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Es otoño y parece que, al igual que las setas, crecen también los estafadores. No es un fenómeno nuevo, pero sí llevo observándolo con mayor frecuencia de un tiempo a esta parte.
La primera vez que lo viví en mis carnes fue a través de un mensaje privado por Instagram. En este caso, el estafador se hacía pasar por vendor manager de una agencia de traducción. Tenía foto de perfil y en su cuenta había algunas publicaciones, pero aun referidas a la traducción, carecían de contenido, no había interacciones y, además, todas se habían subido en solo dos días (literalmente). Indagué en el perfil y también vi que el usuario se había cambiado de nombre tres o cuatro veces, algo que también es motivo de recelo.
Busqué el nombre de la agencia y, aunque existía, esta persona no formaba parte de la plantilla, aunque sí aparecían trabajadores con ese mismo cargo. Olía raro raro raro, pero decidí seguir adelante para ver dónde estaba el truco. Me pidió que habláramos por Telegram. No se expresaba con mucha claridad y el tipo de proyecto no quedaba muy claro tampoco. Al pedirle más señas y que siguiéramos la comunicación por canales más profesionales como el correo electrónico… desapareció.
Historias como estas abundan ahora mismo: ofrecen proyectos golosos con plazos muy ajustados para no darte tiempo para pensar. La estafa, muy seguramente, es que para intentar cobrar (porque tiene pinta de que ese dinero no va a llegar) tengas que hacer algún tipo de pago.
Cómo detectar una oferta falsa
Detectar a los estafadores en el campo de la traducción, como en muchos otros sectores, no siempre es fácil o rápido, ya que emplean tácticas engañosas para atraer a sus víctimas. Algunas pautas que pueden ayudarte a identificar posibles estafadores son las siguientes:
- Ofertas de trabajo demasiado buenas para ser verdad: Si una oferta de trabajo parece demasiado buena para ser verdad, es posible que lo sea. Desconfía de las oportunidades que prometen honorarios extremadamente altos o beneficios excepcionales sin ninguna justificación razonable. Que los buenos clientes existen, ¿eh?, pero cuidado y que estas ofertas cegadoras no te dejen tuerto.
- Comunicación poco profesional: Los estafadores suelen comunicarse con un estilo cuestionable. Presta atención a los correos, DM o mensajes que contengan errores gramaticales, ortográficos o que simplemente no tengan sentido. Los profesionales de verdad suelen ser más cuidadosos con su comunicación. Y ya les hacemos la cruz (o 🚩🚩🚩) si se ponen a la defensiva o insultan al verse entre la espada y la pared.
- Falta de información de contacto o sitio web: Si la oferta de trabajo no incluye información de contacto verificable o no se puede encontrar un sitio web legítimo de la empresa, es señal de alerta. Esta semana mismo una compañera nos preguntaba en el grupo de Bendito Contexto si una oferta era real o no. Le habían pasado hasta un contrato, pero el nombre de la empresa que le había dicho el estafador y el que constaba en el contrato ni siquiera eran el mismo.
- Solicitan dinero por adelantado: Aunque no es tan común, los estafadores pueden pedir dinero por adelantado para «procesar» una oferta de trabajo o cubrir gastos de algún tipo. Un empleador o cliente legítimo no te pide dinero antes de empezar a trabajar.
- Desconfía de las prisas: Los estafadores intentan presionarte para que tomes decisiones rápidas. Si sientes que te están apurando para aceptar una oferta, tómate tu tiempo para investigar y tomar una decisión informada. Esto es muy común en estas ofertas que llegan por Instagram y Telegram: proyectos de 100 páginas para entregar en uno o dos días, por ejemplo.
¿Qué podemos hacer ante un caso de posible estafa?
- Investiga la empresa o persona que te ofrece el trabajo. Busca reseñas en línea, verifica su presencia en redes sociales y consulta fuentes fiables para confirmar su legitimidad.
- Comprueba las referencias: Si tienes dudas sobre la autenticidad de una oferta de trabajo, pide referencias o busca personas que hayan trabajado con la empresa en el pasado y ponte en contacto con ellas para recabar opiniones.
- Los acuerdos y contratos siempre por escrito: Procura que cualquier acuerdo o contrato de trabajo esté documentado por escrito y firmado por ambas partes. Un acuerdo verbal es más difícil de hacer cumplir y puede ser una señal de que algo no acaba de encajar. Incluso si llegas a algún trato por teléfono o videollamada, deja constancia del asunto en un correo electrónico, aunque sea.
- Confirma la autenticidad de los proyectos: Si te piden que hagas una prueba de traducción o te pasan directamente el texto para traducir, verifica si el contenido es legítimo y no lo están usando con fines fraudulentos. En muchas ocasiones, lo que pasan para traducir ya está traducido o publicado. Una vez me llegó una oferta para traducir un texto larguísimo que, al buscarlo por internet de lo raro que me pareció, resultó ser una entrada de la Wikipedia. Al parecer, era una estafa bastante documentada por aquel entonces.
- Confía en tu instinto: Si algo te incomoda o te hace recelar, confía en tu intuición. Siempre es mejor ser precavido y rechazar una oferta si tienes dudas.
Cebos en Instagram y LinkedIn (y Telegram)
Aunque en un principio he visto muchos casos de perfiles falsos en Instagram (en el último, el estafador le había robado la foto a un conocido traductor/investigador), empiezan a extenderse ahora a LinkedIn sin ningún tipo de rubor. ¿Cómo detectarlos?
En Instagram:
- Tienen una foto generada por inteligencia artificial, de stock o directamente robada.
- El perfil está vacío o, por el contrario, tiene muchas publicaciones, pero subidas en muy poco tiempo.
- Se han cambiado de nombre frecuentemente. Alguien auténtico no se cambia de nombre 3, 4 o 5 veces.
- Insisten en cerrar el trato por el chat de Instagram o Telegram. Los más listos pueden acceder a escribir por correo.
En LinkedIn:
- Tienen un perfil vacío. Normalmente, dicen pertenecer a una empresa conocida (tipo Transperfect), pero apenas dan detalle. No tienen credenciales ni hay datos adicionales.
- No interactúan, con lo que no hay contactos en común, ni siquiera de segundo o tercer grado.
- Emplean la pesca de arrastre y lanzan ofertas en muchas combinaciones a la vez sin dar más detalles.
El correo sorpresa
Aunque hablamos de las estafas más comunes actualmente que corren por las redes, las más tradicionales por correo electrónico siguen en boga, así que no te confíes.
En estos casos:
- Si la persona dice ser de una empresa concreta, procura que su dirección de correo lo demuestre. Da prioridad a los correos electrónicos oficiales de organismos fiables que utilicen nombres de dominio coincidentes. Desconfía de los correos inesperados de cuentas genéricas, sobre todo en fines de semana o festivos.
- De nuevo, presta atención a cómo está escrito el correo y no abras ningún adjunto. Si es un ZIP o similar, ¡menos aún!
- Verifica la reputación de la empresa: Investiga siempre al cliente o agencia de traducción antes de colaborar. Busca en el Blue Board de Proz, por ejemplo, por si hubiera reseñas o cualquier historial de comportamiento cuestionable. La falta de información creíble puede considerarse una señal de advertencia.
- Cuidado con las pruebas de traducción gratuitas: Aunque las pruebas son habituales, cuidado con las agencias que solicitan mucho trabajo gratuito por adelantado. Los estafadores se aprovechan para obtener traducciones sin pagar.
- Utiliza herramientas de seguridad: Usa herramientas como Hunter.io para validar las direcciones de correo electrónico de la agencia y evaluar su legitimidad. Comprueba los detalles de propiedad del dominio en WHOIS para asegurarte de que su presencia en Internet coincide con quien dicen ser.
Recuerda que la prevención es fundamental para evitar estafas. Investiga cuidadosamente antes de aceptar cualquier oferta de trabajo y mantente alerta ante posibles señales de estafa, sea en el campo de la traducción o en cualquier otro sector.
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Otras publicaciones y trucos compartidos por compañeros:
- José Bahamonde en LinkedIn.
- Ejemplo en foro de Proz.
- Ejemplo de Mounir L. por Telegram.
- Josep Martínez en LinkedIn.