia a una coletilla suya? Pues bien, esta frase se aparta totalmente del texto original. En la película, la princesa Fiona lanzaba un eructo, semejante al que acababa de lanzar el personaje del ogro y el asno le decía a su amigo: «She’s as nasty as you are» (es tan desagradable como tú). Nada que ver con lo doblado.
También pasa en Austin Powers (doblaje con voces de Florentino Fernández), donde, además de las referencias, el personaje del Gordo Cabrón habla como Jesús Gil y Gil, y el malvado Miembro de Oro lo hace como Van Gaal.
Adaptación sí – Adaptación no
Para empezar, quien ve estas series o acude al cine a ver estas comedias espera reírse y que el humor le resulte cercano. La adaptación es la mejor opción en estos casos.
El marketing también tiene mucho que ver. Las frasecitas de «con doblaje de José Mota» (Shrek) o «con las voces de Andrés Iniesta y Piqué» (Piratas, 2012) tienen mucho gancho en la promoción. Y no solo porque le pongan las voces, sino porque le añadirán sus coletillas y frases célebres.
Por otro lado, una adaptación suele traer polémica. No todo el mundo (y seguramente menos aún la crítica) entenderá que se use esta opción. Y esto nos da pie a hablar de los subtítulos. ¿Es igual de aceptable una adaptación en los subtítulos? La discrepancia entre los referentes de la VO y la VS provocarán mucha extrañeza e incluso rechazo en el espectador.
Y, por último, ¿dónde está el límite? ¿Cuánto se puede cambiar sin que los personajes o la película, en definitiva, se pasen de ridículos?
El caso de Ted (achtung, spoilers)
En Ted veníamos avisados por el cartel promocional, que rezaba: «Una película que contiene juerga, pasotes, chonis y todas esas cosas que molan mogollón».
Pues, como siempre, los dichos tienen razón y quien avisa no es traidor. A mí ya me chocó que se hablara de chonis porque, para empezar, el término me remite a un tipo de chica española, que no americana, muy concreto.
En la película, por ejemplo, el personaje de Wahlberg trata de adivinar el nombre de la novia del oso y la retahíla de nombres es increíble (Vane, Yessy, Yoli, Chari…) pero no acierta. Al final cae en la cuenta y pregunta: «¿No será de esos nombres que empiezan por «la»?». Y efectivamente, la novia se llama «la Vane». No sé pero, dejando de lado que el doblaje es una ilusión y que sabemos que los protagonistas no hablan español, la historia transcurre en una ciudad norteamericana y a mí me cuesta pensar que haya chonis.
De todos modos, el fragmento original tiene tela:
Ted: I met a girl; she’s a cashier.
John: No way! That’s awesome! We should fuckin’ double date or something, you, me and Lori and w-what’s her name?
Ted: White trash name. Guess.
John: Mandy.
Ted: Nope.
John: Marilyn.
Ted: Nope.
John: Brittany?
Ted: Nope.
John: Tiffany.
Ted: Nope.
John: Candace.
Ted: Nope.
John: Don’t fuck with me on this! I know this shit!
Ted: Do you see me fuckin’ with you? I’m completely serious.
John: Alright, speed round. I’m gonna rattle off some names, and when I hit it, you fuckin’ buzz it, okay? You got me?
Ted: You do it. I will tell you. Yeah.
John: Alright: Brandy, Heather, Channing, Brianna, Amber, Serena, Melody, Dakota, Sierra, Bambi, Crystal, Samantha, Autumn, Ruby, Taylor, Tara, Tammy, Lauren, Charlene, Chantelle, Courtney, Misty, Jenny, Krista, Mindy, Noel, Shelby, Trina, Reba, Cassandra, Nikki, Kelsey, Shawna, Jolene, Urleen, Claudia, Savannah, Casey, Dolly, Kendra, Kylie, Chloe, Devon, Emmalou, fuckin’ *Becky*?
Ted: No.
John: Wait; was it any of those names with a «Lynn» after it?
Ted: *Yes*.
John: Oh, I got you, motherfucker! I got you!
[Ted laughs]
John: Okay. Brandi-Lynn, Heather-Lynn…
Ted: Tami-Lynn.
John: [Exasperated] *Fuck*!
Cómo no, también echan mano de famosos españoles. Por ejemplo, «la Vane» habla como Belén Esteban (pero igual, ¿eh?) e incluso dice aquello de «Por mi hija, ma-to», hacen referencia a los personajes de Verano Azul y a un niño regordete le llaman Falete. En este caso, en VO decían «Back off, Susan Boyle» y es un personaje que también conocemos aquí. Si se pensó que no haría gracia, quizá podrían haber optado por otra cosa en lugar de adaptarlo tanto. No sé, se me ocurre «tonelete» o mejor «gordito», si querían conservar las tres sílabas puesto que se dice muy rápido.
A mí todo estas estas referencias me dejaron sin palabras pero os juro, porque estaba ahí y doy fe, que la gente se partía de la risa.
Por la red ya se han hecho eco del doblaje y es alucinante ver el desconocimiento que impera en general. Para empezar, no es cosa del traductor y aún menos de los dobladores (sí, hay quién aún no ve la diferencia entre ambos). Por otro lado, está claro que si recibes la consigna de adaptar, adaptas, y las órdenes vienen de arriba. Me imagino que desde un principio quisieron trasladar la película a la cultura española.
Hay opiniones para todos los gustos. Hay quien piensa que españolizar tanto el doblaje es un signo de la poca confianza que se tiene en la inteligencia del espectador. Por el contrario, hay personas que defienden este tipo de doblajes porque si se hiciera otro tipo de traducción se perdería la gracia.
Otros comentan, con bastante acierto, que el problema añadido de este tipo de doblajes es su fecha de caducidad. Al utilizar bromas sobre famosos del momento, cuando vuelves a ver la película en pocos años ha perdido la gracia que tenía en su momento.
Sea como sea, lo que está claro es que la película en inglés y la doblada son dos cosas distintas. ¿A vosotros qué os parece?
***
Para saber más:
- «La naturalización del humor en la traducción audiovisual (TAV): ¿traducción o adaptación? El caso de los doblajes de gomaespuma: Ali G Indahouse», de Carla Botella. http://www.um.es/tonosdigital/znum12/secciones/Estudios%20E-Naturalizacion%20en%20TAV.htm.
- «Adaptación cultural y óxido de neuronas» en el blog Traducirco de Merche García. http://www.traducirco.com/2012/02/adaptacion-cultural-y-oxido-de-neuronas.html
- La adaptación. http://courses.logos.it/pls/dictionary/linguistic_resources.cap_3_10?lang=es y http://courses.logos.it/pls/dictionary/linguistic_resources.cap_3_11?lang=es.
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Como siempre, tus entradas son de lo más interesantes y muy bien documentadas :D.
No voy a ser yo la que ponga a parir las adaptaciones porque reconozco que soy la primera que se reía un montón cuando fue a ver al cine «Austin Powers» o con las coletillas del gato de «Sabrina». Por supuesto, entonces era adolescente y no me dedicaba a analizar los doblajes sin poder evitarlo, como hago ahora. Me chocaba oír a los personajes mencionar al Fary, pero me hacía gracia.
Las adaptaciones no cumplen con la norma de ser fieles a la obra original, aunque sí provoquen el efecto en el espectador de ver una película como si estuviera hecha en su idioma, así que lo dejaremos en un 50%.
Lo malo que le veo a este tipo de adaptaciones es que, por muy graciosas que sean, pasan de moda muy rápidamente, porque hacen referencia a coletillas, personajes, etc, de mucha actualidad y a modas que son, por otra parte, pasajeras. ¿Quién va a saber lo que era una choni si ve «Ted» dentro de 20 años, si ese término no se conserva para entonces? ¿O quién va a saber entonces el origen de la expresión «yo por mi hija ma-to»?
Supongo que este tipo de doblajes vendrán impuestos en su mayor parte por la distribuidora de turno, sobe todo en películas de animación con el famoso de turno asumiendo el papel de doblador. Al menos a mí, como traductora, no se me ocurriría cambiar las referencias culturales de esa manera, a no ser que el cliente me lo pidiera expresamente.
Yo primero vi el cartel en español y me chocó bastante lo de «chonis». Sin saber de qué iba la película, fui a verla en VO y salí del cine pensando en el cartel en español y en la posible referencia a «chonis». También tomé nota del fragmento de la retahíla de nombres porque me pareció muy interesante de cara a su traducción.
Cuando vemos casos de este tipo, no creo que sea decisión única del traductor porque usar nombres de personas de verdad (Falete o Belén Esteban, en este caso) puede acarrear problemas jurídicos.
A pesar de todo, si es el cliente quería crear un producto divertido a sabiendas de que no es una película con muchas pretensiones, el trabajo de adaptación tuvo que ser muy entretenido y, por lo que comentas, todo un éxito ante el público que estaba en la sala. 🙂
Gran entrada, como siempre, nos tienes malcriados.
Los doblajes tienen fecha de caducidad, al igual que las traducciones. Pero es que las obras en general también pueden tener fecha de caducidad si dependen demasiado del presente. Por ejemplo, imagínate que uno de esos nombres de chonis/»white trash» sean de lo más normal en el futuro (¿alguien ha dicho «Idiocracy»?). En ese caso, se perdería la gracia. Tampoco creo que en ese caso estuvieran viendo una peli tan antigua, claro.
Con las pelis chorras, a veces funciona el doblaje chorra. Austin Powers 2 y 3 no me interesa verlas en inglés: el doblaje de Florentino Fernández me chifla. Curiosamente, el doblaje de «Kung Fu Panda 2» no me mata, cuando es la misma voz. Igual es que Flo ya no es el que era («tú antes molabas, tío») o igual es que en esta no está desatado. Ahora bien, me niego a ver un doblaje de Santi Millán (el de «Paul» también es infame), aunque me gustara mucho como cómico en su época catalana. Los doblajes de famosos no suelen funcionar, pero a la mayoría le gustan y la taquilla manda. Los demás ya las veremos en VO si eso.
Gran artículo este. El otro día comentaba yo en Facebook lo del doblaje de Ted, y me defendían las referencias españolas, mientras yo intentaba explicar el porqué de lo cuestionable de esta práctica. No tuve mucho éxito.
¡Buen artículo!
Es un tema complicado. Supongo que depende del género de la película. En una comedia se disculpa e incluso puede ser prescriptivo; difícilmente es justificable en otros géneros donde no importa tanto que el público se parta de la risa.
En cualquier caso, sería fantástico empaquetar las técnicas de traducción para el doblaje en términos comerciales para que la gente pudiera elegir. Imagina:
* «Película doblada al dente» (neutralización; punto medio para entender guión)
* «Película doblada a la española» (naturalización; pasada de rosca para que haga gracia).
^_^
Opino que en la subtitulación no cabe la naturalización en absoluto porque el público, solo por el hecho de escoger V.O.S., ya define su gusto por conocer directamente la cultura y la lengua originales y es reacio a que se las maquillen.
*En una comedia >la naturalización< se disculpa e incluso puede ser prescriptiva
🙂
Yo suelo ser partidario de la burrada antes que de la neutralización (en este sentido, muy fan de ‘Kung Fu Sion’), pero también creo que había otras opciones para los casos comentados: lo de Falete, sin eir más lejos. Aparte de eso, ¿de verdad a alguien le importa que el doblaje de una película como ‘Ted’ pase moda en dos telediarios? Como bien ha dicho Jordi Balcells en su comentario, ¿en cuánto tiempo os parece que pasará de moda el original?
¿Y quién se acordará de Susan Boyle dentro de unos años al volver a ver la versión original? Si existe un problema de fecha de caducidad, existe tanto en el doblaje como en la versión original. Pero yo no creo que realmente exista un problema, ni relacionado con fechas de caducidad, ni con doblajes de dudosa calidad.
Una película es una obra y, como tal, la analizaremos en su conjunto, teniendo en cuenta no el efecto que genere en un público contemporáneo a la crítica, sino el que genere en el público objetivo de la obra. Y aquí es donde viene el verdadero problema: una traducción/doblaje es también una obra y, como tal, se analizará en función del público al que va destinado, pero eso es algo que ni siquiera algunos traductores se plantean. ¿Cómo pretendemos visibilidad y reconocimiento, si consideramos que nuestro trabajo es simplemente una derivada del trabajo de otro y no una obra por sí misma? Comparar con el texto original, sí, pero hasta cierto punto.
Se añade, además, el hecho de que el cine actual sea un arte puramente comercial y que, por lo tanto, las traducciones deben ser totalmente funcionales. Un texto puede estar «mejor» traducido a nivel sintáctico, léxico, pragmático, etc. o por simple fidelidad al original, ¿pero lo estará realmente bien traducido a nivel comercial? Más que traducir los diálogos del original, debemos traducir el efecto o, mejor aún, la intención del original. ¿De qué nos sirve ser totalmente fieles a un texto humorístico si nuestro público objetivo después no suelta ni una mísera sonrisa? No es cuestión de tratar de tener poca confianza en la inteligencia del público, es cuestión de saber qué ocasionará un efecto idéntico o similar.
Obviamente, los traductores no solemos ser quienes toman este tipo de decisiones de adaptación (y por eso somos traductores y no responsables de marketing), pero no por ello debemos excusarnos con la cantinela de «no soy yo quien lo decide». ¿Vergüenza? ¿Desvalorización de mi trabajo? ¿Por qué? ¿Acaso mi texto no ha conseguido que un público se harte a llorar de risa?
Amén. No cambiaba ni una coma.
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Para los que estamos aprendiendo, este artículo es muy útil y muy interesante. Gracias por la info 🙂
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Eso de la adaptación es muy interesante. por que te das cuenta que si vivimos en babel. por ejemplo vi la película » la ultima llamada» de collin farrell con doblaje de español de España. la peli no es la gran cosa pero se supone que el esta asustado, angustiado al borde del ataque y yo me estaba riendo muchisimo, se me hizo súper chistosa y usaban frases y palabras que para México son groseras y vulgares así que perdió el suspenso, pero me divertí mucho.
otro ejemplo que ya comprobé con mi hijo de 3años es pepa pig. En español para México la puerquita es dulce, educada, se transmite el compañerismo y amor hacia la familia y la naturaleza, pero duro mucho viéndolo en internet con traducción en español de España y mi niño cambio por completo asta que vida que todo era por la traducción, para mi era algo malo, socialmente mal visto. y adopto la actitud del personaje. es grosera, mandona, irrespetuosa y egocéntrica. cada país tiene su cultura y su forma de ser pero eso en mi caso ya no estuvo bien. tiene tiempo que ya no la ve y volvió a ser lindo con migo.
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