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En la luna de Babel

~ Blog sobre lenguas y traducción

En la luna de Babel

Archivos de etiqueta: errores ortográficos

Hortografía que te ace perder bentas

28 miércoles Feb 2024

Posted by enlalunadebabel in comunicación, Lengua española, Traducción

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Etiquetas

comunicación fallida, consecuencias económicas, errores de traducción, errores ortográficos, lenguaje claro

En un contexto donde la reputación, la notoriedad y la visibilidad de la empresa están en juego, tan negativo es utilizar un lenguaje demasiado coloquial donde no procede o transmitir una frialdad excesiva, como descuidar la ortografía. Algunos errores no solo arruinan la reputación, sino que también pueden provocar la pérdida de clientes.

¿Una mala ortografía puede hacer perder dinero a las empresas?

Pues sí. Sin medias tintas. Las faltas de ortografía hacen perder la credibilidad y la confianza en una marca. Y esto se da en todos los ámbitos de la comunicación.

Cuando hay errores ortográficos en una newsletter, un correo electrónico, un cartel, la página web del comercio y hasta en el producto que se vende, el emisor pierde por completo la credibilidad. La empresa o entidad que lo envía queda mal y el mensaje hace saltar todas las alarmas: sabemos bien qué es el phishing, desconfiamos de la credibilidad de una marca que nos escribe con erratas, pero también de la seriedad de quien lo envía. Y es que los pequeños errores ortográficos pueden salir muy caros tanto a consumidores como a empresas.

La mala ortografía hace menguar la confianza… y hasta las ventas

Un texto promocional con el que se quiera vender algo debe estar bien escrito. En un artículo que leí hace un tiempo, un empresario hablaba precisamente de esto y afirmaba que la mala ortografía costaba millones de libras en el Reino Unido. Charles Duncombe, director de una web de viajes, telefonía móvil y ropa, exponía que la mala ortografía es un problema grave para la economía online. Tras analizar las cifras de su web, afirmó que una sola falta de ortografía podía reducir un 40 % las ventas online.

Las cifras de venta indican que las faltas disuaden a los consumidores, pero también les disuade que no les hables bien en su idioma. Así pues, cuidado con traducir un ecommerce con un programa de traducción automática.

Según qué motor de traducción automática se utilice, se puede acabar con un texto trufado de auténticas barbaridades. Muchas veces el programa no tiene capacidad de discernir cuál es el contexto y hace unas traducciones desastrosas. Que se lo digan al Fútbol Club Barcelona, en las instalaciones del cual había un cartel que rezaba: «Compre aquí sus entradas sin hacer cola». Hasta ahí bien, ortografía impecable en español, pero al traducir el cartelito al inglés, ese «cola» aparecía como tail (cola, sí, pero de animal) y no queue.

La cola de marras.

«Un texto promocional o serio debe estar bien escrito; una sola falta de ortografía puede reducir un 40 % las ventas online».

¿Hay más laxitud en la comunicación escrita?

Desde luego es donde se observa más porque verba volant, scrīpta mānent, pero también porque no se le da el mimo que merece. Y esto es un peligro: las faltas se extienden luego por las redes sociales como la pólvora.

Hace un tiempo, el community manager de La Casa del Libro escribió este tuit: «Se hacerca el día internacional del libro juvenil». La respuesta de la gente fue obvia: «La casa del libro ni los abre», entre muchos otros tuits jocosos. El responsable de las redes sociales recurrió después al humor para enmendar su error, pero no siempre es así y la reputación puede verse afectada. ¿Qué imagen de marca nos llevamos si leemos mensajes de este tipo?

¿Quién no ha recibido alguna vez un correo con un lenguaje descuidado, erratas y errores de traducción? Con un texto de sintaxis cuestionable, cuajado de frases extrañas o con una mezcla de idiomas y de palabras que normalmente no son habituales o parecen forzadas en el contexto. Un mensaje así genera cero confianza.

Entre el castellano y el catalán, por ejemplo, se ven muchísimo este tipo de errores por la proximidad entre idiomas y porque, en consecuencia, se cree que es un tipo de traducción que puede hacer cualquiera. Así, se ha hablado de la marca de ropa Mango traduciéndola como «Mànec» (mango de una sartén, no la fruta); se ha podido leer una noticia sobre el expresidente de Seat, Luca de Meo, con el nombre cambiado por Luca de Pixo (os podéis imaginar de dónde viene) o nos hemos quedado patitiesos cuando, en ciertos periódicos digitales que siempre traducen los artículos automáticamente, alaban el último partido de Llegeixo Messi.

En ciertos ámbitos de Internet, como en las redes sociales, hay una mayor tolerancia y laxitud en cuanto a la ortografía y la gramática (uno no escribe igual en sus redes personales que en una carta de presentación para optar a un puesto de trabajo). Sin embargo, los errores ortográficos en una página de inicio o en una oferta comercial pueden plantear dudas sobre la confianza y la credibilidad del sitio. Una palabra mal escrita podría suponer un gran problema.

¿No desconfiarías de la calidad de una prenda de ropa si ves errores en el lema?

«Las faltas de ortografía en una web de una empresa pueden crear dudas sobre la credibilidad de la compañía».

Cuando el error es intencionado, ¿da un golpe de efecto?

¿Qué te ha parecido la ristra de errores ortográficos del titular? ¿Te ha impactado? Hace unos años, unas galerías comerciales de Barcelona anunciaban su periodo de descuentos con un gran «REVAJAS». Desde luego, fue algo llamativo, pero hay que saber jugar muy bien esa baza. El uso incorrecto del idioma puede transmitir una falta de profesionalidad o descuido. En lugar de atraer la atención positiva, es más probable que el mensaje cause una percepción negativa.

Si lo que queremos es que destaque nuestro anuncio, es preferible un contenido claro, conciso y persuasivo, acompañado de un diseño atractivo. La calidad del mensaje y la presentación son factores clave para atraer la atención de una forma eficaz y positiva.

Porque el problema es que, muchas veces, no queda claro si la errata es intencionada. A mí me ha pasado ya en un par de ocasiones con una marca muy conocida. ¿Lo de «fayar» es un error? Podría parecer que no y que se ha hecho a posta porque es un guiño, un uso casi metalingüístico en la prenda, pero ¿«allways» también es algo buscado? Poco probable, pues lo he visto en otros artículos de estampado similar.

Si queremos jugar con la lengua, que quede bien claro.

¿Por qué se escatima, pues, en corrección y traducción?

Se quiere todo bueno, bonito y, sobre todo, barato. También se cree que cualquier persona de la empresa puede redactar un texto, que domina lo suficiente para escribirlo… y hasta para traducirlo. Pero no, no basta con unos conocimientos básicos. Muchas empresas no le dan importancia a una coma de más o a un pequeño error hasta que es demasiado tarde.

Hay que desterrar el mito de que la corrección y la traducción son servicios caros. Cualquier profesional te hará un presupuesto a medida (con su buen desglose de elementos) para que consigas lo que quieres de verdad con tus textos. Tu reputación y las ventas están en juego.

******

Artículo publicado originalmente en LinkedIn.

Entrevista con relación a este tema: La ortografía sí importa: «Puedes perder un 40% de las ventas si escribes mal»

Trucos y herramientas para la revisión de traducciones

11 lunes Ene 2016

Posted by enlalunadebabel in Productividad, Recursos, Traducción, Vida traductoril

≈ 34 comentarios

Etiquetas

corrección, corrección de estilo, errores ortográficos, fundéu, herramientas, Manuel Seco, Martínez de Sousa, MyStilus, revisión de traducciones, Softcatalà, Titivillus, traducción, trucos, UniCo

Que hay que releer la traducción cuando la terminamos es vital. Que hay que tener el corrector activado o pasarlo después, también. Que cuatro ojos ven más que dos es de sobra conocido. Sin embargo, siempre se nos escapa un gazapo o acabamos en las garras de Titivillus.

titivillus

Por si no lo conocéis, Titivillus era un demonio que trabajaba bajo las órdenes de Lucifer y se le atribuían los errores en el trabajo de los escribas: ortográficos, gramaticales, de redacción, etc.

¿La solución para que Titivillus no nos la dé con queso? Releer, releer y releer antes de enviar el texto. Como ya he dicho en alguna ocasión, hay que dudar de todo por principio: de la colocación correcta de una coma, de lo que puedas creer que es un anglicismo, de la posición adecuada de las palabras dentro de una frase, etc.

Si no tenemos la opción del comodín del compañero, va bien imprimir el texto (no sé en el caso de los nativos digitales, pero yo reviso mejor los textos impresos) y tener claros los posibles errores que podemos cometer (sé en qué cosas fallo normalmente). No caigamos en la soberbia del traductor como conocedor absoluto de la lengua. Es mejor dudar de todo por sistema y revisar. Si no dudamos de nosotros mismos podemos meter la pata… hasta el corvejón.

Para esto es útil tener una lista de elementos esenciales (para antes de empezar) y de sospechosos habituales (para revisar a posteriori), como ya comenté en el primer artículo de consejos para traductores. Preparar bien el texto asegura un trabajo más fácil y una mejor revisión posterior.

Algunos trucos antes de empezar o mientras se trabaja:

  • Escribid siempre con la función «Mostrar todo» habilitada, te permitirá evitar la mayoría de errores de formato. Se activa pulsando el calderón (¶).
  • Memorizad los atajos de teclado más útiles. Podéis incluso configurar el teclado para asignar números sencillos a ciertos símbolos frecuentes.
  • Automatizad las palabras que siempre (o casi siempre) escribimos mal. Me pasa con «tambine» o «entocnes», por ejemplo. Si sabéis con qué palabras falláis más, utilizad el autocorrector para memorizar estas formas erróneas y que las cambie automáticamente por la forma correcta.
  • Controlad el uso de las comillas. La secuencia es la siguiente: «…“…‘…’…”…».

También, aunque parezca una obviedad, aseguraos de tener controlado todo lo que hay que traducir: ¿La presentación en Powerpoint lleva notas? ¿Te has fijado en todas las pestañas del Excel y las columnas escondidas? ¿El Word lleva notas al pie?

Trucos para después:

  • Buscad y reemplazad los dobles espacios por uno solo.
  • Aseguraos de haber escrito bien las cifras y los espacios antes de símbolos como el %.
  • En traducción editorial, sed coherentes con los nombres de los personajes y que el autocorrector no haga de las suyas. Para eso va bien guardarlos en el diccionario de Word.
  • Comprobad que el uso de la raya en los diálogos sea correcto.

También relacionado con la revisión, va muy bien leer en voz alta lo que traducimos. Como no trabajamos con palabras sin contexto, cada texto tiene su ritmo y su música, y la mejor manera de comprobarlo es leerlo en voz alta. De este modo nos daremos cuenta de las expresiones cacofónicas y las repeticiones que tanto empobrecen el texto.

En cuanto a la repetición de vocabulario, gracias a Merche, de TraducirCo, descubrí hace nada Repetition Detector. Esta herramienta, disponible en varios idiomas, nos permite cazar las palabras que se repiten a lo largo del texto, ya sean formas totalmente coincidentes o bien de la misma familia léxica. Sin duda, todo un hallazgo.

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ALGUNAS HERRAMIENTAS ÚTILES

Aunque parezca obvio, por lo que observo con algunos alumnos que he tenido en prácticas, es que falla algo tan básico como no pasar el corrector o fiarse a pie juntillas del que tenemos en Word. Una buena revisión necesita algo más.

Por supuesto, la mejor revisión y corrección es la que puede hacer otro profesional, pero en nuestro día a día no solemos tener esta opción, a menos que trabajemos en equipo o dispongamos de alguien que pueda revisar algún proyecto en especial. Después de traducir, y aunque haya alguien que corrija nuestro texto posteriormente, la relectura y primera revisión es cosa nuestra y parte de nuestro trabajo.

¿Qué recursos tenemos a nuestro alcance? Una de mis páginas preferidas es la de UniCo (La Unión de Correctores), no solo por su base de datos de profesionales, que también, sino por su página de recursos.

Como comentaba antes, además de pasar el corrector que viene por defecto en el procesador de texto, es bueno echar mano de otras herramientas. A mí me gusta mucho MyStilus porque es muy completa y nos permite seleccionar múltiples variables para repasar.

mystylus

Con MyStilus puedes revisar tu texto de forma interactiva directamente desde su página o bien descargar el programa que funciona como un complemento o como macro en Word, de modo que puedes tenerlo completamente integrado en el procesador de textos.

Para mí, lo mejor de esta herramienta es que no se limita a la corrección ortográfica y gramatical, sino que se puede corregir también el estilo e incluye las recomendaciones de la RAE y la Fundéu. Aquí tenéis un ejemplo de revisión de estilo con esta herramienta como complemento para Microsoft Word:

correccion estilo

Podéis encontrar más información sobre cómo funciona en este documento. Como complemento simpático, añado que en su web también hay un presupuestador para calcular el precio de un texto, amén de otras aplicaciones útiles como un diccionario inverso, un analizador morfosintáctico y un conjugador verbal.

Otras páginas interesantes son las que podemos encontrar en el sitio web de Lenguaje.com, sobre todo el corrector ortográfico y el de voseo.

voseo

También tenemos Language Tool, una herramienta de código abierto que permite verificar la gramática, ortografía y el estilo de un texto. Se puede utilizar desde la misma página o bien descargarla gratuitamente. Además de castellano, permite revisar textos escritos en más de 20 idiomas.

Para resolver dudas puntuales:

Si en el momento de traducir, y no solo de revisar, nos asalta alguna duda, podemos consultar las direcciones siguientes:

  • Fundéu (Fundación del español urgente): http://www.fundeu.es/Consultas.aspx?frmOpcion=LISTA_CONSULTAS&frmFontSize=2
  • Libro de estilo de El País (pdf):http://blogs.elpais.com/files/manual-de-estilo-de-el-pa%C3%ADs.pdf
  • Libro de estilo interinstitucional de la Unión Europea: http://publications.europa.eu/code/es/es-000100.htm
  • Vademécum del español urgente: http://www.fundeu.es/esurgente/lenguaes/

Recursos en otros idiomas:

Por si alguna vez necesitáis revisar en algún otro idioma, os dejo estos enlaces.

  • Softcatalà (catalán): https://www.softcatala.org/corrector
  • Recursos en línea de la Universidad de Vigo (gallego): http://webs.uvigo.es/sli/recursos.html
  • Reverso (inglés y francés): http://www.reverso.net/ortografia/corrector-ingles
  • Corrector ortográfico en varios idiomas: http://www.correctorortografico.com/

Por último, pero no menos importante, recordad que hay vida más allá de los recursos online para resolver dudas y revisar traducciones. Como alguna vez he comentado, especialmente en los dos artículos sobre lecturas para el traductor —primera y segunda parte (de momento)—, hay muchas obras no digitalizadas que son de consulta obligada, como por ejemplo:

  • Manual de estilo de la lengua española (MELE), de José Martínez de Sousa [Reseña en Panacea].
  • Diccionario de usos y dudas del español actual, de José Martínez de Sousa.
  • Ortografía y ortotipografía del español actual (OOTEA), de José Martínez de Sousa.
  • Nuevo diccionario de dudas y dificultades de la lengua española, de Manuel Seco.

¿Y vosotros cómo revisáis? ¿Tenéis algún truco o recurso infalible? No dudéis en dejarlo en los comentarios.

Hasta la próxima 🙂

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