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Cierto es que hay personas más creativas que otras y hay un componente innato, pero la creatividad es una buena cualidad para el traductor y se puede mejorar. Como todo, es cuestión de regularidad y paciencia, como al aprender un idioma nuevo o al hacer dieta.

Ser creativo va más allá de estos listados, que no están mal, pero a veces rozan los textos de autoayuda.

creatividad

Sin embargo, me gustaría abordar la creatividad desde un punto de vista más centrado en el traductor y este bello oficio.

La creatividad en traducción

Seguramente hablar de creatividad en traducción nos remite a la traducción de publicidad, la transcreación o traducción de textos de marketing. Y es cierto, estos textos requieren una mayor creatividad, una mayor adaptación si se prefiere.

No obstante, para mí la creatividad es una destreza que el traductor debe poseer, sea el texto que sea. No todos los textos exigen el mismo nivel de creatividad, es verdad, pero el acto mismo de traducir es un ejercicio creativo.

En su artículo Fomentando la creatividad: una propuesta didáctica para el aula de traducción (que recomiendo fervientemente), Ana Rojo y Purificación Meseguer hablan —a través de Bayer-Hohenwarter (2009, 2010) y Guildford (1950)— de «las características de una personalidad creativa: sensibilidad ante los problemas, fluidez, originalidad, flexibilidad, capacidad de síntesis, capacidad de análisis, capacidad para reorganizar y redefinir, complejidad del sistema de ideas, y evaluación».

En traducción, estas características se resumen de este modo (y cito textualmente):

  • La aceptabilidad está relacionada con la evaluación y la capacidad para resolver problemas y establecer asociaciones. En su modelo, esta dimensión se define como la capacidad para juzgar o evaluar la adecuación de los diferentes equivalentes posibles al skopos o finalidad de la traducción.
  • La flexibilidad se concibe como la habilidad para producir giros de traducción. Dichos giros consisten básicamente en la capacidad para añadir al mensaje transmitido por las unidades meta un nivel mayor de abstracción (usando soluciones más vagas, generales o abstractas) o de concreción (evocando una idea o imagen más explícita, detallada o precisa), o simplemente para modificarlo de algún otro modo (usando giros que mantienen el mismo nivel de abstracción, pero cambian la idea o imagen).
  • La originalidad se refiere al carácter único de las versiones de traducción producidas.
  • La fluidez se concibe como la serie de características que apuntan a la capacidad del traductor para producir diferentes versiones de una unidad del texto origen de forma automática y con rapidez.

Unas características deseables en cualquier proyecto de traducción, ¿no os parece?

Por su lado, Sara Barrena, en su artículo La traducción: una actividad creativa dice que para traducir bien hacen falta «en primer lugar, habilidades: un buen conocimiento de las lenguas, especialmente de aquella a la que se traduce. Es necesario saber redactar bien, ser capaz de expresar con claridad la idea que se tiene en la cabeza al leer el texto en el idioma original», pero eso no basta y añade la capacidad de trabajo, porque «no todo es cuestión de inspiración. Se requiere mucha dedicación y constancia. Para que la idea surja aparentemente sin esfuerzo hace falta una mente disciplinada y fértil».

Pero destaca también que se necesita «una cierta capacidad creativa. Para traducir es importante la actitud, la mente debe estar desbloqueada y la imaginación estimulada. Esa actitud es importante para poder sentir y escuchar el significado del texto, no sólo con la mente, sino también con el corazón y la imaginación, como debería hacerse cada vez que uno intenta escribir algo».

Y es que la base para la creatividad, aunque pueda parecer lo contrario puesto que parecería que uno solo se fija en los demás, es leer. Leer de todo y no solo en nuestra lengua B sino también en nuestra lengua materna, tanto originales como traducciones. Leer en lengua B nos ayuda a seguir mejorando el idioma de partida y leer en nuestro propio idioma enriquece nuestro vocabulario y nos ayuda a mejorar la redacción.

¿Y las traducciones? Pienso que leer las traducciones de los demás te brinda ciertas técnicas que pueden servirte en tus propios textos. Seguro que no soy la única que leyendo un original en inglés ha pensado «¿Y cómo habrán traducido eso al español?» o bien leía una traducción y ante una frase realmente bien construida, una palabra o un giro especial, ha consultado el original. Y sí, también descubrimos errores en algún texto traducido, pero ¿no va bien detectarlos para saber cómo evitarlos en un futuro? Pues eso, ¡a leer se ha dicho!

No obstante, en este sentido, también creo que el traductor debe ejercitarse como lo haría un escritor, y por eso esta entrada va dedicada a los juegos, aplicaciones y recursos para escribir más novedosos.

Juegos de mesa y aplicaciones lúdico-didácticas

No es necesario estudiar para ser creativo. A veces basta con descansar la mente en nuestro tiempo libre y dedicarnos a los pasatiempos que más nos gustan, ya sean la jardinería, la repostería, el dibujo, etc. Los juegos también son una manera estupenda de entrenar la mente y divertirnos a la vez. Además, van muy bien para enseñar un idioma, como por ejemplo este juego de la oca para practicar las preposiciones.

Tenemos juegos clásicos como el Tabú o el Scrabble, y sus imitaciones, como el Apalabrados para el móvil, del que me declaro adicta. ¿Qué nos aportan estos juegos? Para empezar, el Scrabble/Apalabrados puede servirnos para aprender vocabulario nuevo. En el caso de la aplicación, tienes la opción de ver la definición de la palabra con la que juegas. Seguro que más de uno (me incluyo) ha aprendido gracias a este juego qué significa oxear por tener una x que no sabía dónde colocar.

Letras, letras y más letras. Fotografía de Taro Taylor.

Letras, letras y más letras. Fotografía de Taro Taylor.

Pero hay vida más allá de los juegos que se basan en palabras únicamente (como Verbalia o Mixmo) y creo que como traductores, sobre todo si nos enfrentamos a textos literarios o más creativos, no está de más practicar la expresión escrita en forma de historias, haikus, microcuentos, etc.

En Literautas —si os gusta escribir y no conocíais el blog, ¡ya tardáis!— nos traen las reseñas de algunos juegos de mesa para narrar historias, como por ejemplo Black Stories, para amantes de la novela negra y de intriga o Érase una vez, para los que prefieren los cuentos de hadas.

Sin embargo, uno que me encanta y que he usado para escribir algunas historias y para hacer ejercicios de narrativa en mis clases de inglés es Rory’s Story Cubes. La mecánica es facilísima, tan sencilla como tirar los dados e imaginar una historia con las imágenes que nos han salido. En las instrucciones hay algunas reglas, pero cuantas menos uses, mejor y más libre eres para crear la historia.

  • El set naranja, el original Rory’s Story Cubes, que contiene los nueve dados básicos con 54 pictógrafos que te brindan miles de millones de posibilidades en cada tirada.
  • El set azul, la expansión Acciones (actions), que se puede usar en solitario o en combinación con los otros sets y contiene verbos o acciones estándar.
  • El set verde, la expansión Viajes (voyages), que también se puede usar en solitario o en combinación con los demás sets y que contiene 54 pictógrafos para crear aventuras, fantasía, épica narrativa y ficción especulativa.

Luego están los sets más pequeños y especiales que solo llevan tres dados: la miniexpansión rosa para historias fantásticas (magia, hechizos, etc.), la miniexpansión verde centrada en la prehistoria (dinosaurios, fósiles, meteoritos) y la miniexpansión lila se centra en pistas para crear historias de misterio (investigaciones, asesinatos, venenos, fichas de ajedrez…).

La colección completa de los Story Cubes

La colección completa de los Story Cubes

Si aún no estáis convencidos, podéis echarle un vistazo a sus aplicaciones didácticas, aunque como ya he comentado anteriormente, ¡la creatividad al poder! Cuantas menos reglas y restricciones, mejor.

Microcuentos: el buen perfume se vende en frasco pequeño

Con los dados que acabamos de ver se pueden escribir historias y cuentos con la longitud que queramos, pero si nos falta tiempo para escribir textos medios-largos, ¿por qué no empezar con algo mucho más corto?

Sin duda, el más célebre es el de Augusto Monterroso: «Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí», pero hay muchos más y de escritores conocidos:

  • «Hay novelas que aun sin ser largas no logran comenzar de verdad hasta la página 50 o la 60. A algunas vidas les sucede lo mismo. Por eso no me he matado antes, señor juez». Juan José Millás
  • «No se enamoró de ella, sino de su sombra. La iba a visitar al alba, cuando su amada era más larga». Alejandro Jodorowski
  • «No sabemos si fue a causa de su corazón de oro, de su salud de hierro, de su temple de acero o de sus cabellos de plata. El hecho es que finalmente lo expropió el gobierno y lo está explotando. Como a todos nosotros». Luisa Valenzuela
  • «Mi hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía cinco años. Fue una de esas tragedias familiares que sólo alivian el tiempo y la circunstancia de la familia numerosa. Veinte años después mi hermano Eloy sacaba agua un día de aquel pozo al que nadie jamás había vuelto a asomarse. En el caldero descubrió una pequeña botella con un papel en el interior. «Este es un mundo como otro cualquiera», decía el mensaje». Luis Mateo Díaz

De hecho, en un estudio que podemos encontrar en el Centro Virtual Cervantes, nos dan algunas pistas de por qué el microcuento de Monterroso nos sorprende tanto y, por ende, qué elementos contribuyen al éxito de una historia tan breve: la elección de un tiempo gramatical impecable, una equilibrada estructura sintáctica (alternando tres adverbios y dos verbos), el valor metafórico, subtextual, alegórico, de una especie real pero extinguida (los dinosaurios) y la fuerza evocativa del sueño (elidido), la ambigüedad semántica (¿quién despertó?, ¿dónde es allí?), la pertenencia simultánea al género fantástico (uno de los más imaginativos), al género de terror (uno de los más ancestrales) y al género policíaco (a la manera de una adivinanza), entre otros.

Si os apetece saber más, echadle un vistazo a este artículo de Meritxell Terrón, Los secretos de los microrrelatos, en el que explica qué es un microcuento y da algunas claves para su redacción.

Creative-Writing-Tips

Si queremos más brevedad aún, siempre nos queda la maravillosa iniciativa de las Six word stories. Aunque no lo parezca, en tan pocas palabras se pueden decir muchas cosas, como la tragedia que cuenta una de las historias breves más famosas, atribuida a Hemingway: «For sale: baby shoes. Never worn» o esta otra de autor desconocido: «Goodbye, mission control. Thanks for trying».

En esencia, estas historias de seis palabras deben condensar una vida, no son meras frases como «Esa mañana fui a la peluquería» o lemas inspiradores del tipo «Vive a tope, nada de arrepentimientos», por decir algo. También pueden ser frases que tengan un gran carga emotiva.

Aquí van algunos ejemplos en inglés:

  • Dad left; a flag came back.
  • Introduced myself to mother again today.
  • The smallest coffins are the heaviest.
  • He hit send, then a tree.

Y en castellano:

  • Vendo vestido de novia sin usar.
  • Piel de distinto color, mismas lágrimas.
  • Sigo soñando que mi padre habla. (propio)

Podéis encontrar más en cuentas de twitter como sixwordshort (EN) y enseispalabras (ES), entre muchas otras.

Recursos en línea

Ya para terminar, si os ha entrado el gusanillo de escribir o jugar con la lengua, aquí van algunos enlaces útiles:

1. Páginas o diccionarios especiales: porque no todo es el DRAE ni el diccionario bilingüe de Wordreference.

2. Sinónimos y antónimos: todos los días gallina amarga la cocina, dicen. ¿Tú cueces o enriqueces? Pues eso, en la variedad está el gusto y debemos aprender a evitar repeticiones y verbos comodín.

3. Rimas: muy útil en literaria o audiovisual cuando hay que adaptar algún juego de palabras o expresión que rima.

4. Aplicaciones varias:

También os recomiendo echarle un vistazo a todo lo que hacen en Molino de Ideas. Nunca sabes con qué te van a sorprender, pero seguro que algo aprendes.

Con esto terminamos por hoy. ¿Qué? ¿Escribimos algo? ¿Os atrevéis a dejar algún microcuento o historia en seis palabras en los comentarios? ¡Animaos!